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AURORA MARTÍNEZ MARTÍNEZ

JUAN GABRIEL CEGARRA NAVARRO

Gestión del
conocimiento
ambiental
Una herramienta para mejorar los resultados
empresariales y sociales en empresas hoteleras

2
Índice

Índice de símbolos

Prólogo

Introducción

1. Conocimiento ambiental
1.1. Introducción
1.2. El conocimiento ambiental en la nueva economía
1.3. Dimensiones del conocimiento
1.4. Capacidad de aprendizaje
1.4.1. Aprendizaje organizativo
1.5. Conocimiento ambiental como recurso estratégico en la nueva economía
1.6. Resumen

2. Aprendizaje ambiental
2.1. Introducción
2.2. Aprendizaje ambiental
2.2.1. Adquisición del conocimiento ambiental
2.2.2. Distribución del conocimiento ambiental
2.2.3. Utilización del conocimiento ambiental
2.3. Relación causa-efecto factores del aprendizaje ambiental
2.4. Factores facilitadores del aprendizaje ambiental
2.4.1. Factores que facilitan la adquisición (socialización) del conocimiento
ambiental
2.4.2. Factores que facilitan la distribución (externalización y combinación) del
conocimiento ambiental
2.4.3. Factores que facilitan la utilización (internalización) del conocimiento
ambiental
2.5. Factores orientadores del aprendizaje ambiental
2.5.1. Capital relacional ambiental (conocimiento ambiental)
2.5.2. Resultados empresariales del conocimiento ambiental
2.6. Resumen

3
3. El conocimiento ambiental y su aplicación para mejorar resultados en la empresa
3.1. Introducción
3.2. Incorporación del conocimiento ambiental en la gestión empresarial
3.2.1. Antecedentes del conocimiento ambiental en el sector turístico
3.2.2. Barreras a la adopción del conocimiento ambiental
3.3. Aplicación práctica del conocimiento ambiental
3.3.1. Repercusiones de la adquisición de conocimiento en los procesos de
combinación
3.3.2. Repercusiones de la adquisición de conocimiento en los procesos de
externalización
3.3.3. Repercusiones del proceso de distribución en el conocimiento ambiental
3.3.4. Eficiencia del conocimiento ambiental
3.3.5. Influencia del proceso de utilización del conocimiento ambiental en los
resultados empresariales
3.4. Resumen

4. Conocimiento ambiental de la teoría a la práctica


4.1. Introducción
4.2. ¿La gestión del c,onocimiento ambiental mejora los resultados empresariales?
4.3. Adquisición, distribución y utilización del conocimiento ambiental
4.4. Mejora de los resultados empresariales mediante implantación de nuevos
conocimientos ambientales
4.5. Resumen

5. Consideraciones prácticas finales

Bibliografía

Créditos

4
A mis queridos abuelos: aunque se fueron
demasiado pronto, me dejaron
su pasión por la naturaleza.

A Sofía y Sergio, motores de mi vida


con sus juegos y alegría.

A Sergio, por su infinita generosidad,


quien nada espera y siempre da.

AURORA MARTÍNEZ

A mis padres, mi hermano Jesús y todos aquellos


que en su día a día ponen su granito de arena
en el desarrollo sostenible.

JUAN GABRIEL CEGARRA

5
«Verde es el color principal del mundo, y a partir
del cual surge su hermosura.»

CALDERÓN DE LA BARCA

6
ÍNDICE DE SÍMBOLOS

AC Adquisición de conocimiento.
C/P Corto plazo.
CA Conocimiento ambiental.
CC Combinación de conocimiento.
CEP Concilio de las prioridades económicas («Council on economic
priorities»).
EC Externalización de conocimiento.
FA Facilitadores del aprendizaje.
FEMATOUR Estudio de factibilidad y mercado para un ecoetiquetado para
alojamientos turísticos («Feasibility and market study for a european
eco-label for tourist accommodations»).
ISO Organización internacional para la estandarización.
L/P Largo plazo.
OA Orientadores del aprendizaje.
OMT Organización mundial de turismo.
ONG Organización no gubernamental.
PYME Pequeña y mediana empresa.
RE Resultados empresariales.
RM Responsabilidad medioambiental.
ROCE Retorno del capital empleado («Return on capital employed»).
ROE Rentabilidad sobre recursos propios («Return on equity»).
SECI Modelo de creación de conocimiento. Socialización, externalización,
combinación e internalización.
TIC Tecnología de la información y la comunicación.
UC Utilización de conocimiento.
WBCSD Consejo empresarial mundial para el desarrollo sostenible («World
business council for sustainable development»).

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PRÓLOGO

España es actualmente una de las tres primeras potencias turísticas a nivel mundial,
junto con Francia y Estados Unidos. Este hecho hace que no podamos analizar la
economía y el mundo empresarial español sin hacer alusión al sector turístico. Nos
encontramos en un contexto cuyo entorno lo podemos definir como dinámico y
altamente cambiante, y en el que las organizaciones se están viendo permanentemente
obligadas adaptarse; es un entorno complicado e impredecible en el que no solo hay
nuevos elementos sino que, además, estos cambian con gran rapidez, lo que exige
adquirir una importante complejidad interna para poder hacerles frente. Los cambios que
se están produciendo son parte de un conjunto de profundas transformaciones que está
sufriendo nuestra sociedad desde hace algunos años, como es el paso a la sociedad del
conocimiento.
Las organizaciones crean poderosas herramientas sociales para elaborar mecanismos
de procesamiento de información. No solo lo hacen para establecer relaciones
comerciales, sino también para dar servicio a los clientes, colaborar con suministradores
y, en general, para que los propios trabajadores de las empresas puedan desarrollar con
más eficacia su trabajo diario. El crecimiento de estos mecanismos requiere innovación y
la generación de nuevos negocios con desarrollo e influencia de activos intangibles,
como es el conocimiento. Por ello es importante crear una cultura de aprendizaje que
fomente ese conocimiento entre los usuarios de los procesos de mecanización de
información. También es de vital importancia incorporar el desaprendizaje en las
organizaciones, especialmente cuando a veces somos testigos del síndrome de Diógenes
que se sufre en ellas con respecto al conocimiento.
En la actual sociedad de la información y el conocimiento, el factor que permitirá a
las empresas diferenciarse y conseguir ser más competitivas es «el conocimiento», que
se encuentra no solamente en las organizaciones sino en las personas que las integran.
Como ya anticipaba Peter Drucker en 1994, en la economía no se puede decir que el
conocimiento sea uno más de los factores de producción, sino que se ha convertido en el
principal factor de producción. Como empezamos enunciando, estamos en una economía
altamente competitiva y cambiante, en la que solo sobreviven las organizaciones que
crean nuevos conocimientos, los difunden y los incorporan rápidamente a nuevos
procesos y productos. Se trata, en definitiva, de un nuevo contexto económico en el que
la mejor fuente para obtener un recurso estratégico es el conocimiento.
Por otra parte, hace años que venimos presenciando un aumento de los problemas
ambientales, que ha contribuido decisivamente a la aceptación social de la existencia de

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una verdadera crisis ecológica. Basta con ver los indicadores globales en materia
medioambiental para comprobar el continuo y generalizado empeoramiento de las
condiciones de la Tierra (deforestación, desertización, destrucción de la capa de ozono,
cambio climático, agotamiento y deterioro de los recursos naturales). Esta situación no
se da a nivel nacional, sino a nivel internacional, por lo que la humanidad en su conjunto
se ha dado cuenta de que se encuentra ante un reto contra el que luchar a escala
planetaria, pues en juego está la casa común.
En la sociedad actual, la conservación y recuperación del medioambiente ha pasado
de ser una conveniencia a convertirse en una exigencia. Hemos pasado de una primera
reacción ante esta problemática (negarse a introducir medidas en las actividades
empresariales para disminuir su impacto medioambiental, ignorando los problemas
ambientales) a que hoy nadie niegue que las organizaciones son uno de los principales
causantes del deterioro ambiental, aunque cualquiera de nosotros puede hacer su
aportación para ser uno de los agentes del cambio que el medioambiente necesita.
La importancia del conocimiento ambiental como recurso estratégico y factor de
ventaja competitiva sostenible supone un cambio en la forma de concebir la gestión y
dirección de las organizaciones y, por tanto, en los sistemas de dirección.
Por todo lo anterior, se considera que para mejorar el nivel de competitividad se ha de
contemplar el conocimiento ambiental como un factor susceptible de introducir mejoras
notables en las actividades de la organización. Las organizaciones fomentan y crean el
conocimiento ambiental gracias a que sus agentes internos (accionistas, directivos y
empleados) están relacionados con sus agentes externos (clientes y suministradores). La
generación y la transferencia del conocimiento ambiental son capacidades dinámicas y
determinantes críticas de la organización al conferir una ventaja competitiva sostenible,
y por ello cada día adquieren un papel más relevante para definir la identidad de la
empresa.
Una cuestión que podría ser de interés es si cabe preguntarse si el conocimiento
ambiental ejerce algún impacto en los resultados empresariales de las organizaciones; y
no solo eso, sino si esta relación es directa o cómo pueden conseguir las organizaciones
mejorar sus resultados empresariales. Este binomio conocimiento-resultados
empresariales se encuentra condicionado por la presencia de dos dimensiones más que
actúan de forma complementaria. En primer lugar, el proceso de adquisición de
conocimiento desempeña un papel clave para afrontar la tensión entre el conocimiento
necesario para impulsar las iniciativas ambientales demandadas y el conocimiento actual
disponible. En segundo lugar, el proceso de distribución y utilización de conocimiento
también posibilita medidas palpables y realizables para que los directivos puedan
mejorar a largo plazo sus resultados empresariales a través del conocimiento ambiental.
En vista del agravamiento de esta situación, se hace necesario fomentar las acciones
de cuidado y conservación del medioambiente para conseguir la armonía entre lo
económico, lo social y lo natural, lo que propiciará resultados favorables.

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LOS AUTORES

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INTRODUCCIÓN
CUIDAR EL MEDIOAMBIENTE MEJORA LOS RESULTADOS EMPRESARIALES EN EL SECTOR
HOTELERO ESPAÑOL

Lewis Carroll en Alicia en el país de las maravillas escribía: «Tu país debe ser algo
lento —le indica la Reina Roja—. Aquí, tienes que correr a toda velocidad para poder
permanecer en el mismo lugar, y si quieres desplazarte a otro… ¡Entonces debes correr
el doble de deprisa!». Esa es la sensación que muchos directivos tienen en la sociedad
actual.
En una sociedad donde los cambios en el mercado se producen a una velocidad de
vértigo, en el que continuamente las organizaciones se están viendo obligadas a una
permanente adaptación a este entorno complejo e impredecible, en el que no solo hay
nuevos elementos sino que, además, estos cambian con gran rapidez, lo que exige
adquirir una importante complejidad interna para poder hacerles frente. Los cambios que
se están produciendo son parte de un conjunto de profundas transformaciones que está
sufriendo nuestra sociedad desde hace algunos años, como es el paso de la sociedad
industrial, basada en la producción y distribución de bienes, a una sociedad
posindustrial, basada en el conocimiento y la información.

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Ante estos hechos, lo que vemos es que el mercado se está homogeneizando, aunque
no existe ninguna organización que sea capaz, por sí sola, de provocar este cambio, sino
que es el resultado de la extensión del uso de las comunicaciones, de la tecnología
informática y de los medios de comunicación. El mercado se ha expandido rápidamente
y al mismo tiempo se ha hecho más accesible. La empresa más pequeña que solo tenía
relevancia en su zona local a principios del siglo XX ahora puede ser conocida en todo el
mundo.
Además, las organizaciones crean poderosas herramientas sociales para elaborar
mecanismos de procesamiento de información. No solo lo hacen para establecer
relaciones comerciales, sino también para dar servicio a los clientes, colaborar con
suministradores y, en general, para que los propios trabajadores de las empresas puedan
desarrollar con más eficacia su trabajo diario. El crecimiento de estos mecanismos
requiere innovación y la generación de nuevos negocios con desarrollo e influencia de
activos intangibles, como es el conocimiento. Por ello es importante crear una cultura de
aprendizaje que fomente ese conocimiento entre los usuarios de los procesos de

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mecanización de información. También es de vital importancia incorporar el
desaprendizaje en las organizaciones para acompasar los cambios del entorno.
En la actualidad, el factor que va a posibilitar hacer más competitivas a las empresas
es el «conocimiento». Estamos en una economía altamente cambiante y a su vez
competitiva, en la que las organizaciones deben crear nuevos conocimientos para
incorporar rápidamente en sus servicios y/o productos para dar respuesta a los cambios
que se producen en el entorno. Se trata de una situación nueva en la que el conocimiento
se presenta como un recurso estratégico que posibilitará dar respuesta a este nuevo
contexto.
Somos testigos de cómo las empresas están creciendo y el tejido empresarial se está
desarrollando.

«La importancia del conocimiento ambiental como recurso estratégico y factor de


ventaja competitiva sostenible supone un cambio en la forma de concebir la gestión de
las organizaciones y, por tanto, en los sistemas de dirección».

De otro lado, una problemática presente en nuestros días es el detrimento ambiental


manifestado con el cambio climático, la destrucción de la capa de ozono, eutrofización,
sustancias tóxicas, calidad y cantidad de agua, biodiversidad, entre otros indicadores. El
empeoramiento del medioambiente es una preocupante realidad que no necesita excesiva
presentación porque todos somos conocedores de ella, del mismo modo, todos debemos
frenar la degradación del planeta, está en juego la casa común.
Por lo comentado anteriormente, se considera que para mejorar el nivel de
competitividad se ha de considerar el conocimiento ambiental como un factor
susceptible de introducir mejoras notables en las actividades de la organización. Las
organizaciones fomentan y crean el conocimiento ambiental gracias a que sus agentes
internos (accionistas, directivos y empleados) están relacionados con sus agentes
externos (clientes y suministradores). La generación y la transferencia del conocimiento
ambiental son capacidades dinámicas y determinantes críticas de la organización al
conferir una ventaja competitiva sostenible, y por ello cada día adquieren un papel más
relevante para definir la identidad de la empresa. Una cuestión que puede ser de interés
es si cabe preguntarse si el conocimiento ambiental ejerce algún impacto en los
resultados empresariales de las organizaciones, y no sólo eso, sino si esta relación es
directa o cómo pueden conseguir las empresas mejorar sus resultados empresariales.
Y por último señalar que a la vista de la gravedad de los problemas ambientales, se
hace necesario fomentar las acciones de cuidado y conservación del medio ambiente,
para conseguir la armonía entre lo económico, lo social y lo natural, lo que propiciará
resultados favorables. También nos gustaría destacar que cualquiera puede ser ese agente
que propicie el cuidado del medioambiente, puesto que son los gestos concretos los que
pueden construir una cultura diferente, a través de las acciones cotidianas.

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1
CONOCIMIENTO AMBIENTAL

Objetivos

• Conocer qué es conocimiento ambiental y su potencial como recurso


estratégico.
• Saber las dimensiones del conocimiento.
• Qué es la capacidad de aprendizaje.

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1.1. Introducción

Hace más de cien años, Alfred Marshall (1890) ya contemplaba en sus trabajos que
cualquier abaratamiento en el proceso de la comunicación impactaría en las acciones de
las fuerzas que instan a la localización de las industrias y a su competitividad, así como
Peter Drucker (1994) indicaba que el conocimiento era el principal factor de producción.
Estamos en una economía altamente competitiva y cambiante, en la que para
sobrevivir las organizaciones necesitan crear, difundir e incorporar rápidamente nuevos
procesos y productos. Se trata, en definitiva, de un nuevo contexto económico en el que
la mejor fuente para obtener un recurso estratégico es el conocimiento. Según Serradel y
Pérez (2006), esto explica el surgimiento de las denominaciones «era de la información»
y «sociedad del conocimiento», así como la aparición de la disciplina Gestión del
conocimiento y de un conjunto de categorías asociadas cuya conceptualización es casi
imprescindible dominar para su adecuado manejo. La sociedad del conocimiento
consiste en la creación de capacidades estables para construir y aplicar conocimiento
para el desarrollo humano, y esto, a su vez, se basa en las capacidades para identificar,
producir, procesar, transformar, diseminar y usar información.
En concreto, la mayoría de los investigadores coinciden en que la nueva ventaja
competitiva procede de la creación, obtención, almacenamiento y difusión del
conocimiento. La importancia del conocimiento como recurso estratégico y factor de
ventaja competitiva sostenible supone un cambio en la forma de concebir la gestión de
las organizaciones y, por tanto, en los sistemas de dirección. Según Bueno et al. (2003),
«las bases tradicionales de la ventaja competitiva han comenzado a erosionarse».
El conocimiento no ha surgido de la nada, obviamente; ha estado presente siempre en
todas las actividades que realizamos los humanos y ha pasado por varias etapas, y su
emergencia al primer plano ha sido el resultado de una serie de hechos que se inician con
la aparición de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), lo que
provoca la globalización 1 , que, a su vez, trae consigo una mayor competencia a todos los
niveles. Y para competir hay que innovar, y el principal motor de la innovación es el
conocimiento. De este modo, al aplicar los avances de un campo a todos los demás, se
está consiguiendo realimentar el proceso. McLuhan (1964) advirtió de que el uso de las
nuevas tecnologías conduciría a una densa e intensa interacción entre las naciones que se
caracterizaría por la uniformidad de las actividades, de tal modo que un día el mundo se
constituiría en una aldea global.
Por otro lado, el fenómeno de la globalización es, hoy día, uno de los factores que

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más afectan al entorno genérico en el que operan las empresas turísticas. La
globalización es el acto social de reproducción de una cultura global, y supone el
proceso de organización y establecimiento de estructuras y de actividades comerciales a
través de instituciones con implantación mundial; además, en el caso del sector turístico,
dicho fenómeno define de forma indirecta el entorno específico. Para Smeral (1998), el
término «globalización» se refiere al incremento de la interdependencia de los mercados
y la producción en diferentes países a través del comercio en bienes y servicios, flujos
internacionales de capital, alianzas estratégicas internacionales, cooperaciones,
adquisiciones e intercambios de tecnología. Para Qureshi (1996), la globalización es un
fenómeno que se ve impulsado por la tendencia generalizada hacia la liberalización del
comercio y los mercados de capital, la creciente internalización de las estrategias
empresariales de producción y distribución y el avance tecnológico, gracias al cual se
están eliminando rápidamente los obstáculos al intercambio de capital.
Algunas de las causas que motivan la globalización del sector turístico son: la
integración vertical y diagonal de la industria, la profesionalización de sus recursos
humanos, el desarrollo de I+D a escala internacional, compartir know-how 2 , así como la
rápida difusión y utilización de las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación que permiten la mejor coordinación entre las empresas turísticas
(Weiermair, 1997). Algunos académicos y profesionales ya aprecian que el know-how
tiene más importancia y valor que disponer del capital preciso para fabricar, o incluso
que el propio trabajo utilizado en el proceso de producir y colocar en el mercado un
producto. A su vez, consideran que el conocimiento se podría usar de forma indefinida
sin que se agotara, hasta que un nuevo conocimiento lo sustituyera, pues no tiene
limitaciones ni de tiempo ni de espacio y puede utilizarse en sitios diferentes a la vez,
hoy en día posible gracias a las TIC.
Hoy día nadie niega que estamos frente a una crisis ecológica. Únicamente
atendiendo a los indicadores globales en materia ambiental se puede comprender el
deterioro de las condiciones del medioambiente. Este reto es a nivel internacional, no
solo nacional o local, es decir, el abordar la problemática debe ser a nivel mundial, no se
puede seguir como fue la primera reacción, en la que se estaba haciendo oídos sordos y
vista larga a los problemas ambientales. Estamos frente a una crisis que debemos
resolver lo antes posible.
Por ello, para mejorar el nivel de competitividad, se ha de considerar el conocimiento
ambiental como un factor susceptible de introducir mejoras notables en las actividades
de la organización. El conocimiento ambiental representa el conocimiento sobre el
medioambiente y sobre el desarrollo de prácticas, rutinas y procedimientos sostenibles
que puedan ser utilizados para introducir mejoras notables en las actividades de la
organización. Por medio de este trabajo se pretende definir una aportación inicial acerca
de algunos factores que deben contemplar las organizaciones para aprovechar la ventaja
comparativa que aporta la gestión ambiental. Para ello, en los apartados siguientes de

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este capítulo se definen los siguientes conceptos: el conocimiento, la gestión del
conocimiento, el conocimiento ambiental y la gestión del conocimiento ambiental, para
posteriormente poder explicar cómo se crea conocimiento ambiental en las
organizaciones y cuáles son los beneficios de crear dicho conocimiento ambiental.

1.2. El conocimiento ambiental en la nueva economía

El conocimiento, por su naturaleza intangible y difusa, se hace difícil de gestionar.


Por ejemplo, lo que para unos es conocimiento para otros es información. El
conocimiento deriva de la información, y la información se deriva de los datos. Resulta
pertinente entonces diferenciar entre datos, información y conocimiento para entender el
significado que se les otorga y el encadenamiento por agregación sucesiva existente
entre ellos. Los datos representan hechos objetivos sin contexto. Todas las
organizaciones manejan datos que tienden a almacenarse mediante sistemas tecnológicos
y que, generalmente, provienen de las distintas unidades internas departamentales, así
como de agentes externos de las empresas.
Cuando los datos se organizan y contextualizan en respuesta a los requerimientos de
la dirección, se genera información. La información es un mensaje, presentado en forma
de documento o comunicación audible o visible (Davenport y Prusak, 1998). Como tal,
cuenta con un emisor y un receptor, y se le supone la capacidad de cambiar la manera en
que el receptor percibe algo. Es decir, tiene un impacto, y estrictamente será el receptor,
y no el emisor, quien decidirá si el mensaje que recibe es realmente información. A
diferencia de los datos, la información tiene significado. Los datos se convierten en
información cuando se les añade valor.
Asimismo, el concepto de conocimiento engloba el de información contextualizada y
agrupada bajo una comprensión sobre cómo utilizarla. Para que la información se
convierta en conocimiento se precisa la intervención de una serie de experiencias,
creencias y competencias. Por consiguiente, el conocimiento es un concepto más amplio
que la información: «el conocimiento es información en acción». Las organizaciones
están inundadas de información, pero mientras los empleados no la aprovechen, no se
trata de conocimiento. Nunca se puede tener demasiados conocimientos, pero sí puede
haber demasiada información.
Conforme sigamos profundizando en el concepto de conocimiento, veremos en qué se
diferencia el conocimiento de los datos y de la información. Por ejemplo, algunos
autores consideran que los datos son símbolos, como series de letras. Estos se convierten
en información si están dentro de un contexto. Según Rivero (2002), la información nos
permite estar al corriente de hechos, circunstancias y situaciones o describir
determinados objetos y sus atributos. La información sirve para describir y poner de
manifiesto ciertos aspectos de la realidad del tipo de sucesos, intenciones, situaciones,
objetos, etc. Poseer la información no implica estar al corriente de dichas realidades,

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aunque no necesariamente supone la comprensión de los fundamentos sobre los que se
basan. Para Davenport y Prusak (2001), el conocimiento es una mezcla de experiencias,
valores, información y «saber hacer» que sirve como marco para la incorporación de
nuevas experiencias e información, y es útil para la acción. Se origina y aplica en la
mente de los conocedores. En las organizaciones, con frecuencia no solo se encuentra
dentro de documentos o bases de datos, sino que también está en rutinas organizativas,
procesos, prácticas y normas. Lo que esta definición aclara es que el conocimiento no es
algo ordenado o simple. Es una mezcla de distintos elementos, es tanto fluido como
estructurado formalmente; es intuitivo y, por tanto, difícil de traducir en palabras o de
entender por completo en términos lógicos.
Tal como muestra la siguiente figura, lo que caracteriza al conocimiento es que
permite entender e interpretar ciertos aspectos de la realidad y ciertos hechos. En
ocasiones, por ejemplo en la investigación básica, interesa el conocimiento por el mero
hecho de conocer, esto es, por llegar a entender e interpretar determinadas cosas. En
otros casos, como es el empresarial, interesa el conocimiento por cuanto permite decidir
y actuar de forma acertada para lograr unos resultados determinados. Es decir, la
capacidad de interpretar ciertas cosas permite tomar las decisiones acertadas y actuar de
la forma necesaria para lograr los resultados pretendidos.

FUENTE: Elaboración propia.

Figura 1.1.—Relación entre información y conocimiento.

A lo largo de la historia, la importancia de los factores productivos ha pasado por


distintas etapas; en la época actual el factor de producción principal es el
«conocimiento». No cabe duda de que el conocimiento no ha surgido de la nada, siempre
ha estado latente en actividades de todo tipo que realizan los humanos, pero ha sido en
esta época cuando ha emergido a primer plano, como resultado de una sucesión de
hechos que se inicia con la irrupción de las TIC, lo que provoca una globalización que

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trae consigo una mayor competencia a todos los niveles. Para competir se debe innovar,
y el motor de la innovación es el conocimiento, que realimenta el proceso y está
logrando cambios absolutamente revolucionarios en todos los dominios del saber.
Tal como recoge la tabla 1.1, la información se puede almacenar en un soporte físico
y su transmisión es inmediata. A su vez, lo que caracteriza al conocimiento es que
permite entender e interpretar ciertos aspectos de la realidad y ciertos hechos. La
información alimenta el conocimiento y es procesada por este. El conocimiento no puede
funcionar «en vacío». El resultado de esta relación consiste en procesar la información a
través del conocimiento, lo que da lugar a nuevos conocimientos o a información de más
valor añadido, a decisiones y actuaciones para lograr un determinado objetivo o a una
combinación de varias de estas cosas.

TABLA 1.1
Definición de información y conocimiento

Función Facultad Dificultad


Concepto
que desempeña que proporciona que ocasiona

Información Describe el estado de la realidad o Estar al corriente de Necesita consenso sobre el


algunos aspectos de esta en un hechos, situaciones, significado, y la
momento dado o en momentos características de objetos, intermediación humana es
sucesivos. personas, etc. indispensable.

Conocimiento Permite entender la realidad y los Decidir y actuar Difícil de estructurar y de


mecanismos que rigen su correctamente, incluso en captar en las máquinas.
comportamiento. situaciones no previstas.

FUENTE: Rivero (2002) y elaboración propia.

En los últimos años, tanto la bibliografía científica como la de difusión periodística


abundan en información sobre la presencia de nuevos paradigmas en materia de cambio
tecnológico y social, a partir de la confluencia de dos grandes vertientes: por un lado, la
llamada sociedad de la información o del conocimiento y, por otro, la difusión y
generalización de las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC).
Sociedad del conocimiento 3 , sociedad de la información 4 y nueva economía aparecen
según los distintos autores a veces como semejantes, a veces como diferentes y, en
ocasiones, como complementarias. Lundvall (2003), por ejemplo, acepta la idea de una
nueva era como una hipótesis de trabajo y comparte el supuesto básico de que la
amplitud y el uso más extenso de las tecnologías de la información y comunicación
(TIC) representan un cambio fundamental en la economía y la sociedad. Sin embargo,
critica el concepto de «nueva economía» por encarar el problema desde una visión
simplista, ya que deja de lado la necesidad de efectuar cambios significativos y reformas
institucionales que efectivamente promuevan procesos de aprendizaje. Algunos señalan

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que el debate entre información y conocimiento lleva vigente por lo menos tres décadas,
y ha cobrado mayor fuerza con la llegada de las nuevas tecnologías.
Dicha discusión presenta dos posiciones bien definidas: una que piensa que casi toda
la información es conocimiento y, por ende, mayor información implica necesariamente
mayor conocimiento, y otra mucho más cautelosa, que pone énfasis en las diferencias
que existen entre información y conocimiento, describiendo la producción de
conocimiento como un proceso complejo, que no necesariamente responde a un aumento
de información.
Esta última perspectiva es la que ha estado ganando espacio al señalar que el
conocimiento es, fundamentalmente, una capacidad cognitiva asociada a la posibilidad
de interpretar y transformar información. La información, en cambio, es un conjunto de
datos, estructurados y formateados pero inertes e inactivos hasta que no sean
interpretados por los que tienen las capacidades necesarias para manipularlos.
Esta diferenciación y al mismo tiempo interacción entre información y conocimiento
no se cierra sobre sí misma, sino que debe también incorporarse al aprendizaje como un
factor coadyuvante. Como señala Rullani (2000), el conocimiento solo mantiene su valor
si se regenera y se amplía continuamente a través del aprendizaje y de las diversas
transformaciones del ciclo cognitivo aportado por Nonaka y Takeuchi (1995), en el que
información y conocimiento interactúan continuamente.
Coleman (1997) recoge las diferencias entre información y conocimiento en la tabla
1.2.

