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C46-12-001
Antecedentes de la industria
La industria automotriz había tenido una larga historia. Desde los pequeños talleres
franceses de Panhard y Levassor en 1894, en donde la producción de los vehículos se hacía
de manera artesanal (Womack, 1991), pasando por la producción en masa de Ford y su
línea de ensamble, hasta las modernas plantas japonesas de Toyota, los avances que la
industria había registrado eran considerables en la fabricación de vehículos que
satisfacieran las cambiantes necesidades de los clientes.
Los Vehículos para Intereses Especiales (Sports Utility Vehicles) surgieron a raíz de la
necesidad de las Fuerzas Armadas de contar con vehículos más resistentes para llevar
carga, soportar terrenos difíciles y servir en general a los propósitos de la guerra.
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El SUV Explorer salió al mercado en 1990 y está considerado como uno de los mayores éxitos comerciales
de Ford (Brinkley, 2003).
Este caso fue escrito por los profesores: Cynthia Montaudon Tomas, Eliseo Luis Vilalta y Perdomo y
Armando Martínez Turrubiates. Con el propósito de servir como material de discusión en clases, no pretende
ilustrar buenas o malas prácticas administrativas.
Derechos Reservados © Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey; Av. General Ramón
Corona No. 2514 Col. Nuevo México, Zapopan, Jalisco 45140, México. El ITESM prohíbe cualquier forma
de reproducción, almacenaje o transmisión de la totalidad o parte de esta obra, sin autorización por escrito.
Así, se empezaron a desarrollar vehículos más altos, algunos con mayor capacidad de
carga, otros con doble tracción e incluso con tracción en las cuatro ruedas desde 1935. El
primer modelo fue la Chevrolet Suburban®, utilizada normalmente como un camión
pequeño, para transporte y entrega de mercancías. Con el tiempo, el vehículo evolucionó
como auto familiar, como una alternativa para viajar y como transporte para ejecutivos y
grupos.
Durante la Segunda Guerra Mundial se realizaron esfuerzos por obtener vehículos más
eficientes, ejemplo de esto fue el Jeep ® de la marca Willys ® que produjo diversos
modelos para adecuarse al mercado y a las necesidades cambiantes de los consumidores,
como el caso de la Wagoneer ® similar a la Suburban ®.
Las pickups, cada vez con mayor capacidad, inundaron el mercado norteamericano
convirtiéndose, de acuerdo con el autor Justin Luckach (1998), en el vehículo americano
por excelencia, debido a que representaba los gustos y tendencias de la sociedad
estadounidense en los años noventa. La industria automotriz de EEUU decidió que debería
crear un sustituto para los automóviles tradicionales, pero deberían conjuntar a un tiempo el
confort del auto con las ventajas de un camión o pickup. Fue así que surgieron las SUV’s,
que en sus inicios fueron fabricadas sobre plataformas de vehículos existentes, sólo que se
amplió el espacio interior y se hicieron adecuaciones en el equipamiento (Bradsher, 2003)
con la finalidad de llegar al mercado en el momento oportuno.
Numerosas empresas consideraban que reducir es e lapso les permitía además obtener
mayor flexibilidad en el supuesto de que fuera necesario realizar cambios (Kenneth, 2004).
Time to market era un fenómeno que incluía también el incremento en la capacidad de
respuesta de las compañías ante una situación dada. Durante décadas, la tendencia en la
industria automotriz había sido la de reducir al máximo este tiempo con la idea de
maximizar las ventas
considerada como un early mover o pionero en las tendencias de los consumidores hacia un
mercado distinto, en una época en la que los precios de la gasolina se mantenían a la baja
(Brinkley, 2003).
Figura 1. Explorer.
A diferencia de los vehículos que le precedieron, como el caso de las pickups y los autos
tradicionales, la Explorer conjuntaba lujo y espacio; altura y equipo sofisticado, lo cual
constituía una verdadera innovación en el mercado automotriz, ya que reunía la comodidad
de un auto y la versatilidad de una camioneta. Las condiciones para la Explorer
comenzaron con una sólida demanda en el mercado nacional; respondió de manera
anticipada a las necesidades y deseos de los consumidores en EEUU. En los noventa, las
SUV’s fueron el segmento de mayor crecimiento en la industria automotriz (Ford, 2008).
Desde el inicio y particularmente en 1991, su demanda casi se duplicó en el mercado
mundial (ver Tabla 1) a excepción de Europa y países donde el costo de la gasolina era
elevado. En poco tiempo, la Explorer excedió las ventas de otros modelos de Ford.
