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1.

Prédica sobre la fe
Tema: La fe es la fuerza vital del cristiano

Objetivo: Animar a los creyentes a vivir por fe en Cristo

Texto base: Hebreos 10:38

Pero mi justo vivirá por la fe.


Y, si se vuelve atrás,
no será de mi agrado
(Hebreos 10:38)

Introducción

¿Qué mueve tu vida en este mundo? Muchos viven para una carrera, un sueño,
fama, amasar riquezas, etc. Sea lo que sea lo que impulse tu vida, se
convertirá en tu prioridad diaria moldeando tu voluntad y tu carácter.
Piénsalo: si tu "razón" de vivir es falible, tarde o temprano te sentirás
frustrado.

¿Qué significa vivir por la fe?

Vivir por la fe es tener confianza plena y constante en Dios como alguien sin
quien no podemos vivir. La Biblia da esta opción de vida totalmente contraria
a lo que normalmente ofrece el mundo. El mundo fomenta la autosuficiencia,
la dependencia de los recursos materiales y el apego a las garantías humanas.
Pero si tu vida depende de las cosas, de las personas, o incluso de tu fuerza,
inteligencia o salud, tarde o temprano te encontrarás sin nada de eso.

Por supuesto, todas nuestras habilidades son importantes y pueden


impulsarnos para que alcancemos muchas cosas en la vida. Pero, ¿y si un día
te faltan todas esas cosas? Recuerda lo que le sucedió a Job... ¿Qué te
mantendrá en la vida? ¡Solo Dios! Pero necesitarás creer en él con todas tus
fuerzas.
La frase «el justo vivirá por la fe» aparece en otros 3 pasajes bíblicos: Romanos
1:17, Gálatas 3:11 y Habacuc 2:4. En esta última referencia se hace una
distinción nítida entre el modo de vivir del insolente y el del justo:

El insolente no tiene el alma recta,


pero el justo vivirá por su fe.
(Habacuc 2:4)

La fe te mantiene de pie aunque parezca que el suelo ha desaparecido bajo tus


pies. La fe en Cristo te sostiene cuando las fuerzas disminuyen y cuando la
oscuridad limita tu visión. Decide vivir por fe mientras vivas, pase lo que pase.
¡No negocies tu fe! Deja que ella moldee tu carácter y guíe tus decisiones
todos los días. ¡Vive por fe!

Justos que vivieron por fe

 Abraham - Considerado el padre en la fe de todos los que creen


(Génesis 17:4). Todas las familias de la tierra son bendecidas por medio
de su descendiente, Jesús, (Génesis 22:18). Abram fue llamado a una
tierra que no conocía y comenzó su caminar con Dios. Creyó en él
(Génesis 15:6) y lo obedeció estando dispuesto a ofrecer lo que más
amaba. En tu vida puede que tengas que dar un primer paso de fe
ante una situación nueva o desconocida. Pero vale la pena caminar
por la fe en el Señor.
 Noé - Este hombre y su familia pasaron cerca de 100 años construyendo
un gran barco confiando totalmente en Dios y en su Palabra. Por la fe en
la bondad de Dios (Génesis 6:8), Noé obedeció al Señor en todo lo que él
le dijo (Génesis 7:5). En medio de una sociedad corrupta, Noé andaba
con Dios y por la gracia del Señor, Noé fue salvo por la fe juntamente
con su familia. Sigue firme en la Palabra del Señor, aunque el mundo
que te rodea viva bajo patrones diferentes y contrarios a la voluntad
de Dios. ¡Vale la pena ser fiel hasta el fin!
 Job - Es el ejemplo más dramático de una persona con una vida
impulsada por la fe. Job perdió los recursos y bienes conquistados a lo
largo de años de trabajo, perdió empleados y a todos sus hijos en un
día. Además de todo ese sufrimiento, él también perdió su salud (Job,
capítulos 1 y 2). Si todo eso hubiera sido la razón de la vida de Job, solo
le habría quedado maldecir a Dios y morir, que fue el consejo pésimo
que le dio su mujer (Job 2:9). Pero este hombre sufridor no pecó contra
Dios. Creía que su Redentor vivía, tenía una convicción (fe) y una
esperanza futura de que el Señor triunfaría sobre la tierra. Si Job se
hubiera descarriado al final, Dios no se hubiera complacido y Job habría
perdido la oportunidad de conocer al Señor de manera más personal
(Job 42:5-6). No renuncies a tu verdadera fe en el Señor Jesucristo
aunque parezca que estás perdiendo todo lo más preciado de la
vida. ¡Haz de Dios tu mayor tesoro! Encuentra en él tu fuente de fe,
fuerza y esperanza para vivir.

