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E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

EMANCIPACIÓN
DE LA POLÍTICA
EXTERIOR DE
VENEZUELA
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

NICOLÁS MADURO MOROS


Ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores
CARLOS ERIK MALPICA
Secretario General Ejecutivo
MICHEL VELÁSQUEZ
Coordinadora General de la Publicación
MARLENE GONZÁLEZ
Directora General de Planificación y Presupuesto
STELLA MONQUE V.
Directora de Planificación
MARTÍN PULGAR P.
Asistente a la Dirección
JUAN FREER
Coordinador de Planes Estratégicos y Operativos
ALEJANDRO CONTRERAS
Coordinador de Estadística
Investigadores y Co-redactores
Stella Monque, Pascual Curcio, Guillermo Martín,
Martín Pulgar y Alejandro Margione
Asesor Estadístico
Jeinny Bolívar
Personal Operativo
Rosario Martins, Analista de América del Norte y Multilaterales
Leonor Palacios y Rosario Berroterán, Analistas de Europa
Osmer Sánchez y Arisleyda Castillo, Analistas de América Latina y el Caribe
Irene Ng Chan, Analista de Asia, Medio Oriente y Oceanía
Jesús Urbina, Analista de África
Mirian Ortuño y Williams Ruiz, Analistas del Servicio Interno
Belkis Figueroa, Secretaria
María Gabriela Montero, Diseñadora Gráfica

EMANCIPACIÓN DE LAPOLÍTICA EXTERIORDE VENEZUELA


DIRECCIÓN DE PLANIFICACIÓN ÁREA DE PLANES ESTRATÉGICOS Y
OPERATIVOS
Impreso en la República Bolivariana de Venezuela por Editorial Arte
Printed in the Bolivarian Republic of Venezuela
Tiraje: 1000 ejemplares
Hecho el depósito de ley
Depósito Legal lf44620123033294
ISBN 978-980-225-116-2
© Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Caracas,
Venezuela, 2012
www.mre.gob.ve
Todos los derechos reservados
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Contenido
9 Prólogo
11 Presentación
13 Introducción
16 I. Los desafíos del Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2013:
Nueva geopolítica internacional
20 Áreas de interés geoestratégicas
21 El golpe de timón de la política exterior: 1999-2011
24 La presencia exterior de la República Bolivariana de Venezuela
30 II. Criterios geopolíticos de la pluripolaridad
31 Actuación para superar el estado de subordinación
32 Intervención de la diplomacia dura
37 Intervención de la diplomacia blanda
41 Iniciativas estratégicas
46 Negociación en bloque
47 Mancomunidad
47 Red de Cooperación Diplomática (RECOD)
48 Funciones de las RECOD
49 Conceptualización, utilidad y detalles metodológicos del Índice Diplomático
de Información Geopolítica (IDIG)
51 Países por Mancomunidad y Redes de Cooperación Diplomática (RECOD)
72 III. Operativización de la pluripolaridad. Actuación inédita de
nuestra política exterior para promover la integración de nuestros
pueblos
73 Cambio del centro de gravedad
75 Fases de actuación estratégica para la construcción pluripolar
95 Realidad actual. Estrategias articuladoras
104 IV. Justificación jurídica
105 Legislación nacional
105 La Constitución de 1999
107 La Ley Orgánica de la Administración Pública y la Ley del Servicio Exterior
109 El Reglamento Orgánico.
112 Los Despachos de Viceministro del MPPRE
115 Derecho al desarrollo
118 V. Anexo. Evaluación estadística del Índice Diplomático de
Información Geopolítica
119 Evaluación del sistema de datos generado
119 Estructura interna de las variables
134 Análisis de Correspondencias Múltiples (ACM)
145 Análisis de Clasificación Automática (ACA)
157 Análisis discriminante y/o confirmatorio
158 Conclusiones del Análisis Discriminante por Mancomunidad
174 VI. Referencias
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Prólogo
Estamos viviendo momentos de ruptura trascendentales, donde las relaciones
entre las naciones, estados y pueblos están en proceso profundo de
transformación, Venezuela se ha hecho protagonista y promotora de estos
cambios desde la llegada del Comandante Presidente Hugo Chávez Frías a
Miraflores.

El ideario bolivariano de la integración de «Nuestra América» como la llamó


Martí, ha encontrado eco en otros líderes y países de este continente decidido
a continuar el camino emprendido por los libertadores hace ya dos siglos.

Somos herederos de los logros de la Independencia, tarea cumplida por


nuestros pueblos, hermanados en la lucha colectiva del continente
indoamericano, en el esfuerzo de unión que permitió alcanzar la primera
liberación del yugo extranjero y del coloniaje explotador. Pero que no llegó a
ver concretada la Colombeia de Miranda ni la Unión de Repúblicas propuesta
por Bolívar.

Por ello, la titánica tarea de alcanzar la segunda independencia, entendida


como la consolidación de la verdadera soberanía, requiere del fortalecimiento
de nuestros lazos de hermandad. Mediante la construcción de una agenda
internacional conjunta, enmarcada en la defensa de la integración, de los
peligros de una catástrofe medio ambiental y la solución pacífica de los
conflictos, tanto internos como entre naciones, sin interferencia de ningún país
o potencia extranjera.

En la actualidad los desafíos de las relaciones internacionales están cargados


de altos niveles de incertidumbre, secuela de la crisis mundial del capitalismo,
que se evidencia con mayor claridad en los países desarrollados, debido a que
sus gobiernos implementan fracasadas políticas de shock económico de
inspiración neoliberal, mientras desmontan sus políticas sociales inclusivas. El
resultado es el incremento en la inestabilidad política, cambios «camaleónicos»
en sus dirigencias, que continúan sin dar respuesta a los ciudadanos,
generando en el pueblo amplias movilizaciones sociales.

En el ámbito internacional las respuestas son la injerencia política para producir


cambios de regímenes o inclusive la intervención militar descarada, violando la
soberanía nacional de los estados con el argumento falaz del derecho a la
intervención por necesidades humanitarias, con el cual pretenden legitimar
«guerras preventivas» y matanzas.

La postura «guerrerista» de la principal potencia mundial —cuyas prácticas


imperialistas en procura del control de los recursos naturales, constituyen un
riesgo a la soberanía a través de sus prácticas intervencionistas—nos obliga a
analizar con sumo interés su conducta para poder generar respuestas asertivas
y oportunas.

Al reflexionar sobre estos temas, podemos visualizar cómo en Venezuela se


han producido avances en la consolidación de una auténtica política exterior
revolucionaria, integracionista, soberana, solidaria y fundamentalmente
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propulsora de la emancipación de nuestros pueblos latinoamericanos y


caribeños. Acompañada de la profundización de las relaciones con los nuevos
centros de poder internacional y el vínculo sur-sur, que favorece a su vez, la
conformación de múltiples polos emergentes dando inicio a una estructura de
las relaciones internacionales pluripolar equilibrada, de pesos y contra pesos.

El reto futuro de nuestra revolución bolivariana implica reforzar la


institucionalidad que convierta a Venezuela en un referente mundial en la lucha
por la dignidad de nuestros pueblos —en país potencia dentro de la gran
potencia suramericana—, y fortalecer un modelo económico justo, solidario y
productivo.

Nicolás Maduro Moros


Ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores
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Presentación
El adjetivo «popular» que acompaña el nombre de nuestro Ministerio demanda
la conformación de una organización que permita avanzar decididamente hacia
la transformación de su estructura organizativa; esto con el fin de adecuar
nuestra administración a los cambios revolucionarios encabezados por el
Comandante Presidente Hugo Chávez Frías, y liderados en este espacio por el
Canciller Nicolás Maduro. Siguiendo este ejemplo, los hombres y mujeres
comprometidos en la consolidación de Venezuela como potencia mundial,
debemos estar consustanciados con esta idea de cambio, eficiencia y deseo
revolucionario por hacer innovaciones en materia de política exterior.

Con el objeto de asumir esta vía, hemos iniciado un proceso de modernización


de nuestra capacidad de respuesta administrativa ante la incertidumbre que
actualmente implican las relaciones internacionales. Para ello se desarrollan
iniciativas de levantamiento y sistematización de información que incorporan
una visión geopolítica y geoestratégica en los procesos de planificación e
implementación de los lineamientos estratégicos desarrollados en el Plan de
Desarrollo Económico y Social de la Nación Simón Bolívar en su Séptima
Línea: Nueva Geopolítica Mundial.

La Emancipación de la política exterior venezolana es una propuesta elaborada


por la Dirección de Planificación de este Ministerio, cuyo objetivo consiste en
proyectar nuestro diseño presupuestario con una visión geopolítica y
geoestratégica, que busca garantizar coherencia entre los objetivos de nuestra
política exterior, el presupuesto y los planes estratégicos y operativos de la
institución.

Los planteamientos metodológicos ideados en la presente publicación


generaron en el ámbito internacional un cambio de dirección del quehacer
diplomático hacia la diplomacia de reflexión estratégica, y con ello hacia la
instrumentación de más de mil iniciativas de actuación estratégica en los
distintos continentes donde tenemos vínculos de representación, gracias a la
intensiva capacitación de nuestras embajadas y consulados, especialmente en
los últimos dos años de gestión. Para tal fin, logramos la reforma de toda la
estructura presupuestaria de la Cancillería, garantizando un presupuesto
orientado a resultados e impacto y no meramente a los insumos o al gasto.
Agradecemos al respecto todo el apoyo técnico brindado por el Ministerio de
Planificación y Finanzas que avaló el conjunto de proyectos presentados por el
Canciller en aras de fortalecer la política exterior venezolana en su más
creativo esfuerzo de emancipación.

En resumen, la voluntad de posicionar a Venezuela en la escena internacional


como potencia mundial, requiere de una conciencia política clara acerca del
cambio revolucionario que transitamos, el fortalecimiento de una visión
geopolítica y la capacidad técnica de los funcionarios de cada Misión
Diplomática, Oficina Consular y Representación Permanente ante los
organismos internacionales.
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Esperamos que los aportes plasmados en este libro contribuyan con el


afianzamiento de Venezuela en el escenario internacional.

Carlos Erik Malpica


Secretario General Ejecutivo
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Introducción
Los objetivos, estrategias y políticas contemplados en el Proyecto Nacional
Simón Bolívar 2007-2013 a través de la séptima línea denominada «Nueva
Geopolítica Internacional», confluyen en la operativización de la pluripolaridad1
como reto ineludible e impostergable de nuestra política exterior; meta de alto
valor estratégico que requiere de la generación y consolidación de alianzas o
bloques de poder antiimperialistas que permitan una nueva contrabalanza o
correlación de fuerzas en el escenario internacional.

Venezuela se proyecta como país líder en la construcción de un mundo


pluripolar —sin imperios—, estableciendo a través del gobierno revolucionario
un cambio radical en la direccionalidad de su política exterior. Cambio en el que
pasamos de ser un país, por casi cien años, suministrador seguro y confiable
de hidrocarburos hacia el norte, a utilizar el petróleo como promotor activo de la
cooperación sur-sur y la integración regional latinoamericana y caribeña.

En consideración, el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones


Exteriores (MPPRE) —en su misión de diseñar, ejecutar y coordinar la política
exterior de Venezuela— se ha propuesto reconducir su planificación estratégica
agregando un alto valor geopolítico a sus actuaciones internacionales,
partiendo de la propia transformación de los planes operativos anuales de las
dependencias internas —Despachos de Viceministros—, Misiones
Diplomáticas, Oficinas Consulares, además de las Representaciones
Permanentes ante los organismos internacionales, hasta la determinación y
rediseño de las relaciones de cooperación con los distintos países donde
tenemos vínculos o nexos diplomáticos de acuerdo al establecimiento de áreas
de interés geoestratégicas.

Buscando trascender la diplomacia convencional con una visión renovadora y


aprovechar las oportunidades propias de un mundo que avanza hacia la
pluripolaridad, el MPPRE ha creado la categoría de trabajo denominada
«iniciativas estratégicas» por parte de nuestras misiones acreditadas en el
exterior. Con soporte en el fortalecimiento de la negociación en bloque y de la
creación de mancomunidades y redes de cooperación diplomática (RECOD) en
los cinco continentes, tienen como finalidad coadyuvar en la construcción y
consolidación de bloques regionales no hegemónicos, fortalecer las relaciones
con los estados y naciones que comparten los intereses políticos de Venezuela
y contrarrestar los efectos perversos de la dominación imperial anglosajona y la
de Estados Unidos como líder de ese neocolonialismo.

En tal sentido, las iniciativas estratégicas se conciben como un elemento clave


que permitiría a Venezuela alcanzar lo que Gullo (2008a) denomina «umbral de
poder»; es decir, un estadio de desarrollo que permite a un Estado superar la
condición de periférico y por ende la de subordinado.

Según el autor (Ídem), el sistema internacional consta básicamente de


estructuras hegemónicas de poder2 donde destacan estados subordinantes y
estados subordinados. Cuando los últimos alcanzan el «umbral» de poder
pueden volverse estados subordinantes si su desarrollo industrial, además de
la conformación de élites y cuadros políticos, va acompañado de una reflexión
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seria sobre la subordinación ideológica derivada de las estructuras


hegemónicas de poder. Esta reflexión debe transformarse en «insubordinación
fundante», es decir, una actitud emancipadora con respecto al pensamiento
dominante; sólo si esto ocurre, el país en cuestión dejará de ser periférico.
Particularmente, Gullo (2008a) plantea su tesis de la insubordinación fundante
partiendo de ejemplos históricos como los surgimientos de España, Francia,
Inglaterra y Estados Unidos como potencias mundiales. No obstante, en pleno
siglo XXI, propone la integración en bloques como principal vía para alcanzar el
«umbral de poder”.

Para Argentina, Brasil y Venezuela, el objetivo estratégico fundamental de sus políticas exteriores no
puede ser otro que la construcción de una Comunidad Sudamericana de Naciones (sic). Único camino por
el cual podrán alcanzar, juntos, el nuevo «umbral de poder» es decir el poder mínimo necesario para que
no se conviertan, irreversiblemente, en meros segmentos anónimos del mercado internacional
controlados, internamente, por las grandes corporaciones multinacionales (...).
Si Argentina, Brasil y Venezuela —que todavía conservan condiciones mínimas de autonomía—
enfrentan el nuevo escenario internacional como Estados aislados se condenarán —condenando así a toda
Sudamérica— al subdesarrollo endémico y a la subordinación política perenne(…).
Para alcanzar el nuevo «umbral de poder», el proceso de integración, (sic) debe alcanzar un alto nivel
operativo. Para ello es preciso consensuar y establecer, sin pérdida de tiempo, un programa de acción
conjunta (Gullo 2008b:4).

En afinidad ideológica, el autor señala la importancia del Mercado Común del


Sur (MERCOSUR) y la Unión Suramericana de Naciones (UNASUR). Sin
embargo, la propuesta de la Revolución Bolivariana es mucho más
trascendente: la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe
(CELAC).

Si bien el Presidente Chávez siempre ha seguido con interés la evolución del


MERCOSUR y ha sido uno de los principales promotores de la UNASUR, sus
primeros esfuerzos integracionistas estuvieron dirigidos a la constitución de la
Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio
de los Pueblos (ALBA-TCP) como alternativa al Área de Libre Comercio de las
Américas (ALCA), impulsada por los Estados Unidos de Norteamérica.

Aunado al frente latinoamericano y caribeño, el Gobierno Revolucionario ha


promovido la integración sur-sur con los países de África, con el fin de articular
y asociar estratégicamente al Atlántico sur como bloque sólido de integración y
desarrollo económico, político, social y cultural, donde los países
pertenecientes a América del Sur y África superen su condición subordinada y
periférica como expresión de hermandad y cooperación integral, fortaleciendo
la seguridad ante posibles amenazas intervencionistas, y como estrategia de
protección de nuestros recursos naturales, potencialidades y riquezas. En este
sentido, se pretende cambiar nuestra actuación hacia un nuevo sistema
interrelacionado para quebrar la lógica de la dominación estructural respecto a
los centros hegemónicos de poder.

El centro máximo del poder mundial está atravesando su crisis más profunda en los últimos cincuenta
años. Cuando el imperio español entró en su crisis más profunda nos insubordinamos y realizamos
nuestra primera independencia. Trunca, por cierto, porque terminó en la desunión de nuestra patria. Hoy
es la hora de nuestra segunda independencia. Es la hora de la construcción de la nación inconclusa. Es
hora de insubordinarnos y construir la patria grande con que soñaron Bolívar, San Martín, Artigas,
Ugarte, Perón… Es la hora de nuestra insubordinación fundante (Gullo 2008b:5).
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La política exterior bolivariana, tras opacar el ALCA mediante la ALBA,


PETROAMÉRICA, PETROSUR y PETROCARIBE,3 tiene como prioridad el
ingreso de Venezuela al MERCOSUR, el fortalecimiento de UNASUR, el Banco
del Sur y la consolidación de la CELAC. La Revolución Bolivariana apunta
hacia su propia insubordinación fundante —el Socialismo del siglo XXI—justo
cuando el capitalismo global ha entrado en una profunda crisis.

Finalmente, el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, con


miras a aprovechar la coyuntura internacional que ofrece oportunidades de
promoción del Socialismo del siglo XXI, presenta la propuesta de iniciativas
estratégicas que se llevará a cabo mediante embajadas, consulados y
representaciones permanentes, actuando como manco munidades y redes de
cooperación diplomática, lo cual permitirá que dichas unidades
desconcentradas negocien como un bloque, un solo cuerpo, y además actúen
en pro de impulsar y fortalecer bloques de integración no hegemónicos con
otros países, al margen de las directrices regulatorias de los centros de poder
subordinantes.
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Los desafíos del


Proyecto Nacional
Simón Bolívar
2007-2013:
nueva geopolítica
internacional
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Tanto la última década del siglo XX como la primera del XXI han estado
marcadas por acontecimientos como la desintegración de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la reunificación de Alemania, la
transformación progresiva del Mercado Común de Europa en la Unión Europea,
el ascenso de China e India, el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York y
la guerra contra el terrorismo.

Evidentemente, ya no se trata del mundo bipolar de la Guerra Fría, donde la


tesis de la disuasión nuclear subyacía en la carrera armamentista y espacial de
la URSS y Estados Unidos. No obstante, la era de la globalización dista mucho
de significar «el fin de la historia» y la inamovible hegemonía de la
superpotencia capitalista que tal aseveración implicaba.

Por el contrario, el mundo del siglo XXI es una tremenda vorágine. Es un


mundo de muchos cambios y transformaciones en lo político, filosófico, social,
económico o jurídico, donde coexisten alianzas estratégicas, heredadas de la
Guerra Fría, como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), con
entes financieros multilaterales (el Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial) u otras entidades de vocación capitalista como la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Aunque lo anterior pareciera corroborar la tesis del «fin de la historia», no


puede olvidarse que la era de la globalización e integración igualmente
despierta mayores conflictos étnicos y nacionalistas o que, por citar sólo un
caso, el euro no ha logrado desplazar a la libra esterlina en el Reino Unido. En
otras palabras, ni siquiera en los países occidentales, donde se promulga el
credo binomial de democracia representativa y economía de mercado, hay un
solo discurso o términos unívocos.

La agenda pública ha incorporado nuevos debates o renovado temas de


discusión: hambruna, pobreza, discriminación y exclusión, ecología,
desertificación, calentamiento global, energía alternativa y desarrollo
sustentable. Mientras tanto diversos vocablos —terrorismo, tráfico de armas y
estupefacientes— siguen allí; el problema es que suele exagerarse su real
magnitud, usándolos como excusa de la retórica imperialista para el
intervencionismo.

Venezuela no es ajena a esta realidad de cambios vertiginosos. De hecho,


desde fines de 1998, con la elección del Comandante Hugo Chávez Frías como
Presidente de la República y el proceso constituyente de 1999, el país está
inmerso en una profunda transformación —hacia dentro y fuera—, con el
propósito de convertirse en la potencia que siempre ha debido ser.

En ese sentido, el Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2013 plasma siete


directrices para construir el Socialismo del Siglo XXI,4 una de las cuales es la
nueva geopolítica internacional: “la estrategia de conducción multipolar de la
política, que se aplica mediante la diversificación de las relaciones políticas,
económicas y culturales, para la creación de nuevos bloques de poder
atendiendo a las particularidades, de acuerdo al establecimiento de áreas de
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interés geoestratégicas» (Presidencia de la República Bolivariana de


Venezuela 2007: 44).

La nueva geopolítica internacional comprende, a su vez, tres objetivos (Ídem:


48):

1. Fortalecer la soberanía nacional acelerando la conformación del bloque


geopolítico regional y de un mundo multipolar.

2. Diversificar las relaciones políticas, económicas y culturales, de acuerdo


con el establecimiento de áreas de interés geoestratégicas.

3. Profundizar el diálogo fraterno entre los pueblos, el respeto de las


libertades de pensamiento, religión y la autodeterminación.

Una de las principales tesis que fundamenta la nueva geopolítica internacional


es el afianzamiento de los intereses comunes entre los países, es decir,
construir valores políticos compartidos, lo cual hará posible unificar y diseñar
estrategias propicias para el intercambio económico y social, aunado a la
asunción de posiciones comunes en el concierto internacional. «El criterio
político unificado es lo que orienta el desarrollo de iniciativas que permitan
operativizar el principio de pluripolaridad, usando como herramienta los
instrumentos de integración» (Ídem: 44-45). En consecuencia, estas
actuaciones, dirigidas a concretar estrategias comunes e instrumentos de
cooperación e integración, en próximos apartados serán denominadas
iniciativas y acciones estratégicas.

Entonces cabe preguntarse por qué y cómo trabajar para la integración. En


primer lugar, la política exterior venezolana podría constituir un factor
coadyuvante del desarrollo nacional, propiciando alianzas para la cooperación
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que contribuyan, sobre todo mediante transferencia de tecnología, a la efectiva


diversificación del aparato productivo y también a la modernización de la
infraestructura vial y de servicios.

Esto conlleva a la superación de los rezagos característicos de los estados que


conforman la República Bolivariana de Venezuela, más allá de la concentración
demográfica en la franja norte-costera (ver mapa 1).
18

El mapa 1 muestra —mediante porcentajes— las franjas de ocupación


territorial del país, observándose cómo la norte costera posee una marcada
tendencia hacia la concentración de la población y de las actividades básicas
de servicios en un número reducido de núcleos urbanos (menos del 10 % del
territorio), dejando desasistido, subequipado y desarticulado el resto del
territorio, paradójicamente dotado de abundantes recursos naturales. De igual
manera, es importante considerar que esta desarticulación del territorio lo
condiciona a una dependencia económica en la cual un número superior a la
mitad de nuestros municipios dependen en más de un 80 % de las
transferencias centrales, siendo los más vulnerables aquellos que son más
pequeños y de escasa base económica (ver mapa 2).
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Partiendo de las líneas generales del Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-
2013, especialmente las relativas a la Nueva Geopolítica —nacional e
internacional—, puede entenderse la prioridad de desconcentrar la población y
las actividades productivas, con miras a aprovechar la vocación del suelo, ya
sea para agricultura, industria, infraestructura vial y equipamiento urbano,
además de garantizar el transporte eficiente de pasajeros y carga (ver mapa 2).

