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Modelo Arquitectonico (Derecho Penitenciario)
Modelo Arquitectonico (Derecho Penitenciario)
LOS ANDES
FACULTAD DE DERECHO
Y CIENCIAS POLITICAS
SEDE : Satipo
CATEGRÁTICO : Moises Quispe Menendes
ALUMNA : -Luz Mery Villar Quiñonez
-Elda Luz Sánchez Alanya.
SEMESTRE : VIII
SATIPO-PERU
2020
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DEDICATORIA
Agradezco a Dios por haberme otorgado
una familia maravillosa, a mis padres
y mi hermano, quienes confían en mi
siempre, que soy ejemplo de superación
y sacrificio, A todos ellos dedico la presente
monografía, porque han fomentado en mí, el
deseo de superación, triunfo en la vida, de
igual forma han velado por mi bienestar y
educación siendo mi apoyo en todo
momento. Depositando su entera
confianza en cada reto que se me
presentaba sin dudar ni un solo momento
en mi inteligencia y capacidad. Es por ellos
que soy lo que soy ahora.
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ÍNDICE
1. CARATULA ……………………………………………………………………….1
2. DEDICATORIA .......................................................................................................2
3. INDICE………………………………………………………………………..……3
4. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………….4
6. ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO………………………………... ........ ..6
7. LA PRISIÓN ANTIGUA………………................................................................. 7
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INTRODUCCIÓN
El presente monográfico de investigación tiene como objetivo el diseño de un
eficiente Modelo Arquitectónico Penitenciario para nuestro País , a través de una
infraestructura y diseño innovador y basado en sistemas arquitectónicos
penitenciarios existentes mundialmente, además de leyes y derechos humanos
estrechamente relacionados para el tipo de usuario que se tiene en este proyecto,
se plantea un diseño arquitectónico funcionalmente mejorado, con pleno
cumplimiento de relaciones espaciales y de seguridad, fundamentales para el
desarrollo global de las actividades y áreas que se requieren en este tipo de
centros. El resultado de esta investigación y análisis se plasma en una arquitectura
innovadora, la cual cumple con los estándares de diseño nacionales, áreas
mínimas y cantidad de ambientes necesarios para el aforo de internos con los que
contar este establecimiento penitenciario. A su vez se presenta una mejorada
distribución arquitectónica la cual contribuye al tratamiento y mejora del interno con
ambientes antropométricamente óptimos para las actividades que desarrollará,
consiguiendo de esta manera su reinserción a la sociedad y a la generación de un
pensamiento reformado en el interno. De esta manera se contribuye al problema de
infraestructura penitenciaria deficiente que se tiene en el país y la progresiva
reducción de internos reincidentes al delito, con miras a un crecimiento y desarrollo
personal positivo en la sociedad que los rodea. Palabras clave: Infraestructura
penitenciaria, régimen penitenciario, Centro de reclusión
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sociedad y de la mente, lo último pensado es brindarles una vida satisfactoria y
cómoda dentro de las rejas, pero a lo largo del libro, se puede percibir los
fundamentos tangibles de esta necesidad. De igual forma presenta las bases y
procedimientos necesarios para llevar a cabo el desarrollo óptimo de un programa
arquitectónico penitenciario dentro de la perspectiva legal. Desde el ingreso del
interno hasta su reincorporación a la sociedad, el libro da las pautas y
recomendaciones para los espacios y áreas necesarias par a las diferentes
actividades que se llevan a cabo dentro de estas instalaciones. Tal es el caso de
dividir los espacios en tres zonas: área de gobierno, área formativa, área técnica,
área de dormitorios y área de servicios. En cada una de estas áreas se
desarrollan diferentes actividades las cuales pueden ser públicas, privadas o
ambas y con ella todas las condicionantes programáticas en las cuales se debe
basar el arquitecto siguiendo las normas homologadas que orientan el diseño de
los centros penitenciarios para así poder lograr una infraestructura que esté de
acuerdo a las necesidades y actividades que se llevan a cabo dentro de estos
lugares.
El mensaje que nos deja el libro, y el propósito del arquitecto, es que nosotros
como arquitectos tenemos el poder y al mismo tiempo la obligación de crear
espacios dignos y planificados para proyectos tan complejos y delicados como los
son las prisiones. En donde la readaptación sea tomada como objetivo mayor y
crear un proyecto que se adapta a los sistemas necesarios para que su
funcionamiento legal y gubernamental facilite todos los aspectos posibles y se
evite caer en la corrupción y descuido al cual han caído todos los centros
penitenciarios en peruanos.
