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En otras palabras, no se puede despedir a un trabajador por abandono del trabajo si antes no se le
interpela, es decir, intimar la existencia de un reclamo dirigido trabajador que supuestamente ha
abandonado sus tareas sin justa causa, en el que conste claramente el objeto de sus obligaciones
y la exigencia de que vuelva a cumplir con las obligaciones que derivadas del contrato de trabajo.
Por tanto, es REQUISITO PRIMORDIAL, constituir previamente en mora al trabajador y se
considerará –salvo prueba en contrario- que abandono el trabajo, y se tendrá por justa la causa
imputada al mismo.
Este principio que pareciera ser más de índole doctrinario, pero es de importante aplicación
práctica sobre todo en los contratos de trabajo. Veamos algunos ejemplos: a) Si un trabajador
falta sin avisar al trabajo, la buena fe aconseja al empleador intimarlo a que informe su situación o
a que reanude tareas, por un plazo razonable, antes de tomar una medida unilateral; b) El
trabajador no debe faltar al trabajo sin avisar el motivo por el cual se ausenta.