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A R E N A S 

Revista Sinaloense de Ciencias Sociales


Número 21
Publicación trimestral de la Maestría en Ciencias Sociales.
Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Sinaloa.
Nueva época. Octubre-Diciembre, Otoño del 2009,
Mazatlán, Sinaloa, México.

*LA TEORÍA CRÍTICA Y LA REFLEXIÓN


*INVESTIGACIONES Y PROYECTOS DE
LA MAESTRÍA EN CIENCIAS SOCIALES

 
 
DIRECTORIO

Dr. Víctor Antonio Corrales Burgueño, Rector de la Universidad


Autónoma de Sinaloa.
Dr. José Alfredo Leal Orduño, Secretario General.
M.C. Giova Camacho Castro, Director de la Facultad de Ciencias
Sociales.
Dr. José Luis Beraud Lozano, Coordinador de Investigación y Posgrado
de la Facultad de Ciencias Sociales.

Consejo Editorial: Dr. Luis Astorga; Dr. José Luis Beraud; MC Pedro
Brito; Dr. Nery Córdova; Dr. Segundo Galicia; Dr. Ernesto Hernández
Norzagaray; MC René Jiménez Ayala; Dr. Arturo Lizárraga; MC Roxana
Loubet; Dr. Carlos Maciel; Dr. Arturo Santamaría; Dr. Liberato Terán.

Dirección Editorial:
Nery Córdova

Edición y Diseño Editorial


Pedro Humberto Rioseco Gallegos

Ilustraciones de ARENAS 21: Obra pictórica de Angelina Arias.

A R E N A S. Revista Sinaloense de Ciencias Sociales. Año 7, Nueva


Época, número 21, publicación trimestral de la Universidad Autónoma de
Sinaloa, editada por la Facultad de Ciencias Sociales y la Maestría en
Ciencias Sociales con énfasis en Desarrollo Regional. Domicilio: Ángel
Flores s/n, Centro, Culiacán, Sinaloa, CP 80000. Domicilio en Mazatlán:
Av. De los Deportes s/n, Ciudad Universitaria, CP 82127. Mail:
nerycor@yahoo.com.mx http://faciso.maz.uasnet.mx/editorial Tel.
(669)981-21-00 y 981-07-62.

*No están prohibidos el uso y la reproducción de los textos, citando


debidamente autoría y publicación.
*La UAS y la Facultad de Ciencias Sociales no necesariamente
comparten las reflexiones y las opiniones expresadas por los autores.

 
CONTENIDO

Presentación…………………………………..…............7

LA INVESTIGACION y la teoría crítica


Sergio Raúl GONZÁLEZ NÁVAR……………...........9

IMAGINARIOS Y VIEJOS ECOS SOCIALES:


“hombre nuevo”, “moral”, “revolución”
María Florencia GRECO……….……………………..20

EL CIUDADANO: sujeto de enunciación


Virginia LÓPEZ VILLEGAS…..………….................32

LA DISCOGRAFIA y la encrucijada digital


Cristian Daniel TORRES OSUNA….………………..48

POSMODERNIDAD Y TURISMO zapping: Hall


y Bauman vistos por Gilberto Giménez
Víctor Vladimir SÁNCHEZ MENDOZA………….....64

IDENTIDAD Y GENERO: su complejidad


Nathyely Lilian NAVA CRUZ………………………...72

LAS “NARCAS” sinaloenses


Ernestina LIZÁRRAGA LIZÁRRAGA………….…..83

NOTAS TEORICAS: la interpretación de la


“narcocultura”
Jorge Abel GUERRERO VELASCO………………..96

 
LA SOCIALIZACION en el bachillerato
Yolanda Jackeline ORTEGA AYÓN……………108

LA LECTURA y el aprendizaje significativo


Loyda Ángela TIRADO RAYGOZA…………….116

DINAMICA INMOBILIARIA y vivienda


en Mazatlán
Norma Rachel RODRIGUEZ ZAMUDIO………128

REFLEXIONES sobre la revista ARENAS


Carlos MACIEL SÁNCHEZ, “Kijano”…………141

 
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PRESENTACIÓN

Este número lo dedicamos en su mayor parte, y especialmente, a las


reflexiones teóricas y proyectos de investigación en curso de los
estudiantes de posgrado de la Facultad de Ciencias Sociales de la UAS.
Como ejercicio y relación con la esfera del conocimiento y las ideas, y
avalados y apoyados por tutores y miembros de los comités académicos
respectivos, los alumnos de la Maestría en Ciencias Sociales, con énfasis
en Desarrollo Regional, expresan también de esta forma su compromiso y
su preocupación, no sólo por la formación curricular, sino por las
problemáticas específicas que han previsto estudiar e investigar.
Se trata, claro está, de un abanico de temas como objetos de estudio
que tienen que ver con algunos de los diversos e ingentes problemas de
las realidades socioculturales, económicas y políticas que se registran en
la sociedad, en sus estratos y sectores, que los estudiantes del posgrado
han sabido observar y detectar y que asedian y aquejan con variada
sintomatología a la población. Así, ideas, teoría, investigación, ciencia,
estudio, análisis, reflexión, praxis, amén de los ecos heurísticos que
gravitan en el mundo social, en tanto sustancia cognoscitiva de la
cotidianeidad de una institución de educación superior, son una prueba
fehaciente y notoria de que es factible el quehacer académico con
rigurosidad, disciplina, altura de miras, intención de excelencia, en un
marco por supuesto de responsabilidad teórica y libertad de pensamiento.
Como podrá deducirse, la temática central que se aborda en
ARENAS 21, lo representan los propios proyectos de indagación en los
que se han involucrado los jóvenes investigadores del amplio campo
multidisciplinario de las ciencias sociales. Aunque en anteriores ediciones
han colaborado estudiantes de diferentes carreras, posgrados y escuelas
de la UAS, la presente ha sido una edición convocada en especial para los
maestrantes de la Facultad. Han respondido a la convocatoria. Sin
embargo, incluimos además algunos trabajos ad hoc en torno a otros
escenarios del trabajo teórico y empírico de las disciplinas sociales y
humanísticas, que son por principio de naturaleza histórica y contextual.
Los textos que abren esta entrega, colaboraciones de colegas de
otros centros universitarios, resultan oportunos y refuerzan la reflexión
metodológica. El doctor Raúl Sergio González Návar, de la Facultad de
Trabajo Social, se inmiscuye en temáticas y categorías de investigación
como un reto del enfoque frankfurtiano de la “teoría crítica”, para el
7

 
estudio de los fenómenos de la sociedad y la cultura. Y entre la tesitura
del análisis formal del discurso, María Florencia Greco, catedrática
argentina de la Universidad de Buenos Aires, desde aquellas lejanas
tierras sudamericanas evoca las representaciones ideológicas de partidos
y estamentos de la vieja izquierda, a través de conceptos como “hombre
nuevo”, “moral” y “revolución”, consignados en textos simbólicos
enarbolados por grupos de talante revolucionario. Y la doctora Virginia
López Villegas, de la UNAM, que realiza una estancia académica en
Mazatlán en el Posgrado de la Facultad, puntea aspectos de una amplia
investigación sobre el ciudadano como sujeto de estudio y enunciación.
Luego viene un arcoíris temático, hilado por los maestrantes.
Asuntos relativos a la industria discográfica en la globalización;
posmodernidad y turismo zapping; identidad y género; las “narcas” en
Sinaloa; teoría e interpretación del “narco”; el proceso de socialización en
el bachillerato; lectura y aprendizaje significativo; y la dinámica de cierto
tipo de vivienda en Mazatlán. Son algunas aristas temáticas en que se
encuentran trabajando los universitarios del posgrado. Cerramos con una
recreación-reflexión del artista plástico, el doctor Carlos Maciel,
“Kijano”, sobre la significación de ARENAS como medio especializado
en el contexto intelectual en la UAS.
Las ilustraciones, como ha ocurrido en anteriores ediciones en que
hemos invitado a creadores de la región, son parte de la prolífica obra de
la reconocida y talentosa pintora Angelina Arias, docente de talleres de
arte y activa promotora cultural, que ofrece muestras de varias facetas y
períodos creativos, llenos de fuerza y sensualidad y que nunca dejan de
sorprender. Impacta la obra. Más que eso: asombra. Y hasta conmociona.
Tanto por los gestos y los detalles expandidos en la etérea geografía
estética de su universo de color, en el vigor de los tonos del magma y de
los fondos del espíritu, como por la intensidad de sus intenciones y afanes
artísticos. En Ella la vena del arte se entinta, fluye, se eleva y se cristaliza
entre el garbo onírico de la danza y la pasión de la sangre y de las figuras
--bajo la paciencia de un oficio de pinceles y la urgencia vital de una
mujer--, pintadas de ensueño con los colores de la sensibilidad del alma.
En esta entrega concluimos un período de reflexión y análisis.
Iniciamos una nueva etapa. A quienes han colaborado en la revista,
autores de la UAS, de otros centros académicos del país y del extranjero,
nuestro reconocimiento y gratitud.
Nery Córdova
8

 
LA INVESTIGACION y la teoría crítica

Raúl Sergio GONZÁLEZ NÁVAR♦

Resumen
Nuestra intención, aquí, es traducir algunas categorías de la teoría
crítica1 en elementos metodológicos de investigación y señalar diversos
algunos temas relevantes de esta corriente de pensamiento. El precedente
es un texto de Habermas: “La teoría de la acción comunicativa”,

                                                            

Doctor en ciencias sociológicas por la Universidad de Oriente, de Santiago de
Cuba. Autor del libro Teoría y práctica de la discapacidad y compilador de
Pensar la discapacidad y Exclusìón y Democracia: retos y oportunidades.
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 2008 y de PROMEP.
1
Jürgen Habermas (2002). Teoría de la acción comunicativa, Barcelona,
Taurus.
9

 
publicado en la revista Sin Fronteras2, donde analiza las que considera
ideas esenciales de tal enfoque teórico. Como referencia contextual, un
fin de la teoría crítica es la liberación de la sociedad y del ser humano de
la colonización y cosificación que induce e impone el sistema
capitalista,3 conformado por los subsistemas económico y político, cuyos
ejes de acción son el dinero y el poder. La racionalidad comunicativa, al
contrario, plantea que dos o más actores sociales, políticos o económicos
(o combinados), puedan intercambiar ideas y argumentos que les
permitan llegar a consensos para planear y desarrollar acciones
conjuntas y alcanzar determinados objetivos. De modo que constituye
una herramienta efectiva de democratización de la sociedad y sus
organismos e instituciones.

En una perspectiva metodológica, la racionalidad comunicativa


implica, entre muchos otros fundamentos, que los investigadores
consideren con particular atención a las opiniones y percepciones que los
actores sociales tienen acerca de sus problemas e intercambien ideas con
ellos para que los estudios no se queden en la mera descripción externa e
impersonal de los fenómenos. Esto significa trascender e ir más allá de
estadísticas y cuestionarios para acceder a lo que algunos denominan
investigación dialógica, donde la comunicación con los sujetos resulta un
factor epistemológico crucial. En la medida en que se establecen nexos
con un sinfín de involucrados, se pueden conocer y reflexionar sobre las
percepciones, representaciones e imaginarios de los actores sociales que
constituyen una de las dimensiones centrales de cualquier investigación.
Es en esa tesitura donde se inscribe la investigación-acción, donde
los actores participan en el proceso de descubrimiento y análisis de sus
problemas para actuar y solucionarlos. En todo caso los sujetos concretos,
históricos, deben ser agentes en la generación del conocimiento social, lo
cual no anula la posibilidad de aplicar otros métodos.
De la categoría sistema, se desprende la urgencia de contextualizar
los problemas sociales en los marcos de la política y la economía que
siempre tienen relaciones e influencia sobre cualquier grupo o sociedad.
La manera en que los actores sociales se vinculan e interactúan con los
subsistemas político y económico, determinará parte de sus acciones.
                                                            
2
Sin Fronteras, año 1, número I, enero-junio de 2009, México, Red Temática
Internacional de cuerpos Académicos Familia y Desarrollo Humano.
3
Puede afirmarse que todo sistema complejo tiene esa configuración y tendencia.
10

 
Incluso la ausencia o deformación de las relaciones comunicativas con
esas dos esferas, son de relevancia para la reflexión social, pues indican
procesos de exclusión y/o autoritarismo, como el caso de la participación
política y social de los ciudadanos en México que es muy débil; en
contraparte existe una sólida clase política, casi intocable por la acción
ciudadana, a la que en general se subordina y se le imponen decisiones e
intereses ajenos. Esto indica una casi nula racionalidad. La investigación
de los procesos de diálogo democráticos, no sólo en la sociedad política,
sino en las instituciones e interacciones sociales es tema permanente en la
teoría crítica. La familia, los organismos sociales, la empresa y las
instituciones, pueden ser evaluadas desde la lógica de la racionalidad
comunicativa en sus afanes de democratización y humanización.
Las necesidades y problemas sociales no son un producto generado
por los individuos que por motivos personales dejan a un lado sus valores
o se hacen indolentes ante las circunstancias adversas; la problemática
social es, en gran parte, un producto sistémico que el mundo político y
económico ha estimulado e impuesto instalando sus principios de
egoísmo, competencia, poder, acumulación y consumismo, por ejemplo.
El análisis de la manera en que el sistema introduce y legitima estos
antivalores es objeto axial de reflexión de la teoría crítica, así como la
manera en que desde los medios masivos oficiales se les critica,
ocultando que es el sistema quien en el fondo los produce.
Habermas, heredero y representante a la vez de la Escuela de
Frankfurt, parte de la teoría tradicional de la acción de Max Weber para
la construcción de la teoría de la acción comunicativa. Weber advierte
sobre la importancia de que la investigación social se interrogue acerca de
las motivaciones de los actores sociales para descubrir sus objetivos y
motivaciones, los cuales clasifica en racionales con relación a sus fines,
valores o afectividades; y en otra vertiente, por la influencia de líderes
carismáticos, donde la voluntad del dirigente dispone el fin y el rumbo de
la acción. Se infiere, en un sentido metodológico, que la racionalidad
comunicativa debe complementarse con la teoría clásica de la acción de
Weber, por lo cual es consecuente preguntarse: ¿Cuál es la finalidad
implícita de tal o cual actor político, económico o social en un escenario
determinado? ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones? ¿Qué tipo de
objetivos maneja? En los espacios económico y político, estas cuestiones
resultan de verdadero interés para entender la cuestión social porque casi
siempre subyacen intenciones ocultas.

11

 
Aunque las acciones sean consideradas racionales, valorativas,
emotivas o carismáticas, no se puede afirmar que siempre sean positivas
para la sociedad; por ejemplo, en el primer caso, las acciones racionales,
pueden ser diseñadas para planear un asalto bancario o un fraude; o
acciones u objetivos valorativos, podrían fundamentar actos de
discriminación debido a que alguna persona o grupo se siente superior a
otro; o acciones emotivas, pueden inspirar un acto de terrorismo en
nombre de Dios. En todo caso, la indicación metodológica es descubrir
los motivos implícitos, y hasta velados, en las acciones sociales, políticas
y económicas, para entender mejor los fenómenos que se estudian.
En otra línea de análisis las acciones estratégicas se definen por la
participación de dos o más actores que en un escenario determinado
desean alcanzar el mismo objetivo, por lo cual pueden entrar en conflicto
de intereses y compiten por vencer al adversario; son de relevancia
porque reconocen la realidad del disenso y las contradicciones sociales,
es decir, que no existe grupo social que no tenga algún tipo de
competencia (abierta o soterrada) por los recursos sociales posibles.
Metodológicamente se puede reflexionar sobre las estrategias que se
siguen para alcanzar sus objetivos. En nuestro medio las acciones
comunicativas del sistema casi siempre están dirigidas a mantener el
status quo, lo cual implica la limitación de la participación y los
derechos sociales de diversos colectivos como comunidades urbanas y
rurales, o de las llamadas minorías sociales como adultos mayores,
mujeres o personas con discapacidad, a través de la manipulación y la
desinformación. Es necesario desvelar esas estrategias para analizar la
manera en que se generan, se desarrollan y los resultados que obtienen.
En el caso mexicano los avances en el reconocimiento a los derechos
sociales de grupos vulnerables vienen casi siempre de influencias o
presiones de organismos internacionales.
En el caso de la investigación de las acciones comunicativas, desde
la perspectiva del método, es necesario establecer al menos dos niveles:
el del investigador o analista, y el de los actores que desarrollan un
proceso comunicativo interno o externo. Los investigadores registran el
proceso y dialogan con los actores, mientras éstos interaccionan
intersubjetivamente. No debe confundirse la interpretación del
investigador con la percepción de los sujetos; es importante establecer la
diferencia entre el relato de los actores y la hermenéutica del
investigador. No se debe confundir al observador con lo observado, ni lo
observado con el observador; la realidad que se construye con las
12

 
percepciones y representaciones de los sujetos debe procesarse con
objetividad y distinguirse del análisis interpretativo de los resultados.
Este es un principio general, que puede parecer obvio, pero que con
frecuencia se transgrede en las investigaciones de campo.
Para que exista diálogo en los estudios sociales, deben darse
condiciones mínimas: argumentos sólidos y comprobables, comprensión
intersubjetiva y cierto nivel de confianza (no hay diálogo en la guerra o
en las elecciones políticas). La racionalidad comunicativa se rompe
cuando hay imposición o violencia. Podemos ejemplificar con el caso de
un grupo ecologista que presenta una serie de demandas a la autoridad
municipal relacionadas con el manejo de las basuras. El gobierno del
municipio puede ignorarlos, reprimirlos o entablar el diálogo (también
pueden presentarse combinaciones perversas). Las dos primeras opciones
carecen de racionalidad comunicativa y son autoritarias; sólo el diálogo
entraría en la lógica comunicativa, que tiene tres opciones de solución:
aceptación total; aceptación parcial; o imposición de decisiones (lo cual
también depende de los recursos disponibles); y sólo las dos primeras
reconocen el diálogo y quedan dentro de la acción comunicativa. Este
ejemplo supone que las demandas ecologistas son lógicas, racionales y
fundamentadas, sin lo cual todo ese proceso no tendría razón de ser.
En ese sentido la equidad comunicativa es un valor democrático
pues no debe ser el estatus social o el poder de uno de los actores lo que
determina la solución de los conflictos, sino la efectividad, la validez y la
lógica de los argumentos; éstos son los que debe inclinar el fiel de la
balanza. También las leyes, los derechos humanos, el interés colectivo, la
defensa del medio ambiente, la libertad, la seguridad, entre otros, son
argumentos de validez en el diálogo y la acción social. De otra parte, es
necesario apuntar que la acción comunicativa no aparece en forma
espontánea; es el producto de luchas, movimientos, denuncias y acciones
colectivas que apremian al Estado y la esfera económica a establecer
procesos comunicativos horizontales (dialógicos). El estudio de esos
procesos en las acciones y movimientos sociales es fundamental para
medir el desarrollo de la democracia en cualquier sociedad.
En atención a lo anterior, siempre desde la perspectiva del método
podemos preguntar: ¿De qué manera se dan las acciones comunicativas
entre los actores sociales, políticos y económicos? ¿Hay diálogo social
(horizontalidad)? ¿Qué prevalece: la racionalidad comunicativa o el
autoritarismo? En toda acción comunicativa es necesario establecer si se

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desean el diálogo y los acuerdos, o si hay indicios de competencia
intolerante para ganar la discusión por imposición. En las acciones
colectivas siempre se deben valorar esos aspectos. Por ejemplo una
elección política y los debates entre candidatos contendientes, no pueden
considerarse como diálogos, pues su finalidad es siempre demostrar la
superioridad de una posición sobre otra.
En otro orden de ideas, mientras que para Weber la pérdida de
valores de la modernidad se origina por la crítica a las religiones, y por
otra parte, las enormes burocracias públicas y privadas del capitalismo
producen severas limitaciones a la libertad de los individuos; para
Horkheimer (de la primera generación de la teoría crítica), las relaciones
sociales se mercantilizan por el capitalismo, el cual suplanta los
verdaderos intereses de autorrealización de las personas e impone a los
seres humanos el sello del valor de cambio para que asuman su vida y
trabajo como una mercancía que se intercambia por dinero. Se presentan
de esta manera diagnósticos similares, pero con causas diversas, por lo
que sus alternativas difieren.
Asimismo, la cultura de masas, dicen los primeros teóricos críticos,
aparece cuando el capitalismo se apropia de la cultura convirtiéndola en
consumo y diversión dirigida, promoviendo la producción de bienes
culturales en masa y anulando el disfrute personal, lo cual fortalece la
cosificación y colabora en la legitimación del sistema.
Por inferencia metodológica la cultura, como manifestación de
legitimidad y sustentación sistémica, debe ser investigada para descubrir
los procesos de adaptación y subordinación que proyecta el sistema hacia
los individuos, lo cual implica conocer sus vertientes históricas, políticas
y sociales, así como la manera en que se asumen, perciben y practican las
actitudes mercantilistas y consumistas dominantes.
Una propuesta significativa de Habermas como estudioso de la
cultura y la comunicación es que el foco de la investigación social se
desplace del conocimiento sobre el sojuzgamiento de la sociedad, al
plano comunicativo interpersonal e interacciones sociales (enfocado al
parecer a las relaciones de poder), lo que podría traducirse en las
siguientes preguntas: ¿Qué opinan los actores sociales acerca su situación
y de los problemas sociales que les afectan? ¿Cómo representan y
explican su existencia, sus problemas y necesidades sociales? ¿Cómo son
sus relaciones comunicativas cara a cara?

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Al contrario de lo que plantea el célebre autor de Teoría y crítica
de la opinión pública sobre los focos de investigación, se considera que
aunque sea a través de las investigaciones de las acciones comunicativas
y de cómo se estudie la sociedad, siempre se llegará al problema de la
subordinación del la sociedad a los subsistemas, aunque el método sea el
de la racionalidad comunicativa. Esto sucede inclusive en las sociedades
con mayor desarrollo democrático, pues siguen existiendo formas de
exclusión a colectivos históricamente estigmatizados por su situación de
dependencia económica o ausencia de organización social.
La comunicación horizontal, el diálogo, se genera en la esfera
social, en el mundo de la vida, donde hay manifestaciones de solidaridad,
ayuda y comunicación, aspectos que por supuesto también deben ser
objeto de investigación; esos procesos se producen en el barrio, la
comunidad, con los compañeros de trabajo, con la familia; así aparecen
nuevos tópicos de análisis y reflexión, ¿Cómo aparece la solidaridad?
¿Qué formas organizativas adopta? ¿Cuáles grupos sociales son los que
mayormente la expresan? ¿Existen redes sociales en torno a ella? La
comunicación, factor central en esos procesos, es un objeto significativo
para la investigación social. Una de las finalidades básicas de la acción
comunicativa es la realización de acciones colectivas, las cuales se
expresan en dos contextos extremos: el democrático y el autoritario (este
sería la antítesis de la racionalidad comunicativa); es obvio que existen
infinidad de puntos intermedios que deben analizarse casuísticamente a
través de las diferentes posturas, acciones y opiniones de los actores
participantes, pero sobre todo, de la disposición de los poderes político y
económico para dialogar. En todo caso los aspectos normativos
(jurídicos, sociales o culturales) son nodales para la argumentación y
construcción de consensos.
Además de los múltiples problemas sociales, Habermas señala
otros situados en los distintos ámbitos del mundo de la vida; problemas
en la reproducción de la cultura: pérdida de sentido, inseguridad en la
identidad colectiva y ruptura de tradiciones; problemas en la sociedad:
pérdida de legitimación, anomia y pérdida de motivación; problemas
personales: crisis de orientación, alienación y psicopatologías; todos estos
conceptos, en conjuntos o individualmente pueden utilizarse como
categorías para la problematización de la realidad o como hipótesis de
investigación histórica, social o cultural.

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Existen otros dos espacios significativos para el análisis social: la
vida privada y la vida pública, donde los ciudadanos pueden ejercer su
libertad para sus proyectos de vida; esas áreas, si se organizan bajo la
racionalidad comunicativa, son reductos para la defensa del mundo de la
vida, pues en ambos se tiene mayor poder de opinión y decisión; también
las acciones de comprar y votar pueden ser ejercidas para la libertad, la
defensa de la vida independiente y contra la colonización, si se aplican
reflexión, crítica, rechazo a los estereotipos y se fomentan actitudes
contra el consumismo. Entonces surgen otras preguntas: ¿Cómo se utiliza
y organiza la vida privada en esta época? ¿Qué se hace en el tiempo
libre? ¿Cómo funciona y maneja la opinión pública? ¿Cómo se compra?
¿Qué se compra? ¿Cómo se vota? ¿Por qué se vota? Estas preguntas y
otras, constituyen sugerentes líneas de investigación desde la óptica de la
teoría del Instituto de Investigación Social de Frankfurt.
La cosificación de los individuos, dice Habermas, considera todas
las partes de la estructura social (política, economía y mundo de la vida,
además de las esferas de la vida privada y de la opinión pública), implica
la legitimación de la expoliación en el trabajo, de la sumisión política y
del consumismo como forma de vida. ¿Cómo funciona esa dominación?
¿Cuál es su mecánica y dinámica? ¿De qué forma se manifiestan sus
estructuras y procesos? ¿Cuáles son los estatus y roles de los actores
sociales? ¿Cómo se manifiestan la exclusión y la discriminación y qué
papel juegan en ese contexto? Reflexionar estas preguntas es básico para
caminar hacia la emancipación social.
El autor alemán afirma que se compensa la dominación del trabajo
a través de las políticas sociales y el consumo; este último al considerar
las empresas las opiniones de los consumidores, siempre y cuando no
afecten sus intereses. Los ciudadanos son neutralizados a través de la
democracia de masas y el estado social los convierte en consumidores y
clientes de sus servicios acotando las posibilidades de conflicto social.
Los sistemas de tipo asistencial, terapéutico y educativo colaboran en la
colonización de la sociedad imponiendo los valores sistémicos y nunca
critican las estructuras colonizadoras; afianzan la dominación y controlan
las contradicciones sociales. La juridización (juicios, procedimientos),
hace más difícil el cumplimiento de los derechos sociales; hay una
tendencia hacia la sustitución del juez por el terapeuta social, el cual no
aplica la acción comunicativa (el diálogo y el consenso entre los actores
sociales), individualizando y personalizando los problemas, excluyendo
del análisis la influencia del sistema.
16

 
En función de lo anterior se deduce que es necesaria la
investigación de las políticas sociales y de los procesos de asistencia para
verificar la manera en que se diseñan y son aplicados y así comprender
los mecanismos de subordinación de la población para el mantenimiento
de los intereses de las élites dominantes; de otra parte se requiere la
construcción y prueba de acciones comunicativas tendientes a
desenmascarar las formas de control que aparecen como actividades
benefactoras del Estado.
Además de los movimientos sociales tradicionales que aparecen
por motivos elementales de sobrevivencia, defensa de recursos o
tradiciones, surgen los llamados nuevos movimientos sociales, que
impulsan la igualdad de derechos, la autorrealización personal, la
participación social y los derechos humanos; es el caso de los
movimientos antinucleares, ecologistas y pacifistas; también aparecen
nuevas comunidades en los escenarios sociales como las mujeres, los
homosexuales, las personas con discapacidad, las etnias, etc., que dan
origen al concepto de diversidad que agrupa a las llamadas minorías
sociales o grupos marginados, cuyas necesidades, problemas y demandas
es necesario conocer y analizar.
La racionalidad comunicativa, como se anotó anteriormente, es un
indicador de la vida democrática de una sociedad, y para determinar su
presencia se pueden plantear algunas preguntas centrales: ¿Hay
comunicación efectiva entre la sociedad, el mercado y el Estado? ¿Hay
participación de la sociedad en las grandes decisiones económicas y
políticas? ¿Hay representación de los diferentes grupos sociales? En las
comunidades y grupos sociales pueden plantearse las mismas preguntas
con diferente alcance, por supuesto, pero desde la racionalidad
comunicativa la pregunta es ¿Cuál es el grado y tipo de comunicación
que se manifiesta en entre los actores económicos, sociales y políticos y
en qué medida se establecen procesos de diálogo democrático para
alcanzar consensos y acciones colectivas?
Resumiendo tenemos los siguientes lineamientos metodológicos y
temáticos de investigación:
-Una parte relevante de la investigación social son las ideas,
opiniones, percepciones de los actores sociales
-Esa parte cualitativa debe complementarse con otra cuantitativa
basada en datos estadísticos y monográficos

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-Las ideas y opiniones de preferencia deben ser producto de un
diálogo entre investigadores y sujetos sociales
-Los resultados de las investigaciones deben beneficiar a los
grupos investigados
-La investigación-acción, donde un grupo del colectivo investigado
participa en el diseño, desarrollo del estudio y se beneficia con sus
productos, es el método ideal
-Los problemas sociales deben enmarcarse en la problemática
política y económica que los contextualiza
-Además de contexto, es necesario determinar, comprender y
examinar las relaciones entre los actores sociales, políticos y económicos
-La cosificación de los individuos y la colonización del mundo de
la vida pueden expresarse a través de los conceptos discriminación y
exclusión, que tienen como base la desigualdad social
-Otro tema destacado de investigación crítica es la manera en que
la sociedad ha asumido y aceptado el individualismo, la intolerancia, el
egoísmo, la competencia, la acumulación y el consumismo derivados de
los subsistemas económico y político
-Una importante línea de investigación es descubrir los verdaderos
objetivos de los grupos, organizaciones y comunidades para saber hasta
qué punto son racionales, valorativos, emotivos o carismáticos desde la
teoría de la acción de Weber
-En los movimientos sociales y acciones colectivas es fundamental
determinar quiénes son los adversarios de los actores sociales que se
investigan
-Otro factor central en los casos que se mencionan en el punto
anterior, es analizar y reflexionar sobre las formas de comunicación entre
los mismos actores sociales y, en un segundo momento, con sus
adversarios
-Esas formas de comunicación (racionalidad comunicativa) se
valoran desde su estructura lógica, argumentos, comprensión
intersubjetiva y disposición al consenso; la violencia y la imposición
destruyen ese proceso
-La equidad comunicativa en cualquier grupo u organización social
es un indicador de vida democrática
-Los consensos se construyen sobre bases normativas, como los
derechos humanos, el cuidado del ambiente, las garantías individuales, la
libertad o la seguridad, es necesario en cada caso analizar cuál es la
normatividad aplicable (jurídica, social y cultural)

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-Si lo que se investiga son movimientos sociales es necesario
identificar si son tradicionales (motivados por necesidades de
supervivencia o defensa básica de derechos), o de nuevo cuño, como los
ecologistas, adultos mayores, mujeres o personas con discapacidad
-Un principio básico es que la racionalidad comunicativa no se
presenta en forma espontánea entre la sociedad, la política y la economía;
en realidad es producto de denuncias, luchas, movimientos que logran
hacer que las autoridades políticas y en su caso actores económicos
(empresas) se sienten en las mesas de negociación con los ciudadanos
para dirimir sus diferencias
-En toda sociedad, organización e institución es relevante saber si
impera el diálogo o el autoritarismo.
-Para la teoría crítica es esencial analizar las formas de opresión
política y económica en cada sociedad o comunidad.
-Los problemas que se mencionaron a nivel de cultura, sociedad y
personales pueden utilizarse como categorías para la problematización de
la realidad o como hipótesis de investigación.
-Tres categorías para el análisis social: racionalidad de los saberes
del grupo social, nivel de solidaridad y grado de autonomía individual.
-Finalmente otro principio del método puede ser la valoración
democrática de una sociedad, organización o institución por el análisis de
la racionalidad comunicativa que se manifieste entre sus actores sociales
Estos lineamientos y tópicos no son exhaustivos. La riqueza de la
teoría de la acción comunicativa da para mucho más; y es preciso señalar
que cada uno de los factores requiere de análisis y reflexión específicos,
independientemente de la construcción de categorías y subcategorías para
la realización de las investigaciones correspondientes.
Indudablemente la teoría crítica sigue siendo una poderosa
herramienta para la reflexión social y análisis de desigualdad expresada
en la exclusión y la discriminación que prevalece en toda América Latina.

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IMAGINARIOS Y VIEJOS ECOS SOCIALES:
“hombre nuevo”, “moral”, “revolución”

María Florencia GRECO♥


                                                            

Catedrática de Letras por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Licenciada
en Ciencia Política, y Maestra en Análisis del Discurso. Cursa el Doctorado en
Ciencias Sociales en la UBA. Becaria CONICET. Es autora, entre otros, del libro
Grandes maestros de la filosofía, Ed. Capital Intelectual, Buenos Aires, 2008.

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Resumen

En este trabajo analizamos los imaginarios sociales constitutivos de


la práctica política de la guerrilla argentina de los ‘70, en particular, la del
Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del
Pueblo (PRT-ERP). A través del análisis discursivo de lo que se leía en
ese momento histórico, rastreamos distintas huellas para reflexionar en
torno al documento “Moral y proletarización” de esa organización. Con
énfasis en los elementos dialógicos e interdiscursivos, visualizamos cómo
se construye, en los textos, un universo discursivo que interpela a ese
hombre nuevo “encargado” de hacer y vivir la revolución.
Introducción
Analizamos dos textos literarios que tuvieron una importante
recepción en la militancia revolucionaria de los sesenta y setentas en
Argentina: Así se templó el acero, de Nikolai Ostrovski, publicado en
1935 en la URSS; y Reportaje al pie del patíbulo, de Julius Fucik,
escrito en 1943 y publicado post mortem en Alemania en 1950. Ambos
contribuyeron a producir imaginarios sociales revolucionarios dominados
por la construcción de modelos de militantes heroicos, dispuestos a
sacrificarlo todo para conseguir la victoria. Si, como dice Baczko en Los
imaginarios sociales. Memorias y esperanzas colectivas (2005), todo
poder necesita rodearse de un campo simbólico que lo legitime, estudiar
los imaginarios es central para el análisis de las practicas sociales. A
través de ellos, una colectividad construye su identidad y, por tanto, se
constituye como tal.
Para analizar los imaginarios sociales, tomamos como herramienta
de trabajo la noción de memoria discursiva elaborada por Courtine en su
trabajo “Análisis del discurso político (el discurso comunista dirigido a
los cristianos)” publicado en la revista Langages en 1981. Desde esta
perspectiva, los discursos se encuentran unidos verticalmente por una
memoria que se actualiza en el acto enunciativo. Más allá de los distintos
momentos en que fueron producidos los discursos, hacemos especial
hincapié en aquellos lugares comunes que constituyen la materialidad
textual, los preconstruidos interdiscursivos que forman parte de estas
memorias: las memorias del sacrificio revolucionario. Consideramos los
aportes realizados por la teoría de enunciación (Benveniste, 1982) y de la
argumentación en la lengua (Ducrot, 1986; Anscrombe, 1998; García
Negroni, 1988), su reformulación en la escuela francesa de análisis del

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discurso (Amossy, 2005), y el ángulo propio de la lingüística crítica
(Hodge y Kress, 1993) para identificar la forma en que son presentados
participantes y procesos en la estructura textual. Sin conocer este
universo discursivo –que nos permite abordar el objeto “imaginario
social”- sería difícil comprender las condiciones que hicieron posible la
emergencia de un discurso como el de “Moral y proletarización” del
PRT, tanto la novedad que trae consigo, así como lo pasado que se
actualiza en su enunciación.
El imaginario revolucionario y la literatura
Tanto Así se templó el acero como Reportaje al pie del patíbulo,
comparten una característica: ambos se encuentran en los límites entre
realidad y ficción, fuertemente atravesados por el género autobiográfico.
La muerte sacrificial de Fucik y la dura vida de Korchaguin --que es el
protagonista de la novela de Ostrovski, personaje que representa la vida
del autor en el texto-- vida entregada en todo momento a los designios y
mandatos del Partido, marcan un camino a seguir para todos los que
quieran militar en esta causa: para triunfar en esta guerra, la guerra
revolucionaria, es necesario entregarse “de cuerpo y alma”. Quien no
actúe de esta forma es descalificado, condenándolo al vacío de una
existencia servil a la dominación burguesa y a su perpetuación. En este
sentido, cabe aclarar que desde la lectura retrospectiva de los setentas,
ambos discursos son victoriosos en un doble sentido: tanto en lo colectivo
–en un caso, la consolidación de la revolución rusa; en el otro, la derrota
del nazismo- como en lo individual (ambos personajes se entregaron al
Partido hasta las últimas consecuencias). De ahí la fuerza prescriptiva que
tenían para la militancia de izquierda su lectura y emulación.
Los héroes admirados por Korchaguin, personaje principal de Así
se templó el acero, tienen una característica predominante: son seres
sacrificados que dan todo por la causa revolucionaria. En el documento
“Moral y Proletarización” del PRT, la moral revolucionaria atañe a todos
los aspectos de la vida, incluso a los más íntimos. Así lo expresa un
personaje, para quien “lo personal” es “nada en comparación con lo
común”. En un dialogo que mantiene con una compañera del Partido,
vemos cuáles son los presupuestos que explican una decisión pasada:
-Quiero que me contestes una pregunta –dijo Rita-. Aunque es cosa del
pasado, creo que me lo dirás: ¿por qué rompiste entonces nuestros estudios y
nuestra amistad?
(…)
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-Pienso que lo sabes todo, Rita. Ocurrió hace tres años, y ahora yo
únicamente puedo condenar a Pavka por ello… En general, Korchaguin ha
cometido en su vida errores pequeños y grandes, y uno de ellos fue ese sobre el
que preguntas. (…) De ello, no toda la culpa es mía, parte es de El Tábano, de su
romanticismo revolucionario. Los libros, en los que se describía brillantemente a
los revolucionarios valientes y fuertes de espíritu y de voluntad, temerarios e
infinitamente abnegados por nuestra causa, dejaban en mí, a la par que una
impresión indeleble, el deseo de ser como ellos. Y mi cariño por ti lo abordé a lo
Tábano. Ahora me da risa, pero aún más, pena.
-¿Quiere esto decir que hoy has cambiado de opinión acerca de El
Tábano?
-¡No, Rita, en lo fundamental no! Ha sido descartada únicamente la
tragedia innecesaria de la operación torturante, para poner a prueba la voluntad.
Pero, me quedo con lo principal en El Tábano, con su valentía, con su resistencia
ilimitada, con ese tipo de hombre que sabe soportar los sufrimientos sin
mostrárselos a todos y a cada uno. Estoy por ese tipo de revolucionario para el
que lo personal no es nada en comparación con lo común (Ostrovski, 1990).

