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La Superpoblación

La superpoblación es una de las causas más importantes de la


mayoría de los problemas en el mundo. No importa si se trata de
una falta de alimentos, agua potable o energía, cualquier país del
mundo tiene o tendrá que enfrentarse a ello.

En parte, gracias a la importación de las mercancías de otros


países, un país puede mantener su nivel de bienestar. Sin
embargo, esto no durará para siempre. Además, la cantidad de
habitantes por país sigue aumentando. En las próximas décadas
la cantidad de habitantes del mundo tenderá a crecer de ocho a
diez mil millones. Cada vez más países necesitarán sus propios
productos para poder subsistir.

La tierra sólo puede ofrecer una calidad de vida aceptable a dos


mil millones de personas al nivel de la Unión Europea. Con ocho a
diez mil millones de personas el bienestar por persona se reducirá
a escala mundial hasta el nivel de un pobre campesino que
apenas puede obtener sus propios alimentos y que desconoce la
prosperidad. Tendremos que compartir todo como hermanos para
evitar peleas o guerras.

Puede ser por causa de la polución o por los cambios en nuestro


sistema solar, pero resulta evidente que nuestro clima está
cambiando. El nivel del mar no debería subir mucho más para
evitar que desaparezca gran cantidad de valiosas tierras de
cultivo. Mientras tanto, creemos que podemos adelantarnos al
hambre utilizando fertilizantes, la cría de animales en condiciones
inadecuadas y otros métodos de supervivencia.

El hombre tiende a querer cada vez más bienestar. En todo el


mundo la cantidad de vehículos y frigoríficos aumenta
rápidamente. Llegará el momento en que el crecimiento de la
población y el aumento de la prosperidad choquen. Es muy
posible que grandes flujos de personas tengan que viajar por el
mundo en busca de comida y prosperidad.

Los técnicos hacen hincapié en que la tecnología proveerá,


ofreciendo una solución para todos nuestros problemas. Por
desgracia, todas las provisiones tecnológicas no han podido
erradicar el hambre del mundo de forma contundente. En los
países donde no se encuentre una solución para los problemas a
gran escala, será más probable que se llegue a una guerra y a la
violencia. Todo el mundo quiere sobrevivir.

La única solución es una política demográfica a escala mundial.


En esta página web encontrará por idioma y por país (en la
medida de lo posible), artículos, películas e imágenes de todo el
mundo sobre la superpoblación, argumentando la importancia de
la política demográfica. Por desgracia, el tema de la
superpoblación y de la política demográfica a menudo sigue
siendo un tabú.

La industria, el comercio y las religiones sólo tienen interés en el


crecimiento de la población. La reducción del bienestar es para
los ricos casi tan difícil como la huida de la pobreza para los
pobres. Además, el panorama de crecimiento sigue controlando el
pensamiento global con respecto a la búsqueda de soluciones
para los problemas anteriormente mencionados.

Le invitamos a conocer el contenido de esta página web.


Agradeceremos que nos envíen sus aportaciones de multimedia
para nuestra página. La fundación holandesa CVTM, una
organización sin ánimo de lucro, hace posible esta página web.
Asimismo, puede apoyar nuestra causa con una donación a
través de esta página web.

Paul Gerbrands, presidente.

Concepto equivocado n.º 1


En La Tierra hay alimentos suficientes para todo el mundo, ahora
y en el futuro. El problema es la desigual distribución. En los
países ricos hay abundancia, mientras que en los pobres hay
carencia.

Refutación
La abundancia en los países ricos se debe a la importación de
productos del extranjero. Viven de los recursos de otros países.
Los habitantes de los países pobres no pueden hacer eso. Tienen
que autoabastecerse o se ven obligados a comerciar con sus
materias primas a cambio de alimentos.
La superpoblación se define como la situación en la que una zona
no puede satisfacer las necesidades de sus habitantes. De
acuerdo con esta definición, tanto los países ricos como los
pobres pueden estar superpoblados: los ricos porque necesitan
importar alimentos del exterior y, los pobres, por la falta de
posibilidades de sustento para sus habitantes.
Habría equilibrio si la capacidad natural de una zona estuviera en
sintonía con su número de habitantes y no hiciera falta un
transporte a gran escala de los alimentos. El transporte emite
grandes cantidades de dióxido de carbono y, por lo tanto, es una
de las causas del cambio climático, que a su vez provoca cada
vez más problemas agrícolas.
Una distribución más equitativa de los alimentos en el mundo
supondría más necesidad de transporte y más consumo de
energía para su procesamiento y conservación, así como para la
construcción de carreteras. Las emisiones de dióxido de carbono
aumentarían todavía más.