Yo sé que mi redentor vive,


y que al final triunfará sobre la muerte.
(Job 19:25)

Conclusión de la predicación sobre la fe:

Vivir por la fe puede exigir que renunciemos a otros modos de vida que no
están basados en la confianza en Cristo. Creer en las garantías de este mundo
que transmiten una falsa sensación de seguridad, solo te causará frustración.
La fe es la fuerza que te impulsará a seguir adelante aun cuando parezca que
todo está por desmoronarse. A pesar de las adversidades que tengas que
enfrentar, cree que Jesús es el Redentor vivo que te ayuda en las aflicciones y
sostiene tu fe.
2. Prédica sobre la oración
Tema: Regalos de la oración

Objetivo: Motivar a la práctica de una vida de oración, realzando lo


bondadoso que es Dios y que siempre responde a las oraciones.

Texto base: 1 Crónicas 4:9-10

Jabes fue más ilustre que sus hermanos. Su madre le llamó Jabes, diciendo:
“Porque lo di a luz con dolor”. Y Jabes invocó al Dios de Israel diciendo: “¡Oh, si
realmente me dieras bendición y ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera
conmigo y me libraras del mal, de modo que no tuviera dolor!”. Y Dios le concedió
lo que pidió.
(1 Crónicas 4:9-10)

Introducción

Hace algunos años salió un libro que analizaba este pasaje bíblico y que llegó
a ser un libro bastante conocido, «La oración de Jabes». Aunque sabemos
poco sobre la vida de este hombre, hay algunas verdades espirituales
interesantes en esos dos versículos. Esta oración nos recuerda que Dios
escucha las oraciones de sus hijos y le gusta darles regalos.

Jabes era descendiente de Judá (hijo de Israel). La breve nota sobre su vida
aparece dentro de la genealogía del patriarca de quien descendieron el rey
David y el Señor Jesús. Jabes, que significa «triste» o «el que causa dolor»,
recibió este nombre porque su madre lo tuvo en medio de mucho sufrimiento.
A pesar de su nombre, era un hombre honorable en su familia y temeroso del
Señor.

Entendiendo el valor de la oración

La oración es el medio por el cual nos comunicamos con Dios. Si lo


consideramos como nuestro Padre celestial y mejor amigo, no dudaremos en
pedirle consejos, comunicarle nuestras aflicciones o darle gracias por sus
buenas dádivas. Si lo tenemos como nuestro Señor y Maestro, siempre
pediremos su dirección, perdón y gracia. Por eso la oración es tan importante
para los hijos de Dios. Nos recuerda que el bondadoso Dios de amor está cerca
de nosotros y nos ayuda.
La oración de Jabes

Jabes clamó al Señor, Dios de Israel para pedirle:

 La bendición de Dios - «si realmente me dieras bendición» - Jabes


reconocía que Dios es la fuente de todas las bendiciones. Él sabía que
solo a través del Señor podía alcanzar la gracia y la bondad para la vida.
Él imploró con sinceridad que viniera una bendición real, duradera y
permanente de parte del Padre.
 Ampliación de las fronteras - «ensancharas mi territorio» - Él sabía
también que del Señor vienen la provisión, la prosperidad y el
crecimiento. Todas las cosas en la tierra y en el cielo, le pertenecen al
Señor. Jabes pidió que Dios le diera victoria en sus proyectos
bendiciendo sus esfuerzos y ayudándolo en sus limitaciones.
 La presencia de la mano de Dios - «tu mano estuviera conmigo» - Esto
significa desear la presencia activa de Dios contigo. Jabes creía en el
Dios vivo y poderoso que actúa. Conocía las obras maravillosas del
Señor soberano y creía que podía vivir en la compañía de este Dios
amoroso.
 La protección contra el mal - «me libraras del mal, de modo que no
tuviera dolor» - El pedido final de Jabes fue por protección de los
efectos del mal. Aunque nació en un contexto de dolor y tenía un
nombre que se lo recordaba constantemente, Jabes le pidió a Dios que
lo librara del mal. Sabía que cuando pasara por sufrimientos, tristezas y
pruebas, contaría con la ayuda del Señor para protegerlo de cualquier
daño.