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I. ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO
Las Reglas mínimas para el Tratamiento de los reclusos de la Organización de las
Naciones Unidas de 1955 entienden que establecimientos penitenciarios son
aquellos locales destinados al internamiento de presos, estableciendo las
condiciones mínimas que deben reunir. (Guías Jurídicas) Los establecimientos
penitenciarios son entidades arquitectónicas, administrativas y funcionales con
organización propia. Están formados por unidades, módulos y departamentos que
facilitan la separación interior y posibilitan el desarrollo de la vida de los internos e
internas, sus relaciones con el exterior y las diversas actividades de tratamiento
orientadas a su reinserción social. (Son edificios públicos con fines custodiales y
asegura torios, destinados igualmente al cumplimiento de penas y medidas de
privación de libertad, y sin que ello signifique que no se pueden cumplir penas y
medidas de privación de libertad en otro marco físico y con régimen de vida especial
propio (Unidades Extra penitenciarías). (Establecimientos Penitenciarios, 2015)
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III.LA PRISIÓN ANTIGUA
Durante siglos los establecimientos penales sirvieron sólo para segregar socialmente
a los infractores, manteniéndoseles en custodia, para evitar las evasiones. Con
siguientemente, cualquier lugar podía emplearse como prisión, si ofrecía efectivos
elementos de seguridad. Es así como solían usarse antiguamente como cárceles
lugares bastante disímiles: pozos, cuevas, fosos de castillos feudales, fortalezas, a
las de edificios públicos, viejas naves en desuso, etc. En esos tiempos no se
construían edificios que sirvieran específicamente como prisiones. Se aprovechaban
diversos sitios para depositar a los delincuentes, bastando que no existiera el peligro
de evasiones. ·Por tanto, no es posible referirse a una auténtica arquitectura
penitenciaria cuando no existía una sistemática política para el tratamiento de los
infractores y no había una clara teoría acerca de la verdadera función de la cárcel.
Se construían edificios que tenían otros propósitos, destinándoseles posteriormente
a la finalidad de hacinar a los presos, mezclándose a niños, jóvenes, adultos y
ancianos; mujeres y varones; sanos y enfermos mentales; encausados y
condenados; vagos, mendigos y delincuentes, etc. Salvo casos especiales de
algunas personas que gozaban de determinados privilegios, en estos
establecimientos no se producía ni la más elemental separación entre las diversas
categorías de reclusos. Como señalaba el Informe de la "Prisión Discipline Society"
de Londres, la prisión era un lugar de crueldad, de privación, de inmundicia, de
olvido. En ésta prevalecía una inhumana dureza en el trato que se daba a los
reclusos y, a la vez, una corrupción general entre los funcionarios de la cárcel. Esta
situación respondía al criterio predominante con relación a los delincuentes: al autor
de un delito se le consideraba indigno de toda misericordia. Por tanto, estos
depósitos no respondían a un determinado criterio arquitectural, ya que sólo se
buscaba la seguridad. En aquella época, pues, mal podía hablarse de una
arquitectura penitenciaria técnica.