Concepto equivocado n.º 2


La población de los países pobres consume y contamina menos
que la de los países ricos. El agotamiento de los recursos
terrestres y el cambio climático provocados por las emisiones de
gases de efecto invernadero son consecuencia del consumo
excesivo en los países ricos. Los países pobres no son
responsables de ello en absoluto. El auténtico problema no es la
superpoblación sino el exceso de consumo.

Refutación
De acuerdo. Si los países ricos consumieran y contaminaran
mucho menos, entonces se solucionarían muchos problemas. La
manera más eficaz de reducir el consumo y la contaminación es
reducir la cantidad de consumidores, es decir, de población.
Los países emergentes como China o la India están copiando el
patrón de consumo de los países ricos, lo que agrava la situación
global. En los países emergentes, el control de la natalidad es el
mejor remedio contra la explotación excesiva de los recursos y la
contaminación.
En resumen: cuantas menos personas haya viviendo aquí tal y
como vivimos nosotros, mejor. Y también: cuantas menos
personas haya viviendo allí tal y como vivimos nosotros, mejor.

Concepto equivocado n.º 3


Necesitamos más gente joven para evitar el envejecimiento de la
población. ¿Quién sino sostendrá la economía y pagará nuestras
pensiones? ¿Y quién sino se ocupará de los ancianos?

Refutación
Hay muchos argumentos en contra de aumentar de la tasa de
natalidad y de atraer a inmigrantes jóvenes. En primer lugar, estas
medidas solo desplazan el problema. Estos jóvenes también
envejecerán y, entonces, ¿quién se ocupará de ellos?
En segundo lugar, incluso aunque la población actual envejezca,
aún quedaría mucha capacidad de trabajo oculta. Hay mucha
gente con trabajos a media jornada o buscando trabajo.
En tercer lugar, la mano de obra es ahora menos necesaria como
consecuencia de la automatización y la robotización, como ya
podemos comprobar en bancos y tiendas.
Por último, el gasto adicional que supongan los ancianos se
compensaría con el ahorro en servicios para jóvenes, como
escuelas y educación.

Concepto equivocado n.º 4


En algunos países de África y Oriente Próximo, la causa de la
carencia de alimentos no es la superpoblación, sino la guerra y la
pobreza. Que haya más o menos gente es algo que no influye. Si
tienes la mala suerte de vivir ahí, pasarás hambre.
Refutación
La guerra y la pobreza son más bien la consecuencia de la
superpoblación que la causa de la falta de alimentos. En
prácticamente todas las regiones de Oriente Próximo (Siria,
Yemen) y África (Somalia, Eritrea) que se encuentran en conflicto,
la causa de la falta de alimentos son las sequías intensas. No hay
agua, pastos ni tierra cultivable suficiente para el exceso de
población. Si hay otros que tienen más que tú y no están
dispuestos a compartirlo, querrás quitárselo y surgirá la guerra.
Sin embargo, en todos estos casos, la superpoblación es la causa
subyacente: hay demasiadas personas para la capacidad natural
de la zona.

Concepto equivocado n.º 5


Tener hijos es un derecho fundamental y una elección personal.
No se puede permitir que el gobierno interfiera en algo así. A fin
de cuentas, no vivimos en China.

Refutación
El artículo 16 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos afirma que el hombre y la mujer tienen derecho a
casarse y a formar una familia. Sin embargo, si este derecho se
ejercita sin restricciones, la consecuencia podría ser la
vulneración de otros derechos humanos a causa de la
superpoblación –como, por ejemplo, el derecho a una calidad de
vida determinada (artículo 25)–, cuando una descendencia
numerosa provoca una situación de escasez.
Además, los gobiernos llevan muchos años interfiriendo en la
procreación, obligando a toda la comunidad a sufragar los gastos
de la misma mediante prestaciones por hijos, ventajas fiscales o
subvenciones por el cuidado de los hijos. Esto es injusto para las
personas que no procrean, que se ven obligadas a colaborar para
satisfacer el deseo de otros de tener hijos. Las personas sin hijos
pueden ser amantes de los animales, ¡pero aun así tienen que
pagar impuestos!

Concepto equivocado n.º 6


No es la primera vez que se profetizan catástrofes como
consecuencia de la superpoblación que luego no se han
cumplido. Malthus y el Club de Roma estaban equivocados. La
tecnología agrícola siempre ha encontrado soluciones: la
Revolución Verde en el siglo pasado y, ahora, las cosechas
modificadas genéticamente.