La imperiosa necesidad de desconcentrar a la población nacional se evidencia


en la figura síntesis: en la franja norte-costera hay un déficit notable de
recursos hídricos, mientras que las mayores reservas de recursos naturales se
encuentran distribuidas en las franjas con menor población. Resumiendo, en
primer lugar el desarrollo integral del país implica la defensa de la soberanía
nacional en sus distintas acepciones —territorial, económica y alimentaria—,
por lo cual nuestra política exterior debe coadyuvar al logro de las directrices
geopolíticas del Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2013 tanto dentro como
fuera del país. En segundo lugar, tornada Venezuela en potencia, se facilitará
la consecución de sus metas —de más largo plazo— en el entorno
internacional.
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No obstante, desde 1999 la Revolución Bolivariana ha ido avanzando hacia la


construcción del mundo multipolar, lo que explica la variedad de instrumentos
suscritos con países de todo el mundo, privilegiando los pertenecientes a
bloques no hegemónicos. Ahora es el momento de consolidar todo lo andado.

Áreas de interés geoestratégicas


De acuerdo al Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2013, el interés por
fortalecer e impulsar bloques no hegemónicos se enfoca en seis áreas
estratégicas, a saber:
20

América Latina y el Caribe


Irán, Siria, Bielorrusia y Rusia
China, Vietnam, Malasia y zonas circunvecinas
Europa
África
América del Norte

También destaca la presencia de Venezuela como miembro fundador de la


Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP),5 bastión
importantísimo para la defensa de los precios internacionales del petróleo
crudo y la proyección de la política petrolera nacional (Presidencia de la
República Bolivariana de Venezuela 2007: 46).6

El golpe de timón de la política exterior: 1999-2011


7
Como se aprecia en los gráficos 1, 2 y 3, hay notorias diferencias entre los
períodos 1958-1998 y 1999-2010, respecto al número de instrumentos
suscritos por la República, así como a la distribución geográfica de los mismos.

El gráfico 1 muestra cuántos instrumentos fueron suscritos en cada uno de los


once mandatos presidenciales comprendidos desde 1958 hasta ahora.8
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Previo al Gobierno del presidente Chávez, los mandatos con mayor número de
instrumentos internacionales suscritos fueron los dos de Carlos Andrés Pérez.
Entre 1958 y 2010, se suscribieron 5.159 instrumentos, de los cuales 1.922
corresponden a los gobiernos derivados del Pacto de Punto Fijo (1958-1998),
mientras que 3.237 son producto del mandato del presidente Chávez, casi dos
tercios del total (ver gráfico 2), lo cual denota una intensificación de la política
exterior por parte del Gobierno Bolivariano.
21
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Como se observa en el gráfico 3, el balance agregado desde 1958 evidencia


que el 54% de los instrumentos internacionales suscritos por el Estado
venezolano comprenden acuerdos (21%), memorandos de entendimiento
(13%), actas (11%) y convenios (9%), mientras que los tratados son
relativamente pocos (1%).

También interesa saber si esta mayor intensidad de la política exterior,


entendida como suscripción de instrumentos internacionales, va acompañada
de la preocupación por construir la pluripolaridad mencionada en la nueva
geopolítica internacional. En ese sentido, el gráfico 4 ilustra las referencias
geográficas de los citados instrumentos.

Aunque el gráfico 4 sólo desagrega la información por región geográfica y no


por período histórico, sí puede subrayarse el hecho de que ha sido con el
Gobierno Revolucionario cuando Asia, Medio Oriente y Oceanía (14%), así
como África (5%), han entrado a formar parte del acervo de instrumentos
suscritos por Venezuela. En contraste, la proporción de instrumentos suscritos
con países de América del Norte apenas alcanza 2%; no en balde, el interés
por UNASUR y la ALBA ayuda a explicar por qué 58 % de los instrumentos
fueron suscritos con Estados latinoamericanos y caribeños.
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Por complemento, 61% de los instrumentos suscritos por nuestro país entre
1958 y 2010 abarcan tres materias: política (33%), economía (15%) y energía y
petróleo (13%). Tal como muestra el gráfico 5, las materias ciencia y
tecnología, y producción agropecuaria han ido cobrando importancia en la
última década, sobre todo por el énfasis dado, desde la misma Constitución de
1999, al concepto de seguridad alimentaria, en tanto que energía y petróleo ya
no son el único asunto relevante sobre Venezuela en el contexto internacional.
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Hasta 1998, los instrumentos internacionales suscritos por la República rara


vez trascendían el continente americano. Sin embargo, el presidente Chávez
rompió con esta dinámica tanto en términos cuantitativos como de referencia
geográfica, incluyendo instrumentos suscritos con estados de América Latina y
el Caribe, Europa, Asia, Medio Oriente y Oceanía, y África. En otras palabras,
con el proceso revolucionario, se pasó de la alineación de los instrumentos
internacionales hacia América del Norte a una diversificación espacial,
fortaleciendo una visión pluripolar de nuestra política exterior.

La presencia exterior de la República Bolivariana de Venezuela

Si se pretende impulsar en forma decidida la política exterior venezolana es


preciso tomar como eje de las acciones cada una de las áreas de interés
geoestratégicas y desde allí irradiarlas hacia un ámbito espacial mucho mayor,
aprovechando la infraestructura y personal de las embajadas, consulados y
representaciones permanentes. De este modo podría mejorarse la eficiencia de
las unidades desconcentradas del MPPRE acreditadas en el exterior.

La tabla 1 muestra el número de embajadas, consulados y representaciones


permanentes por región geográfica; es decir, la distribución de las 170
unidades desconcentradas del MPPRE según el correspondiente Despacho de
Viceministro.
24

En particular se propone fomentar la negociación en bloque sobre la base de


intereses comunes y compartidos desde las misiones diplomáticas, oficinas
consulares y representaciones permanentes circunvecinas, trabajando en
redes de cooperación diplomática (RECOD) y conjuntos de ellas
(mancomunidades).
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Como muestra el gráfico 6, estas 170 unidades desconcentradas del MPPRE


están distribuidas en 100 países de todo el mundo, es decir, un 51,56% de los
estados hasta ahora adscritos a la Organización de las Naciones Unidas
ONU).9 Ello significa que Venezuela posee una relevante presencia
diplomática y consular, lo cual exige hacer efectivo su gran potencial.

Países donde Venezuela tiene presencia diplomática y consular


E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

II
Criterios
geopolíticos
de la
pluripolaridad
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Actuación para superar el estado de subordinación

El desarrollo de una política exterior soberana y autónoma —punta de lanza


para superar nuestra condición de Estado subordinado-periférico— junto a la
promoción de la integración, la consolidación y complementariedad de bloques
de poder no hegemónicos, con especial referencia a la unidad e integración
latinoamericana y caribeña, y a la cooperación sur-sur, requiere de una clara
actuación estratégica frente a toda forma de dominación extranjera. La política
exterior de la República Bolivariana de Venezuela debe estar orientada hacia el
incremento de su «umbral de poder» (Gullo 2008a).

El elemento de análisis parte de la comprensión de que se requiere superar


nuestra condición de estados subordinados o periféricos, sujetos a las normas
reguladoras del centro, e identificar con qué estrategias y acciones lo
lograremos. Para ello se debe ejercer una diplomacia convergente que
potencie nuestro proceso emancipador con un enfoque de actuación integral.

El accionar diplomático del proceso revolucionario tiene que concentrar


esfuerzos en aumentar el «umbral de poder» tanto en la esfera interna
(aumentar el poder nacional) como en la esfera internacional. Es preciso
maniobrar audazmente en dos frentes importantes, con la clara intención de
modificar la actual relación hegemónica de poder: 1) la integración (nacional,
latinoamericana y caribeña) y 2) el desarrollo sostenible de nuestros pueblos.

Los desafíos de la política exterior venezolana son propios de una intensa y


renovada arquitectura geopolítica que apunta por un lado a la satisfacción de
las necesidades materiales de la población, denominada «intervención de la
diplomacia dura», centrada en promover fuertes lazos de complementariedad y
cooperación para alcanzar el desarrollo integrado y sostenible del país y de la
unión latinoamericana, y por otro, a crear una propuesta ideológico-cultural que
permita sumar, tanto a los líderes gubernamentales como a las fuerzas
sociales, en favor del proceso emancipatorio, la integración y el fortalecimiento
de la conciencia nacional frente a las lógicas internacionales de dominación
capitalista, generadoras de pobreza. A este elemento ideológico-cultural, por lo
demás infravalorado, lo llamaremos «intervención de la diplomacia blanda».

Ambas formas de intervención diplomática deben ser convergentes, pues la


una no tiene efectos sin la existencia de la otra; es decir, ningún país periférico
puede vislumbrar un futuro socialista si su política interior y exterior no trabaja
previamente para arrebatar el poder de decisión política y económica a las
estructuras dominantes de poder.

En tanto instrumentos formales de poder, nuestras embajadas, consulados y


representaciones permanentes deben responder a una nueva orientación
estratégica para frenar la penetración opresiva del producto ideológico de
dominación extranjera y transformar al continente latinoamericano en una
superestructura cultural, en un continente autónomo para la satisfacción de los
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

objetivos regionales, con igualdad de oportunidades para acceder a los bienes


básicos sociales, a la participación de la población en la formación de la
voluntad política y a la participación en los procesos de toma de decisiones. Se
trata de promover un nuevo modelo de negociación de acuerdos, tratados y
convenios para la integración de la sociedad, el fortalecimiento de los valores
de justicia, tolerancia y solidaridad, la orientación hacia el bienestar común y la
resolución pacífica de conflictos.

En vez de hablar de ejercicio del poder entendido como imposición e


intervencionismo, la República Bolivariana de Venezuela identifica la
diplomacia dura y blanda con el binomio emancipación- solidaridad, lo que
implica establecer las vías para alcanzar el «umbral de poder» (Gullo 2008a),
suprimir las condiciones propicias para la subordinación e impactar
positivamente en el desarrollo latinoamericano y los bloques de poder no
hegemónicos.

Intervención de la diplomacia dura

Los gobiernos del Pacto de Punto Fijo descuidaron la evolución de nuestra


economía frente a las de Europa Occidental, Norteamérica o Japón.
Simplemente aceptaban las condiciones de articulación asimétricas propuestas
desde el centro, generando con ello una dependencia extrema y perniciosa.
Así, nuestra economía y la de nuestros pueblos latinoamericanos quedaron
modeladas según las demandas de los países más avanzados y no según la
conveniencia de nuestro propio desarrollo.

La Venezuela resultante de la lógica de la subordinación se convirtió en un


Estado rico con una sociedad pobre, excluida del proceso de desarrollo. En
suma, esto se tradujo en pérdida de potenciales décadas de productividad, una
brecha creciente e insalvable entre la oligarquía criolla transnacionalizada y la
mayoría empobrecida, como consecuencia de los intereses bipartidistas y
gremiales que prevalecieron ante los programas sociales y políticas
compensatorias de impacto significativo.

En la actualidad, el dominio del capital financiero está representado por unos


veinte países de vocación competitiva y no cooperativa, que se han repartido la
mayor parte de la riqueza del mundo.10 La meta de dicho dominio —la
acumulación de riqueza a expensas de las materias primas de los países
subordinados—, relega a la mayoría de los países del mundo a la condición de
importadores. En otras palabras, los estados subordinados han sido reducidos
a economías de bajo valor agregado que transfieren la mayor parte de sus
ingresos a las grandes potencias.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

La Revolución Bolivariana parte de una perspectiva no tradicional que enmarca


la «insubordinación económica» frente a las medidas neoliberales, con el factor
petróleo como potente arma geopolítica. La política exterior tradicional agotaba
su intervención en dos elementos subordinantes: 1. Venezuela como
suministrador seguro y confiable de petróleo, sin la contrapartida de inversión
en actividades productivas11 ni de visión integracionista (integración energética
latinoamericana y caribeña)12 y 2. Venezuela como suministrador de materias
primas.

Para revertir esta dinámica subordinante, el Gobierno Revolucionario considera


que Venezuela, además de ser miembro fundador de la OPEP, tiene la mayor
reserva de petróleo del mundo (tres veces más que las reservas comprobadas
de Estados Unidos), y la primera reserva de gas natural de todo nuestro
continente. Estos son factores determinantes para apuntalarse como potencia
petrolera internacional, promotora de la integración energética latinoamericana
y caribeña (PETROCARIBE, PETROSUR, PETROAMÉRICA), en tanto son
mecanismos para salir de la condición de Estado periférico-subordinado,
favoreciendo la pluripolaridad, la liberación energética de América Latina, la
diversificación productiva y la inclusión social.

Como potencia constructora de nuevos bloques de poder, Venezuela afianzará


su accionar diplomático en el fortalecimiento de la diplomacia dura, apuntando
a las áreas de cooperación e intercambio de importante valor estratégico y
geopolítico (petróleo, gas, refinación, petroquímica, desarrollo de
infraestructura de transporte, de almacenamiento, de distribución, electricidad,
energías alternativas y transporte marítimo), con lo cual se quiere potenciar las
capacidades técnicas, financieras y de aprovechamiento de los recursos
energéticos existentes.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

La insubordinación económica —que comienza como nuevo ciclo histórico


desde 1999 hasta nuestros días— se concentra en una lucha frontal contra la
implantación de esquemas neoliberales imperialistas, establecidos por el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Desde su ascenso al
poder, el Presidente Chávez adoptó la medida de no contraer nuevas deudas
con esos organismos y cancelar las existentes, promoviendo la autonomía ante
las políticas neoliberales del imperio.

La insubordinación económica también se plantea en un amplio marco


alternativo en contra de las opciones impuestas por los centros hegemónicos
de poder; fundamentalmente respecto a los Tratados de Libre Comercio que
persiguen el incremento del poder y dominio de las transnacionales. Se
contraponen entonces nuevas estrategias para hacer frente al modelo
neoliberal expresadas en la competitividad y la explotación. Por tanto, en franca
oposición al ALCA, se creó una nueva fuerza integradora entre los estados y
pueblos de América Latina y el Caribe, expresada en el ALBA-TCP, el Sistema
Unitario de Compensación Regional de Pagos (SUCRE)13 y el Banco del
ALBA, como elementos en construcción de una zona económica común de
intercambio solidario y desarrollo compartido.

Mediante la creación de la UNASUR, la CELAC y el ingreso al MERCOSUR, el


Gobierno Revolucionario impulsa la plataforma integracionista opuesta al
tutelaje foráneo, la intervención y las prácticas neocolonialistas. También se
privilegia la cooperación América del Sur-África (ASA) como estrategia para
llenar los grandes vacíos integracionistas del Atlántico sur, considerando que el
norte está plenamente vinculado con Europa.

Dada la prioridad de resguardar nuestras riquezas y recursos naturales —sobre


todo las reservas de agua dulce y yacimientos de hidrocarburos—, además de
establecer un escudo disuasivo ante el imperialismo belicista, una alianza
estratégica que reemplace el inoperante Tratado Interamericano de Asistencia
Recíproca (TIAR) es impostergable.

Las misiones diplomáticas, oficinas consulares y representaciones


permanentes del MPPRE deben mancomunar esfuerzos en esta dimensión
material de la diplomacia, 14 uniendo las potencialidades de los países
involucrados en la cooperación latinoamericana y caribeña, así como en la
cooperación sur-sur para beneficio de nuestros pueblos, lo que se logrará
reforzando las condiciones de desarrollo nacional.

La función básica del esfuerzo y apoyo diplomático consistirá entonces en


promover iniciativas estratégicas como ferias comerciales, ferias turísticas,
ruedas de negocios y jornadas de información financiera, para la
complementación económica integral, incluyendo las iniciativas propias de los
proyectos gran nacionales, autoabastecimiento compartido en la producción y
distribución de alimentos, así como iniciativas de desarrollo económico con las
naciones aliadas de África, Asia y Medio Oriente.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Lo que se intenta es potenciar actuaciones altamente estratégicas que


permitan la ejecución de iniciativas económicas de carácter social y solidario de
impacto regional, nacional y local, fundamentadas en los principios de
solidaridad, complementariedad y justicia entre los países, integrando medidas
eficaces para asegurar el acceso a los recursos y a la toma de decisiones
como vía para la satisfacción de las necesidades fundamentales de nuestros
pueblos.

En condiciones normales, la diplomacia dura debe coadyuvar por todos los


medios de cooperación y complementariedad posibles a la madurez económica
de un país, promoviendo la suscripción de tratados, acuerdos o convenios para
desarrollar la agricultura, la industria y el comercio como factores decisivos e
influyentes en la cultura e independencia de las naciones.

Si se logra —por la vía de la cooperación internacional— promover una


estrategia de desarrollo sostenido y sustentable, considerando que en
Venezuela el proceso de ocupación territorial tiene una marcada tendencia
hacia la concentración de la población y de las actividades productivas en un
número reducido de núcleos urbanos, y se da atención focalizada a través de
estrategias diplomáticas de cooperación, se podrían superar los desequilibrios
generados por la inadecuada ocupación del espacio nacional, gracias a la
sinergia de experticia y tecnología aplicadas con orientación geopolítica.

Es imprescindible integrar el territorio de Venezuela, mediante la consolidación


y ampliación de infraestructura vial y de servicios, para luego integrar nuestro
país con América Latina y el Caribe. Ha de asegurarse la accesibilidad de las
fachadas andina, amazónica y caribeña, partiendo sobre todo de la articulación
e integración fronteriza, terrestre y marítima.

Tanto por la extensión de su mar territorial y zona económica exclusiva,15


como por su ubicación geográfica y recursos, la República Bolivariana de
Venezuela tiene gran importancia geopolítica, 16 especialmente a la hora de
actuar dentro de un bloque de poder no hegemónico.

La habilidad consiste en valernos de la cooperación, en el entendido de que los


estados deben crear las condiciones nacionales e internacionales que
favorezcan de forma sostenida sus propuestas de crecimiento. En nuestro
caso, promover por la vía diplomática instrumentos para fortalecer el estudio y
financiamiento de desarrollos endógenos económicamente diversificados,
desconcentrados y sustentables, así como su necesaria interconexión terrestre,
sobre todo por la Red Ferroviaria Nacional, como estrategia para activar la
vocación productiva real y potencial de las distintas jerarquías urbanas de la
franja media y sur del país.

Tenemos entonces un trípode de actuación estratégica orientadora de los


procesos de cooperación diplomática: 1. el impulso y consolidación de
elementos potenciadores para el desarrollo; 2. la creación de mecanismos de
fomento destinados a blindar sectores considerados estratégicos,
estableciendo circuitos productivos y comerciales; y 3. la estructuración de una
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integración enfocada fundamentalmente hacia América Latina y el Caribe, al


igual que el estímulo a la alianza sur-sur.

Evidentemente, Venezuela no es una potencia belicista ni tiene intenciones de


serlo. Tampoco el Estado venezolano busca ejercer imperialismo económico,
sin que ello signifique menospreciar nuestra importancia como proveedor de
petróleo. Por el contrario, la diplomacia dura a la venezolana exige aprovechar
el elemento energético como un elemento clave a la hora de defender los
intereses nacionales, traducido en instrumentos de Derecho Internacional
Público favorables al país y potenciando al mismo tiempo las oportunidades de
nuestros socios, vistos como iguales antes, durante y después de negociar con
ellos.

Nuestro norte es llegar a ser una potencia consolidada y tener presencia


internacional efectiva, no un Estado que avasalle. En consecuencia, la
diplomacia dura llevada a cabo por nuestras misiones diplomáticas y oficinas
consulares, apunta a construir las bases para el desarrollo integral de
Venezuela y el establecimiento de un comercio mundial justo. La República
Bolivariana nos exige una diplomacia emancipadora, orientada a la satisfacción
de necesidades materiales, ajena a los esquemas de subordinación e
imposición.

Para ser efectivamente libres e independientes, Venezuela necesita alcanzar


su desarrollo integral. Por tanto, nuestra diplomacia dura tiene como prioridad
concretar las oportunidades de crecimiento socioeconómico que ofrece la
cooperación internacional y superar los desequilibrios regionales propios de
nuestro país, para luego proyectarse con el debido impulso hacia la integración
latinoamericana y caribeña, además de la integración sur-sur; es decir, el
desarrollo integral del país como pivote hacia la construcción de la
pluripolaridad. Entre otros aspectos, la diplomacia dura emancipadora busca
preservar la seguridad del país, en lo económico, lo energético, lo hídrico y lo
alimentario.
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Destacamos que el liberalismo promueve riquezas sin poder nacional, al


fortalecer el poder nacional superaremos lo individual, poniendo el bien común
de la patria y al pueblo por encima de todo interés individual y egoísta. De la
misma forma, el socialismo del siglo XXI17 no subsistiría sin poder nacional.
Para impulsar este poder y conciencia nacional, veamos cómo entra en acción
la diplomacia blanda.

Intervención de la diplomacia blanda


La diplomacia blanda se perfila como una estrategia de arquitectura compleja,
pues su objetivo central es la superación de nuestra condición periférica. Esto
sólo puede materializarse a través de una consistente insubordinación
ideológica (Gullo 2008a) frente a toda forma de dominación imperialista. En sí,
la insubordinación ideológica representa la primera etapa del proceso
emancipador de la Revolución Bolivariana.

La primera práctica de la diplomacia blanda del MPPRE consiste en expandir el


paradigma de la Revolución Bolivariana como pensamiento liberador, capaz de
representar los intereses nacionales y latinoamericanos, en abierta oposición a
la ideología neocolonialista.

El pensamiento autóctono antihegemónico, ideario de nuestra diplomacia


blanda, se transforma en una política de Estado con sus vertientes interna y
externa, cuyo norte es la unidad latinoamericana mediante la expansión de una
superestructura cultural. Cuando nos definimos como herederos de la gesta
independentista y del acervo cultural de nuestros ancestros indígenas y
africanos, nuestra identidad latinoamericana trasciende.

No en balde Miranda, San Martín y, por supuesto, Bolívar, proyectaron que los
estados latinoamericanos, una vez libres de la Corona Española, integrasen
una gran nación. Asimismo, el sabio Simón Rodríguez, en su obra clásica
Sociedades americanas, nos advertía que es preciso formar una nueva
ciudadanía para que las instituciones de Hispanoamérica funcionen
efectivamente. En otras palabras, importar modelos de «desarrollo» no es una
opción; por el contrario, hay que inventar nuestro modelo, «ser originales»
como lo es también nuestro subcontinente, cuyos problemas particulares
demandan respuestas inéditas.

La primera etapa de la Revolución Bolivariana encabezada por el Presidente


Chávez fue precisamente el proceso constituyente de 1999, que se orientó
hacia el establecimiento de una nueva división del Poder Público, añadiendo
dos ramas: el Poder Moral (o Ciudadano) y el Electoral, ambos concebidos por
el propio Libertador y que en su momento fueron abortados por la oligarquía
conservadora.

La Constitución de 1999 permitió desmontar el paradigma de la democracia


representativa, basado en la delegación —y alienación— de la soberanía
popular. En cambio, el constitucionalismo revolucionario ha materializado el
concepto de democracia participativa y protagónica, donde el pueblo actúa
como auténtico e indiscutible soberano, dueño de su propio destino. De hecho,
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el espejo de la Revolución Bolivariana inspiró los últimos procesos


constituyentes de Bolivia y Ecuador, en los cuales se ha reivindicado a las
minorías, sobre todo a las etnias originarias.

Ello no es gratuito. Se trata de una de las dimensiones de la diplomacia blanda:


la diplomacia de los pueblos. Más allá de los gobiernos, los países tienen como
principales actores de cambio sociopolítico a los sectores populares y
organizaciones locales, tales como gremios, sindicatos, etnias o colectivos. El
ALBA-TCP apunta en ese sentido: la incorporación de los pueblos al proceso
integracionista, trascendiendo la institucionalidad política y económica, en aras
de consolidar nuestra identidad latinoamericana y caribeña. Y antes de
conformar esta organización, el primer gran logro de la diplomacia de los
pueblos fue el reconocimiento constitucional de que Bolivia es «un Estado
Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente,
soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías».