La arquitectura carcelaria acusa una acentuada evolución durante los últimos decenios, en
cuanto se ha desarrollado conjuntamente con el progreso de la ciencia penitenciaria, la cual
ha mostrado un notable progreso. Sin restar méritos a los primeros atisbos de la arquitectura
penitenciaria, debe afirmarse que ésta únicamente se hace manifiesta desde el momento en
que se edifican establecimientos penales de acuerdo a proyectos que muestran una bien
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definida política en el tratamiento de los reclusos. En sus primeros tiempos esta arquitectura
presenta concepciones bastantes limitadas, toda vez que debía adaptarse a viejos
conceptos carcelarios, conjugando las funciones que se asignaba a las penas. A medida
que los pensamientos penológicos evolucionaron, lógicamente mejoraron las concepciones
arquitectónicas. Si la sanción respondía a una noción de castigo, de reforma, de penitencia,
de readaptación, etc. irrefragablemente las prisiones debían proyectarse y construirse de
modo distinto. Pero es de advertir que la arquitectura carcelaria ha evolucionado con un
ritmo más lento que la ciencia penitenciaria, por cuanto las teorías acerca del tratamiento de
los infractores tienen siempre un vuelo más amplio. La arquitectura carcelaria previamente
ha de vencer una serie de obstáculos, especialmente prejuicios enraizados que prevalecen
en la sicología colectiva. Quiérase o no, esta arquitectura se ha hallado siempre a la zaga de
los progresos alcanzados por la ciencia penitenciaria. En el campo de la arquitectura
carcelaria se ha producido una perenne lucha entre antiguas concepciones y otras nuevas;
felizmente, las últimas siempre han salido vencedoras, aunque con una desesperante
lentitud. Así, con alguna tardanza la arquitectura penitenciaria ha perdido, en gran parte, su
anticuada rotundidad, su inclinación a conceder excepcional importancia a la seguridad, sus
inconvenientes ideas de gigantismo, etc. Dentro de lo factible, se ha humanizado y
tecnificado. Por ejemplo, tiende a perderse la vieja costumbre de construirse
establecimientos grandes y cerrados, reemplazándolos de acuerdo a concepciones más
evolucionadas. Igualmente, en las cárceles modernas va desapareciendo la celda enrejada
por el frente y plenamente visible desde afuera, que colocaba al recluso como fiera
enjaulada, dificultándose la readaptación individual y social del infractor. Esta evolución
positiva se ha debido a la diferente concepción que ahora se posee de la función de la
cárcel. Va desapareciendo la idea de que los presos debían forzosamente adaptarse a la
prisión, fuera del tipo que se prefiriera. Actualmente se tiende a proyectar y construir
prisiones contemplando los requerimientos de los propios internos. Es así como las cárceles
se adaptan a cada grupo de reclusos que habrán de alojarse en éstas, única manera de
conseguir que se apliquen buenos sistemas de tratamiento individualizado. Ha sido
descartado, por tanto, el tipo único de cárcel. En muchos países se tiende a la
diversificación de los presidios, para que cada categoría de reclusos sea tratada en una
determinada prisión, de acuerdo a concepciones modernas. De lo que se infiere que el
arquitecto deberá conocer previamente a qué categoría de internos se destinará la
institución que proyecta y construye.
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inspeccionado y controlado desde su centro. El sistema presenta tres tipos
secundarios. En el tipo panóptico, las celdas enrejadas están situadas circularmente
alrededor de una alta torre que se halla en el hall central de la prisión. Desde esta
torre puede inspeccionarse todas las celdas. Este sistema supone que toda la
prisión puede ser controlada con "un simple golpe de ojo", esto es, que todo se
encuentra a la vista. El término panóptico deriva del griego: "pan" que significa "todo"
y "óptiko" que da la idea de "vista", por tanto, quiere decir "todo a la vista".
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ha de facilitar que se cumpla el objetivo básico que se otorga a una prisión:
readaptar a los presos, en lo factible.
Entre las diversas categorías de internos hay algunos que seguramente intentarán
evadirse; otros, que requieren algunas medidas de seguridad moderadas para evitar
la fuga; y existe un tercer grupo que no necesita ninguna de estas medidas
precauciónales. Ca be concluir, pues, que las cárceles deberán construirse con
diferentes criterios arquitectónicos en lo que se refiere a la seguridad. Es totalmente
erróneo proyectar prisiones con un único criterio de seguridad. Según John H.
Callender,
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Para Carlos D. White, los presos deben ser clasificados en tres grupos:
De mínima peligrosidad;
De mediana peligrosidad,
Y de peligrosidad máxima.
De acuerdo a este autor, los últimos nunca exceden de un 30% del total. Estos
porcentajes corresponden a delincuentes de los Estados Unidos y, por tanto, no es
aceptable que se generalicen a todos los países. Debe admitirse cierta flexibilidad,
como es obvio. La mayoría de los tratadistas sostienen que, de todos los reclusos,
únicamente de un 10 a 30% requieren de máximas medidas precautorias; de un 40 a
60% necesitan de pocas medidas de seguridad; y de un 20 a 30% han de ser
colocados en establecimientos abiertos o de mínima seguridad. Son pocas las
cárceles, por tanto, que deban proyectarse con un exclusivo criterio de seguridad.