TABLA 1.2
Diferencia entre información y conocimiento

Información Conocimiento

Está vinculada a los datos. Está relacionado con los datos y con la información, pero puede
no estar vinculado.

Cantidad: toneladas de información. Cantidad: mucha menos.

Está basada a veces en el contexto. Está siempre basado en el contexto.

Puede ser creada por personas y Solo puede ser creado por personas.
ordenadores.

Es fácil de comprender y transferir. Es difícil.

Es a menudo estática. Es a menudo dinámico.

Puede ser fácilmente vinculada. Requiere una estructura para que tenga sentido.

Es costosa de crear y mantener. Es más costoso de crear y mantener.

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Puede ser utilizada por cualquiera en A menudo tiene valor temporal.
cualquier momento.

FUENTE: Coleman (1997).

1.3. Dimensiones del conocimiento

En la pasada década se han realizado amplias investigaciones sobre conocimiento y


gestión de conocimiento. Con el rápido crecimiento de la economía del conocimiento, la
gestión de este se ha desarrollado gradualmente en un campo académico independiente,
y un gran número de estudiosos han comenzado a investigarlo.
«Toda organización no solo de negocios necesita una competencia central, la
innovación; y toda organización necesita una manera de registrar y apreciar su
comportamiento innovador» (Drucker, 1994). El autor estaba ya evidenciando la
necesidad de sistemas de gestión de conocimiento.
La gestión del conocimiento evoluciona como una respuesta necesaria a las
condiciones de las organizaciones. En los entornos empresariales actuales de rápido
cambio, las organizaciones deben encontrar nuevas formas de utilizar el conocimiento
del que disponen; por eso se puede decir que es indispensable gestionar el conocimiento.
La gestión del conocimiento se centra en descubrir lo que una organización ya conoce,
cómo localizar a las personas que poseen conocimientos específicos y cómo distribuir
este conocimiento para que se use de una forma efectiva. A este respecto, la tabla 1.3
recoge algunas de las definiciones que se han dado en relación con el concepto gestión
de conocimiento.
Uno de los cambios más importantes en las organizaciones de la sociedad del
conocimiento consiste en construir procesos sistemáticos para gestionar el conocimiento
(Drucker, 1994). La organización tiene que estar preparada para abandonar el
conocimiento que ha quedado obsoleto y crear nuevos conocimientos. Una organización
que desee hacer frente al cambio actual necesita crear conocimiento además de
procesarlo eficientemente. Por ello, una vez contrastada la diferencia entre información y
conocimiento, el siguiente paso sería identificar el conocimiento útil y gestionarlo.
Objetivo difícil si atendemos a Hubert (1991), quien plantea que el conocimiento es
imparcial ya que depende de la interpretación que realicen el individuo o la
organización. Es decir, la misma información puede tener diferentes interpretaciones. A
este respecto, algunos autores argumentan que el conocimiento no puede ser gestionado
con las mismas herramientas que la información, ya que la gran mayoría del software y
las redes electrónicas que gestionan información no permiten gestionar el conocimiento,
que necesita sistemas más sofisticados y avanzados. En realidad, tal como plantean
Staples, Greenaway y Mckeen (2001), la información se convierte en conocimiento
cuando interviene la inteligencia humana.

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Davenport y Prusak (1998) consideran que el conocimiento se caracteriza
fundamentalmente por:

1. Ser personal, en el sentido de que se origina y reside en las personas, que lo


asimilan como resultado de su propia experiencia y lo incorporan a su acervo
personal estando convencidas de su significado e implicaciones. Es un conjunto
que da estructura y significado a muchas piezas.
2. Su utilización puede repetirse sin que el conocimiento «se consuma», como ocurre
con otros bienes físicos.
3. Sirve de guía para la acción de las personas, en el sentido de decidir qué hacer en
cada momento.

Una vez consideradas las características más relevantes del término «conocimiento»,
veremos que un importante número de investigadores se centran en la descripción y
clasificación de los diversos tipos de conocimiento y en argumentar la diferencia entre
conocimiento individual y social.

TABLA 1.3
Definiciones de gestión de conocimiento

Año Autor Aportación sobre gestión del conocimiento

1991 Hubert Es la habilidad de desarrollar, mantener, influenciar y renovar los activos intangibles
llamados capital de conocimiento o capital intelectual.

1998 Davenport Es el proceso sistemático de buscar, organizar, filtrar y presentar la información con el
y Prusak objetivo de mejorar la comprensión de las personas en una específica área de interés.

1999 Arteche Es un entorno dentro de una organización que permite la recogida, agregación, gestión,
y Rozas distribución y análisis de un juego equilibrado de información para orientar
positivamente las decisiones de los gestores.

2000 Karl Es el arte de crear valor con los activos intangibles de una organización.

2000 Maestre Conjunto de procedimientos, reglas y sistemas destinados a captar, tratar, recuperar,
presentar y transmitir datos, informaciones y conocimientos de una organización.

2002 Malhotra El proceso organizacional que busca la combinación sinérgica del tratamiento de datos e
información a través de las capacidades de las tecnologías de información, en unión de
las capacidades de creatividad e innovación de los seres humanos.

2002 Rivero Conjunto de prácticas, técnicas y procedimientos que permiten a una organización
identificar los conocimientos requeridos para llevar a cabo sus actividades actuales y
futuras, además de los posibles cambios inesperados, conseguir hacerse con dichos
conocimientos y aplicarlos de modo apropiado para lograr los resultados deseados. La
gestión del conocimiento evoluciona como una respuesta necesaria a las condiciones
empresariales.

2005 Ditzel Implica identificación y transferencia de información de utilidad, haciéndola accesible

22
para quienes la necesitan para aplicarla con un objetivo concreto.

2008 Berrocal La gestión del conocimiento, obtenido en un momento y lugar determinados, para
y Pereda permitir trasladarlo y aplicarlo a otro lugar y momento, para obtener los resultados
Marín esperados en menos tiempo y con menos errores.

FUENTE: Elaboración propia.

Para clasificar el conocimiento nos serviremos, con carácter previo, de las propuestas
de Spender (1996), que clasifica los tipos de conocimiento en función de su carácter
tácito o explícito y según sea individual o social: el conocimiento tácito 5 es aquel que
poseemos pero que no somos capaces de explicar. Pensemos, por ejemplo, en las
acciones de montar en bicicleta o nadar: sabemos hacerlo, pero nos es muy difícil
describir cómo se hace en un manual de instrucciones. El conocimiento explícito, en
cambio, es aquel que es posible representar en documentos tales como manuales de
instrucciones, libros, bases de datos o páginas web.
Por su parte, el criterio de individual y social clasifica el conocimiento dependiendo
de que quien lo posea sea una persona concreta o un grupo de individuos. Este criterio es
interesante para discriminar qué tipos de intangibles pertenecen a las personas, puesto
que descansan en ellas, y cuáles son difícilmente asumibles por los individuos debido a
su carácter colectivo y compartido por los miembros de la organización.

1.4. Capacidad de aprendizaje

Tal como hemos comentado anteriormente, el conocimiento representa un recurso


estratégico clave para competir eficazmente, por lo que saber cómo se genera, transmite
y mantiene en la organización es imprescindible para aprovechar esta fuente de
producción de valor. Este cambio acelerado en el entorno empresarial, la importancia
cambiante de los factores de producción, la existencia de consumidores cada vez más
exigentes y el aumento en la intensidad de la competencia han hecho que académicos y
empresarios muestren un interés creciente por el fenómeno del aprendizaje organizativo.
Así, la capacidad para aprender de las organizaciones puede marcar la diferencia y ser
la única fuente de ventaja competitiva. Efectivamente, las percepciones del entorno son
el principal conductor del aprendizaje en las organizaciones. La pertinencia de la
capacidad de aprendizaje de una organización está en relación con su habilidad para
minimizar la distancia existente entre el conocimiento acumulado del pasado y el
conocimiento necesario para ajustarse o incluso anticiparse a las condiciones del
entorno.
No en vano, ante lo anteriormente expuesto, las empresas, conscientes de la
importancia de la adaptación como clave de supervivencia, han apostado por una
constante y clara vocación hacia el aprendizaje continuo, elemento que les permite

23
desarrollar una respuesta organizativa adecuada, diferenciarse, obtener mejores
resultados no financieros, resultados financieros y lograr obtener ventajas competitivas
sostenibles a largo plazo.

1.4.1. Aprendizaje organizativo

La capacidad de aprendizaje organizativo ha sido objeto de análisis de muchas


disciplinas, tales como las ciencias sociales y, entre ellas, la sociología, la economía, la
psicología y la gestión de empresas, dando paso a numerosos estudios que han generado
una amplia literatura sobre este concepto. Muchos investigadores han aportado una
definición de aprendizaje organizativo. Se considera que el concepto empezó a utilizarse
a mediados de los años setenta, cuando los investigadores Cyert y March (1963)
realizaron posiblemente una primera referencia a él. Posteriormente hubo otros autores
que recogieron en sus diferentes trabajos distintas definiciones del término, como fueron
Duncan y Weis (1979), Shrivastava (1981) o Stata (1989), entre otros; se considera que
fue con la definición de Senge (1990) cuando el término se hizo notablemente conocido.
En la tabla 1.4 se han recogido algunas de las definiciones existentes, sabiendo que dicha
recolección puede estar incompleta ya que, tal y como afirma Tsang (1997), existen
tantas definiciones de aprendizaje organizativo como autores tratan este tema.

TABLA 1.4
Definición de aprendizaje

Año Autor Definición de aprendizaje

1963 Cyert y Ajuste del comportamiento de la organización como respuesta a las variaciones del
March entorno.

1978 Argyris y Es el proceso mediante el cual los miembros de la organización detectan problemas y
Schön los corrigen, compartiendo nuevos marcos cognitivos y de comportamiento.

1979 Duncan y Proceso a través del cual se desarrolla el conocimiento sobre las relaciones entre la
Weis acción y el resultado, y el efecto del entorno en estas relaciones.

1980 Miles Proceso en el que el desarrollo de imágenes y reestructuraciones exitosas de problemas


y Randolph organizativos se refleja en los elementos estructurales y en los resultados de la propia
empresa.

1981 Shrivastava Método por el que la base del conocimiento organizativo se desarrolla y se comparte.

1985 Fiol y Proceso que permite perfeccionar las acciones gracias a un mejor entendimiento y
Lyles conocimiento.

1989 Stata Aprendizaje obtenido a partir de entendimientos, conocimientos y modelos mentales


compartidos que se construye en base a la experiencia y los conocimientos estáticos, es
decir, la memoria.

24
1991 Huber El aprendizaje organizativo se produce si a través del procesamiento de la información
(adquisición, distribución e interpretación) el rango de comportamientos potenciales
varía. Para que la organización aprenda, no es necesario que todos los individuos que la
conforman aprendan.

1993 Garvin Proceso complejo y multidimensional que se desarrolla a lo largo del tiempo y que une
la adquisición del conocimiento con mejoras del desempeño.

1993 Kim Aumento de la capacidad de acción de la organización.

1996 Nonaka, Proceso mediante el cual se amplía el conocimiento creado por los individuos y que
Takeuchi y pasa a formar parte del sistema de conocimiento de la organización.
Umemoto

1997 Probst La ampliación y el cambio del sistema de valores y de conocimientos, la mejora de las
y Büchel capacidades de resolución de problemas y de acción, así como el cambio del marco
común de referencia de los individuos que están dentro de una organización.

2002 Bontis, Medio para asegurar la correcta asimilación de conocimientos clave y que se consideren
Crossan y indispensables para la agregación de valor de construcción de ventajas competitivas
Hulland sólidas.

2005 Casey Proceso en el que hay adquisición, interpretación y distribución de información que
conforma la memoria organizativa.

2007 Dixon, Proceso de resolución de problemas en el que las soluciones que se proponen se
Meyer y incluirán como conocimiento organizacional nuevo que los miembros de la
Day organización usarán para resolver nuevos problemas, con lo que se estandariza dentro
de la empresa.

FUENTE: Elaboración propia.

Teniendo en consideración las revisión de la literatura anteriormente realizada,


ciertamente también debemos considerar que el conocimiento es un conglomerado de
creencias sobre cómo funcionan las cosas (relaciones causa y efecto). En este sentido,
cuando el ambiente o la organización cambian, se genera un desajuste en el
conocimiento que estimula el desarrollo de los procesos de aprendizaje necesarios para
propiciar el nuevo conocimiento, que, una vez incorporado al inicial, reduzca o elimine
ese desajuste. Por ende, los procesos de aprendizaje generan un cambio en el
conocimiento que acontece por medio de ajustes o sus aspectos cognitivos, de
comportamiento, o en ambos.
Basándonos en lo anteriormente explicitado, el aprendizaje que se desarrolla en las
organizaciones es producto de la interacción de estas y de sus integrantes con el entorno,
e involucra un cambio en las ópticas internas que deriva en modificaciones en los
comportamientos, en las acciones o en ambos. Como efecto de esto, se genera la
evolución en los conocimientos disponibles dentro de la organización, siempre
considerando que la idoneidad de los procesos de aprendizaje está supeditada a los
conocimientos de origen. Con estas premisas, podemos definir la capacidad de

25
aprendizaje de una organización como:

«el potencial que tiene la organización para utilizar su estructura de conocimientos y


para mantenerla en un estado de continua evolución por medio de la renovación de
dichos conocimientos».

Desde este punto de vista de Crossan et al. (1999), el aprendizaje en la organización


debe ocurrir en tres niveles. En la figura 1.2 observamos cómo, según Crossan et al.
(1999), existen cuatro tipos de procesos que se activan de modo progresivo a medida que
se asciende de un nivel de aprendizaje a otro.

1. El proceso de intuición, genuino del nivel individual, es el reconocimiento


preconsciente del patrón y/o posibilidades inherentes en una corriente personal de
experiencia 6 .
2. El proceso de interpretación sirve de puente entre los niveles individual y grupal y
consiste en la explicación, mediante palabras y/o acciones, de una idea o
discernimiento a uno mismo y a los demás.
3. El proceso de integración, que sirve de nexo de unión entre los niveles grupal y
organizativo, es el desarrollo de entendimiento compartido entre individuos y la
toma de acción coordinada mediante ajuste mutuo.
4. Por último, el proceso de institucionalización, propio del nivel organizativo, se
define por el establecimiento de actividad rutinaria. De este modo, el proceso de
institucionalización, con el desarrollo de rutinas organizativas, marca el estadio de
plenitud del proceso de aprendizaje.

En el modelo de Crossan et al. (1999), los tres niveles ontológicos del aprendizaje
organizativo interaccionan unos con otros, subrayándose así el carácter dinámico del
proceso de aprendizaje organizativo. Así, el proceso de desarrollo hacia niveles
ontológicos más amplios constituye el feedforward, asimilación de nuevo aprendizaje,
equivalente al concepto de exploración de March (1991), y la secuencia análoga
jerárquicamente descendiente define el feedback, utilización de lo que ya se ha
aprendido, que se corresponde con concepto de explotación de March (1991). La tensión
constante entre estos dos procesos completa la definición del aprendizaje organizativo
como un proceso dinámico, más allá de su desarrollo de modo diacrónico y a través de
distintos niveles. Evidentemente, las organizaciones aprenden por medio de sus
individuos, que generan conocimientos (creencias acerca de las relaciones causales del
entorno) gracias a sus experiencias personales de resolución de problemas (aprendizaje
individual).

26
FUENTE: Crossan, Lane y White (1999).

Figura 1.2.—Aprendizaje/renovación en las organizaciones: cuatro procesos a través de


tres niveles.

Por otro lado, Nonaka (1991; 1994) afirma que el conocimiento se genera a partir de
la transformación del conocimiento tácito de los individuos en explícito a nivel grupal y
organizacional. Asimismo, a su vez cada uno de los individuos de las organizaciones lo
interioriza, transformándolo en nuevo conocimiento tácito. Si bien este proceso
contempla un enfoque multinivel, es importante resaltar la interrelación entre los dos
planos descritos anteriormente, junto con la constatación de una relación circular no
vertical entre sus extremos. Dicho proceso genera cuatro fases: socialización,
externalización, combinación e internalización.
La creación de conocimiento puede expresarse mediante algunos modelos existentes
en la literatura. Así, Nonaka y Takeuchi (1995) proponen un modelo de creación de
conocimiento, como muestra la figura 1.3, y lo que ellos plantean es que existe:

«una interacción continua y dinámica entre el conocimiento tácito y el explícito... El


proceso de creación de conocimiento organizativo es un proceso en espiral, que
comienza en el nivel individual y se desplaza a través de comunidades de interacción
más amplias, cruzando fronteras entre secciones, departamentos, divisiones y
organizaciones».

27
FUENTE: Nonaka y Takeuchi (1995).

Figura 1.3.—Modelo de conversión del conocimiento.

Tal como se refleja en la figura 1.4, a partir de los conceptos anteriores Nonaka y
Takeuchi (1995) diseñan un modelo que describe y explica el proceso de creación de
conocimiento organizativo. La clave para la creación de nuevos conocimientos reside en
la dinámica de transformación continua entre conocimientos tácitos y explícitos, junto al
proceso de transferencia desde los niveles inferiores hacia los niveles superiores.
Partiendo de un conocimiento tácito en los niveles inferiores, que se socializa mediante
la experiencia, el paso siguiente consiste en articular el conocimiento tácito y su
posterior extensión mediante la combinación con otros conocimientos dentro de la
organización. Nonaka contrasta «el procesamiento objetivo» de la información que
caracteriza el pensamiento occidental con las ideas subjetivas y compartidas japonesas.
En la cultura japonesa el compromiso colectivo con una identidad y con un propósito
instaura inmediatamente nuevos conocimientos en el dominio compartido, con lo que su
mejora se convierte en iterativa y mutua. Debido a esto, la transferencia del modelo a las
empresas occidentales no puede realizarse por medio de una mera emulación directa, y
preciso construir a partir de la propia herencia cultural. A este respecto, Nonaka (1991)
otorga gran importancia al lenguaje metafórico y a la analogía como medio de creación
de conocimiento, tal como muestra la figura 1.4, cuando hablamos de los procesos de
conversión del conocimiento o de los procesos básicos del conocimiento en una
organización. En dichos procesos no pueden determinarse un comienzo y un final, ni
tampoco una dirección única. Tomando como referencia la figura, pasamos a describir
los procesos de transformación del conocimiento de Nonaka y Takeuchi
(externalización, internalización, extensión y apropiación).

28
FUENTE: Elaboración propia a partir de Nonaka (1994) y Ventura (1996).

Figura 1.4. Procesos relativos a la transformación de conocimiento desde una


perspectiva ontológica.

1. Tácito a tácito (socialización). Es un proceso en el que los individuos adquieren


nuevos conocimientos directamente de otros, compartiendo experiencias,
documentos, manuales, tradiciones y pensamientos con ellos, de manera que quien
los recibe incrementa su saber y llega a conseguir niveles más cercanos a los del
emisor. Asimismo dicho conocimiento nuevo puede añadirse a la base colectiva
que posee la organización. Con palabras de Nonaka y Konno (1998), la
socialización consiste en compartir experiencias al movernos a través del eje
ontológico: los miembros de la organización pasan a trabajar de forma colectiva,
en grupo o en el conjunto de la empresa, y esto facilita su intercambio de
conocimiento tácito.
2. Tácito a explícito (externalización). Es el proceso mediante el cual el conocimiento
se articula de una manera comprensible para la organización o para cualquier
individuo a través de la propia articulación de este y de su traslado a soportes
rápidamente extensibles, a través del diálogo, plasmándose en esquemas, fórmulas
y métodos. En otras palabras, la externalización la conciben como el proceso de
convertir conocimiento tácito en conceptos explícitos, lo que supone hacer
tangible mediante el uso de metáforas el conocimiento de por sí difícil de
comunicar, integrándolo en la cultura de la organización; destacan que para ellos

29
es la actividad esencial en la creación del conocimiento.
3. Explícito a explícito (combinación). Se combinan diferentes formas de
conocimiento explícito mediante documentos o bases de datos. Se puede definir en
otros términos como el proceso de crear conocimiento explícito al reunir
conocimiento explícito proveniente de cierto número de fuentes. Los individuos
intercambian y combinan su conocimiento explícito mediante conversaciones,
reuniones, correos; y es posible categorizarlo, confrontarlo y clasificarlo para
formar bases de datos para producir conocimiento explícito.
4. Explícito a tácito (internalización). Los individuos internalizan el conocimiento de
los documentos en su propia experiencia; es un proceso de conversión de
conocimiento explícito en conocimiento tácito, que analiza las experiencias
adquiridas en la puesta en práctica de los nuevos conocimientos y que se incorpora
en las bases de conocimiento tácito de los miembros de la organización en forma
de modelos mentales compartidos o de prácticas de trabajo. Se facilita si el
conocimiento queda plasmado en documentos o se transmite en forma de
anécdotas, de modo que los individuos puedan volver a experimentar
indirectamente la vivencia de otros.

1.5. Conocimiento ambiental como recurso estratégico en la nueva economía

La condición básica que fomenta la ecología 7 del conocimiento según North y Rivas
(2007) contiene un sistema de valores que se caracteriza por los conceptos de confianza,
trabajo en equipo y libre disponibilidad para el cambio continuo. El conocimiento es un
componente del proceso de comunicación, que ha garantizado y garantiza la
sostenibilidad de la especie humana más allá de la limitada herencia genética, ya que es
un proceso esencialmente educativo. Siguiendo a Tarondeau (2008), se puede entender a
una organización como «una cartera de recursos basados en conocimientos». Las
elecciones estratégicas de la empresa consisten en crear, explotar y mantener una cartera
de conocimientos que le granjeen determinadas ventajas estratégicas sobre las
organizaciones de la competencia. Conocimiento y aprendizaje pueden considerarse
conceptos intrínsecamente relacionados de la siguiente forma: el conocimiento es una
variable de stock y el aprendizaje es una variable de flujo. En una situación dada, un
individuo o una empresa poseen un stock de conocimiento que está cambiando
constantemente mediante un proceso de aprendizaje.
El medioambiente se ha convertido en un factor importante en la toma de decisiones
de compañías en todo el mundo, no solo por cumplir los requisitos legales sino también
debido a las necesidades cambiantes de los consumidores. Aparece un segmento cada
vez mayor de individuos que recompensan los negocios que tienen en consideración el
medioambiente en sus prácticas comerciales y castigan a las corporaciones que ignoran o
usan indebidamente los imperativos verdes. Uno de los aspectos comunes a todos los

30
enfoques de gestión de conocimiento ambiental es la consideración acerca del
dinamismo del entorno en el que opera la organización. Este creciente dinamismo en el
entorno tiene asociadas una serie de implicaciones para la empresa, entre las que destaca
la amenaza de obsolescencia de los recursos y capacidades actuales, incluido el
conocimiento organizativo sobre el que se sustenta la ventaja competitiva.
En este contexto, la comprensión de por qué algunas organizaciones consiguen
mantener en el tiempo su ventaja competitiva cuando operan en entornos de carácter
dinámico —mientras que otras no— se ha convertido en una de las cuestiones esenciales
para la investigación en el ámbito de la dirección estratégica de la empresa en la última
década. De hecho, algunos trabajos relativamente recientes coinciden en afirmar que los
esfuerzos dirigidos a dar respuesta a esta pregunta están sustituyendo a las teorías
tradicionales en el ámbito de la estrategia empresarial, de carácter más estático, por otros
enfoques más dinámicos y centrados en el estudio de cómo ciertas empresas desarrollan
nuevas capacidades organizativas clave que permiten la adaptación a los cambios en
mercados y tecnologías.
Asimismo, otros investigadores enfatizan, por una parte, la relevancia de una
formación actitudinal a cualquier nivel (organizacional e individual), además de la
disciplinaria y la pedagógica, con la cual se fomenten actitudes ambientales favorables y
se valoren los conocimientos ambientales, y por otra el eriquecimiento, a través de
propuestas pedagógicas, de las percepciones de los formadores en esta materia sobre el
estado del mundo desde el punto de vista ambiental, para de esta manera propiciar una
formación del medio ambiente que permita fomentar el uso racional de los recursos
naturales y la creación de conocimiento ambiental para su posterior puesta en práctica.
El conocimiento ambiental se puede definir como el grado en que uno expresa su
preocupación por las cuestiones ecológicas. El conocimiento ambiental puede
considerarse como compuesto de las poblaciones de datos, información y conocimiento
que ha acumulado una organización a lo largo de su historia. A este respecto, otros
autores manifiestan que el término «conocimiento ambiental» se refiere a la
comprensión y retención de información sobre problemas y conexiones ecológicas.
Suárez y Oliva (2005) consideran al conocimiento ambiental: «el patrón de todas las
condiciones e influencias externas que afectan a su vida y desarrollo». Así también como
conocimiento ambiental se entiende el saber que incluye conocimiento popular, artístico
y religioso, y, por qué no, los conocimientos filosóficos, políticos e ideológicos, que
están más allá de ser considerados disciplinas, y que son fundamentales a la hora de
afrontar la complejidad de los problemas ambientales.
La humanidad se enfrenta a problemas de notada complejidad generados por el
proceso civilizatorio y cuya solución es de gran trascendencia para el presente y para el
futuro. Entre ellos está el daño creciente que se le ocasiona directa o indirectamente,
consciente e inconscientemente, a la naturaleza y que trae como consecuencia, entre
otros fenómenos, el incremento de la deforestación, el recalentamiento de la atmósfera y

31
el deterioro de la capa de ozono. Según lo planteado, es conveniente destacar que las
organizaciones cumplen un papel esencial en el proceso de creación y transferencia de
conocimiento ambiental, y el impacto ambiental que se puede generar de este, pues lo
que se busca es transformar el entorno para elevar la calidad de vida de los ciudadanos,
pero en armonía con el ambiente. El conocimiento ambiental en este estudio se define
como:

«el conocimiento creado como consecuencia de un proceso de aprendizaje entre una


compañía y sus agentes externos e internos y que afecta a la relación de la empresa
con el medioambiente».