Cuando los pueblos toman conciencia del rol fundamental que les corresponde,
y lo ejercen, se fortalece el carácter y la moral nacional. Los sentimientos de
identidad y pertenencia, de patria, habían sido menospreciados por la dinámica
globalizadora, mientras que ahora son el eje de las reivindicaciones sociales y
sectoriales.

A diferencia de la diplomacia dura, este tipo de intervención se caracteriza por


actividades hasta cierto punto informales, pese a que los funcionarios
diplomáticos puedan servir como enlaces con los sectores a los que se quiere
contactar y motivar. Los instrumentos de la diplomacia blanda por excelencia
son las organizaciones no gubernamentales y los movimientos sociales. 18

La diplomacia blanda consiste en hacer ver a los demás asuntos no


considerados en su agenda, convenciéndolos de su prioridad. Asimismo, esa
siembra de prioridades requiere de una red de organizaciones no
gubernamentales y de constante flujo de información/inteligencia, con miras a
diluir las presunciones de intervencionismo.

Dentro de la formación de la agenda se distingue otra dimensión de la


diplomacia blanda: la diplomacia parlamentaria.

Para que los temas de la agenda trasciendan, deben traducirse en leyes o


allanar el camino para la eventual firma de instrumentos jurídicos
internacionales, especialmente cuando se requiere ratificación legislativa y
referendo popular. Mientras que los diplomáticos promueven la firma de
instrumentos, los representantes de las organizaciones no gubernamentales
contactan y apoyan a los movimientos emergentes.

En este sentido, la dimensión de la diplomacia multilateral actúa como un


espejo de la diplomacia parlamentaria. Se trata de acciones orientadas a
afianzar la presencia y participación de Venezuela en los distintos foros
internacionales. Para ello es prioritario precisar la agenda de actuación tanto en
los organismos multilaterales como en las instancias especializadas adscritas a
ellos. En especial, la presencia activa en los foros internacionales constituye
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también un puente hacia las organizaciones no gubernamentales y grupos de


presión.

Aunado a esto, la diplomacia multilateral, opuesta al intervencionismo


solapado, busca reproducir más allá de nuestras fronteras los valores de la
venezolanidad, así como las bondades de la democracia participativa y
protagónica, mediante el establecimiento de vínculos con organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales, preocupadas por el fomento de la
educación, la ciencia, la salud, la cultura y el deporte como verdaderos factores
de transformación e integración social. En ese sentido, destaca el impacto de
las misiones sociales en distintos países de América Latina y el Caribe.

Los movimientos antihegemónicos constituyen otro frente de importancia que


—en abierta oposición a los males del capitalismo depredador y su dinámica
excluyente y empobrecedora— está cobrando cada vez mayor presencia
mundial. Establecer nexos con dichos movimientos diversifica la penetración
del ideario bolivariano.

La diplomacia blanda tiene como complemento una dimensión cultural. Cabe


destacar el rol fundamental desempeñado por la exportación de nuestros
valores a través de las redes de medios alternativos, así como la difusión de los
logros de la Revolución Bolivariana; por ejemplo, el alcance de las misiones
sociales o el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles. Únicamente
dándose a conocer el cómo y el porqué del proceso revolucionario puede
erigirse como alternativa sólida ante el binomio democracia representativa-
economía de mercado.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

En suma, esta reorientación de la diplomacia venezolana —en aras de la


emancipación y la solidaridad— conlleva a redefinir el rol de nuestras
embajadas, consulados y representaciones permanentes; por ende, la DPLAN-
MPPRE, Área de Planes Estratégicos y Operativos, creó la categoría de trabajo
denominada «iniciativas estratégicas».

Iniciativas estratégicas
¿Cómo pasar de las siete líneas generales del Proyecto Nacional Simón
Bolívar 2003-2013 al funcionamiento de la Cancillería y sus unidades
desconcentradas? La respuesta adoptada por la DPLAN-MPPRE toma como
referencia el modelo de planificación estratégica situacional de Matus (Huertas,
2006), el cual distingue cuatro momentos de planificación: el analítico-
explicativo (diagnóstico), el normativo (deber ser), el estratégico (cómo hacerlo)
y el táctico-operacional (ejecución de metas y recursos), siendo éste el
momento cuando nacen los planes operativos.
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Conforme a nuestra realidad internacional podemos visualizar los siguientes


criterios.

Según muestra la imagen, las primeras seis líneas generales del Proyecto
Nacional Simón Bolívar 2007-2013 se forjan fuera de Venezuela mediante la
nueva geopolítica internacional. A su vez, cada línea comprende, en ese orden,
objetivos, estrategias y políticas.
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No obstante, las estrategias y políticas en que se desagregan cada uno de los


tres objetivos de la nueva geopolítica internacional (ver tabla 3) no superan el
momento normativo que sólo hace referencia al «deber ser», pues carecen de
una propuesta metodológica que permita precisar su ejecución. La DPLAN-
MPPRE busca resolver esta carencia a través de la desagregación de los
citados objetivos, tanto en las líneas estratégicas por continente, cuya instancia
rectora es el respectivo Despacho de Viceministro, como en iniciativas y
acciones estratégicas, cuya ejecución compete a embajadas, consulados y
representaciones permanentes.

Estructura del Plan


De este modo, cubiertos los momentos analítico-explicativo (unilateralismo) y
normativo (pluripolaridad) explicados en el Proyecto Nacional Simón Bolívar
2007-2013, el paso al momento estratégico se cumple al diseñar iniciativas y
acciones estratégicas, tanto para llevar a cabo la diplomacia dura como para
ejercer la diplomacia blanda, mientras se alcanza el momento táctico-
operacional a través del POA para cada una de las embajadas, consulados y
representaciones permanentes, expresado en la planificación y ejecución de
metas físico-financieras de iniciativas y acciones estratégicas de gran impacto
geopolítico para la consecución de objetivos de interés nacional.

En consecuencia se requería la redefinición inmediata de los Planes Operativos


Anuales (POA) de las misiones diplomáticas y oficinas consulares, los cuales
antes centraban su actuación casi exclusivamente en los eventos protocolares.
Redefinición expuesta en el marco de las III Jornadas de Actuación Estratégica
del Servicio Exterior: Plan Operativo Anual, Presupuesto y Gestión
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Administrativa 2011, donde se propuso estructurar los POA en varias


categorías de trabajo claramente diferenciadas:

1. Iniciativas y acciones estratégicas (ámbito de la política exterior):


categoría de trabajo diseñada para concretar las propuestas de actuación de
carácter internacional realizadas por las unidades desconcentradas del MPPRE
acreditadas en el exterior, capaz de generar un impacto significativo en la
geopolítica nacional e internacional de Venezuela, a través del impulso o
consolidación de relaciones políticas, económicas, sociales y culturales que
permitan el intercambio de experiencias y de recursos entre los países. Esta
categoría de trabajo considera la iniciativa estratégica como la pauta creativa
de la acción diplomática o consular para promover tratados, acuerdos o
convenios de cooperación que se materializan en un conjunto de acciones
claras, prioritarias y conexas enmarcadas en una específica línea estratégica
bajo un objetivo claro y que en sí constituyen los vínculos de conexión de las
redes de cooperación diplomática propuestas seguidamente.

2. Proyectos estratégicos e iniciativas estratégicas mancomunadas:


categoría de trabajo que permite articular mediante una planificación
estratégica concertada entre el Despacho de Viceministro y sus respectivas
misiones diplomáticas y oficinas consulares —que en conjunto se transforman
en unidades ejecutoras. Los proyectos estratégicos están orientados desde el
punto de vista técnico-político por los siguientes elementos:

 El objetivo estratégico generador de impacto en materia de política


exterior.
 El objetivo específico que refleja la iniciativa estratégica mancomunada.
 Los resultados esperados.
 Las actividades necesarias para alcanzar dichos resultados.
 Los recursos necesarios para desarrollar las actividades.
 Las limitantes externas del proyecto.
 Los indicadores medibles.

El propósito central de los proyectos estratégicos es fomentar la negociación en


bloque mediante una planificación concertada, en tanto elemento que permite
generar una visión común del proceso de integración que contribuya a
operativizar la pluripolaridad y a salir de la condición de Estado subordinado o
dependiente conforme a las siguientes consideraciones:

 Valores políticos compartidos.


 Unificación y diseño de estrategias comunes.

Los proyectos estratégicos se transforman entonces en un instrumento útil para


dar cumplimiento a la misión institucional del Ministerio de Poder Popular para
Relaciones Exteriores, garantizando la eficiente ejecución de los recursos e
instando a los distintos ejecutores a trabajar de manera coordinada bajo un
lineamiento coherente dictado por el Despacho correspondiente.

Reúne todas las bondades de las iniciativas y acciones estratégicas en cuanto


a los beneficios que generan al país, agregándole el factor mancomunado y
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para ampliar el ámbito de acción de las alianzas estratégicas y así cumplir


objetivos de mediano y largo plazo. Garantiza la ejecución eficiente de los
recursos e insta a los distintos ejecutores a trabajar de manera coordinada bajo
un lineamiento coherente del Despacho correspondiente.

3. Actuaciones diplomáticas y consulares (ámbito de las relaciones


internacionales): categoría de trabajo diseñada para programar los eventos
protocolares, diferenciándolos de las iniciativas estratégicas. Considera como
eventos protocolares a los diversos actos recurrentes en los que participan las
misiones tales como actos solemnes, actos institucionales, actos de tipo social
y actuaciones oficiales.

4. Servicios consulares: categoría de trabajo diseñada para programar los


servicios personalizados (expedición y renovación de documentos) que prestan
los consulados generales o secciones consulares de las embajadas a sus
usuarios, de conformidad con lo establecido en la Convención de Viena Sobre
Relaciones Consulares (1967) y la Ley del Servicio Consular (1987).

5. Institutos Venezolanos para la Cultura y Cooperación (Ivcc) y Centros


Culturales
(Cc): categoría de trabajo diseñada para reportar la programación y ejecución
de actividades culturales de las embajadas y consulados del Caribe (IVCC),
dependientes del MPPRE, según consta en el Reglamento de creación (Gaceta
Oficial N.° 37.896, 11-03-2004), así como para los Centros Culturales de
Venezuela en el mundo. Ambos entes se crean como poderosas instancias de
promoción ideológica-cultural.

De todas estas categorías, las dos primeras son fundamentales, toda vez que
la categoría 3 se centra en actuaciones rutinarias protocolares; la categoría 4,
en la prestación de servicios consulares, y la categoría 5, en las actividades de
promoción cultural. Por tanto, las iniciativas y acciones estratégicas están
diseñadas para la planificación en términos físicos, financieros y
presupuestarios, de todas las propuestas tendentes a la concreción de
tratados, acuerdos o convenios de cooperación internacional en favor de la
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materialización de las líneas, objetivos y metas del Proyecto Nacional Simón


Bolívar 2007-2013.

Las iniciativas estratégicas son concebidas para impulsar, desde afuera hacia
adentro, la política exterior de la República Bolivariana de Venezuela, con el fin
de fomentar y consolidar relaciones políticas, económicas, sociales, científicas
y culturales que permitan el intercambio de experiencias y recursos, la
consecución de las metas de interés nacional y el posicionamiento del Estado
como promotor del multilateralismo.

En otras palabras, una iniciativa estratégica consiste en una propuesta de


actuación de carácter internacional realizada por nuestras misiones
diplomáticas, oficinas consulares y representaciones permanentes, capaz de
generar un impacto significativo en la geopolítica nacional e internacional de
Venezuela. Estas propuestas pueden agruparse en dos categorías:

1. Diplomacia dura: Se expresa en aquellas iniciativas inherentes a la


promoción y gestión de instrumentos de política exterior (tratados,
acuerdos, convenios, memoranda de entendimiento, programas y
proyectos) entre Venezuela y otros países, en especial con bloques de
poder no hegemónicos. Dichos instrumentos comprenden las diversas
modalidades de cooperación técnica y financiera, y las fuentes bilaterales,
trilaterales o multilaterales de cooperación.

Estas iniciativas abarcan la satisfacción de necesidades materiales para


impulsar el desarrollo sostenido y sustentable en el ámbito económico
(producción, industrialización y comercialización): así como estrategia de
seguridad y defensa.

2. Diplomacia blanda (ideología): se expresa en un aspecto intangible,


pues no dispone de un poder material propio y recurre a procesos de
persuasión ideológica. Apuntan al establecimiento de redes de
comunicación para la difusión del contenido, objetivos y logros de la
Revolución Bolivariana aunado a la internacionalización de las misiones
sociales u otros mecanismos de solidaridad y ayuda humanitaria para los
grupos de mayor exclusión y dependencia. Comprenden además la
organización, alianza, proporción e intercambio con los movimientos
sociales antihegemónicos y grupos parlamentarios afines.

Negociación en bloque
Buscando preservar y ampliar sus privilegios, los bloques hegemónicos han
creado una arquitectura internacional tendente a minimizar la aproximación
entre los estados subordinados o en vías de desarrollo, es decir, buscan
mantener un status quo vertical en detrimento de la cooperación entre
iguales. De este modo se garantiza la permanencia de un régimen
internacional de supeditación favorable a las grandes potencias, para
impedir la emergencia de nuevos actores protagónicos en el concierto
internacional.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Para enfrentar y tratar de cambiar esta situación es preciso apelar a la


negociación en bloque: un proceso convergente y deliberado, mediante el
cual los actores construyen un plan común de estrategias y alianzas
cooperativas en favor del beneficio mutuo. Ello permitirá equilibrar la
capacidad negociadora de los países en vías de desarrollo ante los países
subordinantes y bloques hegemónicos.

La negociación en bloque promueve la integración equitativa, que supere


las diferencias entre países subordinantes y subordinados; la concertación
política y diplomática, apelando al mecanismo del consenso entre iguales, y
cooperación multidimensional, gradual y antihegemónica.

Antes de hablar de negociación en bloque involucrando a países aliados y


vecinos, habría que aplicar este concepto al trabajo de nuestras misiones
diplomáticas, representaciones permanentes y oficinas consulares. De este
modo, la negociación en bloque implicaría:

 La interrelación estratégica entre dos o más embajadas, consulados


o representaciones permanentes que amplían de forma planificada
su vinculación desde un área específica a varios campos de acción.

 La articulación de una estrategia negociadora común, que permita


ganar en conjunto a través de sinergias de actuación.

 La sustentación de iniciativas estratégicas en valores e ideales


compartidos.

Se trata entonces de unidad de las instancias desconcentradas del MPPRE, al


actuar en bloque, con una sola voz y oferta para negociar, en aras de construir
y articular nuevos polos de poder, unificar y diseñar intereses comunes entre
los países, y ejecutar iniciativas comunes que permitan operativizar el principio
de la pluripolaridad.

En tal sentido, se propone la creación de las redes de cooperación diplomáticas


(RECOD), las cuales se fundamentan en el trabajo mancomunado entre
nuestras misiones diplomáticas en el exterior para la promoción de la
cooperación, solidaridad, complementariedad e intercambio entre los estados,
como medios convenientes para fortalecer los vínculos entre éstas y, en
función de ello, hacer efectivas las estrategias mancomunadas (explícitamente
concertadas) para las búsqueda de objetivos de interés común y para la
solución de problemas que afectan el cumplimiento de las metas de interés
nacional.

Mancomunidad
Si las RECOD actuasen como entidades aisladas, el impacto de las iniciativas
estratégicas formuladas y ejecutadas por sus miembros podría ser muy
reducido o poco duradero. Para trascender en términos de política exterior, se
requiere una estructura mayor que sirva para articular las iniciativas
estratégicas de cada RECOD.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

En ese sentido, se propone la figura de la Mancomunidad. Con ésta no sólo se


logrará dar coherencia a la actividad de dos o más RECOD, las cuales cuentan
con planes operativos distintos, sino que sobre todo podrá impulsarse una
política exterior sostenida más allá del ámbito inmediato de las seis áreas de
interés geoestratégicos y la OPEP.

Por tanto, una Mancomunidad debe compartir con sus RECOD un mismo
marco planificador y operativo que les permita gestionar y promover la
ejecución de iniciativas estratégicas conjuntas (mancomunadas) ante entidades
nacionales e internacionales, públicas y privadas, que busquen auspiciar el
desarrollo económico, productivo, social y cultural.

Se parte del supuesto de que la Mancomunidad, en tanto forma de asociación


para la interacción e integración diplomática, se erigirá en un poderoso
mecanismo de comunicación e información. Con estos dos recursos, la
Mancomunidad será la mejor plataforma para promover la negociación en
bloque.

Red de Cooperación Diplomática (RECOD)


La negociación en bloque será una atribución de un determinado grupo de
misiones diplomáticas, oficinas consulares y representaciones permanentes.
Este grupo se denomina Red de Cooperación Diplomática (RECOD).

La prioridad de cada RECOD es gestionar la cooperación internacional para la


independencia, la emancipación y el desarrollo autónomo del país. Las RECOD
estarán unidas por iniciativas estratégicas de conformidad con los lineamientos
del Proyecto Nacional Simón Bolívar, pues estas acciones buscan promover el
desarrollo autónomo de la República Bolivariana de Venezuela.

Como visión emergente, las RECOD serían estructuras grupales de relación y


comunicación, conformadas por los diferentes jefes y representantes de
embajadas, consulados y representaciones permanentes de la República
Bolivariana de Venezuela, que forman parte de una mancomunidad de
misiones. Serían una estructura de coordinación diplomática y consultiva que
responde a las líneas del nivel sustantivo del MPPRE (Despachos de
Viceministro), tanto para la concertación de estrategias de cooperación como
para la participación en la toma de decisiones en materia de política exterior y
relaciones internacionales, con el fin de contribuir a formalizar instrumentos de
cooperación favorables al interés nacional.

Funciones de las RECOD


Con miras a promover la cooperación internacional destinada a fortalecer la
capacidad científica, tecnológica, productiva y de servicios sociales, las
RECOD tendrían como funciones:

a. Proponer proyectos, acuerdos, tratados y convenios de cooperación técnica


y financiera en el marco de las disposiciones legales y de las líneas
establecidas en el Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2013.
b. Diseñar el Plan Diplomático de Cooperación Internacional para ampliar y
reforzar la cooperación intercontinental hacia Venezuela.
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c. Aprovechar las bondades intercontinentales y continentales para la


cooperación, complementariedad e intercambio.
d. Establecer y ampliar los nexos con entidades e instituciones extranjeras de
cooperación internacional.
e. Consustanciar los Planes Operativos de las Misiones Diplomáticas a favor de
la cooperación intercontinental y continental.
f. Canalizar las solicitudes de cooperación internacional de la Administración
Pública Central.
g. Realizar seguimiento al cumplimiento de los mandatos de cooperación
internacional establecidos.
h. Transmitir conocimientos y estrategias.
i. Dar acompañamiento en los procesos de negociación en bloque. Sin
embargo, las misiones diplomáticas —individualmente y en coordinación con el
respectivo Despacho de Viceministro— están facultadas para proponer sus
propias iniciativas estratégicas.

El Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2013 define cuáles son las áreas de
interés geoestratégicas, pero se requiere su fortalecimiento con una visión
geopolítica mucho mayor que permita a Venezuela aprovechar las
oportunidades específicas de la coyuntura y su propia distribución geográfica
de embajadas, consulados y representaciones permanentes. Tomando en
cuenta esta limitación, la DPLAN-MPPRE, Área de Planes Estratégicos y
Operativos, ha propuesto una herramienta estadística que permita estructurar
un número pertinente de RECOD y Mancomunidades donde las primeras se
inserten: el Índice Diplomático de Información Geopolítica (IDIG).

De hecho, el Proyecto Nacional Simón Bolívar, al referirse expresamente al


MPPRE, sostiene que éste «(…) debe desarrollar un sistema de generación y
producción de conocimiento, donde se integra el nivel central con cada una de
las embajadas y su nivel regional de información, soportado en una plataforma
tecnológica que coadyuve a la gestión del conocimiento y a la articulación de
mecanismos de transferencia de información».

El IDIG por tanto constituye un instrumento de carácter teórico-estadístico,


cuyo diseño se orienta a la obtención de información clasificada y agrupada
sobre particulares perfiles socioeconómicos y político-culturales de los países
con los cuales la República Bolivariana de Venezuela mantiene tanto vínculos
diplomáticos como relaciones económicas y comerciales, representando la
punta de lanza para la estructuración de la futura plataforma tecnológica.

Conceptualización, utilidad y detalles metodológicos del Índice


Diplomático de Información Geopolítica (IDIG)

Fundamento
El Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2013 (2007:42) reza «…el Ministerio
de Relaciones Exteriores… debe desarrollar un sistema de generación y
producción de conocimiento, donde se integra el nivel central con cada una de
las embajadas y su nivel regional de información, soportado en una plataforma
tecnológica que coadyuve a la gestión del conocimiento y a la articulación de
mecanismos de transferencia de información».
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Criterios para la materialización de la Plataforma de Información del


MPPRE
Identificar la multipolaridad de las relaciones entre los estados, aprovechando
la experiencia de los jefes de misiones diplomáticas, oficinas consulares y
representaciones permanentes en todos y cada uno de los continentes en la
formulación y ejecución de los planes operativos anuales (POA).

Generar y cartografiar información estadística (análisis inductivo) en todos los


órdenes geográficos, que facilite la información para diseñar y ejecutar un POA
estratégico.

Índice Diplomático de Información Geopolítica (IDIG)


El diseño teórico-conceptual de las Iniciativas estratégicas abordado por el Plan
Operativo 2011 y 2012 del MPPRE, propone la generación del Índice
Diplomático de Información Geopolítica (IDIG), iniciativa estadística-
metodológica para obtener información clasificada y agrupada sobre los
particulares perfiles socio-económicos y político-culturales de los países con los
cuales tenemos vínculos diplomáticos y/o intercambios económicos y
comerciales.

El objetivo principal del IDIG es desarrollar un sistema de generación y


producción de información estadística, conformando —mediante el
procesamiento y clasificación de dicha información— grupos y subgrupos de
países que poseen una estructura de funcionamiento y/o nivel de vida
homogéneo. Entre sus objetivos específicos destacamos:

 Integrar teóricamente bloques de países con unidades geográficas


homogéneas entre ellas y estructuralmente heterogéneas con respecto a
otros bloques.

 Resaltar en específico aquellos factores socio-económicos y político-


culturales que, como países independientes, nos acercan o, por el
contrario, nos diferencian.

 Trabajar en mancomunidad entre nuestra misiones diplomáticas y


consulares,* al sugerir iniciativas estratégicas por grupo de países
homogéneos en sus niveles de vida, lo que nos permitiría abordar la
política exterior venezolana en equipo, tal cual como lo señala el
Proyecto Simón Bolívar 2007-2013.

 Cartografiar alianzas o bloques pluripolares existentes en función de alianzas


ya conformadas o por la existencia de variables comunes o realidades socio-
políticas y económicas comunes (construcción de mensajes visuales: Atlas
Geográfico de la Política Exterior Venezolana).

Estructura metodológica del IDIG, variables participantes en su construcción


Mediante la técnica estadística del análisis de datos y la selección del método
específico de recolección y presentación de información denominado Multicriterio-
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Multinivel, se estructuró una matriz con veintiún variables de distinta génesis


multidisciplinaria y/o características específicas: cuantitativa y/o cualitativa; precisadas
para 114 países con los cuales poseemos relaciones diplomáticas más estrechas;* las
variables cumplieron con los siguientes requisitos:

 Existencia de datos con misma fecha de generación para todos los países
involucrados en el análisis.

