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ASHLY VALERIA BEJARANO

BEDOYA
GRADO 7-C
NATURALEZA MÁGICA

Sobrevivir es algo que todo ser viviente hace por instinto y para eso necesita

muchas veces de diferentes habilidades o adaptabilidades que le permiten evitar

peligros hacia su vida, los animales son seres asombrosos que poseen estas

habilidades para defenderse del medio en el que habitan y de otros seres vivientes

que pueden representar peligro.

El camuflaje en este caso es entonces una necesidad natural de todos los

organismos, ya que les permite adaptarse de mejor manera al medio en que viven

para muchos hace la diferencia entre la vida y la muerte. Por ejemplo, el

saltamontes busca parecerse mucho a las plantas donde se alimentan y así evitan

ser cazados fácilmente.

La crisis, o camuflaje de un organismo, es entonces una habilidad que está hecha

básicamente a dos cometidos: cazar o evitar ser cazado. Consiste en pasar

inadvertido al sentido de otros animales para poder huir o evitar que huyan. La

cripsis se diferencia del mimetismo en que el mimetismo, aunque tiene una

finalidad similar, en realidad sirve para aparentar ser otro. Pero el arte del

camuflaje está mucho más allá de un simple cambio de color corporal de una

especie, aunque este es el sistema más simple de camuflaje: un animal adopta un

patrón de color que le permite esconderse mejor. Algunos son tan efectivos que

los animales son casi imposibles de ver. Como la oruga varón común, que
simplemente parece invisible en las hojas, lo cual les permite sobrevivir hasta que

se convierten en mariposas.

Además del color, hay otra cosa que ayuda a estas especies y esto es la actitud.

El movimiento indica vida. Y la vida significa peligro de ser cazado, en el mundo

animal. Por tanto, una manera de pasar desapercibido es quedarse muy quieto.

Con este engaño como podríamos llamarlo, color y movimiento, los animales

sobreviven a una gran parte de las situaciones que pueden ser potencialmente

letales. Por ejemplo, el Uruplatus Gecko el cual vive en Madagascar todo su

cuerpo se parece a una hoja muerta y su piel es venenosa, todo esto hace que el

Gecko se mueva libremente sin peligro de depredadores.

La naturaleza es compleja y complicada y es por eso que su entendimiento es tan

maravilloso, el camuflaje es un claro ejemplo de lo maravillosa que es la

naturaleza. Por eso podemos decir que la naturaleza es mágica como el pulpo,

que además de su inteligencia muestra el camuflaje como una herramienta muy

avanzada, inclusive puede usar el color para advertir a otros de su especie de un

peligro.

Los animales son asombrosos y viven en su entorno adaptándose a sus

necesidades, aunque los humanos aún estamos en la cima de la evolución,

mediante estas habilidades de los animales hemos logrado realizar avances

asombrosos.
2. El término “mimetismo” (procedente del griego mimetikos = “imitación”) se

usaba inicialmente para describir a las personas capaces de imitar. A partir de

1851 (época en la que afloraron muchas ciencias biológicas), su uso se extiende a

otras formas de vida.

Clases de mimetismo

Existen muchas formas de clasificar los diferentes tipos de mimetismo, pero me

centraré en la que los divide según su función básica: mimetismo

defensivo y mimetismo no defensivo.

Mimetismo defensivo

El mimetismo defensivo lo desarrollan sobre todo organismos que sufren

mucha depredación y cuya supervivencia depende fuertemente del hecho de no

ser detectados.

MIMETISMO BATESIANO

Las especies venenosas o incomestibles suelen presentar rasgos muy llamativos

que alertan de su peligrosidad (coloración, sonidos); este fenómeno recibe el

nombre de aposematismo (cuando el organismo tiene colores muy llamativos que

indican que es venenoso o incomestible, hablamos de coloración aposemática).

En el mimetismo batesiano, el organismo mimético (que por lo general es

inofensivo y comestible) copia los rasgos llamativos de un organismo

venenoso o incomestible con el fin de pasar por una especie peligrosa y

evitar que lo deprededen.


MIMETISMO MÜLLERIANO

A veces, en un mismo hábitat conviven varias especies venenosas o

incomestibles cuyas poblaciones están sometidas a mucha depredación. En

algunos de estos casos, cuando una de estas especies desarrolla un rasgo

que alerta de su peligrosidad a sus posibles depredadores, las demás la

imitan y desarrollan ese mismo rasgo (a diferencia del mimetismo

batesiano, TODAS son peligrosas).

Imaginemos que todas estas especies acaban adquiriendo una coloración

llamativa: cuando el depredador ataque a una de las especies y salga malparado,

asociará la coloración llamativa a la peligrosidad del animal y no atacará a otras

especies con la misma coloración. De esta forma, la presión de depredación se

reparte entre todas las especies, pues con que el depredador ataque a una sola

de estas especies ya no atacará a las demás.


Mimetismo no defensivo

Dentro del mimetismo no defensivo, uno de los más importantes es el mimetismo

agresivo o Peckhammiano.

MIMETISMO AGRESIVO O PECKHAMMIANO

A diferencia del mimetismo defensivo, en este caso es el organismo depredador

(o parásito) el que adopta las características de una especie poco o nada

dañina (o incluso beneficiosa en algunos casos para el receptor), evitando ser

detectados por sus presas u hospedadores.

El automimetismo (también conocido como mimetismo intraespecífico) es un caso

particular de mimetismo que tiene lugar cuando, dentro de una misma especie,

un organismo desarrolla alguna parte de su cuerpo que imita a otra parte del

mismo o bien cuando un organismo imita algún carácter de un conspecífico.


El objetivo: obtener algún beneficio de otro organismo, disuadir a los depredadores

o pasar inadvertido a ojos de las presas.

El búho pigmeo (Glaucidium californicum) posee dos manchas de color oscuro

detrás de su cabeza que imitan dos grandes ojos.

En cuanto a su función en el desarrollo biológico se puede decir que muchos

fenómenos hacen que los animales cambien, pero el mimetismo es uno de los que

hace que estas transformaciones tengan lugar de forma más rápida.

Estos cambios pueden darse a mayor o menor velocidad. Así pues, ¿qué pasa

con los animales que mimetizan a otros? Los organismos miméticos se

encuentran en constante presión selectiva para parecerse cada vez más a sus

modelos con el fin de pasar desapercibidos y mejorar su supervivencia, pero al

mismo tiempo los organismos imitados, los receptores, también se encuentran

bajo selección, pues éstos afinan su capacidad para discernir entre los modelos y

los imitadores.

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