Considerando el nivel de novedad y complejidad de las publicaciones ambientales,


estas investigaciones aportan conocimientos relevantes para decidir una estrategia
apropiada. De hecho, diversos estudios han confirmado que la ausencia de conocimiento
es una barrera importante para generar un mayor compromiso ambiental en las
organizaciones, y se deben hacer esfuerzos para asegurar que estas dispongan de una
información fiable y útil.
No obstante, cabría preguntarse cómo se crea conocimiento ambiental, de qué manera
transfieren el conocimiento ambiental los que lo poseen, cuál es el impacto social de sus
investigaciones, qué competencias gerenciales aplican, cuál es su inteligencia emocional
y cómo contribuyen al desarrollo regional y nacional. Tal como hemos puesto de
manifiesto en el apartado anterior, para nosotros el conocimiento es el resultado de lo
aprendido; al igual que las personas aprenden de sus errores, las empresas deben
aprender de sus errores pasados en la utilización de los recursos ambientales de cara a
mejorar su posición competitiva. Por ello, planteamos que, al igual que ocurre con el
conocimiento organizativo, el conocimiento ambiental se podrá crear fomentando un
proceso de aprendizaje organizativo.
La gestión ambiental para algunos autores es «el conjunto de acciones de diversa
naturaleza que se llevan a cabo en estos establecimientos durante su funcionamiento y
que tienen como finalidad mejorar el balance de la relación de los mismos con el
medioambiente y contribuir a alcanzar el desarrollo sostenible, sin que ello excluya el
cumplir el objetivo económico-funcional que estos tienen asignado». La gestión
ambiental de la empresa hace referencia a cómo la organización articula medidas para
reducir o controlar el impacto de sus actividades sobre el medioambiente. Como señala
Cramer (1998), el énfasis de esta definición descansa en el objetivo de estas actividades
y procesos: reducir el impacto ambiental causado por la actividad de la empresa. De esta
forma, el concepto está referido a las actuaciones que lleva a cabo la organización
empresarial para proteger al medioambiente y cómo estas acciones se integran en su
proceso de administración y dirección.
De modo general, la literatura relevante en este campo nos dice que con el

32
aprendizaje organizativo podríamos optimizar el capital humano 8 , organizar de modo
práctico el caudal de conocimiento de la empresa: documental, tecnológico, valores
diferenciales, know-how, y estructurar en procesos los elementos que contribuyen a la
obtención de resultados económicos en la empresa: innovación, estrategia, formación y
personas. Podemos afirmar que el aprendizaje organizativo es un mecanismo de gestión
empresarial basado en la optimización de los parámetros del conocimiento de la
organización.
La creación del conocimiento ambiental se centra en descubrir lo que una
organización ya conoce, cómo localizar a las personas que poseen conocimientos
específicos y cómo distribuir este conocimiento para que se pueda usar de forma
efectiva. En definitiva, se ocupa de proporcionar el conocimiento adecuado a las
personas apropiadas en el momento idóneo para que puedan tomar decisiones y evitar
errores que repercutan negativamente en el medioambiente. De la misma manera, cuando
una organización adopta conocimiento de otros grupos o campos de conocimiento,
generalmente tiene que alterarlo para poder emplearlo, con lo que en cierta medida
también lo está creando.
Anteriormente hemos definido el concepto de aprendizaje, y podemos afirmar que
está fuertemente ligado a la consideración sobre los cambios en el entorno de una
organización, es decir, que ante toda situación caótica, la capacidad para aprender de las
organizaciones resulta ser vital a la hora de establecer ventajas competitivas. Tan fuerte
es la vinculación entre aprendizaje y entorno que la posibilidad de crear conocimiento se
conduce a partir de las habilidades en las percepciones del entorno de las organizaciones.
La capacidad de aprendizaje de una organización está en relación con su habilidad para
minimizar la brecha existente entre el conocimiento acumulado del pasado y el
conocimiento necesario para ajustarse o incluso anticiparse a las condiciones del
entorno. Queda entonces formulada explícitamente la profunda vinculación entre el
conocimiento ambiental y el aprendizaje de una organización. Por esto se puede abordar
la temática del conocimiento ambiental a partir de la perspectiva que proporciona el
enfoque del aprendizaje organizativo y, dentro de este, aquel centrado en el estudio de
los procesos de exploración y explotación de conocimiento.
Antes de finalizar este apartado, merecen ser destacadas como extensiones del mismo
las aportaciones de López et al. (2001). López et al., en lugar de inclinarse por el
concepto «conocimiento ambiental», lo hacen por el de «capital ambiental» y lo
clasifican en tres componentes:

— El capital ambiental humano se considera que puede residir en accionistas,


propiedad, los directivos, trabajadores; en definitiva, en los agentes internos. El
componente coincidente del capital humano ambiental se trataría de
conocimientos y habilidades (nociones teóricas sobre medioambiente, legislación,
manual de buenas prácticas…). El componente automático y emocional estaría

33
basando en la motivación, el liderazgo y la lealtad. Estos conocimientos son
poseídos por las personas de la organización y no se encuentran en la organización
como tal.
— El capital ambiental estructural puede considerarse colectivo u objetivo, esto es,
que debe adaptarse a la cultura y la organización, no poniendo trabas a cualquier
modificación que suponga una alteración de las normas.
— El capital ambiental relacional incluye aquellos conocimientos compartidos
explícitos del medioambiente que gestiona la organización a partir de los cuales
esta se presenta ante su entorno, considerado en un sentido amplio. Es el caso de la
imagen, la reputación, la marca o el logotipo operante (marcas verdes, o
ecológicas).

1.6. Resumen

El presente capítulo aporta un marco general e integrador para el estudio de la


relación entre la gestión del conocimiento y la creación de gestión del conocimiento
ambiental. La gestión del conocimiento es una función dinámica o un concepto dinámico
relacionado con la dirección o administración de un conjunto de flujos de conocimientos
externos e internos, captados o creados, explícitos o tácitos. Y el aprendizaje es el
proceso de transformación y de incorporación del conocimiento tanto a nivel personal
como de grupo o de organización en su conjunto.
Tras la revisión de la literatura, hemos llegado a la conclusión de que el uso del
conocimiento incluye la absorción de los conocimientos generados en el proceso de
aprendizaje individual, por lo que podría aplicarse a lo que ya se ha aprendido en este
proceso a las empresas y a sus propias actividades. Por ejemplo, cuando la información
sobre cuestiones ambientales se utiliza por los encargados de adoptar medidas y cambian
sus modelos mentales del mercado medioambiental, se ha aplicado para tomar una
decisión. Por consiguiente, nuestra primera aportación radica en analizar el carácter
dinámico del conocimiento ambiental. En este sentido, los argumentos anteriores
proporcionan una visión estática del conocimiento ambiental impulsada por los sistemas
de gestión ambiental e ignoran las nuevas concepciones de los ciclos de aprendizaje
introducidos por Nevis et al. (1995).
Otra reflexión importante radica en la forma de crear conocimiento ambiental. A este
respecto, el aprendizaje en equipo se presenta como la mejor opción. El aprendizaje en
grupo se basa en procesos de observación interpersonal y en compartir con los
integrantes del grupo conocimientos individuales; para ello es fundamental trabajar en
red, y son, por tanto, herramientas facilitadoras las TIC. Por tanto, puede que todo un
sector tenga parecidas o similares tecnologías de producción; en este caso, la ventaja
competitiva surgirá de la capacidad (diferenciada) que posea de saber usar esos activos
más que del propio hecho de poseerlos. Pero el principal aspecto del conocimiento es la

34
capacidad que posea la persona para resolver problemas, avalada por sus resultados y su
nivel; en ello radica la efectividad de la respuesta ofrecida.
Las organizaciones deben producir un conjunto de capacidades de aprendizaje cuyo
efecto sea la interiorización del conocimiento ambiental en la organización. En la
medida en que las capacidades se vuelven recurrentes a través de la repetición, se
convierten en memoria organizacional y constituyen rutinas. De esta forma, la
organización adquirirá una ventaja competitiva si logra desarrollar rutinas y procesos
adecuados para lograr sus objetivos con un uso adecuado de recursos. A nadie se le
escapa que el conocimiento ambiental es la medida del valor creada, que permite
explicar la eficacia del aprendizaje organizativo y evaluar, en suma, la eficiencia de la
gestión del conocimiento ambiental.

NOTAS
1 Es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala que consiste en la creciente comunicación
e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de
una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global.

2 Es una forma de transferencia de tecnología. Aunque se traduce literalmente por «saber cómo», mejor dicho
sería «saber hacer».
3 Término que fue utilizado por primera vez en 1969 por un autor austríaco de literatura relacionada con el
management o gestión, llamado Peter Drucker, y en el decenio de 1990 fue analizado en profundidad en una serie
de estudios detallados publicados por investigadores como Robin Mansel o Nico Stehr.

4 Es aquella en la cual la creación, distribución y manipulación de la información forman parte importante de las
actividades culturales y económicas.
5 «El factor decisivo mediante el cual un nadador se mantiene a flote es la manera mediante la cual regula su
respiración; sin embargo, este hecho no es generalmente conocido por los nadadores» (Polanyi, 1962).

6 Crossan, Lane y White (1999) toman la definición del proceso de intuición de Weick (1995).

7 Entendida como ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos entre sí y con su entorno, además de como
parte de la sociología que estudia la relación entre los grupos humanos y su ambiente, tanto físico como social.

8 Se trata de las capacidades, actitudes, destrezas y conocimientos que cada miembro de la empresa aporta a esta,
es decir, lo contituyen activos individuales, e intransferibles.

35
2
APRENDIZAJE AMBIENTAL

Objetivos

• Conocer el aprendizaje ambiental.


• Identificar los facilitadores del conocimiento ambiental.
• Reconocer los orientadores del conocimiento ambiental.

36
2.1. Introducción

La presencia de conocimiento ambiental en las organizaciones de nuestros días se


traducirá en un aumento de los beneficios, mejorará la imagen corporativa y las
relaciones con las comunidades locales y facilitará el acceso a nuevos mercados verdes y
el ahorro de costes derivados de la ecoeficiencia. Tal como hemos propuesto en el
capítulo anterior, las organizaciones crean conocimiento ambiental porque sus agentes
internos están relacionados con los agentes externos (por ejemplo, clientes, comunidades
de vecinos, operadores turísticos, etc.). Igualmente, la creación de conocimiento surge a
través de procesos de aprendizaje que tiene un componente individual y un componente
social, ya que representan el mecanismo por el cual la organización transforma el
conocimiento automático y consciente de sus agentes en «conocimiento objetivo y
colectivo».
Si se analizan las fases del aprendizaje ambiental del capítulo anterior, se notará que
el núcleo central consiste en lograr una adecuada integración de los conocimientos y
habilidades incorporados en los individuos y grupos que componen la organización. De
hecho, el proceso de aprendizaje ambiental descrito en el capítulo anterior se distingue
de otros procesos de aprendizaje organizativo por la manera en que la organización tiene
de crear, compartir y utilizar el conocimiento sobre el medioambiente, incluidos los
miembros de los canales de distribución. Para lograr este proceso de transformación e
integración, DiBella y Nevis (1998) plantean la necesidad de que los procesos de
aprendizaje se encuentren dotados de factores facilitadores del aprendizaje (FA) y
factores orientadores del aprendizaje (OA).
Los factores facilitadores del aprendizaje (FA) representan las estructuras, los
procesos y la calidad de aprendizaje efectivo; son elementos cuya presencia facilitará la
adquisición del conocimiento del medioambiente por parte de la organización, y su
posterior distribución y utilización en un período de tiempo más breve. Tomando en
consideración las fases del proceso de aprendizaje, los factores que afectan al proceso de
adquisición, distribución y utilización del conocimiento los podemos englobar en cuatro
grandes conceptos: contexto de socialización, contextos para la externalización y
combinación del conocimiento y, por último, capacidad de internalización.
Por otra parte, los orientadores del aprendizaje ambiental (OA) hacen referencia a los
valores y prácticas que reflejan «dónde» se produce el aprendizaje y la «naturaleza» de
lo aprendido. La evolución de estos orientadores ayudará a las organizaciones a
comprender si hay fallos en el sistema de aprendizaje. En este sentido, apoyándonos en

37
las consideraciones de López et al. (2001), planteamos tres orientadores: el capital
ambiental humano, que será un capital humano consecuencia del aprendizaje individual
que se adquiere en la fase de aprendizaje ambiental; el capital ambiental estructural, es
decir, capital estructural consecuencia en gran parte del aprendizaje grupal y
organizativo que tiene lugar en la fase de distribución, y por último el capital ambiental
relacional, el cual representará el capital ambiental consecuencia de la utilización del
conocimiento comprendido en la memoria organizativa.
El objetivo fundamental de este capítulo es establecer aquellos factores culturales del
aprendizaje ambiental que posibilitan hacer operativo el modelo de aprendizaje
ambiental descrito en el capítulo anterior. Para ello, siguiendo las aportaciones de
DiBella y Nevis (1998), se han establecido dos grupos de factores: orientadores y
facilitadores. Para lograr el mencionado objetivo, el capítulo se estructura en cuatro
partes: en la primera se introduce al lector en el aprendizaje ambiental; en la segunda se
establece una relación causa-efecto entre los orientadores y los facilitadores culturales;
en la tercera se analiza el bloque de facilitadores, y por último, en la cuarta, son
desarrollados los elementos orientadores, dejando, como en todos los capítulos, las
últimas páginas para resumir los aspectos más relevantes tratados en él. Resaltamos que
no resulta un objetivo de este manual profundizar en el estudio de los orientadores, sino
más bien justificar la relación causa-efecto entre estos factores culturales, aunque, como
se verá, la nota común necesaria en ambos factores consiste en animar a los empleados
continuamente a dedicar todo el tiempo que sea preciso a escuchar y aprender sobre las
repercusiones que sus actuaciones ejercen en el medioambiente.

2.2. Aprendizaje ambiental

La creación de conocimiento ambiental no es un proceso del todo manipulable desde


la planificación o el control; por el contrario, generalmente es imprevisible. La
generación de conocimiento ambiental no es solamente una cuestión de procesar una
información subjetiva, sino que implica la posibilidad de asimilar con provecho las
tácitas y las a menudo muy subjetivas percepciones, intuiciones y corazonadas de los
agentes que interactúan. Se trata, en definitiva, de un proceso de evolución continua en
el que la motivación, la inspiración e incluso la casualidad desempeñan un papel muy
importante para crear conocimiento.
Desde el punto de vista del aprendizaje ambiental, el factor clave es el enfoque
humano y, dentro de él, el intercambio de conocimientos, dado que la organización
aprende del medioambiente, básicamente como consecuencia de la información que los
individuos obtienen en su trato con él. De hecho, el valor percibido por los agentes
deriva directamente de las actuaciones del personal interno en contacto con ellos, y la
continuidad de la relación con los agentes externos es consecuencia, en gran medida, de
la experiencia acumulada en los activos humanos de la organización.

38
Ahora bien, como se comentó más arriba, la información que el individuo obtiene de
los agentes externos es una cosa y el conocimiento ambiental que la organización sepa
sacar de ella es otra bien distinta. Por consiguiente, y dado que muchos de los
conocimientos de los individuos son de carácter tácito, es necesario impulsar su
conversión a conocimiento explícito elevando su formalidad. De esta manera, para que el
capital ambiental humano se convierta en capital ambiental relacional se requieren
ciertos mecanismos puestos a disposición del conocimiento que ayuden a crear,
combinar, agrupar e integrar los conocimientos que proceden de los distintos individuos
que conviven en la organización y, viceversa, la combinación y distribución de
conocimientos a lo largo de la red.
Sin perder de vista estas consideraciones, la figura 2.1 representa el proceso de
aprendizaje ambiental mediante el cual la organización transforma el conocimiento tácito
y explícito del cliente en conocimiento ambiental. Se trata de un proceso estructurado en
tres fases (adquisición, distribución y utilización del conocimiento), en las cuales se
recorren uno por uno, o en paralelo, los niveles de la clasificación de Nonaka y Konno
(1998) (socialización, externalización, combinación e internalización). A continuación
pasamos a concretar cada una de las fases.

FUENTE: Cegarra-Navarro, Sabater-Sánchez y Ruiz-Mercader (2003).

Figura 2.1.—Proceso de aprendizaje ambiental. (Descargar o imprimir)

2.2.1. Adquisición del conocimiento ambiental

39
Fruto del argumento que provee la teoría de la empresa basada en la idea de que una
gran proporción del conocimiento relevante se encuentra fuera de los límites
organizativos, surge el concepto de «capacidad de absorción» y la adquisición de
conocimiento externo. Las ideas centrales de las investigaciones que hemos recogido
anteriormente consisten en que las organizaciones deben adquirir continuamente
conocimiento procedente del exterior que expanda la base del que poseen en cada
momento la empresa. En este sentido, no resulta posible llevar a cabo un aprendizaje de
tipo exploratorio basándose, únicamente, en la recombinación del conocimiento actual
disponible en la organización.
A lo largo de la vida las personas acumulamos conocimiento ambiental desde
diferentes fuentes: de los diferentes centros de formación, de lecturas personales, de
amigos y familiares, de experiencias personales y por supuesto de los medios masivos de
comunicación. Desafortunadamente, una gran parte de estos conocimientos son
adquiridos a través de los medios masivos y la mayoría de las veces son elementales,
diversos e inconexos. Esto trae como resultado que se generen creencias y concepciones,
así como actitudes y conductas ambientales. Una estrategia habitual de las
organizaciones en la búsqueda de nuevo conocimiento es el de prueba y aprendizaje o
ensayo/error. Por medio de un proceso iterativo de pruebas, de cada una de las cuales se
va extrayendo conocimiento parcial, se va enfocando la investigación en el camino
correcto, hasta alcanzar el éxito.
A la hora de aprender sobre el medioambiente, deberíamos tener presente que muchas
empresas no disponen de los recursos necesarios y la experiencia de tratar con
investigaciones ambientales, y por ello deben confiar en fuentes de conocimiento
externas. Por otro lado, se considera necesario contar con un personal preocupado por
aprender conocimientos que afecten no solo al entorno empresarial, sino también al
social. Este rol, en las pequeñas y medianas empresas, lo debería ocupar el administrador
de conocimiento de la empresa 9 . Los elegidos para este puesto suelen ser miembros de
la alta dirección de la organización, y se requieren competencias que les permitan
motivar, liderar, sensibilizar, soportar presiones, fomentar relaciones interpersonales,
promover procesos creativos, irradiar confianza, negociar, prestar servicios, confiar en su
intuición y en la de los demás, entre otras.

2.2.2. Distribución del conocimiento ambiental

El término «distribución» se refiere al aprendizaje a través de procesos de mejoras


incrementales, basadas en los conocimientos existentes en una organización. Por su
parte, la distribución manifiesta el propósito de adquisición de un nuevo conocimiento.
En torno a esta definición, queda manifiesta la influencia externa en el éxito o no de las
adaptaciones y en la posibilidad misma de que estas sean un conocimiento ambiental
efectivo. En este sentido, el problema básico al que se enfrenta una organización consiste

40
en explotar lo suficiente como para garantizar la viabilidad actual y, al mismo tiempo,
dedicar suficientes esfuerzos a la distribución para asegurar que todos los miembros de
la empresa puedan aprender.
Siguiendo el razonamiento de algunos trabajos teóricos, como los de Benner y
Tushman (2003) o Lavie (2006), así como los resultados de trabajos empíricos, como los
de Jansen, Van Den Bosch y Volberda (2005) o Uotila, Maula, Keil y Zahra (2009), cabe
esperar que la adquisición de conocimiento externo, como mecanismo de exploración,
repercuta positivamente en la creación de nuevos conocimientos ambientales
desarrollados en la organización. Sin embargo, la mera exposición a fuentes externas de
conocimiento no es condición suficiente para que la empresa pueda utilizarlo. Por ello
surge la necesidad de difundir el conocimiento con posterioridad a su adquisición por
parte de los individuos, de que los miembros de la organización lo compartan en servicio
a la comunidad, apoyo al mundo del trabajo y protección al medioambiente.
En este proceso de distribución desempeña un papel vital la cultura de la organización
y su estructura organizativa. Académicos como Broadbent y Lofgren (1993) señalan que
la mejor manera de distribuir el conocimiento es elaborando canales informales
sustentados en la confianza y en la cooperación. En este sentido, el establecimiento de
grupos de investigación multidisciplinarios, donde se desborden las atribuciones
formales de los diferentes departamentos y áreas de conocimiento, se adapta bastante
bien a las recomendaciones de estos autores.

2.2.3. Utilización del conocimiento ambiental

Distintas personas expuestas a las fuentes de conocimiento comentadas en los


apartados anteriores no garantizarán los mismos beneficios, puesto que es necesario que
las organizaciones desarrollen su capacidad de absorción para poder internalizarlos y
utilizarlos de manera satisfactoria, esto es, «la habilidad de reconocer el valor de la
nueva información, asimilarla y aplicarla con fines comerciales». La utilización del
conocimiento ambiental, tanto en empresas como en productos, ayuda a cumplir una
normativa legal medioambiental nacional y local para preservar el medioambiente. Una
gestión de este tipo a lo que contribuye es a:

— Demostrar un buen comportamiento medioambiental, acorde con la legislación


vigente, mejorando la imagen y cuota de mercado.
— Proteger el medioambiente.
— Prevenir la contaminación.
— Reducir los costes medioambientales, mejorando la competitividad.
— Obtener reconocimiento en la relación con clientes y proveedores.

Los beneficios buscados por las organizaciones que aplican o están en proceso de

41
aplicación de las iniciativas ambientales son: ahorro de costes y mejora del control de
gestión, coincidencia con las expectativas de los clientes, demostrando así su
compromiso con la responsabilidad ambiental, un funcionamiento ambiental mejorado,
mantenerse por delante de la legislación y una mayor motivación de los empleados.
Estos beneficios implican claramente que las empresas desean prácticas ambientales
no solo para mostrar un certificado en la pared. Por ejemplo, a los operadores de hoteles
les gustaría animar a sus clientes a participar en sus programas para la reutilización de
toallas de baño. Aunque no solo de estos programas se beneficia al medioambiente, sino
que también permiten reducir los gastos de lavandería. Además, más allá de los ahorros
directos, un creciente segmento de consumidores recompensa a las empresas que
atienden a las cuestiones ambientales a través de sus prácticas de negocios.
Sin embargo, Sena y Dumke (2004) sugieren que las empresas que implementan
iniciativas ambientales no pueden saber con certeza si estos planes están diseñados para
ayudarles a alcanzar sus objetivos de negocio. Theyel (2000), por ejemplo, encontró que
las empresas no han sido capaces de mejorar su comportamiento medioambiental
conforme a lo esperado, principalmente debido a las diferencias entre los objetivos de la
organización y los objetivos de gestión ambiental.
Una posible explicación del diferente comportamiento de los dos objetivos (es decir,
los objetivos de la organización y los objetivos de gestión ambiental) puede relacionarse
con el hecho de que el conocimiento sobre el medioambiente creado por la organización
es una cosa y el conocimiento que esta utiliza es otra. El hecho de que cada compañía
esté aprendiendo de su entorno no significa que la organización en su conjunto pueda
mejorar, sobre todo porque nuestro entorno es a menudo más complejo que la percepción
que tenemos de él.

2.3. Relación causa-efecto factores del aprendizaje ambiental

Tal como se ha visto en el epígrafe anterior, la gestión del proceso de aprendizaje


ambiental se ha desarrollado siguiendo la metodología de Nevis et al. (1995). Para ello
se han estableciendo dos grupos de factores culturales (orientadores y facilitadores) que
ayudarán a procesar la información y a tomar decisiones rápidamente. Siguiendo las
aportaciones de Kaplan y Norton (1992), la figura siguiente descompone los orientadores
y facilitadores en indicadores y metas que sirvan de base a la organización acerca de
cómo está realizando el proceso de aprendizaje. Además, representa la relación causa-
efecto de los orientadores y facilitadores del aprendizaje ambiental desde la perspectiva
de los niveles de aprendizaje (individual, grupal y organizativo) desarrollados en las
fases de adquisición, distribución y utilización del proceso de aprendizaje ambiental.
Una vez descomponemos los orientadores y facilitadores en indicadores, nuestro
razonamiento sobre la relación causa-efecto se mueve a través de una perspectiva interna
«facilitadores» y otra externa «orientadores». La perspectiva interna consigue que el

42
conocimiento tácito y explícito de los niveles inferiores se socialice, sea de forma
articulada, sea de forma tácita mediante los procesos de extensión. Por su parte, la
perspectiva externa implica derivar cada facilitador en un orientador, es decir factores
clave que ayuden a internalizar el «capital ambiental relacional». La figura 2.2 muestra
este razonamiento.

FUENTE: Elaboración propia.

Figura 2.2.—Relación causa-efecto factores del aprendizaje ambiental. (Descargar o


imprimir)

En este orden de cosas, «el contexto de socialización» se refiere al conjunto de


elementos relacionados con el ambiente proporcionado por la organización para que
ocurran los deseados intercambios de visiones y opiniones que facilitan el aprendizaje
individual. En este contexto, se debe considerar que la asimilación de conocimiento en el

43
aprendizaje individual implica procesos internos a las personas tales como la reflexión,
la intuición o la interpretación, lo cual hace imprescindible la existencia de capital
humano ambiental. Por ejemplo, el compromiso ambiental a título individual es un paso
previo a transferir conocimiento ambiental, dado que una organización difícilmente
logrará reciclar sus productos o servicios si previamente sus trabajadores no han hecho
lo propio para cambiar.
Por otra parte, «la distribución del conocimiento» cumple dos misiones: en primer
lugar, transforma el conocimiento individual tácito en explícito; para ello, es
fundamental la creación y el funcionamiento de equipos de creación formal o informal
(comunidades de práctica) a través de los cuales las personas puedan compartir su know-
how; en segundo lugar, esta fase del proceso de aprendizaje considera que todo el
conocimiento relevante no siempre está englobado en los individuos que conforman la
organización; por ello, «la externalización y combinación» no solo facilitan el paso de lo
tácito a lo explícito, sino que además consideran necesaria la captación del conocimiento
existente en otros puntos de la organización y fuera de ella.
Para establecer las relaciones causa-efecto de esta segunda fase del proceso,
basándonos en las aportaciones de López et al. (2001), el capital estructural ambiental
(por ejemplo, rutinas y rumores) proporciona a la organización una referencia clara de
hacia dónde debe dirigir los esfuerzos. Son un conjunto de sistemas y mecanismos a
través de los cuales se consigue transmitir información y, al mismo tiempo, lograr
información relevante sobre las necesidades y deseos de las partes implicadas para
interpretarlos y actuar en consecuencia.
No obstante, en esta segunda fase del proceso el conocimiento adquirido y distribuido
otorgará ventajas competitivas a la organización solo si es percibido por los agentes
externos. Esta circunstancia implica una utilización del capital estructural ambiental por
los agentes internos, es decir, los conocimientos deben ser utilizados ya que eso
permitirá lograr un grado de diferenciación mayor, y esto a su vez ayudará a ampliar la
reputación e imagen de la empresa. Bajo este marco, una vez los agentes internos y
externos comparten el conocimiento, es necesario que la organización lo interiorice, lo
recontextualice y lo adapte a su operativa propia mediante procesos como la apropiación
y el adoctrinamiento. Con esta finalidad, la capacidad de absorción descrita en el
apartado anterior representa los factores culturales que garantizan la institucionalización
y el aprovechamiento de los conocimientos por parte de los individuos y de la
organización.
Según este modelo, la relación causa-efecto que proponemos para lograr adaptar el
conocimiento ambiental distribuido y aprendido a la operativa de la organización
requiere tiempo. Este aspecto también es recogido en la cuarta relación causa-efecto: la
relación con los resultados es en parte consecuencia de la capacidad de absorción de la
organización y de la utilización del conocimiento ambiental. Por consiguiente, tal como
muestran las flechas de la figura 2.2, existe un cierto lapso entre los orientadores y los

44
facilitadores, cuestión que tiene su razón de ser en que los valores mejorados del capital
humano y estructural deberían ser un indicador importante de las mejoras en el capital
formado por los conocimientos ambientales en la rentabilidad. Una vez establecidas las
relaciones causa-efecto, pasamos a estudiar de forma separada los orientadores y
facilitadores del proceso de aprendizaje ambiental.