 Fuente de los datos con influencia internacional y de uso público por Internet;
se incluyen organismos internacionales manejados desde los grupos
hegemónicos de poder mundial.

 Años de la data: entre 2008 y 2010; en caso de variables que se consideren


estructurales o de muy difícil recolección, se amplía el rango de tolerancia
hasta el año 2005.
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Organismos multilaterales más relevantes para la política exterior


venezolana
Organización de las Naciones Unidas (ONU), Organización de Estados
Americanos (OEA), Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y
la Alimentación (FAO, siglas en inglés), Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Proyección Gall Peters


La cartografía utilizada busca distinguir la totalidad de las misiones
diplomáticas, oficinas consulares y representaciones permanentes de la
República Bolivariana de Venezuela en un contexto geográfico integral; en tal
sentido, la utilización de las proyecciones cartográficas estarán vinculadas con
los factores relacionados con el tema de interés proyectado y la escala que
debe ser utilizada para dicha proyección.

Dada la importancia estratégica que reviste el Atlántico sur (cooperación sur-


sur entre África y Suramérica) para nuestra política exterior, en el mapamundi
nos interesa trabajar con la proyección Gall Peters, dado que refleja
claramente, y en justa y real proyección, su superioridad territorial (88.842.000
km2) respecto al Atlántico norte (44.784.600 km2), a los fines de equilibrar las
dimensiones de los continentes y países, permitiendo visualizar las
particularidades estratégicas continentales, muy especialmente las vinculadas
con el Hemisferio Sur.

En este orden de ideas, utilizamos la proyección Mercator para los mapas de


cada una de las mancomunidades con sus Redes de Cooperación Diplomática
(RECOD) donde tenemos representación en el Hemisferio Norte,
aprovechando la distorsión (ampliación) que esa proyección se realiza a partir
de los 20 grados de latitud. Todo ello en vista de que existen países que por su
pequeña dimensión no quedarían reflejados adecuadamente en nuestro
análisis si utilizamos la proyección Gall Peter en esta área geográfica del
planeta. Consideramos inapropiada esta proyección para nuestros intereses
ilustrativos toda vez que no se notaría una gran parte de las naciones en las
que se ubican nuestras misiones y concurrencias en el hemisferio Norte, en
virtud de que la intención de nuestra política exterior es visibilizar la ampliación
del liderazgo internacional de Venezuela.

Por ejemplo, no quedan visibles en la proyección Gall Peters algunos países de


la Europa del Este y Balcánica como Chipre, Serbia, Eslovenia y otros vecinos;
algunos países del Medio Oriente y Asia del Centro como Líbano, Palestina,
concurrencias de Irán en el Asia central Islámica: Tayikistán, Azerbaiyán y
vecinos; Asia suroriental: archipiélagos de Filipinas e Indonesia; Lejano Oriente
Asiático: Corea del Sur, entre otros.
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III
Operativización
de la pluripolaridad.
Actuación inédita de
nuestra política exterior
para promover la
integración de nuestros
pueblos
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Cambio del centro de gravedad


El artículo 153 de la Constitución de 1999 establece como prioritaria la
integración con Latinoamérica y el Caribe, lo que redefine la orientación política
y estratégica de nuestro accionar internacional hacia una política común de la
región que viabilice la conformación de bloques de poder anti hegemónicos:

La República promoverá y favorecerá la integración latinoamericana y


caribeña, en aras de avanzar hacia la creación de una comunidad de
Naciones, defendiendo los intereses económicos, sociales, culturales,
políticos y ambientales de la región. La República podrá suscribir
tratados internacionales
que conjuguen y coordinen esfuerzos para promover el desarrollo
común de nuestras Naciones, y que aseguren el bienestar de los
pueblos y la seguridad colectiva de sus habitantes. Para estos fines, la
República podrá atribuir a organizaciones supranacionales, mediante
tratados, el ejercicio de las competencias necesarias para llevar a cabo
estos procesos de integración. Dentro de las políticas de integración y
unión con Latinoamérica y el Caribe, la República privilegiará
relaciones con Iberoamérica, procurando sea una política común de
toda nuestra América Latina. Las normas que se adopten en el marco
de los acuerdos de integración serán consideradas parte integrante del
ordenamiento legal vigente y de aplicación directa y preferente a la
legislación interna.

Por su parte, de conformidad con la orientación constitucional, el Plan de


Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013, a través de la línea
nueva geopolítica internacional establece la necesidad de operativizar la
pluripolaridad y especifica que para pasar del discurso del unilateralismo —
representado por los estados subordinantes— al nuevo equilibrio de poderes,
el camino es la integración histórica de nuestros pueblos y la ferviente
cooperación sur-sur. La directriz planteada posiciona por primera vez a
Venezuela en los distintos foros internacionales como país líder en la
promoción de un mundo pluripolar —sin hegemonías odiosas e injustas— y sin
la subordinación de la presión dominante de los países del Norte.
Colateralmente, Venezuela se posiciona como país de referencia ética frente a
la crisis del modelo capitalista y frente al fracaso de la integración neoliberal
basada en la defensa de egoísmos nacionales. Compensar las asimetrías del
imperialismo transnacional no será tarea fácil cuando los Tratados de Libre
Comercio (TLC) se mantienen activos en países vecinos, pero confiamos que
la diplomacia ideológica generará una nueva conciencia internacional con el
apoyo de los movimientos sociales donde se internalice la insostenibilidad del
sistema capitalista cuyo saldo es la basculación masiva de la pobreza. La crisis
multidimensional de la Unión Europea —la mayor potencia comercial del
mundo— es nuestra mejor referencia.

Este nuevo horizonte —fijado por el Gobierno Revolucionario— encierra un


radical cambio de las reglas del juego, cuyo primer punto determina que la
política exterior venezolana no será trazada desde Washington y que la
integración constituiría un escudo frente a la agresión imperial. En
consecuencia, la construcción estratégica pluripolar se empieza a operativizar
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

mediante el diseño de cuatro fases de actuación convergente, en las que el


accionar diplomático desempeña un papel de primer orden:

Fase 1. La consolidación de la Alternativa Bolivariana para las Américas


(ALBA).

Fase 2. La consolidación de la Unión de Naciones del Sur (UNASUR).

Fase 3. La conformación de la Zona Sucre.

Fase 4. La articulación estratégica del Atlántico sur (cooperación sur-sur).

Estamos en presencia de un cambio sustancial donde la política exterior


venezolana tenía como centro de gravedad —desde hace casi cien años—, ser
un suministrador seguro y confiable de hidrocarburos para el Norte, sin
necesidad de diversificar relaciones gubernamentales de nuevo tipo. Ahora el
centro de gravedad se redefine geopolíticamente con una nueva
direccionalidad: el sur con el sur; y el sur para el sur bajo un fin común —la
integración de nuestros pueblos— como herramienta emancipadora. En
consideración, el trabajo de la diplomacia revolucionaria asume el firme desafío
de estimular la acción concertada de los países en vías de desarrollo, mediante
el diseño e interacción de estrategias comunes de solidaridad y cooperación
entre los países latinoamericanos y caribeños con la claridad política e
ideológica que se requiere para revertir nuestra condición de países
subordinados o periféricos. A tal efecto, se establece como puntal para la
conformación de un nuevo mapa geopolítico el desarrollo energético como
motor articulador y de cooperación para resolver las asimetrías en el acceso a
los recursos petroleros. El petróleo se convierte entonces en la energía de la
revolución e integración socialista y en el elemento potenciador del desarrollo
articulador con fuertes conexiones.

La estrategia de conducción pluripolar —que se aplica mediante la


diversificación de las relaciones políticas, económicas y culturales para la
creación de nuevos bloques de poder— encuentra soporte en el trabajo
mancomunado de nuestras misiones acreditadas en el exterior, claramente
orientadas para participar en un fin común: la integración y cooperación sur-sur
como nuevo centro de gravedad geopolítico y geoestratégico propuesto por el
Gobierno Revolucionario.

Sería imposible lograr tal cometido sin el diseño de estrategias diplomáticas en


bloque (mancomunadas) y sin el soporte de una definición geopolítica
claramente entendida, que enmarque la orientación táctica de nuestras
iniciativas estratégicas y de nuestros esfuerzos colectivos con acciones
prospectivas coherentes.

La teoría geopolítica del profesor Samuel Cohen (Teoría de la jerarquía de los


espacios globales), señala: «El primer lugar en la jerarquía lo ocupan las rutas
comerciales marítimas de mayor frecuencia de navegación. El segundo lugar
es ocupado por las rutas terrestres de comercio. El tercer lugar lo ocupan los
países de lenguas y etnias comunes».
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Siguiendo los asertivos postulados inherentes a la jerarquía de los espacios


globales, se plantean como acciones concretas para la internacionalización: la
cooperación y las alianzas estratégicas que permitan la promoción de
inversiones para financiar los insumos y la logística necesarios para establecer
la articulación, interconexión y recomposición económica y social del sur,
mediante rutas de navegación, rutas terrestres y comunicaciones aéreas que
favorezcan significativamente el horizonte del intercambio comercial.
Considerando que el mundo entero necesita al Atlántico sur para subsistir
(estrategia de diplomacia dura), unido a la promoción ideológica de una política
exterior autóctona contraparte de la superestructura cultural del capitalismo
(estrategia de diplomacia blanda).

Si el camino para la pluralidad es la integración, entonces tengamos como


norte la consolidación de nuestras alianzas regionales inmediatas,
construyendo y consolidando las distintas fases de actuación.

Fases de actuación estratégica para la construcción pluripolar

Fase 1. La consolidación de la Alternativa Bolivariana para las Américas


(ALBA)
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de
Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP)20 (ver mapa 4, primera fase), es un
mecanismo de integración con base en principios como la complementariedad
y solidaridad propuesto por el presidente Chávez en el 2001. Se inició en el
2004 con Cuba y Venezuela, aunque posteriormente se integraron Bolivia,
Nicaragua, Dominica, Honduras (actualmente está fuera del mecanismo),21
San Vicente y Las Grenadinas, Ecuador y Antigua y Barbuda.22 Se desarrolla
como alternativa frente al ALCA y a los TLC, en contraposición a las iniciativas
de Estados Unidos u organismos multilaterales. En junio de 2009, los jefes de
Estado y de Gobierno de los países miembros decidieron que el ALBA-TCP se
denominará Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado
de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), en el entendido de que el
crecimiento y fortalecimiento político del ALBA-TCP la constituye en una fuerza
real y efectiva.

El ALBA-TCP se gesta así como consecuencia de una acción internacional


decidida y efectiva del Gobierno Bolivariano, en la vía de creación de un
esquema de integración dentro del cual la solidaridad es el criterio base. En
franca oposición a las estructuras de tendencia neoliberal y corporativa que hoy
día se encuentran en crisis decadente debido a la insostenibilidad de la actual
versión del modelo capitalista.

El criterio de solidaridad establecido por la Alianza, se fundamenta en la unidad


y hermandad entre los pueblos, dejando atrás criterios del viejo capitalismo,
para dar paso a un espacio de integración consistente con la superación de las
normas y la lógica dominantes en las prácticas comerciales comunes,
orientadas por el mero lucro a corto plazo y por aspiraciones de carácter
superficial y cortoplacista.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

La consolidación de la idea liberadora integracionista denominada ALBA-TCP,


implica tomar una serie de decisiones colectivas, basadas en: la unión
comercial, aduanera y monetaria, esta última determinantemente
estructuradora en el intercambio comercial.

La acción del ALBA-TCP hacia la unión monetaria, aspecto decisivo de la


consolidación y expansión de la Alianza, se esfuerza por crear una moneda
única basada principalmente en la necesidad perentoria de liberarse de forma
gradual de la dependencia del dólar como moneda extra regional, y de paso
flexibilizar y acelerar los intercambios comerciales entre los países de la región.

Comprender la génesis de este bloque de integración anti hegemónico implica


una noción muy clara de la intencionalidad de sus principios: la solidaridad, la
complementariedad, la justicia y la cooperación, que tienen el propósito
histórico fundamental de unir las capacidades y fortalezas de los países
hermanos, considerando los siguientes criterios:23

1. El comercio y la inversión no deben ser fines en sí mismos sino


instrumentos para alcanzar un desarrollo justo y sustentable. Pues la
verdadera integración latinoamericana y caribeña no puede ser hija
ciega del mercado, ni tampoco una simple estrategia para ampliar los
mercados externos o estimular el comercio. Para lograrlo se requiere
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una efectiva participación del Estado como regulador y coordinador de la


actividad económica.
2. Trato especial y diferenciado, que tenga en cuenta el nivel de desarrollo
de los diversos países y la dimensión de sus economías, y que garantice el
acceso de todas las naciones que participen en los beneficios que se
deriven del proceso de integración.
3. La complementariedad económica y la cooperación entre los países
participantes y la nocompetencia entre países y producciones, de tal modo
que se promueva una especialización productiva eficiente y competitiva
que sea compatible con el desarrollo económico equilibrado en cada país,
con las estrategias de lucha contra la pobreza y con la preservación dela
identidad cultural de los pueblos.
4. Cooperación y solidaridad que se exprese en planes especiales para los
países menos desarrollados en la región, que incluya un plan continental
contra el analfabetismo, utilizando modernas tecnologías que ya fueron
probadas en Venezuela; un plan latinoamericano de tratamiento gratuito de
salud a ciudadanos que carecen de tales servicios y un plan de becas de
carácter regional en las áreas de mayor interés para el desarrollo
económico y social.
5. Desarrollo integrador de las comunicaciones y el transporte entre los
países latinoamericanos y caribeños, que incluya planes conjuntos de
carreteras, ferrocarriles, líneas marítimas y aéreas, telecomunicaciones y
otras.
6. Acciones para propiciar la sostenibilidad del desarrollo mediante normas
que protejan el medio ambiente, estimulen un uso racional de los recursos e
impidan la proliferación de patrones de consumo derrochador y ajeno a las
realidades de nuestros pueblos.
7. Integración energética entre los países de la región, que asegure el
suministro estable de productos energéticos en beneficio de las sociedades
latinoamericanas y caribeñas.
8. Fomento de las inversiones de capitales latinoamericanos en la propia
América Latina y el Caribe, con el objetivo de reducir la dependencia de los
países de la región de los inversionistas foráneos. Para ello se crearían,
entre otros, un Fondo Latinoamericano de Inversiones, un Banco de
Desarrollo del Sur y la Sociedad de Garantías Recíprocas
Latinoamericanas.
9. Defensa de la cultura latinoamericana y caribeña, así como de la
identidad de los pueblos de la región, con particular respeto y fomento de
las culturas autóctonas e indígenas. Creación de la Televisora del Sur
(TELESUR) como instrumento alternativo al servicio de la difusión de
nuestras realidades.
10. Medidas para las normas de propiedad intelectual, al tiempo que
protejan el patrimonio de los países latinoamericanos y caribeños frente a la
voracidad de las empresas transnacionales, no se conviertan en un freno a
la necesaria cooperación en todos los terrenos entre nuestros países.
11. Concertación de posiciones en la esfera multilateral y en los procesos
de negociación de todo tipo con países y bloques de otras regiones, incluida
la lucha por la democratización y la transparencia en los organismos
internacionales, particularmente en las Naciones Unidas y sus órganos.
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Es importante resaltar las cualidades del ALBA-TCP, según se reseña en su


página oficial:
El ALBA-TCP no alberga criterios mercantilistas ni intereses egoístas de
ganancia empresarial o beneficio nacional en perjuicio de otros pueblos. Busca
tener una amplia visión latinoamericanista, que reconozca la imposibilidad de
que nuestros países se desarrollen y sean verdaderamente independientes de
forma aislada, siendo capaz de lograr lo que Bolívar llamó «(…) ver formar en
América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que
por su libertad y gloria», y que Martí concibiera como la «América Nuestra», para
diferenciarla de la otra América, expansionista y de apetitos imperiales.

Para entender los alcances regionales del ALBA-TCP, es conveniente referirse


a los principio rectores del Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP) como
base de la alianza bolivariana:24

1. Comercio con complementariedad, solidaridad y cooperación promoviendo


reglas comerciales y de cooperación para el bienestar de la gente y en
particular de los sectores más desfavorecidos.
2. Comercio soberano, sin condicionamientos ni intromisión en asuntos
internos, respetando las constituciones políticas y las leyes de los estados, sin
obligarlos a aceptar condiciones, normas o compromisos.
3. Comercio complementario y solidario entre los pueblos, las naciones y sus
empresas. El desarrollo de la complementación socioproductiva sobre bases de
cooperación, aprovechamiento de capacidades y potencialidades existentes en
los países, el ahorro de recursos y la creación de empleos. La búsqueda de la
complementariedad, la cooperación y la solidaridad entre los diferentes países.
El intercambio, la cooperación y la colaboración científico-técnica constantes
como una forma de desarrollo, teniendo en consideración las fortalezas de los
miembros en áreas específicas, con miras a constituir una masa crítica en el
campo de la innovación, la ciencia y la tecnología.
4. Protección de la producción de interés nacional, para el desarrollo integral de
todos los pueblos y naciones. Todos los países pueden industrializarse y
diversificar su producción para un crecimiento integral de todos los sectores de
su economía. El rechazo a la premisa de «exportar o morir» y el
cuestionamiento del modelo de desarrollo basado en enclaves exportadores-
importadores. El privilegio de la producción y el mercado nacional que impulsa
la satisfacción de las necesidades de la población a través de los factores de
producción internos, importando lo que es necesario y exportando los
excedentes de forma complementaria.
5. El trato solidario para las economías más débiles. Cooperación y apoyo
incondicional, con el fin de que alcancen un nivel de desarrollo sostenible, que
permita alcanzar la suprema felicidad social. Mientras los TLC imponen reglas
iguales y recíprocas para grandes y chicos, el TCP plantea un comercio que
reconozca las diferencias entre los distintos países a través de reglas que
favorezcan a las economías más pequeñas.
6. El reconocimiento del papel de los estados soberanos en el desarrollo
socioeconómico, la regulación de la economía. A diferencia de los TLC que
persiguen la privatización de los diferentes sectores de la economía y el
achicamiento del Estado, el TCP busca fortalecer al Estado como actor central
de la economía de un país a todos los niveles, enfrentando las prácticas
privadas contrarias al interés público, como el monopolio, el oligopolio, la
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cartelización, acaparamiento, especulación y usura. El TCP apoya la


nacionalización y la recuperación de las empresas y recursos naturales a los
que tienen derecho los pueblos estableciendo mecanismos de defensa legal.
7. Promoción de la armonía entre el hombre y la naturaleza, respetando los
derechos de la madre tierra y promoviendo un crecimiento económico en
armonía con la naturaleza. Se reconocen los derechos de la madre tierra y se
impulsa la sostenibilidad en armonía con la naturaleza.
8. La contribución del comercio y las inversiones al fortalecimiento de la
identidad cultural e histórica de nuestros pueblos. Mientras los TLC buscan
convertir a toda la humanidad en simples consumidores homogeneizando los
patrones de consumo para ampliar así los mercados de las transnacionales, el
TCP impulsa la diversidad de expresiones culturales en el comercio.
9. El favorecimiento a las comunidades, comunas, cooperativas, empresas de
producción social, pequeñas y medianas empresas. La promoción conjunta
hacia otros mercados de exportaciones de nuestros países y de producciones
que resulten de acciones de complementación productiva.
10. El desarrollo de la soberanía y seguridad alimentaria de los países
miembros en función de asegurar una alimentación con cantidad y calidad
social e integral para nuestros pueblos. Apoyo a las políticas y la producción
nacional de alimentos para garantizar el acceso de la población a una
alimentación de cantidad y calidad adecuadas.
11. Comercio con políticas arancelarias ajustadas a los requerimientos de los
países en desarrollo. La eliminación entre nuestros países de todas las
barreras que constituyan un obstáculo a la complementación, permitiendo a los
países subir sus aranceles para proteger a sus industrias nacientes o cuando
consideren necesario para su desarrollo interno y el bienestar de su población
con el fin de promover una mayor integración entre nuestros pueblos.
Desgravaciones arancelarias asimétricas y no recíprocas que permiten a los
países menos desarrollados subir sus aranceles para proteger a sus industrias
nacientes o cuando consideren necesario para su desarrollo interno y el
bienestar de su población.
12. Comercio que proteja a los servicios básicos como un derecho humano. El
reconocimiento del derecho soberano de los países al control de sus servicios
según sus prioridades de desarrollo nacional, así como proveer servicios
básicos y estratégicos directamente mediante el Estado o a través de
inversiones mixtas con los países socios. En oposición al TLC que promueve la
privatización de los servicios básicos del agua, la educación, la salud, el
transporte, las comunicaciones y la energía, el TCP promueve y fortalece el rol
del Estado en estos servicios esenciales en pleno cumplimiento de los
derechos humanos.
13. Cooperación para el desarrollo de los diferentes sectores de servicios.
Prioridad a la cooperación dirigida al desarrollo de capacidades estructurales
de los países, buscando soluciones sociales en sectores como la salud y la
educación, entre otros. Reconocimiento del derecho soberano de los países al
control y la regulación de todos los sectores de servicios buscando promover a
sus empresas de servicios nacionales. Promoción de la cooperación entre
países para el desarrollo de los diferentes sectores de servicios antes que el
impulso a la libre competencia desleal entre empresas de servicios de diferente
escala.
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14. Respeto y cooperación a través de las compras públicas. Una herramienta


de planificación para el desarrollo y de promoción de la producción nacional
que debe ser fortalecida a través de la cooperación, participación y la ejecución
conjunta de compras cuando resulte conveniente.
15. Ejecución de inversiones conjuntas en materia comercial que puedan
adoptar la forma de empresas Grannacionales, entendiendo como tales la
asociación de empresas estatales de diferentes países para impulsar un
desarrollo soberano y de beneficio mutuo.
16. Socios y no patrones. La exigencia para que la inversión extranjera respete
las leyes nacionales. A diferencia de los TLC que imponen una serie de
ventajas y garantías en favor de las transnacionales, el TCP busca una
inversión extranjera que respete las leyes, reinvierta las utilidades y resuelva
cualquier controversia con el Estado al igual que cualquier inversionista
nacional. Los inversionistas extranjeros no podrán demandar a los estados
nacionales ni a los gobiernos por desarrollar políticas de interés público.
17. Comercio que respeta la vida. Mientras los TLC promueven el patentado de
la biodiversidad y del genoma humano, el TCP los protege como patrimonio
común de la humanidad y la madre tierra.
18. La anteposición del derecho al desarrollo, a la salud y a la propiedad
intelectual e industrial. En contraposición a los TLC, que buscan patentar y
ampliar la duración de la patente de invenciones que son fundamentales para
la salud humana, la preservación de la madre tierra y el crecimiento de los
países en desarrollo —muchas de las cuales han surgido de investigaciones
soportadas con fondos o subvenciones públicas—, el TCP antepone el derecho
al desarrollo y a la salud antes que la propiedad intelectual de las
transnacionales.
19. Adopción de mecanismos que conlleven a la independencia monetaria y
financiera. Impulso a estructuras que ayuden a fortalecer la soberanía
monetaria, financiera, y la complementariedad en esta materia entre los países.
20. Protección de los derechos de los trabajadores y los derechos de los
pueblos indígenas. Promoción de la vigencia plena de estos derechos y la
sanción a la empresa y no al país que los incumple.
21. Publicación de las negociaciones comerciales para que el pueblo pueda
ejercer su papel protagónico y participativo en el comercio. Nada de
negociaciones secretas y a espaldas de la población.
22. La calidad como la acumulación social de conocimiento y su aplicación en
la producción en función de la satisfacción de las necesidades sociales de los
pueblos, según un nuevo concepto de calidad en el marco del ALBA-TCP, para
que los estándares no se conviertan en obstáculos a la producción y al
intercambio comercial entre los pueblos.
23. La libre movilidad de las personas como un derecho humano. El TCP
reafirma el derecho a la libre movilidad humana, con el objeto de fortalecer los
lazos de hermandad entre todos los países del mundo.