Un regalo en la oración

A través del ejemplo de Jabes y de muchos otros casos en la Biblia, vemos la


generosidad de Dios al responder las oraciones. A Dios le gusta dar regalos a
sus hijos y contestar sus oraciones (Mateo 7:11). Por eso debemos orar
siempre y expresarle nuestra gratitud por sus bondades y su generosidad.

Los dones que se dan a través de la oración son una expresión del amor de
Dios por nosotros. Podemos reflejar ese amor amando a otras personas,
enriqueciendo sus vidas con los dones que hemos recibido. Podrás usar los
dones y talentos, los regalos que Dios te ha dado, para bendecir a tu familia,
conocidos y hasta a personas que no conoces. Así verás la multiplicación de
los dones de Dios sobre todo lo que puedes aportar.

Oren sin cesar.


(1 Tesalonicenses 5:17)

Conclusión de la predicación sobre la oración:

Da gracias a Dios por la bendición de poder hablar con él y obtener respuestas


a través de la oración. Dios se complace en oírnos y en responder cuando le
pedimos conforme a su voluntad (1 Juan 5:14):

 Dale gracias por su bondad constante y su generoso amor que nos da


mucho más de lo que pedimos o pensamos.
 ¡Ora sin cesar! (1 Tesalonicenses 5:17)
 Reconoce, como lo hizo Jabes, que solo Dios puede conceder todas las
bendiciones que necesitas.
 Pide la presencia del Señor a tu lado todos los días. Decide no ir solo por
la vida...
 Ora y pídele al Señor que te libre del mal. Él es Dios defensor - (Mateo
6:9-13; Salmo121).
 Comparte con otros las bendiciones recibidas en oración. Por ejemplo,
si Dios te concede un empleo y los recursos materiales, dona, ofrenda,
ayuda a alguien con necesidad. Si Dios te ha dado una familia unida y
bendecida, pueden orar en familia y bendecir a otros que no tienen esa
bendición. Si Dios te ha dado salud, usa tus fuerzas y tu buena
disposición para visitar y orar por los enfermos. Si Dios te da sabiduría,
habilidades e inteligencia, usa esos dones para que otros sean
beneficiados: enseña a niños carentes a jugar futbol o a tocar un
instrumento, a hacer buen uso de los recursos informáticos, a bordar,
pintar, a hablar inglés, matemática, a cocinar, etc.

Aprendamos en oración a llevar nuestros pedidos, nuestros sueños y


aflicciones delante de Dios confiando siempre en su bondad.
3. Prédica sobre la vida cristiana
Tema: La espiritualidad cristiana
Objetivo: Mostrar que la espiritualidad cristiana se debe vivir teniendo en
cuenta lo que la Biblia enseña sobre la experiencia de vida con Dios.

Texto base: Gálatas 5:25

Ahora que vivimos en el Espíritu, andemos en el Espíritu.


(Gálatas 5:25)

Idea central: Vivir la vida cristiana de forma práctica en conformidad con la


Palabra de Dios

Introducción

La espiritualidad cristiana se traduce en la búsqueda de una existencia


cristiana verdadera y satisfactoria. Implica la unión de la relación con Dios a
través de su Espíritu Santo, con toda la práctica de la vida basada en la fe
cristiana.

El pecado original destruyó la relación vertical, mi relación con Dios, y la


horizontal, mi relación con el prójimo. En Jesucristo tenemos el puente para
cruzar ese abismo, amando a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a
nosotros mismos. La verdadera espiritualidad es la manifestación de esas
relaciones restauradas por la reconciliación de Cristo y la obra de su Espíritu
Santo. De esa forma no viviremos una religión de apariencias, enyesada y
vacía, sino una vida transformada que actúa en espíritu y en verdad.

La espiritualidad en la vida cristiana

Vivir la espiritualidad cristiana envuelve algunos principios importantes que


veremos a continuación.