2.4. Factores facilitadores del aprendizaje ambiental

2.4.1. Factores que facilitan la adquisición (socialización) del conocimiento


ambiental

El objetivo que se pretende alcanzar con la creación de un «contexto de socialización


o adquisición de conocimiento» es hacer que la organización se constituya como un
centro cuyos miembros interactúan con agentes externos libremente, facilitando que los
agentes internos (accionistas, trabajadores y directivos) puedan observar y valorar las
dificultades de aquellos en la gestión de recursos procedentes de acciones que
favorezcan el medioambiente. De esta forma, se facilitará en cualquier nivel de la
empresa que sus integrantes asuman responsabilidades, experimenten y aprendan a
esforzarse continuamente para adoptar nuevas prácticas y rutinas que respetan el
medioambiente.
Tal como planteábamos anteriormente, las herramientas culturales que incrementan la
capacidad individual de aprender vendrán determinadas por las experiencias
compartidas, ideas y valores que apoyan la creación del conocimiento en los individuos.
El contexto de adquisición de conocimiento viene condicionado por la estructura
organizacional, las fuentes de coordinación, la experiencia y los condicionantes de
comportamiento. Los elementos recogidos en la tabla 2.1 constituyen el contexto de
adquisición de conocimiento y son la base del modelo de aprendizaje ambiental, dado
que en realidad actúan en los tres niveles de aprendizaje; en el primer nivel tratarán de
que los trabajadores de la organización generen la confianza, la empatía y el coraje de
emprender acciones ambientales; en el segundo nivel facilitarán el proceso de
transferencia y distribución de conocimiento en la organización, y en el tercer nivel
facilitarán que cada trabajador comprenda mejor cuál es su rol para mejorar el valor
añadido en las acciones que favorezcan el medioambiente.

TABLA 2.1
Factores relacionados con el contexto de adquisición de conocimiento

• Claridad en la definición de la intención organizativa.


• Autonomía permitida.
• Uso del caos creativo.
• Figura de interfaz de comunicación con el exterior.

45
• Desarrollo de rutinas de cooperación con el exterior.

FUENTE: Elaboración propia.

Seguidamente, tomando como referencia la figura 2.2 y la tabla 2.1, pasamos a


desarrollar cada uno de estos elementos que integran el contexto de socialización o
adquisición de conocimiento.

Intención organizativa

La intención organizativa insiste en proporcionar una calidad y un servicio mejores


sabiendo lo que el crecimiento sostenible exige de la empresa. Por ello, de acuerdo con
Boiral (2002), en todos los niveles de la organización los empleados deben tener la
respuesta a las preguntas: ¿cómo mejorará nuestra proposición de valor esta decisión?,
¿cómo reaccionará la conservación del medioambiente?, ¿cómo reaccionarán los clientes
y los consumidores? En este sentido, la intención organizativa consiste en un diagnóstico
claro e inteligente de los elementos funcionales y disfunciones de la cultura existente que
permiten transmitir en toda la empresa la necesidad de tener en cuenta en cualquier
decisión al medioambiente.
Definir, de forma clara, la intención organizativa a los individuos que forman parte de
la empresa es un paso necesario para dirigir los esfuerzos de cambio o para mantener la
cultura existente. La formulación de la intención organizativa implica la definición clara
de los objetivos a los miembros de la empresa, circunstancia que fortalece el
compromiso de sus empleados, dirige sus esfuerzos en la dirección adecuada para esta y
proporciona un criterio importante para juzgar el valor de la información o el
conocimiento percibido o creado.

Autonomía permitida

Desde el punto de vista del aprendizaje ambiental, el poder de tomar decisiones recae
en el trabajador, que es el poseedor de la mayor parte de los conocimientos de la
organización y del medioambiente. Por ello, los miembros de la organización deben
tener permitido trabajar autónomamente, dado que esto incrementará la probabilidad de
aparición de oportunidades inesperadas. Al mismo tiempo, esta circunstancia también
incrementará la probabilidad de que los individuos se automotiven hacia la creación de
nuevo conocimiento ambiental.
Se precisa, pues, un completo compromiso por parte de todos los grupos implicados
con esta idea, la dirección que delega autoridad y los miembros de la organización que
asumen responsabilidad. Así, se exige, de un lado, la aceptación de una pérdida de poder
del directivo y, de otro, que el individuo sea capaz de aceptar trabajos más creativos y

46
que repercutan en una mejor relación de la empresa con el medioambiente, así como que
asuman los retos y la responsabilidad que se les demandan para compartir tanto el éxito
como el fracaso del proyecto o la gestión ambiental de la organización.

Caos creativo

El siguiente factor del contexto de adquisición de conocimiento hace referencia al uso


intencionado del caos creativo, consistente en crear situaciones voluntarias de caos.
Cuando una organización se enfrenta a un problema ambiental real (ejemplo, demanda
de los clientes de productos ecológicos), se dice que entra en situación de caos. Ante el
caos se incrementa la tensión de la organización y se enfocan todos los esfuerzos de sus
miembros hacia la definición y resolución del problema. En este sentido, compartir
información de diferentes áreas de la organización promueve la solución de los
problemas, dado que los individuos se encuentran más capacitados para entender lo que
otros están intentando explicar. La rotación del personal es la forma más extendida en la
cultura occidental para que los individuos de diferentes áreas de la organización se
enfrenten a problemas nuevos. Esta circunstancia también acelera el aprendizaje al dar
lugar al «aprendizaje por intrusión». En esta línea, planteamos que una buena práctica
para lograr los fines que se comentaban anteriormente sería exigir a los altos directivos
que dediquen un día al mes a estar con un cliente o minorista (preocupado por la
repercusión ambiental de la empresa); de esta manera se fomentaría la identificación de
problemas y se estaría al día de la verdadera economía sostenible de la empresa.

Interfaz de comunicación con el exterior

La información sobre el medioambiente es tan compleja y se encuentra tan dispersa


que resulta imposible que una sola organización posea todo este conocimiento. De
acuerdo con Sirmon et al. (2007), y tal como se recoge anteriormente, la capacidad de
aprendizaje de una organización depende en gran medida del sistema de comunicación
exterior que posea. En este sentido, un sistema de comunicación más o menos
estructurado deberá ir unido a la adquisición de destrezas o habilidades en el exterior de
la organización. Una parte importante de la interfaz de comunicación con el exterior es la
tolerancia al fallo bien intencionado. Dado que el proceso de aprendizaje requiere
prácticas de «ensayo y error» hasta lograr un producto o mejorar el proceso final, resulta
vital que en la empresa se reconozca explícitamente la importancia de la
experimentación y la existencia de la tolerancia ante el fallo.
En el modelo de aprendizaje ambiental presentado anteriormente, las organizaciones
pueden aprender más de un análisis de los errores realizado a conciencia que de los
éxitos en las prácticas y rutinas que respetan el medioambiente. Un fracaso en una

47
organización orientada al medioambiente es considerado una oportunidad para descubrir
y eliminar los errores, y, si el análisis se hace a tiempo, podrán enmendarse sin sufrir
demasiados daños. Por otra parte, resultan vitales en la interfaz de comunicación con el
exterior las prácticas de «ensayo y error» hasta lograr un producto o mejorar el proceso
final. De acuerdo con Boiral (2002), una manera de considerar la experimentación en el
proceso de creación del conocimiento ambiental consistiría en que los directivos salieran
a entrevistar a las asociaciones ecologistas para averiguar por qué determinadas prácticas
se han implementado en la competencia y qué podrían hacer para adoptar rutinas o
prácticas similares que permitan un crecimiento sostenible de la empresa.

Desarrollo de rutinas de cooperación con el exterior

Una manera de lograr fomentar la interfaz de comunicación con el exterior radica en


las alianzas organizativas, ya que resultan importantes para captar conocimiento externo
en la empresa, pues, de acuerdo con Sirmon et al. (2007), son una herramienta que
resulta menos cara y arriesgada para generar conocimiento procedente del exterior de la
propia organización. No obstante, el reto empresarial debe girar en torno al desarrollo de
rutinas de cooperación que puedan ser compartidas por toda la organización, de manera
que permitan transferir lecciones aprendidas, fruto de la colaboración en un proyecto
concreto, a otros posteriores. En este orden de cosas, es necesario contar con un sistema
de información integrado que facilite la localización de la información ambiental para
toda la organización. Al facilitar el acceso rápido a toda la información relevante de la
organización, sus miembros demostrarán mayor flexibilidad y rapidez ante contingencias
inesperadas. Por otra parte, el esfuerzo de los miembros de la organización por actualizar
y aprender sus prácticas y conocimientos ambientales se debe premiar de forma justa y
equitativa. De acuerdo con Boiral (2002), los sistemas de incentivos relacionados con el
grado de colaboración de las personas, con aprender nuevas habilidades y prácticas
ambientales actuarán como un factor relevante para lograr el deseado conocimiento
ambiental.

2.4.2. Factores que facilitan la distribución (externalización y combinación) del


conocimiento ambiental

Lo que se pretende lograr con la creación de un «contexto de externalización y


combinación» es posibilitar la distribución de conocimiento sobre las mejoras
incrementales basadas en los conocimientos ambientales adquiridos en la fase anterior.
Para ello las organizaciones deberán proporcionar un contexto en el cual los individuos
puedan interactuar unos con otros a través del diálogo. Este diálogo puede implicar
discusiones considerables, pero es precisamente el conflicto el que empuja a las personas

48
a cuestionar las premisas existentes y a sentir su experiencia de una forma nueva. Es
decir, a través de los procesos de externalización y combinación entre las personas se
llegará a un entendimiento común sobre un tópico particular, creándose una mente
compartida de equipo sobre las consecuencias de una buena gestión ambiental. En este
sentido, el objetivo que se propone la organización mediante los procesos de
externalización y combinación consiste en explorar lo suficiente el conocimiento
ambiental como para garantizar la viabilidad actual y, al mismo tiempo, incrementarla en
la medida en que sea posible.
Tras la fase de adquisición de conocimiento ambiental se obtendrá un conocimiento
sobre el medioambiente de carácter individual. Por ello es necesario fomentar su
conversión en conocimiento ambiental social y colectivo. Sin embargo, la creación de la
mente compartida de equipo no puede surgir en la organización como un todo, dado que,
evidentemente, no se podrá dar interacción con intimidad (diálogo y discusión)
simultáneamente entre todas las personas que conforman la empresa. En esta línea, para
facilitar la externalización y combinación del conocimiento ambiental existente entre los
miembros del grupo será necesaria la existencia de grupos o equipos (formales o
informales pero pequeños en comparación con el gran grupo que vendría a ser la
organización entera) a través de los cuales las personas puedan compartir su know-how y
sentido del hacer. A este respecto, la tabla 2.2 recoge los facilitadores que contribuyen a
la externalización y combinación del conocimiento ambiental, también denominada
distribución de conocimiento.

TABLA 2.2
Factores relacionados con el contexto de distribución de conocimiento

• Heterogeneidad y polivalencia entre los miembros del equipo.


• Grupos temporales.
• Lenguaje común.
• Equipos autoorganizados e informales.
• Rotación de personal.
• Compartir información de diferentes áreas.
• Sistemas de información integrados.
• Tolerancia al fallo.

FUENTE: Elaboración propia.

Tomando como referencia la figura anterior y la tabla que acabamos de recoger,


pasamos a desarrollar cada uno de estos elementos que integran el contexto de
externalización y combinación o distribución de conocimiento.

Heterogeneidad y polivalencia entre los miembros del equipo

49
La función de los equipos de trabajo y las comunidades de prácticas, según
diferenciemos su carácter formal o informal, será desarrollar un entendimiento
compartido de lo que se hace, de cómo hacerlo y de cómo relacionarlo con otras
prácticas. Serán un paso intermedio entre el conocimiento individual y el conocimiento
organizativo, fruto de la combinación del conocimiento de todas las comunidades. Para
lograr este proceso, la heterogeneidad y la polivalencia entre los miembros del equipo
son factores muy importantes, pues implican que los miembros del equipo realizan
distintas actividades, lo que influye positivamente en su capacidad para aprender
conceptos nuevos. Así, algunos autores que han trabajo este tema mencionan que «la
heterogeneidad de los miembros del equipo en términos de habilidades y experiencias
también tiene un efecto positivo sobre el aprendizaje grupal». El efecto positivo que
ejerce este factor en la distribución de conocimiento ambiental se justifica por el hecho
de que los miembros del equipo, al desempeñar funciones y tareas distintas, tienen
mayor nivel de comunicación con el resto, integran más conocimientos, experiencias e
información e intercambian su conocimiento tácito y explícito con los demás.
Algunos autores sugieren que si los miembros del equipo son a su vez polivalentes,
pueden realizar las tareas de los otros y aumentar la eficacia al poder intercambiarse
según surja la necesidad, lo que además implica que aprenderán más conocimientos
ambientales al desempeñar el trabajo de los demás. Según estas aportaciones,
planteamos que el grupo de trabajo orientado a la solución de cuestiones ambientales
deberá estar formado por personas con diferente background (cultural, experiencia,
disciplinas de formación, estilos cognitivos preferidos), de manera que se logre una
cacofonía de perspectivas ante cualquier nueva situación. Esta variedad de perspectivas
fomentará la abrasión creativa, es decir, el conflicto intelectual entre diversos puntos de
vista, produciendo una «energía» que es canalizada en nuevas ideas y productos.

Grupos temporales

Hay un aspecto del proceso de grupo que puede repercutir negativamente en la toma
de decisiones. Janis lo llama «mente de grupo» (groupthink) o tendencia de los
miembros de los grupos de alta cohesión a perder sus potencialidades evaluativas
críticas. Él cree que las presiones hacia la conformidad en los equipos muy cohesionados
obligan a sus miembros a autocensurar sus propios puntos de vista y a no querer criticar
los puntos de vista de los demás. El deseo de que el grupo se mantenga unido es más
importante que la calidad de las decisiones. Para evitar desacuerdos desagradables, se
enfatizan los puntos de encuentro interpersonal y se minimiza la necesaria búsqueda de
alternativas realistas y válidas. El resultado es la toma de decisiones pobremente
ponderada.
Tomando en consideración las aportaciones de algunos autores expertos en la
materia, si el objetivo último de la creación de comunidades de práctica como sedes de

50
los proyectos de difusión de conocimiento es el desarrollo de una red global de
conocimiento en la empresa, el carácter temporal de los equipos formados es un factor
importante, especialmente a largo plazo, ya que evitará la creación de groupthink. Janis
(1982) sugiere una serie de líneas de actuación que, en especial, el coordinador de la
comunidad debería tener en cuenta para contrarrestar los posibles efectos negativos del
groupthink: pedir a cada miembro que sea un evaluador crítico, crear subgrupos con
diferentes líderes que trabajen sobre un mismo problema, invitar a expertos externos a
observar e intervenir en las discusiones del equipo, tener un miembro diferente en cada
reunión que actúe de «abogado del diablo», mantener otra reunión, tras haber tomado
una decisión, que sirva de «segunda oportunidad», etc.

Lenguaje común

Al mismo tiempo, y a pesar de resultar paradójico al intentar simultanearlo con el


factor anterior, para trabajar con el conocimiento, especialmente cuando es de carácter
tácito, resulta deseable cierta permanencia de las relaciones que permita el uso de un
lenguaje común entre los miembros de un grupo, sobre todo para poder articular señales
e intuiciones. De hecho, si una organización realizase análisis de contenido tras examinar
una muestra de informes, memorándum, e-mails para comprobar qué palabras se
emplean para describir las políticas de gestión ambiental, descubriría que uno de los
términos menos utilizado es «medioambiental»; además, es probable que cada una de las
divisiones haya desarrollado su propio vocabulario. Esta diferente terminología impide
que los empleados vean los problemas ambientales como consecuencias directas de sus
actuaciones. Todo lo contrario, los problemas ambientales son reducidos a contratos en
papel, archivos digitalizados y obligaciones más que a oportunidades.
La organización en donde ocurran estos hechos tendrá graves problemas a la hora de
desarrollar estrategias coordinadas para sus problemas ambientales, puesto que no habrá
manera de seguir la pista de un mismo problema ambiental dentro de la organización. El
lenguaje común dentro de la comunidad práctica o grupo de trabajo se puede definir
como el proceso interpersonal consistente en enviar y recibir símbolos con significado,
que permite a los miembros del equipo interactuar mutuamente para obtener y compartir
la información necesaria para la realización de sus tareas. En los equipos de trabajo
donde existe lenguaje común se produce una comunicación más eficaz entre los
miembros, hay mayor coordinación y esfuerzo, así como mayor confianza mutua. Para
lograr un lenguaje común, la organización podrá hacer uso de herramientas como la
permanencia del empleo. Asimismo, a la hora de constituir las comunidades de práctica
se deberá tener en cuenta que sus miembros se conozcan, e incluso que hayan mantenido
durante períodos de tiempo una interacción intensiva en el trabajo.

51
Equipos autoorganizados e informales

La autodirección, tanto respecto a la autonomía de grupo como sobre la autonomía en


el trabajo individual, es un aspecto central en muchas de las definiciones de los equipos
de trabajo efectivos, así como objeto de muchas investigaciones. En este sentido, la
participación de los trabajadores se puede distinguir por el grado en que a todos sus
miembros se les permite intervenir en las decisiones.
La autodirección y la participación contribuyen a aumentar la eficacia de la
comunidad de prácticas, aumentando en sus miembros el sentido de responsabilidad y
propiedad respecto al trabajo realizado. Estas variables también pueden mejorar la
creación de nuevas ideas ambientales y la transferencia de conocimientos ambientales.
Las decisiones que se toman en grupo pueden tener un importante impacto sobre la
eficacia del equipo. Finalmente, la importancia de la autonomía permitida en la empresa
para favorecer los procesos de creación, transferencia e integración de conocimiento
indica la preferencia por la constitución de comunidades de manera informal, tratándose
de equipos autoorganizados.

Rotación de personal

La heterogeneidad de los miembros del equipo en términos de habilidades y


experiencias también se ha detectado que tiene un efecto positivo sobre el desempeño.
Esto es especialmente reseñable cuando las tareas asignadas al equipo son variadas,
porque se necesita un amplio elenco de competencias. La rotación de personal dentro de
los equipos de trabajo puede contribuir a aumentar la eficacia porque los miembros
pueden aprender los unos de los otros. La rotación de personal es la forma más extendida
en la cultura occidental para que los individuos de diferentes áreas de la organización se
enfrenten a nuevos problemas.
La rotación de personal es una política que cada vez desarrollan más las
organizaciones debido a la inestabilidad de la producción y a las políticas de reducción
de costes, las cuales permiten adaptarse mejor a los cambios. El aprendizaje ambiental
está relacionado con la rotación de personal debido a que un sujeto nuevo dentro de un
grupo establecido tiene la mente más abierta a escuchar y comunicar sus expectativas
ambientales. Asimismo, tendrá mayor capacidad de respuesta ante problemas y para
asumir más riesgos. Siempre que la rotación sea paulatina, la incorporación de nuevos
sujetos facilita la adquisición de nuevo conocimiento ambiental, formas de trabajo y
procesos de aprendizaje.

Compartir información de diferentes áreas

La creciente necesidad de las organizaciones ante una sociedad altamente cambiante

52
surge al crear, diseñar y fabricar servicios y productos nuevos y con medidas de calidad
y protección, y requiere unir muchas áreas de conocimiento especializadas, por lo que
resulta deseable que el grupo de trabajo lo formen personas de distintas procedencias
funcionales de la empresa, e incluso externas a ella, como pueden ser los clientes y
proveedores. Por todo ello, y considerando que la aplicación del conocimiento para la
producción de bienes y la prestación de servicios requiere unir muchas áreas de
conocimiento especializadas, también resulta deseable que los grupos de trabajo se
constituyan con personas procedentes de distintas áreas funcionales de la organización.
De esta forma, sus integrantes serán más polivalentes a la hora de realizar diferentes
tareas. Además, si los miembros del equipo pueden realizar las tareas de los demás, la
eficacia aumenta porque ellos pueden intercambiarse en función de las necesidades.
Por otra parte, al participar personas de distintas procedencias funcionales se facilitará
el control de los proyectos de innovación ambiental, desde su diseño hasta su
implantación. Además estos colectivos tienen otras utilidades, como la resolución de
problemas y la participación en alianzas estratégicas. A este respecto, algunos autores
coinciden al establecer que las principales ventajas que aportan los grupos formados por
personas de diferentes áreas temporales son: 1) amplían la posibilidad de intercambiar
información y juicios que clarifican la estructura del problema; 2) reducen el nivel de
incertidumbre; 3) fomentan la creación de sinergias intelectuales, y 4) aumentan la
capacidad analítica de sus miembros y la calidad del proceso de toma de decisiones. Por
todo ello, planteamos que, al participar personas de distintas procedencias funcionales en
los grupos formados para tratar problemas ambientales, se fomentarán la creatividad y el
conflicto intelectual entre diversos puntos de vista, generándose así nuevas ideas.

Sistemas de información integrados

Este factor para la distribución del conocimiento ambiental es fundamental, puesto


que las tecnologías de la información permiten generar, acceder, transferir, compartir y
codificar conocimiento e información, almacenar ambos, mejorar la comunicación y
colaboración, la experimentación y el aprendizaje continuo. Además, favorecen la
realización de la espiral de conversión del conocimiento ambiental que vimos en el
epígrafe anterior, al transformar el conocimiento tácito en explícito, lo que facilita su
creación y transferencia siempre que el contexto social favorezca estas actividades,
porque, de no ser así, estas herramientas no son efectivas.
A pesar de las ventajas anteriores, los sistemas de información no pueden procesar el
conocimiento ambiental tácito debido a que está profundamente arraigado en la acción
del individuo, sus experiencias, ideales, valores o sentimientos. Es por ello por lo que
Scott (1998) afirma que se «necesita precisar con más detalle la naturaleza de las
tecnologías de la información aplicables al conocimiento implícito». En este sentido,
estudios como el realizado por algunos autores ponen de manifiesto que las empresas

53
están llevando a cabo la implantación de herramientas tecnológicas de Data
Warehouse 10 , depósitos de conocimiento o mapas de fuentes de experiencia interna,
para poner en práctica el mantenimiento de una inteligencia y memoria compartidas en
la empresa. Así, por ejemplo, una cadena hotelera podrá dar a conocer a sus empleados
su política ambiental a través de la intranet de la organización; de este modo se
distribuirá el conocimiento ambiental a los empleados y directivos de cualquier hotel del
grupo que tengan acceso a la intranet organizacional.

Tolerancia al fallo

Tal como hemos comentado anteriormente, otro factor crucial para el desarrollo
óptimo del aprendizaje ambiental en las organizaciones es la tolerancia al fallo. Los
directivos deben promover una cultura cuyos valores básicos fomenten la comunicación,
la tolerancia al fallo bien intencionado y la experimentación. Un motivo por el que es
fundamental que exista tolerancia al fallo es porque, al posibilitar el fallo bien
intencionado, se puede verificar que la información que se traspasa es o no adecuada
para un contexto determinado; una postura flexible por parte de la dirección de la
organización permitirá que los empleados rectifiquen o adapten los conocimientos
ambientales no válidos y continúen motivados para seguir distribuyendo el conocimiento
ambiental en la empresa.
La tolerancia al fallo bien intencionado también ayuda a la organización a la
búsqueda de nuevas oportunidades. Al no penalizar el fallo, se posibilita que los agentes
internos de una organización pasen del conocimiento superficial de una nueva práctica a
su comprensión profunda, integrándola en su esquema cognitivo particular y
desarrollando nuevos comportamientos ambientales adecuados a los objetivos de la
organización. Teniendo en cuenta estas aportaciones, planteamos que los directivos,
mediante este factor de tolerancia al fallo, ayudan a liderar el proceso de cambio y
eliminar las viejas creencias y modelos mentales, dando paso a la distribución efectiva
del conocimiento ambiental.

2.4.3. Factores que facilitan la utilización (internalización) del conocimiento


ambiental

Como vimos anteriormente, la institucionalización del conocimiento ambiental irá


más allá del almacenamiento y manipulación de datos, y se puede definir como el
conjunto de mecanismos mediante los cuales la organización conserva la información
adquirida por los trabajadores y los propios agentes externos para posteriormente
integrarla en conocimientos, habilidades y actitudes que añadan y generen valor en las
relaciones con el medioambiente. La utilización (internalización) del conocimiento

54
ambiental supondrá la puesta en práctica de los nuevos conocimientos ambientales, que
se incorporarán a los procedimientos, rutinas, políticas y protocolos de los miembros de
la organización.
Hasta ahora la organización ha adquirido y distribuido conocimiento ambiental, y
antes ya hemos visto los factores que facilitan la adquisición y transmisión de
conocimiento. En este epígrafe se desarrollan los factores que facilitan la interiorización
y uso del conocimiento adquirido en las fases anteriores. A partir de esta fase, es lógico
pensar que comience un nuevo ciclo de aprendizaje ambiental y se facilita que en las
fases de adquisición y distribución también se adquiera nuevo conocimiento. Con la
finalizad de recoger los factores que facilitan la utilización de conocimiento, hemos
elaborado la tabla 2.3.
Tomando como referencia la anterior figura y la tabla 2.3, pasamos a desarrollar cada
uno de estos factores que integran el contexto de internalización, también conocido
como utilización de conocimiento.

TABLA 2.3
Factores relacionados con el contexto de utilización de conocimiento

• Primacía de la comunicación lateral.


• Coordinación interna basada en la confianza.
• Papel de la dirección.
• Estrategias sociales.
• Creación de una base de conocimientos relacionados.
• Infraestructura de tecnologías de la información.
• Experimentación previa.
• Alianzas interorganizativas.
• Reconocimiento de oportunidades de modo proactivo.

FUENTE: Elaboración propia.

Primacía de la comunicación lateral

Este factor en el contexto de utilización de conocimiento ambiental es recomendable


en el desarrollo del aprendizaje ambiental, pues este proceso de comunicación lateral
facilita la transmisión de información, algunas de las actividades del aprendizaje, como
la captación, y la difusión e integración del conocimiento en la organización. Esta
comunicación lateral obliga a ajustarse a la variedad y complejidad que muestra el
entorno, de modo que los distintos conocimientos ambientales y perspectivas de los
miembros de la organización facilitan la puesta en común de conocimientos ambientales
y se posibilita su posterior utilización.

55
Coordinación interna basada en la confianza

La coordinación interna basada en la confianza hará que se impulsen la transferencia


y la utilización de conocimiento ambiental, dando como resultado entendimientos y
sistemas interactivos compartidos y ajustes mutuos. Siguiendo en la misma línea, y
teniendo en cuenta que la clave para la creación de conocimiento organizativo es tejerlo
todo junto, el mecanismo de coordinación dominante en la empresa deberá estar
fundamentado en la confianza, pudiéndose calificar de un modo de coordinación
voluntario por parte de los propios miembros de la organización. Así, la utilización de
mecanismos de coordinación que se basen en la confianza mutua, especialmente en las
comunidades de práctica, representa la situación más deseable para favorecer la
capacidad de absorción del nuevo conocimiento.
En este orden de cosas, tal como veremos seguidamente, las señales que los altos
directivos envían en las reuniones, la manera de ocupar su tiempo y las cuestiones que
formulan en las sesiones para revisar una estrategia son pistas mucho más poderosas
sobre la cultura verdadera que sus eslóganes o exhortaciones. Para conseguir una
transformación importante en la cultura es necesario que haya un cambio visible en la
actitud y prioridades de la alta directiva. Los directivos deben transmitir a toda la
organización, y en especial a los encargados de las relaciones con los agentes externos,
que lo más probable es que vayan a vivir juntos en este planeta (comunidad) con los
mismos recursos naturales durante muchos años, y que lo mejor es que los conozcan a
fondo y se comprometan con ellos. Por ello, en la utilización del conocimiento ambiental
influye el nivel de confianza y libertad de sus miembros para satisfacer sus propias
necesidades y aspiraciones.

Papel de la dirección

El papel de la dirección también se puede considerar un factor clave en la utilización


del conocimiento, porque si la dirección no fomenta, anima e incluso incentiva la
internalización del conocimiento ambiental en la organización por parte de los
individuos, esta será muy difícil de conseguir. Cuanta mayor libertad permita, más
novedades e ideas se podrán crear, lo que derivará en un aumento de la motivación.
Todo ello repercutirá en un mayor grado de utilización del conocimiento ambiental y de
la transferencia e integración de conocimiento.
Sin embargo, el papel que debe desempeñar la alta dirección deberá ser ejercido de
una manera bastante indirecta, es decir, con una visión de desarrollo a largo plazo en
cuanto a productos finales y una consideración de las competencias internas de la
organización como herramientas integradoras más importantes. Esto implica que: a) la
alta dirección debe conocer la sustancia del negocio y no solo sus resultados financieros
u otros términos igualmente abstractos; b) debe promover la construcción de una

56
infraestructura para la comunicación interpersonal y técnica, proveyendo a la empresa de
un ambiente que haga que emerja el conocimiento libremente, y c) debe proteger la
existencia de una estructura descentralizada por ser esta la más apropiada para promover
y proteger la inversión en nuevo conocimiento. Basándose en los mencionados criterios,
la estructura más apropiada para trabajar con recursos de conocimiento no ocurrirá por sí
sola.