A la pregunta de Rita, el protagonista sólo puede responder en


tercera persona, produciendo un efecto de distanciamiento a lo realizado
en otro tiempo. La responsabilidad de aquellas decisiones –de las que en
el presente el personaje toma distancia- es El Tábano, personaje
idealizado en el pasado. En este enunciado, el “romanticismo
revolucionario”, que en otro tiempo obnubilaba al personaje en cuestión,
tiene un valor negativo. Si bien el sacrificio, la valentía y la temeridad
siguen siendo propiedades heroicas dignas de ser admiradas e imitadas
aún, no así “la tragedia innecesaria de la operación torturante, para poner
a prueba la voluntad”. En el momento en que se produce este dialogo, el
objeto del relato, esta “tortura innecesaria”, es presentado como digno de
risa, aunque como se encarga de aclarar el personaje, más aún de pena, de
ahí el distanciamiento, el desconocimiento que provoca lo relatado. Sin
embargo, más allá de esta transformación al interior del pensamiento del
personaje, hay algo que se mantiene y que parece que el tiempo no podrá
transformar: para el revolucionario ideal de Korchaguin, “lo personal”
sigue siendo “nada en comparación con lo común”.
Tanto es así que nunca dejará de luchar, ni cuando su cuerpo
parezca dejar de responder a su voluntad. Gracias a las imborrables
secuelas de la guerra, la única forma que encontró Korchaguin para
seguir siendo fiel al llamado partidario fue escribiendo una literatura tan
revolucionaria como la que había marcado su ingreso a la lucha
bolchevique. Su novela será su forma de intervenir en la profundización
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del proceso revolucionario. La historia de Korchaguin finaliza con la
aprobación del texto por el Partido: “’Novela calurosamente aprobada.
Se pasó a publicación. Le felicitamos por la victoria’. Su corazón latía
presuroso. He aquí que el sueño dorado habíase convertido en realidad.
Había sido roto el anillo de hierro y otra vez, con un arma nueva, volvía
a las filas y a la vida” (Ostrovski, 1990). En este último párrafo está la
moraleja principal de la historia. A pesar de todas las dificultades, de
tener su cuerpo prácticamente paralizado e inutilizado, mediante la
voluntad inquebrantable del héroe se puede (y debe) seguir luchando. En
esta perspectiva, la literatura es un arma más para servir a la revolución,
pero sólo cuando no queda otra opción. El Partido se transforma en el
significante amo que da sentido al resto de las cosas.
Veamos algunos pasajes de Reportaje al pie del patíbulo,“escrito
en la prisión de la Gestapo, en Pankrác, durante la primavera de 1943”.
Haciendo una suerte de balance sobre su vida, el enunciador representa su
relato mediante el significante “testimonio”: como relato de lo ocurrido y
también, sobre todo, un legado a seguir en el presente.
Has tardado mucho en llegar, muerte. Y pese a todo, yo había esperado
poder vivir aún la vida de un hombre libre, poder trabajar mucho, y amar
mucho y cantar y recorrer el mundo. (…) Amaba la vida por su belleza, y
fui al campo de batalla. Os he querido, hombres, y era feliz cuando
sentíais mi amor, y sufría cuando no me comprendíais. Aquel a quien hice
daño que me perdone, y al que consolé que me olvide. Este es mi
testimonio para ustedes, camaradas, para todos aquellos que he querido.
Si creen que las lágrimas borrarán el triste torbellino de la pena, lloren un
momento. Pero no se lamenten. He vivido por la alegría, y por la alegría
muero, y sería un agravio poner sobre mi tumba el ángel de la tristeza.
(…)
También hoy a la misma hora millones de hombres combaten en la última
batalla de la libertad humana, y miles y miles caen en ese combate. Soy
uno de ellos. Y ser uno de ellos, uno de los combatientes de la última
batalla, es hermoso (Fúcik, 1965).

El personaje construye una relación de causalidad entre “amar la


vida por su belleza” e “ir al campo de batalla”. La alegría es motivo tanto
de su vida como de su muerte: es un combatiente más de los millares que
caen en la “última batalla de la libertad humana”, lo que en una suerte de
estetización de la política es calificado como algo “hermoso”.

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Más adelante, en un dialogo mantenido con “el padre”, uno de sus
compañeros de celda, podemos ver los argumentos que darían sentido al
relato, y a los modelos de militantes construidos:
-Construyes pequeños monumentos –repetía el padre al oír algunas de mis
pinturas de caracteres.
Es que yo quisiera que no fueran olvidados los camaradas que con tanto
valor y fidelidad han luchado, aquí y fuera de aquí, y que cayeron. Pero
también querría que tampoco se olvide a quienes viven y nos han ayudado
no menos fiel y valientemente en las condiciones más difíciles. Para que
de los sombríos corredores de las prisiones salgan a plena luz
personalidades como la de Kolinsky y de ese policía checo. No para su
gloria, sino para que sirvan de ejemplo a otros. Porque el deber humano
no termina con esta lucha, y ser hombre continuará exigiendo de cada uno
un corazón valeroso en tanto los hombres no sean realmente hombres
(Fúcik, 1965).
Su relato está atravesado por un fuerte deseo: el recuerdo de todos
aquellos que “fiel y valientemente” han luchado y ayudado en las
condiciones más difíciles. Lo que los une es la entrega, más allá de las
terribles circunstancias. Y esto, como dice, debe servir de ejemplo a
otros. La humanidad exige valentía: para ser hombres, verdaderos
hombres, hay que entregarse y luchar hasta el último momento por la
victoria, que no es otra sino la victoria del hombre sobre su negación.
Ambos textos están cruzados por la oposición debilidad-dureza,
central para la construcción subjetiva del militante ideal. En Así se
templó el acero, “ser de mantequilla” equivale a “blandura de
intelectual” (Ostrovski, 1990). Frente a esta “blandura” –que podría ser
también “blandura pequeño burguesa”- podemos contraponer “la dureza
del combatiente” que sigue, pese a todo, hasta las últimas consecuencias.
En Reportaje al pie del patíbulo, la contraposición debilidad-dureza no
se relaciona tanto con una pertenencia de clase, sino con un tipo de
comportamiento. Dada la particular situación de enunciación, Fúcik no se
ensaña con los “pequeño burgueses” sino con un enemigo más cercano,
los “traidores” que, desde su perspectiva, pueden ser tanto de extracción
obrera como burguesa. Así, el verdadero sacrificio no sería morir sino
traicionar. En ese momento es cuando se lo pierde todo. Desde la
perspectiva del enunciador, todos los calificativos y acciones adjudicados
a los personajes que representan la figura del traidor tienen una
significación negativa. En todos estos casos se termina poniendo en
cuestión, en última instancia, la humanidad de cada uno de ellos,
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construyéndose en contraposición un concepto de hombre que los
excluye. En contraparte, fortaleza y temeridad son construidas como los
valores más importantes. Entonces, ser un “hombre puro” -como para el
PRT es el “hombre nuevo”- implica ser un “combatiente fuerte y
valiente” en todas las circunstancias, por más duras que éstas sean. El
valor principal es la virilidad, la dureza.
En esta configuración identitaria, el Partido ocupa un lugar central.
Ambos textos, por medio de diferentes recursos discursivos, construyen
una relación asimétrica, cercana a una representación divina e
indiscutible, entre militante y Partido. Desde este lugar puede
comprenderse la importancia que cobra el signo “disciplina” como el
modo imperativo de interpelación. El “Partido” es representado como
depositario del saber y la verdad. Pareciera que sin ese sentido colectivo,
superior, la vida no tiene valor.
Este sentido de pertenencia también refuerza otro tópico
argumental (Ducrot, 1988; García Negroni, 1998a): los camaradas, los
militantes revolucionarios son intercambiables, reemplazables. Contrario
al lugar común con el que se discute, el encarcelamiento y ejecución de
militantes del Partido no implica su destrucción pues “dos o tres
aparecían en su lugar” (Fúcik, 1965). De este modo, se continúa
reforzando la entidad abstracta y todopoderosa de la organización. El
sacrificio individual, en este contexto, sólo puede ser victoria aunque el
final sea la misma muerte: el Partido es indestructible, y su triunfo se lo
representa como un destino inexorable.
En el texto de Ostrovski, la moral y la noción de amor -unida a la
monogamia y a la heterosexualidad- se encuentra también absorbida por
lo político-partidario. El Partido media y da sentido a las relaciones
interpersonales y a los sujetos. El protagonista de la novela será el
encargado de impartir moral y justicia, condenando tanto el amor
“libertino” como cualquier otra conducta que no se corresponda con el
mundo ascético que desea y construye para su propia cotidianeidad como
para la del resto de sus compañeros. En Reportaje al pie del patíbulo
también privan el deber y entrega a la estructura partidaria. La familia y
el amor, a pesar de ocupar un lugar central en la estructura narrativa,
siguen siendo “nada en comparación con lo común”. El amor más grande
es la vida después de la muerte que sólo puede posibilitar la entrega a la
lucha por la liberación de la humanidad.
“Hombre nuevo”, “moral” y “revolución” en el PRT-ERP
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Ahora veamos cómo se relacionan estos lugares comunes de los
textos literarios analizados con los que se despliegan en el documento
“Moral y Proletarización”, escrito en 1972 por Julio Parra, seudónimo de
Luis Ortolani, dirigente en ese momento del PRT-ERP. Analizamos las
posiciones enunciativas que lo constituyen, las creencias y lugares
comunes que lo cruzan; en fin, las formas que asume ese “hombre nuevo”
en la materialidad textual. A partir de lo analizado en los dos textos
previos, se advierte cómo el otro documento está impregnado de
subjetividades convocadas desde aquellos otros discursos, anteriores, que
contribuyeron a la conformación de la identidad revolucionaria.
Una cuestión interesante es la posición de verdad que ocupa el
enunciador, lo que permite explicar las sucesivas rupturas al interior de la
organización: en 1968 con la fracción denominada “morenista”, en 1970
con las tendencias “proletarias” y “comunista” y en 1972 con el sector
que luego se denominará ERP-22 de agosto. Esta posición de verdad,
aparte del porte cientificista, tiene un fuerte componente moralista, lo que
dificulta aún más la posibilidad de discutir y argumentar en su contra. En
el discurso del PRT el “otro” enemigo es un “pequeño-burgués”, un
“traidor”, un “cobarde” y, por tanto, la respuesta no puede ser otra que la
eliminación lisa y llana. Cualquier intento de diálogo puede ser peligroso.
En esta relación de polémica y antagonismo con los otros construye su
propia identidad.
Como también pudimos ver en los textos, la construcción de este
militante ideal es presentada como condición necesaria para la victoria. El
“hombre nuevo”, encarnación de la moral revolucionaria, es el único
“capaz de luchar y vencer en esa guerra”, la “Guerra Revolucionaria”.
La construcción de una nueva moral se pone de relieve como una
herramienta tan valiosa para la victoria revolucionaria como la lucha
ideológica, económica y política-militar, se vincula a ellas y a la inversa:
esta nueva moral sólo podrá construirse en la práctica de la guerra. Pero
entendiendo ‘práctica de la guerra’ (…) como la organización de la
totalidad de nuestra vida en torno a la guerra con el pueblo, con nuestros
compañeros, con nuestra pareja y nuestros hijos con la familia y la gente
que nos rodea en general, con el enemigo (Ortolani, 2004-2005).
El conector “pero” es el que marca un cambio en la orientación
argumentativa. Contrario al lugar común aquí discutido, la guerra
revolucionaria sólo podrá efectuarse (y con éxito) a través de esta nueva
moral. La “moral revolucionaria” -construida como sinónimo de “moral
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de combate”- es, desde esta perspectiva, la única que puede allanar el
camino hacia la “moral socialista de mañana”.
Como también vimos en Ostrovski y Fúcik, para poder producir
una verdadera transformación social se presenta como paso ineludible
cambiar, ser otro: “… desintegrar nuestra personalidad individualista y
volverla a integrar, hacerla de nuevo sobre ejes proletarios
revolucionarios” (Ortolani, 2004-2005). El adversario no es sólo externo,
también aparece como una amenaza latente al interior de la organización.
De ahí la necesidad de precisar algunas cuestiones, en especial lo que
toca a la estrategia política y a la moral militante. Desde el discurso del
PRT, sólo por medio de la proletarización podría lograrse tal cambio.
Quien no se corresponda con ese modelo de militante ideal, nunca dejará
de ser lo que siempre fue: un pequeño burgués y, por tanto, un enemigo.
Fundamentada la importancia de la proletarización para construir
esta nueva moral, el enunciador pasará a detallar “el individualismo en
las organizaciones revolucionarias”. Ser individualista significa ir contra
la revolución, que es construido como sinónimo de estar en contra de la
clase obrera y del pueblo. A partir de ese momento, comienza a
caracterizar cada una de las “desviaciones pequeño-burguesas”. Nos
detendremos en el llamado “temor por sí mismo”. Dentro de las seis
“desviaciones”, es la más castigada en el texto. Teniendo en cuenta que la
revolución del PRT-ERP es una revolución armada, el temor es el
principal enemigo. Al igual que el resto de las así llamadas desviaciones,
es una propiedad característica y privativa del individualista, que es la
moral propia del régimen burgués:
El temor por perder la vida o de resultar gravemente amputado
física y mentalmente, lo corroe consciente e inconscientemente. Al
encontrarse en momentos difíciles (…) ante la amenaza inmediata de una
muerte real o simulada, el individualista tenderá a ser débil. Lo que en la
práctica cotidiana aparecía como defectos menores de compañeros
aparentemente excelentes, se revelará en esos momentos en toda su
magnitud, como el verdadero cáncer de cualquier organización, la lacra
que puede llevar al desastre a los revolucionarios mejor intencionados
(Ortolani, 2004-2005).
El “verdadero cáncer”, “lacra” (aunque puedan parecer
“compañeros excelentes”) da cuenta no sólo de la gravedad de incurrir en
tal error, sino lo que le espera al que incurra en él: para que el cáncer no

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se esparza, mejor extirparlo, mediante la proletarización/moralización o
la lisa y llana expulsión.
La centralidad otorgada a la moral no es privativa del PRT-ERP;
también se observa en Así se templó el acero y Reportaje al pie del
patíbulo. Si en el texto de Ostrovski cada uno de los infractores será
penado por el Partido y por Korchaguin -su más fiel representante y
censor-, en el texto de Fúcik, las figuras del héroe y del traidor son las
estructurantes del relato. En ambos discursos, para poder triunfar en esta
revolución entendida como guerra, es necesario entregarse en todo
momento al Partido, nunca traicionar, ser en todo momento un hombre
íntegro; en fin, en términos de Fúcik, un hombre, sin más. Este régimen
de sumo control sobre los cuerpos y los comportamientos, instaura un
orden al interior de la organización donde la vigilancia sobre sí y sobre
los otros ocupa un lugar central y definitivo. De ahí que no alcance con la
proletarización. La “vigilancia” sobre sí y sobre los otros es fundamental
para el desarrollo exitoso del proceso revolucionario.
En el mismo sentido que en Así se templó el acero, para “Moral y
proletarización” la única forma posible de amor socialista es la pareja
monogámica y heterosexual, en clara polémica con la “revolución
sexual” de los sesenta. Ese tipo de comportamiento “libertino” es propio
de la moral burguesa e individualista que se quiere destruir. “El único
camino hasta el poder obrero y el socialismo”, como se titula un conocido
documento de la organización, no sólo es la lucha armada, sino también
su contraparte necesaria, la proletarización y la puesta en práctica, en
forma cotidiana, de esta “nueva” moral, de esta “nueva” subjetividad.
Algunas palabras finales
Hemos podido dar cuenta de varias cuestiones que hacen al
imaginario social constitutivo de la identidad colectiva de la organización
aludida. En primer lugar, los tipos de identidades que se construyen en
los textos perretistas. El vínculo identitario que se termina conformando
en “Moral y Proletarización” es una identidad que se constituye como la
única poseedora de la verdadera línea revolucionaria y, por lo tanto, el
enemigo; y el exterior constitutivo es ocupado por otras organizaciones
de izquierda o camaradas del partido “oposicionistas” que vendrían a
encarnar al propio enemigo de clase por no concordar completamente con
la línea del partido –que es la línea “proletaria” -. El valor de verdad que
tiñe la enunciación hace que cualquiera que se manifieste en contra de
ella pase a ocupar el lugar de adversario o, lo que es lo mismo, “pequeño-
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burgués”, descalificando, de esta forma, su enunciación, su palabra. Esta
despersonalización de los contradestinatarios -propia de la doble
destinación que caracteriza al discurso político- contribuye a ampliar
semánticamente su alcance y aumenta el grado de potencialidad
discursiva. En última instancia, quien no cumpla con las prerrogativas del
“Moral y proletarización”, no será otra cosa que un adversario, un
burgués, aunque “parezca” un “excelente compañero”.
El “hombre nuevo” del PRT no es otro que el hombre proletario
pero encuadrado, con conciencia de clase, y dispuesto a entregar su vida a
la revolución. Este “hombre nuevo” setentista reproduce muchos de los
lugares comunes del imaginario revolucionario. El discurso de tal
izquierda de los 60 y 70, si bien intentó diferenciarse de la “vieja
izquierda”, por medio del análisis discursivo vimos cómo se reiteran
mandatos y creencias de la identidad revolucionaria tradicional. En lugar
de producir un discurso emergente, nuevo (Muñoz y Raiter, 1999), se
limitó a ser un discurso opositor dentro de la red, legitimando, contra su
pretensión, al imaginario del que decían diferenciarse y, por consiguiente,
al lazo social que el mismo produce (Muñoz y Raiter, 1999).

Bibliografía
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30

 
García Negroni, María Marta (1988), “La destinación del discurso
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Guglielmucci, Ana (2006), “Dar la vida y la muerte por la revolución.
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EL CIUDADANO como sujeto de enunciación

Virginia LÓPEZ VILLEGAS♦

                                                            

Profesora Titular de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
La investigación se inscribe en el macroproyecto: “Diversidad, cultura nacional y
democracia en los tiempos de la globalización: las humanidades y las ciencias
sociales frente a los desafíos del siglo XXI”. Centro de Estudios en Ciencias de
la Comunicación.
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Introducción
Las investigaciones que se inscriben en cada una de las
disciplinas que se imparten en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
de la UNAM, tienen como telón de fondo un lenguaje de significación: la
cultura política como eje de estudio para contribuir a la transformación
social del país.
Cultura política es el punto de partida donde se inserta el
Seminario de Comunicación Mediática y Política, propuesta que nos
permite analizar los procesos de comunicación como columna vertebral
en la formación de las ciudadanías, de los fundamentos de ser ciudadano;
ciudadanos conscientes de su rol social, sus derechos y responsabilidades;
procesos de comunicación promotores o no de una cultura política. De
ahí la importancia del estudio de los medios de comunicación en su
función de transmisores y traductores de significados culturales.
La investigación
Al participar en este seminario apuntamos a entender a los
ciudadanos como sujetos sociales, sujetos de enunciación conscientes de
su rol social; en sus derechos y deberes que reflexiona en la toma de
decisiones; acción social mediada por el o los lenguajes y como producto
social que permite recrear estructuras mentales gracias a las cuales los
hombres se han vinculado, colaborado y producido socialmente (Uribe
Villegas, 1984). El lenguaje es uno de los elementos que explican la
realidad humana.
El lenguaje en su forma más simple, pero a la vez compleja: el
discurso. Por ejemplo el lenguaje escrito, la prensa o el lenguaje
audiovisual en tanto problemas de traducción de significados
sociopolíticos y culturales. Para Max Weber, la sociedad se constituye
por acciones emanadas de la relación humana y la interacción
comunicativa; acciones dotadas de sentidos y significados que se
comparten vía lenguajes –oral, escrito, gestual, proxémico-, esenciales en
la comunicación interpersonal o colectiva; lenguajes de los medios
masivos de comunicación que hacen a una sociedad específica, en su
proceso de identidad, de construcción nacional en la que el lenguaje es
extensivo a cada uno de los miembros que la conforman: sus ciudadanos.

                                                                                                                                      

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Una nación no puede construirse sin una red de comunicación
que la sostenga y esta red de comunicación, en nuestra perspectiva, son
los lenguajes –sistemas de significación- que permiten convertir las
experiencias lingüísticas en actos de habla que compartimos. La Nación
que se construye sobre una identidad específica cifrada en los códigos
sociales y culturales vigentes. Códigos de significación social que
permiten cifrar o descifrar mensajes –en el consenso o disenso– y que
permiten a la sociedad, colectividades, grupos y personas que se
identifiquen en sí mismas. Lenguajes que incorporan una mundivisión,
una visión del mundo –el imaginario colectivo- expresado como una
clave importante de la identidad.
El discurso es una práctica enunciativa en una interacción
comunicativa del sujeto hablante y del sujeto oyente, que desempeñan un
rol inserto en la gama de relaciones que conforman la estructura social: el
discurso está constituido por condicionamientos históricos, culturales,
ideológicos, económicos. Entonces se trata de una práctica social de
sentidos y significados, al quedar el acto lingüístico inserto en el contexto
social donde se desarrolla la comunicación (López Villegas, 1984).
El sentido y significado, amén de la perspectiva lingüística o
pragmática, son partes de un proceso, de la construcción discursiva que se
elabora en la interacción, en la comunicación, y en una sociedad y una
cultura donde se comparten creencias, valores y educación de manera
diferenciada, situación que refleja las definiciones contextuales.
El sentido no se encuentra; sino se construye. Los objetos no
tienen sentido a menos que exista un sujeto que les atribuya uno. La
atribución del sentido que el sujeto dé a los objetos es arbitraria, aunque
cuando varios sujetos convergen o coinciden en una visión, el sentido se
transforma en significado socialmente aceptado, y facilita la interacción.
La comunicación sólo es posible entonces cuando un grupo comparte una
perspectiva y, por tanto, una amplia gama de significados.
Así, la identidad nacional depende de un sustrato mental; de un
conjunto de visiones del mundo, de actitudes ante la vida, de
comportamientos inter-individuales regidos por la coerción social
reconocida por Durkheim. Hay que advertir que estructuras e
instituciones tienen un contexto psicológico y una proyección del
pensamiento. Para que una institución opere es necesario no sólo que
exista físicamente, sino que es sea actuante en el pensamiento de los co-
societarios; esto es lo que los identifica, lo que constituye su identidad.
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Se trata del enunciador-destinatario que traduce el conocimiento
lógico, el saber comprendido, el conocimiento tradicional transmitido de
generación en generación; así como las experiencias sociales e
individuales en valores compartidos además de un entorno cognitivo que
hace posible la comunicación. Tomando este planteamiento, la hipótesis
de la investigación que abordamos es que el hablante-enunciador, el
destinatario-oyente, son sujetos sociales cognitivos, afectivos que
elaboran, reelaboran o construyen el mensaje.
Ducrot (1972) compara un enunciado como una puesta en escena
y señala al discurso como un campo de posibilidades a personas o grupos.
Y exige implícita o explícitamente un alocutorio, lo que proporciona
estructura al diálogo; y será el discurso conformado por enunciados
donde se revele su organización y correspondencia con el contexto, para
darle sentido.
Es a partir de esta puesta en escena de la realidad social por el
enunciador en forma de discurso, como se brinda a los ciudadanos un
campo de posibilidades para la interpretación y reconstrucción de ese
discurso. Este no aparece en una sociedad, comunidad o grupo como una
unidad autónoma, sino que el tema o el hecho social del que se habla, se
integra por puntos de vista que ya han sido revisados, lo que se ha dicho o
analizado sobre un hecho social concreto. En consecuencia, de cada
problema social se producen infinidad de discursos.
Un enunciado es un continuo de incertidumbre o de ambigüedad
al encontrarse en él valores de verdad o falsedad; un enunciado puede ser
verdadero-falso según su correspondencia o no a los hechos que describe,
su adecuación a las circunstancias en las que se emite (Austin, 1982) y a
las condiciones de su producción.
Para Searle (1986) hablar de una lengua (dicotomía lengua-habla
de Saussure) consiste en realizar actos de habla. Por ejemplo hacer
afirmaciones, dar órdenes, plantear ideas, hacer promesas, referir,
predicar. En el acto de habla el hablante comunica al oyente más de lo
que dice, basándose en la información de fondo compartida, tanto
lingüística como extralingüística, sustentada en la comprensión,
razonamiento e inferencia (Ch. S. Pierce, 1986).
Chomsky (1970) plantea la dicotomía competencia-actuación, en
referencia al uso lingüístico: la competencia corresponde al
conocimiento, al entendimiento de su lengua; esto es un atributo del
enunciador y destinatario; la actuación es su uso en situaciones
35

 
específicas; en el aspecto de la Gramática Generativa el concepto de
actuación se relaciona con la productividad discursiva: la interpretación.
Estos planteamientos metodológicos sustentan una segunda
hipótesis: el ciudadano –sujeto enunciación- traduce, construye su propio
discurso, como práctica social de producción de sentidos y significados
que corresponden al desciframiento de su realidad y que lo lleva a una
toma de decisiones.
De modo que desarrollaremos lo que entendemos por discurso
político. La expresión textual de éste no se da de una manera aislada, sino
dentro de una complicada red de relaciones de poder o de dominación; es
el discurso de las instancias que dan formas a la estructura del Estado, y
que se genera y procesa dentro de la escena política.
El discurso político (en términos estrictos) como característica de
las ideologías políticas, prescribe acciones para la organización
institucional de la sociedad como un todo, con el propósito de hallar
aprobación para tal modo de organizar (Morris, 1986). Su uso
obviamente es indispensable en las sociedades democráticas y ni siquiera
es prescindible en las sociedades totalitarias. Se caracteriza por proponer
fines y valores (Weber), medios y objetivos deseables para la sociedad.
En general el discurso político presenta dos ejes o polos simultáneos:
1. Cuando el énfasis está en los valores comunitarios o universales
(como los términos: democracia, pueblo, libertad) donde el
enunciador hace un uso retórico, metafórico.
2. Cuando el énfasis está en lo pragmático y las acciones de un
determinado proyecto. El discurso se vuelve un instrumento
merced al cual se trata de lograr la aprobación específica de
programas.
Las modalidades que presenta el discurso político cubren desde el
“simple informe administrativo” hasta la arenga política. En estas
modalidades se dan tendencias correlativas; así aunque el informe
administrativo tiende a ser “neutral” encierra un propósito ideológico. La
arenga tiende a estar cargada ideológicamente pero aún así al mantener la
forma y el gesto puede estar ideológicamente vacía. El discurso político
puede informar, pero también argumentar, y es por tanto deliberativo y
polémico, exhorta, incita o frena y por ello es estratégico y coyuntural.

36

 
Un texto político supone un trabajo particular, una manipulación, de
la expresión. Esta provoca y es provocada por un reajuste de su contenido
–en el ámbito semántico, sintáctico-; ahí encontramos el arte retórico y el
campo fértil del análisis semiótico. El emisor de un discurso enfoca su
atención en las relaciones de sus destinatarios, tendientes a provocar
respuestas, calculadas con un velado propósito de lograr objetivos tan
disímbolos y opuestos como la dominación o la cooperación.
En la antigüedad la retórica fue una herramienta que permitía que
quienes la dominaran consiguieran el fin deseado, dentro de una situación
discursiva. Tenía y aún tiene la intención pragmática de convencer al
interlocutor sobre una idea o causa; la intención de persuadir, aprobatoria
o desaprobatoriamente (convencer, persuadir, argumentar, manipular); y
en caso de ser efectiva, presenta consecuencias en los patrones de
comportamiento o decisiones de los miembros de la comunidad.
Además el emisor de un texto político –gobierno, partidos políticos,
candidatos- emplean todos los medios de propaganda y publicidad a su
alcance para ponerse en interacción con los gobernados; textos que con
frecuencia descansan en datos estadísticos exagerados o, cuando menos,
lejos de corresponder a la realidad.
El discurso político –como enunciación- sirve tanto a la tendencia
conservadora como a la tendencia reconstructiva de lo social: puede
retardar crisis políticas, cimentar y deshacer prestigios, producir en la
población reacciones favorables o desfavorables en torno a un suceso
nacional o internacional. En él se estructuran signos y símbolos que se
traducen a la realidad sociopolítica y cultural, entendida como traducción
de sentidos y significados. En el contexto nacional el discurso político
para unos es vacío, para otros, una trampa, para otros más, demagogia;
para algunos no es nada fortuito; sino el encadenamiento de acciones de
acuerdo a un programa político establecido.
Comunicación es entonces comunión de sentidos y significados que
traducen conocimientos, experiencias, valores compartidos; así como un
entorno cognoscitivo compartido que hace posible la comunicación. Si
tomamos este planteamiento, entonces la hipótesis o eje central de la
investigación es que tanto el hablante o enunciador, como el destinatario,
son sujetos sociales que no sólo Comunican, sino que son sujetos
sociales afectivos que reelaboran y reconstruyen el mensaje.
La pragmática como disciplina trata de construir una teoría que
explique la interconexión de distintos tipos de procesos extralingüísticos
37

 
que hacen posible la comunicación humana. Su objeto, el análisis de los
elementos que hacen posible la comunicación como principios,
conocimientos y estrategias que construyen el saber: la competencia
comunicativa que determina el uso del lenguaje (Escandell Vidal, 1993;
Bertucelli, 1995). Es la ciencia que estudia las relaciones entre los signos
y sus intérpretes. Se ocupa de los hechos extralingüísticos (emisor,
destinatario, intención comunicativa) de hablante y oyente; y son en la
perspectiva de la investigación sujetos reales con conocimientos,
creencias y actitudes mediadas a través del discurso y su interpretación.
Así, para la visión pragmática, el sentido no existe a priori. Es una
construcción constante, un proceso donde los actores –hablante, oyente-
producen y reproducen el discurso en su construcción o representación de
la realidad. La investigación apunta a entender a los ciudadanos como
sujetos de enunciación que construyen y reflexionan en la toma de
decisiones, acción mediada por el lenguaje, donde la condición humana
evoluciona a partir de un interjuego de certidumbre y ambigüedad y que
se traduce en sentido y significados de su entorno social.
En suma, describir el discurso como práctica social es entender que el
discurso es socialmente constitutivo así como que está socialmente
construido: “Hablar de discurso es, ante todo, hablar de una práctica
social, de una forma de acción entre las personas que se articula a partir
del uso lingüístico contextualizado, ya sea oral o escrito. El discurso es
parte de la vida social y a la vez instrumento que crea la vida social”.1
¿Qué entendemos por ciudadano?
Montesquieu en El espíritu de las leyes menciona: “antes que todas
las leyes están las leyes naturales, así llamadas porque se derivan
únicamente de la construcción de nuestro ser, para conocerlas bien, ha de
considerarles al hombre antes de existir en sociedades; el hombre en
estado natural, no tendría conocimientos, pero sí la facultad de conocer”2.
Y de ser, de pensar, de construir sentidos y significados.
Los hombres al organizarse, al formas grupos y comunidades,
fueron perfilando las leyes llamadas generales. “La ley en general, es la
razón humana en cuanto se aplica al gobierno de todos los pueblos de la
                                                            
1
Helena Casamiglia B. y Amparo T. Valls. Las cosas del decir. Manual de
análisis del discurso. Editorial Ariel, SA. Barcelona.
2
MONTESQUIEU, Charles Louis. Del espíritu de las leyes. Porrúa. Col.
“Sepan cuantos”. No. 191. Tercera Edición. México. 1977.
38

 
tierra; y las leyes políticas y civiles de cada nación no deben ser otra sino
las cosas particulares en que se aplica la razón humana”3.
Aristóteles en Ética Nicomaquea, decía: “son ciudadanos quienes
tienen parte en una ciudad: pero la ciudad ha de estar correctamente
administrada… La ciudad, en efecto, es por naturaleza una pluralidad…
siendo la ciudad… una pluralidad, es por la educación como hay que
darle unidad y solidaridad…”.4 La educación como emancipación de
hombres y mujeres, capaces de hacer valer sus derechos, su opinión.
Para Constant en Principios de política5, la democracia es una
respuesta a la cuestión de quién debe ejercer el poder público –lo debe
ejercer la colectividad- y de manera particular el individuo que es anterior
a la sociedad. La sociedad debe poner al servicio de la colectividad a sus
instituciones que guardan su libertad. Para el autor sólo existen dos
poderes: el legítimo, que expresa la voluntad general, y el ilegítimo, con
el uso de la fuerza contra la voluntad expresada en la voluntad general.
Si la estructura social está conformada por subestructuras -una de
ellas, la subestructura política, cuya actividad es relativa a la organización
del poder-, ¿cómo perciben entonces los ciudadanos su entorno político?
En principio la cultura política democrática se sustenta en la noción de
ciudadanía, entendida en individuos-sujetos sociales libres e iguales ante
la ley que conforman el sujeto de la cosa pública y de la legitimación del
poder; la fuente primaria y última del poder es la voluntad del pueblo: la
ciudadanía con derecho universal e individual; un proceso democrático
no sólo traduce la voluntad general, sino la acción de individuos que
actúan y comunican en grupos, comunidades y sociedades.
El ciudadano es la figura de la escena pública, pero también lo es
en la escena privada; si en esta última se defienden los intereses
personales, en la primera –como ciudadanos- se debe ser responsable y
solidario garantizando la convivencia social y la participación en
organizaciones sociales, movimientos ciudadanos, asociaciones no
gubernamentales para hacer oír su voz. Su presencia atraviesa los
discursos construidos a partir del entorno social. Formación de
ciudadanos que colaboran en el fortalecimiento de la igualdad, la
democracia y la justicia social; fundamentos del ser ciudadanos a través

                                                            
3
Ibidem p. 6.
4
ARISTÓTELES. Ética Nicomaquea o Política. México. Porrúa. 1977.
5
CONSTANT, Benjamín. Principios de política, Madrid, Aguilar, 1970.
39

 
de su participación o movimientos sociales, redes que se forman a partir
de la sociedad civil. El ciudadano como parte activa de la democracia
exige transparencia en la función social de las instituciones; al poder
legislativo, ejecutivo y judicial le pide rendición de cuentas, la decisión
de los electores y el juicio de la ley; que reconozca los derechos sociales
y culturales de cada uno de los individuos, de las comunidades, de las
regiones. El sistema político impone un sentido; los individuos son
privados de la construcción del sentido y es a través de su participación
en movimientos sociales que busca incidir en tal construcción.
Para Eliseo Verón6, los fenómenos sociales deben verse bajo la
forma de materias significantes. A esta dimensión significante de los
hechos o fenómenos sociales lo nombra semiosis social y su estudio
implica tomar cualquier fenómeno como producción de sentido, es decir
que se manifiesta en el discurso, tanto en el sujeto enunciador, como en el
destinatario. Este discurso parte de un soporte material, que son los
fenómenos sociales que generan o construyen discursos en un intento de
comprender, explicar y analizar dichos fenómenos. Este producir sentido
implica significarlos como campos semánticos, campos conceptuales o
de ideas en el discurso, entendidas como la actualización por el sujeto o
sujetos (hablante-oyente), asumidas en los diversos discursos que
atraviesan la sociedad. Son los conceptos, ideas, valores, enunciados por
un sujeto o sujetos (Greimas, 1982). Estos conceptos, ideas, valores,
aparecen como sustrato o contenido en los diferentes temas discursivos
que reflejan la realidad social; estos temas son los elementos sustantivos
de los discursos sociales.
Los fenómenos o hechos significantes, objetos de este estudio, son:
• Realidad nacional.
• Movimiento ciudadano de resistencia civil pacífica.
• El movimiento social representado por la Asamblea Popular de
los Pueblos de Oaxaca (APPO).
• Movimiento indígena- Campesino, Ejercito Zapatista de
Liberación Nacional (EZLN)
• Movimiento del pueblo de Atenco.
• Grupos guerrilleros.
• Sociedades de convivencia.
• Derechos humanos.
                                                            