Refutación
El 10 % de la población mundial sigue sufriendo desnutrición. El
cambio climático amenaza cada vez más el suministro de
alimentos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura, la producción mundial de alimentos,
pienso y fibras dietéticas tendrá que haberse duplicado en 2050
para poder satisfacer las necesidades cada vez mayores de una
población mundial en continuo crecimiento.
En este sentido, estamos creando un círculo vicioso. Una mayor
producción de alimentos evita la hambruna. Por lo tanto, hay más
población que sobrevive, que procreará y que requerirá una
producción cada vez mayor de alimentos para una cantidad cada
vez mayor de bocas. Este círculo vicioso se romperá de forma
totalmente violenta en cuanto el ritmo de producción de alimentos
sea inferior al ritmo de crecimiento de la población.
Esto ya ocurre en varias regiones. La situación de África
Subsahariana no ha hecho más que empeorar en los últimos
años. Un aumento constante de la producción de alimentos nos
acabará llevando a un callejón sin salida.

Concepto equivocado n.º 7


El control de la natalidad siempre se asocia con los países en
desarrollo. La población allí tiene que limitar su número de hijos
conforme al deseo de los países ricos. Esto apesta a racismo.

Refutación
Muchas mujeres de los países en desarrollo necesitan
planificación familiar, pero no pueden ponerla en práctica. En
muchas culturas, las niñas son obligadas a casarse a una edad
temprana y el marido decide el número de hijos. Es más bien una
cuestión de falta de empoderamiento que de racismo.
Concepto equivocado n.º 8
A escala global, la cantidad de nacimientos por mujer está
descendiendo cada vez más. Va en la dirección de dos hijos por
mujer, el nivel de renovación de la población. Por lo tanto, la
población mundial se estabilizará en diez mil millones de
habitantes al final del siglo, e incluso disminuirá a partir de
entonces.

Refutación
Eso es una hipótesis. Es la predicción media de las Naciones
Unidas, pero no hay ninguna garantía de que se vaya a hacer
realidad. Si las tasas totales de fertilidad de los años 2005 a 2010
se mantienen, acabaremos siendo 27 000 millones de personas.
Pero, incluso si la previsión media resulta correcta, sin duda
habría demasiada población para los recursos disponibles totales,
si toda esa población lucha por una mejor calidad de vida. Se ha
calculado que toda la población mundial actual, de unos 7500
millones de habitantes, podría vivir de forma sostenible al nivel de
prosperidad que teníamos en 1950. Por lo tanto, esto significaría,
o un gran salto hacia atrás para los países ricos o una reducción
considerable en la cantidad de habitantes de los mismos.

Concepto equivocado n.º 9


Insistir en el control de la natalidad es oprimir a las mujeres. Los
embarazos solo se consideran indeseados porque reducen la
disponibilidad de las mujeres para el mercado laboral. Así se
impide la realización personal de la mujer.

Refutación
En principio, las mujeres son libres para satisfacer su deseo de
tener hijos. La ley debe garantizar que puedan parir en paz. Para
eso se inventó la baja por maternidad.
Sin embargo, dada la situación actual de superpoblación, los
incentivos de los gobiernos para la procreación no son una buena
idea. Los gobiernos no deberían discriminar a las personas sin
hijos mediante reducciones fiscales y subvenciones para quienes
procrean.
Concepto equivocado n.º 10
La inmigración y la superpoblación son problemas totalmente
diferentes. Los inmigrantes ya existen. Se desplazan, pero su
número no varía. Deberían tener libertad para elegir el lugar del
mundo en el que desean vivir.

Refutación
Dada la situación actual de hiperconsumo de los países ricos, con
consecuencias desastrosas para el medio ambiente, la cantidad
de personas que adoptan esta forma de vida debe reducirse
significativamente mediante el control de la natalidad y el freno a
la inmigración.
Es injusto que los países ricos, causantes en gran medida del
cambio climático por sus constantes emisiones de dióxido de
carbono, se nieguen a recibir a los flujos de inmigrantes que ellos,
en parte, han provocado. Sin embargo, si la máxima prioridad es
combatir la superpoblación y el hiperconsumo, los países ricos
solo podrán admitir inmigrantes una vez que hayan reducido
drásticamente su propia densidad de población y su nivel de
consumo.

Concepto equivocado n.º 11


La superpoblación no debe de ser un problema tan grave, porque
los gobiernos nunca lo mencionan.

Refutación
Con este tema no se gana ventaja política. Para los partidos
cristianos, las familias (numerosas) son una de las piedras
angulares de la sociedad; la izquierda considera que la
procreación es un derecho humano esencial y los neoliberales lo
ven como un aumento de los consumidores y del capital humano.
La derecha se opone a la inmigración, pero por motivos distintos
al del crecimiento de la población.