Tener la vida de Cristo en nosotros

He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que
ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su
vida por mí.
(Gálatas 2:20)

Vivir en santidad - Las disciplinas espirituales (Colosenses 3:1-17)


Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto
entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia.
(Colosenses 3:12)

Vivir bajo la dirección del Espíritu de Dios (Romanos 8:14-39)

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.
(Romanos 8:14)

Desarrollar y fortalecer la relación con Dios

¿Cómo sabemos que permanecemos en él, y que él permanece en nosotros? Porque


nos ha dado de su Espíritu..
(1 Juan 4:13)

Comunión con la comunidad cristiana y con el prójimo

Considerémonos los unos a los otros para estimularnos al amor y a las buenas
obras. No dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre; más bien,
exhortémonos, y con mayor razón cuando vemos que el día se acerca.
- Hebreos 10:24-25

Realidades espirituales

1. Dios es espíritu - «Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo


en espíritu y en verdad.» (Juan 4:24)
2. La espiritualidad debe unir el corazón, la mente y las acciones
(fuerzas) - «Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu
alma y con todas tus fuerzas.» (Deuteronomio 6:5)
3. Debe producirse el fruto del Espíritu - «En cambio, el fruto del Espíritu
es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,
humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.»
(Gálatas 5:22-23).
4. Dios renueva y sustenta nuestro espíritu - «Crea en mí, oh Dios, un
corazón puro y renueva un espíritu firme
dentro de mí.» (Salmo 51:10)

Aplicación - La espiritualidad en la práctica


Practicar la devoción cristiana es una elección intencional, personal e
intransferible. Nadie puede hacerlo por ti. Se trata de aproximarse de forma
afectiva a Dios a través de Jesucristo. Es como profundizar una buena
amistad: requiere tiempo, sinceridad y fidelidad.

La vida devocional del cristiano debe envolver algunas disciplinas espirituales


que le ayudarán en su andar con el Señor:

 La oración - 1 Tesalonicenses 5:17


 La lectura de la Biblia
 El silencio, tomar tiempo a solas con Dios (desconectarse del mundo
externo e interno)
 El ayuno, abstenerse de prácticas automatizadas (adictivas)
 Contribuir, dar ofrendas y limosnas
 La meditación bíblica, llenarse de la Palabra (es diferente de la
meditación oriental)

4. Prédica sobre la familia


Tema: Dios es especialista en restauración

Objetivo: Enseñar que Dios puede restaurar familias

Texto base: Salmo 80:19


Restáuranos, Señor Dios Todopoderoso;
haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, y sálvanos.
(Salmo 80:19)

Introducción

El trabajo de restauración es siempre complicado y lento. Muchas obras de


arte demoran meses y a veces años hasta volver a tener sus características
originales. Pero, aun con toda la dificultad que la restauración puede acarrear,
vale la pena invertir en la renovación y rehabilitación de algo que es valioso.

1. Tu familia es preciosa a los ojos de Dios

La familia es un proyecto antiguo (y actual) de Dios. Él la instituyó desde el


principio (Génesis 2:18-25) y por eso es tan valiosa. La familia es la cuna de la
sociedad y es donde aprendemos las bases para la convivencia y el amor.
Desafortunadamente, la familia también es atacada por los enemigos de Dios,
por eso vemos tantas familias desgastadas, arruinadas y desmoronadas. ¡Pero
Dios quiere restaurar tu hogar!

2. Dios es especialista en restaurar hogares rotos

En la Biblia vemos un sinnúmero de historias de restauración realizadas por


Dios en vidas individuales y en familias. Dios hace todo nuevo. Él reforma
familias y reconstruye sueños:

 Job - La historia de un hombre temeroso de Dios demuestra cómo un


torbellino de sufrimientos puede destruir nuestras familias y nuestros
sueños. Pero el Señor intervino en su historia y restauró la fortuna de
Job (Job 42:10-17), trajo comunión con su familia y amigos, le dio otros
hijos y una larga vida.
 Noemí - Esta mujer sufrió también una dura pérdida. Estando lejos de
su tierra natal, perdió a su marido y a sus dos hijos (Rut 1:1-5). Pero Dios
siempre mantiene un hilo de esperanza: Rut adoptó a su suegra con
amor. Y así, Dios concedió una nueva familia de cuyo linaje vendrían
reyes y el mismo Redentor del universo: Jesús.
 María y Juan - Jesús cuidó de su madre y de su discípulo amado (Juan
19:26-27). Incluso en el sufrimiento desde la cruz, dio un nuevo hijo a la
que estaba a punto de perder a su primogénito y dio una madre a aquel
discípulo que quedaría huérfano de su Señor y Maestro.