6
VERÓN, Eliseo. La semiosis social. Fragmentos de una teoría de la
discursividad. Barcelona, Gedisa, 1998.
40

 
El estudio se realizó a través de la lectura del periódico “La
Jornada” durante septiembre y diciembre de 2006. El análisis de una sola
fuente –diario de circulación nacional- si bien no es representativo de la
pluralidad de pensamiento de los diferentes grupos sociales del país, sí es
significativo, al dar en su lectura discursiva una percepción de la realidad
social, económica y política que comparten sus lectores; esos conceptos,
ideas, valores y también creencias aparecen como sustrato o contenido en
los diferentes temas discursivos que reflejan la realidad del país, ya que
toda producción de sentido es necesariamente social. La semiosis aparece
como un todo de significación en cada uno de los hechos.
Temas: Realidad Nacional
Agravios por el gobierno panista de Vicente Fox que fueron de
continuismo con el priísmo neoliberal y el fraude electoral; Problemas
sociales, económicos: desigualdad, pobreza, concentración del capital,
migración, reducción del ingreso, inseguridad; Problemas políticos:
Clima de desconfianza e incertidumbre en el gobierno, surgimiento de
formas de organización social, como movilizaciones contra el desafuero,
defensa de los trabajadores; La izquierda en México y América Latina;
Las luchas regionales en defensa de los recursos naturales; El
movimiento de Resistencia Civil Pacifica y su reclamo de transparencia
electoral; El dominio del poder económico, político, religioso por grupos
conservadores; Los poderes fácticos en México: económicos, medios de
comunicación, iglesia; La Ley Televisa; Prevalece en el país un ambiente
tendiente a la privatización de la salud, seguridad social, educación;
Propuesta de reformas estructurales tendientes a la privatización del
sector energético: PEMEX, la Comisión Federal de Electricidad; Vicente
Fox y su empeño en modificar la Ley Federal del Trabajo; Surgimiento
de nuevas formas de expresión y organización social; El movimiento
social oaxaqueño: Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO);
el movimiento social en Atenco, Estado de México; Bases de apoyo del
EZLN en busca de la autonomía de los pueblos indígenas.
Además,
Desprestigio de las instituciones políticas, incluyendo partidos
políticos, Cámaras Legisladoras, Órganos electorales; Pérdida de la
credibilidad en los órganos de Justicia incluyendo la Suprema Corte de
Justicia; El uso de la fuerza pública por el estado: Represión; El Tratado
de Libre Comercio (TLC), EEUU, Canadá y México; El abandono por
41

 
parte del Gobierno Federal del Campo Mexicano; El Estado Mexicano y
los Derechos Humanos; Derechos humanos: desaparición y muerte de
mujeres; La seguridad y el narcotráfico; Libertad de presos políticos y la
no militarización del país; Participación ilegal de los poderes fácticos, el
ejército y la Iglesia que participaron en el proceso electoral; El sexenio de
fox y el carácter laico del Estado; Corrupción electoral; Capacidad de
convocatoria de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y las demandas
del pueblo y la ciudadanía; Vicente Fox y el gasto publicitario;
Legitimidad y fragmentación del poder político mexicano; Elecciones;
Felipe Calderón Hinojosa, Candidato del Partido Acción Nacional es
declarado Presidente; La sala superior del Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación (TEPJF) valida las elecciones celebradas el 2
de julio de 2006 por el Instituto Federal Electoral (IFE); El Cardenal
Norberto Rivera y la política; Campañas mediáticas contra AMLO;
Desatención de la cultura, la industria editorial y el cine; Las elecciones
celebradas el 2 de Julio de 2006 son consideradas un fraude electoral;
Derechos humanos: detenciones arbitrarias, encarcelamiento selectivo,
tortura; Andrés Manuel López Obrador (AMLO) propone a los
mexicanos desconocer a Calderón como Presidente, construir un gobierno
legítimo y coordinar la resistencia civil; Crisis Institucional: el gobierno
de facto y el poder legitimo; Fox y Calderón acordaron el envío de
fuerzas públicas a Oaxaca.
Los conceptos, ideas, creencias, valores, son:
Democracia Empresarios desapariciones
Ciudadanía Economía Incomunicación
Gobierno Conflictos Estado
proyecto de nación Rezago Legitimidad
Elecciones trabajo Régimen
Pluralidad Desempleo Neoliberalismo
Igualdad Negociación Autonomía
Credibilidad Salario Ingobernabilidad
Inconformidad Inflación Congreso
Legalidad Pobreza Orden
Fraude Riqueza Política
Descontento Marginación Presupuesto
Crisis Educación crisis política
Repudio Privilegios Usurpación
proyecto nacional medios electrónicos Institucionalidad
División Información Estado de derecho
Desigualdad Pueblo Transparencia

42

 
violencia Sindicato conflicto poselectoral
resistencia civil cuerpos represivos campaña mediática
represión Neutralidad Revolución
tráfico de influencias Instituciones movimiento social
movimiento de educación pública Resistencia
resistencia civil pacífica
pluralidad reforma agraria Injusticia
derechos humanos Tortura costo político
poder miedo Fascismo
iglesia Detenciones Lucha

Temas: Movimiento Ciudadano de Resistencia Civil Pacífica


Destacan los siguientes aspectos:
Elecciones presidenciales del 2 de julio de 2006; El Movimiento de
Resistencia Civil Pacifica frente al procesos electoral; Oposición plural
frente a lo que se considera fraude electoral; La resistencia civil vista por
los medios masivos de comunicación; El Presidente del Instituto Federal
Electoral, Luís Carlos Ugalde, y los demás consejeros electorales,
Gobernación y la Policía Federal Preventiva encubrieron irregularidades
en las elecciones; La intervención en el proceso electoral a favor del
candidato del PAN, Felipe Calderón, de empresarios, medios de
comunicación, clero y ejército; Desconocimiento de Felipe Calderón
como presidente y reconocimiento de Andrés Manuel López Obrador; La
Convención Nacional Democrática convoca a la Convención Indígena
Nacional; Las instituciones del Estado y los pueblos indígenas; Los
plantones, bloqueos carreteros, el conflicto oaxaqueño, el conflicto de
Atenco, los conflictos de los trabajadores mineros son un reflejo de las
crisis de representación política del país; El Tribunal Electoral y las
Elecciones del 2 de julio; La derecha mexicana e internacional vinculada
al país tratan por todos los medios que la izquierda no llegue al poder;
AMLO convoca a un Congreso Constituyente; La posibilidad de
recuperar la institucionalidad de la República en manos de los
Magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF); Los campamentos establecidos en el Zócalo capitalino planean
acciones a seguir frente al último informe presidencial de Fox y su orden
de posible desalojo de dichos campamentos; Sufragio efectivo-respeto al
voto, no al fraude electoral; Repudio popular a Fox; Fox y educación
pública; La Convención Nacional Democrática (CND): su objetivo es no
sólo unificar y reunir las diferentes corrientes de izquierda, sino también
los diferentes sectores sociales que anhelan la transformación social.
43

 
Asimismo, son contemplados los puntos:
Propuso AMLO crear la figura del pueblo o los servidores
públicos; Rechazó la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) las
peticiones ciudadanas para investigar el voto público en los comicios del
2 de julio; El TEPJF validará las comisiones y declarará presidente electo
a Felipe Calderón; La Sala Superior del TEPJF valida las elecciones
celebradas el 2 de julio de 2006 de acuerdo a los resultados presentados
por el IFE; El TEPJF debe velar por la integridad de la República y sus
Instituciones; Felipe Calderón es declarado Presidente; Descomposición
de las instituciones; Colapso del Estado de derecho. Las elecciones sucias
pero válidas; El resultado de la elección no será gobernabilidad; TEPJF
cómplice de la imposición política; Negativa del IFE al conteo de votos;
CND y la resistencia civil pacífica; CND declara “Presidente” legítimo a
AMLO; Las decisiones del CND: resistencia civil, elección de los
integrantes de un comité encargado de la organización del plebiscito y el
constituyente; Creación del Frente Amplio Progresista (FAP); CDN y los
grandes problemas del país; El Cardenal Norberto Rivera hace un
llamado a todos los mexicanos a reconocer a Felipe Calderón como
Presidente de México; IFE y los recursos de queja; El Frente Amplio
Progresista y el Movimiento Ciudadano; Los retos de la CND y el
Movimiento Ciudadano; La Ley de desarrollo Social Impulsada por la
CND no prosperará debido a los intereses del PRI y el PAN; La CND es
el reflejo de la crisis social impulsada por los últimos gobiernos priístas y
panistas; El cardenal Norberto Rivera y el poder político; El
conservadurismo en México y el poder político; AMLO presenta frente a
Asamblea Ciudadana a los integrantes de su gabinete; Protesta de AMLO
el día 20 de Noviembre de 2006 en la Plaza de la Constitución como
Presidente Legítimo de México; El movimiento de protesta y rebeldía
contra el fraude electoral busca la conformación de una nueva república;
AMLO recorrerá los 20 mil 500 municipios del país para convocar a
todos los ciudadanos a ser representantes del gobierno legítimo;
Campañas políticas y mediáticas contra AMLO; El Movimiento de
Resistencia Civil Pacífica y su reclamo de transparencia; La organización
de la sociedad en rebeldía; La resistencia pacífica como lucha popular;
Un nuevo proyecto de nación; Y finalmente, El dominio del poder
económico, religioso, político por los grupos conservadores de México.

Los conceptos, ideas, valores, creencias son:


elección presidencial gobierno movilización Social
44

 
Voto Instituciones reconciliación nacional
Ciudadanía convergencia derechos civiles
ciudadana
Corrupción Imposición derechos políticos
estado de derecho Organización unidad
Democracia Ciudadanía desarrollo social
Legalidad Inestabilidad fallo electoral
Legitimidad confianza Deber
Validez Veredicto Sospecha
Lucha anular elecciones Pobreza
Revolución equidad Marginación
Propuesta Certeza Vulnerabilidad
Marcha Legalidad voto público
Pluralidad Independencia relaciones ciudadanas
Tolerancia Imparcialidad Confrontación
Rebeldía objetividad Investigación
Desacato Transparencia Violación
Prudencia Pluralismo poderes fácticos
Autoridad incredulidad vacío informativo
institucional
Desobediencia verdad jurídica Gobernabilidad
bloques verdad popular Público
crisis política sufragio efectivo Privado
crisis de represión declarar comicios Política
sufragio público simulación acuerdo político
Soberanía Coalición voluntad ciudadana
derecho a la Normalidad Participación
movilización
Contradicciones Colapso Consenso
Alegato vacío legal Desastre
resistencia civil pacífica golpe de Estado

Temas: Movimiento indígena-campesino. Ejército Zapatista de


Liberación Nacional.

Respecto de esta gran temática, resaltan los siguientes puntos:


La Convención Nacional Indígena (CNI) decidió desconocer a
Felipe Calderón como Presidente de la República; La CNI reconoce a
Andrés Manuel López Obrador como Presidente Legítimo; Propuesta de
la CNI tendiente a reactivar el movimiento indígena-campesino; La CNI
aprueba reabrir el debate sobre la reforma constitucional en materia
45

 
indígena, garantizar el derecho a la autonomía y la determinación de los
pueblos, proteger tierras, territorios y recursos naturales; La CNI plantea
al Estado respetar los convenios y tratados internacionales relacionados
con los pueblos indígenas; Creación en Chilpancingo de la Asamblea
Popular de los Pueblos de Guerrero (APPG); El II Encuentro Indígena
Peninsular ratificó a la VI Declaración de la Selva Lacandona y su
adhesión al Congreso Nacional Indígena; El Segundo Encuentro Indígena
Peninsular plantea el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés.
Los conceptos, ideas, valores son:

comunidades indígenas Cambio Rebelión


país nuevo Violencia Izquierda
identidad Esperanza Ultraderecha
Historia presos políticos Construir
culturas indígenas violación de derechos Igualdad
humanos

Refundar Libertad Demandas


Educación Organización Estrategias
Desconocer Democracia la otra campaña

Legitimidad Justicia Derechos


Simulación Conflicto lucha de los de abajo
Fortalecimiento Movilización solos no sabemos nada
juntos lo sabemos todo
Instituciones Doblegar medios de
comunicación
alternativos
Sectarismo Leyes persecución
Marginación Justo pueblos indios
Discriminación Digno Derrocar
despojo de tierras Neoliberalismo Derrotar
apoyo Sindicalismo
Represión Lucha

Colofón
A manera de conclusión cabe mencionar que la esencia de la
participación de la sociedad civil - de comunidades, pueblos, personas de
distintos ámbitos y sectores- que se hacen visibles, presentes a través del

46

 
discurso que generan -campos de significación social- debería traducirse
en programas de acción para la elaboración de políticas públicas que
retomen las voces ciudadanas, las propuestas de la sociedad civil en los
ámbitos social, económico, político y cultural. Así como su expresión en
los ámbitos del Poder Legislativo, Ejecutivo, Federal y Estatal.

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URIBE Villegas, Oscar. Problemas de lenguaje. México, IISUNAM, 1984.
VERÓN, Eliseo. La semiosis social, fragmentos de una teoría, Gedisa, 1998.

47

 
LA INDUSTRIA DISCOGRAFICA y la nueva
encrucijada digital

Cristian Daniel TORRES OSUNA♠

Una industria en jaque

                                                            

Egresado de Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales. Cursa un
posgrado en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Complutense de
Madrid.

48

 
Es indudable el fuerte impacto socioeconómico y cultural que se
desprende de los diversos productos culturales. La producción que rodea
nuestras vida constituye una importante fuente de trabajo para creadores,
interpretes, empresarios, empleados y trabajadores independientes de
empresas productoras, industriales, de medios, de comercialización
mayorista y minorista, de agencias de publicidad, instituciones culturales,
etc.” (Stolovich, L., Lescano, G., Mourelle, J. 1997). Abarcan todas las
fases de su desarrollo e impulsan la economía global.
Las industrias culturales (IC) influyen de manera tajante y directa
sobre los imaginarios colectivos de los pueblos. Ofreciendo visiones
concretas del mundo, representaciones que moldean la construcción
identitaria en cualquier nivel educativo de la población, “las industrias
culturales hacen posible comunicaciones simbólicas, sus contenidos
participan activamente de las matrices culturales que subyacen en las
relaciones sociales, sus formas de funcionamiento hacen que se
configuren, desdibujen o desplacen las fronteras entre los distintos grupos
sociales” (García Canclini, N. 2006).
Dentro de la cada vez mas reafirmada importancia de las industrias
culturales se enmarca nuestro objeto de estudio. Abordar sus
configuraciones precisa una breve revisión de las distintas etapas más
representativas de su desarrollo.
A partir de las fusiones de los grandes grupos multimedia a
mediados de los ochenta, se comenzó a advertir una Industria
Discográfica (I.D.) dominada por 5 majors (BMG, EMI, Sony, PolyGram
y Universal) que producían y distribuían mas del 90 por ciento de todas
las ventas de fonogramas (LPs, cassettes, CDs, discos singles y
videoclips) (Burnett, 1996). Tal dominio del mercado se remonta a
principios del siglo XX, cuando la llamada Victor Talking Machine y
Columbia, después BMG y Sony respectivamente, se dividían el mercado
estadounidense, mientras que British Gramophone Company, que pasaría
a ser Electrical & Musical Industries (EMI) controlaba el resto del
mundo. Luego de la década de los cincuentas, época del gran
consumismo desatado con la postguerra, la expansión de la nueva cultura
de la juventud y la plena gestación del estallido del rock, sobre todo en
Estados Unidos, el mercado de la música creció 1,000 por ciento entre
1954 y 1973 (Yudice, George. 1999). El surgimiento de la nueva
configuración en grupos multimedia y el acelerado crecimiento en la
década de los ochenta, se complementó con una nueva lógica de

49

 
producción, confeccionando con certeza lo que será vendido, reduciendo
la incertidumbre intrínseca del producto. Las majors arriesgan con
grandes inversiones en pocas producciones que les aseguran recuperar la
inversión y jugosas ganancias. Para amortizar un CD, se tienen que
vender al menos 250,000 unidades (Burnett, R. 1999).
La contraparte de los grupos transnacionales en cuanto a estructura
y funcionamiento, se configura a cargo de las Indies o Pymes, que sin
contar con el poder de inversión y distribución de las grandes, se limitan
a encontrar nuevos posibles éxitos masivos, explotarlos hasta donde se
los permitan para después vender las licencias de los contratos a las
Majors, que superan por mucho las carencias de las pequeñas y medianas
empresas. Las grandes utilizan formulas estandarizadas de éxito
(producción y distribución masiva, con grandes campañas de marketing),
previamente “test-adas” para lanzar al estrellato con poco margen de
error, a los noveles artistas salidos del semillero de las Pymes. De tal
forma que “la industria de la música se basa en una constante dialéctica
entre el lanzamiento del joven artista y la gestión del artista consagrado,
entre el lanzamiento del hit del momento y la explotación del catalogo de
éxitos” (Flichy, 1982; Miége, 1989, en Bustamante, 2007).
Al igual que para el resto de sectores culturales, para la I.D. ha sido
crucial la relación con las nuevas tecnologías, que han estimulado su
periódica estructuración y por ende su crecimiento. Rememorando, el LP
que expandiera su popularidad de forma intensiva entre las décadas de los
cincuenta y setenta, se vio finiquitado como el primer gran soporte por la
introducción de la cinta magnética o Casete, suplantando al disco de
vinilo con una entrada masiva al mundo musical durante la década de los
setenta. Permitiendo un salto cualitativo en el desarrollo de la
estereofonía y la aparición del Walkman de Sony, en ocho años vendió 35
millones de unidades, constituyendo “el primer aparato sonoro
expresamente para el mercado consumista” (Morita, et al. 1986).
Aproximadamente una década más tarde al igual que el pionero de
la música grabada, el casete fue sustituido por uno de los grandes avances
de la novedosa tecnología digital. El CD creado por las compañías Sony y
Philips en 1979, representa un soporte que estimuló un mercado que
decaía. Además de poder escuchar música en algún reproductor,
presentaba la posibilidad de almacenarla en cualquier ordenador. Un
firme monarca de la década de los noventa, introducido al mercado para
hacerle frente al descenso de ventas de finales de la década anterior. Con

50

 
la intención de impulsar el mercado y aumentar las ventas como con el
CD, la industria se planteó una nueva transición de soporte con miras a la
nueva década, el DVD que aunque se introdujo con mayor espacio para
almacenar no solo música, sino películas, archivos de texto, imágenes,
etc. Se quedó corto en su tarea de aliciente para la I.D que enfrentaba ya
realidades tecnológicas diferentes.
Los distintos soportes (con excepción del DVD que no logró
consolidarse) a lo largo del desarrollo de la industria fonográfica, han
sido en su tiempo y espacio grandes impulsores del sector. En esa
correlación entre tecnología e industria extendida hasta el presente siglo,
las desigualdades son cada vez más pronunciadas y gestan una
transformación profunda de la industria musical en todas sus fases
(creación, producción, reproducción, distribución, comercialización).
Nueva era en que emergen nuevos soportes, formas de producir,
distribuir, comercializar y consumir. Procesos que sitian una industria que
pierde mercado sin pausa forzada a reestructurarse, para subsistir en un
ambiente que le demanda mayor permeabilidad a la innovación
tecnológica y sus particularidades. Asegurar su subsistencia actual y
venidera en los nuevos escenarios de la música son tópicos prioritarios.
La I.D. en la actualidad.
Es consenso generalizado el impacto de la I.D. a nivel global aún
en tiempos de crisis. Es “uno de los sectores más potentes y de mayor
crecimiento de la economía mundial, no sólo como un sector particular
dentro del conjunto de las I.C., sino también como irrigador de productos
que son utilizados por el resto de estos sectores, y como componente de
otros sectores industriales tales como la electrónica de consumo, la
publicidad y las telecomunicaciones” (Burnett, 1996, en Calvi, 2006).
Dentro del modelo editorial la I.D. se configura con las siguientes
particularidades socio-económicas y comunicativas;
•Fuente de creación de identidades sociales, resultado de sus
productos comunicativos que a través de procesos de mediación, brindan
representaciones del mundo (Género, Melodía, Diseño gráfico, Marketing
y en ocasiones mensajes ocultos).
•Es un sector no condicionado por la lengua, permeable e innovador de
tecnología.
•Reproducible, internacionalizable.

51

 
•Utiliza aparatos mediadores forzadamente ( walk man, disc man, CD
Rom, mp3 player, ipod, etc.)
•El trabajo colectivo es dominante.
•Existe un mercado oligopolista. Las compañías independientes arriesgan
e innovan con artistas; fungiendo como “incubadoras de éxitos” a nivel
regional y nacional, y como comercializadoras de licencias a las majors,
que capitalizan a escala los proyectos incubados para buscar éxitos
masivos. “Las grandes multinacionales atraen a las independientes por
que pueden distribuir discos” (Negus, K. 1999).
•Majors produce con formulas de éxito preestablecidas, homogeneízan
el mercado, en detrimento de una I.D. más diversa. Una gran cantidad de
géneros musicales existentes no encuentran cabida en sus catálogos, salvo
los más estandarizados.
•Industria en proceso de reestructuración, debido a la caída gradual de
sus ventas y a la entrada del nuevo panorama digital.

La siguiente tabla* resume y compara las particularidades de


desarrollo y modelos de negocio entre Majors y Pymes:

Majors Pymes
Conglomerado multimedia Empresas con poca o ninguna
diversificado con intereses en el diversificación.
negocio.
Gran empresa con un importante Empresario Individual. Empresa
número de filiales. predominantemente nacional con
ninguna o pocas filiales.
Importante participación en el mercado Insignificante participación en el
mundial. mercado mundial.
Empresa líder en los principales Participación escasa o importante en el
mercados territoriales. mercado nacional, pero raramente
líder.
Productos homogéneos, pensados para Productos concebidos en función del
su comercialización en el mercado mercado nacional, eventualmente
internacional. exportados.
Importante participación de productos Escasa participación de las
internacionales en el volumen global exportaciones en el volumen de
de negocios. negocios.
Generalmente distribuidor. Grandes Raramente distribuidor. Géneros

52

 
Estrellas. especializados
Segmento producto-mercado bien Segmento producto-mercado más o
estructurado e independiente del menos independiente; segmento
segmento finanzas/estrategias. finanzas/estrategias poco constituidos
Predominio de criterios comerciales. Predominio de criterios estéticos.
Grandes presupuestos para la Bajo presupuesto de promoción.
promoción global y multimedial de sus Difusión basada mayoritariamente en
productos relaciones personales.
Estrategias de tipo blockbuster. Estrategias de ventas regulares.
*Palmeiro, César. 2005. La industria
del disco.

El Nuevo Panorama Digital


Según los informes de la IFPI1, sobre todo en los últimos 5 años
del presente siglo se ha agudizado un declive constante de las ventas de
fonogramas en el mundo. Tras este impacto sin precedente y gradual, la
caída de la facturación por concepto de unidades vendidas parece no tener
vuelta atrás, el mercado global de la música se redujo unos 8 mil millones
de dólares. Al 2006 la I.D. se valuaba en poco menos de 32 mil millones,
a diferencia de los 40 mil millones de finales de los noventa.
En 2008, en expansión de las tecnologías digitales, el informe se
desarrolla en exclusiva en un ambiente de apuesta por los nuevos
modelos de negocio digital, careciendo de datos sobre el mercado
tradicional off line, que permitan constatar y realizar un seguimiento de la
crisis en los formatos tradicionales. Una posible estrategia ante “los
pronósticos para la supervivencia de la industria musical en su forma
actual no son optimistas” (Yudice, George. 2007).
Tal disminución en las ventas, según las asociaciones (IFPI,
RIAA2) que agrupan a las transnacionales y algunas independientes,
                                                            
1
  Federación Internacional de la Industria Discográfica. Representa la industria
mundial de grabaciones musicales; agrupa a 1400 miembros de más 75 países y
tiene afiliados nacionales en otros 49 países del mundo.

2
La Recording Industry Association of America (RIAA), es una asociación
estadounidense que representa a la industria discográfica y es la que certifica los
discos de oro y platino en los Estados Unidos.

53

 
atribuyen este fenómeno de crisis a lo que consideran piratería comercial
de CD, las copias privadas de estos, así como las descargas de las
plataformas P2P. Escenarios que junto con la transferencia de archivos
entre reproductores de sonido (mp3, Ipod, etc.), convulsionan a una
industria que se esfuerza por no perder el poder de mercado y expansión
que experimentó en las décadas pasadas, obligada a reestructurarse y
buscar nuevas estrategias de acción, adentrándose mal y tarde mediante
las nuevas tecnologías (que la han superado por mucho en cuanto a
desarrollo), a la exploración de un novedoso y peculiar fenómeno digital
en expansión. Además de representar un aparente giro económico para la
I.D., la revolución digital engloba nueva fases de distribución y consumo
de música grabada; presenta escenarios complicados y particularidades
que hasta hoy no han sido comprendidos del todo y representan un reto
para la I.D. que ensaya nuevas estrategias de desarrollo.
Consumo y nuevos modelos de negocio de la música on line
Las nuevas redes digitales como se ha venido constatando, han
obligado a repensar al conjunto de las I.C. forzando un panorama
novedoso y complejo que se desarrolla vertiginosamente, escapando de
la comprensión total por parte de las industrias como de los usuarios. La
I.D. en particular, desarrollada con fuerza durante varias décadas en el
modelo tradicional offline ha cambiado. Las multinacionales intentan con
empeño superar la crisis constante. Mediante políticas restrictivas para
“intentar mantener bajo su control el negocio de la música online, con un
grado de concentración todavía mayor que el ostentado en el offline”
(Buquet, G. 2003), en la red el 80% del catalogo mundial en venta se
encuentra en dos grandes plataformas comerciales.
En este panorama se trabajan diferentes estrategias que van desde
nuevas formas de producción, distribución y consumo, inherentes al
internet que brinda la posibilidad de enviar y recibir archivos de sonido y
otros, creados y provistos por las compañías discográficas (majors o
pymes) o por la nueva ola de artistas sin contrato, que mediante software
especializado (pro tools, cool edit, etc.) realizan sus maquetas digitales.
Los contenidos y sus características de distribución y consumo en
la red se han venido configurando de la siguiente manera:
Negocio Online
“Los nuevos modelos de negocio que las compañías discográficas
están desarrollando se basan principalmente en la descarga o recepción de
54

 
música en Internet previo pago a través de las plataformas comerciales,
en los anuncios publicitarios presentes en las mismas, y también en la
descarga o recepción de música en dispositivos móviles, como teléfonos,
reproductores de MP3 e incluso agendas electrónicas” (Calvi, Juan, 2006)
Modelo de negocio a través de las descargas desde sitios web como I-
tunes (el mayor comercializador internacional de música digital) o las
aproximadas 350 plataformas distribuidas en el mundo (IFPI, 2008).
Los primeros proveedores de contenidos musicales aparecen en
2001, MusicNet y Pressplay fueron ensayos de las majors que carecieron
de éxito por la necesidad de agotar el stock físico y sus temores a la
nueva era digital, pero constituyeron un trampolín para que a partir del
2003 surgieran Itunes y Napster, con un catalogo de discos completos de
un artista o solo algunos temas ya sea a móviles u ordenadores. Novedad
en el nuevo mercado digital que posibilita escuchar un fragmento de los
temas, seleccionar y comprar los de mayor agrado a diferencia del
mercado tradicional off line, que encierra gran incertidumbre al tener que
adquirir el producto en su totalidad.
Según datos de las dos plataformas de mayor auge, al 2006 había
más de 20 millones de abonados en el mundo (Apple inc.,2006; Napster
Inc., 2006), negocio sin precedente en la I.D. que incentiva además la
venta de reproductores, servicios de ADSL y teléfonos móviles. “La
industria de la música junto a los sectores de la electrónica, las
telecomunicaciones y las empresas de software, están aprovechando las
características que ofrecen las nuevas redes y tecnologías digitales, dados
sus reducidos costes de almacenamiento, distribución y comercialización
y la mayor extensión geográfica que estas posibilitan, para establecer
nuevos mercados musicales digitales” (Calvi, J. 2006).
El despegue de los servicios de distribución y comercialización de
la música online según datos referenciales y poco fiables, provistos por
plataformas y asociaciones que salvaguardan los intereses de la I.D.
(IFPI, RIAA, Apple, Napster, etc.), está paliando los efectos de la crisis,
que desde su óptica provoca el auge de los sistemas p2p y la constante
suma de usuarios que prefieren la aparente gratuidad de la música.
En este entorno digital las formas de distribución y
comercialización se presentan con variantes de negocio, que van del pago
directo del usuario por descarga al pago indirecto por medio de la
publicidad, nuevas formas de acceso a la música que desarrollamos en la
siguiente tabla:
55

 
Los precios de los discos y canciones ofertados online varían de
acuerdo a la plataforma y mercado nacional, se sitúan entre 0.50 céntimos
de dólar y 1.50 dólar por canción; 8 y 12 dólares álbum completo y; 10 y
15 dólares por cuota mensual suscripción (Calvi, J. 2006). Ingresos que
se distribuyen de manera similar a la tradicional offline, con la
particularidad de que hoy se integran nuevos actores de peso a la cadena.
Reparto de utilidades modelo online*
Como se observa en la ilustración, los agentes que han surgido en
la transición digital tienen obtienen un gran porcentaje en la distribución
de las utilidades, mientras que la brecha entre lo que perciben las
compañías discográficas y los artistas se encuentra desequilibrada. Sea el
modelo offline u online u otro, el artista siempre obtiene menores
ganancias con respecto a los demás integrantes de la cadena de valor y las
grandes majors continúan controlando el mercado. Creadores e
intérpretes del producto cultural, los menos retribuidos por su trabajo,
representan una balanza desequilibrada, que sin embargo incentiva al
músico a realizar conciertos en vivo, u otras estrategias de las que obtiene
mayores ganancias.
A pesar de las adversidades de la crisis actual, la industria
discográfica mundial, se muestra optimista y apuesta por lo digital. Según
su informe 2008, el mercado se encuentra en crecimiento gradual y
acelerado, suponiendo ya el 15% del mercado musical global con una
cifra de negocio de 2,9 mil millones de dólares, aumentando a un 38%
durante 2007, los datos del actual informe de la IFPI han dejado de lado a
la industria tradicional y su cada vez más acentuada dificultad para
sostenerse, centrándose en aportar datos alegres sobre el auge y el
impacto del mercado digital que se afianza según el informe, “la industria
fonográfica no recupera por esta vía la totalidad de la perdida debido a la
enormidad de los intercambios persona a persona (peer to peer o P2P) y
más aun el intercambio de CDs entre amigos” (Yúdice, George, 2007),
además de la caída constante de ventas físicas.
P2P “peer to peer”
Actualmente es la forma de distribución de música digital más
usada, el “peer to peer” traducido como intercambio entre pares, nos
permite enviar y recibir música mediante un servidor descentralizado en
el que todos los agregados son servidores y usuarios. Limewire, Kazaa,
Gnutella y Ares entre otros, son softwares de par a par siendo este ultimo
uno de los más representativos del auge p2p.
56

 
Redes iniciadas con Napster en 1999, plataforma madre de las
redes de intercambio obligada a cerrar sus servidores, y pagar a las
empresas discográficas 26 millones de dólares por daños y otros 10
millones de dólares por futuras licencias. Acciones pioneras por parte de
la I.D. en contra de los sistemas p2p, Napster después del juicio fue
comprado en 2002 por la empresa Roxio Inc., convirtiéndose en
plataforma comercial.
En la actualidad un firme ejemplo del impacto de las plataformas
de intercambio es Ares; software gratuito con una gran aceptación de los
usuarios debido a su rapidez de búsqueda y descarga, inició con un
número de usuarios de menos de 10.000, tan solo 3 años después contaba
con aproximadamente un millón de agregados. Al igual que la mayoría de
estos nuevos sistemas, ha desarrollado un “programa que permite
contactos descentralizados entre los usuarios, lo que evita poner cualquier
servidor central por parte de la empresa que promueve el software.; asi,
los usuarios descargan el programa y automáticamente están preparados
para descargar transmitir archivos de y hacia otros usuarios de la red”
(Buquet, G. 2003), a diferencia de Napster que desde un servidor
centralizado almacenaba y distribuía los contenidos.
Este intercambio de archivos vía P2P asciende a unos 4,000
millones de discos compactos al año, superando por mucho al mercado
digital en oferta y diversidad de contenidos, modelo en el que las
plataformas distribuyen sólo los catálogos de las compañías disqueras,
con las que tienen acuerdos a diferencia de las redes de intercambio que
crecen en contenidos a medida que se integran más usuarios.
El motivo principal del auge de estos sistemas es la gratuidad. Los
usuarios se rehúsan a pagar por algo que pueden conseguir gratis. En el
2002 la población que utilizaba archivos mp3, que no estaría dispuesto a
pagar por descarga o streaming de archivos musicales subía al 84%
(cyberatlas.internet.com, 25/02/02). La gratuidad es relativa desde el
momento en que se paga por el equipo informático, servicios de internet y
en países como España el controvertido canon digital. Pero son costes
que tendrían que afrontarse también en el modelo de pago por descarga.
Ante el inminente impacto de la revolución hacker y la preferencia
del consumidor por el modelo gratuito sobre el de pago, las empresas
multinacionales en conjunto con asociaciones como la IFPI y la RIAA
han desarrollado estrategias restrictivas contra los P2P a partir de la
segunda mitad de la década pasada:
57

 
•En 1998 se aprobó en el Congreso de los EE.UU. la Digital
Milenium Copyright Act (DMCA) que dejaba claramente establecido que
cualquier movimiento de archivos digitales a través de la red, sin previa
autorización por el propietario de los derechos de los mismos, sería
considerado un delito (Halbert, 1999 en Bustamante, 2003).
•Las compañías EMI, WMG, Universal, Sony y BMG, en 2001
pusieron en práctica la DMCA y demandaron a través de la RIAA a
Napster y mp3.com. resultado que obligo a las compañías a compensar
económicamente a las transnacionales y cerrar sus plataformas.
•Las transnacionales en conjunto con las asociaciones que
defienden sus intereses, además de grandes empresas de informática
como AT&T, France Telecom o Telefónica, intentaron desarrollar un
sistema de archivos digitales encriptado con marcas de agua. Planteando
así herramientas técnicas que ayudaran a marginar el problema de la
música ilegal en internet. Ha sido un fracaso, no ha podido desarrollar un
sistema encriptado inviolable, descompuesto rápidamente por hackers de
la Universidad de Princeton (www.wired.com, 29/04/02).
•Incursión por parte de las Majors en el mercado digital a partir del
2001 con la aparición de la primera plataforma de distribución y
comercialización de contenidos musicales.
•Acciones de las Asociaciones que velan por los intereses de las
empresas discográficas en conjunto con los gobiernos; El caso España
con el canon digital, en marcha desde Junio de 2008, aplicando tarifas
que regulan la remuneración compensatoria por copia privada en el
entorno digital, para todos los autores y titulares de derecho afectados por
la aparición de nuevas tecnologías digitales, que facilitan la reproducción
de sus obras y prestaciones. Se encuentra que CD y el DVD están
gravados con un canon digital de 0,17 y 0,44 euros, respectivamente,
mientras que los teléfonos móviles o PDA que dispongan de MP3, con
1,10 euros, y los MP3 y MP4 con 3,15 euros; El caso francés donde el
gobierno aprobó un proyecto de ley, para luchar contra las consideradas
descargas ilegales. Prevé un mecanismo para convencer a los internautas
de que deben abandonar esta práctica si no quieren enfrentarse a una
sanción. La idea básica es que los usuarios de Internet que descarguen
archivos puedan verse sancionados con la suspensión de su conexión a la
Red. Antes de que eso ocurra, se advertirá al considerado infractor por
mensaje electrónico. Si persiste en su práctica, se le enviará una carta
certificada, de manera que el abonado tenga constancia por escrito de la
58

 
actitud que se le reprocha. Si continúa en su empeño, el implicado
perderá su conexión a Internet durante un periodo que oscila entre tres
meses y un año. (www.odai.org, 28/01/09) Reino Unido, Suecia y
Bélgica han contemplado propuestas similares.
“La IFPI procura generar dos tipos de información respecto a la
piratería. Por una parte, que la piratería reduce el volumen de negocio
legítimo, y por otra que se está combatiendo el problema con bastante
éxito. Es decir, por una parte busca convencer a los ministerios de justicia
y a los departamentos de policía de todos los países, que el problema es
grave y que se necesita colaboración. Por otra parte, los informes de IFPI
necesitan presentar un buen panorama de negocios con predicciones de
crecimiento continuo para congraciarse con los accionistas” (Yúdice,
George, 2007).
Lo cierto es que la aparente gratuidad es la opción más viable para
la gran mayoría de los usuarios, que prefieren descargar contenidos de las
plataformas p2p. Descargas que las asociaciones que cuidan los intereses
de las majors y algunas Pymes vinculan con la piratería, crimen o
terrorismo internacional, una exageración si ejemplificamos en el plano
offline lo que ocurre en la red de intercambio online; si yo usuario
compro un CD físico y después decido regalarlo o intercambiarlo por otro
con algún amigo en la calle, estaría cometiendo un crimen según la
concepción legal de las asociaciones. Nos encontramos ante un panorama
contradictorio, con muchas aristas y vacios legales que hasta el momento
no ofrecen vías alternativas convincentes para cambiar las prácticas de
consumo musical.
El volumen de música descargada en línea supera la compra por
más de 1,000% (NPD Group 2007), un crecimiento anual acelerado que
constituye sin duda el mayor reto de la industria discográfica, según
Kusek “pareciera que se trata de un problema evidente –que la música se
encuentra gratis [en internet] y por lo tanto dejaron de comprar. Pero ese
no es el verdadero problema, “la distribución gratuita” es una bendición y
no una maldición… el problema más bien es el deseo indefectible -y
todavía seriamente contra- deductivo, y más allá de la comprensión de los
empresarios miopes del modelo música 1.0 de los usuarios de controlar a
cualquier costo el ecosistema que las grandes empresas fonográficas
mantienen restringido. Una vez que se entienda ese deseo se puede
monetarizar lo que la gente hace realmente con la tecnología. Lo hacen
porque les gusta la música y los artistas, no porque quieren causar daño;

59

 
sencillamente no se les ha dado suficientes opciones para que se
comporten de otra manera” (Kusek, en Bustamante 2007).
Nuevos artistas sin contrato en la red
El colectivo de músicos noveles que sin contrato alguno apuestan
por la red, está en constante crecimiento por razones variadas; por un lado
el abaratamiento de la producción. Basta dominar un software de creación
de sonidos digitales como el Fruit loops o el Garaje Band de Mac, que
cuentan con una biblioteca de instrumentos suficiente para crear un tema
musical o una maqueta completa. O bien programas de edición como el
pro tools o cool edit en los que se graba la música ejecutada en tiempo
real; el instrumento envía el sonido conectado a una consola comunicada
con el ordenador, que a su vez registra las ondas producidas en el
software de edición. Otra razón para el auge de los músicos
autoproducidos, es la dificultad de acceso a una disquera que los
represente. Aun cuando la propuesta musical sea buena, existe una gran
oferta musical imposible de cubrir por parte de las compañías
discográficas que reducen constantemente sus catálogos. O bien la
renuencia y el desagrado de los acuerdos porcentuales con que las
discográficas cierran los contratos.
Parte de estos músicos opta por el modelo COPYLEFT, licencia
que “supone una clara alternativa al control de los derechos de autor por
la entidades de gestión, ya que permite la autoedición y autogestión por
los músicos de su propia obra. De esta forma no hay condiciones ni
precios impuestos por un tercero que no ha participado en el trabajo
intelectual, como ocurre en el modelo de difusión y distribución de la
música a través de editores y productores fonográficos, en los que los
precios son fijados exclusivamente por las compañías discográficas y los
derechos son recaudados y administrados por las entidades de gestión”
(Asociacion de Musica en Internet, 2006).
Los creadores-distribuidores nacidos de la era digital hacen circular
su música de forma gratuita a través del internet, la mayoría de veces
utilizando sitios de webcasting como Myspace.com o Youtube.com, o
mediante páginas web especializadas como Vitaminic.com,
Artistshare.net o Musicalibre.es; se oferta un catalogo de canciones y
géneros cada vez mayor, dejando abierta la posibilidad de pagar o no por
la música descargada, una aportación simbólica fija o voluntaria según el
ofertante, destinada a cubrir los gastos de producción y distribución.