Tabla No. 1
Ventas de la Ford Explorer en sus primeros años.
Año Unidades vendidas
1990 140,509
1991 240,640
1999 428,772
2000 445,157
2002 433,847
2003 373,118
2004 339,333
2005 239,788
2006 179,229
2007 137,817
Fuente: Ford (2008).
Para mejorar la estabilidad, especialistas de Ford aportaron varias sugerencias, entre ellas,
retrasar el lanzamiento de la Explorer para revisar el diseño de manera integral y realizar
modificaciones mayores. Sin embargo, la administración de Ford deseaba lanzar al
mercado la SUV, y los ingenieros hicieron diversas pruebas en abril de 1989 de donde se
obtuvo una lista de opciones para solucionar el problema de la estabilidad, sin tener que
aplazar la producción. Las acciones que se definieron fueron:
1. Agrandar el chasis dos pulgadas.
2. Reducir la altura del motor.
3. Reducir la presión de las llantas de entre 30 y 35 psi (pound per square inch) o libra
por pulgada cuadrada, que se usa como unidad de medición, que el fabricante
recomendaba, normalmente, a 26 psi para tener un mayor agarre y modificar los
amortiguadores (Greenwald, 2001).
El tiempo no estaba del lado de Ford, de tal forma que la opción número tres se consideró
como la más sencilla y la más rápida: las llantas se inflarían menos y se modificaría el
soporte de los amortiguadores. Al acercarse la fecha de lanzamiento, el vehículo se
comportaba mal en las pruebas de manejo: se volcaba con facilidad. Su desempeño era
incluso peor que el de la Ford Bronco II (Brinkley, 2003). En un documento interno de
Ford se especificaba lo siguiente: “La posición del motor (su altura) no fue modificada de
la Bronco II, evitaba la posibilidad de mejorar la estabilidad a menos de que se realizaran
modificaciones extensivas a la suspensión, el cuadro y la estructura” (Aeppel, 2000). En ese
momento se había estudiado poco acerca de los problemas de estabilidad en la camioneta
Bronco, aun cuando se habían reportado accidentes (NHTSA2002).
En cuanto a la selección de las llantas, y debido a que a los consumidores les parecía
atractivo un vehículo con la altura de una camioneta o camión, se prefirió el uso de llantas
P235, más grandes y, por lo tanto, más caras que las convencionales para auto. Las
consideraciones de costo afectaron las decisiones en cuanto a la calidad de los neumáticos.
En este orden de ideas, por cuestiones de precio se optó por llantas categoría “C”, aun
cuando la mayor parte de los fabricantes elegían “B”. Esta categoría se refería a su
resistencia a las altas temperaturas (Felton, 2001). Las llantas categoría “A” eran más
resistentes a altas temperaturas tanto del medio ambiente como de las carreteras; la calidad
disminuía en la categoría “B” y se reducía aún más en la categoría “C” en el nivel de
resistencia y además en la duración, que era menor.
Dado que las llantas eran cubiertas legalmente por el proveedor, Ford estaba en una
situación poco cómoda. La compañía analizaba la situación ética sobre su responsabilidad
(ver Anexo 1), sin embargo, no había ninguna obligación legal de su parte (Brinkley,
2002:739). El fabricante podía elegir entre las distintas opciones de llantas, sin que ello
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tuviera alguna implicación jurídica; tampoco estaba obligada a adquirir llantas de la mejor
calidad.
El caso Firestone
La compañía Firestone Tyre and Rubber Company fue fundada en Akron, Ohio, en 1900,
por Harvey Firestone; inició actividades con la manufactura de llantas de hule para las
ruedas de los carruajes. Pocos años después del arranque, la compañía estableció una
sociedad con Ford luego de que Henry Ford seleccionara neumáticos de Firestone para el
primer automóvil producido en masa en Norteamérica (Bridgestone Americas, 2007). En
1906 Ford ordenó dos mil juegos de neumáticos y Firestone se convirtió en uno de sus
proveedores más leales.
Firestone era uno de los fabricantes de llantas más importantes a nivel mundial
(Bridgestone Americas, 2007), líder en el mercado y proveedor oficial de varios modelos
de Ford durante décadas2. Pese a haber comenzado como líder en la industria, Firestone
sufrió numerosas crisis relacionadas con la seguridad de sus llantas y con sus trabajadores,
principalmente. Uno de los casos de pérdida de liderazgo se asociaba con las llantas
radiales, introducidas al mercado a finales de los sesenta por Goodrich ® y Michelin ®,
competidores de Firestone.
