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pentateuco
Integrantes:
Juárez Adelis 17.611.627
Cordero Ana 24.572.016
Nivel II, Sección: A sabatino
La historia de Israel es la historia de los cumplimientos de las profecías en la
Biblia, con ello podemos validar que la Biblia realmente proviene de Dios. Dice el
apóstol Pedro: “Sobre todo, tienen que entender que ninguna profecía de la
Escritura jamás surgió de la comprensión personal de los profetas ni por iniciativa
humana. Al contrario, fue el Espíritu Santo quien impulsó a los profetas y ellos
hablaron de parte de Dios”. 2 Pedro 1:20-21)
“Yo formo la luz y creo las tinieblas, Yo envío los buenos tiempos y los malos; Yo,
el Señor, Soy el que hace estas cosas.” Isaías 45:7)
“Pues el Señor escogió a Jacob para Sí, a Israel, como Su tesoro especial.”
Salmos 135:4)
Sin embargo, las mismas Escrituras nos muestran que el pueblo elegido de Israel
no fue el ejemplo para las naciones que debió ser, y se reveló ante Dios: adoraron
a otros dioses y adoptaron las malas costumbres de las naciones vecinas. Pero
esto no sorprendió al Señor, al contrario, Él lo profetizó y les dijo las
consecuencias de esta rebelión.
“El Señor le dijo a Moisés: Estás por morir y vas a reunirte con tus antepasados.
Cuando ya no estés aquí, los israelitas comenzarán a rendir culto a dioses ajenos,
los dioses de la tierra a la cual se dirigen. Me abandonarán y romperán el pacto
que hice con ellos. Entonces Mi enojo arderá contra ellos. Los abandonaré,
esconderé Mi rostro de ellos, y serán devorados. Pasarán terribles dificultades y,
en aquel día, dirán: “¡Estas calamidades nos han ocurrido porque Dios ya no está
entre nosotros!”. En esos días esconderé Mi rostro de ellos debido a toda la
maldad que cometen al rendir culto a otros dioses.” Deuteronomio 31:16-18)
Debido a los pecados del pueblo de Israel, Dios los exilió de la Tierra Prometida
hacia Asiria y Babilonia. El destierro a Babilonia ya había sido anticipado por el
profeta Jeremías en un mensaje que recibió del Señor en 605 a.C. (Jeremías
25:1), unos 20 años antes de que sucediera.
“Toda la tierra se convertirá en una desolada tierra baldía. Israel y las naciones
vecinas servirán al rey de Babilonia por setenta años.” Jeremías 25:11)
Luego Jeremías recibió este mensaje del Señor en aproximadamente 597 a.C.
que habla de “la primera vez” que el Señor trae de regreso a Su pueblo a la tierra
de Israel después de su exilio de 70 años en Babilonia.
“Pues el Señor te dispersará por todas las naciones, desde un extremo de la tierra
hasta el otro. Allí rendirás culto a dioses ajenos que ni tú ni tus antepasados
conocían, ¡dioses de madera y de piedra!” Deuteronomio 28:64)
Jesús dijo acerca del Templo: “Viene el tiempo cuando todo esto será demolido
por completo. ¡No quedará ni una sola piedra sobre otra! Cuando vean a Jerusalén
rodeada de ejércitos, entonces sabrán que ha llegado el tiempo de su destrucción
Los matarán a espada o serán enviados cautivos a todas las naciones del
mundo. Y Jerusalén será pisoteada por los gentiles hasta que el tiempo de los
gentiles llegue a su fin.” Lucas 21:6, 20, 24 )
“Serás un objeto de horror, de ridículo y de burla frente a todas las naciones donde
el Señor te envíe.” Deuteronomio 28:37)
Pero no importa lo que haga Satanás, sus esfuerzos no prosperarán, porque Dios
ya ha cumplido la profecía, y trajo de regreso a los judíos a la tierra de Israel
(aunque no se lo merecían), y además los judíos van a aceptar a Jesucristo como
su Salvador. Que tan serio es Dios en proteger a Israel, que a través del profeta
Jeremías nos dice que Israel prevalecerá más allá que las leyes que rigen este
universo, es decir para siempre, aunque ellos no sean fieles a Él.
“ ¡Igual de improbable es que anule las leyes de la naturaleza como que rechace a
Mi pueblo Israel!». ”Jeremías 31:36)
Hay personas que dicen que el Señor se ha olvidado de Su pueblo Israel, pero
están muy equivocadas:
Los judíos rechazaron a Jesús porque su estudio de las profecías del Mesías se
basaba en que ellos serían liberados de la opresión de los romanos, y que el
Mesías restablecería el reino de Dios, traería paz y justicia, pero como eso no
ocurrió lo rechazaron, su resistencia para recibir al Hijo de Dios es lo que
precisamente las profecías habían predicho. Pero esto tan sólo se reduce a que su
interpretación de las profecías fue incorrecta.