Sin embargo, generalmente se sigue exagerando la idea de segregación y la de
impedir las evasiones. Al proyectarse la mayoría de las cárceles no debe prevalecer
el criterio precaucionar, no solamente porque son escasos los delincuentes que
requieren máximas medidas de seguridad, sino porque con los altos muros de
ronda, los complicados sistemas de cierre de celdas y demás dependencias, el
abuso de barrotes y rejas, etc. elevan verticalmente el presupuesto de la
construcción. Barnes y Teeters han señalado que en el Estado de Nueva York se
han perdido millones de dólares construyendo seis o siete prisiones para reclusos de
máxima seguridad, cuando éstos no pasan de un 20% del total.
Cuando el preso vivía todo su tiempo en su celda, trabajando en ésta, fue lógico que
sus dimensiones tuvieran una relativa extensión. Pero en la actualidad se juzga que
la celda sirve únicamente para que el recluso descanse y duerma, por lo que sus
dimensiones se han limitado. Además, esta reducción del tamaño de las celdas
impide que sean colocados varios reclusos en una sola celda cuando el
establecimiento está sobrepoblado, lo que es frecuente en países como el nuestro.
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mixtas combinan las características de los tipos fundamentales. Las interiores se
construyen con sus muros posteriores enfrentados, separados únicamente por un
angosto corredor en donde se hallan los conductos por donde corren los alambres
de la electricidad, las columnas sanitarias, los aparatos de calefacción, etc. Estas
celdas se abren hacia un corredor que la separa del muro externo y este corredor
tiene unos 3 o 4 metros de ancho.
5.2.6. Capacidad
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establecimientos alojan a cerca de 5,000. En América Latina, igualmente, se sigue
levantando prisiones gigantes, con capacidad para 1,500 internos o más. Por
ejemplo, una pns1on peruana proyectada en 1964 y que se halla edificada a medias,
actualmente aloja a más de 1,500 presos y, cuando esté terminada su capacidad
será de unos 3,000 reclusos.
5.2.7. Talleres
actualmente, el trabajo de los internos ha dejado de ser un castigo más, que se unía
a la pena. El progreso doctrinario ha humanizado y tecnificado esta labor,
favoreciendo a los penados. Hoy ya ha sido superado el concepto de la
industrialización de las prisiones, que buscaba cubrir los gastos de la institución con
los ingresos que producía el trabajo de los presos. Lo que se busca actualmente es
que el trabajo carcelario se oriente, para que, con su ayuda, se alcance la hipotética
readaptación del delincuente, sin descuidarse el rendimiento económico.
Todas las reglamentaciones carcelarias determinan que los reclusos deberán ser
sometidos a determinados exámenes, antes de que pasen a los pabellones celulares
corrientes y a la prisión misma. Consiguientemente, deben ser previamente
colocados en pabellones especiales de recepción. Como es obvio, éstos requieren
de un ambiente arquitectónico particular. Según Moyana Navarro dichas exigencias
son las siguientes: 1) oficina de identificación; 2) sala Bertillón; 3) sala de vestuario y
de baño; 4) sala de examen médico; 5) sala de clasificación siquiátrica; y 6) pabellón
de observación, en donde el penado es alojado durante un lapso que puede variar
de algunas semanas a varios meses, o aun años.
5.2.9. Comedores
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fuera de la prisión. Naturalmente, los lugares de recreo deben variar conforme a la
peligrosidad de los presos. Los locales de recreación deben construirse lo más lejos
posible de los talleres, para evitar que los prisioneros obtengan de éstos
instrumentos de metal, que suelen usarse en muy distinta forma por los reclusos.
Además, deben tener siempre la apropiada vigilancia.
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Penitenciaría Central de Lima se aplicó, por vez primera en el Perú, un criterio arquitectónico
técnico. Cabe afirmar que fue la introducción de la arquitectura carcelaria en el país. Aunque
cuando fue destruida esta prisión respondía a conceptos ya caducos, como fue inspirada en
una pensión que constituía en su época una cárcel progresista, pudo ser empleada durante
prácticamente un siglo. Como nos hemos ocupado del sistema arquitectónico de la Eastern
Penitentiary de Filadelfia, no hay necesidad de entrar en mayores explicaciones acerca de
los fundamentos arquitectónicos de la Penitenciaría de Lima. Posteriormente se ha venido
construyendo algunas prisiones, pero todas ellas no han significado ningún progreso
sustancial. Generalmente obedecen a un único tipo: prisión cerrada. Un ejemplo típico es la
Cárcel de Encausados de Lurigancho. Posteriormente se construyó varias prisiones,
algunas tomaron el modelo radial como el establecimiento penitenciario de Régimen
Especial Miguel Castro Castro (1994), más tarde se empleó el modelo peineta,
siendo actualmente el esquema más usado para el diseño de prisiones en el país,
teniendo como organización a cada pabellón a alrededor de un patio.