60

 
Mas allá de comerciar con la música combinando la red con el
“marketing callejero” (Negus, K. 1999), donde la promoción se desarrolla
distribuyendo la música a organizadores de fiestas, uso de redes de boca a
boca y colocación de pegatinas en lugares públicos, con el logotipo y las
direcciones web del creador; se apuesta por obtener reconocimiento de
los escuchas que se convierten en asistentes potenciales a los conciertos,
posibilidad de mayor rentabilidad para los artistas sin contrato, pues
dividen ganancias con la sala de concierto (Entradas y Consumiciones).
Este modelo de distribución gratuita o de aportación simbólica ha
sido puesto a prueba con éxito comercial por artistas de renombre como
David Bowie, U2 o Paul McCartney, con ganancias mayores de las que
obtenían en sus compañías discográficas; aunque “estos artistas ya habían
alcanzado el éxito comercial previamente en el mercado discográfico
tradicional y son conocidos a nivel mundial” (Calvi). Rentabilidad online
que resulta casi imposible para los músicos sin disquera. La mediación
discográfica es necesaria para distribuir y promover los productos, si se
quiere alcanzar grandes audiencias y beneficios económicos.
Nos encontramos ante un panorama que abre la diversidad de
oferta, posibilitando la circulación de géneros alternativos como el Heavy
Metal o Punk Rock y sus ramificaciones, que muchas veces no
encuentran cabida en los catálogos de las compañías discográficas Majors
o Pymes, y ante la posibilidad de cubrir la demanda de usuarios que no
gustan de la oferta estandarizada de la I.D. que ofrece “un medio para
racionalizar y ordenar las actividades de los consumidores y el público”
(Negus, K. 1999:65). Por otro lado, “la idea de que la red permitirá que
los artistas sean retribuidos directamente por su trabajo sin la mediación
de las compañías discográficas que los produzcan, distribuyan y
promocionen, es muy difícil de sostener” (Calvi, J, 2006).
Consideraciones Finales
La industria discográfica se caracteriza por ser la de mayor impacto
y aportación económica dentro del conjunto de industrias culturales en el
mundo, además de ser la única que hace presencia en lugares públicos
como supermercados, centros comerciales, tiendas departamentales,
hospitales, fiestas, iglesias. Sectores como el cine, el teatro, la televisión
o el videojuego necesitan en gran medida de la ID para desarrollarse, en
síntesis, desde cualquier enfoque, el funcionamiento de los países no sería
el mismo sin música.

61

 
No obstante, aunque la demanda de productos culturales no cesa y
aumenta, las ventas de unidades disminuyen afectando a una industria en
jaque. Se han producido cambios significativos sin precedentes,
propiciados por los avances de la telemática en las grandes fases que
recorren a los sectores culturales en general y al musical en particular. La
piratería industrial con la copia masiva y las descargas online a través de
plataformas P2P, afectan a Majors y PYMES, modificándolas desde la
creación hasta la comercialización de productos, situando a los actores
culturales en una encrucijada donde la innovación tecnológica y las
condiciones económicas y del mercado, están forzando una
reestructuración hacia desconocidos escenarios que implican nuevas
configuraciones; nuevos actores, modelos de negocio, cambios en la
oferta y la demanda, en comportamientos de los usuarios y en la forma de
concebir la I.D. por parte de los gobiernos y expertos en materia cultural.
Es innegable que una industria con influencia de tal magnitud,
requiere para su estudio de la cooperación de parte de los actores
culturales ligados al sector. Es necesaria la participación directa de
organismos gubernamentales, empresas, artistas y centros de
investigación en las tareas de coordinación, ampliación y organización de
información; esto permitiría contrastar y evaluar las complicaciones de
los nuevos escenarios y los recursos para poner en marcha nuevas
gestiones y políticas congruentes con la realidad actual y sus
particularidades, permitiendo un mejor aprovechamiento y desarrollo de
la ID y por ende de la cultura de los países del mundo.

Bibliografía

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poder” en Hacia un nuevo sistema mundial de comunicación; las
industrias culturales en la era digital, Gedisa, Barcelona.
--Burnett, R., 1996, The global jukebox: The international Music Industry,
New York, Routledge.
--Bustamante, E., 2003. Hacia un nuevo sistema mundial de comunicación:
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--Calvi, Juan C., 2006. La industria de la música, las nuevas tecnologías
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--García Canclini, Nestor G., 1999. Las industrias culturales en la integración
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--Flichy, P., 1982. Las multinacionales del audiovisual. G. Gili. Barcelona.
62

 
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--Negus, Keith. 1999. Los géneros musicales y la cultura de las
multinacionales. Paidos.
--Palmeiro, C., 2005. La industria del disco. Economía de las PyMEs de la
industria discográfica en la ciudad de Buenos Aires. Observatorio de
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Buenos Aires.
--Yúdice, George. 1999, La industria de la música en la integración América
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Grijalbo.
--Yúdice, George. 2007. La transformación y diversificación de la industria
de la música en la cooperación cultura-comunicación en Iberoamérica.
AECI.

63

 
“POSMODERNIDAD” Y TURISMO zapping:
Hall y Bauman vistos por Gilberto Giménez

Víctor Vladimir SÁNCHEZ MENDOZA♦


                                                            

Egresado de la carrera de Comercio Internacional de la Facultad de Ciencias
Sociales. Estudia la Maestría en Ciencias Sociales en la UAS.
64

 
Los sociólogos admiten que la identidad implica, por definición, la
relativa estabilidad en el tiempo de un sujeto de acción, sin la cual la
interacción social sería inconcebible, así como la previsibilidad de los
comportamientos y la capacidad de asumir o asignar compromisos y
responsabilidades. Pero algunos autores posmodernos han polemizado en
torno a una “concepción fuerte” de identidad, que resalta ante todo por su
capacidad de permanecer en el tiempo, contraponiéndole una
“concepción débil” que acentúa su fragilidad y flexibilidad en la así
llamada “sociedad posmoderna”.
En efecto, desde la estrecha relación de su concepción de la cultura,
estos autores posmodernos destacan el carácter fragmentado, fluido,
hibrido, electivo y en exceso reflexivo de las identidades posmodernas.
Atribuyen estas características a la velocidad de los cambios originados
por la globalización y la revolución tecnológica de las comunicaciones
que les sirve de cimiento. Estos cambios habrían erosionado la estabilidad
de las bases sociales y culturales que antes sustentaban a la identidad.
A continuación realizamos un breve resumen de las tesis de dos
autores de esta corriente: Stuart Hall y Zygmunt Bauman, a partir de la
mirada crítica, rigurosa, puntual y sistemática de Gilberto Giménez
Montiel, a partir de su más reciente obra Estudios sobre la cultura y las
identidades sociales, publicado en 2007, y quien es uno de los
investigadores y teóricos más importantes en materia de teoría y análisis
de la cultura del mundo actual.
En su obra, “The questions of cultural identity” traducida al español
(1992), Stuart Hall intenta reconstruir las características de la identidad
individual en las sociedades premodernas y en las modernas,
subdividiendo estas últimas en diferentes fases. En las sociedades
premodernas las identidades tenían como sustento las estructuras
tradicionales relacionadas principalmente con la religión. La posición de
las personas en la sociedad y su identidad derivaban de la posición
adquirida por nacimiento, la cual se consideraba como reflejo de dios.
Pero con la llegada de la modernidad, las ideas cerca de la identidad
cambiaron radicalmente. Dichas ideas habrían tenido tres fases sucesivas,
cada una de las cuales se caracteriza por el predominio de una concepción
particular de la identidad: el sujeto del racionalismo (“siglo de las luces”);
el sujeto sociológico; y el sujeto posmoderno (Giménez, 2007).

65

 
Según Hall el sujeto racionalista surge entre los siglos XVI y XVIII,
y tiene por sustento la filosofía de Descartes condensada en el célebre
apotegma: “Cogito, ergo sum”. Se trata de un individuo “indivisible”
dotado de una identidad “única” y autónoma, y que ya no es considerado
como parte de una realidad más amplia (“la gran cadena del ser”). Se le
bautizó como “el sujeto de las luces” (Giménez, 2007).
El sujeto sociológico, que implica una concepción más amplia del
sujeto y de la identidad individual, habría comenzado a desarrollarse en el
siglo XIX. Ya no se trata de un sujeto cartesiano que se consideraba
como único y separado de otros individuos, sino de alguien relacionado
con la sociedad a través de procesos grupales y de normas colectivas.
Según Hall esta concepción se explica por los cambios sociales
producidos, como la industrialización y la urbanización que introdujeron
mayor complejidad en la sociedad (Giménez, 2007). Un ejemplo teórico
sería el interaccionismo simbólico.
El sujeto posmoderno “emerge en la modernidad tardía o era
posmoderna, que se caracteriza crecientemente por la presencia de
identidades fragmentadas” (Giménez, 2007). Los individuos ya no poseen
una representación unificada, sino más bien diversas identidades a veces
contradictorias o no resueltas. Esta fragmentación tiene múltiples
motivos, vinculadas a la aceleración del cambio en las sociedades de la
modernidad tardía. A la vez, un factor crucial para la producción de las
identidades fragmentadas habría sido “un efecto de supermercado
cultural”, debido a la movilidad creciente en el mundo, al progreso de las
comunicaciones y al “marketing global de estilos, lugares e imágenes”
(Giménez, Ibid).
En consecuencia, los individuos no tienen esa obligación de
desarrollar identidades basadas en el lugar donde viven, sino que pueden
seleccionar en una amplia gama de identidades en oferta en el mercado. Y
la globalización tiende a producir una gran homogeneidad en torno al
consumismo. Alineándose con la teoría posmoderna, Hall sostiene que la
identidad se ha descentrado. Las personas ya no perciben en su identidad
un núcleo o un centro basados en la clase social o en la nacionalidad.
Sygmunt Bauman, por su lado, es un psicólogo polaco que produjo
numerosos estudios y ensayos sobre identidad, globalización y
posmodernidad. Es catalogado por muchos como uno de los mejores
intérpretes de la sociedad posmoderna. Este autor va más lejos que Hall al
afirmar que la identidad no sólo se ha fragmentado, sino también ha
66

 
perdido toda base estable. Esto quiere decir que los individuos pueden
cambiar de identidad cuando y donde quieran.
La hipótesis de esta teoría tiene que ver con el transito de una
modernidad dura y sólida, que consistía en maquinas pesadas, a una
modernidad liviana y liquida. El autor utiliza metáforas no tan casuales
como “modernidad liquida o amor liquido” para expresar que en estos
tiempos de rápido cambio global se erosionan las fronteras nacionales, y
las identidades se encuentran en continúo movimiento o evolución.
Bauman invoca otras metáforas para ilustrar el contraste entre la
condición moderna y la posmoderna en relación con la identidad. Es aquí
donde plantea el proceso de evolución o el progreso de la identidad de
este actor social que es el visitante estadounidense de cruceros, iniciando
con el peregrino como un antecedente histórico.
--El peregrino, el paseante callejero, el vagabundo y el turista
Ubica al peregrino como un primer escalón de esta transformación.
Compara la identidad moderna con la del peregrino quien es “planea su
viaje y tiene una sola meta: llegar a su destino. En su caminar, el
peregrino considera al mundo que lo rodea como si fuera un desierto libre
de distracciones. Además, en el desierto puede hacer un alto y mirar hacia
atrás para ver sus huellas y medir el camino recorrido.” (Giménez; 2007).
Explica este autor que ocurre algo semejante en la formación de la
identidad moderna: las estrategias de vida de la gente se basan en una
clara percepción de lo que quieren llegar a ser y todos los esfuerzos se
dirigen a alcanzar la identidad deseada.
Giménez destaca que para Bauman, la posmodernidad es “un mundo
inhóspito para los peregrinos”. Estos necesitan de muchas autenticidades
en el mundo, mientras que la posmodernidad siembra por doquier
apariencias e incertidumbres, haciendo imposible toda peregrinación
entendida como estrategia de vida. Por su lado, Scoot Lash al definir el
posmodernismo como “un régimen de significación” muy idiosincrático
(Lash, 1990), en las sociedades posmodernas el cambio ocurre tan rápido
que nadie puede estar seguro de que ciertas posiciones particulares estén
estáticas, pese a su gran dinamismo dentro de la sociedad.
La gente cambia de identidad a voluntad. Casi a diestra y siniestra. Y
se tiende a no comprometerse a fondo con una identidad que muy pronto
puede transformarse en vieja. Nos referimos en seguida a tres estrategias
o caminos simbólicos de vida posmoderna, que ayudan a construir la
67

 
identidad del sujeto de la actualidad, el que vive deslumbrado por la
modernidad y la fugacidad de su estancia. Estos son: el “paseante
callejero”, el vagabundo y el turista, hasta llegar a uno de los fines en este
ensayo: valorar si el visitante de cruceros es el prototipo de turista
posmoderno, que sería el turista zapping.
Giménez, autor del libro Estudios sobre la cultura y las identidades
sociales, refiere que el paseante callejero (de acuerdo a un concepto de
Flaneur), es el sujeto “que vaga sin propósitos ni rumbo fijo por las calles
de la ciudad, entreteniéndose libremente con el espectáculo de la vida
urbana” (Giménez; 2007). Los shopping malls son sus lugares favoritos:
allí puede pasearse comprando y comprar paseándose; y allí puede
encontrar una oferta infinita de productos o servicios para consumir lo
que quiera y construirse la identidad que quiera para cambiarla al día
siguiente, si así lo desea. Mientras, el vagabundo era, en el pasado, “un
individuo que se movía constantemente de un lugar a otro rehusando
ligarse a un sitio determinado” (Giménez). Los movimientos del
peregrino eran imprevisibles, y provocaban desconfianza de las
autoridades. A donde fuera, el vagabundo era siempre un extranjero que
no tenía un lugar estable en la tierra. Del mismo modo, en el mundo
posmoderno pareciera que no queda más que vagar de identidad sin
radicar de planta en ninguna de ellas.
En contraste, el turista también “se mueve de lugar en lugar, pero
contrariamente al vagabundo, sabe adónde quiere ir. Sin embargo no
viaja para lograr un fin último, como el peregrino, sino sólo para adquirir
nuevas experiencias, para ver algo diferente o hacer algo que no ha hecho
antes” (Giménez). De modo semejante, el individuo posmoderno puede
dedicarse a ensayar nuevas identidades, buscando siempre algo nuevo
que probar. Desde la perspectiva sociológica, el concepto de “turista” se
define como “cualquier persona que visita un país que no sea el de su
residencia habitual por cualquier motivo excepto el de mantener una
ocupación remunerada procedente por el país visitado” (Lickorish, 1997).
El turista sería un cuarto escalón.
Este sería el marco teórico referencial básico de los actores que participan
en este proceso de evolución del peregrino al turista zapping. Sustentado
éste en el tránsito de las sociedades premodernas y modernas con énfasis
en la identidad y la cultura. Así, consideramos que resulta de especial
interés el estudio de la problemática. La línea de especialización que se
inclina este ensayo es la del turismo especialmente la que tiene que ver

68

 
con el turismo de cruceros. La cultura del turista zapping se puede mirar
como un escalón final en la búsqueda de identidad del crucerista, como
resultado del proceso de evolución de los actores inmiscuidos. Y partimos
también del hecho de que la actividad de cruceros es uno de los
segmentos más dinámicos de la industria turística en el mundo. En este
siglo, el segmento crucerista ha experimentado un crecimiento promedio
anual superior al 9%, según datos de Cruise Industry News, 2008.
México goza de una posición estratégica en la industria de
cruceros, derivada de sus atractivos turísticos y de su cercanía al principal
país emisor de turistas, que es Estados Unidos, lo que le ha permitido
lograr, en el periodo 1989‐2008, una tasa de crecimiento media anual en
el arribo de turistas de 9.4%. En 2007, a los distintos puertos del país
arribaron alrededor de 6.4 millones de turistas de cruceros. De esta
cantidad, 2.9 millones de cruceristas tuvieron como destino los puertos
del litoral del Pacífico, mientras que otros 3.5 millones visitaron los
puertos del Caribe y Golfo de México. Los principales destinos en
México atienden diferentes itinerarios y se integran en las rutas del Golfo
de México‐Caribe, Mar de Cortés y el Pacífico Mexicano. En esta zona
incluye a los cuatros grandes puertos: Ensenada, Cabo San Lucas,
Mazatlán y Puerto Vallarta. Cabo San Lucas y Puerto Vallarta muestran,
en el periodo 2003‐2007, el mayor ritmo de crecimiento de este grupo de
puertos, con 13.4% y 11.6%, respectivamente, de acuerdo a datos de las
secretarías de Comunicaciones y Transportes y Turismo en el 2008. El
impacto económico, la promoción turística y el intercambio cultural que
tienen que ver con la actividad de los cruceros turísticos, resultan muy
importantes para su estudio y valoración.
--La cultura zapping
Pero nos interesa también el estudio del fenómeno de la cultura
zapping. Además, el término zapping ha venido a nombrar una actividad
novedosa: la del tele-espectador que recorre la programación televisiva,
compuesta por varias decenas y hasta por algunos centenares de canales,
deteniéndose apenas un par de segundos en cada una de ellos. El ciclo
parece no tener fin, ya que después de haber completado el recorrido, en
unos dos o tres minutos se vuelve a comenzar el ciclo de modo casi
compulsivo (González, 2006).
Esta tendencia excede lo que es una manera de ser espectador de la
televisión. Si se observa con atención, se reconocen pautas de conducta
social o cultural a las que cabe muy bien el nombre de zapping. Dicha
69

 
cultura se caracteriza por ver muchas cosas en poco tiempo, fijando la
atención con levedad en cada una de ellas (González; 2006). Es aquí
donde encaja esta característica del turismo zapping con la identidad del
visitante de cruceros, porque durante su corta estancia que dura alrededor
de ocho horas en el destino turístico, tiene que visitar muchos lugares en
poco tiempo; el resultado es una escasa relación e interacción entre este
actor y el entorno, y a la vez genera una pobre percepción de la cultura.
El zapping no es un fenómeno que se explica sólo por posibilidad
tecnológica de pasar canal tras canal de televisión, sino que es la manera
de satisfacer una necesidad que es anterior y más profunda. El zapping
“existe porque es un rasgo constitutivo intrínseco del hombre
posmoderno que padece del deseo de abarcar todo, de poseer todo al
mismo tiempo, de que nada se le escape y de un deseo de sensaciones e
imágenes que se intenta llenar con el control remoto” (González, 2006).
Es decir, el visitante de cruceros por su estancia tan corta desea abarcar
todo en sus visitas pero, a la vez, no abarca ni profundiza en nada. Por esa
fugacidad o liquidez que caracteriza a la sociedad moderna se identifica
al visitante de cruceros, dado por su identidad posmoderna, en el que
desarrolla su modo de vida, y cuando realiza una visita a un destino
turístico con el rol del visitante de cruceros, genera el mismo ambiente de
rapidez y fugacidad.
El turista zapping es “un espectador deslumbrado por todo y por
nada, excitado e indiferente a la vez.” (González). Y respecto de la
organización de los servicios turísticos, las empresas, los servicios
turísticos y los guías de turistas han seguido esta tendencia y este estilo
general. El turista posmoderno “busca darse un atracón de sensaciones,
sufre bulimia de la novedad, de la impresión fugaz que no deja huella”
(González), durante las pocas horas de visita a los destinos turísticos.
En el recorrido de cualquier tour es posible estar frente a los
monumentos principales de la ciudad, hacer una visita a la catedral, pasar
donde vivió y murió algún personaje, entrar al mercado, recorrer la zona
dorada y visitar los comercio de artesanías, joyerías, restaurantes y ropa,
y hasta realizar viajes a pueblos curiosos, exóticos o folclóricos de los
alrededores. Todo esto es fugaz. Este escenario provoca un arduo y
obsesivo consumismo por parte de los cruceristas, además que se trata de
un elemento primordial en ese afán también por arroparse con alguna
identidad, por fugaz, laxa y leve que la misma pudiera ser.

70

 
El turismo es “otra manera de responder al zapping como elemento
que integra la personalidad del hombre posmoderno consistente en una
necesidad continuada de estímulos” (González). Las ciudades modernas
ofrecen posibilidades para satisfacer a los hombres y mujeres de la
llamada posmodernidad.
Conclusiones:
En una sociedad posmoderna, las identidades se vuelven viejas,
además se fragmentan y se diluyen rápidamente en el tiempo, y no hay
conciencia clara de cuándo desaparecen. Podríamos decir que la identidad
es como un proceso de negociación o tensión entre los factores que
definen a los actores sociales, y se caracteriza por ser situacional,
referencial y de contexto. Identidad acaso negociable. No hay identidades
rígidas pero sí constantes. En suma, el crucerista y el turista zapping,
extensiones y expresiones de ambos, pueden mostrarse, inclusive como
excitados e indiferentes a la vez. Fugaces en todo, efímeros acaso en su
cultura y en propia vida

Bibliografía:
--Giménez, Gilberto (2007). Estudios sobre la cultura y las
identidades sociales, Ed. CONACULTA-ITESO, México.
--González Viaña, Maria del Carmen (2006). Turismo y Ciudad:
nuevas tendencias, Editorial turística, Buenos Aires.
--Lickorish, Leonard et al. (1997). Una Introducción al Turismo,
Ed. Síntesis, Madrid.
--SCT. SECTUR, 2008. Agenda para la competitividad de los puertos
de cruceros en México, 2008. Gobierno Federal, SCT y SECTUR.

71

 
IDENTIDAD Y GENERO: su construcción y
complejidad

Nathyely Lilian NAVA CRUZ♣

En este trabajo nos acercamos al proceso de construcción social


de la identidad de género, como aproximación teórica de una
investigación más amplia, que tiene que ver con las prácticas de género

                                                            

Egresada de comunicación. Estudiante del Posgrado en Ciencias Sociales de la
Facultad de Ciencias Sociales de la UAS.
72

 
que transmite la educación primaria en Mazatlán, en el caso específico de
las escuelas “Gabriela Mistral” y “Jaime Torres Bodet”.
Por lo pronto, respecto del proceso de la construcción social,
echamos un vistazo a tres teorías: la diferencia natural, la socialización
del género y la construcción social del género y el sexo, a partir de
Anthony Giddens (2001), en especial la segunda posición, y lo que se
refiere a socialización primaria y socialización secundaria, de acuerdo a
ideas de Peter Berger y Tomas Luckmann (1994), que implican una
exploración del individuo en el mundo que lo rodea. Ambas son
significativas. La primera se da a partir del seno familiar, donde existe
una distinción en función a lo que es considerado propio de cada sexo;
posee un sentido preparatorio para que el infante, posteriormente en una
segunda etapa, interactúe en la calle y parques con vecinos y amigos de
barrio y colonia, con familiares de sus amigos, compañeros de escuela y
maestros; y estos últimos son cruciales por la relación educador-
educando, donde el docente se convierte en una figura de autoridad con
todo y costumbres arraigadas, el llamado currículum oculto, que habrá de
influir en la formación de la identidad. De acuerdo a Gilberto Giménez la
gente hace comparaciones para encontrar semejanzas y diferencias y así
identificarse como miembro de un grupo.
¿Cómo se construye la identidad de género? Desde que nacemos,
cargamos una serie de reconocimientos que según la sociedad, nos
identifican como hombre o mujer. Conforme crecemos, adquirimos
gustos por actividades recreativas que están condicionadas. Una niña no
utiliza juguetes rudos, de guerra, de construcción, automóviles o
deportivos; de la misma manera, los niños no deben jugar con muñecas
que despiertan el “instinto maternal” como alimentar, arrullar o cambiar
el pañal, barbies estereotipadas como mujer ideal, el uso de utensilios de
cocina, de belleza; es decir, se visualizan múltiples prácticas de género.
Desde casi el inicio de la vida se introduce una diferenciación
entre un sexo y otro. Con ello arranca la construcción de la identidad de
género, que pasa a ser el resultado de la interiorización distintiva que
marca la cultura. La diferenciación de sexos y roles asignados será algo
que los individuos enfrentarán durante su existencia. Los infantes
internalizan estas manifestaciones como referentes de la realidad, lo
exteriorizan en sus juegos y luego las llevan a cabo a lo largo de las
etapas de su vida. Berger y Luckmann (1994), en La construcción social
de la realidad, exponen que por medio del proceso de socialización

73

 
primaria, los niños se convierten en miembros de la sociedad, y son
educados de tal forma que empiezan a idealizar su papel como hombre o
mujer. Giddens enfatiza la diferencia entre hombres y mujeres a partir de
los conceptos “sexo” y “género”. Con la cuestión “sexo” aludimos, dice,
“a las diferencias anatómicas y fisiológicas que definen el cuerpo del
varón y el de la mujer. Por el contrario, el género afecta a las diferencias
psicológicas, sociales y culturales que existen entre hombre y mujer. El
género tiene que ver con los conceptos de masculinidad y feminidad
construidos socialmente, no tiene por qué ser una consecuencia directa
del sexo biológico de un individuo” (Giddens, 2001).
Es erróneo considerar las cuestiones de género como propias de
las mujeres, según Martha Lamas. En realidad, el género
“afecta tanto a hombres como a mujeres, que la definición de feminidad
se hace en contraste con la de masculinidad, por lo que género se refiere
a aquellas áreas –tanto estructurales como ideológicas– que comprenden
relaciones entre los sexos… (Y) No se trata de dos cuestiones que se
puedan separar” (Lamas, 1996). Por ello propone como regla: “tratar de
hablar de los hombres y las mujeres como sexos y dejar el término
género para referirse al conjunto de ideas, prescripciones y valoraciones
sociales sobre lo masculino y lo femenino”.
La investigadora reconoce que a veces es complicado usar la
categoría género, pero ilustra con un ejemplo claro dónde es clave pensar
si se trata de algo construido social y simbólicamente o de algo biológico.
“Por ejemplo: si se dice, "la menstruación es un problema de género", ¿es
algo construido o algo biológico? Obviamente es algo biológico; entonces
es un problema de sexo, y no de género. En cambio, decir "las mujeres
con menstruación no pueden bañarse", hace pensar que esa idea no tiene
que ver con cuestiones biológicas, sino con una valoración cultural, y por
tanto es de género (Lamas, 1996).
Estos modelos sociales en función del sexo y del género, si bien
afectan a hombres y mujeres, es sobre estas últimas que tiene mayor
impacto, aunque no podemos dejar de lado el papel que juega el sexo
masculino. La diferenciación de los sexos también afecta a los hombres.
Según la AFP, el 18% de los 106 millones de habitantes de México
nunca llora1; quiere decir que les inhibe la sensibilidad. Es común la

                                                            
1
Información con base al estudio realizado por la consultora privada Mitofsky,
especializada en estudios de mercado y de opinión pública.
74

 
frase “los hombres no deben llorar”; llorar sería un sentimiento asociado
a la cobardía. Los conceptos de sexo y género dan pie a la construcción
de la identidad. Veamos los enfoques expuestos por Giddens (2001):
1) La teoría de la diferencia natural: “Algunos autores sostienen
que hay ciertos aspectos biológicos humanos –que van desde las
hormonas hasta los cromosomas, pasando por el tamaño del cerebro y la
genética- que son responsables de las innatas diferencias de
comportamiento que hay entre mujeres y hombres…los factores naturales
son responsables de la desigualdad entre géneros que caracteriza a la
mayoría de las sociedades… Las teorías de la diferencia natural suelen
basarse en datos del comportamiento animal, señalan los críticos, y no en
evidencias del comportamiento humano antropológico o históricas, que
suelen presentar variaciones según la época y el lugar”.
2) La teoría de la socialización del género: “aprendizaje de
determinados roles con la ayuda de agentes socializadores como la
familia y los medios de comunicación. Este enfoque establece una
distinción entre sexo biológico y género social: un bebé nace con el
primero y desarrolla el segundo. A través del contacto con diversos
agentes de socialización, tanto primarios como secundarios, niños y niñas
van interiorizando poco a poco las normas y expectativas sociales que se
considera corresponde a su sexo… según esta perspectiva, las
desigualdades de género aparecen porque los hombres y las mujeres son
socializados en roles diferentes”. Aunque este enfoque no toma en cuenta
la capacidad de los individuos para rechazar o modificar lo que la
sociedad espera de él.
3) Teoría de la construcción social del género y el sexo: “En vez
de considerar el sexo como algo determinado biológicamente y el género
como algo que se aprende culturalmente, señalan que debemos considerar
ambas cosas productos construidos socialmente… podemos dar a nuestro
cuerpo significados que cuestionen lo que generalmente se considera
“natural”. Los individuos pueden optar por construir y reconstruir sus
cuerpos como gusten: con prácticas que van desde el ejercicio, la dieta, el
piercing y la moda personal hasta la cirugía plástica y las operaciones de
cambio de sexo”.

                                                                                                                                      

75

 
Una vez delineados los enfoques, haremos especial énfasis en la
teoría de la socialización del género. Sus principales críticas se centran
en decir que esta teoría no toma en cuenta la capacidad del individuo
como ser pensante, pero veremos cómo es que la construcción de la
realidad no es decisión de los individuos, y que más se conforma a partir
de la interacción con otros.
Según Berger y Luckmann, el punto de partida lo constituye la
internalización que es definida como “la aprehensión o interpretación
inmediata de un acontecimiento objetivo en cuanto expresa significado, o
sea, en cuanto es una manifestación de los procesos subjetivos de otro
que, en consecuencia, se vuelven subjetivamente significativos para mí”
(Berger y Luckmann, 1994). El individuo acepta el mundo tal cual es, no
lo cuestiona, asume el mundo que ya estaba habitado por otros. Este
proceso es el de socialización: “la inducción amplia y coherente de un
individuo en el mundo objetivo de una sociedad o en un sector de él”.
Precisan los autores: “La socialización primaria es la primera
etapa por la que el individuo atraviesa en la niñez; por medio de ella se
convierte en miembro de la sociedad”. Suele ser la más importante, nace
en una estructura social en la que encuentra a los otros significantes que
están encargados de su socialización y que le son impuestos. Existe una
carga emotiva: “La sociedad presenta al candidato a la socialización ante
un grupo predefinido de otros significantes a los que debe aceptar”.
Así, agregan los autores, esta primera etapa de socialización crea
en la conciencia del niño una abstracción progresiva que va de los “roles”
y actitudes de otros específicos, a los “roles y actitudes en general”.
Cuando ese “otro” se ha generalizado, el niño presenta una socialización
exitosa (alto grado de simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva).
Se identifica con una sociedad, por lo que adquiere una identidad, misma
que le adjudica un lugar en el mundo.
En el proceso se está expuesto a la socialización deficiente:
“Por ejemplo, un varón puede internalizar elementos “inadecuados” del
mundo femenino, porque su padre está ausente durante el periodo
crucial de la socialización primaria que administran exclusivamente su
madre y sus hermanas mayores…su “afeminamiento” resultante puede
ser “visible” o “invisible”; en cualquiera de los dos casos, existirá
asimetría entre la identidad que se le adjudica socialmente y su
identidad subjetivamente real… Es evidente que una sociedad
proporcionará mecanismos terapéuticos para tratar esos casos
76

 
“anormales… los niños socializados exitosamente ejercerán, como
mínimo, cierta presión sobre “los equivocados” (Ibid).
En esta primera etapa de socialización se forma lo que Giménez
(2007) llama identidad individual que resulta trascendental en la vida de
los individuos. Empero, éste es un proceso que continúa durante la
socialización secundaria basada en la interacción, básicamente en el
contexto escolar que dará pie a la formación de la identidad colectiva.
¿Qué es la identidad? Dice Gilberto Giménez
“La identidad tiene que ver con la idea que tenemos acerca de quiénes
somos y quiénes son los otros, es decir, con la representación que
tenemos de nosotros mismos en relación con los demás. Implica, por lo
tanto, hacer comparaciones entre las gentes para encontrar semejanzas y
diferencias entre las mismas. Cuando creemos encontrar semejanzas
entre las personas, inferimos que comparten una misma identidad
distinguible de las otras personas que no nos parecen similares”
(Giménez, 2007). Y citando a Stephen Frosh (1999), Giménez explica
que “para desarrollar sus identidades, la gente echa mano de recursos
culturalmente disponibles en sus redes sociales inmediatas y en la
sociedad como un todo. Por consiguiente, las contradicciones y
disposiciones del entorno sociocultural tienen que ejercer un profundo
impacto sobre el proceso de construcción de la identidad" (Ibid).
Giménez también diferencia la identidad individual de la
identidad colectiva, la cual necesita ser reconocida por los demás,
pues desde el punto de vista
“de los sujetos individuales, la identidad puede definirse como
un proceso subjetivo (y frecuentemente autoreflexivo) por el
que los sujetos definen su diferencia de otros sujetos (y de su
entorno social) mediante la autoasignación de un repertorio de
atributos culturales frecuentemente valorizados y relativamente
estables en el tiempo” (Ibid).
Sobre la identidad colectiva (diferente y semejante a la identidad
individual), Giménez, retomando a Melucci (2001), dice: “puede
concebirse como la capacidad de un actor colectivo para reconocer los
efectos de sus acciones y para atribuir estos efectos así mismo” (Ibid).
Esta identidad colectiva es la que se forma en la convivencia entre
individuos, en la socialización secundaria, específicamente en el proceso
de escolarización.