3. Sigue creyendo aunque parezca que no hay solución

Aunque estés enfrentando crisis graves en tu familia (desempleo, enfermedad,


separación, drogas, peleas, etc.), para Dios no hay nada imposible (Lucas
18:27). El Señor puede traer paz, reconciliación, puertas abiertas,
transformación, sanidad, liberación y salvación a tu hogar. Cree en el Señor y
búscalo en nombre de tu familia. Como barro en las manos del alfarero, así es
nuestra familia en las manos de Dios (Jeremías 18:2-6).

Conclusión de la predicación sobre la familia:

Dios es el Alfarero, el Constructor y Restaurador por excelencia. Cree (Hechos


16:31). ¡Él es el Salvador fiel, y él puede ayudar a que tu familia sea restaurada!
Confía tu casa en las sabias y poderosas manos del Padre (Salmo 37:5). Son
sus manos las que pueden restaurar y hacer todo nuevo en tu vida y familia.
No desprecies tu hogar, sino ora, cuida y vela por tu familia (1 Timoteo 5:8).

5. Prédica para jóvenes


Tema: Jóvenes, ¡no se contaminen!

Objetivo: Motivar a los jóvenes a vivir íntegramente para Dios

Texto base: Daniel 1:1-21

Pero Daniel se propuso no contaminarse con la comida y el vino del rey, así que le
pidió al jefe de oficiales que no lo obligara a contaminarse.
(Daniel 1:8)
Introducción

Vivimos en un contexto de amenazas virales, riesgo de contagio de


enfermedades, pandemias y brotes endémicos en varias partes del mundo. De
alguna manera «viral» también estamos influenciados por muchas ideas y
prácticas que no son comunes a nuestro contexto. Las series de televisión, las
conversaciones en las redes sociales y las tendencias de los medios de otras
culturas se absorben fácilmente a menos que estemos atentos.

Daniel y sus amigos

Este grupo de amigos fue tomado en cautividad cuando todavía eran muy
jóvenes y los llevaron a Babilonia. Lejos de su país, de la familia y de sus
líderes religiosos, ellos podrían haber asimilado fácilmente la cultura
impuesta por los babilonios, sobre todo en las prácticas comunes en la corte
real del nuevo país. Pero Daniel y sus amigos tenían cualidades dignas de
destacar para muchos jóvenes.

 Identidad - (usa un documento de identidad como ejemplo: ¿Cuál es la


información esencial que contiene un documento de identidad?
El nombre - tu nombre está escrito en el libro de la vida. Nombre de
los padres - Dios es tu Padre. El lugar de nacimiento - tú tienes una
nueva naturaleza en Cristo. Foto o imagen - fuimos hechos a imagen y
semejanza de nuestro Creador, no necesitas parecerte a una estrella de
la moda, ¡necesitas parecerte más a Cristo!). Daniel y sus 3 amigos
sabían bien quienes eran, de dónde venían, para dónde iban y quién era
su Dios y Rey. ¿Sabes quién eres? ¿Conoces tu identidad en Dios?
 Carácter - (se refiere a la integridad, el carácter, la honestidad... es lo
que realmente eres cuando no hay nadie a tu alrededor). Esto no tiene
nada que ver con la reputación o lo que hace la mayoría de la gente.
Aquellos jóvenes tenían buen carácter, mantenían la misma norma que
cuando estaban al frente de su comunidad: eran sinceros en su fe.
Fueron honestos en agradar a Dios, incluso cuando todos pensaban
solo en ellos mismos y en agradar al rey pagano.
 Elecciones - (en la vida todo es una cuestión de elección la cual se basa
en una decisión personal). Daniel y sus amigos eligieron no
contaminarse con la comida y la bebida de ese reino. También
decidieron vivir una vida pura y justa en el ambiente corrupto en el que
vivían. Cada uno de nosotros puede elegir no contaminarse con el
pecado y el patrón del mundo.
 Compañías - (Puedes citar algunos refranes populares: «Dime con
quién andas y te diré quién eres...». Si bien Daniel evitaba las «malas»
compañías, tenía buenos amigos a su lado. Ese pequeño grupo de
amigos se fortaleció en conjunto, manteniendo las mismas
convicciones y fe. Pero si se hubieran unido a jóvenes que consideraban
normales las costumbres babilónicas, con seguridad no tendríamos su
buen testimonio escrito en la Biblia.
 El respeto a las autoridades - a pesar de la decisión de no
contaminarse, ellos no convirtieron su decisión en una revolución de
confrontación, afrentando a los líderes con insultos y agresiones.
Respetuosamente, Daniel le preguntó al jefe si podía permanecer sin
contaminarse. Dios fue con él y bendijo su humildad y sumisión. Sigan
el ejemplo de Cristo, que es manso y humilde de corazón (Mateo 11:29).
Los padres, maestros, líderes, policías, jefes, gobernantes, etc., son
autoridades. Respeta y honra a las autoridades dadas por Dios sobre tu
vida (¡incluso si no estás de acuerdo con ellas!) Ver: Romanos 13:1.