Los judíos han sido cegados como nación en castigo a no haber reconocido a su
Salvador cuando Él los visitó:
“Cuando llegó cerca de Jerusalén, al ver la ciudad, Jesús lloró por ella, diciendo:
¡Si en este día tú también entendieras lo que puede darte paz! Pero ahora eso te
está escondido y no puedes verlo. Pues van a venir para ti días malos, en que tus
enemigos harán un muro a tu alrededor, y te rodearán y atacarán por todos lados,
y te destruirán por completo. Matarán a tus habitantes, y no dejarán en ti ni una
piedra sobre otra, porque no reconociste el momento en que Dios vino a
visitarte.»” Lucas 19:41-44.
“Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos
de Dios para seguir los nuestros. Sin embargo, el Señor puso sobre Él los
pecados de todos nosotros.” Isaías 53:6)
La primera vez Jesucristo vino como Servidor para proclamar libertad para los
cautivos de forma física, pero su objetivo era espiritual al eliminar el pecado de
todo aquel que cree en Él.
El Espíritu del Señor está sobre Mí, porque me ha ungido para llevar la Buena
Noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados,
que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad, y que ha
llegado el tiempo del favor del Señor Después Jesús comenzó a hablarles: La
Escritura que acaban de oír ¡se ha cumplido este mismo día!».” Lucas 4:18-21)
Por eso los líderes religiosos, los fariseos, los maestros de la ley, y los escribas no
lo reconocieron, y el resto de los judíos confiaron en su propio criterio y también lo
rechazaron. En las escrituras hay más profecías acerca de la Segunda Venida de
Jesús que de la primera venida. Ellos esperaban a un líder militar que derrotaría a
cualquier imperio que los tuviera subyugados, que trajera paz mundial, y que fuera
coronado como su rey, pero no se dieron cuenta que eso lo haría hasta la
Segunda Venida.
Caifás, quien era el sumo sacerdote en aquel tiempo, dijo: ¡No saben de qué están
hablando! No se dan cuenta de que es mejor para ustedes que muera un solo
hombre por el pueblo, y no que la nación entera sea destruida». No dijo eso por su
propia cuenta; como sumo sacerdote en aquel tiempo, fue guiado a profetizar que
Jesús moriría por toda la nación.” Juan 11:49-51)
En Su primer venida, Jesús nos dio lo que necesitábamos: Él fue nuestro “Profeta”
quien trajo la buena noticia de la Palabra de Dios y nos envió a Su Espíritu para
guiarnos hacia el entendimiento de la verdad. Él fue nuestro Gran Sacerdote, que
ofreció Su propia vida para quitar el pecado del mundo. Y Él vino como Rey para
conquistar al pecado y traer paz y alegría a todo el que crea en Él.
“Dile a la gente de Jerusalén: “Mira, tu Rey viene hacia ti. Es humilde y llega
montado en un burro: montado en la cría de una burra” Mateo 21:5)
Después, Él mismo preguntaría qué es lo que los judíos creían acerca de Él. Y los
discípulos dieron diferentes respuestas, excepto que Él es el Mesías, su salvación.
Los judíos endurecieron su corazón y no lo recibieron.
“Entonces les preguntó: Y ustedes, ¿quién dicen que Soy? Simón Pedro contestó:
Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente. Jesús respondió: Bendito eres, Simón
hijo de Juan, porque Mi Padre que está en el cielo te lo ha revelado. No lo
aprendiste de ningún ser humano.” — Mateo 16:15-17)
El gobierno estará sobre Sus hombros; la paz reinará durante mil años, y Jesús
será el Rey de reyes y Señor de señores.
“Mientras continuó mi visión esa noche, vi a alguien parecido a un hijo de hombre
descender con las nubes del cielo. Se acercó al Anciano y lo llevaron ante Su
presencia. Se le dio autoridad, honra y soberanía sobre todas las naciones del
mundo, para que lo obedecieran los de toda raza, nación y lengua. Su gobierno es
eterno, no tendrá fin. Su reino jamás será destruido.” Daniel 7:13-14)
Como vimos, la importancia del estudio de las Escrituras es esencial para nosotros
como cristianos, para evitar que nos ocurra lo que les pasó a los judíos, quienes
no reconocieron a Jesús cuando habitó entre ellos.