77

 
Las identidades individuales- dice Giménez- se adquieren y se
forman mediante el aprendizaje. Además del proceso de socialización ya
expuesto en base a los teóricos Berger y Luckmann, para Giménez, es
necesaria la distinción entre agencias formales (y discretas) de
socialización (padres, maestros, autoridades...) y agencias difusas
(celebraciones conmemorativas, publicidad de los media, usos y
costumbres...) que, en conjunto ejercen una influencia sobre los sujetos
inculcándoles o proponiéndoles "modelos de identidad".
En este contexto, Giménez incluye las aportaciones de Kath
Woodward (2000) acerca de la socialización por medio de las agencias
difusas. Woodward explica que las identidades individuales se forman
mediante el mecanismo de interpelación: “Este mecanismo opera a través
de símbolos e imágenes de nuestro entorno que nos invitan a
reconocernos en ellos y a identificarnos con el grupo que designan”.
La autora se plantea la siguiente pregunta ¿Pero cómo la gente
puede reconocerse en ciertas imágenes y no en otras? Giménez apunta
que la tesis central de Woodward es que las identidades se aprenden en el
proceso de interacción social y explica las siguientes teorías en relación a
la socialización.
• “Se apoya en los interaccionistas simbólicos (George H. Mead) para
afirmar que una parte crucial del desarrollo humano consiste en
imaginar cómo podrían vernos los demás para ajustarnos a ello”.

• “Se apoya en la teoría “dramatúrgica” de Erving Goffman (1959) para


afirmar que la identidad se forma y se desarrolla representando en
forma convincente determinados roles de conformidad con las
expectativas sociales, exactamente como hace un actor de teatro”.
En torno a la teoría dramatúrgica, anota Goffman que en la vida
todo está basado en una actuación; la actuación es “toda actividad de un
individuo que tiene lugar durante un periodo señalado por su presencia
continua ante un conjunto particular de observadores y posee cierta
influencia sobre ellos” (Goffman, 1959).
En su actuación el individuo necesita una dotación expresiva que
es empleada intencional o inconscientemente: la fachada (front). “La
fachada se convierte en una representación… cuando un actor adopta un
rol social establecido, descubre por lo general, que ya se le ha asignado
una fachada particular…Además, si el individuo adopta una tarea que no
78

 
solo es nueva sino que no está bien establecida en la sociedad, o si intenta
cambiar el enfoque de la tarea, es probable que descubra que ya existen
varias fachadas bien establecidas, entre las cuales debe elegir” (Ibid).
De esta manera, a la llegada de un nuevo integrante de la familia,
los padres preparan el escenario para recibir al bebé. Decoran el cuarto de
acuerdo a lo que la sociedad dice que corresponde al sexo que se espera:
azul para niños; rosa para niñas. Crean el medio en el que el individuo
desarrollará su actuación. Además adquirirá la forma de comportamiento
que la sociedad indica como correcto. En ciertos movimientos feministas
se busca romper con tal fachada. Y se apoya, acota Giménez, en

“la teoría psicoanalítica de Freud para afirmar que la identidad se


adquiere desde la más temprana edad, mediante el control de los
sentimientos y deseos inconscientes relacionados con la búsqueda del
placer y la sexualidad, y mediante la identificación con el padre o la
madre, según el sexo”.
De modo que la formación de la identidad dependerá de la
interacción con otros, donde el aspecto cultural es de trascendencia: “El
concepto de identidad es inseparable de la idea de cultura, debido a que
las identidades solo pueden formarse a partir de las diferentes culturas y
subcultura a las que se pertenece o en las que se participa” (Ibid).
¿Qué pasa cuando el infante ingresa al sistema escolarizado? En
este nuevo contexto, los niños se ven sujetos a otras modificaciones. El
proceso posterior que induce al individuo ya socializado a nuevos
sectores del mundo objetivo de su sociedad, es el de la socialización
secundaria: “Es la internalización de submundos institucionalizados o
basados sobre instituciones” (Berger y Luckmann, 1994). Requiere la
adquisición de vocabularios específicos de “roles”. No es necesario un
lazo emotivo. Por ejemplo, definen a “los maestros como funcionarios
institucionales con la tarea formal de transmitir conocimiento específico”
(Ibid). Son fáciles de sustituir, a diferencia de la madre.
La estigmatización adquirida durante la socialización primaria, es
llevada al contexto escolar donde se refuerza esa diferenciación entre un
sexo y otro. Una de las manifestaciones esenciales se localiza en el color
de uniforme: rosa para niñas y azul para los niños; un componente de la
lista de útiles escolares para los de primer ingreso consiste en cuentos,
donde padres de familia seleccionan cuentos de hadas para las niñas y de
superhéroes para los niños y se emplean como material didáctico.
79

 
En lo que respecta al profesor frente al aula, en ocasiones la
didáctica incluye actividades entre niños y niñas que consisten en obtener
más puntos que el sexo opuesto, generando una competencia para mostrar
cuál de ellos es “el mejor académicamente”, como si fuera un método
para medir las capacidades. Y qué decir de las prácticas docentes en las
que el profesorado pide ayuda a niñas para barrer y a niños para
actividades que impliquen fuerza o destreza. Además, en algunas escuelas
primarias, en los talleres de educación artística, las niñas acaso siguen
realizando actividades como bordado y los niños enfocados a trabajos de
carpintería o pintura, que sin duda reproducen las prácticas de género.
En el caso de la asignatura de educación física, también se
observa claramente la identidad de género. Es decir, existe una
clasificación relacionada con las características físicas y habilidades
propias de los hombres y las mujeres. Se piensa que las niñas no son para
juegos rudos, pues esto corresponde a los niños; basta con observar que
son estos últimos quienes juegan en las canchas deportivas, mientras que
las niñas se limitan a observar. De ninguna manera significa que las niñas
no realicen alguna actividad deportiva durante la clase, pues es común
ver que los profesores confrontan equipos formados por grupos de niñas y
grupos de niños para juegos de diferentes competencias deportivas.
Por otra parte, las profesoras y los profesores coadyuvan en esta
construcción desigual de la identidad, pues se supone que son los
encargados de educar a los niños e inculcarles la cultura y valores. Es
posible que esas diferenciaciones manifiestas en el proceso de enseñanza-
aprendizaje se produzcan de manera inconsciente, por no tener los
elementos necesarios para emplear didácticas que impliquen equidad
entre los sexos. O tal vez esa diferenciación responda a los valores y
costumbres arraigadas de los profesores, su currícula oculta, la que sin
duda dejará marca sobre los educandos.
En este sentido, Giroux (1995) menciona que en la escuela
podemos encontrar un doble currículum. El currículum oculto difiere de
aquel llamado abierto y formal. En este último, son implícitos los
propósitos declarados en las razones de ser de la escuela, mismos que se
reflejan en el plan escolar o programas de estudio. El currículum oculto
se entiende como “aquellas normas, creencias y valores no declarados,
implantados y transmitidos a los alumnos por medio de reglas
subyacentes que estructuran las rutinas y las relaciones sociales en la
escuela y en la vida en las aulas” (Giroux, 1995).

80

 
Elizabeth Vallance (1973), describe al currículo oculto como
“esas consecuencias educacionalmente significativas pero no
académicas de la educación que ocurren sistemáticamente pero que no
son hechas explícitas en ningún nivel de las racionalidades públicas de
la educación (…) referidas más ampliamente al control social de la
función de la educación” (citada por Giroux). Y agrega: “Los debates
acerca del currículum oculto han sido importante no sólo porque señalan
aspectos de la vida escolar que vinculan a las escuelas con la sociedad,
sino también porque han expresado la necesidad de generar un nuevo
conjunto de categorías en las cuales se analice la función y los
mecanismos de la escolarización”.
Se han realizado diversas investigaciones siguiendo la línea de
educación y estudios de género, encaminados a describir que es lo que
sucede en el contexto escolar y las prácticas docentes. En este caso,
observamos ese espacio de interacción, tomando en cuenta que el entorno
cultural en el que se desenvuelve el infante influirá en la formación de su
identidad. La educación primaria es un escenario de socialización
individual y colectiva que da pie a que se visualicen representaciones del
género. Sabemos, como hemos mencionado, que las prácticas de género
vienen desde el seno familiar; sin embargo, la escuela es un escenario
rico en elementos de estudio, considerando que entre sus funciones está la
de orientar a los individuos en su formación profesional y personal.
La identidad se construye sólo en la medida en que se confronta
con otras identidades en el proceso de interacción social. Pero tal
construcción no es una operación simple; es un proceso complejo, pues
existen otros factores no menos importantes que la educación formal del
seno familiar o la escuela. Por ejemplo, las agencias difusas de
socialización citadas por Giménez como los medios masivos de
comunicación que en su programación o en su publicidad, proponen una
serie de imágenes acerca de cómo debería ser el hombre y/o la mujer,
mismos que los sujetos adaptan como modelos de identidad.
Erick Erikson, desde la psicología social, arguye: “Al nacer, el
niño abandona el intercambio químico intrauterino por el sistema del
intercambio social de su correspondiente sociedad, donde sus
gradualmente crecientes capacidades encuentran las oportunidades y las
limitaciones de su cultura” (Erikson, 1992). Es de reconocer que
actualmente en su lucha por conseguir la igualdad entre ambos sexo, la
mujer ha incursionado en diversos sectores que antes eran considerados
propios del hombre como la participación en la vida política, deportiva y
81

 
el mercado laboral. Este último es el logro más significativo tomando en
cuenta la idealización sobre la mujer de sólo ser ama de casa. Sin
embargo falta por avanzar, pues habrá que cuestionarse en qué áreas y en
qué tipos de empleo ha logrado incursionar y bajo qué condiciones.
Respecto a los tipos de empleo, Rodríguez Pérez (2007) indica:
“El incremento de mujeres que participan en el mercado laboral tiene
lugar sobre todo en empleos de tiempo parcial y en puestos de trabajo
sin protección social. La distribución del ingreso sigue siendo desigual
entre los géneros. Así mismo, las mujeres tienen que adaptarse cada vez
más a la cultura y hábitos institucionales predominantemente
masculinos, en vez de poder modificarlos…Hoy se reconoce la
necesidad de enriquecer la perspectiva de género, actualizar enfoques y
acciones que respondan a las expectativas de mujeres y hombres para
lograr un nuevo trato y nuevas condiciones de equidad para toda la
sociedad”.
Además, aún cuando ya ha roto su vida rutinaria ingresando al
sector productivo, históricamente la mujer ha desempeñado el rol del
sexo débil, subordinada al hombre. Preguntamos: ¿Podrán las escuelas de
educación básica dejar de lado las viejas prácticas de género? ¿Tienen las
instituciones educativas los elementos necesarios para incluir en sus
programas la igualdad entre hombres y mujeres como asignatura? Esas, y
muchas otras cuestiones sustantivas, nos faltan, estudiar y responder.
Bibliografía
Berger, Peter y Luckmann, Thomas (1994). La construcción social de la
realidad. Amorrortu. Buenos Aires.
Erikson, Erik. (1992). Identidad. Juventud y crisis. Santillana. Madrid.
Giddens, Anthony (2001). Sociología. Alianza Editorial. Madrid.
Giménez, Gilberto (2007). Estudios sobre la cultura y las identidades
sociales. CONACULTA. México.
Giroux, Henry (1995). Teoría y resistencia en educación. Siglo XXI.
México.
Goffman, Erving (1959). La presentación de la persona en la vida
cotidiana. Amorrortu. Buenos Aires.
Rodríguez Pérez, Beatriz E. (2007). “Democracia de género”. Revista
Afirmativa. ISMUJERES. Culiacán, México.
Lamas, Marta (1996). “La perspectiva de género”. Revista la tarea.

82

 
LAS “NARCAS” sinaloenses

Ernestina LIZÁRRAGA LIZÁRRAGA♦

                                                            

Egresada de la carrera de Sociología. Estudiante de la Maestría en Ciencias
Sociales con Énfasis en Desarrollo Regional de la Facultad en Ciencias Sociales.  
83

 
Sinaloa, entidad señalada como una de las regiones epicentro del
narcotráfico en México y el mundo, es definida inclusive hasta en la web
como sinónimo de violencia.1 El tráfico se remonta a la década de 1910,
pero es en la década de los setentas cuando alcanza el auténtico auge en
producción y tráfico, así como la fama y el estigma de estado narco que
hasta la actualidad posee.
El tipo ideal que de narcotraficante se ha formado en el
imaginario colectivo, es el hombre rudo, fuerte y violento; los
narcotraficantes sinaloenses han contribuido a reforzar esa idea. Los
narcos más famosos que han existido en México han sido de origen
sinaloense, sin embargo hay protagonistas que han pasado casi
desapercibidas en la historia del narco, y no porque no participen
activamente, sino porque son mujeres. Esto contraviene lo señalado. En
este trabajo echamos un vistazo al papel de la mujer sinaloense y su
relación con el mundo del narcotráfico.
La teoría de género
La teoría de género podría ser un marco, o una perspectiva
pertinente, para reflexionar en torno a las mujeres sinaloenses vinculadas
al narcomundo. A pesar de la diversa producción teórica sobre género,
como muchos otros tópicos vistos desde las ciencias sociales, éste no ha
quedado exento de interpretaciones limitadas o falsas concepciones. Por
ejemplo Durkheim, en Las reglas del método sociológico, dice que
cuando se quiera definir algo primero se deben descartar conceptos
erróneos o “groseramente formados” (Durkheim, 2000).
El género es en primera estancia un fenómeno producto de la
cultura, con repercusiones en toda la esfera social, dado que: “la cultura
marca a los seres humanos con el género y el género marca la percepción
de todo lo demás: lo social, lo político, lo religioso lo cotidiano” (Lamas,
2000). Es también un constructo simbólico, establecido sobre los datos de
la diferencia sexual, que define lo femenino, masculino y otros tipos de
identidades (Scott, 1999). Si bien se reconoce una conexión entre sexo y
género, no se da de una manera sencilla y directa, ya que por su
naturaleza social en el género intervienen factores de tipo histórico,
cultural, económico, político, religioso (Cucchiari: 2000).

                                                            
1
Hernández, Irving (2008). “Narcotráfico, terror y muerte: referencias sobre
Sinaloa en la web Sinónimo de violencia”. Ríodoce, año 7. No. 318. Lunes
02/03/2008.
84

 
Estos factores hacen que el género no sea una constante
mantenida a través del tiempo y del espacio, dando lugar a que las
características adjudicadas a lo femenino, masculino y homosexual; han
ido y pueden cambiar a la par que cambia una sociedad; lo anterior le
concede al conocimiento que se tiene del género un estatus de preparativo
y relativo según la sociedad que se trate. Como en el caso de las mujeres
sinaloenses, las cuales, se afirma, poseen una femineidad diferente a las
del resto del país.
Existen varios factores en la socialización y construcción del
género. Primero, los símbolos y mitos culturalmente disponibles sirven
como representaciones en torno a los hombres, mujeres, homosexuales,
heterosexuales y transexuales. Los mitos culturales determinarán que
símbolos serán catalogados como femeninos, masculinos, etc.
Los conceptos normativos establecen interpretaciones del
significado de los símbolos culturales. Son expresados en doctrinas
religiosas, políticas, educacionales, científicas, familiares y legales; por lo
general toman forma de una oposición entre hombre y mujer. Cuando se
habla de conceptos normativos se hace referencia a que los símbolos
culturales se han convertido en leyes que rigen el comportamiento sexual.
Como ejemplo, a un niño le está prohibido jugar con muñecas.
Las organizaciones e instituciones legitiman los conceptos
normativos y se encargan de sancionar a quienes no los cumplen.
Ejemplos: la familia, la escuela, la religión, centros de trabajo, el Estado.
Otro aspecto o factor es la identidad subjetiva o reproducción del
género, que con la suma todos los anteriores realizan los individuos. Es
decir, el cómo se asumen individualmente las personas: hombre, mujer,
homosexual, bisexual, travesti. La identidad de género es la primera
identidad que asume una persona (Smith, 1991); y se asumen como
hombres, mujeres u homosexuales, antes que sinaloenses, oaxaqueños,
sonorenses o mexicanos.
Butler pregunta “¿Cómo puede ser el género a la vez una cuestión
de elección y una construcción cultural?...el cuerpo es experimentado
como un modo de llegar a ser…Que no se nazca mujer, sino que se llegue
a serlo no implica que este llegar a ser atraviese un sendero de libertad
desencarnada hasta la encarnación cultural. Uno es desde luego su cuerpo
desde el principio, y sólo posteriormente llega a ser su género” (Butler,
2000). El autor sintetiza la mecánica de la interacción que siguen los
elementos de género punteados por Scott: para asumir una identidad de
85

 
género, los individuos son influidos por los símbolos y mitos culturales,
que les son proporcionados por las organizaciones e instituciones, y éstas
a su vez, se valdrán de conceptos normativos para constreñir a los
individuos dentro de la identidad que les ha sido asignada.
La construcción del género
En una visión de género no se puede dejar fuera la noción del
poder, dominación y por tanto, la desigualdad entre los sexos. Al ser un
elemento de las relaciones sociales basadas en las diferencias que
distinguen a los sexos, el género se torna en la manera primaria de
relaciones de poder (Scott, 1999; Lamas, 2000). A pesar de los avances
en conocimiento y tecnología, la mayor parte del mundo sigue viviendo
en estructuras de tipo patriarcal2, es decir el varón a la cabeza de las
instituciones de poder: El estado, la familia, la empresa, y las mujeres en
una posición de subordinación a su autoridad (Lagarde, 1993). Pese a esta
situación, existen sin embargo espacios que son del dominio de la mujer,
como la cocina, la crianza de los hijos, e incluso las aulas de instrucción
básicas. Pero la mayoría de estos espacios son una extensión de otro con
mayor jerarquía, que por lo general está a cargo de un varón. ¿Cómo se
legitimó el patriarcado con tal fuerza que prácticamente domina todo el
mundo? No es una pregunta fácil de responder, ni tampoco lo que ocupa
específicamente a este trabajo, pero que sí es importante comentar para
entender la forma patriarcal bajo la cual funciona el narcotráfico.
El narcotráfico sigue la lógica de género. Más aún, la violencia
intrínseca en dicha actividad le exige que así sea. La fuerza del hombre
satisface esta petición, pero la vulnerabilidad de la mujer satisface otras
para la sobrevivencia de la actividad, como veremos más adelante.
Relación género- narcotráfico.
Aunque el involucramiento de la mujer en el narcotráfico ha ido
numéricamente en aumento en fechas recientes3, su participación se
remonta a los primeros años de la actividad. Lo anterior lo muestra de
cierta forma Luis Astorga con sus indagaciones en los archivos del
College Park, Maryland; el archivo General de la Nación (AGN); y la
                                                            
2
De patriarcado tal como lo describe Alonso: “la organización social primitiva
en que la autoridad se ejerce por un varón jefe de cada familia, extendiéndose
este poder a los parientes lejanos del mismo linaje” (citado por Lagarde, 1993) 
3
Investigación propia: la revisión de diarios locales, nacionales e
internacionales.
86

 
Hemeroteca Nacional en la Ciudad de México. Un caso es el de Ignacia
Jasso, viuda de González, alias “La Nacha”, de Chihuahua, otrora muy
famosa; y el de Dolores Estévez Zulueta, “Lola la Chata”, a quien
Astorga nombra como “La traficante más grande de la época” (2003).
Sinaloa, para 1950, contaba con figuras como doña Jesús Coronel
Quintero, de Santiago de los Caballeros en el municipio de Badiraguato y
Manuela Caro. Está última mantuvo el control del opio en Culiacán por
más de veinte años (Montoya, 2008).
El narcotráfico exige a quienes se inscriben en sus filas valentía,
fuerza, violencia, audacia y vigorosidad, y pues tales atributos no se
corresponden con los que la organización del género ha asignado a los
roles femeninos. Sin embargo, la mujer está presente en el narcomundo.
No existen bandas de narcotraficantes mujeres, ni comandadas por
mujeres4, pero en casi todas las bandas masculinas se fortifica también la
presencia de mujeres. Lagarde arguye: “…las mujeres narcos no
funcionan solas, siempre actúan al lado de hombres que las protegen y
que las usan. Ellos son más hábiles y por ser hombres, se considera que
tienen los atributos para enfrentar a la policía o al ejército” (1993). Según
esta misma autora hay dos tipos de mujeres ligadas a las drogas:
--Las que son detenidas por cometer el delito al lado de sus hombres y
son detenidas y apresadas junto con ellos. La mayoría de las mujeres se
enganchan al negocio aún contra su voluntad, por lealtad a su pareja o
familiares varones.
--Las que son conminadas al delito por el hombre preso. En esta
categoría se encasilla la mayoría de las denominadas “mulas”: “llevan la
droga dentro de su cuerpo: en la vagina o el estómago” (Ibíd).

Ilícita o no, el narcotráfico es una actividad económica más y como


tal está permeada de la lógica patriarcal del género. En consecuencia,
cuenta con una jerarquía de roles delimitada donde la mujer ocupa casi
siempre los roles más bajos y menor remunerados. Aunque en números la
participación de la mujer ha aumentado, cantidad no es sinónimo de
calidad, y pensando al narcotráfico como un negocio o un oficio más se
puede decir que “un resultado importante del estudio de género relativo a
las profesiones es el reconocimiento de que la base de género en las
identidades laborales es notablemente duradera y no se modifica
                                                            
4
Sólo casos atípicos como el de Sandra Ávila Beltrán o el de las mujeres
mencionadas por Astorga
87

 
fácilmente por el incremento de mujeres y hombres en un determinado
grupo ocupacional (Jill K Conway, Susan C. Bourque y Scott, 2000).
Entonces, se puede colegir que aunque existan más mujeres narcas,
esto no quiere decir que modifiquen las estructuras estereotípicas de
género. “… al narcomundo como un sistema esencialmente machista,
donde se reproduce en forma caricaturesca el “orden” social instaurado
artificialmente sobre las bases del supuesto de la superioridad masculina.
Por lo tanto, es común que en el mundo del narcotráfico se construyan las
relaciones de género a partir de un conjunto de actitudes y
comportamientos que discriminan y marginan a las mujer por su sexo”
(Ovalle, Giacomello, 2008). A continuación se exponen los roles y
niveles de participación que tienen las mujeres en el narcotráfico (Ibíd).
En un trabajo de investigación que consistió en el análisis a 32
estudios sobre mujeres involucradas en la economía de las drogas Maher
y Hudson (2007) encontraron los siguientes patrones de comportamiento:
--La economía de la droga es estratificada y jerárquica, La lógica de
género presente en el narcotráfico, se hace sentir en la subordinación de
la mujer en la división del trabajo, así se le asignan los roles más bajo y
mal pagados. La limitada disponibilidad de oportunidades para una mejor
posición las hace competir entre ellas mismas. La mujer ocupa varios
roles en la economía de las drogas, pero la sustentabilidad de estos roles
es significativamente impactada por el género. Las mujeres casi siempre
son subordinadas a la autoridad de algún varón. Las mujeres jóvenes son
relativamente menos poderosas e independientes.
--El ingreso primario de la mujer a la economía se hace a través de
algún vínculo con un hombre. El estereotipo de la mujer no concuerda
con el que se ocupa para el tratamiento del negocio, por lo que siempre
ocupan del patrocinio de un hombre. La introducción al mundo del narco
es a través de un miembro familiar varón o los padres. Las mujeres
también se envuelven en las drogas emparentándose a hombres. Las
mujeres en las drogas son dependientes o interdependientes a un hombre.
En las calles no hay independencia femenina. Ellas dependen del hombre
para que le dé protección de la violencia callejera. Y esta misma violencia
es aliciente para que jovencitas se relacionen con hombres mayores.
--Los roles femeninos en la economía de la droga tienen cualidades
sexuales. Las mujeres hace uso de su “sex appel” y atractivo físico para
negociar sus roles en el mercado de las drogas. Las mujeres compiten
entre ellas por belleza. Las mujeres jóvenes hacen uso de su sexualidad

88

 
para movilizar dinero, drogas, comida y protección. Los hombres usan el
sexo como un arma para mantener controladas a sus empleadas.
--Los vínculos familiares y de parentesco son un importante recurso para
que las mujeres puchadoras incrementen su capital social. El éxito de las
puchadoras tiene una fuerte conexión social, y esto da acceso a recursos
materiales como negocios legítimos y hogares. El éxito en el mercado de
la droga se dibuja en los mismos recursos familiares y de parentesco,
usados en las actividades del mercado lícito. La mayoría de las mujeres
crecen en un ambiente de drogas, dándoles esto, una preparación para que
luego se ocupen ellas del negocio.
--Los atributos femeninos y el sexismo institucionalizado sirven como
ventaja a las mujeres. Los narcos creen a las mujeres menos sospechosas
ante la policía. Las mujeres son menos perseguidas por los policías.
--Las mujeres son muy versátiles y suelen jugar roles tanto en la
economía de la droga como en el hogar. Las mujeres de orígenes de
clases medias tienen niveles de venta de droga más bajos, por lo general
combinan este trabajo con otro legal y con su papel de madres. La venta
de droga incrementa sus ingresos, lo cual da más estabilidad económica a
sus hijos y familias, de hecho el mantenimiento de estos lo usan como
justificación a su involucramiento en el mercado de las drogas.
En general la participación de las mujeres en la economía de las
drogas se mueve en los patrones mencionados, siendo el rasgo distintivo
su ocupación en los roles más subordinados, como reproducción de la
situación del sistema social. Pero casos como el de “La Chata”, “La
Nacha” o “La Reina del Pacífico”, Sandra Ávila, muestran que en ciertas
condiciones la mujer puede escalar y llegar a ocupar niveles relevantes.
Impartición de justicia, prisión y género
La pena para quienes cometen delitos contra la salud en México
es cárcel. Pero la lógica del género se encuentra presente también en el
aparato de justicia (Lafarge, 1993). Bajo el lema de “igualdad jurídica”,
se disfraza otra forma de opresión de la mujer.
El delito es visto en la mujer casi como una enfermedad, como
algo en contra de su naturaleza. En cierto sentido, al momento que se les
juzga esto parece pesar mucho, y en variadas ocasiones son castigadas
más por ser mujer (que rompe con su sometimiento), que por ser
delincuentes. Se resume que por la determinación diferencial de los
delitos por género, la administración de la justicia varía patriarcalmente.
Astorga da un ejemplo al narrar la detención de la Chata:
89

 
“De todas las personas detenidas en la casa de La Chata “la tristemente
célebre traficante de drogas”, “la reina del hampa en México”, en el 158
de la calle Teseo, colonia Prado Churubusco, sólo ella y José Manuel
Dávila Cabrera fueron sentenciados. La primera a 11 años y seis meses
de prisión por posesión y tráfico de heroína y cohecho. El segundo
recibió tres años. Los demás fueron absueltos” (2003).
Pero no sólo son juzgadas con mayor rudeza por las instituciones
de justicia, sino también por la opinión pública. Los periódicos, la radio y
la TV, suelen sobresaltar las noticias de las mujeres delincuentes. “La
Reina del Pacífico” relató su experiencia al periodista Julio Scherer:
“Yo no oculto mi vida. Digo lo que soy. Pero el gobierno sí la oculta.
Dice lo que no soy. Todavía le sirvo para su propaganda. La Reina del
pacífico, personaje a lo Pérez Reverte, en una cárcel mexicana, nada
menos, un gol, como diría Felipe Calderón, expresión que lastima,
frívola en la dolorosa realidad cotidiana. La tragedia, la lista de muertos
que crece todos los días, no es asunto del fútbol. Pero mi imagen
pública se irá gastando hasta agotarse. El gobierno no podrá probar que
soy delincuente porque no lo soy. Entonces enfrentará su propia
disyuntiva: la cárcel, la infamia que no podrá ocultar mi libertad”
(Scherer, 2008: 75).
Curiosamente cuando Calderón anunció su guerra contra el narco,
“La Reina…” fue su primera gran captura.
El castigo de la cárcel no sólo recae en la mujer, sino sobre todos
sus cercanos. La mujer presa, tiene a su familia presa, sobre todo a los
hijos; si la cárcel los separa, sufren el distanciamiento, los momentos
perdidos; si la cárcel les permite vivir juntos, sufren el encierro por igual.
Son expuestos a la convivencia forzada con extraños. “En el régimen de
convivencia forzada, las presas recrean en la cárcel, las relaciones
familiares, las amistades y las enemistades, las obediencias y las
transgresiones al poder (Ibíd). Se puede decir que las presas hacen un
traslado del hogar a la casa. A veces la estancia en la cárcel proporciona
cierta estabilidad, preferible a hogares disfuncionales o inexistentes.
“Narcas” sinaloenses
El caso de la mujer sinaloense debe ser tratado aparte. Las dos
mujeres que han sido denominadas como “reinas” en el narcomundo y las
más famosas de México son de origen sinaloense: Sandra Ávila Beltrán y
Laura Elena Zúñiga Huízar; esta última fue detenida junto a su pareja,
Ángel Orlando García Urquiza, del Cártel de Juárez, el 23 de diciembre
del 2008. La noticia se dio a conocer en los principales periódicos y
90

 
noticieros del mundo entero, y globalmente se dio a conocer la situación
de la “narcomiss”. Estos dos casos ejemplifican cómo la participación de
la mujer sinaloense en el negocio puede ser activa como pasiva. Se
deduce la gran permeabilidad que el narcotráfico ha tenido en la sociedad
sinaloense, que ha llegado a ser visto como algo común.
Muchos son los testimonios de los sinaloenses que al salir de su
estado e ir a otras regiones a nivel nacional o internacional, han recibido
comentarios relacionándoles con el narcotráfico debido a su lugar de
nacimiento5. Incluso hace poco salió a la luz el corrido “no tengas miedo
porque soy de Sinaloa”, el cual es autoría y éxito de un grupo regional
llamado “Los Buitres”, en él, un hombre le pide a su novia no le tenga
miedo por ser de Sinaloa y sentir gusto por la música de banda, recibir
llamadas sospechosas a sus múltiples celulares, tener una camioneta de
lujo, y porque de su pantalón salga una escuadra con diamantes.
La identidad sinaloense es concebida como diferente a la de
cualquier otro mexicano. Nacayama (1991) hace una comparación entre
sinaloenses y sonorenses:
“Sonorenses y sinaloenses son iguales en apariencias: decididores,
broncos, generosos, incultos, alegres, apáticos, confiados y sueños de
una franqueza que raya en la grosería…”.
En especial, según Nakayama, como podría ser una
caracterización de cierto tipo de “narco” mediano, típico o común, el
sinaloense
“…goza con burlar la ley eludiéndola mediante la influencia política o
la clásica mordida… es el extrovertido que muestra su ansia de vivir, de
seguir exprimiendo jugo a la vida, así tenga que enajenar la cosecha
antes de iniciar la siembra, los poblados son bulliciosos, llenos de ruido,
de euforia y su música folklórica…Vive en un círculo mágico de
tambora, de carreras de caballos y de mujeres…El sinaloense ha
alcanzado una triste fama de matón, la que se ha venido justificando con
un alto índice de asesinatos que se registran en la entidad…pertenecen a
la clase campesina, o a los estratos inferiores de la población urbana, lo
cual indica claramente que es la falta de cultura lo que les impulsa a
tomar esa actitud de muy valiente…los apretados son los nuevos ricos:
comerciantes, agricultores y muchas personas que cultivaron una
plantita llamada Solfia o adormidera…En Sinaloa casi todos procuran
vestir bien… así que las mujeres se ven más gráciles y vaporosas…El
sinaloense tira el dinero con una facilidad asombrosa, sin importar el

                                                            
5
Experiencias personales, de familiares y amigos.
91

 
mañana…Característica muy notable de las gentes de Sinaloa es la de
proferir palabrotas en forma sistemática y sin motivo alguno” (Ibídem).
Los rasgos aludidos, presentes en la mayoría de los sinaloenses,
son las que lo hacen identificar con algún estereotipo del narco. Se le
puede explicar de alguna manera: la cultura del narcotráfico penetró con
tal fuerza que terminaría por fusionarse con la cultura dominante; o en
otros términos, la cultura sinaloense misma transformada y construida,
entre historia, mito, realidad y leyenda, como la “cultura del narco”.
La mujer sinaloense es reconocida por su belleza y coquetería, y
tal vez esto es la característica que las distingue. Y social y culturalmente
se le enseña que explotar su belleza y llamar la atención en lo que más
sea posible. Ser coqueta no es pecado, sino una virtud. Arturo Santamaría
atribuye esta particularidad de Sinaloa, a que “en Sinaloa el culto a la
belleza y al erotismo de sus mujeres es un tema dominante” (1997). Las
sinaloenses, sin dejar de exigirles el trabajo doméstico y otras tareas, son
vistas como una bella manifestación de la naturaleza, como conjunción de
naturaleza-mujer-seductora. Poseer belleza y seducción serían los
mejores atributos que puede poseer una mujer: “En Sinaloa la cualidad
que más se ha admirado en sus mujeres, cuando ésta se hace explícita,
escrita, cantada, esculpida o plasmadas en pintura es la belleza” (Ibíd).
La socialización en la coquetería da a la mujer sinaloense una
actitud de género menos sumisa y hasta cierto punto altanera. Sin
embargo, no dejan de ser víctimas de la lógica de género, ya que ninguna,
por ejemplo, ha logrado ser un importante líder político; son pocas las
empresarias destacadas y más bien son valoradas por su belleza,
equiparándolas con objetos. En las filas del “narco” han logrado destacar,
con la gran cantidad de puchadoras y mulas, y con tener a una “reina” en
el negocio, según la etiqueta pública. De ella se dice: “La seguridad, el
donaire le viene de su estirpe sinaloense, de su pertenencia a una dinastía
de narcos. Y la nobleza de esa dinastía la otorgan la inmensa fortuna y la
audacia de haber erigido imperios de la nada” (Ronquillo, 2008).
Destaca sobre todo la belleza: “¡Qué decir de la belleza de la
reina…! Hay que imaginarla a los diecinueve años, un verdadero
portento, con la intensa mirada de sus ojos negros, los rasgos de muñeca
fina de su rostros, ese cuerpo trazado con curvas de arrolladora
sensualidad. Los senos redondos de quienes la miraban. Le gustaba
ejercer esa forma de dominio sobre los hombres, a los que consideraba
una parvada de seres indefensos ante su sonrisa. Bastaba una palabra suya
para provocar ansiedad y hasta temor en muchos de ellos” (Ibíd).
92

 
A continuación damos una mirada al corrido “Las cabronas”, del
grupo “Los buitres”. La primera estrofa dice:
“son muchachas muy bonitas
traen la sangre de pesados
se sabe son sinaloenses
que les gusta el contrabando
la siembran y la cosechan
y mandan al otro lado”
Junto a la belleza, su modo de entrar al negocio concuerda con
el patrón de Maher y Hudson, ya que lo hacen por vínculos familiares:
“Sangre de pesados”. Para reafirmar su gusto por la participación en el
narco se rescata su origen y se les atribuyen roles jerárquicamente bajos.
“No son buenas pal noviazgo
pero hacen buenos negocios
saben cocinar el polvo
que compran varios mañosos
traen armas de gran calibre
son hijas de poderosos”
Aquí se mira más la lógica de género, ya que parece que las
mujeres dedicadas al narco por insubordinarse a lo estipulado en su rol,
son castigadas sin la oportunidad de tener una relación de pareja; a
cambio son recompensadas con el éxito en el negocio, sin olvidarse del
parentesco.
“Una hummer las traslada
son camionetas blindadas
diez gentes son guardaespaldas
y unas patrullas pegadas
se organiza una pachanga
en honor de las muchachas”
En esta estrofa encontramos el derroche y la algarabía. Destaca
otro patrón de género, la necesidad de resguardo físico a través de una
figura masculina. Y en los versos siguientes, el liderazgo y el respeto lo
adquieren por mostrar comportamientos de hombres y de “buitres”:
“(y estas sin son chingonas buitres)
sencillas y de respeto
les gusta mucho la banda
toman whisky del 18
para afinar la garganta
las cabronas son alegres
93

 
cantan corridos de mafia
tienen rasgos muy bonitos
y el gobierno las conoce
mandan clave a los retenes
para que no les estorben
ellas pagaron la cuota hay reparto de millones”
Conclusión
La participación de la mujer sinaloense en el narcotráfico,
probablemente, es un caso especial de estudio. En los tres Centros Contra
las Consecuencias Jurídicas del Delito (CECJUDE), la mayoría de la
población femenina se encuentra reclusa por delitos contra la salud6. Es
decir, el papel activo de la mujer sinaloense en al narco es significativo.
La revisión del fenómeno permite advertir que ese papel activo siempre
ha existido, pero ha sido minimizado por la organización de género,
presente en la esfera del narcotráfico y la sociedad en general.
En Sinaloa la mujer relacionada con el narco, curiosamente y ya
sea en un papel pasivo o activo, no ha sido tan condenada o satanizada
como en otras regiones del país, gracias a la “normalidad” que la
actividad ha adquirido. Las mujeres “narcas” sinaloenses, creemos,
portan una identidad que fusiona cultura, sociedad, historia y tradición. Y
así, desde la teoría de género se puede entender también el fenómeno.
Podemos decir en un primer momento que la mujer sinaloense no ha
escapado a ser permeada en la cultura de lo ilícito y la transgresión.
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6
Información proporcionada por Juan Ramón Valenzuela Subdirector del
CECJUDE Mazatlán.
94

 
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95

 
NOTAS TEORICAS: la interpretación de la
narcocultura

Jorge Abel GUERRERO VELASCO•

Introducción
El fenómeno del narcotráfico forma parte de la cultura popular de
Sinaloa. Desde la perspectiva de la interpretación de la cultura
(descripción densa), trataremos de identificar los elementos y contenidos
simbólicos, imaginarios colectivos y mitologías que intervienen en el

                                                            

Egresado de las carreras de Sociología y Comunicación. Estudia la Maestría en
Ciencias Sociales.
96

 
proceso de interacción de los actores sociales imbuidos en la cultura del
narcotráfico en algunos escenarios rurales del Sur de Sinaloa.
Algunas cuestiones sobre el fenómeno del “narco” se inscriben en
la interpretación de la cultura. ¿Cuál es el proceso de socialización e
interacción mediante el cual los actores sociales construyen y son
construidos socialmente en el fenómeno de la “narcocultura”?, ¿es
posible interpretar cuáles son los contenidos en tanto significados
culturales o sistema de concepciones expresadas en formas simbólicas?
¿Cuál y cómo es la dialéctica del fenómeno cultural del “narco”?
El sistema cultural y la Narcocultura
Nuestro estudio se orienta al sistema cultural. Este, como lo
refiere Parsons, se ordena en torno a las características de “complejos de
significado simbólico”. El tráfico de enervantes ilícitos en Sinaloa dio pie
a la construcción de formas de interacción social y producción simbólica.
Pensamos que la “narcocultura” (usamos el concepto en general de
acuerdo con los argumentos trabajados en la Cátedra UNESCO de la
UNAM sobre las drogas ilícitas y que han sido expuestos, entre otros, por
Nery Córdova, Corina Giacomello, Gabriela Polit, José Manuel
Valenzuela y Luis Astorga), tiene que ver en cuanto fenómeno, en parte,
con los complejos de significado simbólico, es decir, los códigos con los
que se estructuran, así como los conjuntos de símbolos que se utilizan “y
las condiciones de su empleo, mantenimiento y cambio, como partes de
sistemas de acción” (Parsons, 1971).
El proceso de mantenimiento y cambio del habitus y los
contextos, variables que se han adaptado en el tiempo, queda estampado
en plena posmodernidad, en donde la cultura de masas le imprime una
dimensión mediática al fenómeno del llamado narcotráfico. El
narcotráfico es un fenómeno que ha ido estableciendo históricamente un
entramado de relaciones, pautas, símbolos, significaciones y formas de
interacción social entre los actores implicados y que hoy sobrevive en el
contexto de la globalización, con sus acentuaciones y su identidad
regional (Nery Córdova, 2006).
Sobre la cultura abrevamos, claro está, de la teoría de Geertz:
“creyendo con Max Weber que el hombre es un animal inserto en
tramas de significación que el mismo ha tejido, considero que la cultura
es esa urdimbre y que el análisis de la cultura ha de ser por lo tanto, no
una ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia
interpretativa en busca de significaciones. Lo que busco es la
97

 
explicación, interpretando expresiones sociales que son enigmáticas en
su superficie” (Geertz, 1973).