Con base en este amplio marco alternativo respaldado por nuevos principios,
queda claramente evidenciado que el ALBA-TCP se fundamenta en la creación
de mecanismos para generar ventajas cooperativas entre las naciones que
permitan compensar las asimetrías existentes entre los países del hemisferio.
Se basa en la cooperación para corregir las disparidades que colocan en
desventaja a los países débiles frente a las primeras potencias. La noción
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neoliberal de acceso a los mercados se limita a poner medidas para reducir el


arancel y eliminar las trabas al comercio y a la inversión. Ese libre comercio
entendido en estos términos sólo beneficia a los países de mayor grado de
industrialización y desarrollo. La estrategia bolivariana constituye una ruptura
radical con los clásicos esquemas coloniales o neo-imperialistas basados en la
competencia desleal, la hegemonía, la ficción de un libre mercado y la intención
de lograr la dominación política.

Por lo tanto, en aras del fortalecimiento de la alianza, de la reorganización de la


arquitectura financiera latinoamericana y de la independencia económica de
nuestros pueblos, en el 2008 se funda la entidad financiera del bloque
bolivariano (el Banco del ALBA) y en el 2009 se firmó el tratado constitutivo del
Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (SUCRE), entrando en
vigor en el 2010. El SUCRE se posiciona como actor estelar de la unión
monetaria, cuyo desarrollo ha sido sumamente ágil en esta revolución, si se
compara con el desarrollo de las propuestas de la moneda única europea.

La capitalización plena del banco y la implantación del «Sucre» como divisa


común es prioridad de la Revolución Bolivariana, que presenta como estrategia
emergente la colocación en el Banco del ALBA del 1 % de las reservas
internacionales de cada nación miembro. En el caso de Venezuela, ese 1 %
sería cerca de 300 millones de dólares.

El Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores ha preparado


acciones para que nuestras misiones diplomáticas participen en el diseño y
negociación de iniciativas estratégicas mancomunadas que se cimientan en el
conocimiento de los proyectos estratégicos que tienen los países, con el objeto
de analizar cómo se puede financiar su ejecución a través del sucre y el Banco
del Alba. El reto de las cancillerías aliadas consiste en la promoción del sucre
en todos los países de la Alianza, ya que hasta ahora Venezuela trabaja con
Cuba, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. Falta integrar a este sistema de
intercambio comercial a las Naciones del Caribe Oriental, que dicho sea de
paso todavía pertenecen a la Commonwealth.

Con la creación de la alianza bolivariana se da un primer cumpliendo de la


línea estratégica prioritaria del PDESN 2007-2013: la creación de nuevos polos
de poder, enmarcado en el área de interés geoestratégica prioritaria: América
Latina y el Caribe.

En síntesis, consolidar y expandir el Sistema Unitario de Compensación


Regional de Pagos (SUCRE) en Latinoamérica y el Caribe es el centro de
gravedad vital sobre el cual debe girar la acción mancomunada de todas
nuestras misiones acreditadas en el exterior. De ello dependerá, en gran
medida, el avance hacia la Fase 2 de la construcción de la pluripolaridad
continental: la consolidación de UNASUR.
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Fase 2. La consolidación de la Unión de Naciones del Sur (UNASUR)


El 18 de diciembre de 2004 se produjo la Declaración Constitutiva de la Unión
de Naciones Suramericanas (UNASUR),25 la cual empezó a existir
efectivamente desde el 2008 como una organización con personalidad jurídica
internacional. La alianza incluye a doce países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile,
Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Este nuevo modelo de integración tiene como objetivo último favorecer un
desarrollo más equitativo, armónico e integral de América del Sur (ver mapa 5.
Segunda fase).

El tratado constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), en


su artículo 2, define el objetivo y alcance para el cual fue creada:26

La Unión de Naciones Suramericanas tiene como objetivo construir, de manera


participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social,
económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad al diálogo político, las
políticas sociales, la educación, la energía, la infraestructura, el financiamiento y el
medio ambiente, entre otros, con miras a eliminar la desigualdad socioeconómica,
lograr la inclusión social y la participación ciudadana, fortalecer la democracia y reducir
las asimetrías en el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los
Estados.

En el preámbulo del Tratado se enumeran los «principios rectores» de la


UNASUR: irrestricto respeto a la soberanía, integridad e inviolabilidad territorial
de los estados; autodeterminación de los pueblos; solidaridad; cooperación;
paz; democracia; participación ciudadana y pluralismo; derechos humanos
universales, indivisibles e interdependientes; reducción de las asimetrías y
armonía con la naturaleza para un desarrollo sostenible.
La génesis de la Unión Suramericana sólo puede ser comprendida a través de
los objetivos que motivaron su creación:

 El fortalecimiento del diálogo político entre los estados miembros que


asegure un espacio de concertación para reforzar la integración
sudamericana y la participación de UNASUR en el escenario
internacional.
 El desarrollo social y humano con equidad e inclusión para erradicar la
pobreza y superar las desigualdades en la región.
 La erradicación del analfabetismo, el acceso universal a una educación
de calidad y el reconocimiento regional de estudios y títulos.
 La integración energética para el aprovechamiento sostenible y solidario
de los recursos de la región.
 El desarrollo de una infraestructura para la interconexión de la región y
entre nuestros pueblos de acuerdo a criterios de desarrollo social y
económico sustentables.
 La integración financiera mediante la adopción de mecanismos
compatibles con las políticas económicas y fiscales de los estados
miembros.
 La protección de la biodiversidad, los recursos hídricos y los
ecosistemas, así como la cooperación en la prevención de las
catástrofes y en la lucha contra las causas y los efectos delcambio
climático.
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 El desarrollo de mecanismos concretos y efectivos para la superación de


las asimetrías, logrando así una integración equitativa.
 La consolidación de una identidad suramericana a través del
reconocimiento progresivo de derechos a los nacionales de un estado
miembro residentes en cualquiera de los otros estados miembros, con el
fin de alcanzar una ciudadanía suramericana.
 El acceso universal a la seguridad social y a los servicios de salud.
 La cooperación en materia de migración, con un enfoque integral, bajo el
respeto irrestricto de los derechos humanos y laborales para la
regularización migratoria y la armonización de políticas.
 La cooperación económica y comercial para lograr el avance y la
consolidación de un proceso innovador, dinámico, transparente,
equitativo y equilibrado, que contemple un acceso efectivo, promoviendo
el crecimiento y el desarrollo económico que supere las asimetrías
mediante la complementación de las economías de los países de
América del Sur, así como la promoción del bienestar de todos los
sectores de la población y la reducción de la pobreza.
 La integración industrial y productiva, con especial atención en las
pequeñas y medianas empresas, las cooperativas, las redes y otras
formas de organización productiva.
 La definición e implementación de políticas y proyectos comunes o
complementarios de investigación, innovación, transferencia y
producción tecnológica, con miras a incrementar la capacidad, la
sustentabilidad y el desarrollo científico y tecnológico propios.
 La promoción de la diversidad cultural y de las expresiones de la
memoria y de los conocimientos y saberes de los pueblos de la región,
para el fortalecimiento de sus identidades.
 La participación ciudadana a través de mecanismos de interacción y
diálogo entre la UNASUR y los diversos actores sociales en la
formulación de políticas de integración suramericana.
 La coordinación entre los organismos especializados de los estados
miembros, teniendo en cuenta las normas internacionales, para
fortalecer la lucha contra el terrorismo, la corrupción, el problema
mundial de las drogas, la trata de personas, el tráfico de armas, el
crimen organizado transnacional y otras amenazas, así como para el
desarme, la no proliferación de armas nucleares y de destrucción
masiva, y el desminado.
 La promoción de la cooperación entre las autoridades judiciales de los
estados miembros de la UNASUR.
 El intercambio de información y de experiencias en materia de defensa.
 La cooperación para el fortalecimiento de la seguridad ciudadana.
 La cooperación sectorial como un mecanismo de profundización de la
integración suramericana, mediante el intercambio de información,
experiencias y capacitación.
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La UNASUR está conformada por diferentes consejos e instituciones: Consejo


de Jefes de Estado y de Gobierno, La Presidencia Pro Témpore, Consejo de
Ministros de Relaciones Exteriores, Consejo de Delegados, Secretaría General,
Consejo de Defensa Suramericano, Consejo Energético Suramericano, Banco
Suramericano y Parlamento Suramericano, con el objeto de trabajar
concertadamente para contribuir al fortalecimiento de la integración
latinoamericana a gran escala, que entre otros elementos abre la puerta a la
posibilidad de que los diversos organismos de integración locales, como el
MERCOSUR, se sumen para establecer un acuerdo económico que daría pie a
una unión geopolítica efectiva de unos 17.715.335 kilómetros cuadrados de
superficie, 361.000.000 millones de habitantes aproximadamente (2011), con
un PIB en términos de Paridad de Poder Adquisitivo alrededor de
4.434.793.000 millones de dólares, tres veces Francia y más del 80 % del
Japón, contribuyendo dicha alianza a la gobernabilidad de la región
suramericana.

La unión surge entonces como una iniciativa de fuerte perfil estratégico, toda
vez que desde el punto de vista geopolítico la Unión de Naciones
Suramericanas representa la quinta potencia económica mundial. Tiene una
población de 361 millones de habitantes. Esto es aproximadamente 79 millones
de habitantes más que la población de Estados Unidos y 108 millones menos
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que la de la Unión Europea. Comparando con países asiáticos, Suramérica


tiene 256 millones de habitantes más que Japón y 917 millones de habitantes
menos que China. En resumen, los indicadores estratégicos (bases materiales
de la nueva unidad económico- política suramericana) que instan a la
conformación de un bloque de defensa militar regional de nuestros recursos
son los siguientes:

 PPI de 2.348.953 millones de dólares, lo que la convierte en la cuarta


economía más grande del mundo.
 Población de 361 millones de habitantes, la cuarta a nivel mundial.
 Superficie superior a 17 millones de kilómetros cuadrados, más que
cualquier nación, y en cuarto lugar si se la compara con otros bloques
internacionales de más de 361 millones de personas.
 Sus exportaciones ascienden a 453.143 millones de dólares.
 Es la región que más alimentos produce y exporta en el mundo.
 Posee el 27 % de las fuentes de agua dulce del mundo.
 Tiene ocho millones de kilómetros cuadrados de superficie forestal.
 Está ubicada entre los dos principales océanos del mundo.
 Dispone de hidrocarburos para cien años.
 El 95 % de sus habitantes tiene una sola religión.
 La gran mayoría de sus habitantes habla dos idiomas oficiales
mutuamente inteligibles (español y portugués).
 Tiene una historia común y valores compartidos.

Su Secretaría General fue ubicada en Ecuador por ser nación emblemática de


la historia libertaria latinoamericana y por su carácter portador de importantes
masas de pueblos herederos directos de las culturas primigenias.

En cumplimiento de las directrices del Plan de la Nación, que específica el


desarrollo de la nueva geopolítica internacional como línea estratégica para el
desarrollo de los estados nacionales, UNASUR implica la discusión de niveles
de integración que, anteriormente, no se habían tomado en cuenta: el militar o
la inclusión de figuras representativas a niveles de jefes de Estado y de
gobierno, resaltando el hecho de reunir a todos los jefes de Estado en una
cumbre internacional a gran escala, mostrándose este hecho por sí solo como
acelerador del surgimiento de arreglos fecundos en la región, por cuanto
dinamiza la toma de decisiones interamericanas conjuntas.

UNASUR es el marco de integración capaz de contrarrestar eficazmente los


aspectos de los desequilibrios internos de cada país latinoamericano, como la
tradicional dependencia hacia las fachadas geopolíticas marítimas (salvo en
Paraguay y en Bolivia), con descuido de las fachadas geopolíticas del interior y
del comercio a través de las relaciones internas —primer y segundo nivel en la
Teoría de la Jerarquía de los Espacios Globales.

Debemos aprovechar el momento histórico, ya que el grado de desequilibrio en


nuestra región no es tan abrumador como antaño, sometidos al yugo de la
economía monoproductora; actualmente abundan los rubros donde un país
clave puede efectuar suministros importantes a toda la zona (Venezuela con el
petróleo, Brasil con la electricidad, Argentina con la soja, Bolivia con el gas,
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Chile con el estaño y el cobre, y así sucesivamente). Tal realidad incrementa la


probabilidad cierta de la viabilidad de las industrias internas de cada país —
desarrollo endógeno— con buena posibilidad en los sectores productivos de
que cualquier carencia pueda ser suplida por el país vecino. Si bien existen
conflictos dentro del seno de la Unión, como es el caso de las industrias del
papel entre Uruguay y Argentina, la política exterior de la República
Bolivariana, con el apoyo de las misiones diplomáticas como instrumentos
formales de actuación y negociación, pueden llevar adelante una tarea de vital
importancia en la medida en que se lleven a cabo la cooperación triangular
para resolver este tipo de conflictos y otros que se generen.

Indefectiblemente debemos mencionar que en medio de la agobiante crisis de


la Unión Europea, el Banco del Sur27 emerge como una iniciativa clave de
integración financiera que servirá de apoyo a la UNASUR, generando las bases
para consolidar una nueva arquitectura financiera regional. En abril de 2012
entró en vigor el Convenio Constitutivo del Banco del Sur,28 una vez que han
sido depositados los instrumentos de ratificación de cinco de sus países
miembros fundadores: la República Argentina, el Estado Plurinacional de
Bolivia, la República del Ecuador, la República Oriental del Uruguay y la
República Bolivariana de Venezuela, en espera de la próxima ratificación del
Convenio Constitutivo por parte de la República Federativa del Brasil y la
República del Paraguay. Con la entrada en vigor del Convenio, Suramérica
estará frente a una entidad multinacional concebida para liberar a las naciones
hermanas de las asfixiantes e ilegítimas políticas neoliberales del FMI y del
Banco Mundial. El resultado será entonces la disminución del depósito del
ahorro interno de las economías de la región suramericana en los bancos del
Norte.

Los fondos del Banco del Sur, que contarán con un capital global de
aproximadamente 20.000 millones de dólares, servirán para promover,
conjuntamente con el apoyo de la diplomacia de los estados, la diplomacia de
los pueblos y la participación de nuestras Redes de Cooperación Diplomática
(RECOD), proyectos en sectores clave de la economía, como el desarrollo
tecnológico, la ampliación y dotación de infraestructuras de servicio y la
complementación productiva intrarregional, contribuyendo tales acciones a un
verdadero impulso estatal para aumentar «el umbral de poder» que repercutirá
en la soberanía monetaria y financiera de Suramérica.

Tanto el Banco del ALBA como el Banco del Sur constituyen dos instrumentos
financieros emancipatorios del nuevo Sur.

Fase 3. La conformación de la Zona Sucre (ALBA + UNASUR +


PETROCARIBE)
La tercera fase operativa de nuestro accionar diplomático se centra en agrupar
esfuerzos para desarrollar una estructura de integración política, social, cultural
y económica de mayor envergadura, impulsada por la creación de una Unión
Monetaria Plurinacional. Se trata de la unificación y fusión de los estados del
ALBA más los Estados de UNASUR29 y los estados integrantes de
PETROCARIBE, quienes se conjugarían como Estados fundadores de la Zona
Sucre, pensada para conformar gradualmente una zona de libre comercio para
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la complementación de las economías de los países de América del Sur,


Centroamérica y el Caribe, que redunde en la promoción de su crecimiento y
desarrollo (complementación económica y productiva). Su objetivo básico, la
reducción de asimetrías comerciales existentes y la consolidación plena de una
zona de desarrollo compartido, solidario y de seguridad hemisférica.

La Zona Sucre (ver mapa 6. Tercera fase), representa la combinación de los


esfuerzos integracionistas más dinámicos de Suramérica, el Caribe y parte de
Centroamérica (ALBA, UNASUR y PETROCARIBE), permitirá lograr una unión
no sólo de los diversos mecanismos de integración, sino además lograr una
conexión con los pueblos latinoamericanos y caribeños dentro de los cuales
destaquen aspectos clave como las armonizaciones de políticas a nivel
monetario, fiscal, cambiario, impositivo y de seguridad. El ejemplo de la Zona
Euro en Europa evidencia una buena muestra de lo que es posible, aunque no
tengamos los valores y los intereses de dichas élites, que son las que están en
la base de la crisis de Europa en este momento, y por tanto de las crisis de la
integración neoliberal.
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La fusión de estos estados en una zona de desarrollo común, constituye una


vía racional hacia el cumplimiento de los objetivos planteados en la
Constitución de 1999, especialmente en su preámbulo, y en el PDESN 2007-
2013 en su séptima línea nueva geopolítica internacional. La integración aquí
expuesta se perfila como escudo frente a la agresión imperial y al mismo
tiempo como defensa casi inquebrantable que debilita el poder estadounidense
sobre nuestras regiones. De esta manera, la unión comparte postulados
ideológicos integracionistas del más alto nivel (Libertador Simón Bolívar, Gran
Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre, Libertador José de San Martín y
de los pueblos y héroes independentistas), así como de la tesis de Jorge
Abelardo Ramos: «No es que no nos unamos porque no seamos desarrollados,
sino que no somos desarrollados porque no nos unimos».

La articulación estratégica de las regiones del Caribe Oriental, Centro y


Suramérica constituye un marco económico eficiente y efectivo capaz de abatir
el aislamiento, la falta de mercados, las dificultades para satisfacer
necesidades básicas como la importación de materias primas, la migración
ilegal y particularmente la dependencia del sistema internacional para superar
necesidades de carácter energético, mediático y monetario. En este sentido,
enarbolar el sucre como símbolo de nuestra unión es esencial y de gran valía.
Al respecto, Venezuela es el único país que forma parte simultáneamente de
todos los acuerdos de integración explicitados (ALBA, UNASUR,
PETROCARIBE, CELAC, MERCOSUR), lo que resalta el papel trascendental
del compromiso asumido con la integración. En un diagrama de conjuntos o
de Venn sería evidente que somos el único país que está en el centro de todas
las intersecciones geográfico-políticas regionales de mayor dinamismo (y de
paso participamos en muchas, si no todas, las menos dinámicas) y que dada
nuestra situación energética, que se acentuará en el futuro, lo seremos cada
vez más, en parte por las previsiones de agotamiento de crudo en el resto de
los países.30

La Zona Sucre tomará en cuenta los potenciales de los veintisiete países que
formarían parte de esta gran región, cuya superficie representaría 20.529.201
km2 (sin áreas marítimas); es decir, más grande que la Federación Rusa y casi
dos veces y media más que los Estados Unidos. Por Suramérica: Brasil,
Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú,
Surinam, Uruguay y Venezuela. Por El Caribe oriental: Antigua y Barbuda,
Bahamas, Belice, Dominica, Haití, Grenada, Jamaica, San Cristóbal y Nieves,
San Vicente y Las Grenadinas, Santa Lucía, Cuba y la República Dominicana.
Por Centroamérica: Guatemala, Honduras y Nicaragua. La unificación de
potencialidades será posible empoderando los corazones y las mentes de
nuestros pueblos en la búsqueda y complementariedad de los recursos de la
región, tanto los naturales,como los empresariales, los institucionales y los
humanos. El Gobierno Revolucionario, en la lucha diplomática para la
configuración de la unión propuesta, marca un cambio de timón de nuestra
geopolítica que, como hemos descrito, ha tenido una práctica de casi cien años
centrándose casi solamente en suministrar petróleo de forma predecible,
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segura y estable para el mundo occidental, dejando hábitos mentales


profundamente arraigados cuya remoción es una de las razones de ser de la
diplomacia bolivariana.

La propuesta considera romper con las barreras impuestas por el sistema


hegemónico actual, en especial con la dictadura del dólar, puesto que uno de
los componentes más importantes es precisamente el avance hacia la unión
monetaria a través del empleo del Sistema Unitario de Compensación Regional
o SUCRE.31 Con el objeto de reducir los flujos internacionales en dólares,
disminuir los costos de transacción y preservar las reservas internacionales de
los países miembros, presupone la utilización del financiamiento (para expandir
la capacidad de producción) y las operaciones con monedas internas, para
incrementar el comercio y en consecuencia, fomentar el bienestar de nuestros
pueblos.

La Zona Sucre o Zona Monetaria, tiene sus bases en el establecimiento de una


unidad de cuenta común (sucre), una Cámara de Compensación de Pagos y un
Fondo de Estabilización de Reservas con aportes de los países miembros, que
se fundamenta en los principios de cooperación, complementación y respeto a
la soberanía de los pueblos, principios que impiden que un país obtenga
ventaja sobre otro y coadyuvan para que todos puedan obtener las mismas
ventajas en función del fortalecimiento de sus economías.32 El saldo esperado,
en términos de insubordinación financiera —no sólo respecto al dólar sino de
toda divisa extranjera—, debe ir centrando esfuerzos de negociación
diplomática para que nuestra oferta exportable se siga incrementando.

Esto implica la posibilidad de lograr —en una década— un avance al que los
europeos sólo pudieron acceder tras siglos de guerras sangrientas y luego de
años de esfuerzos de integración. Este paso debe ser meditado con la mayor
sistematicidad y con el empleo de los recursos intelectuales con los que
nuestro servicio exterior dispone. Y de este modo ejecutar una planificación
estratégica en cooperación con todos los organismos de la planificación
administrativa central del país, a fin de armonizar los planes de expansión y
evolución interna de estos organismos con los planes de estructuración de la
arquitectura internacional en los que Venezuela —como suplidor esencial de
acción política, movilización social, diplomacia ideológica, recursos económicos
y energía en el sentido amplio— juega un papel esencial. Sólo así las patrias
latinoamericanas y caribeñas podrán jugar un papel decisivo en la construcción
de una verdadera soberanía.

Ante la crisis capitalista europea, apostamos a la consolidación de la Zona


Sucre, y para no sumirnos en ella, debemos contar con una propuesta de
desarrollo basada en la unión y fusión de los saberes ya acumulados por parte
de cada instrumento de integración, con el fin de lograr que los pasos
adelantados (el sUCRE, PETROCARIBE, la propuesta venezolana de ingreso
al MERCOSUR), se capitalicen no sólo en lo ya puesto en marcha, sino en el
deseo de garantizar un desarrollo en materia de bienes y economía para todos
los países y sus pueblos. Para tal fin, debemos contar con el apoyo de nuestra
gente, lo que es factible con base en la fusión de una diplomacia ideológica o
blanda capaz de materializar la internalización de una gesta patria que supere
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

los obstáculos para el empoderamiento de la integración, y que debe ser el


factor definitorio de la diferenciación entre nuestros pueblos y los pueblos
gobernados por los regímenes dominantes del entorno capitalista global. Al
respecto, el hecho de que las naciones de la región posean importantes
afinidades estructurales producto de que en los últimos cien años sus
economías se han diversificado y han crecido al punto de vincularlas entre sí
de manera efectiva.

