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2 REYES 4:8-17
INTRODUCCIÓN:
Pero también podemos encontrar personas y familias que aun sin pedirlas
reciben bendiciones de parte del Señor, son personas que no andan por
la vida persiguiendo las bendiciones, sino que, al contrario, las
bendiciones los siguen a ellos.
Veamos entonces en esta historia que hace la diferencia para poder recibir
las bendiciones cuando muchas veces no las hemos pedido, qué
necesitamos para ser sorprendidos por las bendiciones de Dios en nuestra
vida.
Esa mujer llamada únicamente como “La sunamita” era una mujer
importante en su ciudad, era una mujer seguramente con una condición
social y económica alta, pero tenia la humildad de invitar a su mesa al
profeta Eliseo.
La palabra de Dios nos dice que hay bendiciones de parte de Dios para
los que son humildes de corazón (Proverbios 22:4) Riquezas, honra y
vida.
LOS QUE COMPARTEN DE LO QUE TIENEN (2 REYES 4:8 b)
Esa mujer NO LE DECÍA: Profeta Eliseo ¡un día lo voy a invitar a comer!