Aclara Geertz que lo que define al trabajo de interpretación de la


cultura es cierto tipo de esfuerzo intelectual: una especulación elaborada
en términos de, para emplear el concepto de Gilbert Ryle, “descripción
densa”. En consecuencia, la etnografía será la herramienta a través de la
cual obtendremos los datos, aunque a diferencia del paradigma positivista
de asignarle una propiedad cuantitativa al termino “datos”, en este caso,
“los datos” obedecen no a complejos o básicos estadísticos sino a
interpretaciones de interpretaciones “lo que nosotros llamamos nuestros
datos son realmente interpretaciones de interpretaciones de otras personas
sobre lo que ellas y sus compatriotas piensan y sienten” (Geertz).
La etnografía es descripción densa: la capacidad del investigador
estará a prueba ante la telaraña de la cultura. Es por esto que se afirma:

“Lo que en realidad encara el etnógrafo…es una multiplicidad de


estructuras conceptuales complejas, muchas de las cuales están
superpuestas o entrelazadas entre sí, estructuras que son al mismo
tiempo extrañas, irregulares, no explicitas, y a las cuales el etnógrafo
debe ingeniarse de alguna manera, para captarlas primero y para
explicarlas después” (Geertz).
La urdimbre entrelaza y superpone tramas de significaciones. La
labor etnográfica se convierte en una empresa delicada y difícil, de lento
cocimiento, donde las significaciones pueden ser confundidas. De modo
que la interpretación se vuelve un elemento fundamental, el verstehen de
Weber ante el hecho social de Durkheim: hay una simbiosis que espera
ser interpretada en sus significaciones.
La cultura es un documento activo, público…Y aunque contiene
ideas, “la cultura no existe en la cabeza de alguien; aunque no es física,
no es una entidad oculta”. Y está presente, dice Geertz, a través del
fenómeno social aun siendo incorpórea: “la cultura es pública porque la
significación lo es”. En tal sentido, “comprender la cultura de un pueblo
supone captar su carácter normal sin reducir su particularidad”.
En este sentido Geertz retoma de Paul Ricoeur:

“No el hecho de hablar, sino lo `lo dicho’ en el hablar, y


entendemos por `lo dicho’ en el hablar esa exteriorización intencional
98

 
constitutiva de la finalidad del discurso gracias ala cual el sagen –el
decir- tiende a convertirse en Aussage, en lo enunciado. En suma, lo
que escribimos es el noema (`el pensamiento, el `contenido’ la
intención) del hablar. Se trata de la significación del evento de habla,
no del hecho como hecho” (Geertz).
Observar, registrar, analizar son imperativos; interpretar es la parte
fina. Hay que interpretar para explicar. El análisis cultural es conjeturar
significaciones, estimar las conjeturas y llegar a conclusiones explicativas
partiendo de las mejores conjeturas, y no el descubrimiento del continente
de la significación y el mapeado de su paisaje incorpóreo. El trabajo
etnográfico se plantea una doble tarea:
“consiste en descubrir las estructuras conceptuales que informan
los actos de nuestros sujetos, lo “dicho” del discurso social, y en
construir un sistema de análisis en cuyos términos aquello que es
genérico de esas estructuras, aquello que pertenece a ellas porque son
lo que son, se destaque y permanezca frente a los otros factores
determinantes de la conducta humana. En etnografía, la función de la
teoría es suministrar un vocabulario en el cual pueda expresarse lo que
la acción simbólica tiene que decir sobre si misma, es decir, sobre el
papel de la cultura en la vida humana” (Geertz).
En la etnografía de las interacciones sociales en ciertos espacios de la
sierra de Sinaloa, implica dilucidar conceptos como “integración”,
“símbolo”, “ideología”, “ethos”, “identidad”, “metáfora”, “estructura,
“rito”, “cosmovisión”, “actor”, “función”, “sagrado”, y desde luego la
“cultura”, entretejidos en el cuerpo etnográfico de la descripción densa.
Lo anterior implica el desarrollo de un cuerpo teórico que explique la
codificación de la interpretación, una serie de estructuras sistémicas que
establecen cuáles son las reglas y variables. De manera que, anota el
teórico, no es solamente interpretación lo que se desarrolla en el nivel
más inmediato de la observación; también se desarrolla la teoría de que
depende conceptualmente la interpretación. Habría que explicar que si
bien las formas de la sociedad son la sustancia de la cultura, Esta
sustancia implica un análisis racional y cualitativo, por tal, el método
debe considerar el apego a los hechos concretos, aun tratándose artefactos
culturales incorpóreos. Y estos hechos inmateriales son construcciones
que rigen al hombre través del entramado de significaciones, forman
parte de la brecha entre animalidad y conciencia:
“Considerar las dimensiones simbólicas de la acción social -arte,
religión, ideología, ciencia, ley, moral, sentido común- no es apartarse
99

 
de los problemas existenciales de la vida para ir a parar a algún ámbito
empírico de formas desprovistas de emoción; por el contrario es
sumergirse en medio de tales problemas. La vocación esencial de la
antropología interpretativa no es dar respuestas a nuestras preguntas
mas profundas, sino darnos acceso a respuestas dadas por otros, que
guardaban otras ovejas en otros valles, y así permitirnos incluirlas en el
registro consultable de lo que ha dicho el hombre” (Geertz, 1973).
Esas dimensiones simbólicas son mediaciones que cohesionan al
hombre con el sistema cultural, lo rigen, forman parte del derecho natural
o positivo que provee el sentido pertenencia, solidaridad y coerción. La
importancia que tiene la simbología en la interpretación de la cultura es
que nos provee de significaciones que rigen la conducta de los hombres.
Esos programas culturales están expresados en múltiples formas, en el
caso de los actores oriundos de las zonas serranas dedicadas a la cosecha
de drogas, no sólo son estas acciones las que los definen, lo es también su
vestido (las botas, el cinto piteado, los jeans, los sobreros, las armas, las
camionetas, la forma de hablar, los ritos), no son solo artefactos
ornamentales, son artefactos culturales que actúan como mecanismos de
control, porque están orientando la acción, la intersubjetividad. Parece
más que claro que el pensar no consiste sólo en “sucesos que ocurren en
la cabeza…”. Los símbolos y signos que pudieran parecer banalidad o
superficialidad, en realidad cumplen la función de faros que guían la
navegación del hombre a través del sistema cultural.
Concomitante, el entramado o telaraña de significaciones
construidas por el hombre, se han constituidos en sistemas organizados
que dan sentido del orden al sistema cultural, es decir, las fuentes
simbólicas del narcotráfico son estructuras organizados en sistemas de
símbolos que establecen patrones que rigen el comportamiento de los
actores, hay organicidad y cohesión social.
Este sentido que rige al sistema social es en sí mismo el que lo
perpetúa y le da sentido a las emociones que, sin proponérselo son el
elemento culminante de la construcción social, el hombre es en sí un
artefacto cultural. La importancia en la producción simbólica del
narcotráfico es que tenemos que interpretarlas en su dimensión
significativa y no solo histórica o como herencia dada, o con un sentido
funcionalista primigenio, sino como elementos o piedras angulares del
cual toma el individuo la capacidad de ser hombre.
La cultura que rodea al narcotraficante le provee de
performatividad a través de los símbolos como elementos que la guían.
100

 
Hay una comunión entre naturaleza y la ética, pero ella se da a través de
ese elemento mediador: la cultura. Nada escapa a la socialidad: lo
aprehendido y lo innato toman forma, en lo que se denomina artefactos
culturales. Así como la cultura es una serie de significaciones, una
urdimbre que el hombre ha tejido y construido, “con los hombres ocurre
lo mismo: desde el primero al último ellos también son artefactos
culturales”. Y al plantearse así al hombre mismo, su animalidad se vuelve
una parte de ese artefacto, “no sólo las ideas sino también las emociones
son artefactos culturales del hombre” (Geertz).
El rito, el mito, el arte, la música (el corrido, las historias de
narcotraficantes, el culto a Malverde) son elementos simbólicos públicos
que modelan al narcotraficante, que racionalizan su vida, que le dan un
grado intelectual a lo que a simple vista parece poco complejo o carente
de sustancia, incluso superficial o vacuo; así como la matemática tiene
sus usos afectivos, la poesía sus usos intelectuales; en todo caso la
diferencia es solo funcional, no sustancial.
La religión o hecho social inmaterial como sostenía Durkheim,
dota de simbología y es también una construcción social, la cual provee
de los principios elementales que rigen la vida de los individuos, sin
negar la idea de Durkheim (de lo inmaterial) debemos tener en cuanta que
“la religión nunca es meramente metafísica. En todos los pueblos, las
formas, los vehículos y objetos de cultos están rodeados por una aureola de
profunda seriedad moral” (Geertz, 1973).
En occidente predomina la idea sobre que el sentido moral de la
religión está dotado de una ética positiva, de armonía y búsqueda de
emociones y sentimientos profundos como el “amor”, la justicia, el
respeto, los cuales estarían supuestamente dados de manera divina o por
iluminación de entes superiores a individuos excepcionales y puritanos;
sin embargo, la religión obedece a condiciones sociales fundamentadas
en la realidad social, sin duda intrínseca a la religión es su naturaleza
moralista como señala Durkheim. En los símbolos de lo profano, en el
mundo de los drogas la Santa Muerte o Malverde retratan la naturaleza
de la realidad social en donde fueron construidos. La muerte como objeto
de mediación de lo ilegitimo legitimado (hacedora de peticiones
malintencionadas) y por otro lado el bandido (el salteador de caminos, el
bandido generoso, el Ángel de los pobres, el santo de los narcos) como
estampa de lo ilegal, pero legitimo al grupo social.

101

 
El ethos y la cosmovisión actúan en una correlación que le darán
significado al hecho social, tal como cita Geertz a Weber: “los hechos no
están sencillamente presentes y ocurren sino que tienen una significación
y ocurren a causa de esa significación”.
En nuestro caso de investigación los aspectos morales y estéticos
(vestido, idiosincrasia, moral, religión, ritos) de las comunidades de
sembradores están relacionados a la cosmovisión de los actores (de las
instituciones, del gobierno, de la política, del derecho, de la vida y de la
muerte, del mundo, la otredad, la trascendencia social). La subjetividad
está anclada en la realidad y en los imperativos estructurales. “Los mitos
y ritos sagrados los valores se pintan, no como preferencia humana
subjetivas, sino como las condiciones impuestas implícitamente en un
mundo en una estructura particular” (Geertz, 1973). A la interrelación
entre cultura y estructura social se le desprenden dos formas de
integración; la integración lógico significativa y la causal-funcional.
La interacción social
Si bien la interpretación cultural se basa primordialmente
en la interpretación de lo simbólico, un concepto que encaja en
nuestro estudio es el de interacciones sociales: “para poder
´comunicarse´ simbólicamente, los individuos deben observar
códigos comunes, organizados culturalmente como los del lenguaje,
que se integran en sistemas de interacción social” (Parsons, 1971). El
sociólogo Anthony Giddens, la define la interacción de esta forma:
“es el proceso mediante el cual actuamos y reaccionamos ante lo
que nos rodea. Muchos aspectos aparentemente triviales de nuestro
comportamiento cotidiano, una vez analizados, revelan complejos e
importantes aspectos de la interacción social” (Giddens 1989).
El estudio de las interacciones sociales es básico para
entender las significaciones que nos lleven a una interpretación de la
cultura. Como dice Parsons, los sistemas sociales están constituidos
por estados y procesos de interacción social entre unidades actuantes.
Otros elementos que influyen en las interacciones sociales son el
tiempo y espacio; es decir, toda interacción social esta localizada en un
tiempo y espacio específico. Según Giddens “toda interacción está
localizada porque ocurre en un lugar concreto y está zonificada”. La
zonificación obedece a espacios que son concebidos como zonas de
actuación formal y zonas de interacción informal, esta regionalización es

102

 
similar al escenario de teatro y tras bambalinas, tal como lo habíamos
mencionado anteriormente. En nuestra investigación etnográfica
pretendemos observar el espacio rural en donde interactúan los actores
implicados del fenómeno de la “narcocultura” y analizar cómo conciben
estos espacios en función de la zonificación.
Para el sociólogo Luis Astorga, existe una dimensión de análisis
referente al narcotraficante: la mitología. Sin embargo dice que el análisis
no se puede dar si no desprendemos la noción dominante sobre el
supuesto de la perversidad intrínseca del narcotráfico. Y acerca de la
dificultad de elaborar un estudio sobre el fenómeno del narcotráfico,
Astorga sostiene que una significación accesible es la mitología.
“La distancia entre los traficantes reales y su mundo y la
producción simbólica que habla de ellos es tan grande, que no parece
haber otra forma, actual y factible, de referirse al tema sino de manera
mitológica, cuyas antípodas estarían representadas por la codificación
jurídica y los corridos de traficantes. Así, el código empleado en este
trabajo para su retraducción tampoco escaparía a la naturaleza del mito,
en el sentido de Levi Strauss” (Astorga 1995).
Esos artefactos culturales serían, entre otros, los narcocorridos.
Forman parte del ethos: “Los corridos de traficantes son solo una parte de
un universo simbólico que crea y recrea las visiones éticas y estéticas de
ciertos grupos sociales”, es decir: “Los corridos son una vía indirecta para
explorar su código ético y su mitología” (Astorga, 1995).
Espacio y habitus
Los espacios donde se registra el fenómeno del narcotráfico
revisten proclividad al desarrollo de esta actividad; es decir, los actores
sociales han asimilando roles y comportamientos que se ajustan a la
geografía del lugar, “autosuficiencia con relación al ambiente” (Parsons).
Se convierte en la fuente directa de la explotación de los recursos
(naturales y sociales) que permiten la estabilidad de ese sistema. La sierra
es un escenario clave entre las actividades ligadas a la producción de
enervantes, dada las características que ofrece, ya que “han sido zonas
con condiciones naturales propicias y una enredada orografía que han
facilitado la siembra de la amapola y la mariguana” (Córdova, 2005).
Por otra parte el ínfimo nivel de especialización en la división
social del trabajo infiere una solidaridad que cohesiona de tal forma que
hay una homogeneidad de valores y pautas de interacción social como lo
señala Durkheim en su concepto de solidaridad mecánica.
103

 
El siguiente concepto que utilizaremos en nuestro trabajo será el de
habitus de Pierre Bourdieu. Sobre el habitus es que los sujetos producirán
sus prácticas, sin embargo, los sujetos no son libres en sus elecciones. El
habitus es el principio no elegido de todas las elecciones. Es una
disposición, que se puede reactivar en conjuntos de relaciones distintos y
dar lugar a un abanico de prácticas distintas.
"Los condicionamientos asociados a una clase particular de
condiciones de existencia producen habitus, sistemas de disposiciones
duraderas y transponibles, estructuras estructuradas predispuestas a
funcionar como estructuras estructurantes, es decir, en tanto que
principios generadores y organizadores de prácticas y representaciones
que pueden estar objetivamente adaptadas a su fin sin suponer la
búsqueda consciente de fines y el dominio expreso de las operaciones
necesarias para conseguirlos, objetivamente 'reguladas' y 'regulares' sin
ser para nada el producto de la obediencia a reglas, y siendo todo esto,
objetivamente orquestadas sin ser el producto de la acción organizadora
de un jefe de orquesta" (Bourdieu, 1980).
Es decir, las condiciones sociales y estructurales, definen en buena
parte la socialidad y la elección de los actores, de alguna forma, dichas
elecciones ya han sido determinadas previamente. Por esta razón se le
refiere como el principio no elegido de todas las elecciones.
Por otra parte, Luis Astorga aduce a la teoría integracionista de la
desviación de Howard Becker (Howard S. Becker, Outsiders. Studies in
the Sociology of Deviance, New York, the Free Press, 1973), en el
sentido de cuando una etiqueta como “desviado” es tomada como valida
en sí misma, en realidad se están aceptando los valores del grupo que
hace el juicio. La desviación, dice, es una creación social. Y sostiene que
el “narco” aprende socialmente las pautas desviadas en su propio entorno
social y como gradualmente va siendo socializado en dichas reglas.
“El individuo empieza entonces a participar en una “subcultura”
organizada en torno a esa actividad. Asimila y recrea la visión que se
genera en ese mundo; se reconoce y o reconocen como miembro; su
identidad es creada y modelada a imagen y semejanza de sus colegas.
El rechazo las instituciones y reglas morales del mundo convencional
tienden a formar parte de los racionamientos que hacen los grupos
desviados de su propia práctica...” (Astorga 1995).
En las sociedades poco segmentadas o simples (premodernas,
primitivas, ágrafas), la solidaridad viene como consecuencia de la
coincidencia de individuos en las mismas aspiraciones y móviles
104

 
(semejanzas), rasgo este debido a la inexistente especialización. Otra
característica es que el derecho que norma a esta sociedad es de tipo
represivo (penal) (Durkheim 1893). A quien se revela contra las normas
se le castiga ejemplarmente, pues ofende a la comunidad. Véanse las
ejecuciones en zonas de la sierra de Sinaloa, lo que Durkheim sostiene
como elemento característico de este tipo de sociedad: la vendetta.
Sin embargo, Durkheim es consciente de que la solidaridad orgánica
perfecta es casi imposible, este motivo hace que proponga el
fortalecimiento de la densidad moral. También es posible que ambas
sociedades o tipos de solidaridad se diferencien menos en la realidad
social es decir que no están tan separados una de de la otra. Sin embargo
son categorías de análisis que nos ayudan a cualificar el nivel de
complejidad de las interacciones sociales y las pautas en la socialización
en las comunidades representativas del narcotráfico.

La identidad y la interacción social


Gilberto Gíménez sostiene que sin el concepto de identidad
“no se podría explicar la menor interacción social, porque todo
proceso de interacción implica, entre otras cosas, que los interlocutores
implicados se reconozcan recíprocamente mediante la puesta en relieve
de alguna dimensión pertinente de su identidad (Gíménez 2005).
En ese sentido agrega que “que la identidad no es más que el lado
subjetivo (o, mejor, intersubjetivo) de la cultura, la cultura interiorizada
en forma específica, distintiva y contrastiva por los actores sociales en
relación con otros actores” (Gíménez 2005), esto implica que lo subjetivo
se ve formado dentro de la propia cultura, pero a su vez es diferenciado
de los otros sujetos culturizados. Una tesis central, en Giménez:
“…la identidad se predica en sentido propio solamente de sujetos
individuales dotados de conciencia, memoria y psicología propias, y
sólo por analogía de los actores colectivos, como son los grupos, los
movimientos sociales, los partidos políticos, la comunidad nacional y,
en el caso urbano, los vecindarios, los barrios, los municipios y la
ciudad en su conjunto” (Gíménez, 2005).
Afirman Berger y Luckmann que el individuo construye
colectivamente a la sociedad, sin embargo esto no implica que afuera de
su subjetividad no exista un mundo materialmente objetivo; hacen
alusión a una dialéctica entre ambas realidades y afirman que: “ya que la
sociedad existe como realidad tanto objetiva como subjetiva, cualquier

105

 
comprensión teórica adecuada de ella debe abarcar ambos aspectos”
(Berger & Luckmann, 1944). Es decir, la sociedad se entiende como
parte de un continuo proceso dialéctico: “externalización, objetivación e
internalización”. Y puntualizan que el individuo no nace siendo miembro
de la sociedad: nace “con una predisposición hacia la socialidad, y luego
llega a ser miembro de una sociedad (Berger & Luckmann 1944)”.
En su caso, el traficante de drogas internaliza los valores y la ética
de su comportamiento. En la internalización se constituye la que será la
base de la comprensión de los semejantes y a partir de él “la aprehensión
del mundo en cuanto realidad significativa y social ((Berger &
Luckmann, 1944). Existe un proceso ontogenético por el cual se realiza:
la socialización. Al hablar de socialización hay que señalar que ésta se
encuentra en períodos. El primero es la socialización primaria, en la
niñez, y en ella el individuo se “convierte en miembro de la sociedad”.
Otro concepto clave de la socialización es el establecimiento del
“otro generalizado”, una fase decisiva. “Implica la internalización de la
sociedad en cuanto tal y de la realidad objetiva en ella establecida, y, al
mismo tiempo, el establecimiento subjetivo de una identidad coherente y
continua. La sociedad, la identidad y la realidad se cristalizan
subjetivamente en el mismo proceso de internalización. La cristalización
se corresponde con la internalización del lenguaje” (Berger &
Luckmann). Los autores dicen que el lenguaje es el instrumento más
importante de la socialización. La siguiente etapa es la socialización
secundaria, definida como la internalización de “submundos” basados en
instituciones. Su alcance y carácter se determinan por la complejidad de
la división del trabajo y la distribución social del conocimiento.
Sin embargo los submundos internalizados en esta segunda etapa
de la socialización son realidades que se contrastan con lo aprehendido
en la socialización primaria. Es aquí donde los contenidos internalizados
previamente enfrentan continuas amenazas. Esto provoca el desarrollo de
procedimientos de mantenimiento de la realidad. Y para salvaguardar
cierto grado de simetría de entre la realidad objetiva y subjetiva. Existen
dos tipos generales de mantenimiento de la realidad: mantenimiento de
rutina y mantenimiento de crisis. La socialización no es finita sino que se
sigue dando en el individuo. La identidad es un elemento clave de la
realidad subjetiva y se halla en una relación dialéctica con la sociedad.
Es decir, la identidad se forma y es producto de procesos sociales. “Una

106

 
vez que cristaliza, es mantenida, modificada o aun reformada por las
relaciones sociales” (Berger & Luckmann, 1944).
Hay un flujo dialéctico de fuerzas que se afectan unas a otras, que
actúan entre sí y se corresponden, se construyen y reconstruyen, se
mantienen o se reemplazan, y el resultante es una mezcla donde lo
objetivo y subjetivo han cristalizado en el ser del ente social, la identidad
y el mundo. La estructura social de las comunidades serranas ligadas al
narcotráfico permea a los actores, pero son los actores quienes se
construyen a sí mismos, van cristalizando a través de la socialización de
los valores y la ética, los símbolos y significados, las significaciones y la
identidad del ser y el saberse narco.
El símbolo del bandolero como modelo en la ética del
narcotraficante es fiel a la realidad social de la que fue construido. Es el
caso de Malverde. La sobrevivencia de este icono del narco y su
permanencia se pueden entender en relación con la compleja construcción
de un fenómeno histórico y sociocultural que implica, entre otros factores
y aspectos, acciones individuales y colectivas, grupales y sociales, actos
de resistencia, de sobrevivencia, agresiones y desviaciones sociales
diversas, en una sociedad donde sigue gravitando un amplio mundo de
transgresiones populares, sociales e institucionales. Dice Hobsbawm
(1972): “el bandolerismo como expresión de (la) resistencia colectiva ha
sido muy común en la historia, sobre todo porque, en estas circunstancias,
disfruta de considerable apoyo por parte de todos los elementos de su
sociedad tradicional, incluso de quienes tienes el poder”.
BIBLIOGRAFIA
Astorga, Luis (1995). Mitología del narcotraficante en México. México. Plaza
y Valdes
Berger, Peter y Luckmann, Thomas (1994). La construcción social de la
realidad. Argentina. Amorrortu.
Cordova, Nery (2005). La narcocultura: simbología, transgresión y medios
de comunicación. Tesis de doctorado. UNAM.
Durkheim, Emilio. (1992). La división del trabajo social. México, Ed. Colofón.
Geertz, Clifford. (1973). La interpretación de las culturas. Barcelona. Gedisa.
Giddens, Anthony. (1989). Sociología. México, Editorial Alianza.
Giménez, Gilberto (2005). La cultura como identidad….
http://vinculación.conaculta.gob.mx/capacitacióncultural/b_virtual/tercer/
Goffman, Erving. (1959). La presentación de la persona en la vida
cotidiana. Buenos Aires. Amorrortu.
Hobsbawm, Eric. (1972). Bandidos. Barcelona. Editorial Crítica.
107

 
LA SOCIALIZACION en el bachillerato

Yolanda Jacqueline ORTEGA AYÓN♣


                                                            

Estudió la licenciatura en Comunicación. Integrante de la Maestría en Ciencias
Sociales de la Facultad.
108

 
Las investigaciones sobre el aprovechamiento escolar ofrecen
diversas explicaciones acerca de su comportamiento. Algunas constituyen
reseñas muy precisas respecto de las situaciones de enseñanza-
aprendizaje; otras son estudios exploratorios orientados a la identificación
de los factores que inciden en el aprovechamiento y, son precisamente
éstos los que proporcionan una explicación coherente acerca de la
influencia de los factores que se supone están asociados con las
variaciones del aprovechamiento escolar. Los retos actuales del
rendimiento escolar, sus costos sociales y económicos, obliga a replantear
los estudios hacia nuevas variables que forman parte del ambiente
escolar, en este caso particular, de los jóvenes de preparatoria.
En este trabajo tomamos como unidad de análisis los espacios
organizativos de los centros educativos, que constituyen la principal
forma de asociación de los jóvenes. Estos espacios son llenados por
múltiples organizaciones; surgen en un territorio común y cobran
importancia por sus funciones y su capacidad de generar identidades
propias, que se expresan culturalmente. Y buscamos explicar de manera
asertiva cómo la “socialización” y los agentes socializadores inciden en el
rendimiento escolar de los preparatorianos.
Entre la educación impartida y los medios masivos, en particular
Internet, en ocasiones se contraponen provocando que los estudiantes de
bachillerato vean afectados sus resultados educativos. Los valores que
fundamentan la percepción individual definen las acciones a realizar. Se
puede asumir que todo está interrelacionado. Así, la apreciación y
desenvolvimiento en sociedad se ha modificado en relación al entorno y
al referente previo que se posea. En lo concerniente a la formación debe
verse en su unidad: toda formación implica un desarrollo y a su vez éste
conduce a una demanda de una formación superior; por ello el perfil del
estudiante, ya sea activo o pasivo, delimitará su actividad escolar. El
rendimiento académico es un indicador obviamente del nivel de
aprendizaje alcanzado. Intervienen variables externas al sujeto: calidad
del maestro, ambiente de clase, familia, programa educativo. Y variables
psicológicas o internas: actitud hacia la asignatura, inteligencia,
personalidad, autoconcepto del estudiante, motivación. En suma, el
rendimiento académico depende de la situación material y social, que
deben ser tomadas en cuenta al evaluar el nivel de aprendizaje.

109

 
¿En qué consiste el proceso de socialización? Como relación
amplia y coherente de un individuo en el mundo objetivo de una sociedad
o en un sector, implica un proceso de interacción con otros miembros de
la sociedad, en el que los individuos se adaptan sin violar los roles
previamente establecidos.
Por mor de la socialización se aprenden los modelos culturales de
la sociedad; son asimilados e internalizados, para convertirlos en las
propias reglas personales de vida. En este caso, el estudiante interactúa
con su entorno social y escolar, tanto con personas cercanas o autoridades
(padres y maestros), como con sus pares (otros estudiantes) y adquiere
valores, necesidades materiales y afectivas, estilos de vida, roles.
El individuo aprende de inicio por imitación e intuición, pero se
necesita que las relaciones humanas se establezcan a través de la
comunicación. “El individuo no nace miembro de una sociedad: nace
con una predisposición hacia la sociabilidad, y luego llega a ser miembro
de una sociedad” (Berger y Luckman, 1968). Requiere de agencias
socializadoras que lo ayuden a insertarse en la sociedad. Primero en la
familia y como socialización primaria ocurre la comunicación. El
individuo se adapta y convive con quienes lo rodean. La realidad social
de la familia se impone junto con los estándares de participación,
represión, diálogo y tolerancia. En un principio el niño lo único que
conoce es lo que se le ha enseñado en el entorno familiar; al mismo
tiempo, aprende a establecer su rol, a realizarse en presencia de otros, a
internalizarlos y apropiarse de ellos. A través de la identificación con los
otros significantes se vuelve capaz de identificarse a sí mismo: poco a
poco y sin saberlo, subrepticia pero realmente, va adquiriendo los rasgos
potenciales de una identidad. En la percepción individual, la familia con
el paso del tiempo se va modificando, ya no es completamente cerrada y
sus facultades en la formación se van trasladando a otros agentes
socializadores, como la escuela y los medios.
Basándose en estas teorías y relacionándolas con el universo de la
enseñanza media superior se puede observar que la adolescencia es una
etapa en la cual empieza a existir un pensamiento lógico formal, cuando
es posible pensar en ideas y abstracciones y no sólo en objetos reales y
tangibles. Al haber una intersubjetividad y al entrar en contacto con otras
subjetividades, el vínculo entre individuo y sociedad permite un cambio
interno hacia el análisis y la reflexión. Las ideas y el pensamiento hacen
posible el intercambio de opiniones, las discusiones entre compañeros de