Nuestro país, con su base energética, posee la forma efectiva de procurarse


influencia en el concierto de las naciones, ya sea a través de la diplomacia
ideológica o blanda como por la diplomacia dura orientada a impulsar la
producción de bienes tangibles. En la medida en que podamos producir
recursos para exportarlos a nuestras propias naciones, generaremos un
aumento en nuestro nivel de desarrollo y en el bienestar de nuestra población,
dejando de lado modelos económicos obsoletos que debemos sustituir.

Trabajar mancomunadamente en torno al centro gravitatorio de integración


ALBA, UNASUR y PETROCARIBE33 permitirá crear de hecho una auténtica
comunidad latinoamericana y caribeña capaz de negociar en condiciones de
mayor igualdad con potencias como las naciones europeas. Si bien es cierto
que el PIB conjunto de América Latina y el Caribe es reducido —no iguala al
PIB del Japón, por poner un ejemplo de potencia económica—, también es una
gran verdad que sería sencillo superarlo disponiendo de los recursos humanos
y naturales de cada país miembro.

En la actualidad, casi todos los bienes y servicios de nuestra región están


disponibles para potenciar la producción de más bienes y servicios en cada
país hermano —tercer nivel de la Teoría de la Jerarquía de los Espacios
Globales. Por ejemplo, experiencias tecnológicas como los vehículos Tiuna
podrían comercializarse para favorecer el desarrollo de zonas internas en
lugares como Centroamérica, y servir a las necesidades de los organismos
públicos y privados de cada estado miembro en el Caribe e incluso del resto de
Suramérica. Las computadoras Canaima podrían ser vendidas para lograr el
éxito de programas de inserción en masa de los niños en el mundo de las
tecnologías de información y comunicación, el crudo venezolano podría servir
para potenciar la fabricación de maquinaria pesada para fines de asfaltado y
así generar una complementación de gran escala.

La fortaleza geopolítica de la Zona Sucre confluye en que América Latina tiene


una oportunidad para poner en práctica reformas económicas e institucionales,
aprovechar su potencial demográfico y los vastos recursos naturales, para
comenzar una nueva era de integración y desarrollo en toda la región.
Aprovechar esta oportunidad requiere de una mayor coordinación en los
proyectos de inversión, una mayor cooperación diplomática internacional y
mejorar las relaciones entre los sectores componentes de cada uno de los
países, a fin de movilizarlos y no sólo a algunos componentes de cada
gobierno como se acostumbraba en la geopolítica de la cuarta república
venezolana.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

En la medida en que las labores diplomáticas de nuestras misiones en el


exterior logren ayudar a abatir las barreras artificiales erigidas en otras épocas
entre nuestros pueblos, será evidente que la disponibilidad de recursos
permitirá la creación de herramientas de desarrollo al más alto nivel, para
avanzar hacia la suprema expresión de integración y consolidación definitiva de
la pluripolaridad: la integración del Atlántico sur (Cuarta Fase del centro de
gravedad del trabajo de nuestras misiones en el exterior).

Fase 4. La articulación estratégica del Atlántico sur (Cooperación sur-sur)


En el marco de nuestra política exterior, la cooperación sur-sur se perfila como
la cuarta fase de carácter estructural para operativizar la pluripolaridad. En esta
fase deben converger todos los esfuerzos diplomáticos desde cualquier región
geográfica donde tengamos representación, perfilándose la estrategia
diplomática como la política de la alianza y la cooperación triangular tendente a
poner en marcha las fuerzas necesarias para superar el estado de sub-
ordinación. La articulación del Atlántico sur —básicamente Latinoamérica y el
Caribe más África, inicialmente aquellos países africanos con costa en el
Atlántico sur— (ver mapa 7. Cuarta fase. La articulación del Atlántico sur)
(Cooperación sur-sur, con una extensión territorial dos veces mayor al Atlántico
norte, países OTAN más países de la Unión Europea no OTAN, se jerarquiza
para la República Bolivariana de Venezuela como una meta de alto valor
geoestratégico y geopolítico, considerando que el Atlántico sur está
desarticulado en comercio, flotas, comunicaciones, con una amplia
fragmentación multidimensional (ver mapa 8. Cuarta fase. Atlántico sur
desarticulado). Mientras que el Atlántico norte se impone como una molécula
articulada y compacta, asistida por un sistema de seguridad y defensa
dedicado a salvaguardar la seguridad del hemisferio norte como un todo
(OTAN),34 la determinación de los factores estructurantes del Atlántico sur se
transforma en una acción perentoria para garantizarsu autonomía frente al
Norte.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

La integración continental planteada nos exige un trabajo diplomático de alto


nivel, que requiere del diseño de iniciativas estratégicas mancomunadas por
parte de nuestras misiones diplomáticas, oficinas consulares y
representaciones permanentes ante organismos internacionales. Se trata
entonces de promover la llamada cooperación triangular que va desde la
suscripción de acuerdos hasta el desembolso financiero para la
instrumentación de proyectos bilaterales y regionales con los países de ambos
continentes. Cooperación que en el caso del impulso estatal venezolano tendrá
soporte de negociación a través de las Redes de Cooperación Diplomática
(RECOD) diseñadas por el MPPRE, con la intención de generar alianzas de
nuevo tipo (recíprocamente favorables) para fortalecer la asociación estratégica
del continente americano y africano, que dicho sea de paso enfrentan desafíos
de desarrollo similares a nivel local y global, lo cual facilita la adecuación de las
acciones a las necesidades y perspectivas comunes.

La cooperación sur-sur en tanto meta privilegiada de nuestra política exterior,


se posiciona como respuesta frente a la crisis neoliberal,35 a la supra
subordinación del Norte y a las asimetrías entre los países del ALBA,
PETROCARIBE, UNASUR y África, las cuales generan profundas
desarticulaciones en materia política, económica, financiera, comercial,
comunicacional, de infraestructura y seguridad.

El Atlántico sur, como centro de gravedad estratégico requiere de la generación


de un espacio común de cooperación, integración, complementariedad y paz
entre los países que conforman a la América más África, que procure el
entendimiento fraternal de los pueblos y su crecimiento sostenible para las
generaciones futuras. La articulación sur-sur asume entonces la plena vigencia
de la propuesta Zona Sucre y de la Unión Africana (UA).

Nuestro cuerpo diplomático trabajará fervientemente en la convergencia,


gobernabilidad y asociación estratégica de dichos bloques de integración, en
aras de promover una nueva dimensión de cooperación, complementariedad,
solidaridad e intercambio, y un espacio de representación y participación de los
grupos excluidos y movimientos sociales. La plataforma ideológica se configura
en la voluntad de lucha de nuestros pueblos por romper la imposición de
mecanismos de dominación de potencias hegemónicas o cualquier
reminiscencia colonial de viejo o nuevo cuño, persuadidos hacia la construcción
en el Atlántico sur de puentes de identidad compartida, tal como lo hicieron
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

nuestros pueblos originarios, obligados ayer por la mano colonial y hoy por
voluntad expresa de un destino común.

Los valores geopolíticos, internalizados con claridad en esta fase de actuación,


se centran en la defensa irrestricta de nuestros recursos naturales: el agua
como sostén de vida, la tierra generadora de alimentos para nuestro pueblo y
los minerales estratégicos o industriales fuente codiciable de riqueza. Todo
visible en un futuro común de progreso, seguridad, paz y desarrollo
ambientalmente sustentable.

La protección de nuestros recursos naturales, bancos de biodiversidad, mantos


de agua dulce y de nuestros yacimientos de petróleo, gas y minerales
industriales, requiere de una revisión política minuciosa que pasa aún por el
análisis de crear una organización multilateral dotada de personalidad jurídica
internacional. Una institución que consolide un espacio de integración ampliado
y un nuevo orden legal de carácter internacional para los países miembros de
la alianza, todos concentrados en la igualdad soberana y la libre
autodeterminación de los países; la cooperación, solidaridad y
complementariedad; la equidad y el bienestar común; la tolerancia y el respeto
a la diversidad; la defensa de la cultura de la paz, de la no intervención y de la
justicia internacional; el respeto a los derechos humanos civiles, políticos,
económicos, sociales, ambientales, así como a las libertades fundamentales.
Son propósitos de la articulación del Atlántico sur:
1. Unificar las potencialidades de los países de América Latina, el Caribe y
África (inicialmente aquellos países que poseen costa en el océano atlántico)
para superar su condición subordinada y periférica respecto a los centros
hegemónicos de poder.
2. Promover la integración económica y la unidad de los países del Atlántico
sur.
3. Erradicar la pobreza, las asimetrías y las desigualdades de los países del
Atlántico sur.
4. Conformar un espacio de seguridad colectiva frente a posibles amenazas
intervencionistas, y como estrategia de protección de nuestros recursos
naturales, potencialidades y riquezas, fundamentalmente para la implantación
de un esquema táctico de seguridad de las rutas de interconexión.
5. Promover la complementariedad y la cooperación para alcanzar el desarrollo
integrado y sostenible de los países del Atlántico sur.
6. Fortalecer, desde la perspectiva sur-sur las áreas de alto valor estratégico:
seguridad alimentaria, energía, defensa, ambiente, salud, cultura, educación,
comercio, inversiones, turismo, infraestructura para la interconexión, finanzas,
ciencia y tecnología, comunicación e información, desarrollo social, entre otras
para la consecución de los objetivos de los países miembros.
7. Crear un cerco ideológico-cultural a favor del proceso emancipatorio de
América Latina, el Caribe y África, su integración y el fortalecimiento de la
conciencia nacional frente a las lógicas internacionales de dominación,
generadoras de pobreza.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

En definitiva, la consolidación de la cooperación sur-sur constituirá la


integración a gran escala que proteja de las crisis del sistema económico
mundial en decadencia a los pueblos localizados en el área geopolítica
denominada Atlántico sur. Es importante resaltar que la evolución económica
necesariamente pasa por instrumentalizar los potenciales recursos obtenibles
del análisis de las capacidades de cada país involucrado en este contexto
geográfico.

El África es la región del planeta con el crecimiento poblacional más rápido,


pero con serios obstáculos y dificultades para mejorar la calidad de vida de sus
habitantes, por múltiples motivos: el carácter geopolíticamente inviable de
algunos de sus países, la naturaleza frágil de algunos de sus ecosistemas, el
analfabetismo con frecuencia predominante, la inestabilidad política, la
epidemia de VIH, la falta de asistencia médica primaria, las guerras
intertribales, entre otros.

Para lograr la recuperación social del continente africano y su integración, el


componente social y el superávit de recursos del proceso político bolivariano
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pueden permitir, con el esfuerzo diplomático de nuestras misiones en el


exterior, la integración con África, logrando seducir a estos países para
convertirlos en aliados de las naciones de América Latina y el Caribe.

Colateral a todas estas aseveraciones, el punto esencial y sobre todo desde la


perspectiva de África es éste: las Naciones europeas están en un masivo ciclo
de decadencia económica generado máxime por la incapacidad para proyectar
los bienes que podrían mejorar las condiciones de los pobres del tercer mundo,
en especial del continente africano, a la vez que tratan de mantenerse
explotando sus recursos y generan una enorme flecha comercial dirigida hacia
Europa principalmente. Hacia esos sectores empobrecidos debe ir nuestro
esfuerzo integracionista, para dar pie a una productividad de avanzada
tecnología capaz de colocarla y colocarnos conjuntamente en otro nivel de
producción y comercialización.

Es de hacer notar que África puede competir ventajosamente con cualquier


lugar del mundo por su inmensa población joven, su riqueza cultural y sus
bajos salarios; pero esto no servirá de mucho sino se instrumentaliza la
capacitación en masa de su gente,36 lo que puede hacer que nuestra
experiencia en cuanto a programas sociales basados en la inclusión (formación
oportuna de decenas de miles de profesionales capacitados en el área social y
con visión humanista en las universidades, sobre todo las fundadas en los
últimos años) puede ser decisiva para ganar la batalla de los corazones y las
conciencias.

Muy importante es dar la batalla diplomática y mediática contra el imperialismo


en el continente africano; en este sentido, TELESUR y el Proyecto Magna
Reserva son aliados naturales de los proyectos de la Cancillería Bolivariana.

La alianza América del Sur-África (ASA) sería el marco político-estratégico


perfecto para avanzar en la integración sur-sur, teniendo como eje motriz o
elemento estructurador los recursos energéticos, tanto de los países africanos
como suramericanos y posteriormente centroamericanos y caribeños.

En efecto, el decaimiento de la producción de hidrocarburos en los países


imperiales, unido al continuo incremento y demanda de energía por parte de la
población mundial, configura un escenario geopolítico donde los recursos
energéticos (reservas probadas) de África y Suramérica adquieren una
importancia estratégica mundial.

Ocurre la paradoja, a pesar de la gran cantidad de hidrocarburos —


globalmente África y Suramérica poseen el 35 % de las reservas probadas de
petróleo y el 13 % de las reservas probadas de gas— en la actualidad persisten
muchas asimetrías en el intercambio energético entre ambos continentes, así
como en el propio desarrollo social y reciprocidad cultural como pueblos. Si
bien es cierto que estamos unidos a través de la OPEP —principales países
productores de petróleo de ambas regiones continentales—, la existencia de
inversiones mutuas para el negocio de producción, refinación y distribución de
derivados del petróleo es totalmente inexistente.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

La estrategia de integración se muestra entonces como el plan táctico para


conformar un mutuo escenario de relaciones desde donde surja el marco
geográfico del Atlántico sur, unido como una potencia geopolítica mundial de
poder, y el esquema de integración energético bicontinental en el marco del
ASA (Cooperación América Latina, el Caribe y África) como centro de gravedad
de esta potencial alianza pluripolar.

Resulta importante considerar como referencia mediática para su exportación


modelos exitosos como UNASUR, ALBA y PETROCARIBE; adicionalmente, se
debe aprovechar la experiencia por el lado africano de la Comisión Energética
Africana (AFREC) y con la coordinación participativa de la OPEP (Angola,
Argelia, Nigeria, Venezuela, Ecuador) avanzar hacia la cumbre máxima de la
integración intercontinental América Latina y el Caribe-África, como lo sería la
constitución hipotética de PETROASA,37 empresa productora, refinadora y
comercializadora de los hidrocarburos extraídos de modo endógeno y con
capital exclusivo de ambas regiones.

También es vital conocer, en el contexto geográfico africano, la mayor alianza


local, la Unión Africana (UA), fundada en el 2008, asociación que sucede a la
Organización de la Unión Africana e intenta copiar el modelo de la Unión
Europea situándose en un contexto parecido conceptualmente a la
Commonwealth. Sus objetivos son la promoción de la democracia, los
derechos humanos y el desarrollo de África.

La asociación estimula el aumento de la inversión europea en el continente por


medio del programa NEPAD-New Partnership Sea Africa’s Development, lo que
determina con claridad la influencia de las doctrinas neoliberales
esclavizadoras en toda la realidad geográfica africana, aplicadas
particularmente desde Europa.

Plantear la cooperación sur-sur en el marco de la cumbre ASA a través de una


sólida estrategia basada en la complementariedad y cuidado de la producción,
procesamiento y comercialización de los hidrocarburos, es una acción de
avanzada que permitirá integrar nuestras enormes fortalezas y potencial
energético, tanto de Latinoamérica y el Caribe con África, adicionando también
nuestras experiencias, capacidad tecnológica y conocimientos.

No sólo en el campo energético debe enfocarse nuestra integración, pues la


situación geopolítica actual del continente africano y del suramericano muestra
un área geográfica muy desarticulada: sin vialidad conexa entre las ciudades
principales, severos problemas tribales en África y serios problemas sociales
en América Latina y el Caribe, así como una ocupación explotadora integral por
parte de transnacionales (metales preciosos e hidrocarburos), estableciéndose
un flujo comercial de materias primas al unísono hacia el continente europeo y
América del Norte.

Estrechar las relaciones con las principales alianzas regionales africanas ha


sido un objetivo manifiestamente trazado por la política exterior bolivariana,
buscando como estrategia estructural la promoción del desarrollo económico, la
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integración regional y la maximización en el uso efectivo de los recursos de la


vital zona geográfica denominada Atlántico sur.

Realidad actual. Estrategias articuladoras


La realidad actual de América del Sur y África podríamos describirla grosso
modo con los siguientes elementos:

 Transnacionales que operan libremente extrayendo materia prima:


hidrocarburos y minerales metálicos.
 Hay flujo comercial de la materia prima extraída y de los insumos para la
explotación desde África y Suramérica hacia Europa y Estados Unidos.
 Subordinación ideológica y cooperación financiera, además de apoyo
económico casi exclusivo de Europa y del imperio norteamericano.
 El continente africano posee un inmenso territorio difusamente poblado y sin
tramado vial terrestre para interconectar las ciudades principales. En
Suramérica hay muchas obras de infraestructura vial por construir.
 Los países de África y Suramérica carecen de marina mercante y flujos
comerciales aéreos intercontinentales entre ellos, tan sólo eventuales vuelos
Buenos Aires-Ciudad del Cabo. El control del océano está en manos de la
armada de Estados Unidos y de la Unión Europea (Gran Bretaña y Francia).
Hay flujo aéreo desde y hacia las principales ciudades europeas.
 Falta infraestructura de servicios básicos y tecnología en las redes de
comunicación.
 Los recursos naturales y las rutas geoestratégicas están controladas por las
potencias europeas.
 Se aprecian asimetrías energéticas bicontinentales (zonas periféricas
energéticas para apoyar el aparato económico industrial de las grandes
potencias).
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A
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Atlántico sur articulado. Nuevo centro de gravedad de nuestra política


exterior

Con el fin de lograr la integración de Latinoamérica, el Caribe y África con miras


al control del espacio geográfico supranacional denominado Atlántico sur, se
plantean las siguientes estrategias específicas estructuradoras de
independencia e integración mutua:

1. Social:
La transformación de las comunidades africanas y suramericanas con el
objetivo de poder aportarles el suministro regular de energía a precios justos.
La regularidad en el suministro de derivados de petróleo estructura el marco
sólido para promover la eliminación de las desigualdades sociales, incrementar
las posibilidades de trabajo y avanzar hacia una mejora en la calidad de vida
intercontinental, dentro de una participación económica solidaria entre los
pueblos del Atlántico sur y de toda la Alianza.

2. Posicionamiento geoenergético de Venezuela en África:


Fachada Magreb: Norte de África, un polo geoestratégico de distribución de
hidrocarburos. Fachada Subsahariana Occidental: establecimiento de un
punto de refinación y acopio en la zona de Cabo Verde y aprovechamiento de
la experiencia de la República Bolivariana para suministrar cooperación técnica
aguas arriba en el Golfo de Guinea.

Eje Mauritania-Malí-Níger-Gambia: aprovechamiento de la localización


geográfica de estos países para la construcción de refinerías de mediana
capacidad —100.000 a 200.000 barriles día.

Nigeria: dados sus recursos podría actuar como socio aliado para el suministro
a los países de África occidental, central y austral.

Brasil: mediante el eje marítimo Recife-Malabo (Guinea Ecuatorial) puede


aprovechar la existencia de la refinería de Pernambuco para estrechar
relaciones. Con Angola (Luanda), país con el cual comparte el mismo idioma,
puede desarrollar un flujo de intercambio comercial marítimo intercontinental.

No obstante, aprovechando la integración hipotética de PETROASA, la


Cancillería Bolivariana propone generar rutas comerciales en el Atlántico sur
con la firme intención de que se construyan callejones de comunicación
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

marítima y aérea intercontinental permanente en este lugar (primer nivel de la


Teoría de la jerarquía de los espacios globales), considerando la eliminación de
intermediarios en la comercialización de productos refinados del petróleo, para
intervenir sólo las entidades dirigidas por los gobiernos miembros de la Alianza
con cronogramas de distribución acordados en las comisiones y constituir un
Fondo Solidario para el financiamiento de los intereses y valores de la Alianza.

3. Plataforma estructural-comunicacional del intercambio comercial:


Asa Aerolínea: establecimiento de rutas comerciales aéreas entre ciudades
jerárquicas en la geografía suramericana y africana, no existentes a la fecha, y
con las cuales se pretende desarrollar mejoras en los procesos de negociación
comercial, así como turismo solidario y consecuente.

Rutas comerciales aéreas básicas


 Caracas-Dakar. Conectar el Caribe con el norte africano.
 Recife-Malabo. Refinería de Pernambuco hacia Guinea Ecuatorial.
 Río de Janeiro-Luanda. Brasil y Angola hablan el mismo idioma y tienen
grandes posibilidades de comercio en el mundo de los hidrocarburos.
 Buenos Aires-Ciudad del Cabo. Ruta aérea ya existente que sólo necesita
del empuje definitivo de la Alianza.

Naviera ASA: estructuración de una marina mercante con tanqueros petroleros


y otras naves propias de la Alianza, para la consolidación de rutas comerciales
y puertos en el Atlántico sur orientados a garantizar el posicionamiento
estratégico.

4. Fondo ASA:
Estructura financiera autónoma del Atlántico sur para el desarrollo y/o
consolidación de proyectos sociales, mejoras en la construcción de
infraestructura comunicacional y eficiencia en la prestación de servicios básicos
para la población. Preferentemente ejecutar proyectos sociales ya consolidados
en el marco de las alianzas hermanas locales ALBA, UNASUR,
PETROCARIBE.

5. Seguridad en el Atlántico sur:


Acordar un esquema táctico de seguridad social y operativa intercontinental
para las nacientes rutas comerciales en el Océano Atlántico sur, con el fin de
ampliar la confianza financiera y la estabilidad en las rutas comerciales por
crear —la Flota ONTAS (Organización Naval del Atlántico Sur) está encargada
de la custodia regional—, así como incorporar el satélite Simón Bolívar al
proceso de consolidación de la seguridad y defensa de la Alianza.

6. Seguridad alimentaria:
La regulación del abastecimiento de alimentos y el suministro de agua potable
están estrechamente vinculados a una estabilidad y/o saneamiento ambiental
integral basado en el desarrollo de cultivos autóctonos tropicales. América del
Sur tiene mucha experiencia que puede transferir a las naciones africanas en
este sentido.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

7. Educación:
La transferencia tecnológica intercontinental, sobre todo en áreas como la
seguridad y la productividad alimentaria, el saneamiento ambiental para el
control de desastres, la gerencia pública en todas sus ramificaciones, junto con
la seguridad y la paz ciudadana, son temas que deben ser abordados en un
marco de enseñanza superior intercontinental en todo el Atlántico sur.

8. Infraestructura de transporte y comunicaciones:


Estructurar una red de carreteras transafricana y sudamericana que comunique
y transporte eficientemente a nuestros pueblos, es un trabajo continental
necesario para complementar la comunicación transoceánica en todo el
Atlántico sur. Consolidación interna para luego proyectar.

En tal sentido, Latinoamérica y el Caribe deben trabajar unidas propiamente en


el marco del ALBA, PETROCARIBE y UNASUR y prestar servicio solidario con
asfalto y tecnología en el marco del ASA y la UA a los estados africanos.

Detallamos a continuación las rutas terrestres y/o fluviales internas a


desarrollarse como prioritarias en cada contexto geográfico continental
(Segundo nivel de la Teoría de la jerarquía de los espacios globales).