¿Qué es lo que contamina?

El pecado. Este es el peor de todos los virus que ha entrado en nuestras vidas y
nos corrompe por completo. Jesús explicó lo que contamina al hombre
(Mateo 15:18-20). ¡Mantente atento! Hay muchas formas de propagar este mal,
pero debes saber que hay una parte suya dentro de ti. Todos necesitamos la
sanidad ofrecida por Dios a través de Jesucristo.

¿Cómo puedes combatir esa enfermedad?

Confiesa, arrepiéntete y apártate (Proverbios 28:13). José tuvo que huir para
no pecar contra Dios (Génesis 39:9-12). Tal vez tú necesitas huir, desligarte o
alejarte de lo que te hace pecar. Lucha con las armas que Dios te dio para
vencer el pecado (Efesios 6:11-17). Si hay algo en tu vida que te lleva a pecar,
arráncalo y aléjate hoy mismo (Mateo 5:29-30). No seas insensible, no ignores
las advertencias (Efesios 4:19-32). ¡Combate el virus del pecado! Esfuérzate en
parecerte más a Cristo. Cuando estés en medio de una situación difícil, intenta
imaginarte lo que haría Jesús si estuviera en tu lugar.
Les he escrito a ustedes, jóvenes,
porque son fuertes,
y la palabra de Dios permanece en ustedes,
y han vencido al maligno.
(1 Juan 2:14b)

Conclusión de la prédica para jóvenes:

A través del ejemplo de Daniel y sus amigos vemos el modo en el que el joven
puede mantenerse firme sin contaminarse. Según la Biblia hay solo una forma:
«¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra? Viviendo conforme a tu
palabra.» - Salmo 119:9).

Serás fuerte si permaneces firme en la Palabra de Dios y así vencerás el mal.


Esfuérzate en seguir la receta que te dan las Escrituras aprendiendo a
parecerte a Cristo cada día más. Él es la cura contra el mayor mal del mundo (1
Pedro 2:24).

6. Prédica sobre el mandamiento más importante


Tema: La importancia para el cristiano de obedecer el gran mandamiento

Objetivo: Animar a cada creyente a crecer en su amor a Dios

Texto base: Mateo 22:36-38

Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu


Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el
primero y grande mandamiento.
(Mateo 22:36-38)

Introducción

Hoy día se usa la palabra amor de una forma muy ligera. Podemos decir que
amamos a nuestra familia, a nuestro gato, ir de compras, estar solos... Sin
embargo, en la Biblia el amor es algo primordial que nace en el corazón de
Dios. El versículo de 1 Juan 4:8 dice que Dios es amor. Esto quiere decir que el
amor es la esencia de Dios y viene de él.

En el texto base de esta prédica, Jesús conversaba con unos fariseos. Los que
pertenecían a la secta religiosa de los fariseos intentaban tenderle una trampa
con la pregunta sobre el gran mandamiento de la ley. Al parecer, deseaban
entablar un debate con Jesús sobre la ley y su importancia.

Jesús no se dejó entretener por ellos. Él sabía que los fariseos daban especial
importancia al aspecto exterior, a la apariencia de la piedad. Jesús fue directo
al grano: lo que realmente le importa a Dios es la actitud del corazón. Si
hacemos o decimos las cosas para impresionar a los demás, para Dios no tiene
valor. Lo que vale es tener un corazón tan lleno de amor hacia él, que se vive el
día a día buscando agradarle y hacer su voluntad.

Jesús les recordó el "shemá", la oración más importante de la religión judía, la


cual es muy probable que ellos recitaran cada día.

Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo
tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
(Deuteronomio 6:4-5)

Amando a Dios con todo el corazón, el alma y la mente

Ahora bien, ¿qué significa amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y
con toda la mente? En realidad, es una decisión que se toma, no un
sentimiento que va y viene según las circunstancias. Es un amor que surge de
una experiencia real y transformadora con Dios que lleva a amar a Dios de
forma tan firme y fuerte que se busca hacer su voluntad y obedecerle en
todas las áreas de la vida.