Estrategias sociales

El conocimiento se mueve de manera diferente en el seno de las comunidades que


entre ellas mismas. Dentro de las comunidades, el conocimiento está continuamente
inmerso en la práctica y de esta manera circula libremente. Los miembros de una
comunidad comparten implícitamente un sentir (o mente) que soporta la propagación del
conocimiento. Sin esta mente compartida, la comunidad se desintegra. No obstante, entre
comunidades donde por definición las prácticas no son compartidas, existen divisiones
entre el conocimiento tácito inmerso en la práctica y el conocimiento que circula. Las
distintas comunidades de práctica tienen estándares, ideas de lo que es significativo,
prioridades y criterios de evaluación diferentes. La organización solo será eficiente
cuando logre la coherencia colectiva entre comunidades de práctica, siendo así las
relaciones entre estas una característica organizativa crítica que demanda una importante
inversión por parte de la empresa.
Existen una serie de estrategias sociales que, poniéndolas en práctica, hacen más fácil
la propagación de conocimiento entre las distintas comunidades que conforman la
organización. Las estrategias sociales más destacadas las podemos clasificar en tres
grupos: 1) aquellas desarrolladas sobre la base de elementos externos a las comunidades
de práctica o incluso a las propias empresas, como son traductores, catalizadores,
equipos de benchmarking y agentes de conocimiento; 2) aquellas desarrolladas tomando
en consideración elementos que pertenecen a alguna comunidad de práctica de la
empresa, como son los agentes y los equipos de mejores prácticas, y 3) aquellas
desarrolladas conforme a elementos que no son personas, tales como los objetos frontera,
que hacen que las distintas comunidades de práctica se relacionen.
De lo anterior se desprende que las estrategias sociales entre comunidades actúan
como objetos frontera. Estos son otra forma de forjar las alianzas coordinadas entre las
comunidades, llevándolas intencionadamente o no a negociar. Son objetos de interés
para cada comunidad, pero vistos y usados de manera diferente por cada una de ellas.
Pueden ser objetos físicos, tecnologías o técnicas compartidas por las comunidades. A
través de ellos una comunidad puede entender lo que tiene en común o lo que tiene
diferente respecto a otra comunidad en cuanto a gestión ambiental se refiere. No
solamente ayudan a comprender las actitudes de otras comunidades, sino que también
pueden llevar a la reflexión de la propia comunidad. Por ejemplo, los planos de

57
arquitectura de un hotel son una frontera común entre arquitectos, contratistas,
ingenieros, planificadores urbanísticos, estimadores de costes, suministradores y clientes.

Creación de una base de conocimientos relacionados

El factor de creación de una base de conocimientos ambientales relacionados, para


Wexler (2001), sirve para captar e integrar conocimiento ambiental explícito dentro de
una organización y entre una organización y su ámbito externo. Las bases de
conocimientos relacionados se consideran instrumentos muy útiles para el aprendizaje
ambiental organizativo debido a que ponen a disposición de los agentes un espacio
común donde compartir conocimientos ambientales, tácitos y explícitos. Estas facilitan
la movilidad y transferencia del conocimiento ambiental, y muy especialmente el
conocimiento ambiental de carácter tácito, lo que fomenta su máximo provecho,
absorción y asimilación por todos los usuarios. Además de acceder y conocer mejor la
base cognitiva propia, se conectan unidades productivas geográficamente separadas. Tal
proceso implica dar significado práctico a los conocimientos ambientales que se han
adquirido para que puedan ser útiles en el contexto específico de la acción y aprender
eficientemente. En nuestro caso, una base efectiva de conocimiento ambiental
relacionado ayudará a identificar y socializar la participación de nuevos socios, así como
a anticipar las amenazas y oportunidades.

Infraestructura de tecnologías de la información

Una tarea importante que debe tener en cuenta la tecnología es lograr la forma de
compaginar lo local, informalmente encontrado dentro de las comunidades, con los
niveles de expliciticidad y formalidad que a menudo se demanda entre comunidades. Las
demandas de formalidad de las tecnologías pueden impedir relaciones informales más
productivas. Por tanto, las tecnologías deberán incluir diferentes grados de formalidad y
confianza. La tecnología para soportar la propagación de nuevo conocimiento necesitará
ser capaz de dar no tanto con el alcance involucrado en el reparto de recursos como con
la reciprocidad inherente en la práctica compartida. La habilidad para soportar
negociación implícita, multidireccional y compleja cada vez resulta más importante. Sin
embargo, toda infraestructura de tecnología de la información debe ser combinada, en
mayor o menor medida, con una gestión adecuada de recursos humanos, con una cultura
organizativa efectiva y con un liderazgo responsable que proporcione a la organización
la dirección y la motivación para su competitividad.
La infraestructura de tecnologías de la información es una herramienta a través de la
cual el conocimiento ambiental puede viajar, se puede descubrir y se puede analizar en el
interior y exterior de la organización. Conforme la organización se enfrenta a la

58
necesidad de utilizar la información ambiental disponible, la dirección necesita crear y
gestionar una infraestructura que fomente, apoye y haga posible que cualquier relación
tenga lugar. Por ello, dichas herramientas no solamente deben estar disponibles a todos
los niveles de la organización, sino que también se deben adaptar al contexto ambiental,
facilitando la accesibilidad y comprensión de la información en diferentes entornos y por
diferentes agentes.

Experimentación previa

Tal como se postulaba en el apartado anterior, la experimentación es una de las claves


para que las empresas inteligentes sobrevivan en este entorno tan complicado. La
experimentación está provocada por la búsqueda de nuevas oportunidades más que por la
existencia de dificultades, y trata de pasar del conocimiento superficial a la comprensión
profunda.
En el caso que nos afecta, generar la norma en los empleados de inspeccionar o
probar los productos o servicios antes de su entrega generará un cambio de actitud previo
que permitirá saber cómo están hechas las cosas y conocer por qué se hacen así. De este
modo se aprovecharán los fallos productivos para aprender mediante el desarrollo de
casos de estudio y la tolerancia al fallo. Por eso la experimentación previa antes de la
utilización del conocimiento ambiental facilitará nuevas ideas y sugerencias, que, a su
vez, gracias al compromiso compartido y la confianza mutua, permitirán dar valor
adicional al nuevo conocimiento ambiental.

Alianzas interorganizativas

Las organizaciones en red se han convertido en una de las principales alternativas a la


todavía hoy dominante forma burocrática de organización. La organización en red
constituye uno de los conceptos básicos en torno a los cuales pueden formularse las
empresas del futuro. Salvando el problema de aumento de información no necesaria,
autores tales como Zárraga (2000) ponen de manifiesto que, para la difusión del
conocimiento, aprendizaje y el desarrollo tecnológico, las alianzas interorganizativas son
críticas. Estando demostrado que simplemente compartir conocimiento
interorganizativamente es una clave de éxito, las mencionadas alianzas podrán
constituirse como relaciones contractuales formales (mayor burocracia) o relaciones
informales. Mediante estas relaciones se podría reconocer el valor de la gestión
ambiental, así como aprender de la experiencia de otras organizaciones en los procesos
de gestión ambientales.
Un ejemplo de las alianzas interorganizativas lo encontramos en las medidas y las
nuevas legislaciones ambientales. La mejor forma de reconocer oportunidades

59
relacionadas con imposiciones ambientales será considerar alianzas interorganizativas
para crear competencias distintivas.

Reconocer oportunidades de modo proactivo

Es necesario tener en cuenta que, para que la capacidad de absorción suponga una
ventaja competitiva a la organización, es importante prestar atención a la fase de
reactivación y síntesis del conocimiento mantenido en el momento en que va a ser
reutilizado. De acuerdo con Zárraga (2000), la reactivación es la habilidad de la empresa
para emparejar vectores de conocimiento en los momentos apropiados. Conlleva la
interrelación del reconocimiento de la oportunidad de negocio, la reactivación del
conocimiento mantenido y el emparejamiento del conocimiento reactivado con otros
vectores de conocimiento para explotar nuevas oportunidades de negocio.
Con la finalidad de prestar especial atención al reconocimiento de las oportunidades
de negocio, se pueden destacar dos modos genéricos de actuación: a) reactivo: un
problema es el desencadenante, o b) proactivo: la empresa explora las actividades que
pueden llevar a desencadenantes. Desde el punto de vista del aprendizaje, lo deseable es
el modo proactivo que implica que existen mecanismos para incentivar la habilidad de la
empresa para explotar nuevas ideas y oportunidades de negocio y generar y reconocer
oportunidades: monitores corporativos, ejercicios de «lluvia de ideas», seminarios,
servicios de información, participación en comités de tareas clave de negocio, etc.

2.5. Factores orientadores del aprendizaje ambiental

Los antecedentes en el estudio de orientadores del aprendizaje ambiental deben


buscarse en las investigaciones previas realizadas en la disciplina de gestión ambiental.
En este sentido, se denomina gestión ambiental o gestión del medioambiente al conjunto
de diligencias conducentes al manejo integral del sistema ambiental. Dicho de otro
modo, e incluyendo el concepto de desarrollo sostenible, es la estrategia mediante la cual
se organizan las actividades antrópicas que afectan al medioambiente con el fin de lograr
una adecuada calidad de vida, previniendo o mitigando los problemas ambientales.
Desde un enfoque causa-efecto, existe una relación «causa» de las fases de
aprendizaje ambiental, y «efecto», en la orientación externa e interna, de manera que su
interacción y evolución permitirá a la organización transformar el conocimiento
ambiental en resultados empresariales. Es decir, la utilización de toda la información y
conocimiento procedentes del aprendizaje ambiental apoyará unas prácticas internas
(valores culturales) en la propia organización que nosotros hemos denominado
conocimiento ambiental. Considerando que la gran cantidad de información ambigua y
fragmentaria sobre las tendencias y condiciones del medioambiente abrumaría la

60
capacidad limitada que tienen las organizaciones para extraer su significado y tomar
decisiones, es necesario un cierto apoyo de la cultura interna a las prácticas externas.
Basándose en las anteriores aportaciones, los valores y comportamientos de los
«orientadores del aprendizaje ambiental» indican cómo evoluciona la cultura que
fomenta el aprendizaje ambiental, pues dicha evolución ayudará a la organización a
gestionar los stocks de capital ambiental. Los orientadores del aprendizaje ambiental
representan unos sistemas simplificados (stocks de conocimientos) que serán
consecuencia de la adquisición, distribución y utilización del conocimiento que se
realice, es decir, las fases del proceso de aprendizaje ambiental. A continuación se
establecen los orientadores del aprendizaje relacional propuestos en este manual.

2.5.1. Capital relacional ambiental (conocimiento ambiental)

La protección del medioambiente 11 se ha convertido en una de las prioridades más


importantes en el mundo para lograr el desarrollo sostenible. Fryxel y Lo (2003) definen
el conocimiento ambiental como un tipo de conocimiento general que incluye los
conceptos de protección del medioambiente, el medioambiente natural y los ecosistemas.
Esto significa que el conocimiento ambiental implica que las personas conocen y se
preocupan por el medioambiente. Su responsabilidad hacia la protección del
medioambiente y la relación entre la economía y el desarrollo sostenible sugieren que las
personas con este conocimiento saben cómo afrontar los problemas ambientales y
comprenden los beneficios de las acciones ambientalmente responsables.
En este estudio se ha definido el conocimiento ambiental como conocimiento
explicativo, instrumental y de evaluación, ofreciendo el «porqué» y «cómo» para los
agentes internos de la organización.
Como conocimiento ambiental externo nos referimos al conocimiento profesional
individual, recurso que está basado en las prácticas. Por tanto, podemos considerar que el
conocimiento ambiental incluye: datos previos y la información, así como todos los
documentos generados internamente que conectan las actividades ambientales de la
organización, tales como ISO 14001, sistemas de reducción de energía, programas de
reciclaje de residuos y los diseños ambientales cuya titularidad se concede a la empresa
por la ley. También podríamos incluir, como un componente resultante del proceso de
aprendizaje ambiental, la concesión de licencias y acuerdos, y quizá lo más importante
para las organizaciones: la imagen social responsable.
El capital relacional ambiental vincula a la organización con los grupos de interés y
con el entorno donde opera. Se puede considerar que incluso la propia identidad de la
organización se puede describir como el resultado de un proceso complejo, dinámico y
recíproco entre la dirección y el resto de grupos de interés con quienes se relaciona, dada
la intensa demanda de información que por parte de todos los sectores involucrados se
está solicitando en el ámbito ambiental.

61
Según numerosos autores, las empresas se ven motivadas a elaborar indicadores de
cómo se está generando el conocimiento ambiental.
Seguidamente pasamos a desarrollar cada uno de los indicadores propuestos para
diagnosticar el estado del conocimiento ambiental en el sector hotelero.

TABLA 2.4
Factores orientadores de conocimiento ambiental

• Protección del medioambiente.


• Conocimiento instrumental y de evaluación ambiental.
• Concesión de licencias y acuerdos.

FUENTE: Elaboración propia.

Protección del medioambiente

Las prácticas de protección del medioambiente mediante la aplicación de


conocimiento ambiental más utilizadas en el sector hotelero se pueden desglosar, según
coinciden algunos autores, de la siguiente forma:

— Ahorro de energía, mediante la minimización del consumo energético y la


maximización de la eficiencia de las fuentes de energía utilizadas y la promoción
del uso de fuentes de energía renovable.
— Ahorro de agua, concienciando a clientes y empleados de todas las medidas
posibles para ahorrar agua, implantando sistemas de reutilización de agua e
induciendo cambios de comportamiento en los clientes.
— Disminuir el consumo de recursos naturales en el más amplio sentido, y no solo de
energía y agua, aunque es a estos dos a los que se les presta una atención especial.
— Gestión de residuos, informando de las acciones que conoce el hotel para la
prevención de residuos desde el origen, la reducción de su cantidad al mínimo
indispensable y la reutilización de productos y fomentando el reciclaje de
productos materiales.
— Evitar el vertido de sustancias peligrosas, ausencia absoluta de vertido de aceites,
grasas y sustancias tóxicas por los desagües, eliminación o reducción de equipos y
consumibles, realización de analíticas de aguas residuales y emisiones de calderas,
eliminación o restricción al mínimo de sustancias tóxicas.
— Las compras también son una fuente potencial para aplicar el conocimiento
ambiental que se ha adquirido en el proceso de aprendizaje, y se considera que se
puede fomentar una política ambiental seleccionando productos y servicios que
sean menos perjudiciales para el medioambiente, en particular alimentos,

62
productos de limpieza, equipos y mantenimiento, cosméticos y productos de
higiene personal para los clientes, al igual que material de oficina. En relación con
las compras, algunos autores hacen referencias únicamente a las materias primas;
sin embargo, nos ha parecido más acertado ampliar un poco más el abanico en lo
referente a compras.

De lo anterior se desprende que el proceso de aprendizaje ambiental se traducirá en la


gestión eficiente del medioambiente y la asignación de los recursos materiales,
económicos y humanos necesarios y concretos para la consecución de unos estándares o
niveles de calidad ambiental óptimos.

Conocimiento instrumental y de evaluación ambiental

Un sistema de gestión del medioambiente hace necesario que las organizaciones


incorporen instrumentos que permitan evaluar su conocimiento ambiental a lo largo del
tiempo. Estos instrumentos son indicadores ambientales, también llamados
«ecoindicadores». Al igual que los indicadores contables o financieros, los indicadores
ambientales pueden expresar información útil y relevante sobre la situación de la
organización. A este respecto, dos organizaciones internacionales importantes, la ISO y
el WBCSD, han creado sus propias definiciones de los indicadores ambientales con
ejemplos, unidades y maneras de medirlos. La norma internacional ISO 14031 establece
guías para la evaluación del comportamiento medioambiental que ha desarrollado
considerando los requisitos de la norma ISO 140001 sobre sistemas de gestión ambiental
(AENOR, 2013). Por otra parte, gracias a los trabajos genéricos de estas organizaciones
internacionales se han desarrollado otros instrumentos específicos para el sector
hotelero, instrumentos que pretenden que los hoteles de forma individual tengan, por
ejemplo en Internet, una herramienta interactiva para evaluar su comportamiento
ambiental con estándares establecidos a cambio de una cuota de registro.
Por todo lo anterior, el control es un requisito imprescindible para evitar que la
organización empresarial se separe de sus metas y se desvíe de sus objetivos
medioambientales. Por ello, planteamos que es necesario un instrumento para medir las
acciones ambientales a llevar a cabo o puestas en marcha a través del aprendizaje
ambiental. El mencionado instrumento facilitaría el análisis de la situación actual de la
organización, así como la de los grupos de interés. Lo siguiente será analizar y traducir
la información ambiental en un lenguaje común, para lo cual se puede recurrir a gráficos,
manuales o documentos formales. Los instrumentos servirán para comparar con los
criterios establecidos en la organización, por ejemplo, el programa ambiental, su ahorro
y elección de energía, y periódicamente se revisarán para evaluar la utilidad del
instrumento de conocimiento ambiental desarrollado.

63
Concesión de licencias y acuerdos

Otro aspecto que permite mantener el conocimiento ambiental dentro de la


organización es la posesión de licencias y acuerdos, por ejemplo las mencionadas
anteriormente ISO 14001. Teniendo determinadas licencias o certificados, como es el
caso de la ISO 14001, la organización dispondrá de un manual de procesos que será una
herramienta para que los empleados utilicen el conocimiento ambiental y a su vez para
que la dirección mida o compare los resultados. Según estas sugerencias, planteamos que
la posesión de licencias y acuerdos constituye el marco necesario para evaluar los
resultados obtenidos del proceso de aprendizaje ambiental. Mediante la posesión de
licencias y acuerdos se podrán diagnosticar problemas de sistematización del
conocimiento e iniciar medidas correctoras y mejorar el sistema de gestión establecido.

2.5.2. Resultados empresariales del conocimiento ambiental

En los últimos tiempos, la literatura estratégica ha puesto un énfasis especial en la


importancia del conocimiento ambiental como factor determinante de la competitividad
empresarial, debido principalmente a dos motivos: el conocimiento puede explicar gran
parte del valor añadido de las organizaciones y las barreras a su transferencia e imitación
lo dotan de una importante relevancia estratégica. Los principales argumentos que se
esgrimen para defender la relación positiva entre el conocimiento ambiental y los
resultados empresariales son:

— Mejora de la imagen de la organización al demostrar respeto y cuidado del


medioambiente.
— Reducción de costes a largo plazo derivados del cumplimiento presente y futuro
de la normativa vigente.
— Obtención de eficiencias en el empleo de los recursos y en las emisiones
generadas, lo que conlleva una reducción de costes operativos a corto plazo.
— Eliminación de los costes derivados de reacciones negativas de grupos de presión
(empleados, clientes, dirección), así como mejora de la imagen de la empresa a
corto y largo plazo, que puede redundar en la fidelización de los grupos de interés.
— Creación de ventajas competitivas posiblemente a largo plazo a través de
estrategias de diferenciación por medio del desarrollo de productos
ecológicamente respetuosos.
— Mejora del valor de la acción en mercado debido a que este valora la actitud
respetuosa con el medioambiente al ver reflejados los conocimientos ambientales.

Y ya por último, como muestra la figura 2.3, presentamos una visión global de los
factores facilitadores y orientadores del proceso de aprendizaje ambiental. Atendiendo al

64
modelo de Crossan et al. (1999), los dos procesos de adquisición y distribución
(externalización y combinación del conocimiento) interaccionan unos con otros,
subrayándose así el carácter dinámico del proceso de aprendizaje ambiental. Así, el
proceso de amplificación hacia niveles ontológicos más amplios constituye el
feedforward, asimilación y creación del conocimiento ambiental, equivalente al concepto
de exploración de March (1991), y la secuencia análoga jerárquicamente descendiente
define el feedback, es decir, si la empresa obtiene los resultados que desea con la
utilización del conocimiento ambiental (lo que ya se ha aprendido del proceso de
feedforward), que se corresponde con el concepto de explotación de March (1991). La
tensión constante entre estos dos procesos completa la definición del proceso de
aprendizaje ambiental como un proceso dinámico, más allá de su desarrollo de modo
diacrónico y a través de distintos niveles.

65
FUENTE: Elaboración propia.

Figura 2.3.—Modelo de factores facilitadores y orientadores. (Descargar o imprimir)

2.6. Resumen

El proceso de aprendizaje ambiental analizado en este capítulo constituye una


aportación interesante. Para alcanzar el conocimiento ambiental es imprescindible
reconocer que la verdadera riqueza y utilidad de la gestión del conocimiento no está en
la distribución masiva de documentos o en la explotación de enormes bases de datos,

66
porque a menudo acaban fomentando la creación de enormes basureros de información
que no resultan útiles para nadie (a lo que nos referíamos como el síndrome de Diógenes
enfocado en el conocimiento), sino en las personas, en la posibilidad de compartir las
ideas y las visiones que no están documentadas, apoyadas por el uso de las tecnologías
de la información y las comunicaciones, que hacen posible la automatización de los
procesos humanos, aunque son la persona y su capital los que más aportan al proceso y
los que lo hacen posible.
Además se han determinado los factores culturales del aprendizaje ambiental que
posibilitan hacer operativo el modelo del aprendizaje ambiental descrito en el capítulo
anterior; para ello se han establecido dos grupos de factores: orientadores y facilitadores.
Para establecer los factores facilitadores y orientadores del aprendizaje ambiental
hemos analizado, por un lado, la relación-causa efecto entre una serie de factores críticos
y sus indicadores. Todo ello desde la perspectiva de los niveles de aprendizaje
(individual, grupal, organizativo) desarrollados en las fases de adquisición, distribución
y utilización del proceso de aprendizaje ambiental. Siguiendo a Kaplan y Norton (1992),
hemos analizado los facilitadores que se relacionan con las tres fases anteriores. Como
factores que facilitan la adquisición de conocimiento ambiental se han analizado, de
forma individual, la claridad en la definición de la intención organizativa, la autonomía
permitida, el uso del caos creativo, la interfaz de comunicación con el exterior y el
desarrollo de las rutinas de cooperación. Todos estos factores tienen un denominador
común, y es que fomentan el aprendizaje individual. Su presencia apoya procesos
internos en las personas que componen la organización, es decir, los agentes internos,
como son los trabajadores.
Respecto a los factores facilitadores para la distribución del conocimiento ambiental,
se ha considerado analizar por un lado los factores que permiten la externalización del
conocimiento ambiental. En esta fase hemos tenido en cuenta la importancia de fomentar
heterogeneidad y polivalencia entre los miembros de los equipos que aportan soluciones
de gestión ambiental. A este respecto hemos considerado la importancia de tener grupos
temporales, lenguaje común y equipos autoorganizados e informales. Por otro lado,
hemos analizado los factores que permiten la combinación del conocimiento ambiental
en la fase de distribución. Dentro de este bloque hemos considerado la importancia de la
rotación de personal, compartir información de diferentes áreas, los sistemas de
información integrados y la tolerancia al fallo.
La última fase que hemos considerado es la utilización del conocimiento ambiental,
vital para adaptar el conocimiento adquirido y analizado a la operativa de la empresa. En
este caso, también hemos estudiado los factores que inciden en esta fase de utilización,
como son la primacía de la comunicación lateral, la coordinación interna basada en la
confianza, el papel de la dirección, las estrategias sociales, la creación de una base de
conocimientos relacionados, la infraestructura de tecnologías de la información, la
experimentación previa, las alianzas interorganizativas y el reconocimiento de las

67
oportunidades de forma proactiva. En esta fase el conocimiento explícito debe ser
comprensible y accesible para cualquier persona de la organización fomentando nuevos
procesos de distribución y adquisición de conocimiento a nivel individual y grupal.
La primera conclusión que se desprende de los factores facilitadores planteados
apunta a que el «factor humano» es un factor que se repite en todos los factores
facilitadores que hemos descrito; en concreto el papel de los empleados es decisivo para
poder llegar a adquirir, distribuir y utilizar el conocimiento ambiental. Esta circunstancia
es importante, dado que las empresas pueden sobrevalorar los procesos ambientales y
subestimar el papel que desempeñan los trabajadores en la consecución del conocimiento
ambiental. Los trabajadores desempeñan un papel decisivo, como hemos visto, en la
creación, difusión y utilización de conocimiento ambiental debido a que, cuando una
persona se incorpora a un grupo u organización, aporta una serie de valores, información
y conocimientos que irán moldeando los procesos cognitivos y acciones de todos los
integrantes.
Por otra parte, el presente capítulo también ha considerado los orientadores de
aprendizaje ambiental, y para ello hemos apuntado a dos posibles orientadores (uno
directo y otro indirecto). El resultado del aprendizaje grupal y fase de distribución del
conocimiento generará impactos positivos directos e indirectos o inducidos. Los
primeros impactos (directos) no son exclusivamente económicos, sino que se extienden
al ámbito ambiental (cultura de protección del medioambiente, conocimiento
instrumental y de evaluación ambiental y concesión de licencias y acuerdos). Por su
parte, los impactos económicos (indirectos) van desde aumentos en la obtención de
eficiencias y reducción de costes a largo plazo hasta la obtención de eficiencias en el
empleo de los recursos y en las emisiones generadas. En resumen, el conocimiento
ambiental tiene un impacto indirecto en los resultados empresariales a través del proceso
de utilización del conocimiento.
Por último, este capítulo aporta una visión general sobre los factores facilitadores y
orientadores que afectan y median en el proceso de aprendizaje ambiental organizativo,
visión fundamental si se quiere pasar de la teoría a la práctica.

NOTAS
9 En ingles Chief knowledge officer es un líder de la organización, responsable de asegurar que esta maximice el
valor que alcanza a través del conocimiento.

10 Data Warehouse representa una herramienta tecnológica para la toma de decisiones en cualquier área
funcional, basándose en información integrada y global del negocio. Facilita la aplicación de técnicas estadísticas
de análisis y modelización para encontrar relaciones ocultas entre los datos del almacén, obteniendo un valor
añadido para el negocio de dicha información. Proporciona la capacidad de aprender de los datos del pasado y de
predecir situaciones futuras en diversos escenarios. Simplifica dentro de la empresa la implantación de sistemas de
gestión integral de la relación con el cliente. Supone una optimización tecnológica y económica en entornos de
centro de información, estadística o de generación de informes con retornos de la inversión espectaculares.
11 Entorno que afecta y condiciona especialmente las circunstancias de la vida de las personas o la sociedad.

68
3
EL CONOCIMIENTO AMBIENTAL Y SU APLICACIÓN PARA MEJORAR RESULTADOS
EN LA EMPRESA

Objetivos

• Conocer cómo incorporar el conocimiento ambiental a la gestión empresarial.


• Saber las barreras a la adopción del conocimiento ambiental.