110

 
clase, sus iguales, o bien entre miembros de distintas jerarquías como los
maestros y, desde luego, los padres. Y no existe sólo armonía; también se
da una “relación de lucha y conflicto” (Weber, 1964).
La familia, la escuela y la iglesia han sido las instituciones
socializadoras por excelencia. Ellas han tenido a su cargo –entre otros
muchos asuntos- la misión de formar a niños y jóvenes en deberes y
derechos y les han ayudado a diferenciar entre lo que es socialmente
aceptable y lo que no lo es; entre lo que pueden hacer y lo que deben
evitar; entre sus libertades y sus limitaciones; entre lo bueno y lo malo,
creando códigos deontológicos que en cierto modo han regido la
conducta social. Pero esta actividad formativa de esas instituciones no ha
quedado exenta de fuertes críticas. Algunos autores, especialmente los
insertos en la corriente marxista --como Antonio Gramsci, Louis
Althusser y Michel Foucault, cuyo pensamiento tuvo gran influencia
tanto en Europa como en América Latina--, califican a dichas
instituciones como “aparatos ideológicos de Estado”, que tienden a
reforzar el status quo y la ideología dominante del Estado capitalista. En
México, Javier Esteinou ha sido uno de los investigadores críticos que
más ha trabajado dentro de esta corriente de pensamiento en relación con
los medios de comunicación (Corona, M.A., 1998).
--Resocialización y cambios
En este contexto, nos referimos, retomando a Weber, a la temática
de la acción social, entendida como “toda acción orientada en un sentido,
el cual está referido a las acciones de los otros” (Weber; 1964); de modo
que la manera mediante la cual los demás afectan al individuo como tal,
hacen que modifiquen su perspectiva interna, su realidad subjetiva. La
motivación de la acción social es el “sentido mentado” del individuo.
La socialización secundaria requiere la adquisición de vocabularios
específicos de “roles”, lo que significa la internalización de campos
semánticos que estructuran interpretaciones y comportamientos de rutina
dentro de un área institucional. Al mismo tiempo se adquieren
“comprensiones tácitas”, evaluaciones y coloraciones afectivas de estos
campos semánticos. Los “submundos” internalizados en la socialización
secundaria son en general realidades parciales que contrastan con el
“mundo de base” adquirido en la socialización primaria. Sin embargo,
también ellos constituyen realidades más o menos coherentes, con
componentes normativos, afectivos y cognoscitivos (Berger y Luckman;
1968). Esta socialización nace de la necesidad de ampliar el grupo del
111

 
cual somos parte, proporcionando más representaciones, no sólo como
hijo o hermano, y ampliar el espectro para ser estudiante, novio,
trabajador, televidente, usuario de internet, público.
La identidad es elemento clave en la realidad subjetiva. Es la
identificación, la empatía con algo, con sus reglas, la que pone en práctica
el individuo. “Se forma por procesos sociales, se halla en relación
dialéctica con la sociedad”. En casos individuales se pueden llegar a
mostrar distintos “tipos de identidad” y son las estructuras de
plausibilidad las que las forman, en tanto que comparten historia. Debido
a que no hay una completa socialización se puede llegar a re-socializar:
interpretar el pasado a través del presente. Por ello se debe considerar a la
identidad y a todos los factores, ya sean objetivos o subjetivos, que
intervienen en el desempeño escolar.
--Socialización en la escuela
A medida que el niño crece la escuela comienza a transformarse en
el centro de su vida social, en un espacio que origina una nueva
sociabilidad y una lógica propias. Según Durkheim (1975) se establece
una correlación entre socialización y escuela: “la educación cumple la
función de integrar a los miembros de una sociedad por medio de pautas
de comportamiento comunes, a las que no podría haber accedido de
forma espontánea”. Mediante la escuela como institución, el individuo
adquiere nuevas pautas de conducta, que son comunes con las de sus
compañeros y que le permiten insertarse en la sociedad. La escuela
resulta primordial, pues permite construir no sólo una subjetividad, sino
una intersubjetividad en la interacción cotidiana.
Si formar una persona es el objeto de la educación, y si educar es
socializar, es posible individualizar socializando (Durkheim 1975). La
experiencia escolar hace que la importancia socializadora que se
constituye en la escuela permita promover y reforzar la cultura. El clima
escolar y las relaciones sociales entre alumnos y maestros, suelen ser
decisivos en la formación y el aprendizaje.
La escuela plantea una norma, un parámetro que los que asisten a
ella deben cumplir. Por tanto, el fracaso escolar se instaura cuando
alguien no puede adaptarse a los requerimientos que la escuela demanda.
Esto no pone sólo en evidencia las carencias de los alumnos sino las de la
misma institución, para abordar la diversidad de situaciones que los que
aprenden plantean (Dabas, 1998). Y la totalidad de nuestros
conocimientos los vamos adquiriendo con experiencias propias, aunadas
112

 
al papel de la escuela; la socialización en el ambiente escolar es básica,
así como la subjetividad que llegamos a construir, aun cuando no siempre
sea la adecuada. El modo en que se realiza esta “socialización” no es a
través de los contenidos, sino mediante las prácticas escolares.
Socialización en los medios masivos
La comunicación es intrínseca al ser humano. Facilita el
intercambio de conocimientos, experiencias, y para que este proceso se
realice se requiere un canal mediante el cual se difunda el mensaje.
“Las realidades sociales varían a través del tiempo y el espacio”
(Berger y Luckman; 1968). En la actualidad, se observa cómo a partir de
que la tecnología se ha convertido en algo prioritario en la cotidianidad
de las personas, modifican su construcción social de la realidad, se
establecen nuevos roles, conceptos, actividades que van produciendo una
“internalización” para que se sea parte de la sociedad. Los medios de
comunicación se han llegado a convertir en agencias de socialización,
cuyos adeptos se incrementan día a día; los medios electrónicos tienen
gran incidencia en la educación, información y entretenimiento.
En estos tiempos de la modernización, los roles pierden
importancia social con la llegada de nuevas tecnologías que facilitan el
desempeño de actividades domésticas, por ejemplo. El tiempo libre se
puede utilizar para hacer otras actividades que fomenten la recreación y el
pensamiento propio. El estilo de vida es alterado, antes para difundir una
noticia se tardaban meses. Ahora las nuevas tecnologías de la
información, los transportes y las comunicaciones permiten el
funcionamiento y la interacción de manera instantánea. Se economiza
tiempo, se optimiza esfuerzo, pero en contra de la modernización en
ocasiones y bajo las perspectivas de los detractores del cambio, se
sacrifica calidad por cantidad. Definitivamente el cambio modifica el
modo de vida de la sociedad.
Un hecho fuera de discusión hoy día es que en el mundo actual los
medios de comunicación han alcanzado una difusión sin precedentes. Los
diarios, las revistas, el cine, la radio y, sobre todo, la televisión, son
usados por una cantidad muy significativa y creciente de personas para
satisfacer, principalmente, las necesidades de información y
entretenimiento, dedicando un número muy grande de horas a ver,
escuchar o leer los mensajes. Respecto de los niños, se ha dicho que al
cabo del año están más tiempo frente al televisor que frente al maestro en
el aula. Tal situación tiene un claro efecto socializador, planteándose que
113

 
una buena parte de la construcción social de la realidad está determinada
por los medios de comunicación masiva.
Se puede considerar que muchos de los rasgos atribuidos a los
jóvenes indican un exceso de expectativas desagradables. Tienen más
miedos, preocupaciones y ansiedad debido al ambiente en que se
desenvuelven. Por ello buscan satisfacer su necesidad de verse como
alguien mejor, tener aceptación social, aunque en función de eso cambie
sus valores y su forma de ser. El individuo que se encuentra en conflicto
con su cultura busca adaptarse a alguna que se acerque más a sus
necesidades. Es ahí donde el papel socializador de los medios tiene
mayor influencia en los estudiantes de preparatoria. Si no se es
suficientemente reflexivo pueden llegar a convertirse en seres de
pensamiento colectivo, pero con ego individualista, incapaces de mirarse
o entenderse social y colectivamente, ya que se vende la filosofía de ser
una persona única y exitosa, sin tomar en cuenta que a todos se transmite
esa misma ideología.
La educación ha incorporado el uso de tecnologías como apoyo
para la impartición de los cursos. Estudiantes y maestros utilizan Internet
para buscar información, generalmente investigar sobre cualquier tema
que requieran. En el caso de los jóvenes, el objetivo de búsqueda de
información en la red pierde importancia en favor del interés que
manifiestan por chatear, la realización de sitios de álbumes fotográficos
virtuales (blogs), la inclinación por los juegos y la música; en general, los
jóvenes bachilleres buscan relacionarse y conectarse con otras personas.
Navegar por internet aporta indudables beneficios, tanto a nivel
individual como grupal, pero también Internet trasmite contenidos ilícitos
y nocivos e incluso facilita en ocasiones acciones delincuenciales. Es
necesario investigar los factores que intervienen en el aprovechamiento
escolar, para asegurarse que el bajo aprovechamiento no se deba a
conflictos de uso disfuncional de las tecnologías.
Conclusiones
Al estudiar acerca de la socialización que se da en los estudiantes y
como las distintas agencias llegan a afectar su perspectiva e identidad, es
necesario reconocer que la preparatoria es un espacio que estimula la
participación autónoma; y que las necesidades de los estudiantes se ven
satisfechas a manera de convivencia, desarrollo de capacidades de
interrelación con otros individuos, formación y adaptación de nuevas
ideas. Aunadas con la formación que reciben, mediante los medios de
114

 
comunicación masiva crean una conciencia colectiva que permite que se
adapten a nuevos roles en un mundo productivo y social. Y hacen posible
que se construya un pensamiento, distintos papeles, nuevas capacidades,
valores, vocaciones y asumir nuevos y posibles escenarios futuros.
Actualmente, cuando se van modificando los antiguos modelos
educativos en los cuales “el maestro decía y los alumnos escuchaban”,
estamos frente a un modelo en que la construcción del conocimiento se
permite mediante una retroalimentación continua. Cada vez es más
importante profundizar en el papel de la subjetividad de los individuos.
La educación debe ser concebida de forma que el estudiante se
desenvuelva como persona, fomente su espíritu crítico y se favorezca el
desarrollo de la creatividad. Debe ser un proceso donde se complemente
la explicación y la comprensión del mundo social.
Por ello se requiere desarrollar las capacidades analíticas de vivir
en una sociedad con todos los aspectos que lo caracterizan, en la
educación como un fenómeno global y la subjetividad a la que cada
individuo está sujeto al vivir en sociedad.

BIBLIOGRAFÍA

Berger, Peter y Thomas Luckman (1968) La construcción social de la


realidad, Amorrortu. Buenos Aires.
Dabas, Elina (1998), Redes sociales, familias y escuela, Paidós,
Argentina.
Durkheim, Emilio (1975), Educación y Sociología. Colofón, México
Gómez Palacio, Carlos (1998), Comunicación y Educación en la era
digital retos y oportunidades, Diana, México.
Nisbet, Robert, et al (1979), Cambio social, Alianza Editorial, Madrid.
Stagner, Ross (1974) Psicología de la personalidad, Trillas. México.
Weber, Max. (1964) Economía y Sociedad. Esbozo de sociología
comprensiva. FCE, México.

115

 
LA LECTURA y el aprendizaje significativo

Loyda Ángela TIRADO RAYGOZA♥

Resumen

                                                            

Egresada de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UAS. El presente
trabajo forma parte de un proyecto de investigación más amplio, como parte del
programa que como estudiante cursa en la Maestría en Ciencias Sociales.
116

 
En este proyecto buscamos alcanzar un triple propósito: formular
un marco teórico específico sobre el proceso de la lectura y su inclusión
en los procesos de enseñanza y aprendizaje; examinar los aspectos
teóricos y conceptuales que fundamentan la comprensión lectora, y
explicar las implicaciones que tiene la comprensión de textos en la
adquisición y construcción del aprendizaje significativo.
Introducción
Para la elaboración de un marco teórico específico que permita
explicar la relación entre el proceso de la lectura, la comprensión de
textos y el aprendizaje significativo realizamos una básica revisión
bibliográfica, orientada a recuperar las aportaciones teóricas clásicas y
valorar los planteamientos actuales en torno a la lectura y el aprendizaje.
En lo referente a la lectura se consideraron las concepciones de Cassany,
Garrido, Smith, Goodman, Gómez Palacio, Coll, Carrión Fos, entre otros.
Y respecto de la comprensión e interpretación nos basamos en Kaufman,
Vega, Kintsche y Van Dijk. Y para la exploración del aprendizaje
significativo partimos de Ontoria, Ausubel, Novak, Freire.
Si bien nuestra postura general de cierto modo es ecléctica, se hace
hincapié en los rasgos teóricos de los enfoques metodológicos que
articulan el proceso de la lectura, la comprensión e interpretación de
textos y el aprendizaje significativo. Con el escrutinio de estas
concepciones y procesos se procura tomar conciencia de los mecanismos
que intervienen en la comprensión y su inclusión en el aprendizaje
significativo, que ha de tener espacio en el marco normativo y curricular
de cualquier sistema de enseñanza.
--Estudios previos sobre lectura y comprensión lectora
Son muchas las voces que en las últimas décadas se han levantado
para señalar que la lectura es un proceso mediante el cual el lector
construye significados mientras interactúa con el texto. Smith (1989) ha
señalado que “la lectura no es una actividad pasiva sino que involucra
variados y complejos procesos intelectuales”. Cooper (1986) asegura que
la comprensión se basa en la idea de que el lector interactúa con el texto e
interrelaciona las ideas del mismo con sus experiencias previas para así
elaborar el significado. Goodman sostiene que la lectura es una
“conducta inteligente” y el cerebro el centro de la actividad
intelectual. Los autores expresan el punto de vista de la psicolingüística
y la didáctica sobre la lectura, vista como eminentemente intelectual.

117

 
Otras investigaciones han pretendido mostrar a la lectura como un
proceso de interacción compleja entre el lector y el texto. Soslayando la
lectura como un producto de inteligencia o de percepción, Colomer y
Camps (1996) la ubica como un proceso psicológico específico, formado
habilidades desarrollables a partir de un cierto grado de maduración de
cada una de ellas: leer significa comprender en el sentido de que se trata
de un proceso complejo, de apoderarse de algunas ideas contenidas en el
texto y de asociar esas ideas con las que ya se poseían.
Clemente y Domínguez (1999) definían a la lectura "como una
actividad múltiple, compleja y sofisticada, que exigía coordinar una
serie de procesos de diversa índole, siendo la mayoría de ellos
automáticos y no conscientes para el lector". Distinguían entre
microprocesos (procesos de bajo nivel) y macroprocesos (procesos de
alto nivel) que estaban implícitos en la comprensión del texto.
Afirmaban que después de la identificación de las palabras,
intervenían otras habilidades (construir proposiciones, ordenar ideas,
relacionarlas entre ellas y comprender el significado global del texto).
No obstante, desde entonces, las concepciones acerca de la
lectura han recorrido un largo camino, tanto desde la lingüística
como de la psicología: los estudios sobre los usos de la lengua y las
funciones psíquicas superiores han arrojado mucha luz sobre el
proceso de la lectura. Ésta ya no se ve más como un simple proceso
psicológico específico, sino que, desde el punto de vista de la
psicología cognitiva, se trata de uno de los procesos generales de
representación de la realidad con que cuentan los seres humanos.
Recientemente, empezó a circular una buena cantidad de
publicaciones en torno a la nueva forma de entender el proceso de
lectura. Y varios de esos estudios parten de una misma
preocupación: la interacción entre el lector y el texto. Los estudios
centran su atención en las estrategias de lectura: a) la utilización de los
conocimientos previos y su relación con el texto; b) la comprensión del
propósito de la lectura; c) la realización de inferencias, hipótesis,
predicciones, interpretaciones y comprobaciones en el transcurso de la
lectura; d) la capacidad, al finalizar la lectura, de recordarla, resumirla e
integrarla a los propios esquemas de conocimiento.
Para Lomas (1999) "la investigación sobre la lectura se ha
encaminado a la descripción pormenorizada de lo que el lector tiene que
saber y saber hacer para leer un texto". Esto supone conocimiento sobre
118

 
la lengua, actitudes e intereses del lector, inferencias, indicación de ideas
principales, predicciones, estrategias para resolver la pérdida de la
comprensión, entre otras. Para otros, como Van Dijk y Kintsch (1983), la
atención se ha centrado en la descripción de los procesos cognitivos que
subyacen a la comprensión en las diferentes estrategias que utilizan los
alumnos en la construcción del significado.
El proceso de la lectura empieza antes de ver el texto físicamente.
En realidad principia cuando el lector comienza a planear su lectura ya
que es el momento en que surgen sus expectativas sobre lo que va a leer.
El lector piensa en su objetivo, el tema, el tipo de texto, lo que busca, las
posibilidades que el texto le ofrece; se plantea asimismo la razón por la
que va a leer. Esto significa que " antes de leer el texto podamos anticipar
hipótesis" sobre él (Cassany, Luna y Sáenz, 1994). Smith (1989) destacan
la importancia del conocimiento previo o del mundo del lector para que
se produzca la lectura eficaz. No sólo en la lectura sino en cualquier
proceso de aprendizaje humano, únicamente podemos dar sentido al
mundo a partir de lo que ya conocemos.
Smith, basándose en estudios científicos sobre el proceso de la
percepción visual y del desarrollo del conocimiento, deja claro que
cualquier aprendizaje humano tiene como base, nuestra teoría interna del
mundo y sobre ella se conforma y desarrolla toda la estructura cognitiva.
En consonancia, Grellet (1981) aborda la enseñanza de la destreza lectora
proponiendo ejercicios y materiales para estimular el desarrollo de la
lectura como un proceso autónomo y activo, intentando entrenar al
alumno en estrategias que van desde las actividades de predicción e
inferencia, previas a la lectura, a las de análisis e interpretación más
detalladas. En síntesis, los especialistas de la materia hoy en día tienen
como una de sus mayores preocupaciones: explicar el proceso de la
comprensión de la lectura.
--El proceso y las estrategias de la comprensión lectora
Al leer un texto, la mente realiza un conjunto muy diverso y
complejo de operaciones mentales. Cada una de estas operaciones está
constituida, a su vez, por otros componentes y procesos que han sido
objeto de investigación durante las últimas décadas. García (1993)
presenta la comprensión de un texto como un procesamiento ascendente
de información, que va desde los estímulos gráficos a la interpretación
del significado del texto, y parece que para que se originen procesos

119

 
superiores es preciso que se produzcan previamente algún tipo de
procesamiento en los niveles inferiores.
Para Emilio García no basta el reconocimiento y decodificación de
signos gráficos o letras escritas (procesamiento perceptivo visual) y la
identificación fonológicas de palabras (procesamiento fonológico) y lo
que éstas significan (procesamiento léxico) para entender el proceso de la
comprensión lectora. Estas operaciones aunque necesarias, no son
suficientes para alcanzar una lectura comprensiva. Se requiere también
poner en juego conocimientos de tipo sintáctico que ponen en relación las
palabras, constituyendo unidades mayores como las oraciones y frases
con una determinada estructura y no otra (procesamiento léxico).
Además, el lector tiene que comprender el significado de la oración
y el mensaje (procesamiento semántico) y el contenido del texto
integrándolo con los conocimientos previos del sujeto (procesamiento
textual). Para que con la integración de todas las informaciones
disponibles, el lector, logre construir una representación semántica propia
del texto (interpretación del texto). Como se aprecia, la actividad lectora
implica una interacción muy compleja entre diversos procesos receptivos,
cognitivos y lingüísticos en el lector, y una interacción entre lector con su
información previa, conocimientos, esquemas, objetivos, expectativas y
la información dada del texto.
Este proceso interactivo no avanza en secuencia lineal desde los
niveles perceptivos visuales hasta la interpretación global del texto. Por el
contrario, el lector experto infiere información desde varios niveles,
integrando información perceptiva visual, léxica, sintáctica, semántica y
plasmática. Esta explicación del proceso de comprensión lectora enfatiza
la idea de que el lector interactúa con el texto y relaciona las ideas del
mismo con sus experiencias previas para así elaborar el significado.
Por otra parte, al leer hacemos uso de estrategias. De acuerdo con
Poggioli (1989): “Una estrategia es un plan de acción para lograr un
objetivo”. En el dominio de la cognición se han distinguido dos grandes
tipos de estrategias: cognitivas y metacognitivas. De acuerdo con Brown
y Campione (1988), las estrategias cognitivas constituyen métodos o
procedimientos mentales para adquirir, elaborar, organizar, utilizar
información, resolviendo los problemas y tomando decisiones adecuadas
ante las exigencias que se plantean; mientras que las estrategias
metacognitivas son procedimientos relacionados con la planificación,
supervisión y evaluación de los procesos cognitivos.
120

 
Uno de los factores que condicionan la comprensión son los
procesos cognitivos y metacognitivos que el sujeto realiza a leer. Tales
procesos requieren distintos grados de conciencia, atención, planificación
y control por parte del sujeto. Así, normalmente, los componentes
fonológicos, léxicos y sintácticos se producen automáticamente, ajenos a
la conciencia de lector; mientras que los niveles de comprensión de
enunciados de interpretación de textos exigen más recursos cognitivos.
Cuando se lee un texto se ejecutan muchas operaciones mentales y
para poder alcanzar el significado del texto es necesario que una parte de
tales operaciones pasen desapercibidas al sujeto y sin exigirle recursos
atencionales. Parece como si ciertos niveles de procesamiento operasen
de forma casi automática, lo cual posibilitaría, dadas las limitaciones de
nuestra capacidad de procesamiento y de memoria operativa, dedicar los
recursos a los niveles superiores, más conscientes y reflexivos.
La lectura es una actividad estratégica. El buen lector pone en
juego procedimientos o estrategias para obtener un resultado. Tales
estrategias o destrezas son susceptibles de ser mejoradas, de convertirse
en objeto de proceso de enseñanza-aprendizaje, para optimizar los niveles
de comprensión. Si la comprensión es la meta de la actividad lectora es
importante que los lectores evalúen si se está logrando. Por ejemplo, un
lector experto planifica la actividad lectora, es selectivo al dirigir su
atención a los diversos aspectos del texto, supervisa su propia
comprensión, y afina progresivamente la interpretación del texto.
--Concepción cognitiva y aprendizaje significativo
El aprendizaje es un proceso de desarrollo de estructuras
cognitivas. De acuerdo con Ausubel una estructura cognitiva es una
“construcción hipotética”, es decir una entidad brinda una explicación
para determinados comportamientos. Y según Ontoria, se usan “para
designar el comportamiento de un tema determinado y su organización
clara y estable, y esta conexión con el tipo de conocimiento, su amplitud
y su grado de organización”.
Para Ausubel la estructura cognitiva de una persona es el factor
que decide el grado de significación del material nuevo y de su
adquisición y retención. Ontoria afirma: “las ideas nuevas solo pueden
aprenderse y retenerse útilmente si se refieren a conceptos o proporciones
ya disponibles que proporcionan las anclas conceptuales. La potenciación
de la estructura cognitiva del alumno facilita la adquisición y retención de
conocimientos nuevos” (p.38). Si el nuevo material entra en conflicto con
121

 
la estructura cognitiva o si no se conecta con ella, la información no
puede ser incorporada ni retenida. El lector debe reflexionar activamente
sobre el material nuevo, pensando en enlaces y semejanzas, y
reconciliando diferencias o discrepancias con la información existente.
La formación y el desarrollo de la estructura cognitiva depende del
modo como son percibidos los aspectos psicológicos del mundo personal,
físico y social. Incluso las motivaciones dependen de la estructura
cognitiva y un cambio de motivación implica un cambio de estructura
cognitiva. Dice Ontoria (1987): “los cambios que se producen en la
estructura cognitiva provienen por las alteraciones en la misma estructura
y por la fuerza de las necesidades, motivaciones, deseos, tensiones,
aspiraciones”. En la perspectiva cognitiva, aprender implica atribuirle un
significado, construir una representación mental del mismo. Constituye,
pues, un proceso reflexivo, que trata de una incorporación consciente y
responsable de hechos, conceptos, situaciones, experiencias, etc., lo que
además potencializa el desarrollo de diferentes actitudes (crítica y toma
de decisiones) y procesos (reflexión, asimilación e interiorización).
Por ello, cuando se habla de la actividad mental del alumno, se está
aludiendo al hecho de que éste construye significados, modelos o
representaciones mentales de los contenidos a aprender. En esta selección
y organización de la información en el establecimiento de relaciones hay
un elemento imprescindible: el conocimiento previo que el alumno posee
en el momento de iniciar el aprendizaje. Según Coll (1998): “cuando el
alumno se enfrenta a un nuevo contenido a aprender, lo hace a partir de
una serie de conceptos, representaciones y conocimientos, adquiridos en
el transcurso de sus experiencias previas, que utiliza como referente de
lectura e interpretación y que determina qué informaciones seleccionará,
cómo las organizará y qué tipos de relaciones establecerá entre ellas”.
La importancia del conocimiento previo en la realización de
nuevos aprendizajes es un principio aceptado en la actualidad, pero han
sido sobretodo Ausubel, Novak y Hanesian quienes más han contribuido
a popularizarlo con sus trabajos sobre el aprendizaje significativo. Al
respecto, estos autores plantean dos condiciones como las necesarias para
que un alumno pueda llevar acabo aprendizajes significativos (1998):
El contenido debe ser potencialmente significativo, tanto desde el
punto de vista de su estructura interna -significación lógica, que exige
que el material de aprendizaje sea relevante y tenga una organización
clara-, como desde la posibilidad de asimilarlo -significación psicológica,
122

 
que requiere la existencia, en la estructura cognoscitiva del alumno, de
elementos pertinentes y vinculados con el material de aprendizaje-.
El alumno debe tener una disposición favorable para aprender
significativamente; es decir, debe estar motivado para relacionar el nuevo
material de aprendizaje con lo que ya sabe. Esta segunda condición
subraya la importancia de los factores motivacionales.
Aunque el material de aprendizaje sea en potencia significativo,
lógica y psicológicamente, si el estudiante tiene una disposición a
memorizarlo repetitivamente, no lo relacionará con sus conocimientos
previos y no construirá nuevos significados. Por otra parte, el mayor o
menor grado de significación del aprendizaje dependerá en parte de la
fuerza de esta tendencia a aprender significativamente: el alumno puede
conformarse con establecer relaciones más bien puntuales entre sus
conocimientos previos y el nuevo material de aprendizaje o puede, por el
contrario, tratar de buscar el mayor número de relaciones posibles.
En estas condiciones intervienen elementos que corresponden no
sólo a los alumnos -el conocimiento previo-, sino también al contenido
del aprendizaje -organización interna y relevancia- y al profesor -que
tiene la responsabilidad de ayudar con su intervención al establecimiento
de relaciones entre el conocimiento previo de los alumnos y el nuevo
material de aprendizaje-. El hecho interesante a destacar es que en la
propia definición del concepto de aprendizaje significativo encontramos
los tres elementos implicados en el proceso de construcción del
conocimiento en la escuela: el alumno, el contenido y el profesor.
El aprendizaje va a ser más o menos significativo en función de las
interrelaciones que se establezcan entre estos tres elementos y de lo que
aporta cada uno de ellos -alumno, contenido y profesor- al proceso de
aprendizaje. Aunque el alumno es el responsable último del aprendizaje,
puesto que es quien construye o no los significados, es imposible
entender el proceso mismo de construcción al margen del contenido a
aprender y de los esfuerzos del profesor por conseguir que el alumno
construya significados relacionados con dicho contenido.
Para Novak y Gown (1998:73), “en el aprendizaje memorístico, la
información nueva no se asocia con conceptos existentes en la estructura
cognitiva y, por tanto, se produce una interacción mínima o nula entre la
información recientemente adquirida y la ya almacenada”. Instruidos a
través de una enseñanza memorística, los alumnos no tienen intenciones
de asociar el nuevo conocimiento con la estructura de conocimientos que
123

 
ya posee en su estructura cognitiva. Se produce pues, una memorización
mecánica o repetitiva de datos, hechos o conceptos.
Caso contrario, el aprendizaje significativo, tiene lugar cuando se
intenta dar sentido o establecer relaciones entre los nuevos conceptos o
nueva información y los conceptos y conocimientos existentes. Así, el
alumno construye su propio conocimiento, y además está interesado y
decidido a aprender. A diferencia del aprendizaje memorístico, donde la
incorporación de los nuevos conocimientos se produce de forma arbitraria
sin relación alguna con la experiencia, el aprendizaje busca incorporar de
forma sustantiva la nueva información a la estructura cognitiva del
alumno sosteniendo una estrecha relación con la experiencia y afectividad
del educando. En Ausubel lo trascendente del aprendizaje significativo
consiste en que los pensamientos expresados simbólicamente de modo no
arbitrario, se unen a los conocimientos ya existentes en el sujeto.
La clave del aprendizaje significativo estriba en relacionar el nuevo
material con las ideas ya existentes en la estructura cognitiva del alumno.
Por tanto, la eficacia está en función de su significatividad. No obstante,
su adquisición requiere ciertas condiciones. El material debe ser
potencialmente significativo: que el material de aprendizaje pueda ser
puesto en conexión objetivamente con la estructura cognitiva de un
determinado individuo. “El nuevo material debe permitir una relación
intencionada y sustancial con los conocimientos e ideas de los alumnos”
(Ausubel, 1998). Por “relación sustancia” debe entenderse la relación que
se establece con algún aspecto específicamente relevante de la estructura
cognitiva del alumno, como alguna imagen, símbolo ya significativo, un
concepto o proposición. Se trata de la relación que se establece con
sentido y significado de las estructuras previas.
Otro de los requisitos básicos que sustentan la enseñanza lo
constituye la significatividad psicológica del material, es decir, que este
pueda, significar algo para el alumno y le lleve a tomar la decisión
intencionada de relacionarlo con sus propios conocimientos. “El material
tiene potencial de significatividad psicológica cuando puede conectarse
con algún conocimiento previo del alumno en el proceso de aprendizaje
significativo” (Ausubel et. al., 1998). Se puede decir, entonces, que la
significatividad psicológica supone una disponibilidad en relación a los
contenidos relevantes de las estructuras cognitivas de los diferentes
alumnos. En otras palabras, el alumno tendrá en su estructura cognitiva
ideas incluyentes con las cuales podrá relacionar el nuevo material.

124

 
Además del potencial de significatividad psicológica y lógica del
material, se necesita otra condición básica; una actitud favorable del
alumno para aprender significativamente, es decir, una intención de dar
sentido a lo que se aprende y se relaciona, no arbitrariamente, el nuevo
material de aprendizaje con sus conocimientos adquiridos previamente y
con los significados ya construidos. El aprendizaje significativo es el
resultado de una interacción del nuevo material o información con la
estructura cognitiva preexistente en el individuo.
Ausubel distingue, en función del grado de complejidad, tres tipos
básicos de aprendizaje significativo: aprendizaje de representaciones
(reconocimiento de signos y asignación de significado); de conceptos
(diferenciación de objetos, situaciones y propiedades de los signos); y de
preposiciones (integración de los signos en unidades mayores).
Conclusiones
La lectura es uno de los aprendizajes más importantes que
realizamos en la vida. De ella depende la adquisición de otros
aprendizajes, tanto formales como informales. También, el saber leer
guarda estrecha relación con el desarrollo del pensamiento y de las
capacidades cognitivas superiores como las reflexivas y críticas. Una
persona que aprende a leer es un individuo que aprende a desarrollar
su propio pensamiento, a profundizar en los análisis; genera ideas,
las relaciona, las analiza, las compara con otras, así como con
experiencias anteriores. Deduce, infiere y comprende.
La lectura es herramienta axial para conviertirse en ser
pensante, reflexivo, autónomo, con mayores posibilidades de
integrarse a la vida académica y laboral. Como dice Lomas, “…leer,
comprender y escribir son acciones lingüísticas, cognitivas y
socioculturales cuya utilidad trasciende el ámbito de lo escolar y de lo
académico al insertarse en los diferentes ámbitos de la vida personal y
social”. Cuando aprender a leer implica comprender, leer deviene en una
acción e instrumento útil para aprender con significación.
De acuerdo con Torres (1993): “educar en la comprensión lectora
implica estimular el desarrollo de las capacidades para recibir, interpretar,
discriminar y juzgar la información recibida”. Y dicho proceso inicia con
el conocimiento previo que aporta el lector y la información que
proporciona el material escrito. Y termina con la formulación constante
de predicciones e hipótesis que se va confirmando a partir de diversos
índices textuales–sintácticos, morfológicos, semánticos y contextuales.
125

 
Por otra parte, comprender un texto no es cuestión de todo o nada.
La comprensión siempre puede aplicarse y, además, lo que
comprendemos se relaciona con los objetivos que presiden la lectura. No
es lo mismo, leer un cuento para conocerlo, que leerlo para contestar
después unas preguntas precisas acerca del mismo o para poderlo explicar
después a otros que no lo han leído. La lectura comprende varios niveles
y responde a distintas necesidades. Y son precisamente éstas las que
determinan nuestra actitud frente a la lectura y nuestra tolerancia respecto
de posibles faltas de comprensión.
La perspectiva cognitiva, abandona la posición pasiva del profesor
como instructor o transmisor de aprendizajes, en el caso del aprendizaje
de la lectura, el maestro adopta el rol de facilitador o guía, cuyo principal
papel consiste asegurarse de que los estudiantes tengan la oportunidad de
leer. En palabras de Smith “Solo puede aprenderse a leer leyendo, la
lectura es una experiencia de vida, se aprende con la práctica” (1999:70).
Por tanto, el maestro, es quien debe propiciar las debidas situaciones para
que el alumno se sienta impulsado a leer.
Un texto escrito es significativo cuando despierta la necesidad de
responder preguntas, cuando impele a relacionar lo que ya se sabe con lo
nuevo para darle un sentido. El aprendizaje es la modificación de lo que
ya conocemos como consecuencia de atender al mundo que nos rodea. A
través de la lectura prestamos atención nueva al mundo, encontramos
nuevas preguntas y, si leemos eficazmente, encontraremos en el texto la
respuesta, es decir, se producirá la comprensión y se ampliará por tanto
nuestro conocimiento del mundo.

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127

 
DINAMICA INMOBILIARIA y vivienda en Mazatlán

Norma Rachel RODRÍGUEZ ZAMUDIO♥


                                                            

Licenciada en Comunicación por la Universidad de Durango. Estudiante de la
Maestría en Ciencias Sociales. Este trabajo forma parte de un proyecto más
amplio: “Los desarrollos inmobiliarios de Mazatlán en la estrategia del
desarrollo sostenible que exigen los mercados globales”.
128

 
Introducción
La tendencia de las prácticas urbanas en cuestión de habitabilidad
que se observan a nivel local reflejan por un lado la urgencia de obtener
seguridad a toda costa, lo cual se ha trasladado a la búsqueda de vivir en
“islas amuralladas”, ligado al factor de la identidad con el aumento de la
segregación en la era de la globalización; y ello ha dejado de ser
tendencia exclusiva de las clases pudientes pues incluso la clase media-
baja pugna por acceder a las mismas condiciones. Aunque en esta ocasión
nos referiremos sólo a los desarrollos inmobiliarios de Mazatlán
clasificados como viviendas de interés alto y turística residencial, que se
ofertan a nacionales con ingresos altos, pero también con una tendencia
muy marcada hacia los consumidores canadienses y estadounidenses que
están jubilándose (los “Baby Boomers1 Tales conglomerados de vivienda
han modificado el paisaje urbano de la ciudad.
Para comprender grosso modo la dinámica del sector inmobiliario
tomamos como base la concepción propuesta en Monroy Ortiz, et al,
(2008): la vivienda de interés medio alto, la de interés alto y la venta de
suelo para desarrollos turísticos de interés alto y que en términos de
mercado, localización y costo, clasifica como vivienda de interés alto, son
aquellas de tipo vertical que se sitúan en las zonas turísticas, céntricas y
de mayor plusvalía dentro de la ciudad, en regiones con patrimonio
natural como playas, lagunas costeras, y zonas de conservación (entre las
principales características); y en algunos casos se incluye el patrimonio
histórico.
Mientras la categoría referida a la venta de suelo para desarrollos
turísticos de interés alto, son los ubicados en zonas turísticas y que
también gozan de patrimonio natural, siendo un mercado dominado
predominantemente por población foránea.
Por otro lado, existen los llamados megaproyectos que aunque
carecen de una categorización exacta, en su mayor están relacionados con
procesos de desarrollo inmobiliario. Audefroy (2008) los distingue por su
tipo de financiamiento: los apoyados por el Estado y los financiados por
el sector privado, aunque algunos comparten ambos financiamientos,
                                                            
1
Se denomina “Baby Boomers” a las personas nacidas después de la Segunda
Guerra Mundial. Actualmente existen más de 77 millones con edad de 42 a 62
años (Andrade, 2007).
 
129

 
diferentes a los promovidos por la inversión privada en torno a las
finalidades habitacionales, comerciales, agroganaderos, industriales,
turísticas, ambientales y mixtas. Para este caso interesan los turísticos,
que se distinguen por ubicarse en zonas costeras y destacadas zonas
urbanas, construidos en grandes extensiones de suelo, pues su
crecimiento es horizontal, ofertan viviendas con valores agregados como
la localización y las reservas naturales, campos de golf, marinas, clubes
de playa, spa, centros comerciales; por ende podemos clasificar a estos
megaproyectos turísticos como desarrollos de vivienda turística
residencial de alta calidad, para sectores con altos ingresos económicos.
La denominada vivienda de interés alto y turística residencial, de tipo
vertical u horizontal, dirigida a grupos sociales con alto poder
adquisitivo, es la que identificamos como “desarrollos inmobiliarios”.
Sin embargo dejemos claro que dicha tendencia de reproducción
habitacional, si bien es notable en la localidad, no es un fenómeno
exclusivo ni siquiera de México, sino que se refleja en nuestra sociedad
como una representación fraccionada de lo que sucede en las sociedades
desarrolladas, las cuales inevitablemente irradian sus tendencias hacia las
menos desarrolladas, entre otras cosas por la interconexión tecnológica y
la inmigración fluctuante e incesante con prácticas desprendidas de la
globalización. No debemos olvidar esa liga estrecha con las prácticas de
sociedades más desarrolladas, y que se hacen presentes en la nuestra
incluso a nivel de la habitabilidad. Claro ejemplo es la influencia ejercida
por la cultura estadounidense en México, sobre todo en la región norte del
país, y donde Mazatlán debido a su ubicación geográfica no queda
exenta. A propósito de lo anterior señalemos la conceptualización de
(García Canclini) sobre los “productos simbólicos globales” que en este
caso se refieren al estilo de vida inclinado a la “americanización” y que es
inciden sobre casi todos los aspectos de la vida social, cultural y
económica. Así, no queda fuera la adopción de formas de habitabilidad
residenciales que confieren simbólicamente a través de rejas y murallas la
sensación de seguridad y distinción, ya sea en viviendas de interés alto
del tipo vertical o cotos turístico-residenciales horizontales, quizá debido
a la urgencia por una parte: ante la necesidad de adquirir seguridad, pero
también distinción, a través de la habitabilidad, arrastrando con ello, entre
otros aspectos, el aumento de segregación y exclusión.
Pero este mismo fenómeno involucra roles específicos de los
actores y factores mucho más complejos como el hecho de que la
producción de los desarrollos inmobiliarios, por ejemplo, responde a la
130

 
lógica de la disputa de la renta ya abordada desde el siglo XIX y que los
conflictos que se generan no son nuevos. Marx advertía desde 1861, que
en Londres la propiedad de edificios urbanos era casi exclusivo de media
docena de grandes terratenientes que alquilaban sus propiedades con
rentas altísimas. Decía Marx:
“El monopolio de la propiedad de la tierra es una premisa histórica, y que
sigue siendo el fundamento permanente del modo capitalista de
producción, así como de todos los modos de producción anteriores que se
basan en la explotación de las masas de una u otra forma” (Marx, 1981).
Son precisamente las consecuencias de estos conflictos generados a
partir de la disputa por la renta del suelo, las que todavía en la primera
década del siglo XXI conducen a afirmaciones como la de Virilio (2006)
sobre que “la catástrofe más grande del siglo XX ha sido la ciudad, la
metrópolis contemporánea de los desastres del Progreso”. Pero este
desastre hoy debemos ligarlo a lo que Guibernau (1996) define como
globalización, es decir “la intensificación de relaciones sociales de
ámbito mundial que vinculan lugares distantes de tal manera que los
sucesos locales están influidos por acontecimientos que suceden a millas
de distancias y viceversa”. Y es que aquí “lo local y lo global se
entrecruzan y forman una red en la que ambos elementos se transforman
como resultado de sus mismas interconexiones” (Ibid).
También Sassen y Bell advierten sobre el poder de irradiación que
una ciudad global logra sobre otras de menor nivel y es que precisamente
con la globalización se ha dado no sólo una interconexión, sino también
el agravamiento de diversos problemas como la segregación, que brota ya
sea en las sociedades desarrolladas o no, entre quienes tienen los recursos
para formar parte del proceso y quiénes no. Este dualismo se ha
convertido en un rasgo creciente en las sociedades contemporáneas y se
manifiesta mundialmente con problemas que son parte de un mismo
fenómeno. De modo que se hacen presentes en las agendas de las
organizaciones mundiales --pobreza, desempleo, violencia, equidad de
género, conflictos ambientales, habitabilidad, calidad de vida-- y demás
aspectos que afectan a poblaciones tanto en los países desarrollados como
subdesarrollados, y que al final se reflejan en un espacio determinado: a
nivel de las ciudades, por ser el territorio donde los individuos llevan a
cabo la interacción social fundamental. Es la ciudad entonces el espacio
social por excelencia en la cual se manifiesta tal fenómeno. Y México y
Mazatlán no podían ser la excepción.