VII. EL ARQUITECTO Y LA ARQUITECTURA PENITENCIARIA EN EL
PERU
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y sus colegas, era que los prisioneros tuvieran una vida digna y su equipo brindo a
su modelo un tipo de arquitectura saludable. Se estudió la iluminación y ventilación
natural, se usaron los barrotes dispuestos de manera horizontal y no vertical con el
objetivo de cambiar la percepción del espacio y permitir ver el horizonte de manera
limpia. En una interacción digital, Blanca Lleo expresa: “Fue un reto interesantísimo.
Fue la primera cárcel de la democracia. Se buscaba la reinserción del preso, y esos
edificios debían tener unas condiciones de habitabilidad que no había hasta
entonces. El mejor piropo que nos dijeron los funcionarios de prisiones fue que el
edificio no parecía una cárcel. Una cosa es privar de libertad, y otra privar de
habitabilidad.” En América Latina, el arquitecto mexicano Everardo Carvallo es uno
de los especialistas del tema de la arquitectura carcelaria. El sostiene que la
sociedad latina aun piensa que mejorar las condiciones de las prisiones es un
enfoque muy romántico y que los delincuentes nunca se readaptaran. También
describe el diseño de los establecimientos de rehabilitación social en México
llamados CERESO, explica que se trata del diseño de un habitar particular,
enfatizando en que es necesario crear espacios con las condiciones mínimas de
habitabilidad. El diseño de este tipo de edificios es complejo ya que deben regirse a
las condiciones que establecen el Estado y los derechos humanos
Se está desarrollando para los nuevos penales del país un concepto integral que
incorpore y armonice la infraestructura con una adecuada seguridad, para el
desarrollo de un efectivo tratamiento penitenciario a cargo de un personal calificado
y eficaz, libres de sobrepoblación y sin corrupción. Esta nueva visión de penal se
expresa en la categoría de “Penal Escuela-Taller”, el mismo que tiene como misión
lograr la inserción social efectiva de los privados de libertad, bajo la consigna “Cero
hacinamientos, Cero corrupciones, Cero drogas”. Para la mejor implementación de
este nuevo modelo penitenciario el INPE desarrollará alianzas estratégicas que
incorporen a otros sectores del Poder Ejecutivo (MINEDU, MINSA, MINTRA,
PRODUCE, MIDIS) y a la sociedad en su conjunto.
Este Plan, que ya está parcialmente en ejecución, busca resolver los dos problemas
más álgidos del Sistema Penitenciario; hacinamiento y Corrupción. No obstante, el
INPE no puede enfrentar solo estos problemas, pues la criminalidad es un tema
social que requiere del concurso de otras agencias del Estado. En esta medida, el
plan de mejora requiere de la participación de diversos actores: entidades del estado
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y de la sociedad civil, pues la cuestión se plantea como muy grave. De continuar con
la política actual y mantenerse la tendencia incremental, la sobrepoblación carcelaria
que hoy es de 100% (28 mil plazas de reclusión para 56 mil presos, en el 2016 será
de 280%. Las medidas a tomar involucran acciones del propio INPE (construcción y
ampliación de penales y reducción de la tasa de reingreso), pero también de
acciones externas al INPE; menor ingreso de internos (que las actividades criminales
tengan alternativas a la prisión) y mayor egreso de internos (que los presos puedan
salir más rápido reinsertados).
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es un centro penitenciario ubicado en la provincia de Tarata, región Tacna, al sur
del Perú. Se localiza a 4800 msnm, por lo que es el centro de reclusión a mayor
altitud del mundo. La prisión fue edificada entre 1996 y 1997, y confina en 2019, a
182 presos de alta y media peligrosidad.
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Los internos están separados de acuerdo a los siguientes criterios básicos:
1.- Los varones de las mujeres.
2.- Los procesados de los sentenciados.
3.- Los primarios de los que no lo son.