69
3.1. Introducción

El precio de más de dos siglos de elevado desarrollo, sobre todo en los últimos
decenios, se ha traducido en problemas ambientales globales, muchos de ellos con alto
nivel de impacto degradante sobre el entorno. Este elevado desarrollo tecnológico está
provocando graves consecuencias (calentamiento global, efecto invernadero, altos
niveles de contaminación, polución, erosión, deterioro de la capa de ozono,
deforestación y vertidos líquidos) que están incrementando la concienciación ambiental
en todos los niveles de la sociedad.
Tal como hemos visto anteriormente, la relevancia social que ha adquirido la
protección ambiental en las últimas décadas ofrece a las organizaciones nuevos campos
de actuación e importantes oportunidades de diferenciación estratégica, adquiriendo
compromisos con el entorno. Sin embargo, a lgunas organizaciones se han mostrado
reticentes a adoptar o aplicar conocimientos ambientales (limitándose en ocasiones a
cumplir únicamente los mínimos legales exigidos), argumentando que este tipo de
actuaciones merma su rentabilidad y capacidad competitiva.
Una de las principales acciones que pueden ayudar a adoptar o aplicar los
conocimientos ambientales es el aprendizaje ambiental y los procesos que se derivan de
él. A este respecto, numerosos trabajos ponen de manifiesto que el predominio del
interés económico inmediato y la falta de conciencia ambiental son factores causales
decisivos en la crisis ambiental. Por ello el presente capítulo trata de abordar el ciclo del
aprendizaje ambiental en la influencia de la adopción y aplicación de conocimiento
ambiental y su repercusión en los resultados empresariales. El presente capítulo es el
resultado lógico de todo lo visto hasta ahora; con él se pretende dar el paso de la parte
teórica a la parte práctica, que continuaremos desarrollando en el capítulo 4 para, ya en
el capítulo 5, recoger las consideraciones finales de lo tratado en este trabajo. En este
sentido, las hipótesis que vamos a formular en este capítulo tratarán de responder a las
preguntas planteadas en el capítulo 2 en cuanto a las relaciones causa-efecto entre los
factores facilitadores y orientadores que expusimos también anteriormente.
Para lograr los objetivos anteriores, este capítulo se estructura en tres partes
principales. En la primera parte se realiza una recopilación del interés que ha suscitado el
conocimiento ambiental entre el colectivo de investigadores y su implicación en las
organizaciones, atendiendo a distintos ámbitos nacionales e internacionales. En la
segunda parte se analizan las barreras existentes para adoptar e implantar dicho
conocimiento ambiental, así como se plantean medidas para salvar estos obstáculos, y
por último, se realiza una discusión sobre la repercusión en si la adopción e implantación
del conocimiento ambiental en la organización genera mejoras en la posición
competitiva de la misma.

70
3.2. Incorporación del conocimiento ambiental en la gestión empresarial

3.2.1. Antecedentes del conocimiento ambiental en el sector turístico

En el ámbito empresarial la preocupación por las cuestiones ambientales se inicia


hacia los años setenta, cuando las organizaciones tuvieron que adaptarse a nuevas
regulaciones en materia ambiental. Quizás por ello ha sido criticada la falta de literatura
empresarial, que no aparece hasta mediados de los noventa.
Por su parte, la literatura académica incluyó con anterioridad a la empresarial los
temas ambientales en sus estudios, sobre todo analizando las repercusiones que la
carencia de los recursos naturales tendría en el crecimiento de la población y en el
desarrollo de la actividad humana a medio y largo plazos o las consecuencias que el
desarrollo industrial estaba provocando en la salud de las personas.
Sin embargo, el interés por la materia ambiental no se produjo de forma seria hasta la
década de los noventa. Durante esta década fue cuando las teorías de la organización
empezaron a tener en cuenta la importancia del entorno natural, a estudiar formalmente
las repercusiones de la actividad empresarial en el entorno y a integrar medidas
paliativas o preventivas. De forma paralela al interés científico, la sociedad muestra una
creciente preocupación por los temas ambientales.
Así, las investigaciones anteriores ponían de manifiesto el carácter limitado de ciertos
factores, sobre todo los recursos no renovables, circunstancia que se puso especialmente
de manifiesto con la crisis energética de 1973, el impacto nocivo de la contaminación y
los residuos en la salud. Esta situación establece una serie de límites a la actividad de las
organizaciones que el mundo académico empieza a considerar en sus investigaciones. Si
a esto se le suma la mayor presión en cuestiones ambientales ejercida por los grupos de
interés, debido a diversas circunstancias, como la conciencia progresiva del mundo ante
las catástrofes ambientales provocadas por el hombre y las respuestas de las instituciones
que han desarrollado marcos legislativos y normativos que regulan determinadas
actividades, se concluye que las organizaciones han tenido que modificar sus pautas de
actuación.
Los estudios anteriores son un buen punto de partida para el desarrollo sostenible,
pues fijan lo mínimo que deben cumplir las empresas en materia ambiental. A este
respecto, la regulación de la actividad turística en materia de medioambiente en España
cuenta con instrumentos, como la manifestación de impacto ambiental y el ordenamiento
ecológico del territorio, que reflejan el interés del gobierno en el cuidado básico del
medioambiente. Además, surgen varios eventos mundiales 12 que instan a tomar más
conciencia por el entorno natural.
Por otra parte, existen algunos estudios sobre la demanda de los turistas con respecto
al desempeño ambiental de los hoteles y a la certificación. Uno de ellos fue el que se
realizó con el fin de proponer un esquema de certificación para la Unión Europea 13 ,

71
donde se establecía la necesidad de tomar en consideración las preferencias ambientales
de los turistas. Este trabajo señala también que algunos turistas están interesados en los
aspectos «verdes» que rodean a los hoteles, como las áreas verdes, limpieza del agua y
aire, paisaje, la quietud del lugar, y no en los aspectos «grises», que son menos visibles a
priori, como son ahorros y tratamiento de agua, ahorro de energía o manejo de residuos,
entre otros.
En definitiva, no se trata solo de una cuestión de turismo sostenible; también
conceptualmente la confusión resulta habitual al emplearse de modo indistinto términos
como productividad, eficiencia, eficacia, rendimiento, etc. El trabajo realizado por
FEMATOUR muestra que la mayoría de los encuestados no están dispuestos a pagar por
un «turismo sustentable» que no mejore la calidad del viaje. Solo están dispuestos a
pagar más cuando los aspectos ambientales son parte integral de una mejor calidad de un
viaje o alojamiento, o cuando hay una clara diferencia entre los costes y los beneficios
ambientales. Por otro lado, los turistas no hacen la selección del alojamiento basándose
en criterios ambientales.
Otro estudio realizado por la cadena Small Luxury Hotels 14 identificó cambios de
actitudes en las tendencias vacacionales de turismo sostenible. La encuesta fue aplicada a
300 turistas en aeropuertos de Estados Unidos, Reino Unido y Australia. Los resultados
muestran que hace diez años a los turistas no les importaban las prácticas de los hoteles
en materia de ahorro de energía y agua, conservación de los ecosistemas y relación con
la comunidad. Este estudio pone de manifiesto que ahora los turistas ya están
mentalizándose sobre esta situación y se presentan en sus destinos con una actitud
positiva hacia el medioambiente, circunstancias que pueden generar en un futuro
demanda por los alojamientos con mejor desempeño ambiental.
El estudio de Small Luxury Hotels también muestra que los turistas están mejor
informados, y que hoy en día el 70 % está dispuesto a pagar entre 50 y 150 dólares extra
por dos semanas en un hotel con una actitud responsable hacia el medioambiente. Por
otro lado, el 55 % estará dispuesto a reservar en este tipo de hoteles, lo que nos dice que
los turistas incorporan los atributos de desempeño ambiental a la toma de decisiones
sobre el hospedaje. Otros estudios reflejan que al 46 % de los entrevistados les importa si
los hoteles son sensibles a la vida marina, y al 64 %, si se preocupan por la vida
silvestre; por otro lado, el 69 % piensa que es importante el consumo de productos
locales por parte de los hoteles y el 57 % destaca la importancia de la generación local
de empleo.
A modo de resumen, los estudios anteriores nos muestran que los turistas están más
interesados en los aspectos «verdes» que en los «grises» de los hoteles, seguramente
porque los primeros se pueden comprobar a priori. Sin embargo, dependiendo de la
manera en que se promuevan estas características, serán capaces o no de crear valor por
estos atributos.
Los resultados de los estudios anteriores apuntan a que los beneficios de una empresa

72
turística que contemple la gestión ambiental pueden ser grandes. Un segmento del
mercado significativo está dispuesto a pagar por hoteles con un desempeño ambiental
que vaya más allá de las normas (ejemplo ISO 14000). En este contexto, el conocimiento
ambiental proveería a los consumidores de una herramienta de información creíble, a la
vez que el aprendizaje ambiental podría forzar a los hoteleros a hacer cambios en su
gestión, siguiendo una política responsable con el medioambiente y la sociedad.
El aprendizaje ambiental permitiría establecer procesos válidos para todos los
agentes, mientras se promueve la eficiencia en el uso de los recursos entre estas
instalaciones en términos ambientales. Aquellos hoteles que vean dentro de sus paredes
y contribuyan a la conservación local o al desarrollo de proyectos de la comunidad serán
premiados por los turistas por sus acciones, y será precisamente porque se preocupan por
conservar los lugares que les encanta visitar. Sin embargo, a pesar de que los turistas
aprecian positivamente estas características, en el apartado siguiente examinaremos las
barreras que encuentran las organizaciones para incorporar conocimiento ambiental.

3.2.2. Barreras a la adopción del conocimiento ambiental

En la literatura existen diversos trabajos que nos hablan de las barreras existentes para
adoptar conocimiento ambiental organizativo. En este epígrafe realizaremos un resumen
de las principales barreras que pueden surgir en la adopción de conocimiento ambiental,
siendo estas las más repetidas entre las organizaciones:

1. Falta de recursos financieros: uno de los factores que más se señala como barrera
que limita la adopción de conocimiento ambiental en las organizaciones es la
escasez de recursos financieros y el elevado coste del proceso de adaptación a
estos nuevos conocimientos ambientales. Esta falta de recursos 15 impide, sobre
todo a las pymes, destinar fondos para iniciativas ambientales o para aspectos
secundarios de sus actividades principales. De hecho, la dificultad para conseguir
recursos financieros, entre otros, obliga a las organizaciones a decantarse por
tecnologías básicamente de control en vez de invertir en tecnologías con un
enfoque preventivo o en productos ecológicos. También la generación de
conocimiento ambiental requiere una fuerte implantación no solamente de
tecnología, sino además de experimentación previa de los nuevos procesos.
Formación previa que también se puede percibir como un coste de oportunidad
asociado al posible desaprovechamiento de invertir ese recurso en otro proyecto.
2. Cultura organizacional: la resistencia a los cambios o la inercia organizacional
son obstáculos menos obvios o visibles que los técnicos o financieros, pero sí
serán más difíciles de vencer. Además, estos obstáculos menos visibles son, a
menudo, cruciales para el desarrollo de ventajas competitivas y,
consecuentemente, para el éxito de las estrategias ambientales.

73
3. La estructura organizativa: viene determinada por el tamaño, el nivel de
estandarización y la estructuración de la organización. La falta de canales de
comunicación claros, la ausencia de un departamento con responsabilidades
ambientales o la tendencia de las organizaciones a hacer las cosas de una
determinada manera constituyen barreras que plantean obstáculos como rutinas y
hábitos que promuevan la resistencia al cambio de las prácticas habituales de
trabajo.
4. El estilo de dirección: la incidencia de este tema sobre la gestión ambiental ha
generado gran atención en la última década. De hecho, ya hemos comentado que
la dirección debe tener voluntad para apoyar la utilización del conocimiento
ambiental; por el contrario, si carece de ella, supondrá una barrera. Aunque los
directivos tienden a cumplir la legislación ambiental vigente, muchos de ellos no
están incentivados para mejorar sus resultados ambientales. Esta reflexión viene
justificada por diferentes razones, entre las cuales podemos citar: falta de
formación, falta de capacidades estratégicas, falta de implicación, miedo a perder
flexibilidad, falta de proactividad en esta materia, percibir las presiones
ambientales como una amenaza, resistencia al cambio o la existencia de una
cultura empresarial desfavorable que legitima la despreocupación por estos
asuntos.
5. Los recursos humanos: serán una barrera si no se involucran, puesto que la gestión
del conocimiento ambiental es intensiva en recursos humanos y depende de la
capacidad, implicación y motivación de los empleados para su aplicación efectiva.
El componente humano es, por tanto, una barrera importante cuya eliminación
pasa por motivar al personal si se quieren obtener éxitos en esta materia,
asignando a cada trabajador algún tipo de responsabilidad ambiental, más aún si se
requiere la realización de trabajo en equipo.
6. Escasez de infraestructura industrial adecuada: barrera externa que se refiere a la
escasez de vertederos controlados, de depósitos de seguridad para residuos tóxicos
y peligrosos o de plantas de tratamiento y recuperación de residuo.
7. Desinformación o falta de conocimiento ambiental previo: barrera que limita la
información e incrementa el desconocimiento tecnológico.
8. La legislación y normativas ambientales: entendidas como barreras si existe
demasiada legislación internacional, nacional y autonómica. Por su parte, el
cambio continuo de los criterios ambientales por parte de las autoridades
competentes y la escasa flexibilidad en plazos y formas de adaptación son barreras
que dificultan la adopción de conocimiento ambiental por la complejidad
burocrática asociada a su desarrollo.

Podemos afirmar que, en general, se aprecia cierto consenso respecto a los principales
obstáculos que frenan la adopción y aplicación del conocimiento ambiental en la

74
organización. A modo de síntesis, la figura 3.1 muestra las barreras que más se repiten
entre la revisión que hemos realizado. Cabría destacar, en este sentido, que la inversión o
el coste de adoptar conocimiento ambiental en la implementación de proyectos
ambientales es uno de los obstáculos que más coinciden en señalar los directivos para no
implantar estrategias ambientales. Sin embargo, debemos tener en cuenta que cualquier
proyecto susceptible de generar ventajas competitivas tiene costes y requiere algún tipo
de inversión. La cuestión a resolver es si compensa, es decir, si tales costes e inversiones
se pueden ver compensados por una mayor rentabilidad a largo plazo, consecuencia de
una mejora de la competitividad. En el próximo epígrafe resolveremos esta cuestión.

FUENTE: Elaboración propia.

Figura 3.1.—Barreras a la adquisición de conocimiento ambiental.

3.3. Aplicación práctica del conocimiento ambiental

En el apartado anterior hemos discutido sobre el interés que despierta el tema objeto
de este manual desde el punto de vista empresarial y académico. Por otro lado, ya
tratamos la relación causa-efecto del aprendizaje ambiental y los factores que favorecen
la adquisición, distribución y utilización de conocimiento ambiental, y también hemos
visto las barreras para la adopción y uso del conocimiento ambiental. A continuación, en

75
este apartado analizaremos las ventajas competitivas que genera adquirir, distribuir y
utilizar el conocimiento ambiental, así como algunas medidas para salvar las barreras
que encuentran las organizaciones para adquirir y usar conocimiento ambiental.
Tal y como se comentaba en la introducción de este capítulo, actualmente las
empresas no son ajenas a la presión en el ámbito del medioambiente. Muchos autores
han analizado las motivaciones que inducen a las organizaciones a llevar a cabo una
inversión (financiera o no financiera, según el caso) en provecho del conocimiento
ambiental, determinando que las motivaciones son diversas y variadas.
Sin embargo, la conciencia ambiental y la creación de sentimientos ambientales una
vez seleccionados los grupos de reflexión, respecto a las problemáticas concretas del
medioambiente en el ámbito de actuación de la empresa, constituyen el paso previo al
cambio por lo que a los comportamientos ambientales se refiere.
La adquisición de conocimiento es el proceso por el cual el conocimiento se
comparte, pasando de unos individuos a otros. Se corresponde con el «Ba creador», de
Nonaka y Konno, representativo del lugar donde los individuos comparten sentimientos,
emociones, experiencias y modelos mentales a través de la puesta en común del
conocimiento. Los individuos parten de las experiencias que día a día comparten con los
agentes externos, generando unos modelos mentales comunes y mejorando las
habilidades técnicas.
Una manera sencilla de estimular a los agentes externos a transmitir su conocimiento
es a través de la confianza que se genera en las relaciones empresariales; en estos casos,
una declaración de intenciones es casi siempre necesaria y oportuna, pues crea
expectativas entre los individuos que participan en la relación. Pero si no va acompañada
de hechos, o si el comportamiento (individual o de la organización) la desmiente, será el
fin de muchas de las relaciones. Por otra parte, la captación de conocimiento implícito se
puede llevar a cabo mediante procesos como la observación y la imitación de
competidores o mediante ejercicios prácticos, como pueden ser los encuentros
informales con clientes para detallar y solucionar problemas ambientales.
Todo este know-how que se interioriza en el individuo como consecuencia de los
procesos internos en la persona (observación, reflexión, intuición e interpretación entre
otros) se manifiesta en forma de experiencia y modelos mentales individuales,
constituyendo lo que se denomina capital humano ambiental.
El capital humano ambiental se considera que puede residir en los accionistas, los
directivos y los trabajadores de la organización (agentes internos). Sería el conocimiento
individual bien consciente u automático de los agentes internos de la organización,
generados como consecuencia de la interacción con el medioambiente. El componente
consciente del capital humano medioambiental se trataría de conocimientos y
habilidades (nociones teóricas sobre medioambiente, legislación, gestión, auditoría,
manuales de buenas prácticas, funcionamiento práctico de nueva maquinaria). Por su
parte, el componente automático y emocional estaría basado en la motivación, el

76
liderazgo y la lealtad. Estos conocimientos son poseídos por las personas de la
organización y no transcienden.
En resumen, tal como muestra la figura 3.2, la adquisición de conocimiento es una
forma de contrarrestar la desinformación y las barreras comentadas en el apartado
anterior. En primer lugar, posibilita la formación de los individuos. Esta circunstancia es
imprescindible para aquellos directivos con falta de capacidades estratégicas e
implicación en los procesos ambientales. Por ello sugerimos que especialmente deberían
participar en estas comunidades orientadas a la adquisición de conocimiento los
directivos con miedo a implicarse en innovaciones ambientales. Tal como plantean
algunos autores, los individuos mejorarán así la proactividad en esta materia y percibirán
las presiones ambientales como una oportunidad en lugar de una amenaza. Todo ello
evitará la resistencia al cambio o la existencia de una cultura empresarial desfavorable en
aspectos ambientales.

FUENTE: Elaboración propia.

Figura 3.2.—Contramedidas para la adquisición de conocimiento ambiental.

Sin embargo, el proceso de adquisición de conocimiento se identifica con el


aprendizaje individual, dado que los miembros de la organización parten del
conocimiento explícito de los agentes externos, así como de las experiencias que día a
día comparten con los clientes para transformar el conocimiento explícito y tácito del
cliente en capital humano ambiental, generando unos modelos mentales compartidos con
los agentes externos y mejorando las habilidades técnicas. Por ello la organización
necesitará que todo este conocimiento individual sea externalizado y combinado entre
todos los miembros de la organización, lo que pondrá en marcha una nueva espiral de
creación de conocimiento.

3.3.1. Repercusiones de la adquisición de conocimiento en los procesos de

77
combinación

Con el proceso de combinación en la organización lo que se busca es la conversión


del conocimiento explícito adquirido de los individuos en la parte sistémica del capital
medioambiental estructural. Tal como se analizaba anteriormente, el capital
medioambiental estructural puede ser objetivo o colectivo, debiendo considerarse en el
colectivo la necesidad de adaptar la cultura y la organización formal mediante la
definición de nuevas ocupaciones.
Por otra parte, el componente objetivo (componente afectado por los procesos de
combinación) incluye las tecnologías, procesos, protocolos, etc., que permiten la entrada
a nuevos productos o servicios ecológicos, procesos productivos más limpios o
maquinaria menos contaminante.
La combinación de conocimiento es un proceso de sistematización de conceptos para
generar nuevo conocimiento explícito sistémico propiedad de la organización. Se sitúa
en el «Ba sistematizador», que identifica el mundo virtual en el que se crea nuevo
conocimiento mediante la combinación del ya existente. Tal como se ha comentado
anteriormente, el proceso de combinación depende de tres principios; en primer lugar, es
necesario coleccionar conocimiento explícito de dentro y fuera de la organización para
posteriormente cruzar los datos; en segundo lugar, es necesario transferir esta forma de
conocimiento directamente, usando presentaciones o encuentros, de manera que el nuevo
conocimiento sea diseminado entre los miembros de la organización, y, en tercer lugar,
es necesario hacer más utilizable el conocimiento creado, usando bases de datos,
esquemas, etc.
Tal como se desprende del párrafo anterior y se observa en la figura 3.3, el proceso de
combinación debe tener en cuenta que todo el conocimiento relevante no siempre estará
englobado por los miembros que conforman una comunidad de práctica verde 16 , sino
que resultará necesaria la captación por parte de esta de conocimiento existente en otros
puntos de la organización; la combinación de conocimiento solamente será eficiente
cuando logre la coherencia colectiva entre comunidades de práctica, siendo así los
factores englobados bajo el concepto de «factores que facilitan la distribución del
conocimiento» los que facilitarán las relaciones entre comunidades de práctica
diferentes.

78
FUENTE: Elaboración propia.

Figura 3.3.—Proceso de combinación ambiental.

Según el planteamiento anterior, los individuos intercambian y combinan información


que vinculan al hotel con el entorno, utilizando diferentes recursos de la organización
(contactos telefónicos, encuentros, correos electrónicos, etc.).
La reconfiguración de toda la información que se obtiene de los medios anteriores
mediante un proceso continuo de actualización, clasificación, combinación y
categorización de información permitirá en gran medida escoger las alternativas y
acciones ambientales más relevantes para la organización. Este proceso de combinación
del conocimiento ha de ser útil para determinar las estrategias específicas a llevar a cabo.
Según algunos autores, en el proceso de combinación del conocimiento se requiere la
capacidad de la organización para identificar y adquirir nuevo conocimiento que ha sido
generado externamente y es útil para sus operaciones internas.
En concordancia con lo expuesto, el «capital ambiental humano» que los individuos
que han participado en los grupos o comunidades verdes han obtenido en el proceso de
adquisición será transformado en conocimiento explícito a través del proceso de
combinación y mediante procesos de carácter externo, como la compartición, la
integración, el consenso, el diálogo y las interrelaciones entre los miembros de la
organización. Estos procesos harán posible la asimilación de rutinas y mecanismos que a
su vez permiten a la organización analizar, procesar, interpretar y entender la
información obtenida de fuentes externas. Por consiguiente, mediante los procesos de

79
combinación, los conocimientos en posesión de los individuos o comunidades (grupos)
verdes serán transformados y articulados en conocimiento transferible mediante
lenguajes lógicos.

3.3.2. Repercusiones de la adquisición de conocimiento en los procesos de


externalización

El proceso de externalización, o de paso tácito a explícito, quedaba definido


anteriormente como aquel mediante el cual los individuos en el contexto de la
organización asimilan e interpretan la información, definida a su vez por el conjunto de
conocimiento desarrollado individualmente con objeto de generar conocimiento
colectivo y compartido por los miembros del grupo. Se debería anotar, como
comenzamos diciendo en el capítulo 1, que esta conversión se debe a un proceso social
entre grupos e individuos. Los individuos proceden a la explicación de las ideas,
imágenes o discernimientos mediante un lenguaje figurativo, a través por ejemplo de
metáforas, analogías, conceptos, hipótesis o modelos. Pero la creación de la mente
compartida de equipo no puede producirse a nivel organizativo como un todo, dado que,
evidentemente, no es posible que haya interacción con intimidad (diálogo y discusión)
simultáneamente entre todas las personas que conforman la organización.
El proceso de externalización, tal como muestra la figura 3.4, plantea la necesidad de
integrar las diferentes perspectivas de los grupos o equipos (formales o informales, pero
pequeños en comparación con el gran grupo que vendría a ser la organización entera)
para que puedan compartir su know-how y sentido del hacer. La externalización, tal
como se analizaba en el capítulo 1, representa el proceso del «Ba dialogante», que, de
acuerdo con Nonaka y Konno (1998), se encuentra facilitado por el uso de múltiples
métodos de razonamiento tales como la deducción, la inducción y abducción. Este
proceso, que sirve de nexo de unión entre los niveles individual y organizativo, se basa
en que los miembros de diferentes comunidades, mediante el desarrollo de
entendimientos compartidos, acciones coordinadas y ajustes mutuos, transformen las
ideas de diferentes comunidades en modelos mentales y aptitudes comunes en la
organización.

80
FUENTE: Elaboración propia.

Figura 3.4.—Proceso de externalización ambiental.

Para Nonaka y Konno (1998), la externalización es la etapa del «Ba interactivo». Se


combinan la intuición y la razón. Mientras la intuición sirve para compartir y entender el
conocimiento tácito, la razón permite reformularlo de forma conceptual. El resultado de
estos procesos de externalización será el conocimiento compartido entre diferentes
grupos, lo cual, como veremos en el apartado siguiente, es importante para la vitalidad
organizativa. El objetivo de este conocimiento compartido es que los miembros de la
organización tengan conciencia de dónde reside la habilidad complementaria útil. En
nuestro caso, por ejemplo, los procesos de externalización ayudarán a que los miembros
del hotel dispongan de una visión compartida y una conciencia ambiental unánime y no
sesgada por los intereses de un grupo en particular. A este respecto, la responsabilidad
ambiental compartida pero diferenciada que pueden tener los diferentes grupos de interés
de un hotel puede perjudicar la disponibilidad de herramientas para promover la gestión
integral de residuos. Por ello es importante establecer un proceso de externalización
formal e informal que permita la responsabilidad extendida de las diferentes
comunidades sobre la gestión de residuos y otros aspectos ambientales.
En concordancia con lo expuesto, las fases de combinación y externalización
comentadas en el presente apartado, y en el apartado anterior, ocurren en paralelo y se
asemejan a lo que Senge (1990) denominó procesos «adaptador e innovador». En
realidad, muchos de los factores que facilitan la combinación del conocimiento sirven
para la externalización y lo que buscan es dar respuesta al porqué y al cómo de los
problemas o tareas del medioambiente. Al responder al cómo, buscan la transmisión
estructurada del conocimiento individual, y cuando responden al porqué, buscan
justificar o comprender lo hecho. Esta fase del proceso implica interacción entre el
conocimiento tácito y explícito que poseen los individuos y la propia empresa, dando
lugar, mediante los procesos de externalización y combinación, al capital

81
medioambiental estructural propiedad de la organización.