9. Ejes comunicacionales básicos para concluir y consolidar en


Suramérica:
 Eje carretero Mercosur-Chile. Ya existe y posee flujo aunque en temporada
de invierno se restringe bastante su comunicación. Es muy importante para
comunicar el área del Pacífico con el Atlántico sur.
 Eje Andino Caracas-Bogotá-Quito-Guayaquil-Lima-La Paz. Existe su trazado
aunque por sectores no se encuentra pavimentado.
 Eje Brasil-Bolivia-Paraguay-Perú-Chile. Vialidad existente aunque en
estado deficiente por sectores.
 Eje Venezuela-Brasil-Guyana-Surinam. Inexistente en casi su totalidad. En la
actualidad el trazado Santa Elena-Boa Vista-Manaos se encuentra en
operatividad con cuidados.
 Eje fluvial Orinoco-Amazonas-La Plata. Flujo comercial inexistente.
 Eje fluvial del Amazonas. Aún por explotar.
 Logística marítima hacia el Océano Atlántico. Es necesaria la articulación de
una flota mercante para apoyar las estrategias estructuradoras de
independencia económica y política explicadas.
 Logística marítima para interconectar el Océano Pacífico con el Océano
Atlántico Perú-Chile. Mediante las alianzas APEC y el Foro de FOCALE,
unido a su acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, se han
establecido rutas comerciales con el Pacífico bajo la supervisión de los
Estados Unidos, situación que debe revertirse en función de su propio
desarrollo y de UNASUR. Las islas Malvinas constituyen un punto
estratégico situacional muy importante para alcanzar los objetivos de
integración, ya que por ahí se puede controlar el paso por el estrecho de
Magallanes.
 Eje Bolivia-Paraguay-Brasil. En la actualidad no está desarrollado
completamente debido a los problemas de inundación en la zona del Chaco
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y el abrupto relieve montañoso hacia Bolivia, aunque sí hay esfuerzos para


establecer la comunicación, al menos entre Paraguay y Brasil en el Iguazú.
 Eje Belem do Pará-São Paulo. A día de hoy se encuentra en funcionamiento.

10. Ejes comunicacionales básicos en África, todos considerados en el


marco político de la alianza Unión Africana:
 Eje El Cairo-Dakar. Cruce de costa a costa.
 Eje Argel-Lagos. Conexión entre la República Argelina y Nigeria (miembros
OPEP).
 Eje Trípoli-Windhoek. Comunicación norte-sur por todo el centro del
continente africano.
 El Cairo-Gaborone (Sudáfrica). Conecta las principales ciudades africanas
con vista al Índico, costa oriental del continente africano.
 Eje Dakar-Ndjamena. Conecta la costa del Atlántico con el eje central
número 2.
 Eje Ndjamena-Djibouti. Desde la intercepción del punto anterior número 5,
extiende la conexión del Atlántico con la costa oriental extrema africana.
 Eje Dakar-Lagos. Conecta las poblaciones localizadas a lo largo de la costa
del Atlántico central africano.
 Eje Lagos-Mombasa. Cruza el centro del continente africano de costa a
costa.
 Eje Beira-Lobito. Conecta el extremo sur del continente africano de costa a
costa.

Como análisis final, para mantener una información objetiva y orientadora a


todos los pueblos locales con respecto a los avances de la Alianza, es
necesario la instalación de la definitiva de la Radio del Sur, en un proceso
simultáneo de transferencia cultural y folklórica para el conocimiento profundo
de las dos culturas continentales (Tercer nivel de la Teoría de la jerarquía de
los espacios globales).

De lograr a mediano y largo plazo los objetivos específicos propuestos,


marcharemos hacia la concreción de una verdadera integración en el Atlántico
sur, tal y como se muestra en el modelo utópico del mapa 9.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

IV

Justificación jurídica
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Legislación nacional
La propia Constitución de 1999 atribuye al Ejecutivo Nacional, particularmente
al titular de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, la
conducción de la política exterior. Como esa materia es competencia del
MPPRE, el Despacho de la Cancillería y sus correspondientes Despachos de
Viceministro son los órganos superiores encargados de formular los planes
estratégicos, mientras que las misiones diplomáticas, oficinas consulares y
representaciones acreditadas en el exterior son los órganos desconcentrados
que actúan como agentes ejecutores de dichos planes.

Lo anterior no significa que la formulación de las iniciativas estratégicas,


componente significativo de los planes, sea atribución exclusiva de los
Despachos de Viceministro, sino que éstos son las primeras instancias donde
puede realizarse esto. Dada la información de las embajadas, consulados y
representaciones permanentes acreditadas en la respectiva región de
adscripción que manejan, estos despachos están en plena capacidad para
formular iniciativas estratégicas para ser ejecutadas por una o varias redes de
cooperación diplomática o incluso por una mancomunidad.

Las otras instancias competentes para formular y ejecutar iniciativas


estratégicas son las misiones diplomáticas. A su vez, las oficinas consulares y
las representaciones permanentes sólo estarían facultadas para ejecutar
iniciativas estratégicas emanadas de los Despachos de Viceministro y de la
Oficina de Asuntos Multilaterales y de Integración respectivamente, lo cual se
desprende del análisis de la Constitución, la Ley del Servicio Exterior y el
reglamento orgánico del MPPRE (véase tabla 1). Ahora bien, la formulación y
ejecución de las iniciativas estratégicas son fases de la planificación estratégica
que ameritan la asesoría de la DPLAN-MPPRE.

La Constitución de 1999
Desde la Constitución de 1999 se señala un conjunto de directrices sobre la
política exterior de la República Bolivariana de Venezuela. En primer término,
Venezuela asume como derechos irrenunciables la independencia, la libertad,
la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación
nacional, por tanto, se rechaza cualquier intento de intromisión procedente de
una potencia extranjera en nuestra política interior, así como cualquier
amenaza de invasión o secesión territorial.
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En segundo lugar, destaca el concepto del espacio geográfico venezolano


como zona de paz, es decir, el territorio de nuestro país no será cedido,
traspasado, arrendado o enajenado a otros países o sujetos de derecho
internacional y tampoco se permitirá el establecimiento de bases militares o
instalaciones de carácter bélico por parte de potencias extranjeras o
coaliciones de éstas.

La política exterior del estado venezolano se rige por los principios de


independencia, igualdad entre los Estados, libre determinación y no
intervención en sus asuntos internos; solución pacífica de conflictos
internacionales, cooperación, respeto a los derechos humanos y solidaridad
entre los pueblos en la lucha por su emancipación y el bienestar de la
humanidad. En otras palabras, la República Bolivariana de Venezuela rechaza
la política imperialista.

Otro de los intereses expresos de la política exterior de Venezuela es actuar


con miras a promover y facilitar la integración latinoamericana y caribeña,
sueño inconcluso de El Libertador.

Como conductor de la política exterior, la Constitución faculta al Presidente de


la República en lo que atañe al nombramiento y remoción de ministros, entre
ellos, el Canciller; la dirección de las relaciones exteriores, celebración y
ratificación de tratados, convenios o acuerdos internacionales, así como
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también la designación, previa autorización de la Asamblea Nacional, de los


jefes de misiones diplomáticas.

La Ley Orgánica de la Administración Pública y la Ley del Servicio


Exterior
A su vez, la Ley Orgánica de la Administración Pública (LOAP) faculta a los
órganos superiores para desconcentrar competencias a sus órganos inferiores,
a través del correspondiente acto normativo. En ese sentido, la LOAP
determina que los órganos superiores de dirección de la Administración Pública
Central son la Presidencia de la República, la Vicepresidencia Ejecutiva, los
ministerios, el Consejo de Ministros y los viceministerios.

Puesto que las atribuciones de los órganos superiores de dirección


comprenden la dirección de la política interior y exterior de la República, así
como el ejercicio de la función ejecutiva y la potestad reglamentaria, la
Presidencia y la Cancillería son los órganos supremos en materia de política
exterior, es decir que: «(…) tendrán a su cargo la conducción estratégica del
Estado y, en especial, la formulación, aprobación y evaluación de las políticas
públicas, el seguimiento de su ejecución y la evaluación del desempeño
institucional y sus resultados. (…) Los órganos superiores de dirección
ejercerán el control de la actividad y de las políticas desarrolladas por los
órganos inferiores, a los cuales evaluarán en su funcionamiento, desempeño y
resultados» (LOAP, art. 46).
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

El MPPRE es el órgano del Ejecutivo Nacional específicamente competente


para formular, adoptar, seguir y evaluar las políticas, estrategias, planes
generales, programas y proyectos en materia de política exterior, además de
ejercer rectoría sobre las misiones diplomáticas, oficinas consulares y
representaciones permanentes. Dicha rectoría es canalizada a través de los
respectivos Despachos de Viceministro. Esto es ratificado y especificado tanto
por la Ley del Servicio Exterior como por el Reglamento Orgánico del MPPRE.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

El Reglamento Orgánico del Mppre


Conviene mencionar que el Reglamento detalla las competencias de, entre
otras instancias, la Dirección del Despacho, la Oficina de Planificación y
Presupuesto, la Oficina de Asuntos Multilaterales y de Integración, las misiones
diplomáticas, las oficinas consulares y los Despachos de Viceministro.

Si bien la Dirección del Despacho funge como apoyo al Despacho del Ministro,
Despachos de Viceministro, embajadas y consulados, destaca su facultad para
impartir instrucciones a las representaciones permanentes ante las
organizaciones internacionales, con objeto de garantizar una presencia
relevante que obedezca a los objetivos de la política exterior bolivariana
venezolana.

Por su parte, la Oficina de Planificación y Presupuesto es competente para


todo lo concerniente a la formulación del plan de política exterior, planes
operativos anuales y plan operativo anual institucional del MPPRE,
considerando el contenido del Proyecto Nacional Simón Bolívar, de
conformidad con la metodología del Ministerio del Poder Popular de
Planificación y Finanzas.

Entre las principales funciones de la Oficina de Asuntos Multilaterales y de


Integración está implementar, según los lineamientos presidenciales sobre
política exterior, las estrategias en materia de política económica y cooperación
multilateral del país. Asimismo, debe brindar asesoría al MPPRE, Despachos
de Viceministro, misiones diplomáticas, oficinas consulares y representaciones
permanentes en temas multilaterales, coordinando, junto con la Consultoría
Jurídica y demás oficinas competentes del MPPRE, todo lo relativo a la
negociación, firma, ejecución, suspensión, denuncia y terminación de los
distintos instrumentos jurídicos internacionales y multilaterales.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

A su vez, las embajadas ejercen la representación de la República ante el


Estado receptor, promoviendo «(…) los valores para la creación de un mundo
multipolar, con respeto al Derecho Internacional y sin dominación ni hegemonía
imperialista». Sus atribuciones son diversas, si bien cabe destacar la
elaboración y presentación ante la Cancillería de un informe de metas y
objetivos estratégicos que deben ser cumplidos por cada misión diplomática; un
reporte trimestral de su ejecución; la evaluación y el informe sobre ejecución de
tratados, acuerdos e instrumentos jurídicos suscritos por la República con el
Estado receptor, así como la entrega de informes al Despacho del Viceministro
respectivo sobre reclamaciones internacionales que cursen contra Venezuela
en el Estado receptor.

También hay que señalar que las embajadas están facultadas para determinar,
seleccionar y establecer alianzas estratégicas con posibles sectores de
cooperación entre el Estado venezolano y su homólogo receptor, lo cual
significa que el propio Reglamento Orgánico concibe las misiones diplomáticas
como una instancia desconcentrada, con cierto margen de maniobra para
detectar elementos de probable interés nacional y actuar en consecuencia.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Por otra parte, las misiones diplomáticas deben llevar a cabo la difusión, por los
medios a su alcance, de «(…) informaciones y noticias sobre la República (…)
que contribuyan a un mejor conocimiento del país en el exterior»; más aún, sus
actividades han de estar orientadas hacia la determinación, fortalecimiento y
proyección, coordinadamente con los Despachos de Viceministro, de «la
imagen de la República (…) en el exterior, en particular sus potencialidades,
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culturales, económicas, tecnológicas, energéticas, turísticas y comerciales,


entre otras». Asimismo, tienen la potestad de identificar movimientos de
solidaridad con los pueblos, canalizando su interacción con Venezuela, en
coordinación con el Despacho de Viceministro respectivo.

Las embajadas pueden proponer y ejecutar iniciativas estratégicas de manera


coordinada con su correspondiente Despacho de Viceministro y la asesoría de
la Oficina de Planificación y Presupuesto, a través de la DPLAN-MPPRE, Área
de Planes Estratégicos y Operativos, tanto en términos de cooperación como
de difusión de logros de la revolución y el fomento de los movimientos de
solidaridad.

Si bien el margen de maniobra de los consulados es mucho más restringido, ya


que se limita a las facultades establecidas en la Ley Orgánica de Servicio
Consular de 1987 y la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares,38 no
los inhabilita para proponer iniciativas estratégicas.

Los Despachos de Viceministro


Entre las instancias más importantes en el organigrama del MPPRE cabe
mencionar los Despachos de Viceministro, precisamente porque éstos son
concebidos para ejercer las funciones de planificación, coordinación, ejecución
y evaluación de los asuntos de política exterior inherentes a los países de la
región de adscripción, además de generar alianzas estratégicas que impulsen
el desarrollo endógeno nacional, «(…) en el marco de la consolidación de un
sistema internacional pluripolar y multiétnico».

En otras palabras, los Despachos de Viceministro constituyen los canales más


indicados para asumir el reto de fortalecer, promover y construir bloques
regionales no hegemónicos, con miras a promover la cooperación internacional
y contrarrestar la influencia imperialista, tal como lo prevén la propia
Constitución y el Proyecto Nacional Simón Bolívar.
Los Despachos de Viceministro ejercen la rectoría de sus instancias
desconcentradas en el exterior: embajadas, consulados y representaciones
permanentes, por consiguiente, los Despachos son competentes, entre otras
funciones, para:

1. Coordinar las relaciones con los estados, grupos de estados y


organizaciones regionales por medio de las misiones diplomáticas y misiones
especiales.
2. Participar en la definición, conducción y planificación de políticas y
estrategias para la actuación internacional de la República ante los países de la
región, «(…) y proponer orientaciones y lineamientos generales de la política
exterior de Venezuela en dicha región».
3. Coordinar, conjuntamente con la Consultoría Jurídica y las oficinas
correspondientes del MPPRE, «(…) lo relativo a la negociación, firma,
ejecución, suspensión, denuncia y terminación de tratados, convenciones,
protocolos, declaraciones, actas, pactos, acuerdos y demás instrumentos
jurídicos internacionales e interinstitucionales».
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

4. Supervisar y evaluar la ejecución, a nivel interno e internacional, de los


tratados, acuerdos, convenios e instrumentos internacionales e
interinstitucionales, en conjunto con los órganos y entes de la Administración
Pública, misiones diplomáticas, Consultoría Jurídica y la Oficina Estratégica de
Seguimiento y Evaluación de las Políticas.
5. Llevar a cabo el estudio y análisis permanente de la situación política,
económica e internacional de la región de adscripción, especialmente la que
afecta a cada país que mantenga relaciones diplomáticas con Venezuela,
además de las informaciones suministradas por las misiones diplomáticas allí
acreditadas.
6. Remitir informe al Canciller sobre reclamaciones internacionales que cursen
contra la República en los países de la región.
7. Coordinar, conjuntamente con otros organismos públicos y oficinas
competentes del Despacho, la posición de la República ante las organizaciones
regionales de carácter comercial, económico, ambiental, de cooperación,
desarrollo, turístico, energético y financiero, efectuando el seguimiento del
cumplimiento de los acuerdos y convenios adoptados en el marco de tales
foros.
8. Identificar, planificar y dar seguimiento a las maniobras en materia de
cooperación integral bilateral con los países de la región en las áreas social,
económica, técnica, comercial, energética y turística, entre otras.
9. Diseñar, mediante las misiones diplomáticas y oficinas consulares,
estrategias para proyectar la imagen de la República y sus potencialidades
tecnológicas, comerciales, culturales, sociales, económicas, energéticas y
turísticas, entre otras.
10. Promover y fortalecer las relaciones de la República en materia cultural y
de solidaridad con los pueblos, a través de la formulación, orientación,
ejecución, evaluación y seguimiento de su política cultural en la región.
11. Formular políticas para concertar y promover la interrelación de los
movimientos sociales y de solidaridad con los pueblos de la región.
12. Coordinar, conjuntamente con el Ministerio del Poder Popular de
Planificación y Finanzas, lineamientos, planes, programas y ejecución de
actividades de cooperación técnica con los países de la región.
13. Dar seguimiento a las actividades y acciones de las organizaciones de
cooperación internacional que utilicen recursos venezolanos para programas y
proyectos de desarrollo en la región.

Considerando la amplia gama de funciones de los Despachos de Viceministro,


es comprensible que deben ser éstos la instancia desde donde se formule,
coordine y dé seguimiento a iniciativas estratégicas de alcance regional.
Asimismo, las misiones diplomáticas podrían formular sus propias iniciativas
estratégicas, atendiendo a las directrices del
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correspondiente Despacho de Viceministro.

Derecho al desarrollo
La preocupación internacional por el derecho al desarrollo tiene como hito el Capítulo
IX de la Carta de las Naciones Unidas de 1945, donde se aboga por la cooperación
internacional tanto económica como social, además de instituir la figura de los
organismos especializados de la ONU, los cuales actúan en coordinación con ésta.

Por su parte, la Declaración sobre el Derecho al desarrollo no sólo define éste como
un derecho inalienable de cada ser humano y de todos los pueblos, facultándolos «(…)
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para participar en un desarrollo económico, social, cultural y político en el que puedan


realizarse plenamente todos los derechos humanos y libertades fundamentales, a
contribuir a ese desarrollo y a disfrutar de él» (artículo 1, numeral 1), sino que «(…)
implica también la plena realización del derecho de los pueblos a la libre
determinación, que incluye, con sujeción a las disposiciones pertinentes de ambos
Pactos internacionales de derechos humanos, el ejercicio de su derecho inalienable a
la plena soberanía sobre todas sus riquezas y recursos naturales» (artículo 1, numeral
2).

Asimismo, la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y su


equivalente en materia consular establecen como funciones de las embajadas
y consulados el fomento del desarrollo de las relaciones económicas,
comerciales, culturales y científicas entre los estados acreditante y receptor.
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La realización del derecho al desarrollo conlleva tanto un compromiso nacional


como internacional, y ha de basarse en la cooperación internacional, la
interdependencia y la igualdad soberana; el interés común y el disfrute de los
derechos humanos son prioritarios. Consecuentemente, las políticas y normas
nacionales e internacionales deben estar orientadas hacia la realización del
derecho al desarrollo. A su vez, la cooperación internacional es indispensable
para complementar los esfuerzos de los países en desarrollo.

Finalmente, con la Declaración y el Programa de Acción de Viena en 1993, la


Conferencia Mundial de Derechos Humanos ratifica que el derecho al
desarrollo es universal e inalienable y como tal parte de uno de los derechos
humanos fundamentales: «El progreso duradero con miras a la aplicación del
derecho al desarrollo requiere políticas eficaces de desarrollo en el plano
nacional, así como relaciones económicas equitativas y un entorno económico
favorable en el plano internacional» (artículo 10).
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Evaluación estadística
del Índice Diplomático de
Información Geopolítica
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Evaluación del sistema de datos generado


El Índice Diplomático de Información Geopolítica (IDIG) es la simplificación de
una cantidad de medidas estadísticas y/o variables de amplio espectro
multidisciplinario para estructurar grupos de países homogéneos entre ellos,
resaltando aquellos indicadores que permitan tal afiliación y/o caracterización.
Consta la matriz de 114 columnas —países— y de 21 filas, estas últimas
variables cualitativas y cuantitativas seleccionadas por representantes de las
Misiones Diplomáticas Bolivarianas en el extranjero durante la realización de
las III Jornadas de Actuación Estratégica del Servicio Exterior: Plan Operativo
Anual, Presupuesto y Gestión Administrativa 2011, cumplidas entre los meses
de abril y junio del 2010.

A continuación pasamos a explicar todo el procesamiento conceptual y técnico


al que fue sometida la matriz IDIG una vez estructurada con su respectiva data
y manejo de la misma.

Estructura interna de las variables


Procesamiento efectuado en el Área de Estadística de la Dirección de
Planificación del MPPRE.

Una vez obtenida la data individual «bruta» de cada variable para cada país
considerado en la matriz IDIG, se procedió a puntualizar, mediante una sencilla
definición de intervalos de frecuencia, la estructura interna de ellas (Fórmula de
Tukey, basado en rango intercualitativo: diferencia entre el tercer y primer
cuartil Ri= Q3- Q1, representa la amplitud del intervalo donde se encuentra el
50% de los valores centrales de la muestra de datos; con esta medida de
dispersión se evita la fuerte influencia que tiene la fluctuación de los valores
extremos en el análisis de datos inmediatamente a desarrollar), obteniéndose
modalidades o clasificaciones diferenciadoras, estructuradas con estricto orden
descendente.

En síntesis, se utilizó como esquema organizativo de los datos estadísticos


para la matriz IDIG el método multicriterio-multinivel, donde el dato estadístico
original asume un valor en función de la escala o intervalo de frecuencia al cual
pertenece, colocándose este nuevo valor en la matriz final y llevando implícita
una carga conceptual. Detallamos a continuación cada variable con sus
modalidades diferenciadoras:

Variable 1. Inflación. Impacto de la inflación —precios al consumidor— en el


país donde está acreditada la Misión Diplomática. Es un indicador de factores
como el grado de cartelización del mercado y de hasta qué punto la economía
de la nación investigada es asimétrica
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Variable 2. Importancia estratégica de la misión. Variable de opinión; relevancia


del país en el contexto de la actual política exterior de Venezuela; marca la
política coyuntural de la República Bolivariana y nos da ideas de hasta qué
grado la correlación con algún país puede ser amigable para actuar en el
exterior o para esperar recibir presiones de ese país.

Variable 3. Grado de conflicto interno en el país. Inestabilidad político-social al


interno de los países a los fines de avanzar en su integración, complicando la
realidad particular de los desplazamientos locales.

Variable 4. Creencia religiosa dominante. Culto religioso como población


mayoritaria; factor de carácter subjetivo pero extremadamente decisivo para
determinar aspectos de psicología social de un pueblo. Si se le ignora no hay
forma de agrupar a las naciones en culturas, ni de clasificar a los diversos
grupos de los que forman parte.
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Variable 5. Tasa de crecimiento de la población. Tasa media de crecimiento


anual (%) período 1998-2015. Refleja el aumento de los habitantes de un país
de año en año y/o partir de allí, para tomar las previsiones con respecto a
demandas de productos energéticos básicos como petróleo y oferta de
productos esenciales como alimentos, entre otras demandas.

Variable 6. Índice de Desarrollo Humano IDH. Grado e intensidad del desarrollo


humano. Medición bandera de la ONU, desarrollado por el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo. Indicador compuesto que destaca en su
conformación el factor Ingreso, medido en términos del poder de compra según
paridad de poder adquisitivo, que evalúa el aspecto riqueza. El factor Salud,
evaluado a través de la esperanza de vida; y el factor Educación, evaluado
sobre la base del número de años de escuela para los adultos, el nivel de
alfabetización y el grado de instrucción obligatoria.
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Variable 7. PIB Nacional (Producto Interno Bruto). A precios nominales


(millones USA$). La suma de todos los bienes y servicios finales producidos
por un país en un año.

Variable 8. Relación gasto militar/endeudamiento. Revisión del gasto militar


como proporción del endeudamiento total del país.
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Variable 9. Fortaleza de la moneda. Reservas de oro como garantía de una


moneda dura (toneladas; una tonelada de oro son 32.150,75 OZ Troy).