131

 
Dentro de esta crisis, hay un propensión clara a la segregación
manifiesta en la habitabilidad que desde finales de los años 90 del siglo
XX advierte García Canclini (1999):
“En la dos últimas décadas el crecimiento cuantitativo de migrantes y el
aumento de la inseguridad impulsan a atrincherarse en barrios cerrados y
bajo sistemas deslocalizados de vigilancia, que van asemejando el uso del
suelo y la fragmentación de las interacciones al modelo estadounidense”.
Virilio ha señalado que la
“Metropolarización también tan ilusoria nos conduce al resurgimiento de
la ciudad-Estado, de la que América del Norte nos da ejemplo con sus
casi treinta millones de enclaustrados en sus ciudades privadas so pretexto
de inseguridad social (…) Ocurre lo mismo en el subcontinente
latinoamericano, en San Pablo, en Bogotá o en Río de Janeiro, donde las
pandillas asolan las ciudades, (…) pero sobre todo revelacionarias de un
caos total del antiguo “derecho de ciudad” que refuerza la urgencia de un
cerco, de un campo encerrado y, al fin, de un Estado policíaco en el que
se privatizan las “fuerzas del orden”, como lo han sido, una tras otra, las
empresas públicas: transportes, energía, puestos de telecomunicaciones...”
Liguemos a ello lo que Guibernau ya establecía sobre que
“Las sociedades modernas producen cierto tipo de inseguridad ontológica
como consecuencia de la incertidumbre y la fragmentación que se
desarrollan en su centro…un individuo ontológicamente inseguro se
siente precariamente diferenciado del resto del mundo, de modo que su
identidad y su autonomía están siempre en cuestión”.
Estas son características que pueden encontrarse en la localidad,
aún y cuando no es una gran urbe, e independientemente de la constante
lucha entre lo tradicional y lo moderno. Para el caso de Mazatlán se
involucran factores como la migración, la necesidad de seguridad, aunque
no exactamente bajo los mismos preceptos, pues recordemos que este
fenómeno es un producto manifiesto que con la globalización ha
permeado localmente, por la ventaja que le conceden sus zonas de
influencia, debido a la cercanía geográfica con Estados Unidos. Se ha
impregnado el modo de vida, a tal grado en que los propios habitantes
demandan la reproducción urbana de este modelo de vivienda, ya no sólo
por parte de la clase económicamente pudiente sino también por parte de
otros sectores sociales.
Pero dentro de la catástrofe que Virilio considera es la ciudad y que
hemos acotado respecto a la habilitabilidad ¿cuál es la importancia del

132

 
sector inmobiliario como actividad económica? En tal sentido plasmamos
algunas ideas que en los años 70 del siglo XX teóricos como Topalov y
Lefebvre retomaron de la concepción marxista para construir sus modelos
de análisis en el espacio urbano francés y explicar la producción de
viviendas desde la lógica de los promotores inmobiliarios capitalistas;
parten ya no de la teoría clásica sino de la teoría de la renta del suelo
urbana en las sociedades capitalistas desarrolladas, durante la transición
de la era industrial a la postindustrial. Esta nueva construcción se dio a
partir del análisis marxista de los tres tipos de renta: absoluta, diferencial
y monopólica, y que después fueron adecuadas a lo urbano en la medida
de lo posible.
Así, la importancia del sector inmobiliario radica principalmente
en que se trata de una actividad económica donde intervienen diversos
capitales: el capital de promoción inmobiliaria, el capital de construcción
y el capital bancario, con el objetivo de incorporar valor al suelo, dándole
el status de mercancía para ingresar en la circulación del mercado una vez
culminado el proceso de producción. Con ello podrá generar ganancias
extraordinarias a través de la oferta- demanda, en diferentes modalidades,
siendo las más importantes: viviendas de uso familiar, oficinas, mega
desarrollos turísticos y centros comerciales.
Para obtener esas ganancias extraordinarias, se requiere la
intervención de actores que vayan incorporando valor a través de la
adaptabilidad del terreno, la construcción, la promoción y venta de la
mercancía producida. Estos actores son: el propietario inicial del suelo, el
desarrollador inmobiliario, la fuente de financiamiento, el promotor
inmobiliario y el comprador. Cabe destacar que indistintamente del tipo
de desarrollo inmobiliario que se edifique, los agentes participantes serán
los mismos, pues la ausencia de alguno no permitiría la generación y
disputa por plusvalía y ganancias.
La dinámica global inmobiliaria propuesta por Lefebvre (1970)
considera dos sectores: el primero, respecto a la producción industrial que
trabaja para el mercado de bienes no duraderos (mobiliario) y el segundo,
lo inmobiliario y su producción de bienes inmuebles:
“Este segundo sector absorbe los choques. En caso de depresión, el
capital afluye hacia él (…) En la medida en que el circuito principal, es
decir, el de la producción industrial de bienes “mobiliarios”, detiene su
crecimiento, los capitales se invierten en el segundo sector, el del
inmobiliario. Incluso puede ocurrir que la especulación de los bienes
raíces se convierta en la fuente principal, lugar casi exclusivo de
133

 
“formación de capital”, es decir, de realización de plus-valía. Mientras
que baja el grado de plus-valía global formada y realizada en la industria,
crece el grado de plus-valía formada y realizada en la especulación y
mediante la construcción inmobiliaria”.
Topalov encuentra diferencias para explicar la producción del
espacio urbano a partir de la producción agrícola, pero logra la
construcción de un concepto propio de renta absoluta partiendo de la de
Marx, en la que sin embargo advierte contradicciones y dificultades.
Quedando como a continuación, una renta absoluta en la construcción:
“La producción capitalista de edificios genera, en las relaciones de
producción dominantes que caracterizan a la ciudad moderna, una primera
plusganancia sectorial que puede transformarse en renta absoluta. Esa
plusganancia sectorial está constituida por el excedente del valor por
encima del precio de producción de los edificios. La construcción se
caracteriza, en el conjunto de los países capitalistas, por una bajo
desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción”
(Topalov, 1984). Además, define la renta diferencial como “la renta
absoluta, produce, pues, un efecto sobre el precio y sobre la acumulación,
lo que demuestra que la propiedad privada del suelo no es necesaria para
el modo de producción capitalista”.
Respecto de la renta basada en un precio monopólico, agrega:
“ya no está determinado por las condiciones de la producción, sino por las
de la circulación. (…) ya no hay precio regulador. (…) Todas las ciudades
del mundo capitalista tienen sus barrios donde los precios de monopolio
saltan a la vista. (…) Pero lo más aparente no es siempre lo más
significativo; a escala de cada aglomeración tomada en su conjunto, tales
fenómenos tienen por lo general un alcance limitado. Solo afectan a una
fracción muy minoritaria de la oferta y a zonas geográficamente
delimitadas” (Ibid).
Sumado a estos tres tipos de rentas que intervienen en el sector
existe un componente que se identifica como factor primordial para la
obtención de plusganancias: la naturaleza y la oportunidad latente para
convertirse en elemento monopolizable por los capitalistas a partir de la
apropiación espacial de ciertas porciones del planeta. Lo cual es aplicable
a la condición de las playas como producto natural y su relación con la
apropiación de terrenos contiguos a éstas por parte de capitalistas
nacionales y extranjeros. Estos obtienen plusganancias generando
productos inmobiliarios, y cuyo valor primordial es creado sin esfuerzo
alguno; aunque, cierto, poseen una porción de tierra con características
especiales, en comparación con otras localidades a partir de la
134

 
explotación de las playas como recurso natural, ubicado localmente y de
carácter limitado que otorga una ventaja competitiva.
Por ello los desarrollos inmobiliarios encuentran su clave para fijar
la renta más que en la renta absoluta y la diferencial: la monopólica. Y sin
olvidar la interconexión de lo “glocal”. En el caso de Mazatlán, al igual
que en diversas ciudades del mundo, se siguió el modelo especulativo de
la tierra, hasta que predios anteriormente sin valor alcanzaron por fin
rentas altas. Esta lógica especulativa demuestra cómo se anticipó el
crecimiento del puerto hacia la zona norte de la ciudad, en el denominado
“Nuevo Mazatlán”, que atraviesa parte de la franja costera y que en la
actualidad alberga una cifra importante de proyectos sobre viviendas de
alto nivel y de tipo turístico residencial.
Para demarcar más claramente los llamados precios de monopolio,
es ilustrativa la definición de Topalov en base a S. Jaramillo de los tipos
de precios monopólicos; el que nos importa es el referido a la segregación
social de la vivienda privilegiada, en este caso la de alto nivel y turística
residencial:
“Caracterizados por una diferenciación indefinida según la escasez
relativa de unas ubicaciones imperfectamente sustituibles, los precios que
se forman en los mercados superiores dejan de tener relación con el
precio de producción y evolucionan principalmente con las fluctuaciones
de la demanda proveniente de las categorías sociales privilegiadas.
Llamaré a este tipo de precio, siguiendo a S.Jaramilo, precio monopólico
de segregación social” (Topalov, 1984).
Además, señala que “las zonas donde se concentra la construcción
de viviendas caras se limitan a un escaso número de barrios” y este
aspecto lo observa desde el París burgués de finales del siglo XIX y que a
hasta la fecha han permeado bajo el modo capitalista de producción
dentro de la lógica global.
En el caso de Mazatlán, al ser una zona turística costera, su
división social del espacio se ha especializado en la residencia de lujo a
partir del 2005, año en que se observa la activación en la producción de
viviendas de alto nivel de forma vertical, que se erigen frente a las playas
y desde más de una década atrás en la del tipo turística residencial.
Fluctuando entre los precios más altos en las viviendas y las mejores
zonas (arriba de los 200 mil dólares) con los más bajos en las peores
zonas (por debajo de los 70 mil pesos). Estos, como contraste reflejan el
dualismo con los asentamientos donde se aloja la clase trabajadora. Este
135

 
dualismo si bien puede encontrarse en cualquier ciudad, se remarca en las
localidades del litoral del Pacífico mexicano, como Cabo San Lucas,
Puerto Peñasco y Puerto Vallarta.
Justamente la producción de los desarrollos inmobiliarios en
Mazatlán se sujeta a los precios monopólicos aprovechando los atributos
especiales de las playas de acuerdo a su zona de localización. Se pueden
dividir en cuatro zonas clave: la que comprende la avenida Olas Altas y
Paseo Claussen; la segunda correspondiente a Avenida del Mar; la
tercera, la Zona Dorada que comprende la Avenida Gaviotas y Camarón
Sábalo; y la cuarta el denominado “Nuevo Mazatlán” que se extiende por
la Avenida Sábalo-Cerritos. En estas cuatro zonas los precios se fijan de
acuerdo a las ventajas competitivas de cada una, pero que comparten un
atributo común: las playas.
Bajo la demarcación del “cinturón” representado imaginariamente
por el malecón y las zonas de playa, es como se establecen estos
complejos habitacionales; y si bien forman parte de un proceso que sirve
para la activación del capital financiero en el ramo inmobiliario, también
refleja que en sociedades como la nuestra todavía existe la omisión de la
legalidad, superponiendo los intereses económicos sobre el bienestar
social y ambiental. Y existe una predilección de los promotores
inmobiliarios por la edificación, incluso sobre la zona federal marítimo
terrestre, que aunque es de uso público ha sido acaparada por el sector
privado sin respetar ninguna reglamentación al respecto. Esta situación
deja claro el papel que el Estado desempeña en este proceso: aún existen
barreras políticas, culturales y sociales que obstaculizan el potencial y
viabilidad de construir una ciudad bajo estándares de sustentabilidad y
legitimidad, que pudiesen conducir a posicionar el puerto como un
destino turístico competitivo, ya no al nivel de la globalización
regionalizada que incluyen a Estados Unidos y Canadá, sino a una escala
internacional de mercados realmente globales. Por lo pronto, bajo la
dinámica actual el alcance como destino está demarcado para ofertarse en
mercados poco competitivos económicamente y cada vez más lejos en
cuanto a gestar nuevos mercados, visitantes y compradores potenciales
que pudieran incorporar la sostenibilidad como un estilo de vida.
Ante este panorama, los desarrollos inmobiliarios de Mazatlán de
interés alto y turístico residencial de tipo vertical u horizontal, que buscan
dirigirse a los grupos sociales con alto poder adquisitivo en el mercado
nacional, estadounidense y canadiense, tienen una respuesta limitada, en

136

 
función de que Mazatlán es una localidad atractiva en tal mercado,
porque ofrece altas posibilidades de obtener plusganancias; la
infraestructura pública está dada y en los casos en que no es así el Estado
interviene realizándolas y autorizando condiciones y facilidades; la
inversión se dará donde exista la seguridad de un rápido retorno del
capital: “El capital sólo invertirá donde ya se dan condiciones de
rentabilidad. No invertirá en otra parte” (Topalov, 1979).
Así que los fondos públicos se hacen cargo del coste global de la
infraestructura; en realidad el costo de urbanización para el capital
privado en este aspecto resulta mínimo, en comparación con otras zonas
geográficas del país. En contraste, en los países altamente desarrollados
que poseen una cultura postmoderna, donde antes que nada importa la
calidad de vida, se requiere cubrir una serie de normas y requisitos donde
se incorporan estándares de desarrollo sostenible, las que en la mayor
parte de América Latina son inaplicables.
La localización de Mazatlán, así como el resto de las ciudades
costeras del noroeste del Pacífico mexicano, ha resultado estratégico para
penetrar en el mercado estadounidense y canadiense, haciendo fácil la
adquisición para ahorradores potenciales y recién jubilados
(babyboomers), pues mientras en su país de origen no podrían acceder al
mercado inmobiliario de estas características, sucede todo lo contrario en
México. Y por supuesto en Mazatlán, que como valor agregado resulta
una opción muy atractiva, combinando varios factores (sol, playa, cultura,
y sobre todo vivienda de alto nivel, servicios públicos y de salud baratos).
Ahora bien, es necesario que lo anterior se readapte a los cambios
que la crisis económica actual ha generado respecto a la dinámica de
compra que se seguía; cabe señalar que esta situación durante 2009 se ha
reconfigurado, primero debido al colapso en la economía de los
compradores potenciales extranjeros, lo que llevó a paralizar la
adquisición de desarrollos inmobiliarios en la localidad y que incluso está
redireccionando a éstos para adquirir inmuebles dentro de sus propios
países, debido al abaratamiento de esos bienes durante los últimos meses;
la urgencia del propio sector bancario por recuperar o restablecer el
equilibrio financiero está otorgando facilidades para la obtención de
“viviendas de segunda mano”. Aunado a ello otro factor que interfirió
muy recientemente fue la emergencia sanitaria del brote de influenza
humana. Hoy el comportamiento de los compradores de bienes inmuebles
en la localidad al menos por parte de los BabyBoomers se ha concentrado

137

 
de forma inesperada en la vivienda de segunda mano. Los precios en ésta
están muy por debajo de las viviendas de interés alto y turística
residencial y como estrategia para reactivar la compra inmobiliaria se han
intensificado las campañas al interior del país en busca de atraer
compradores nacionales con perfil económicamente alto para suplir la
desaceleración de la demanda en el sector.
Conclusiones
La tendencia habitacional abordada esclarece el hecho de que si
bien se contienen similitudes al menos respecto a la necesidad de
seguridad que los individuos demandan, independientemente de su
nacionalidad y dejando de lado otros aspectos de su etnicidad, también en
otro nivel se advierte que a pesar de que Mazatlán no es una “ciudad
global”, puede contener semejanzas a menor escala con las grandes urbes,
debido al flujo de interconexión de lo local y global. Bajo la realidad
discrepante éstos aparecen como destellos irradiados de las metrópolis
post-industriales, donde la homogeneización del espacio público se ha
dado de forma muy distinta a la nuestra, y que ofertan desarrollos
inmobiliarios sostenibles, lo que no sucede a nivel de las sociedades en
vías de industrialización. Salta a la luz también el conflicto de las
plusganancias en la renta del suelo que recae en varios agentes, pues
desde la época de Topalov es el capital el que controla el proceso de
producción contemporánea, lógica que hasta hoy prevalece.
No podemos entonces dejar pasar que la globalización y su gran
tendencia descentralizadora, en sintonía a la vez con tendencias contrarias
como es la concentración de poder en pocas manos, a nivel político,
económico e incluso ideológico, va de la mano con la dinámica que sigue
este modelo habitacional, donde sin duda hay una la relación estrecha del
capital privado y la participación determinante del Estado. Esta que ha
sido decisiva para la concertación de los proyectos y trámites con la
dotación de los permisos e infraestructura pública. Topalov (1984) dice:
“El Estado contribuye, pues, a la creación de las condiciones socializadas
de la formación de los espacios residenciales. Pero no puede tratarse de
una acción autónoma: se articula necesariamente con la lógica de los
agentes privados de la producción de viviendas. (…) En particular,
cuando la forma dominante de la producción de la vivienda sea la
promoción inmobiliaria capitalista, el sistema productivo generará efectos
claramente autónomos en los cambios de uso de suelo. En ese caso, y
dentro de unos límites que revelarán periódicamente las crisis de
sobreproducción”.
138

 
Si bien el poder de empresas privadas que atraen inversiones de
extranjeros, en su momento ha dinamizado el crecimiento económico, en
épocas como la actual la han paralizado. Las inversiones en este sector
desde 2005 provocaron un auge en la reproducción de la vivienda de
interés alto y turística residencial intensificándose velozmente como una
tendencia factible para el flujo de migrantes de los Baby Boomers que
arribaban al puerto como turistas, en busca de oportunidades rentables
para situarse como residentes temporales o permanentes en viviendas que
emanaban su atractivo frente al paisaje costero y otras zonas de alta
plusvalía como el centro histórico. Han reconfigurado no sólo el espacio
físico de la ciudad sino otros aspectos que van más allá de lo urbano,
como podrían ser, a decir de Smith, la identidad local y también étnica.
Cabe apuntar que a diferencia del flujo migratorio de mexicanos
hacia Estados Unidos o Canadá, los Baby boomers no se sitúan como una
minoría étnica, donde se da la negación para su establecimiento o
rechazo, sino que se han ido asentando y fortaleciendo como una
comunidad étnica de características imperialistas, que goza de apertura a
su establecimiento, incluso con la concesión de la ciudadanía y desde
primera instancia, a nivel genérico, una aceptación gradual de su cultura.
En este sentido, en cuanto al factor identidad implícito en la
habitabilidad, podemos decir que también se gesta un choque inevitable
entre la identidad de los actores locales y los migrantes atraídos por el
desarrollo inmobiliario, dibujando potenciales conflictos sociales. Es
explicable que en el flujo migratorio, por cuestiones económicas o
sociales de norte a sur o viceversa, la exclusión está más viva que nunca.
“La compresión temporal de las telecomunicaciones interactivas ha
prefigurado ampliamente los perjuicios de una saturación espacial y
demográfica de nuestras aglomeraciones metropolitanas, denunciada por
ciertos urbanistas”, señala Virilio (2006). Por un lado está la
concentración económica y por otro la creciente exclusión social que, a
decir de Virilio, “tras la desagregación de las grandes aglomeraciones
geopolíticas ha llegado el tiempo de la declinación del Estado-nación y el
comienzo de un repliegue táctico sobre las metrópolis”.

Bibliografía
--Andrade, Rodolfo (2007). “La Ola de Inversión llamada Baby
Boomers”, Rev. Be, boom económico, No.1, enero, Instituto de
Desarrollo Económico, UABC, México.

139

 
--Audefroy, Joel (2008). “Construcción de riesgos: los megaproyectos en
México”, revista Ciudades, no. 79, julio-septiembre, Red Nacional
de Investigación Urbana, Puebla, México.
--García Canclini, Néstor (1999). La Globalización Imaginada. Ed.
Paidós, Buenos Aires, Argentina.
--Guibernau, Montserrat (1996). Los Nacionalismos. Ariel, Barcelona.
--Lefebvre, Henri (1970). La Revolución Urbana, Alianza Ed., Madrid.
--Marx, Karl (1981). El Capital. Tomo III/ Vol.8, Siglo XXI, Madrid.
--Monroy Ortiz, Rafael, (2008). “Capital inmobiliario y transformación
del territorio”, Ciudades, no. 79, julio-septiembre, Puebla, México.
--Sassen, Saskia (1996). ¿Perdiendo el control? Ed. Bellatera,
Barcelona.
--Smith D. Anthony (1991). National Identity, University of Nevada,
1991, USA.
--Topalov, Christian (1979). La Urbanización capitalista, algunos
elementos para su análisis, Col. Diseño: Ruptura y Alternativas,
Edicol, México.
--Topalov, Christian (1984). Ganancias y Rentas Urbanas, Elementos
Teóricos, Siglo XXI, Madrid.
--Virilio, Paul (2006). Ciudad Pánico, el afuera comienza aquí, Libros
del Zorzal, Buenos Aires.

140

 
ARENAS: UNA PARADOJA MARINA

Carlos MACIEL SANCHEZ, “Kijano”•

Según los sabios de la lengua, “la arena es un conjunto de


partículas de rocas disgregadas”, pero la arena puede manifestarse de
múltiples maneras. Por ejemplo: según el tipo de roca de la que proceda,
la arena puede variar mucho en su apariencia, así la humilde y poco
                                                            

Artista plástico. El doctor Carlos Maciel es coordinador general de Extensión y
Difusión de la Cultura de la UAS. El texto fue expuesto durante la presentación
de los números 19 y 20 de ARENAS, evento en el que participaron con sus
reflexiones los doctores Víctor Antonio Corrales Burgueño, rector de la UAS, y
José Manuel León Cristerna, investigador de la Facultad de Trabajo social, así
como la escultora y maestra Elva García.
141

 
agraciada arena volcánica es de color negro o prietita como se guste,
mientras que la arena de las playas con arrecifes de coral suele ser blanca
o caliza. Esta última, gusta de manifestarse finamente triturada, molidita
una vez que ha pasado por la mágica digestión del pez loro. Pero la arena
puede ser transportada por el viento y transformarse en la rimbombante
arena eólica, que no obstante la etérea sutileza de su nombre puede
provocar el terrible fenómeno conocido como calima. Y ocurre que la
arena es llevada y traída por el agua, para ser depositada luego en forma
de playas, dunas o médanos. En los desiertos, a semejanza de lo que
alguna vez ocurrió con los peces y el pan a voluntad del señor Jesucristo,
la arena se multiplica, y es además de estos desolados lugares el tipo de
suelo más abundante. Sin embargo nuestras ARENAS con mayúsculas,
es de otro tipo. Es poco común, pues sólo se puede acumular con
voluntad, disciplina e inteligencia. Es una arena peligrosa, subversiva,
amalgamada por ideas y razones. Es un nombre de puerto y playa y olor
de mar; es un calificativo venturoso y también simbólico y paradójico, ya
que mientras ARENAS obliga a pensar y reflexionar, el nombre
contradice al objeto referido, material por excelencia para el descanso, el
solaz, la ascidia y la placentera holganza. ARENAS debe leerse como
algo inusitado, en la brevedad de vida de las revistas en este país llamado
México, donde leer y pensar no es precisamente el pan de cada día.
ARENAS, Revista Sinaloense de Ciencias Sociales, como la
Venus de Boticcelli con su mórbida belleza, nace en una fresca primavera
de 1997. Doce años de una existencia llena de vicisitudes y turbulencias.
Veinte números se dice poco. Pero en la realidad en un país como el
nuestro es una proeza. Más aún si se toma en cuenta la calidad y la
variedad de los contenidos. Juntar tantas partículas de roca disgregada no
ha sido tarea fácil; ha sido necesario conciliar intereses diversos, buscar
coincidencias, dirimir puntos de vista encontrados, suavizar, atenuar, ser
pacientes los unos con los otros, redactar, discutir, sonreír y a veces hasta
reñir, resarcir heridas, retirarse a ratos de la plana de los viejos
fundadores, pero sobre otras muchas dificultades ha sido necesario buscar
y, por sobre todas las cosas, encontrar los medios materiales para su
publicación. Hay que decir que las ARENAS que hoy nos convocan, son
persistentes, por no decir tercas, tan obstinadas que aún y cuando de abril
del 97 a marzo del 2004, sólo se habían hecho 5 números, y se suponía
por los siglos de los siglos desperdigadas, ocurrió que desde esta última
primavera del cero cinco, a la fecha, y de la mano del poeta y amigo,

142

 
Nery Córdova, han aparecido 15 números más. En el derivar de estos
años, ha quedado atrás también el viejo formato de los tiempos
brezhnevianos para dar paso a una publicación más interesante, con más
luz y menos negrura, no sólo en contenidos sino además en lo formal.
Tenemos ahora una edición muy cuidada estéticamente.
Claro, hay limitantes, como ocurre con frecuencia. Los recursos
de la Facultad o los obtenidos mediante los PIFIS, no son del todo
suficientes para cubrir los gastos que implica toda obra impresa, gastos
que van desde su edición hasta su distribución. Es común que los
directores de este tipo de revistas, creo no equivocarme tampoco con el
de ARENAS, suelen ser también ayudantes, secretarias o secretarios de
sí mismos, redactores, correctores de estilo, editores, distribuidores y a
veces hasta diseñadores. Y claro: los esfuerzos y las virtudes se olvidan o
minimizan, pero los peros, errores o descuidos lógicos ante tanta
responsabilidad se magnifican entre los andares que nunca faltan de los
gnomos de la envidia y la mezquindad.
Se dice fácil, pero cultivar una revista, juntar tantos granos de
minerales, durante 12 años, no es cosa sencilla en un país, donde ya todos
lo sabemos porque es lugar común, se lee tan poco y se escribe tan mal.
Más complicado todavía es hacerla bien, mantener un nivel de calidad
boyante contra todos los vientos y augurios de tormenta. A estas
ARENAS le han salido rocas en el costado, en una nueva época ya desde
números anteriores, estrena presentación: dos en uno; uno atrás otro
adelante. Una publicación bajo el cuidado y la constancia de una
dirección inteligente, no sólo ha hecho terraplén sólido en Mazatlán, sino
que ha desperdigado sus ARENAS por otros territorios y latitudes, y al
mismo tiempo ha atraído la simiente cultural no sólo de los sinaloenses,
sino de otros hombres y mujeres que representan ARENAS de la cultura
y de la ciencia.
Cierro los ojos y me salpico el rostro de ARENAS. Ante mí
pasan las ideas, los pensamientos y las disquisiciones intelectuales de
autores de Europa, Sudamérica y de instituciones de México; o como en
esta entrega reciente, del colombiano Francisco Thoumi; de la
ecuatoriana Gabriela Polit; de la brillante comunicóloga Jenny Guerra
González; de los académicos José Manuel León Cristerna y Carlos
Zavala Sánchez o de Joaquín López, cronista del bucólico pueblo de

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Teacapán, quien efectúa un leve acercamiento al gran mito regional: Don
Chuy Malverde.
En esta mirada nos referimos sólo a los dos primeros textos del número
derecho de la portada, el 19, y no al 20 que se encuentra de cabeza,
ambos ilustrados con esculturas de cuerpo entero y torsos de Elva García,
quien con el erotismo de las redondeadas formas de una chica suculenta
que con su aspecto de santa abraza a un fortachón impúdico de poca
vestimenta, nos recuerda que el mundo es la expresión sublime de dos
granitos de arena que a la voz de creced y reproducíos, terminaron
formando una montaña de arena, o de criaturas según se vea.
El 19 que era como mirar y levitar en un ensueño, reúne siete
ensayos y un poema. En sus mas de 140 páginas se dan cita Francisco
Thoumi, quien al refirirse a Colombia se pregunta porqué algunos países
producen drogas, para responder que a diferencia de lo que muchos
suponen, el narcotráfico en el país sudamericano más que causa es un
efecto en la perspectiva del desarrollo histórico y económico.
Thoumi, especialista colombiano de la conflictiva del tráfico
mundial de los estupefacientes, ex alto funcionario de la ONU en esa
materia, presenta un sistemático y apretado resumen de la evolución
histórica y social de las drogas en el país sudamericano. Colombia, como
realidad histórica, como símbolo pero también como estigma es
presentado por su autor como un referente obligado para todos aquellos
que a nivel mundial deseen adentrarse en el entendimiento y explicación
del flagelo de las drogas y el narcotráfico.
Thoumi señala que el conflicto de las drogas en Colombia al paso
del tiempo ha terminado por permear todos los procesos políticos,
económicos y sociales del país. Es un fenómeno que a su vez ha estado
determinado por los distintos momentos de violencia política, como el de
1930 y 1940, que culminara con el acuerdo de liberales y conservadores
para alternarse las dádivas del poder. Y esto llevó a la despolitización de
los partidos y a la cancelación de toda posibilidad de reformar la vida
política y social del país al margen de los grupos de poder.
Desmovilizados algunos, pertrechados otros aún con viejas armas
de los desconfiados liberales, se retiraron a las selvas esmeraldas del país
donde echaron raíces las FARC en 1964. Surgieron un sinnúmero de
organismos guerrilleros desde las vinculadas a la teología de la liberación
como el Ejército de Liberación Nacional, hasta la constitución del M-19
por universitarios, después de las cuestionadas elecciones de 1970.
144

 
En la medida que el proceso de descomposición política y social
se acentuaba, al día de hoy, drogas ilegales y guerra interna se encuentran
superpuestas, generando entre ambas un complejo fenómeno que requiere
una solución conjunta a los problemas de los cultivos ilícitos, la guerrilla
y los paramilitares. Después de largas confrontaciones y derramamiento
de sangre, parece ser que la actitud de los colombianos con respecto a las
drogas ilícitas ha cambiado, puesto que una buena parte ve en ellas la
causa de la profunda crisis que actualmente vive el país.
Las drogas ilegales, señala el autor, que han trastornado la
naturaleza del conflicto interno colombiano: en el mejoramiento de la
capacidad militar --de derecha e izquierda--, las que además ahora se
disputan el control de las zonas de cultivo de la coca y la amapola y de
las rutas de exportación.
Nos dice que las drogas ilegales han agravado la debilidad del
Estado, corrompiendo aún más al sistema político. Los narcotraficantes
han financiado campañas políticas y al menos desde finales de la década
de 1970 han ejercido influencia sobre los políticos. La industria de las
drogas promovió una cultura y una mentalidad que valora la riqueza más
que ninguna otra cosa. Señala que el avance de los últimos veinte años
muestra que es imposible entender el desarrollo socioconómico y político
de Colombia sin definir el papel que ha jugado la industria ilegal. Como
se puede ver algunas similitudes con nuestro país, en su realidad nacional
y local, son meras coincidencias con lo planteado por Francisco Thoumi.
En la misma línea que el trabajo anterior, aunque desde la
perspectiva del análisis de la ficción tenemos el texto de Gabriela Polit
sobre tres obras de Elmer Mendoza, en las que la autora dice encontrar
los lejanos ecos de Fedor Dostoievsky, y en las que el castigo, más que
consecuencia del crimen, lo encontramos vinculado a la literatura de
narcos. Y es precisamente en este contexto, en el que se inscriben las
indagaciones y los trabajos de la investigadora ecuatoriana Gabriela
Polit, quien ha seguido desde hace tiempo la huella cultural del “narco”,
como parte de los espejos, las resonancias y los ecos de la vida en lo que
se refiere a sus referentes literarios (ARENAS, 2009;5). Gabriela Polit
recurre a los esquemas sociológicos de Durkheim (1985), el primer
sociólogo que comprende el crimen no sólo como algo normal en las
sociedades modernas, sino como indispensable para su funcionamiento.
Aquí tal vez no esté de más señalar que, mucho antes que Durkheim,
desde el siglo decimonónico, ya el viejo Marx había desarrollado toda
145

 
una línea de pensamiento en torno al significado económico y social de la
delincuencia desde tiempos inmemorables, a la que veía como
consecuencia y necesidad en el desarrollo de todas las sociedades.
La autora parte además de la idea, correcta desde luego, que tanto
las élites locales y los Estados están involucrados en el negocio. En
consecuencia el fenómeno del narcotráfico se vuelve el detonante que
muestra un poder corrupto y mentiroso y señala la falta de recurso ético
y de autoridad moral en el ejercicio de la ley (ARENAS, 2009;40).
Es justamente en este horizonte en el que ubica el análisis de la
obra de Elmer Mendoza, en particular la crónica Cada respiro que tomas
y dos de sus novelas, Un asesino solitario y El amante de Janis Joplins.
En Elmer, señala la autora sudamericana, el crimen articula la crítica a la
sociedad mexicana contemporánea. No existe en su narrativa juicio de
valor que condene o exima de culpa a sus criminales; los crímenes son
hechos como cualquier otro en una sociedad en la que el Estado que
impone la ley es sobre todo, una institución corrupta. Los personajes
principales de sus obras no son ni narcos, ni capos del negocio, no son
víctimas ni victimarios. Son hombres y mujeres comunes, amantes del
rock, aficionados al béisbol y conocedores del mundo de la televisión.
En Elmer las palabras representan un universo complejo de su
obra; el lenguaje es el punto de encuentro con el otro: la atmósfera que
da verosimilitud al relato. Es en el lenguaje donde más se nota la
relación de su literatura con la crónica, y donde reside su verdadera
propuesta estética. La importancia de esta condición permite reconocer
el compromiso que tiene con el presente que narra, y sólo desde ahí
podemos afirmar que la suya es literatura del narcotráfico. De lo anterior
se infiere que el castigo, no obstante los ecos que de Dostoievsky se
desprendan, es consecuencia no del crimen sino del narco, que hace
posible a una literatura poderosa y universal como la de Elmer Mendoza.
Finalmente me gustaría referirme a la magia del poema y a la
palabra fácil del poeta que escudriña el alma de las esculturas de Elva
García, o para ser más precisos, el alma de la escultora. Cito al editor,
ensayista y director de ARENAS, Nery Córdova, que dice:
“Como visible contraste a los aquelarres de la fiereza, la fuerza y
la violencia social, en esta doble entrega de ARENAS nos
permitimos el lujo de mostrar otra faceta de la condición
humana, la que tiene que ver con las acciones sublimes de la
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creación. Esfuerzo y genialidad de protagonistas que llegaron al
mundo para hacer patente al discurso sublime; al éxtasis
transformado en materia; a la inspiración arropada con las
huellas y tactos de la sensibilidad.

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A R E N A S 
Revista Sinaloense de Ciencias Sociales
Número 21
Se terminó de imprimir en los talleres
Gráficos Once Ríos Editores,
Río Usumacinta No. 821,
Col. Industrial Bravo,
Culiacán, Sinaloa.
Tel. (667)712-29-50.

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Este número lo dedicamos en su
mayor parte, y especialmente, a
las reflexiones teóricas y
proyectos de investigación en
curso de los estudiantes de
posgrado de la Facultad de
Ciencias Sociales de la UAS.
Como ejercicio y relación con la
esfera del conocimiento y las
ideas, y avalados y apoyados por
tutores y miembros de los comités
académicos respectivos, los
alumnos de la Maestría en
Ciencias Sociales, con énfasis en
Desarrollo Regional, expresan
también de esta forma su
compromiso y su preocupación,
no sólo por la formación
curricular, sino por las
problemáticas específicas que han
previsto estudiar e investigar.
 

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