3.3.3. Repercusiones del proceso de distribución en el conocimiento ambiental

El capital ambiental estructural representa el conocimiento institucionalizado y la


experiencia codificada en bases de datos, la cultura, las rutinas, los manuales, las
estructuras, así como otros recursos intangibles similares que afectan al medioambiente.
En definitiva, este concepto que nosotros denominamos «conocimiento ambiental»
describe el conocimiento, las habilidades y la información que la organización posee
realmente (perspectiva estática). Tal como hemos estudiado en el capítulo primero, el
conocimiento ambiental es un recurso muy valioso. Si la empresa es capaz de codificar y
sistematizar el conocimiento de sus empleados sobre el medioambiente en bases de
datos, manuales, culturas o rutinas, entonces este conocimiento podrá ser utilizado en
otras partes de la organización y no solamente por un empleado concreto. Desde esta
perspectiva de stock de conocimiento útil, el conocimiento ambiental puede ayudar a la
dirección en la planificación de las futuras líneas de acción ambiental en la organización.
A partir de los procesos de combinación y externalización estudiados en los apartados
anteriores, Nonaka y Takeuchi (1995) desarrollan un modelo que describe y explica el
proceso de creación de conocimiento organizativo, en nuestro caso conocimiento
ambiental. Sin embargo, el mantenimiento de un equilibrio entre las actividades de
combinación y externalización es complicado no solo por la dificultad de determinar las
inversiones en ambos aspectos, sino porque el propio aprendizaje contribuye por sí
mismo a ciertos desequilibrios. En este sentido, Levinthal y March (1993) destacan,
entre las trampas del aprendizaje, la trampa del fracaso y las trampas de la competencia
distintiva o trampa del éxito.
Las trampas del aprendizaje se refieren a que las organizaciones se adentran en una o
más dinámicas de aprendizaje que de modo autodestructivo pueden conducir a una
excesiva combinación o externalización. Por otro lado, la trampa del fracaso implica que
en algunas ocasiones las actividades de combinación desbancan a las de externalización.
Las empresas se embarcan en una actividad frenética de experimentación, cambio e
innovación a través de la dinámica del fracaso. El fracaso conduce a actividades de
búsqueda y cambio, las cuales llevan al fracaso, que a su vez conduce a nuevas
actividades de búsqueda, etc. Nuevas ideas y tecnologías fracasan y se reemplazan por
otras ideas y tecnologías, que también fracasan, situando a la empresa en un círculo
interminable de cambios sin éxito y fracasos.
Por otra parte, las trampas de la competencia distintiva se refieren a que, en
ocasiones, las actividades de externalización desbancan a las actividades de
combinación. Los resultados de las actividades de externalización generalmente son más
seguros, más cercanos y más próximos en el espacio que los resultados de la
combinación. Así, las organizaciones constatan las virtudes a corto plazo de la

82
externalización. A medida que desarrollan más competencias en una determinada
actividad, se comprometen más en esa actividad, incrementando de este modo el coste de
oportunidad de las actividades de combinación. Esta trampa del éxito es un producto
potencialmente autodestructivo del aprendizaje.
Las consideraciones anteriores nos llevan a argumentar que los procesos de
combinación y externalización por sí solos son insuficientes para asegurar la creación de
conocimiento ambiental. Por ejemplo, el conocimiento combinado que procede de fuera
de la organización debe estar en concordancia con la estrategia y el lenguaje común
(conocimiento externalizado entre las comunidades), y este conocimiento debe estar
efectivamente integrado en la estructura y en los procesos organizativos. En este sentido,
la comunicación entre miembros de la organización y los clientes es esencial para el
proceso de combinación y puede apoyar indirectamente la creación de conocimiento
ambiental por los procesos de externalización, por ejemplo, con bases de datos que
proporcionan enlaces de comunicación entre miembros y mediante el almacenamiento de
los registros históricos de las decisiones. Además, puesto que las iniciativas ambientales
de las empresas requieren el estudio de nuevas prácticas y la introducción de tecnologías
limpias, es de esperar que el conocimiento ambiental se asocie positivamente con los dos
procesos para la creación de conocimiento en el seno empresarial.
En este trabajo planteamos que el equilibrio entre los procesos de combinación y
externalización permite que las nuevas ideas y acciones que repercuten en el
medioambiente queden sistematizadas a nivel organizativo. En otras palabras, los
procesos de combinación y externalización comentados en los apartados anteriores
proporcionarán unos stocks de conocimiento a nivel organizativo, es decir, el capital
ambiental estructural de la organización.
Por otra parte, tal como muestra la figura 3.5, el conocimiento ambiental puede
ayudar a superar las trampas derivadas del proceso de distribución de conocimiento.
Como señala Barker (1998), al hilar todo junto y plasmar el conocimiento resultante en
forma de bases de datos, procesos y protocolos, se posibilita que los diferentes agentes se
cuestionen a qué procesos deben dedicar su atención y cuáles son los más importantes de
cara a impulsar nuevas prácticas y técnicas ambientales. Con respeto a esto, algunos
autores sugieren que cuando la información o el conocimiento están fragmentados dentro
de una organización, las prácticas ambientales son difíciles de aplicar y, por
consiguiente, la relación con el cliente se resiente. Este hallazgo es coincidente con un
grupo nutrido de autores que mantienen la conceptualización del conocimiento ambiental
como el facilitador para satisfacer las expectativas de los interesados, que son
principalmente afectados por el compromiso ambiental no formal de las empresas.

83
FUENTE: Elaboración propia.

Figura 3.5.—Trampas del aprendizaje y conocimiento ambiental.

Siguiendo los argumentos expuestos, planteamos que el equilibrio entre los procesos
de comunicación internos (externalización) y externos (combinación) es esencial para la
creación de conocimiento ambiental; este conocimiento dotará a los miembros de la
organización de enlaces y nexos de unión, posibilitando la interacción entre el
conocimiento tácito y explícito que poseen los individuos y la propia organización.

3.3.4. Eficiencia del conocimiento ambiental

Galileo ya nos demostró lo útil que es recolectar conocimiento de cosas que se


puedan utilizar. A este respecto, el mantenimiento del conocimiento ambiental
desarrollado en el apartado anterior conlleva la existencia de un conocimiento
compartido o memoria organizativa a la que se acudirá en cada caso para reactivar el
conocimiento e integrarlo con otro nuevo. En otras palabras, el objetivo del
conocimiento ambiental recogido en la memoria organizativa consiste en que cada
individuo interiorice el conocimiento ambiental que ha surgido y lo recontextualice,
adapte y transforme en capital ambiental relacional adecuado a su operativa propia. Este

84
proceso de institucionalización, que hemos denominado «internalización ambiental», irá
más allá del almacenamiento y la manipulación de datos; se puede definir como el
conjunto de mecanismos mediante los cuales la organización formaliza la información
adquirida por los trabajadores y por los propios agentes externos para posteriormente
integrarla en conocimientos, habilidades y actitudes que añadan y generen valor en las
relaciones con los agentes externos, mejorando, por ejemplo, la conducta de los clientes
respecto a la organización y el medioambiente.
El proceso de utilización de conocimiento ambiental o proceso de internalización de
conocimiento ambiental en la organización quedaba definido anteriormente como el «Ba
de internalización». Este proceso marca el estadio de plenitud del proceso de aprendizaje
organizativo, integrando el conocimiento individual, grupal y organizativo en pautas de
comportamiento, «rutinas organizativas» tendentes a añadir y generar valor en los
clientes especialmente. Por otra parte, tal como vimos anteriormente, este proceso
dependerá de la capacidad de absorción de cada firma. En palabras de Cohen y Levinthal
(1990), la capacidad de absorción de la organización es la habilidad de esta para
reconocer el valor de un nuevo conocimiento externo, asimilarlo y aplicarlo a sus fines
comerciales. En este orden de ideas, debemos destacar, como nos señalan algunos
autores, que la lógica dominante determina de qué modo se aplica el nuevo conocimiento
generado en el exterior a los fines comerciales de la organización. La lógica dominante
puede interpretarse como una especie de filtro de información, mostrado como un
embudo que hace alusión a estructuras de creencias y marcos de referencias que
evidentemente se han formado a través de la experiencia y que en la terminología de
otros autores representarían la memoria organizacional, en nuestro caso conocimiento
ambiental.
Desde un punto de vista práctico, mediante este proceso los individuos internalizan el
conocimiento ambiental procedente de los documentos o modelos mentales compartidos
en su propia experiencia. Es por ello un proceso que analiza las experiencias adquiridas
en la implementación de los nuevos conocimientos ambientales o prácticas de trabajo.
Tal como hemos visto en el apartado anterior, este proceso de utilización se facilitará si
el conocimiento ambiental queda reflejado en documentos o se transmite en forma de
anécdotas, de modo que los individuos puedan volver a experimentar indirectamente la
vivencia de otros. Por todo ello, para la organización es interesante que se produzca la
internalización del conocimiento ambiental porque con ello se conseguirán objetivos
directos e indirectos, mientras que, entre las consecuencias directas, podemos mencionar
un funcionamiento ambiental mejorado de cara a las expectativas de los clientes,
demostrando así su compromiso con la responsabilidad y legislación ambientales. Entre
las consecuencias indirectas, podemos mencionar un ahorro de costes y una mejora del
control de gestión ambiental.
Es opinión de algunos autores, los principales beneficiarios e impulsores de la
utilización del conocimiento ambiental en los hoteles son los clientes. Como demuestran

85
los trabajos de otros autores, existe una relación positiva entre el conocimiento ambiental
de los directivos y la eficacia operativa, los beneficios y la imagen de la organización.
Por tanto, la utilización de conocimiento ambiental conduce a mejores relaciones con los
clientes basándose en la participación en las actividades ambientales, tales como la
regulación previa y la prevención de los problemas ambientales. Además, el
conocimiento ambiental permite llevar a cabo las nuevas tareas ambientales sin
problema y a su vez ofrecer un mejor servicio al cliente. De este modo, los hoteles
cuentan con que el conocimiento ambiental puede ofrecer un mejor servicio y más
competitivo a sus clientes, lo que podría mejorar los resultados de la organización.
En concordancia con lo expuesto, el conocimiento ambiental representará el conjunto
de recursos basados en el conocimiento tácito y explícito a disposición de la
organización en un determinado momento del tiempo, que constituyen un input para el
proceso de internalización. En este sentido, la figura 3.6 muestra la fase de utilización
del conocimiento como el proceso inverso de aprendizaje, es decir, cuando los
individuos y grupos (formales e informales) de la organización utilizan el conocimiento
de la empresa para aprender sobre las repercusiones ambientales; de ahí el sentido
inverso de las flechas en la aplicación de la experiencia. En palabras de Onge (1996), el
capital estructural proporciona a los miembros de la organización el soporte y
conocimiento necesarios para crear valor a los clientes en sus relaciones, es decir, crear
capital ambiental relacional. Por ejemplo, el conocimiento ambiental afecta a la
capacidad de mejora de la empresa para reaccionar y aplicar los cambios en respuesta a
factores externos.

86
FUENTE: Elaboración propia.

Figura 3.6.—El conocimiento ambiental repercute en el proceso de utilización de


conocimiento.

3.3.5. Influencia del proceso de utilización del conocimiento ambiental en los


resultados empresariales

Como ya se apuntó anteriormente, los directivos de las organizaciones tienen diversas


razones para utilizar el conocimiento ambiental como fuente generadora de ventaja
competitiva. Wagner (2005), por ejemplo, encontró una relación positiva entre las
estrategias ambientales corporativas y los resultados económicos. Según Bansal y Roth
(2000), la utilización del conocimiento constituye un foco potencial para el crecimiento
de las ventas al permitir a las organizaciones consolidar relaciones fuertes con los
clientes y oportunidades nuevas de desarrollo de mercado. Como señalan Simpson,
Taylor y Barker (2004), la utilización de conocimiento ambiental puede dar lugar a una
multitud de beneficios en las organizaciones. Martínez-Martínez, Cegarra-Navarro y

87
García-Pérez (2015) encontraron que el conocimiento ambiental a largo plazo mejora los
resultados empresariales. A este respecto, con la finalidad de recoger los beneficios que
más se repiten en la literatura relacionada con la aplicación de conocimiento ambiental y
su efecto en los resultados empresariales, hemos elaborado un resumen y pasaremos a
comentarlos uno a uno.

1. Mayor eficiencia derivada de la minimización de costes: argumento defendido por


numerosos autores. Esta ventaja puede ser debida a diversas circunstancias como: la
reducción del consumo o mejor aprovechamiento de materias primas, el uso más
eficiente de la energía, el aprovechamiento y venta de residuos, la reducción de la
creación de residuos, y menor pago de impuestos asociados a la reducción de niveles de
contaminación.
2. Mayor satisfacción del cliente: el beneficio resultante de la aplicación del
conocimiento ambiental es defendido por diversos autores. La satisfacción de un cliente
ante las iniciativas ambientales de los hoteles se puede traducir en fidelidad, tanto de
intención como de compromiso, es decir, recomendarán el hotel a sus amistades, si
pueden volverán a las instalaciones y le harán indiscutiblemente una buena publicidad
«boca a boca». Así también, si los clientes están más satisfechos, se producirá un
aumento del valor percibido por parte de estos y todo ello a su vez repercutirá en los
resultados empresariales.
3. Aprovechamiento de las nuevas oportunidades que ofrece el mercado: pudiendo
acceder a mercados emergentes de productos, servicios y tecnologías ambientales. Es
más, las empresas pioneras en innovación e inversión en conocimiento ambiental pueden
disfrutar de ventajas competitivas. Las restricciones impuestas por el entorno natural,
dada la limitación de recursos naturales existentes, en realidad representan fuentes
potenciales de ventajas competitivas para la organización. En cualquier caso, para que la
ventaja competitiva sea a largo plazo, ha de ser tácita, socialmente compleja y específica
de la organización. Se puede decir que aprovechar esta limitación se podría entender
como una nueva oportunidad de mercado.
4. Un aumento de la innovación en la organización: las organizaciones se ven
obligadas a reconsiderar sus procesos de producción por operar en sectores afectados por
problemas de degradación ambiental. El conocimiento ambiental impulsa la innovación
en tecnologías y métodos de producción más eficientes de cara a detectar y minimizar las
ineficiencias existentes en sus procesos.
5. Un aumento de la cuota de mercado: es el resultado de la diferenciación de
servicio o producto o la atención a las demandas de un colectivo de consumidores cada
vez mayor, que valora las cualidades ambientales de los servicios y productos.
6. La posibilidad de obtener mayores beneficios y mejores resultados económicos:
sin lugar a dudas, es el que más interés y debate ha despertado entre los investigadores,
ya que, pese a que muchos estudios han considerado otro tipo de ventajas competitivas,

88
en la mayoría de ellos se ha querido probar la repercusión de la utilización del
conocimiento ambiental en la mejora de los resultados empresariales. Así, diversos
autores señalan que las organizaciones que incluyan la sostenibilidad y valores
ambientales en sus planes estratégicos obtendrán mayores beneficios empresariales y una
mejora en su posición competitiva. Otros autores firman trabajos que ofrecen una visión
similar analizando casos reales en los que la adopción de prácticas de carácter ambiental
por parte de las empresas no está reñida con los resultados empresariales. Del mismo
modo, otras investigaciones, en este caso de carácter empírico, realizadas a partir de
metodología cuantitativa también encontraron vínculos positivos. Entre estas últimas
podemos mencionar los trabajos de Nehrt (1998), Sharma y Vredenburg (1998), Meinyk,
Sroufe y Calatone (2002), González y González (2005), Martínez-Martínez, Cegarra-
Navarro y García-Pérez (2015), Martínez-Martínez, Cegarra-Navarro y Wensley (2017),
entre otros.
7. Mejora de la imagen de la organización: unos buenos resultados ambientales
logran mejorar la imagen, crear una reputación ecológica de la organización y aumentar
la confianza de los grupos de interés (empleados, clientes, ecologistas…), lo que
incrementa la legitimidad social de sus actuaciones y afecta positivamente al balance
empresarial y comercial de las organizaciones. Con esta finalidad, numerosas
organizaciones están difundiendo información a través de códigos de conducta o
elaborando informes sobre sus actuaciones ambientales y sociales, como algunos autores
afirman, lo que demostraría su compromiso moral hacia los grupos de interés cuando
hacen negocio. Dichos informes se utilizan con el objetivo de ofrecer una buena imagen
corporativa, mantener la confianza de los grupos de interés, influir positivamente en la
percepción de sus actividades y obtener ventajas con respecto a sus competidores. Y,
dada la diversidad de metodología para la elaboración de estos informes y la falta de
credibilidad que ello suscitaba, se han desarrollado diversas normativas para regularlos
con el fin de establecer unos indicadores que contribuyan a la ordenación y la
transparencia de la información facilitada.

89
FUENTE: Adaptada de Nonaka y Konno (1998: 43).

Figura 3.7.—Proceso de creación y utilización del conocimiento ambiental.

A pesar de la discusión anterior, también hay autores que contradicen este argumento
y que defienden que no encuentran una relación positiva entre la utilización del
conocimiento ambiental y los resultados empresariales. Por ejemplo, Suprapto (2004)
determina que las relaciones son negativas o incluso neutras. Por su parte, De Burgos y
Céspedes (2001) manifiestan que los resultados son dispares y podrían ser explicados
por las diferencias existentes en la metodología de investigación utilizada en los
diferentes trabajos. En este manual hemos sido consecuentes con nuestros trabajos
previos y con la corriente que piensa en una relación positiva entre la utilización del
conocimiento ambiental y los resultados empresariales.

3.4. Resumen

Este capítulo lo comenzamos analizando la progresiva incorporación del


conocimiento ambiental a la gestión empresarial. El medioambiente, debido a los
recursos naturales limitados y a catástrofes ocasionadas por el hombre, entre otras
circunstancias, es un tema que suscita actualmente gran interés entre diferentes
colectivos, entre ellos las empresas, que están viendo cómo la gestión ambiental
repercute en sus actividades. Luego verificamos que el tema de este manual suscita gran
interés entre los diferentes colectivos, lo que avala que es un tema actual y novedoso

90
desde el punto de vista académico, así como empresarial.
Sin embargo, por lo novedoso del tema, no hemos encontrado trabajos que relacionen
todas las dimensiones que nosotros hemos tratado de manera conjunta. Así hemos
recogido una figura que muestra el modelo SECI según Nonaka y Konno (1998)
adaptado para la creación y utilización de conocimiento ambiental. Desde un punto de
vista práctico, el modelo aporta a los directivos una visión global de cara a implementar
un proceso de utilidad ambiental. Por ejemplo, los directivos preocupados por el
reciclaje total en su hotel lo que podrán hacer para adquirir conocimiento ambiental
colectivo y explícito es ayudarse de los procesos de externalización y combinación. Para
ello podrán crear un foro en la intranet del hotel con el fin de compartir las dudas sobre
los diferentes tipos de material para reciclar. Posteriormente, los argumentos presentados
en la literatura relevante nos dicen que el proceso de utilización de conocimiento
ambiental permitirá la internalización de este en la organización para su uso. Pensamos
que esta es una aportación digna de mencionar, dado que la organización, como
resultado de la aplicación del conocimiento ambiental, ayudará a sus empleados a
obtener mejores resultados.
Por otra parte, en el capítulo anterior analizamos la relación causa-efecto del
aprendizaje ambiental, y en este, las barreras que obstaculizan a las organizaciones para
adoptar e implementar ese conocimiento ambiental. Entre las barreras que más han
señalado las diferentes organizaciones se encuentran: la falta de recursos financieros, la
cultura organizacional, la estructura organizativa, el estilo de dirección, los recursos
humanos, la escasez de infraestructura industrial adecuada y la legislación y normativas
ambientales.
Por consiguiente, otra aportación digna de mencionar es la posibilidad de
contrarrestar estas barreras mediante los factores que facilitan la adquisición
(socialización) del conocimiento ambiental. Contrarrestar estas barreras y salvarlas
puede ser fuente de ventajas competitivas. Entre los principales resultados de
contrarrestar estas barreras encontramos: una mayor eficiencia derivada de la
minimización de costes, una mejora de la imagen de la organización, el aprovechamiento
de las nuevas oportunidades que ofrece el mercado, un aumento de la innovación en la
organización, la posibilidad de obtener mayores beneficios y la mejora de los resultados
económicos.

NOTAS
12 Eventos como la Comisión Brundtland de 1987, la Conferencia de Río de Janeiro en 1992 y el Tratado de
Maastricht de 1992, entre otros.

13 Unión Europea (2000). Feasibility and market study for European eco-label for tourists’ accomodations
(Fematour). Ámsterdam.
14 Small Luxury Hotels (SLH). www.hotel-online.com/News/PR2002_3rd/Aug02_SLHSurvey.html.

91
15 En la disciplina de organización de empresas, la influencia de la disponibilidad de recursos en el
comportamiento de las organizaciones y en el establecimiento de sus estrategias ha sido también ampliamente
estudiada.

16 Una comunidad de práctica verde sería un pequeño grupo de individuos, en comparación con el resto de la
organización, orientado a la gestión ambiental y la búsqueda de soluciones derivadas de la relación entre la
empresa y su entorno (Brown y Duguid, 1991).

92
4
CONOCIMIENTO AMBIENTAL DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA

Objetivos

• Conocer casos de éxito al utilizar el conocimiento ambiental en las


organizaciones.

93
4.1. Introducción

No queremos cerrar este manual sin destacar que se ha considerado el sector hotelero
porque se comparte lo que ya afirmaba Hiernaux (1989): «El turismo es un vector de la
globalización porque promueve flujos financieros, de mercancías, de personas y de ideas
a nivel planetario». En términos más específicos, se ha resaltado la importancia del
turismo en relación con su impacto en la industria de la construcción, en los sistemas de
transporte, el movimiento de divisas, la generación de empleo y la penetración de
empresas multinacionales y de modelos culturales exógenos.
Existen diversos estudios empíricos que relacionan algunos de los conceptos que
hemos desarrollado en este trabajo, pero hemos encontrado cierta carencia de trabajos
que relacionen todos los conceptos en un mismo estudio. Por eso hemos decidido revisar
por separado los trabajos que relacionan cada concepto con el conocimiento ambiental,
conceptos como la adquisición, la distribución, la utilización del conocimiento ambiental
y los resultados empresariales.
Para llevar a buen término el objetivo anterior se ha realizado una revisión de la
literatura empírica más relevante, en distintos ámbitos nacionales e internacionales,
sobre la relación entre el conocimiento ambiental y la mejora de los resultados
empresariales, medidos en algunos casos mediante indicadores económico-financieros.
De este modo se pretende determinar si la utilización de conocimiento ambiental incide
positivamente en los resultados empresariales.
La mayoría de los estudios han utilizado como metodología de investigación el
cuestionario y/o el estudio de casos, centrándose sobre todo en organizaciones
pertenecientes a un determinado sector de actividad, en organizaciones de gran
dimensión o, en algunos casos, en organizaciones cuya actividad principal está
considerada de alto riesgo para el medioambiente.

4.2. ¿La gestión del conocimiento ambiental mejora los resultados empresariales?

El objeto de este capítulo es recoger evidencias de trabajos que han demostrado sobre
organizaciones reales que la gestión del conocimiento mejora los resultados
empresariales, es decir, casos de éxito en la temática que desarrollamos en este manual.
Con esta finalidad seguiremos desarrollando nuestro objetivo recogiendo trabajos que
relacionan la adquisición, distribución y utilización de conocimiento ambiental con los
resultados empresariales. Por un lado se ha decidido revisar los trabajos empíricos

94
dedicados a la adquisición, distribución y utilización de conocimiento ambiental, y, por
otro, los trabajos empíricos centrados en la mejora de los resultados empresariales
mediante la aplicación de alguno o algunos de los términos citados anteriormente.

4.3. Adquisición, distribución y utilización del conocimiento ambiental

Según la literatura revisada desde una perspectiva académica, el punto de inflexión a


partir del cual los aspectos ambientales son incorporados a los paradigmas organizativos
se puede situar en la publicación, en el año 1995, del número especial «Fórum sobre
organizaciones ecológicamente sostenibles», de la revista Academy of Management
Review (vol. 20, n.º 5). En ella se recogían artículos de carácter teórico que constituyeron
en su momento «una base sólida para el tratamiento de la materia desde una perspectiva
científica». A partir de entonces, los trabajos publicados sobre este tema han sido de
mejor naturaleza empírica, y con mayor repercusión en el mundo empresarial, tanto que
muchas de las revistas más prestigiosas del campo de la gestión empresarial 17 , y otras
especializadas surgidas posteriormente, han prestado en los últimos años una mayor
atención a este tema, publicando numerosos trabajos sobre la cuestión ambiental en la
organización, abarcando aspectos como la adquisición, distribución y utilización de
conocimiento ambiental.
En el año 2000, la revista Academy of Management publicaba igualmente un número
monográfico denominado «Gestión de organizaciones en el entorno natural» 18 , con
artículos científicos relacionados con la gestión organizativa teniendo en cuenta el
medioambiente, esta vez de carácter empírico, con una riqueza tanto en métodos
cualitativos y cuantitativos como en la utilización de una amplia variedad de técnicas
estadísticas, que muestran cómo los trabajos han ido ganando en rigor y en madurez.
Cierto es que se puede apreciar un sesgo en los artículos publicados hacia sectores más
contaminantes, mientras que las investigaciones dirigidas a industrias no tan
contaminantes, como las pertenecientes al sector servicios —caso de esta investigación
—, han recibido menos publicaciones.
Tras el número monográfico, la investigación especializada en medioambiente se ha
consolidado como una de las líneas principales en el área de organización de empresas a
nivel mundial. La importancia de este tema se puede comprobar por los abundantes
trabajos publicados y los números especiales dedicados a esta materia en las revistas más
relevantes del área.
Esta evolución no solo se ha conseguido en el ámbito internacional: también en
nuestro país ha habido en la última década un incremento notable del número de
publicaciones, que han aumentado su rigurosidad y su carácter empírico.
Como trabajo conceptual se puede destacar el de algunos autores que realizaron
entrevistas en 20 organizaciones pertenecientes al American Productivity and Quality
Center. Investigaron la manera en que las empresas mejoran sus beneficios empresariales

95
por la distribución interna de su conocimiento ambiental. Su estudio ofrece numerosos
ejemplos de empresas que han tenido éxito en la realización de la distribución del
conocimiento ambiental, pero no han diseñado propiamente una metodología.
En el estudio se discute que los beneficios por compartir conocimiento ambiental
externo entre los miembros de un grupo de trabajo se incrementan cuando dicho grupo
cuenta con una diversidad estructural. Esto es, existen diferencias en la situación
geográfica, en las tareas funcionales, en los jefes a quienes informar del desarrollo de las
actividades y en las unidades de negocio. El estudio contempla una investigación
cualitativa y una investigación cuantitativa. En la primera se emplean documentos, bases
de datos y 20 entrevistas. Por otra parte, en investigación cuantitativa se realizan 182
cuestionarios a directivos y 957 cuestionarios a miembros de grupos de trabajo usando
análisis longitudinal. El estudio concluye afirmando que la distribución de conocimiento
ambiental externo entre los miembros de un mismo grupo de trabajo está fuertemente
relacionada con los beneficios empresariales cuando existe diversidad estructural,
específicamente en lo referente a las tareas funcionales y a los jefes a quienes hay que
informar sobre el desarrollo de las actividades.
Asimismo, existe constancia del trabajo de algunos autores que han investigado la
transferencia o distribución interna del conocimiento en equipos de trabajo de seis
empresas londinenses del sector informático, mediante entrevistas y 116 cuestionarios,
usando el análisis de regresión y ecuaciones estructurales. Las conclusiones de estos
trabajos señalan que la principal barrera de la transferencia interna es el conocimiento
tácito, y que los factores contextuales, en particular los mecanismos de comunicación
mediante los cuales las organizaciones transfieren sus competencias con alto porcentaje
de conocimiento tácito, son particularmente significativos para el éxito de las
transferencias internas.
Por otra parte, el estudio de Soo et al. (2002) examina el proceso de adquisición de
conocimiento ambiental, así como los usos y beneficios de la gestión del conocimiento
ambiental en seis empresas de diferentes sectores (servicios e industria). A través de 357
cuestionarios y 150 entrevistas, los autores identifican que los sistemas informales son
una fuente importante de adquisición y transferencia de conocimiento ambiental, pero su
dependencia puede ser perjudicial. Para evitar la aleatoriedad en el uso de este tipo de
sistemas, los autores proponen que estos deben ser más estructurados en tiempo y
espacio, y concluyen que la adquisición de conocimiento ambiental es posible cuando la
organización cuenta con un sólido sistema de comunicación informal, respaldado por un
sistema de mecanización de información idóneo, y cuando la alta dirección está
convencida del beneficio que se obtiene al fomentar este proceso.
También Nerkar (2003) analizó 15.345 patentes de 33 empresas farmacéuticas
durante un período de 7 años y, mediante análisis de regresión, sugirió que los beneficios
de las organizaciones en situaciones competitivas se maximizan con la exploración
(adquisición de conocimiento) de las patentes más que con su explotación.

96
Por otro lado, Tsai (2001) discute que en una organización con múltiples unidades
organizativas, estas pueden realizar más innovaciones y disfrutar de mejores beneficios
si ocupan una posición central en los sistemas intraorganizativos de la empresa, una
posición que les permita el acceso a un nuevo conocimiento ambiental desarrollado por
otras unidades organizativas, lo que depende de su capacidad de asimilación o su
habilidad para reproducir con éxito un nuevo conocimiento. Tsai analiza 24 unidades de
negocio en una empresa petroquímica y 36 unidades de negocio en una empresa
alimentaria, utilizando un método de análisis de regresión jerárquico. Los resultados
muestran que el acceso al conocimiento externo y la capacidad de aprendizaje interno
son importantes para la mejora en la adquisición de nuevos conocimientos ambientales y
en los beneficios de una unidad organizativa.