Variable 10. Preponderancia del gasto militar sobre el gasto social en términos
de su participación en el PIB. Este indicador calculado en la Dirección de
Planificación establece la relación entre los gastos efectuados por los Estados
para su defensa y los gastos destinados a mejorar las condiciones
socioeconómicas de sus pobladores. Muestra la preferencia de un Estado en la
disyuntiva de ocuparse del bienestar de sus ciudadanos o armarse para
afrontar su propia vigencia.
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Variable 11. Forma de Estado. Forma en la que se divide la estructura político-


administrativa de un Estado y su respectivo grado de centralización o
descentralización
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Variable 12. Sistema de gobierno. Modo de organizarse el Poder Político para


ejercer la autoridad. Se clasifican en: parlamentarios, semipresidencialistas,
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presidencialistas, monarquías absolutas y/o casi absolutas, teocracias y


unipartidistas.

Variable 13. Impuesto retenido para la seguridad social del trabajador.


Porcentaje (%) del salario descontado al trabajador en su recibo de pago por
concepto de impuestos y contribuciones a su seguridad social. Refleja hasta
qué punto los agentes de retención proceden a extraer recursos de la
economía como un todo. Puede ser decisivo a la hora de determinar en qué
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medida un país depende del trabajo de sus habitantes o de una actividad que
venga a ser fuente de subsidios para el resto del país.

Variable 14. Realidad urbano-rural en cada país. Proporción de la población


total de una nación concentrada en urbes. Indicador que nos relaciona el grado
de desarrollo y peso específico de una economía respecto a otra a lo largo del
tiempo, entendiendo como economías aquellas asociadas con las
características de las zonas urbanas y rurales.

Variable 15. Densidad de población. Grado de dispersión de una población


sobre su territorio (hab/km2). Esta variable suele ser interesante porque a partir
de ella se puede establecer cómo servirá la evaluación de factores clave como
la vulnerabilidad ecológica de un país o la tendencia de una nación a tener
presencia en sus espacios no poblados
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Variable 16. Distribución del ingreso. Índice de Gini. Indicador muy citado
internacionalmente que refleja básicamente hasta qué grado una sociedad o
economía son desiguales en la repartición del ingreso o riqueza nacional.

Variable 17. Consumo de electricidad per cápita. Acceso de energía a los


hogares (kwh-año/ persona). En síntesis, esta variable contribuye a la
generación de trabajo y confort de la población en diferentes sentidos.
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Variable 18. Extensión territorial. Dimensión espacial de un país (km2). Este


factor es básico al unirse con aspectos de relación directa como la orografía, el
clima y el acceso al mar. Puede señalarnos la manera, y hasta el grado, en que
cualquier país podrá vincularse con el resto del mundo.

Variable 19. Gasto público en salud como % del PIB. Inversión por parte del
Estado en la salud de sus conciudadanos. Combinada con otras variables
arroja ideas sobre situaciones potenciales de miseria y conflictividad local.

Variable 20. Gasto público en educación como % del PIB. Teóricamente esta
variable es decisiva para determinar hasta qué punto el sistema político está
comprometido con el progreso de su gente.
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Variable 21. Índice Global del Hambre (GHI). Mide el progreso y retroceso en la
lucha global contra el hambre. En especial mide a un grupo fisiológicamente
vulnerable —los niños—, y sintetiza variables como: proporción de subnutridos;
porcentaje de la población; frecuencia en la insuficiencia de peso en los niños;
tasa de mortalidad de los niños menores de cinco años.
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A continuación la matriz IDIG tal cual como ingresó al análisis de datos:


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Análisis de Correspondencias Múltiples (ACM)


[Procesamiento cortesía del Instituto Nacional de Estadística (INE), específicamente de la Gerencia
General de Estadísticas Sociales y Ambientales, Lic. Rafael López; Asesora Lic. Jeinny Bolívar,
Coordinación de Estadísticas de la Dirección de Planificación del MPPRE].

Para explorar la potencial conformación de clases estadísticas o grupos de países


homogéneos, se realizó el Análisis de Correspondencias Múltiples —utilización del
paquete especializado en análisis de datos SPAD bajo windows, versión 5.6—, que
consiste en la agrupación de los elementos de la población estudiada —países— en
clases homogéneas internamente y heterogéneas entre sí, de acuerdo a las variables
investigadas. En el cuadro N.º 1 se muestran todas las variables investigadas,
conjuntamente con el número de modalidades o categorías que contienen cada una de
ellas:

En el cuadro 2, se observa la discriminación de las frecuencias de cada


modalidad en el universo estudiado mediante la representación del histograma
respectivo. Este esquema analítico nos transmite una primera visión del
comportamiento de los distintos modos de ser de cada variable, detallando su
predominio en los elementos de la población evaluada —total de países en
cada modalidad de la variable:
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A continuación mostramos el gráfico 7.


En este gráfico observaremos la disposición de las distintas modalidades sobre
el eje de coordenadas abarcando los cuatro cuadrantes y donde, en teoría, sus
extremos deben ser totalmente opuestos y, por otra parte, el entorno del
encuentro de los dos ejes debe corresponder, hipotéticamente, a una realidad
muy distinta a las otras dos mencionadas — realidad promedio—:
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Las distintas modalidades de las variables se extienden sobre los dos ejes de
coordenadas; a continuación se describen dichas modalidades. El primer eje
separa las modalidades de las distintas variables en atención a sus valores
acordados (ver el escrito IDEN en la tabla 41 Eje 1):
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En cuanto al Eje 2, la descripción es la siguiente:


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En resumen, los valores ubicados en el primer cuadrante (lado superior


derecho) y tercer cuadrante (lado inferior izquierdo) son totalmente opuestos, lo
cual nos sugiere que, inicialmente, los países que se agrupen en estos
cuadrantes respectivos tendrán modos de vida y realidades geosociales
diferentes. En este mismo orden de ideas, los países que se agrupen en torno
a los otros dos cuadrantes restantes poseerán valores medios en la medida
que se acerquen al punto de origen de los ejes de coordenadas.

El ACM nos ha proporcionado una primera visión general sobre los grupos o
clases potenciales que se podrían formar, si bien se requiere de un análisis
más específico que permita una mejor clasificación de los individuos —
países— en clases más diferenciadas entre sí, para lo cual se realizará un
Análisis de Clasificación Automática (ACA).
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Análisis de Clasificación Automática (ACA)


Conocer con precisión el número ideal de grupos que han de constituirse en un
análisis matricial como el que estamos realizando es básico. En tal sentido,
luego de varios ensayos se llega a la conclusión de que la conformación de
cinco clases o grupos de países es el nivel más eficiente de agrupación: ver
cuadros 3 y 4 (prestar atención a la palabra «Inertias»):

El nivel explicativo del Grupo 5 es del 69,78%, mientras que el del Grupo 4
alcanza sólo un 58,63%. Adicionalmente, la distribución de los individuos en
cada grupo es más eficiente en cinco grupos que en cuatro, ya que las clases o
grupos (clúster) 1, 2 y 3 se mantuvieron estables, mientras que el clúster 4 (ver
cuadro 3) se dividió en dos: representados por los clúster 4 y 5 (ver cuadro 4)
con 19 y 28 individuos respectivamente.

Una vez convencidos del número de clases o grupos de países que se han de
conformar, presentamos el cuadro 5, donde se muestran las variables que más
influyen en la caracterización de los grupos. En un contexto global, la mayoría
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

de las variables son aceptadas para integrar el análisis propuesto; esto se


puede afirmar al observar la columna Proba. del cuadro señalado, la cual indica
que la probabilidad de que se rechace una variable como explicativa es de
0.000. No obstante, si alguna variable presentara una probabilidad distinta de
cero, esto sugeriría que la misma es poco importante en la conformación de los
grupos.

En este mismo orden de ideas, la ubicación de las variables en el cuadro 5


indica su nivel de importancia (Test-Value) en la conformación de los grupos,
de tal manera que la variable: IDH es la más importante, seguida de la variable
GHI y así sucesivamente. Sin embargo, un análisis más detallado por grupo
conformado nos señalará otras variables que, en cada grupo en particular,
pudieran ser muy significativas.

El cuadro 6 muestra un análisis individual de cada grupo, clase o clúster


conformado, indicando las variables que más influyen en la caracterización de
cada uno de ellos. El análisis individual de cada clúster es igual al marco global
expuesto en el cuadro 5: las variables principales seleccionadas tienen
probabilidad 0.000 de ser rechazadas como variables explicativas de cada
grupo. En este mismo orden de ideas, el valor Test-Value indica el orden de
importancia de cada variable aprobada en la conformación de cada clúster y la
palabra count= señala el número de países incluidos en ese clúster:
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Presentamos el cuadro 7, en el que se muestran todos los grupos


estructurados en función de las categorías o modalidades predominantes de
cada variable (valores dominantes para conformar el clúster):
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Concretándonos ahora en la identificación propia de cada país participante en


el análisis de datos, en el cuadro 8 se inserta la salida del paquete estadístico
que muestra cuáles son los identificadores de los países que integran a cada
clúster, mientras que en el cuadro 9 se señala el nombre propio de cada país:
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

El gráfico 8 muestra la ubicación de los distintos clúster en el eje de


coordenadas. En el gráfico 9 se observa la disposición final de los países
según el clúster al que pertenecen, en atención a las conclusiones del paquete
estadístico:
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

[Observación: para poder leer adecuadamente el gráfico 9 se debe trabajar


simultáneamente con el cuadro 9, ya que los países están identificados y
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

dispuestos sobre el eje de coordenadas del gráfico 9 con los códigos


resúmenes especificados en el cuadro 9].

Análisis discriminante y/o confirmatorio; Evaluación por el paquete


estadístico de las propuestas iníciales de RECOD realizada en las IV
Jornadas de actuación estratégica del servicio exterior: plan operativo
anual, presupuesto y gestión administrativa 2012

Una vez obtenidos los cinco grandes grupos o mancomunidades de países


mediante el Análisis de Clasificación Automática, durante las IV Jornadas de
actuación estratégica del servicio exterior: plan operativo anual, presupuesto y
gestión administrativa 2012, procedimos a conceptualizar y estructurar las
RECOD —subgrupos de misiones diplomáticas y consulares de la República
Bolivariana dentro de cada mancomunidad; países con vinculaciones
geopolíticas donde nuestras misiones pueden tener un ámbito de trabajo
mancomunado en función de las exigencias del Proyecto Simón Bolívar 2007-
2013—, realizando una rutina de ejercicios teóricos a manera de ejercitar el
trabajo mancomunado. Estas RECOD conceptualizadas son a continuación
evaluadas individualmente desde la perspectiva estadística del Análisis
Discriminante.

El Análisis Discriminante es una técnica estadística sustancialmente


clasificatoria. En esta finalidad clasificatoria va implícita una finalidad
descriptiva: identificar las variables que más y mejor discriminan y caracterizan
a las RECOD, teóricamente estructuradas en cada mancomunidad —grupo de
países conceptualmente homogéneos dentro de las conclusiones obtenidas por
el Análisis de Clasificación Automática; en otras palabras, descubrir lo que es
diferenciador dentro de lo aparentemente homogéneo.

Mediante la formulación del modelo matemático denominado Análisis


Discriminante, se pueden obtener las coordenadas (X,Y) de cada país para
confirmar la clasificación teórica realizada y, desde una óptica puramente
analítica, conocer la realidad estructuradora para cada mancomunidad:

Ubicación del país i-ésimo (Xi, Yi); i = 1, 2,…, 27


Donde (Xi, Yi) se obtienen a través de las siguientes funciones discriminantes:
Xi = Constante1 + a1Vi1 + a2Vi2 + a3Vi3 +…+ a13Vi21
Yi = Constante2 + b1Vi1 + b2Vi2 + b3Vi3 +… + b13Vi21
y
aj = coeficientes de la función discriminante 1; j = 1,2,...21
bj = coeficientes de la función discriminante 2; j = 1,2,...,21
Vij = Valor que toma el i-ésimo país en la j-ésima variable.

Cada mancomunidad se considerará individualmente con sus RECOD teóricas,


para lo cual se emplearán las mismas veintiún variables iniciales de la
investigación. La técnica estadística busca precisar al estadístico denominado
Lambda de Wilks —que mide las desviaciones que se producen dentro de cada
RECOD respecto a las desviaciones totales sin distinción de RECOD.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Si el valor del estadístico es pequeño, próximo a 0, la variabilidad total será


debida a las diferencias entre RECOD; las variables con un Lambda de Wilks
pequeño serán las que más diferencien o discriminen a las RECOD. Si por el
contrario, el valor del estadístico es grande, próximo a 1, las RECOD estarán
entremezcladas y por consiguiente las variables independientes con un
Lambda grande carecerán de capacidad discriminante. Mediante este análisis
detectamos las variables relevantes para definir desigualdades internas en una
mancomunidad de países aparentemente homogéneos.

Conclusiones del Análisis Discriminante por Mancomunidad


Mancomunidad I, conclusiones del Análisis Discriminante, detalles de los
cuadros explicativos:

Luego de la ejecución de tres pasos en el análisis estadístico, el cuadro I


incluye aquellas variables que minimizan el Lambda de Wilks:

En el cuadro II se especifican los coeficientes de las funciones discriminantes


definitivas:

Variables canónicas o discriminantes. Son las variables que más y mejor


caracterizan y, en consecuencia, diferencian a las RECOD. Se presentan como
combinaciones lineales de las variables originales y se expresan por una
función discriminante.
En el cuadro III se verifican los autovalores, el porcentaje de varianza explicada
y el coeficiente de correlación canónica:
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Autovalor de una función. Se interpreta como la parte de la variabilidad total del


conglomerado de puntos proyectada. Un gran valor indica que la función
discrimina mucho.

Correlaciones canónicas. Miden las desviaciones entre RECOD respecto a las


desviaciones totales sin distinguir RECOD. Un valor próximo a 1 indica que la
dispersión se debe a las diferencias entre RECOD y en ese caso la función
discriminará mucho.

En el cuadro III se observa que la primera función discriminante explica el 94%


de la variabilidad del fenómeno. Con referencia a la correlación canónica se
indica que tiene una capacidad del 92% para diferenciar las RECOD ya
formadas. Esta primera función explica la mayor cantidad de variación
(diferencias) entre las RECOD discriminadas.

Por su parte, la segunda función discriminante, ortogonal e independiente de la


primera, explica el mayor porcentaje de varianza restante tras haber eliminado
la varianza de la primera función. Esta explica solo el 6% de la variabilidad
restante. De este cuadro se concluye que la primera Función Lineal
Discriminante (FLD) es la que explica casi la totalidad de la diferencia entre las
RECOD conformadas. Solo bastaría ver cuáles son las variables que están
correlacionadas con esta función, situación que se mostrará en el cuadro IV.

En síntesis, la variabilidad total explicada por ambas funciones es (0,92)2 % +


(6% x 0,15) = 86% de la variación total de la variable dependiente.

Las dos primeras funciones discriminantes explican el 86% de la variabilidad


total del conglomerado de puntos proyectados.

Después de estimar las funciones discriminantes, el procedimiento correlaciona


cada una de las variables independientes con las funciones discriminantes, lo
cual origina la matriz de estructura: cuadro IV.

La matriz señalada es ampliamente recomendada para interpretar las variables


que separan a cada grupo y está sustentada en que aquellas variables que
comparten la mayor variabilidad con una FLD, deben ser las que definen los
atributos que ellas miden, tomando en cuenta el signo de la correlación:
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

En el cuadro IV, la primera FLD está definida principalmente por las variables:
Extensión territorial e Ingreso —Gini—, ya que son las que presentan mayor
correlación positiva; además, las diferencias entre las RECOD se deben
principalmente a valores altos en las variables Exten - sión territorial e Ingreso.
La segunda FLD está definida solo por la variable Gasto-Educación.

En el cuadro V mostramos el poder predictivo del modelo discriminante


expuesto. Se realiza la comparación entre los individuos clasificados
teóricamente en cada RECOD y los clasificados por el Análisis Discriminante:
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Porcentaje de buena clasificación para la RECOD A: 100%.


Porcentaje de buena clasificación para la RECOD B: 90%; países como
Polonia y Portugal muestran la diferencia.
Porcentaje de buena clasificación para la RECOD C: 100%.
Porcentaje de buena clasificación para la RECOD D: 50%; Nueva Zelanda
marca diferencia con respecto a la nación australiana.
Porcentaje de buena clasificación para las RECOD en la Mancomunidad I:
total: 85,2%.

De ahora en adelante, explicada en sus aspectos más relevantes la manera de


operar del Análisis Discriminante, describiremos el comportamiento del resto de
las mancomunidades conceptualizadas. Simplificaremos presentando cada uno
de los cuadros explicativos expuestos y las conclusiones más relevantes
determinadas por el análisis para cada mancomunidad.

Observación: la RECOD E de la Mancomunidad I no participa en el análisis


por tratarse de un subgrupo estructurado por multilaterales.

Mancomunidad II, conclusiones del Análisis Discriminante, detalles de los


cuadros explicativos:
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Verificamos los autovalores, el porcentaje de varianza explicada y el coeficiente


de correlación canónica en el cuadro IIIa:

En resumen, la variabilidad total explicada por ambas funciones es (0,962)2 %


+ (17,9% x0,07) = 93,7 % de la variación total de la variable dependiente.

Las dos primeras funciones discriminantes explican el 94% de la variabilidad


total del conglomerado de puntos proyectados.

A continuación mostramos la matriz de estructura:


E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

En el cuadro Va se muestra el poder predictivo del modelo discriminante


expuesto. Se realiza la comparación entre los individuos clasificados
teóricamente en cada RECOD y los clasificados por el Análisis Discriminante:
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Porcentaje de buena clasificación para la RECOD A: 100%.


Porcentaje de buena clasificación para la RECOD B: 100%.
Porcentaje de buena clasificación para la RECOD C: 100%.
Porcentaje de buena clasificación para la RECOD D: 100%.
Porcentaje de buena clasificación para las RECOD de la Mancomunidad II:
100%.

Mancomunidad III, conclusiones del Análisis Discriminante, detalles de los


cuadros explicativos:
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Las funciones discriminantes definitivas son las siguientes:

Verificamos los autovalores, el porcentaje de varianza explicada y el coeficiente


de correlación canónica en el cuadro IIIb:

En resumen, la variabilidad total explicada por ambas funciones es (0,858)2 %


+ (31% x
0,264) = 93,9 % de la variación total de la variable dependiente.

Las dos primeras funciones discriminantes explican el 94% de la variabilidad


total del conglomerado de puntos proyectados.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

El cuadro IVb. Muestra la matriz de estructura.


E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

En el cuadro Vb se muestra el poder predictivo del modelo discriminante


expuesto. Se realiza la comparación entre los individuos clasificados
teóricamente en cada RECOD y los clasificados por el Análisis Discriminante:

Porcentaje de buena clasificación para la RECOD A: 58%; el Análisis


Discriminante establece diferencias entre Venezuela-Ecuador; Colombia-Brasil-
Guyana, con respecto al resto de la RECOD. Venezuela-Ecuador con un
extraordinaria coincidencia con Malasia y los integrantes de la RECOD C, en
conjunto, y Colombia-Brasil-Guyana con una extraordinaria coincidencia con la
RECOD D, liderada por Sudáfrica.

Porcentaje de buena clasificación para la RECOD B: 100%


Porcentaje de buena clasificación para la RECOD C: 100%
Porcentaje de buena clasificación para la RECOD D: 100%
Porcentaje de buena clasificación para las RECOD en la Mancomunidad III:
total: 82,1%

Mancomunidad IV, conclusiones del Análisis Discriminante, detalles de los


cuadros explicativos
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Las funciones discriminantes definitivas son las siguientes:

Verificamos los autovalores, el porcentaje de varianza explicada y el coeficiente


de correlación canónica en el cuadro IIIc:

En resumen, la variabilidad total explicada por ambas funciones es (0,916)2 %


+ (8% x 0,160) = 96,7 % de la variación total de la variable dependiente.

Las dos primeras funciones discriminantes explican el 97% de la variabilidad


total del conglomerado de puntos proyectados.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

A continuación la matriz de estructura:


E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

En el cuadro Vc se muestra el poder predictivo del modelo discriminante


expuesto. Se realiza la comparación entre los individuos clasificados
teóricamente en cada RECOD y los clasificados por el Análisis Discriminante:

Porcentaje de buena clasificación para la RECOD A: 25%.


Porcentaje de buena clasificación para la RECOD B: 60%.
Porcentaje de buena clasificación para la RECOD C: 80%.
Porcentaje de buena clasificación para la RECOD D: 100%.
Porcentaje de buena clasificación para la RECOD E: 100%.
Porcentaje de buena clasificación para el grupo total: 62,5%; Mancomunidad
muy compleja, relativamente homogénea. El Análisis Discriminante no arroja
nada concluyente; solo la religión y el consumo de electricidad per cápita se
muestran como variables que podrían discriminar subgrupos.

Mancomunidad V, conclusiones del Análisis Discriminante, detalles de los


cuadros explicativos

Las funciones discriminantes definitivas son las siguientes:


E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Verificamos los autovalores, el porcentaje de varianza explicada y el coeficiente


de correlación canónica en el cuadro IIId:

En el cuadro se observa que la función discriminante explica el 100% de la


variabilidad del fenómeno. Con referencia a la correlación canónica podemos
indicar que tiene una capacidad del 96% para diferenciar los grupos ya
formados. Esta función es significativa y su poder discriminante es alto, dado
su elevado valor en la correlación canónica.
En el cuadro IVd se observa la matriz de estructura.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

En el cuadro Vd se muestra el poder predictivo del modelo discriminante


expuesto. Se realiza la comparación entre los individuos clasificados
teóricamente en cada RECOD y los clasificados por el Análisis Discriminante :

Porcentaje de buena clasificación para la RECOD A: 100%.


Porcentaje de buena clasificación para la RECOD B: 100%.
Porcentaje de buena clasificación para la Mancomunidad V: 100%.

Observaciones finales para la Mancomunidad V:

No todas las variables bajo estudio resultaron ser estadísticamente


significativas para la discriminación de los grupos considerados. El modelo
incluyó en el análisis las siguientes: Tasa crecimiento poblacional; Extensión
Territorial; Índice global hambre y Endeudeudamiento Militar. Sin embargo,
solo las variables Índice global hambre (0,79) y Extensión Territorial (0,168)
fueron las que obtuvieron una correlación relativamente mayor con la FLD.

El modelo discriminante explicó el 100% de la variabilidad de la nube de puntos


(poder predictivo).

El procesamiento y salidas concluyentes del Análisis Discriminante


desarrollado fue una realización exclusiva del estadístico Jeinny Bolívar,
Asesora de la Coordinación de Estadística adscrita a la Dirección de
Planificación del MPPRE
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Referencias
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

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HUERTAS, Franco (2006). Planificar para gobernar: El método PES.
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(12/01/2012). Reglamento Orgánico del Ministerio del Poder Popular para
Relaciones Exteriores. Decreto 8.742.
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

«Pongamos sin temor la piedra


fundamental de la libertad. Vacilar es perdernos,
como dijo Bolívar. Hasta cuándo vamos a ser la
periferia mancillada (...) la unidad, la unidad, la
unidad, sólo la unidad nos hará libres e
independientes»

Hugo Rafael Chávez Frías


E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A
E M A N C I PA C I Ó N D E L A P O L Í T I C A E X T E R I O R V E N E Z O L A N A

Este libro se imprimió el mes de agosto de 2012


en los talleres de Editorial Arte
sobre papel recubierto mate de 150 g
en las páginas internas y
sulfarto 0.16 para la cubierta.
En su composición se utilizaron
tipos de las familias Frutiger y Rockwell.

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