Amar a Dios implica obedecer sus mandamientos, tal como leemos en Juan
14:21:

¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al
que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él
(Juan 14:21)
Quien ama a Dios vive una vida de obediencia porque Dios es su tesoro
más grande, la persona más importante, aquel por el cual se vive. Como todas
las relaciones, el amor a Dios se debe cultivar. ¿Por qué? Porque el amor crece
según conocemos mejor a Dios y pasamos tiempo con él. Claro que quien ama
a Dios de esa forma tan real y profunda, anhela pasar tiempo con su Padre
celestial.

Es un tipo de amor que se nota, pues nos lleva a estar vigilantes en cuanto a
nuestras elecciones cotidianas. No nos dejamos llevar por la emoción del
momento o la presión de los demás. La meta es parecernos más a Jesús y
vivir una vida que alegra el corazón de Dios.

Ahora bien, ¿cómo se refleja ese amor a Dios en nuestro día a día? Algunas
formas prácticas en las que podemos mostrar nuestro amor por Dios son:

1. La toma de decisiones

Una persona que ama a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda
la mente, toma sus decisiones conforme a lo que agrada a Dios. Su motivación
no es complacer a los demás, sino obedecer a Dios de todo corazón y hacer las
cosas que le agradan a él. Las decisiones que toma reflejan quién es el Rey de
su corazón.

2. El uso del tiempo

Pasa tiempo con Dios cada día en alabanza, oración y leyendo la Palabra para
fortalecer su fe. También administra su tiempo de forma sabia, pues sabe que
es un regalo de Dios. Se enfoca en cosas que fortalecen su fe o que le ayudan a
desarrollarse y crecer como ser humano. Toma tiempo para Dios, para su
familia, para sus amigos, para trabajar, para estar a solas, para disfrutar de la
naturaleza y para jugar o tener tiempo de ocio.

3. El uso de los recursos

Todo lo que tiene lo ve como provisión de Dios y usa cada uno de esos
recursos para la gloria de Dios. Por ejemplo, abre su hogar a otras personas
para que vengan a estudiar la Palabra o simplemente para tomar un café y
pasar un ratito agradable. Da de su dinero para el establecimiento de la iglesia
en su país y alrededor del mundo.

Quien ama a Dios con todo su ser, sabe que todo lo bueno viene de Dios y que
la provisión de Dios debe ser usada para su gloria. Por eso, busca bendecir a
otras personas, sin acaparar todo para sí mismo. Según recibe bendiciones de
Dios, las administra de forma sabia y usa una buena porción para bendecir a
otros.

4. La elección de libros, películas, actividades de ocio

La vida no es solo trabajar, es importante tener pasatiempos y divertirse. Pero


todo debe hacerse conscientes de que Dios nos ve y que él desea que
llenemos nuestra mente con cosas buenas que nos acercan a él y a su
propósito para nuestra vida. Por eso, el amor a Dios también se reflejará en lo
que elegimos durante nuestro tiempo de ocio.

¿Cómo nos divertimos? ¿Qué dejamos entrar en nuestras mentes? ¿Toleramos


los mensajes de odio, el racismo, la pornografía o cosas que no agradan a
Dios? Debemos ser selectivos con nuestro tiempo de ocio y usarlo para
compartir tiempos de calidad con amigos y familiares, o para nutrir nuestro
intelecto con temas que nos ayudan a ser mejores personas y que son
agradables a Dios.

Conclusión

Estos son solo unos pocos ejemplos de cómo el amar a Dios con el corazón, el
alma y la mente influye en nuestro diario vivir. ¿Por qué? Porque amar a Dios
de esa forma es decidir que él reine sobre cada una de nuestras elecciones.
En lugar de buscar lo que deseamos nosotros mismos, nos enfocamos en lo
que agrada a Dios.

¿Cómo te ves? ¿Cuán profundo es tu amor por Dios? ¿Qué áreas de tu vida has
rendido a Dios? ¿En cuáles te estás resistiendo? Decide hoy amar a Dios con
todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Permite que él sea el
Rey de tu vida en su totalidad y verás cómo tu vida se llenará de más paz al
saber que vives cada día de la mano del Señor.

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