4.4. Mejora de los resultados empresariales mediante implantación de nuevos


conocimientos ambientales

En este apartado se han recopilado algunos de los estudios más relevantes en este
ámbito, únicamente con la finalidad de seguir mostrando la idea que venimos
manifestando en este trabajo. Para ello hemos revisado los trabajos empíricos que
evidencian el análisis de la relación existente entre conocimiento ambiental y resultados
empresariales de la organización, como indicador de competitividad, considerando
varias nacionalidades extranjeras, diferentes sectores, así como distintos tamaños
organizativos. Dicho análisis recoge una selección en la siguiente tabla, que recoge
cuatro columnas: la primera con el nombre del autor o autores del trabajo de
investigación, la siguiente con la fecha del trabajo, la que sigue a continuación con la
metodología empleada para dicha investigación y la última con las conclusiones más
relevantes obtenidas en los diversos trabajos.

TABLA 4.1
Conocimiento ambiental y resultados empresariales1920

Autor Año Metodología Conclusiones

Bragdon y 1972 17 empresas de Estados Unidos de la industria La responsabilidad medioambiental


Marlin de la pulpa y el papel. Análisis de los (RM) medida a través de índices
resultados de una investigación realizada por económicos (rentabilidad
Council on Economic Priorities (CEP). financiera, ROE3, rentabilidad
Período de análisis: 1965-1970. económica, ROCE4 y crecimiento
de los beneficios por acción)
evidencia una relación positiva con
la RM.

Belkaoui 1976 50 empresas de Estados Unidos con/sin datos A mayor utilización de


sobre contaminación en los informes anuales conocimiento ambiental en las
de 1970. Análisis de resultados de los datos de organizaciones, menor

97
mercado públicos de valores ajustados al contaminación y mayor
riesgo. Período de análisis: 12 meses antes y rendimiento de la acción ajustada al
después de la información del dosier anual. riesgo.

Shane y 1983 58 empresas de Estados Unidos consideradas Con un limitado nivel de


Spicer altamente contaminantes (pulpa y papel, adquisición y utilización de
energía eléctrica, petróleo, hierro y acero). conocimiento ambiental y en un
Análisis de regresión. Período de análisis: entorno de bajo nivel de control de
1970-1975. la contaminación por las
organizaciones, se obtuvieron
rendimientos empresariales
negativos.

Rockness, 1986 21 empresas de Estados Unidos del sector Ante una mayor consideración del
Schlachter y químico. Análisis de regresión. medioambiente, reducción del
Rockness vertido de residuos químicos y
mayor ROE.

Barth et 1995 257 empresas de Estados Unidos de Analizadas las actuaciones


al. diversos sectores (servicios, medioambientales
automóvil y químico). Análisis de realizadas por las
los resultados obtenido de una organizaciones, se observa
investigación realizada por que ante aplicaciones de
Compustant & Securities Data conocimientos ambientales
Corporation. Período de análisis: la valoración de mercado
1989-1993. aumenta.
Diltz 1995 159 empresas de Estados Unidos consideradas Se adquiere y utiliza el
de riesgo contaminante. Análisis de regresión. conocimiento ambiental y se
Período de análisis: 1989-1991. observa una reacción de mejora de
cuota de mercado y mayor
aceptación social.

Hart y 1996 127 empresas de Estados Unidos del sector de La adopción de políticas
Ahuja minería y producción. Análisis de regresión. medioambientales provoca mejoras
Período de análisis: 1989-1992. en los sistemas de gestión
medioambiental y en la actuación
medioambiental.

Klassen y 1996 100 empresas de Estados Unidos de diversos El anuncio de utilización de


McLaughlin sectores: producción, servicios, extracción de conocimiento ambiental en la
gas y petróleo. Análisis de regresión. Período organización provoca la mejora
de análisis: 1985-1991. ambiental y el valor en bolsa de la
organización.

Nehrt 1996 50 empresas de Brasil, Canadá, España, La anticipación del uso de


Estados Unidos, Portugal, Finlandia y Suecia tecnologías y el conocimiento
fabricantes de blanqueadores químicos de ambiental para reducir costes y
pulpa de papel. Período de análisis: 1983- disminuir contaminación genera un
1991. ingreso neto.

Blacconiere 1997 72 empresas de Estados Unidos del sector La adquisición de conocimiento


y Northcurt químico. Análisis de regresión y estudios de ambiental en la organización
casos. Período de análisis: 1985-1986. genera cambios positivos en el

98
valor de la acción en el mercado.

Ahmed, 1998 655 empresas de Estados Unidos de diversos Las organizaciones que tienen
Montagno sectores, todos ellos considerados altamente preocupación ambiental y utilizan
y Firenze contaminantes, divididas en dos grupos: con y conocimientos ambientales reflejan
sin preocupación ambiental. mejoras en la cuota de mercado,
volumen de ventas, productividad,
ganancias anuales y rentabilidad.

Wagner, 2002 248 empresas de Alemania, Italia, Reino Las actuaciones ambientales
Van Phu, Unido y Países Bajos de la industria del papel. mejoran los indicadores
Azomahu y Análisis de regresión. Período de análisis: económicos.
Wehrmeyer 1995-1997.

Menguc y 2003 140 empresas de Australia de varios sectores. La aplicación de conocimientos


Ozanne 140 de las 485 mayores empresas ambientales repercute
manufactureras del país. favorablemente en el beneficio
después de impuestos y en el
aumento de la cuota de mercado.

Fraj, Matute 2013 Una población de 356 hoteles españoles, Este estudio refuerza la idea de que
y Melero establecimientos incluidos en la Guía de las organizaciones que se orientan a
Hoteles y Campings 2010 publicada por aprender y a innovar van a estar
Turespaña y el Ministerio de Industria, más preparadas para adoptar
Comercio y Turismo. La muestra de 250 posicionamientos más proactivos
hoteles. en su estrategia medioambiental.

Martínez- 2015 Estudio empírico y longitudinal que El uso del conocimiento ambiental
Martínez, comprende 6 años (2008-2014) con una posibilita que se mejoren a largo
Cegarra- muestra de 127 y 87 empresas hoteleras plazo los resultados empresariales.
Navarro y españolas respectivamente.
García-
Pérez

FUENTE: Elaboración propia.

Por otra parte, en el presente apartado hemos recopilado algunos de los estudios más
relevantes en este ámbito a nivel nacional, los trabajos empíricos que evidencian el
análisis de la relación existente entre conocimiento ambiental y resultados empresariales,
considerando organizaciones nacionales, del sector turístico, y de distintos tamaños. A
continuación hemos referenciado algunos de los estudios llevados a cabo por autores
españoles acerca de la gestión ambiental de las empresas hoteleras en nuestro país,
gestión por la que las organizaciones obtienen mejores resultados empresariales.
También desde una perspectiva empírica, clasifican un total de 242 establecimientos
hoteleros en función de las diferentes dimensiones que contribuyen a explicar su
respuesta ante las consideraciones de tipo medioambiental. Dichas dimensiones se
sintetizan en las cuatro siguientes: la presión del entorno social, la formalización de la
gestión ambiental, la necesidad de llevar a cabo una gestión de conocimiento ambiental y
la utilización de técnicas de dirección de operaciones, observando cómo la utilización de
conocimiento ambiental mejora los resultados empresariales.

99
En sus diversos trabajos, Aragón (1995) expone las conclusiones derivadas de la
realización de un estudio empírico sobre la actividad turística de diferentes municipios
pertenecientes a parques nacionales en relación con la de otros circundantes que no
pertenecen a dichos parques, mostrando los beneficios de la aplicación de conocimientos
ambientales, si bien con el matiz de que en este caso esta viene dada por la imposición
de la legislación tremendamente restrictiva que afecta a este tipo de territorios.
Asimismo, en la investigación de León y González (1995) se analizan los diferentes
problemas a los que debe hacer frente el archipiélago canario como consecuencia de su
orientación hacia el turismo de masas, agrupándolos en siete categorías diferentes:
contaminación atmosférica y cambio climático; erosión y degradación del suelo;
contaminación y degradación del litoral marino; agotamiento y degradación de las aguas
subterráneas; pérdida de biodiversidad; degradación del paisaje, y pérdida de calidad del
medioambiente urbano. La solución a esta problemática la plantean, desde una
perspectiva teórica, a través de una estrategia de desarrollo sostenible que pasaría por
elaborar y poner en práctica planes en consonancia con los programas de acción
medioambiental de la Unión Europea y la estrategia mundial para la conservación de la
naturaleza.
En un estudio posterior, estos mismos autores clasifican 300 establecimientos
hoteleros en función de las estrategias de gestión de conocimiento medioambiental
adoptadas. Concretamente, consideran la utilización de cuatro estrategias: reactiva,
defensiva, acomodativa, o proactiva. También analizan la importancia de la protección
medioambiental para los principales colectivos o grupos de interés relacionados con la
actividad turística, así como su efecto en los resultados empresariales.
Según un estudio empírico realizado sobre diversos espacios naturales de la isla de
Mallorca, Riera (2000) elabora un modelo para valorar la utilización de conocimiento
ambiental en espacios turísticos, así como para explicar las posteriores preferencias en la
elección de destinos y su repercusión en los resultados empresariales. Por su parte, otros
autores plantean desde una perspectiva jurídica la necesidad no solo de un régimen
sancionador para evitar el deterioro del medioambiente y posibilitar así un desarrollo
sostenible, sino además la conveniencia de que las nuevas inversiones contemplen ya de
partida estos planteamientos, llegando incluso a postular la posibilidad de que exista una
imposición legal para la inversión y puesta en marcha de conocimientos ambientales,
esperando que se vean afectados positivamente los resultados empresariales.
Algunos autores indican diversas aportaciones teóricas que justifican los cambios en
los modelos turísticos incorporando en ellos el interés por el conocimiento ambiental y la
ordenación del territorio en relación con el medioambiente, basándose en la creciente
preocupación social por los impactos ambientales de las actividades turísticas, la
demanda cada vez mayor de nuevas experiencias por parte de los turistas y la voluntad
firme de integrar la conservación del medio natural y las políticas de desarrollo
económico, así como su impacto en la organización.

100
Otros autores llevan a cabo un estudio empírico sobre consumidores turísticos con el
fin de contrastar la relación bidireccional positiva que postulan entre los resultados de las
actividades de las organizaciones turísticas y el medioambiente.
Finalmente, Martínez-Martínez, Cegarra-Navarro y Wensley (2017) recogen un
estudio longitudinal donde el conocimiento ambiental de los agentes es un aspecto clave
que deben contemplar las empresas que quieran diferenciarse de su competencia.
Asimismo, Martínez-Martínez, Cegarra-Navarro y García-Pérez (2017) realizan un
estudio longitudinal que comprende seis años y apuntan a que las empresas deben ser
ambidiestras, esto es, explotar y explorar conocimiento ambiental para lograr mejorar
sus resultados.

4.5. Resumen

Aquí recogeremos algunos aspectos importantes no solo de este último capítulo sino
de este trabajo. La primera contribución de este manual es cuestionar los modelos
existentes sobre la relación entre el aprendizaje y el conocimiento ambiental. Para ello el
concepto de aprendizaje fue analizado y descrito a través de los procesos de adquisición
y distribución de conocimiento y también hemos analizado su impacto en el
conocimiento ambiental. Consideramos que la adquisición de conocimiento es el paso
previo en el proceso de creación de conocimiento ambiental.
La revisión de la literatura realizada nos sugiere que es poco probable que se
promueva el conocimiento ambiental, a nivel de la organización, sin que medie la
distribución de conocimiento entre la adquisición de conocimiento y la utilización del
conocimiento ambiental. En este sentido, este trabajo ofrece un punto de partida para
reunir a clientes y directivos de hoteles en la aplicación de una red de creación de
conocimiento de las medidas comunes organizativas para la utilización de conocimiento
ambiental.
Hemos discutido también la idea de que determinadas prácticas tienen que ser
implementadas para adquirir, distribuir y aplicar el conocimiento ambiental y contribuir
a su difusión y su retención dentro de una organización.
Se debe considerar también que debido a que muchos directores de hoteles están
sobrecargados de trabajo, es probable que se vean obligados a recortar sus fuentes de
información. Por ejemplo, por falta de tiempo pueden no escuchar activamente a sus
clientes y esta situación los puede llevar a realizar un exceso de inversión en el
desarrollo de iniciativas de promoción y a proveer menos recursos a los mecanismos y
aspectos que se traduzcan en una red de distribución de conocimiento ambiental.
La falta de relación directa entre la adquisición de conocimiento y el conocimiento
ambiental puede explicarse por el hecho de que, antes de que el conocimiento ambiental
se pueda crear, nuevos conocimientos deben ser integrados y revisados. Esto significa
que los conocimientos ambientales compartidos, las creencias, la confianza y la

101
previsibilidad que surgen entre los empleados y directivos han sido creados a través de
los diferentes mecanismos del proceso de adquisición de conocimiento, y constituyen un
antecedente importante previo a la utilización del conocimiento ambiental.
Por otra parte, se logrará muy poco del conocimiento adquirido si los miembros de la
organización no lo transfieren al resto de los miembros. Es decir, este conocimiento
ambiental necesita ser distribuido a través de la combinación y los procesos de
externalización, ya que gran parte de los conocimientos del individuo se adquieren como
consecuencia de la interacción con agentes externos, es probable que en su mayoría
tácitos. Por todo ello, es necesario convertir este conocimiento en conocimiento social,
ya sea en forma explícita o en forma de procesos, procedimientos y normas, o bien en
forma tácita, compartiendo valores y factores culturales entre los integrantes de la
organización.
Algunos de los conocimientos que las personas tienen pueden ser incompletos,
defectuosos o simplemente incorrectos (por ejemplo, los nuevos requisitos exigidos por
la ley de vertidos residuales). Esta idea también es reconocida por diversos autores, que
sugieren que las iniciativas ambientales a menudo suponen un conocimiento tácito que
solo puede ser transmitido mediante prácticas formales (reuniones, procedimientos,
protocolos, etc.). En este marco, los directivos deben ser conscientes de que la
experiencia crea filtros perceptivos que hacen que los expertos no se den cuenta (o no
quieran darse cuenta) de los cambios sociales y ambientales que afectan negativamente a
sus intereses. La revisión de la literatura realizada en este trabajo apoya las ideas de
diversos autores, quienes ponen de relieve que los expertos tienden a pasar por alto los
acontecimientos relevantes que quedan fuera de su dominio.
Por tanto, a través de la combinación y los procesos de externalización las personas
actualizan sus modelos mentales, y los esfuerzos de la organización se centran en los
problemas que son más importantes para ella y en sus repercusiones ambientales, que a
su vez facilitan la fácil recuperación del conocimiento ambiental.
Con respecto a la relación entre el conocimiento ambiental y su posterior utilización,
los resultados apoyan la posición de que la utilización del conocimiento es probable que
no se vea lograda si el hotel no tiene una base sólida de conocimientos para tomar las
decisiones correctas y dar prioridad a las actividades vinculadas a cuestiones
ambientales. Por tanto, la utilización del conocimiento ambiental es probable que sea
fundamental para conseguir una ventaja competitiva y, por tanto, responder a la creciente
demanda de clientes para los programas ambientales. Además, sugerimos que el uso del
conocimiento puede ayudar en la identificación de los objetivos y las exigencias
ambientales de los agentes externos. Por ejemplo, una base sólida de conocimientos de
todo tipo de eventos ambientales, por ejemplo alojamiento en la ciudad, visitas de
museos, centros de convenciones, edificios históricos y parques, o fuera de la ciudad,
contribuirá a crear relaciones y experiencias con todos los clientes, haciendo que sea más
fácil para los hoteles ayudarlos con sus preguntas. Considerando esto, el conocimiento

102
ambiental debe basarse en los resultados de la auditoría de gestión y debe abordar todas
las necesidades posibles y materializarlas en los cambios necesarios en las políticas,
objetivos y otros elementos de la organización, en otras palabras, debe ser latente en la
empresa las circunstancias cambiantes y el compromiso de mejora continua.
En cuanto a la relación entre la utilización del conocimiento ambiental y los
resultados empresariales, los numerosos trabajos consultados, de esta temática, apoyan la
posición de que, con el fin de mejorar los resultados empresariales, las organizaciones
necesitan proporcionar y apoyar los procesos de utilización de conocimiento ambiental.
Por tanto, una organización, para crecer y prosperar en un entorno dinámico como el
mercado hotelero español durante el período que hemos examinado, debe utilizar su
conocimiento ambiental. Esto confirma la posición adoptada por algunos autores cuando
argumentan que los hoteles deben planificar las actividades de protección ambiental para
reducir el consumo de energía, agua y materiales, disminuyendo así los costes
operativos. En otras palabras, mientras que los agentes externos se orientan a la
necesidad de preservar el medioambiente local, las empresas están animadas por los
beneficios que pueden percibir, así como por una oportunidad para reducir costes de
operación, adaptarse a las regulaciones ambientales (así evitarían sanciones) y eliminar
las posibles presiones que pudieran existir al no considerar en sus operaciones el cuidado
del medioambiente.
En conclusión, la utilización de conocimiento ambiental también debe involucrar
cambios en la organización (por ejemplo, las tecnologías, la estructura, responsabilidad,
etc.), circunstancias que a su vez pueden implicar una mejora inicial en costes y posterior
mantenimiento y mejora. Por todo ello, sostenemos que el coste de la aplicación de
programas ambientales en el sector hotelero no es demasiado elevado y los beneficios
económicos e institucionales son a menudo a largo plazo. Afirmamos también que no
solo se podrán mejorar los resultados empresariales, sino que los resultados sociales
(imagen, reputación…) también se verán afectados positivamente.

NOTAS
17 Como son Harvard Business Review, Academy of Management Journal, California Management Review,
Journal of Management Review, Greener Management, Business and the Environment, Business Strategy and the
Environment, Ecological Economics, Corporate Environmental Strategy…

18 The management of organizations in the natural environment.

19 ROE, indicador de la rentabilidad sobre los recursos propios. Mide la rentabilidad que obtienen los accionistas
de los fondos invertidos en la sociedad, es decir, la capacidad de la organización de remunerar a sus accionistas.

20 ROCE, indicador económico. Mide el desempeño de los accionistas en relación con la utilidad obtenida en un
período.

103
5
CONSIDERACIONES PRÁCTICAS FINALES

104
De acuerdo con los planteamientos analizados en el marco del crecimiento sostenible,
la empresa debe buscar la diferenciación y desarrollar recursos y capacidades clave para
su competitividad a fin de lograr la supervivencia en un entorno tan cambiante como el
actual. Hay muchos métodos para la gestión del conocimiento ambiental, pero las
organizaciones todavía muestran cierta reticencia ante la adopción de programas
ambientales. La idea general de muchos directivos es que la responsabilidad social
basada en las consideraciones medioambientales puede ser contraria a los objetivos de la
organización y a su rendimiento. Este trabajo, fundamentado en la revisión de estudios
teóricos y empíricos, contradice estas creencias y muestra que los hoteles que respetan y
cuidan el medioambiente arrojan mejores resultados organizativos que los hoteles que no
lo respetan y cuidan.
Desde un punto de vista práctico, este trabajo pone de manifiesto que las
organizaciones deben adquirir conocimiento ambiental y gestionarlo de manera
adecuada para maximizar los beneficios que se puedan derivar de esta explotación de
conocimiento ambiental, como por ejemplo la mejora de los resultados empresariales.
Por consiguiente, otra aportación del presente trabajo es una reflexión sobre la
importancia de una correcta gestión ambiental y su impacto positivo sobre la
competitividad de la organización en términos de costes y diferenciación. El modelo que
proponemos depende de un proceso de tres etapas: adquisición, distribución y
utilización. Este proceso ha sido un interesante marco de análisis para comprender cómo
el conocimiento ambiental surge y se puede utilizar para mejorar los resultados de una
organización.
Por otra parte, al analizar los factores facilitadores del modelo propuesto en el
capítulo 2 se ha detectado que el «factor humano» se repite en todas las fases. En
concreto, el papel de los empleados es decisivo para poder llegar a disponer de
conocimiento ambiental. Esta circunstancia es importante, dado que las organizaciones
pueden sobrevalorar los procesos ambientales y subestimar el papel que desempeñan los
empleados en la consecución del conocimiento ambiental. Desde un punto de vista
práctico, los directivos deben ser conscientes de que, para alcanzar conocimiento
ambiental, es imprescindible reconocer que la verdadera riqueza y utilidad de la gestión
del conocimiento ambiental no está en la distribución masiva de documentos o en la
explotación de grandes bases de datos, que pueden no resultar útiles para nadie, sino que
el verdadero valor está en las personas, en la posibilidad de compartir ideas y visiones
que no están documentadas, y así, apoyadas por los medios de mecanización de

105
conocimiento ambiental, hacer posible la automatización de los procesos humanos.
Tras la revisión de la literatura científica en materia ambiental, se ha constatado que
determinadas barreras dificultan la creación del conocimiento ambiental. Entre ellas, la
falta de cultura organizacional, el estilo de dirección, la escasez de infraestructura
adecuada, etc. A este respecto, el proceso de socialización o de adquisición de
conocimiento es un rasgo de la cultura organizativa que facilita en gran medida vencer
las mencionadas barreras, ya que la clave para que las empresas logren crear el
conocimiento no reside tanto en disponer de recursos complejos como en gestionar
adecuadamente el compromiso ambiental, para lo cual son necesarias la presencia de una
clara voluntad de hacerlo y la voluntad de que este capital ambiental humano constituya
un pilar del proceso de distribución.
Sin embargo, puesto que la organización no opera en un espacio aislado, necesita
disponer de la información de agentes externos, así como de los agentes internos, para
crear conocimiento ambiental y posteriormente hacerlo propio. Por todo ello, los
resultados muestran que el proceso de adquisición de conocimiento (socialización) puede
que no sea suficiente, ya que es posible que los individuos que participan en este proceso
lleguen a enquistarse con ideas preconcebidas, dificultando la incorporación de nuevos
recursos y capacidades (capital ambiental estructural) o incluso no dando los pasos
necesarios para que su aportación se mantenga en el futuro (capital ambiental relacional).
De esta manera la combinación y la externalización son las capacidades básicas que
ayudan a la socialización a generar ventajas competitivas y transformar el capital
ambiental humano en capital ambiental estructural.
Por consiguiente, otra aportación radica en que la adquisición de conocimiento
requiere procesos mediadores de combinación y externalización para poder distribuir el
conocimiento ambiental. Asimismo, el proceso de aprendizaje ambiental requiere los
factores facilitadores para adquirir conocimiento. Estos aspectos son importantes en el
debate permanente de la relación entre las prácticas ambientales y el rendimiento
organizacional, ya que los hoteles pueden estar sobreestimando la adopción de procesos
de adquisición de conocimiento ambiental y menoscabando la importancia de
mecanismos para facilitar el flujo de creación de dicho conocimiento (es decir, los
procesos de combinación y los procesos de externalización). En este sentido, los hoteles
que tengan en cuenta el aprendizaje ambiental organizacional como un proceso lineal (es
decir, la adquisición de conocimiento → distribución de conocimiento → conocimiento
ambiental → uso del conocimiento ambiental) pueden esperar lograr niveles más altos en
la introducción de iniciativas ambientales en la empresa.
En consecuencia, en el contexto del conocimiento ambiental, es importante señalar
que los directivos deben alentar a los empleados a distribuir rápidamente su
conocimiento, como paso previo para utilizarlo de manera efectiva en un paso posterior.
Estos resultados sugieren, además, que la adquisición de conocimiento es importante,
pero no lo suficiente para crear conocimiento ambiental. Una posible explicación de

106
estos resultados sería el hecho de que las preocupaciones ambientales de los directivos
están condicionadas por ideas preconcebidas, como las creencias, la confianza y la
previsibilidad, que se han adquirido a lo largo del tiempo. Por tanto, a través de los
procesos de combinación y externalización, los directivos pueden actualizar sus ideas
preconcebidas y ayudar a los empleados a resolver problemas relacionados con el
medioambiente de la forma más eficaz.
Y por último, observamos además que la utilización del conocimiento ambiental
depende en gran medida de hacer presente el conocimiento ambiental, de modo
continuo, en la introducción de nuevas políticas y planes. Esto significa, para la gestión
del conocimiento ambiental, que cuando una iniciativa ambiental ha sido desarrollada
para mejorar la satisfacción de los clientes, la organización debe ocuparse de que estos la
perciban y se impliquen en su desarrollo y mejora. Esto a su vez puede afectar a la
creación de nuevos conocimientos ambientales, por ejemplo, en términos de mayor
confianza de los inversores, satisfacción del cliente o la lealtad, que a su vez posibilita la
fácil recuperación del conocimiento ambiental necesario de las bases de conocimiento y
permite a los usuarios aplicarlo en las iniciativas ambientales de la organización para
lograr mejorar los resultados cuidando el entorno.

107
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116
Edición en formato digital: 2018

Director: Miguel Santesmases

© Aurora Martínez Martínez, Juan Gabriel Cegarra Navarro


© Ediciones Pirámide (Grupo Anaya, S.A.), 2018
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15
28027 Madrid
piramide@anaya.es

ISBN ebook: 978-84-368-3880-0

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Conversión a formato digital: REGA

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117
Índice
Índice de símbolos 7
Prólogo 8
Introducción 11
1. Conocimiento ambiental 14
1.1. Introducción 15
1.2. El conocimiento ambiental en la nueva economía 17
1.3. Dimensiones del conocimiento 21
1.4. Capacidad de aprendizaje 23
1.4.1. Aprendizaje organizativo 24
1.5. Conocimiento ambiental como recurso estratégico en la nueva economía 30
1.6. Resumen 34
2. Aprendizaje ambiental 36
2.1. Introducción 37
2.2. Aprendizaje ambiental 38
2.2.1. Adquisición del conocimiento ambiental 39
2.2.2. Distribución del conocimiento ambiental 40
2.2.3. Utilización del conocimiento ambiental 41
2.3. Relación causa-efecto factores del aprendizaje ambiental 42
2.4. Factores facilitadores del aprendizaje ambiental 45
2.4.1. Factores que facilitan la adquisición (socialización) del conocimiento
45
ambiental
2.4.2. Factores que facilitan la distribución (externalización y combinación)
48
del conocimiento ambiental
2.4.3. Factores que facilitan la utilización (internalización) del
54
conocimiento ambiental
2.5. Factores orientadores del aprendizaje ambiental 60
2.5.1. Capital relacional ambiental (conocimiento ambiental) 61
2.5.2. Resultados empresariales del conocimiento ambiental 64
2.6. Resumen 66
3. El conocimiento ambiental y su aplicación para mejorar
69
resultados en la empresa
3.1. Introducción 70
3.2. Incorporación del conocimiento ambiental en la gestión empresarial 71

118
3.2.1. Antecedentes del conocimiento ambiental en el sector turístico 71
3.2.2. Barreras a la adopción del conocimiento ambiental 73
3.3. Aplicación práctica del conocimiento ambiental 75
3.3.1. Repercusiones de la adquisición de conocimiento en los procesos de
77
combinación
3.3.2. Repercusiones de la adquisición de conocimiento en los procesos de
80
externalización
3.3.3. Repercusiones del proceso de distribución en el conocimiento
82
ambiental
3.3.4. Eficiencia del conocimiento ambiental 84
3.3.5. Influencia del proceso de utilización del conocimiento ambiental en
87
los resultados empresariales
3.4. Resumen 90
4. Conocimiento ambiental de la teoría a la práctica 93
4.1. Introducción 94
4.2. ¿La gestión del c,onocimiento ambiental mejora los resultados
94
empresariales?
4.3. Adquisición, distribución y utilización del conocimiento ambiental 95
4.4. Mejora de los resultados empresariales mediante implantación de nuevos
97
conocimientos ambientales
4.5. Resumen 101
5. Consideraciones prácticas finales 104
Bibliografía 108
Créditos 117

119

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