4.- Los menores de veintiún años de los de mayor edad.
5.- Los vinculados a organizaciones criminales de los que no lo están
6.- Los que, a través de la evaluación de la Junta Técnica de Clasificación, obtienen
una prognosis favorable para su readaptación de los que requieren mayor
tratamiento.
7.- Otros que determine el Reglamento.
En los establecimientos transitorios y otros que hagan sus veces, la Junta Técnica
de Clasificación encargada de determinar el establecimiento penitenciario que
corresponde a un interno, incorporará como criterio de evaluación, si el interno se
encuentra o no vinculado a una organización criminal, en cuyo caso optará por un
establecimiento que ofrezca razonables condiciones de seguridad.
Artículo 11-B.- Clasificación de internos en un régimen penitenciario
Los internos que tengan la condición de procesados estarán sujetos a las reglas del
Régimen Cerrado Ordinario. Excepcionalmente y previo informe debidamente
fundamentado de la Junta Técnica de Clasificación, podrán ser clasificados en
alguna de las etapas del Régimen Cerrado Especial.
La vinculación del interno a una organización criminal y/o su condición de un mayor
tratamiento para su readaptación, conjuntamente con la evaluación de su perfil
personal, fundamentan su clasificación en una de las etapas del Régimen Cerrado
Especial.
Artículo 11-C.- Clasificación de internos en las etapas del régimen cerrado ordinario
y régimen cerrado especial
En el Régimen Cerrado Ordinario, los internos deberán ser clasificados en las
siguientes etapas:
1.- Máxima seguridad;
2.- Mediana seguridad; y,
3.- Mínima seguridad.
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En la etapa de Máxima Seguridad, el interno se encuentra sujeto a estricta disciplina
y mayor control. Los internos procesados o sentenciados vinculados a
organizaciones criminales que no hayan sido clasificados en el Régimen Cerrado
Especial, necesariamente serán clasificados en la etapa de Máxima Seguridad.
Los internos clasificados en las etapas de Mínima, Mediana y Máxima Seguridad,
deberán permanecer recluidos en áreas diferenciadas y separadas.
En el Régimen Cerrado Especial, los internos deberán ser clasificados en las
siguientes etapas:
1.- Etapa “A”;
2.- Etapa “B”; y
3.-Etapa “C”.
Las etapas del Régimen Cerrado Especial se caracterizan por el énfasis en las
medidas de seguridad y disciplina.
Los internos clasificados en las etapas de “A”, “B” y “C”, deberán permanecer
recluidos en áreas diferenciadas y separadas.
La progresión, regresión o permanencia de los internos en las diferentes etapas del
el Régimen Cerrado Ordinario y Especial, serán reguladas en el Reglamento.
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CONCLUSIÓN
Con esto nos damos cuenta que las cárceles de nuestro país no están en orden ni
cumplen con el objetivo inicial que es readaptar o reinsertar al individuo a la
sociedad, vemos deficiencias brutales en infraestructura y funcionamiento que
pudieran reflejar la culpabilidad de las personas que se dedican al diseño, pero todo
esto es simplemente provocado por el gobierno y las leyes, donde no hay ni
presupuesto para estos centros por una evidente falta de preocupación por parte de
las autoridades y por unas leyes deficientes que supuestamente controlan y solo
agravan la problemática, en lugar de buscar estrategias que faciliten los
presupuestos y mejores el circulo vicioso que se crea en la sociedad delictiva
desgastado, corrompido y devastado que no hace más que creas a peores
delincuentes.
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XI. BIBLIOGRAFÍA
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Users/windows%208.1/Downloads/12756-Texto%20del%20artículo-50719-1-10-
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NTHIA_DORIS_TITULO_PROFESIONAL_2019.pdf?sequence=1&isAllowed=y
https://www.google.com/search?
q=centro+penitenciario+maxima+seguridad+en+el+perú+piedras+gordas&source=lnms&t
bm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwi5lYr6ytXqAhX-IbkGHaLVDSoQ_AUoAXoECBMQAw&biw
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q=MEDIANA+Y+MAXIMA+SEGURIDAD+ARQUITECTONICO+PENITENCIARIO&oq=MEDIANA
+Y+MAXIMA+SEGURIDAD+ARQUITECTONICO+PENITENCIARIO&aqs=chrome..69i57j33.20
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