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En 1990 Bridgestone compró Firestone en 1988 y se convirtió en el productor de neumáticos más grande del
mundo.
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temperatura externa e, incluso, las condiciones del camino. De todas maneras se decidió
atribuir la falla al uso excesivo de adhesivo para unir el hule con el acero porque el cemento
utilizado como pegamento permitía el paso del agua al interior de la llanta y provocaba la
corrosión de las cuerdas de acero. Fuera cual fuera la razón, esta situación desafortunada
obligó a Firestone a recoger del mercado 14.5 millones de llantas (NHTSA, 2002).
Problemática
Cuando Ford diseñó la Explorer decidió utilizar neumáticos Firestone. Mientras Firestone
trabajaba a tiempo extra para satisfacer la demanda de llantas para la Explorer, la compañía
enfrentaba una crisis laboral. Uno de los problemas más graves ocurrió en la planta de
Decatur, Illinois, donde se desató una huelga entre 1994 y 1995. El fin de la huelga no
terminó con la tensión laboral que continuó generando conflictos. Aunque de manera
indirecta, la huelga y los problemas laborales afectaron a Ford, ya que se le enviaron llantas
producidas durante la huelga y la calidad no era la misma.
La aseguradora State Farm comenzó a analizar la información sobre los accidentes en que
se vieron involucradas las camionetas Explorer y estableció una correlación con fallas de
las llantas Firestone, es decir, se determinó que todos los accidentes en los cuales estaban
involucradas las camionetas, las llantas en uso eran Firestone. Ya desde 1992 la
aseguradora State Farm (en Kay, 2000) tenía evidencia estadística de la relación entre las
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Centígrados.
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Tabla No. 2
Reportes de Accidentes de Ford Explorer.
Ford, por ejemplo, ofreció cambiar las llantas sin ningún costo. En el año 2000 se lanzó un
programa de televisión donde se analizaba el problema de la separación de la capa externa
de las llantas. Las emisiones despertaron el interés del público y comenzaron a difundirse
testimonios personales con relación al uso de las Explorer. Cuando estas experiencias
salieron a la luz pública, no se pudo mantener el silencio al respecto. Cada organización dio
su personal punto de vista. Para Ford, el problema se originó por la mala calidad de las
llantas que explotaban causando volcaduras. Para Firestone, las llantas eran utilizadas en
condiciones para las cuales no fueron diseñadas, eso causaba estrés adicional al material y
el resultado era la separación de la capa externa de la llanta (Govindjee, 2001).
En 1996 se analizó el problema de los accidentes dividiéndolo en dos incidentes: las llantas
y los vehículos. Sin embargo, las llantas eran una parte esencial del vehículo, y una
decisión del fabricante. Las llantas debían ser consideradas como cualquier otro
componente de los automóviles producidos por Ford. Sorprendentemente, en el ambiente
automotriz de los años noventa, la calidad de un vehículo era interpretada de forma especial
con relación al desempeño, confiabilidad, adecuación a los requisitos y estándares, y al uso;
todas las partes de un vehículo eran responsabilidad del fabricante excepto los neumáticos.
A diferencia de los demás componentes, las llantas siempre se habían mantenido fuera de
las garantías de los armadores de automóviles4.
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GM era el único fabricante que había comenzado a ofrecer garantías para sus llantas, lo cual permitió
generar información importante sobre el desempeño de los neumáticos que utilizaba.
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fallar cuando eran expuestas a altas temperaturas y a exceso de carga (United States District
Court, Michigan, 2001).
Los análisis realizados por la NHTSA en 2002 mostraban que en la gran mayoría de los
casos los neumáticos con problemas estaban montados en el eje trasero de la camioneta, y
de éstos, la mayoría eran los del lado del conductor, indicación de que la falla pudo deberse
a una interacción entre el vehículo y el tipo de llanta (NHTSA 2002).
Al analizar las causas de los accidentes parecía que cada causa individual, por sí misma,
podría ser suficiente para generar problemas, pero al combinar los efectos de los diversos
factores y su probabilidad de ocurrencia, evitar los accidentes resultaba prácticamente
imposible. De cualquier manera, la presión de las llantas parecía ser uno de los puntos
clave. Aun cuando reducir la presión pudo de alguna forma incrementar la estabilidad de la
Explorer, también causó niveles de calor elevados por la fricción de la llanta. Esta
exigencia adicional provocó el desgaste irregular de las paredes de las llantas,
deteriorándolas; el resultado: la separación de la capa externa.
