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ec/historias/sociedad/quebrar-tras-enfermarse-mas-probable-ecuador-que-el-
resto-america-latina
Y es que lograr esa cobertura sanitaria universal pasa por una serie de factores
no solamente médicos, sino por el aporte político, económico y social y por
distintos enfoques sobre qué es un servicio médico de calidad.
Mientras tanto, son pesimistas sobre que la pandemia, que en teoría debería ser
una oportunidad para robustecer el sistema de salud nacional, sea entendida de
esa manera. Por el contrario, creen que Ecuador saldrá de la pandemia con un
sistema de salud debilitado y diezmado no solo por la enfermedad, sino por los
recortes que se han implementado en los tres últimos años.
La salud pública heredada del correato
Pero el gobierno de Moreno "no corrigió los errores del sistema nacional de
salud" que había dejado Correa. Siguen faltando programas de prevención y
control y también profesionales en salud preventiva. "Se mantuvo la misma
lógica y el mismo uso del Ministerio de Salud en el marco del Estado de
propaganda", explica. Los ajustes tomados por este gobierno han reducido el
personal operativo en varias áreas, lo que ha llevado a que el Ecuador esté
haciendo uno de los gastos más bajos en combatir la pandemia. "La situación
del Ecuador es de los mayores contagios en América Latina y la mortalidad por
exceso es de las mayores en el mundo", sobre todo porque el país tiene un
sistema de salud debilitado. Para Aguilar el Ecuador ha descuidado la
vacunación y el control de enfermedades tropicales, así como las acciones
curativas en enfermedades crónicas.
Sobre la vacunación, Aguilar recuerda que en el año 2017 Ecuador tuvo las más
bajas coberturas de vacunación, "solo por encima de Haití" debido a la falta de
cuadros técnicos para el manejo de la salud. "Se rompieron los sistemas locales
de salud, como parte de las locuras del gobierno anterior", mientras se colocó a
personas sin experiencia en salud. "Formar un experto en vacunación o en
malaria requiere de varios años. Se sacó a muchos con experiencia y se puso a
una persona como la ex ministra Verónica Espinosa, que tras un año de
medicina rural llegó a ministra de Salud en apenas cuatro años. Una persona que
no tenía conocimiento, experiencia, madurez o liderazgo político". Para Aguilar,
los dos gobiernos de Alianza PAÍS debilitaron los sistemas de vacunación
nacionales.
Sobre la protección contra los riesgos financieros por las enfermedades, Arteaga
cree que es la Seguridad Social la que debe evitar que una persona que se
enferma pierda todos sus bienes. El "desmantelamiento de la seguridad social",
sostiene, empezó durante el correato, mientras que el gasto de bolsillo sigue
siendo del 45% en el país. Para 2020, explica la experta, del gasto per cápita en
salud el 4,2% es gasto público y el 4.3% es gasto privado, lo que evidencia que
nuestros sistemas de salud no son garantía frente al riesgo financiero.
"Los países que funcionan con buenos sistemas de protección y seguridad social
como Costa Rica tienen el 6% de gasto público y solo el 2% de gasto privado.
Esa es la protección financiera", explica la catedrática.
"El 75% de las consultas eran curativas, y se cargó con millones de consultas a
médicos y enfermeras que ya antes de la pandemia tenían síndrome de
agotamiento. La gran inversión en salud fue a servicios privados", señala
Arteaga.
El monto que gasta el gobierno versus el que paga el paciente, es decir, el "gasto
de bolsillo", sigue siendo alto en Ecuador, estima Barrera, pues el gobierno
gasta el 51% mientras la otra parte la pagan las familias y las personas.
La Cepal calcula que, en Ecuador, hasta un 40% del gasto en salud lo deben
realizar las personas (lo que denomina el gasto de bolsillo en salud) mientras el
porcentaje del gasto público en salud en Ecuador supera apenas el 4% del
producto interno bruto.
En 1959 Cuba contaba con apenas 6.000 médicos, la mitad de los cuales emigraron tras el triunfo
de la Revolución. La crisis sanitaria que se derivó le planteó al nuevo gobierno la necesidad de
formar galenos de forma masiva. Medio siglo después tienen 75.000, uno cada 160 habitantes, la
cifra más alta de América Latina.
En Ecuador, en el año 2000, se estimaba que ese gasto era del 62,67%, mientras
que en 2007 bajó al 49.40%. Para 2014, año de las últimas cifras obtenidas por
el portal sobre el "gasto de bolsillo" en salud en Ecuador, había bajado al
48.43%, pero esto seguía significando que los pacientes y sus familiares debían
cubrir más o menos la mitad de lo que cuesta una atención médica. De todas
maneras, seguía siendo más alto que en el resto de la región, en donde en
promedio el "gasto de bolsillo" alcanza al 31.71%.
El optimismo oficial
Por otro lado, cifras del INEC de 2018 daban cuenta de que la mayor parte de la
población nacional prefiere la medicina científica (97,91) frente a un 1.34 que
acude a la medicina alternativa y apenas un 0.58 que prueba la medicina
ancestral. Otros tipos de salud recibían a apenas el 0.18 de los ecuatorianos.
La atención a las madres embarazadas, con al menos cinco controles de su
gestación, alcanzaba según cifras del INEC para 2018 al 83,28 a nivel nacional,
mientras que en el ámbito urbano era del 86,95 y en el rural del 75,72. Otro
indicador que usan el INEC y Planifica Ecuador para medir la cobertura de
salud es cuántos médicos y cuántos establecimientos de salud hay. Así, en ese
año se contabilizaron en el país 39.908 de los que trabajaban en el sector
público la gran mayoría (29.562). Así mismo, había en el Ecuador antes de la
pandemia 4.165 establecimientos de salud de los que el Estado regentaba por lo
menos 3.321. En el año 2000 los establecimientos de salud pública eran 3.016,
mientras que para 2018 habían aumentado en 305.
Sobre la calidad en la salud, Aguilar cree que se debe ofrecer un manejo técnico
y racional para las personas, que, por ejemplo, una operación no demore
demasiado tiempo y que se intervenga con oportunidad. La calidad significa
también que el tratamiento sea pertinente, asegura el experto.
Por su parte, Érika Arteaga recuerda que el actual gobierno despidió a 1200
funcionarios de salud y solo contrató a 300, mientras se siguen priorizando el
pago de los bonos de la deuda externa por encima del gasto sanitario. "La
posibilidad de que el país cumpla con las metas del 2030 es nula. Solo lograr
que no empeoremos ya es bueno, como ha dicho Hugo Noboa".
Barrera dice que hay que discutir la calidad del empleo de los médicos y que
hay que hacer grandes inversiones en salud en el futuro. "Esta meta deberá ser
recolocada en la agenda pública, y debe convertirse en un tema central en este
momento", finaliza el ex alcalde de Quito.