La Corte del estado de Michigan declaró, en 2001, los siguientes problemas tras las
investigaciones:
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“La calidad y la ética han guardado siempre una estrecha relación. La primera incluía,
desde sus inicios, evitar que los productos que llegaban al mercado pudieran causar daño a
las personas o al medio ambiente” (Taguchi, 2000).
Ramírez (2007) ha permitido observar con mayor claridad la relación entre la calidad y la
ética. Todas las decisiones desde la concepción del vehículo y todas las acciones en las
diversas áreas de la empresa encaminadas a la producción y lanzamiento al mercado, tenían
responsabilidad.
El ejemplo más claro de la Teoría del Juego relacionado con la toma de decisiones había
sido el llamado “Dilema del prisionero” (Axelrod 1985).
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Problemas en Ford
1. Diseño
La Explorer fue fabricada sobre las plataformas de las pickups Ranger, con partes de
diseño de la camioneta Bronco. Ford le dio la imagen que deseaba dentro de un
presupuesto razonable. Esta decisión era impecable desde una perspectiva de costos ya
que permitía construir en la misma línea de ensamble distintos modelos con muchos de
los mismos robots y utilizando algunos de los mismos componentes. Esta noción era
básica como definición de ‘eficiencia’ desde la perspectiva de la Ingeniería Industrial.
De hecho, Ford consideró que desarrollar un nuevo diseño sería demasiado costoso, y el
uso de las plataformas anteriores representaba un ahorro de 300 millones de dólares. Lo
que se decidió dejar de lado fue que las especificaciones eran distintas y el diseño
limitaba el peso que el vehículo podía cargar con seguridad.
2. Peso y carga
El desempeño de la SUV Explorer, con únicamente el conductor dentro del vehículo,
mostró que las llantas del frente experimentaban mayores cargas que las llantas traseras.
Al agregar carga al vehículo, la distribución del peso se movía hacia las llantas traseras.
Debido a la decisión de diseño de extender el compartimento de pasajeros con una
segunda fila de asientos, la Explorer se volvió 300 kilogramos más pesada que la
Ranger. Este peso adicional requería de modificaciones de diseño para la plataforma
originalmente diseñada para la Ranger. En concreto, era necesario ajustar las áreas de
asientos y carga por encontrarse sobre el centro de gravedad, lo que hacía a las SUV
más propensas a voltearse. Extrañamente, ni la suspensión ni las llantas fueron
modificadas para cargar un peso mayor.
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6. Tiempo al mercado
Ford necesitaba lanzar su SUV al mercado sin perder tiempo, debido a que Chevrolet se
estaba preparando para introducir su modelo Blazer. Ford consideró otras opciones para
mejorar la estabilidad, sin embargo, algunas de ellas iban a tomar demasiado tiempo y
eso impediría que conservaran el monopolio temporal resultante de la entrada al
mercado como el primer vehículo en su clase a principios de los noventa.
Problemas en Firestone
1. Problemas de diseño
De acuerdo con Ford, las orillas de los neumáticos no estaban alineadas. Además,
después de series de pruebas realizadas, se determinó que las llantas ATX fallaban 10
veces más que las Wilderness AT, lo cual indicó que se podría tratar de una falla de
diseño de las ATX y no de un problema de manufactura.
Variables incontrolables
Además de los problemas de Ford y de Firestone se detectaron variables incontrolables que
afectaron el desempeño de las Explorer.
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a) Hábitos de manejo
Para un fabricante de vehículos era prácticamente imposible conocer y controlar los
hábitos de manejo de sus clientes o consumidores. Sin embargo, considerando el
riego de volcaduras, debió existir algún tipo de advertencia a los usuarios sobre los
peligros de conducir a altas velocidades o sobre la inestabilidad del vehículo, ya que
no todos los conductores tenían la experiencia de manejar en situaciones peligrosas
que podían causar pérdida del control del vehículo, y en ocasiones no sabían cómo
reaccionar cuando se reventaba una llanta.
b) Temperatura
Aun cuando ciertas zonas geográficas tenían climas más extremosos que otros, en
ocasiones era difícil predecir con exactitud las temperaturas máximas y sus efectos
sobre algún componente de un vehículo, como el caso de los neumáticos.
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