Concepto equivocado n.º 12


La historia nos enseña una y otra vez que la tecnología resuelve
todo tipo de problemas. ¿Por qué no iba a ocurrir también en el
caso de la superpoblación?
Refutación
La tecnología nos hace pensar, en primer lugar, en la producción
de alimentos, la ingeniería genética y la gestión del agua. Sin
embargo, la tecnología resolvió el problema de la superpoblación
ya en el siglo pasado. La invención de los anticonceptivos
modernos permite a la humanidad practicar el sexo sin tener
descendencia, y adaptar así la cantidad de población a las
circunstancias vitales. La tecnología necesaria ya existe. Solo hay
que difundirla y usarla.

Concepto equivocado n.º 13


Si a todas las mujeres se les da acceso a los anticonceptivos
modernos, el problema de la superpoblación desaparecerá del
todo.

Refutación
La disponibilidad de anticonceptivos modernos es una condición
necesaria pero no suficiente para la planificación familiar. Las
investigaciones revelan mucha ignorancia en este sentido. Por
ejemplo, muchas mujeres creen que pueden evitar el embarazo
con poca activad sexual o teniendo relaciones durante la
lactancia. También existe la creencia de que la píldora
anticonceptiva engorda o es perjudicial para la salud. Sin
embargo, el principal obstáculo es cultural. Las mujeres solteras
que toman la píldora son consideradas promiscuas. Además, el
entorno social y los líderes religiosos creen que hay que permitir
la natalidad sin límites y que el estatus social depende de una
descendencia abundante.

La venganza de la
madre naturaleza
El intento por mejorar nuestro entorno de vida será una lucha
constante mientras la población mundial siga creciendo 70
millones de personas cada año. En una ocasión, el rey mitológico
Sísifo creyó que su astucia podía superar a la de Zeus.
Conocemos bien el castigo que recibió por su insolencia.
En la actualidad, muchas personas creen que han alcanzado el
mismo nivel que los antiguos dioses, pero ¿cómo reaccionará la
madre naturaleza? Con sus talentos, habilidades y, en particular,
su tecnología, muchos mortales creen que, finalmente, podrán
resolver todo tipo de problemas medioambientales, de acuerdo
con el mito moderno. Otros se limitan a negar esos problemas.
Nadie cree ya en Zeus y en su mano castigadora. Sin embargo,
no deberíamos subestimar la venganza de la madre naturaleza
por este comportamiento arrogante de los seres humanos en el
papel que han asumido de un nuevo Sísifo.

Parece que el ser humano no es capaz de controlarse. El señor


Avaricioso siempre quiere más: más crecimiento, bienestar y
riqueza, alimentos más sanos, mejores medicamentos, mejores
viviendas, viajes más largos, etcétera. Pero si el ser humano no
se puede controlar, ¿tiene derecho entonces a someter a su
voluntad a la naturaleza salvaje, su entorno, por no hablar de toda
la tierra, en interés propio? Afortunadamente, hay grupos
medioambientales dispuestos a salvar el planeta, que temen que
la degradación total del planeta, e incluso la extinción de la
humanidad, son inminentes. Por otro lado, la desaparición del ser
humano sería una bendición para la flora y la fauna.

Las cumbres medioambientales siguen pidiendo medidas que


luego los gobiernos adoptan o no. Se han celebrado muchas de
esas cumbres, la última en París, pero todos los delegados siguen
debatiendo cuestiones erróneas. Afrontamos el hecho de que en
el mundo habrá siete mil millones de potenciales propietarios de
vehículos y, en un futuro próximo, hasta once mil millones. Una
parte sustancial de ese excedente de cuatro mil millones de
personas agravará los problemas actuales de contaminación y
migración. Mientras las cumbres medioambientales ignoren el
hecho de que la población mundial aumenta a un ritmo
aproximado de 70 millones de personas cada año (es decir,
190 000 personas cada día), libraremos una batalla constante con
cada medida de protección del medio ambiente. A primera vista,
es posible que esas medidas causen buena impresión, pero todo
aquel que se moleste en reflexionar un poco más al respecto
entenderá que esas medidas deberían considerarse un mero
escaparate y no un tratamiento de los síntomas. Sabemos que
todas esas nuevas personas lucharán por una forma de vida
occidental. Como la mayor parte de las personas necesitadas
viven en el tercer mundo, la superpoblación parece ser un
problema típico de esa parte del planeta, pero un habitante del
tercer mundo consume solamente una fracción de los recursos y
alimentos de los que consume un habitante rico y bien alimentado
del mundo occidental. Este contamina mucho más que un grupo
de diez pobres asiáticos o africanos.

La revolución del proletariado del mundo ya ha comenzado,


podemos ver la punta del iceberg y esto podría provocar que
cunda el pánico. Con un pequeño esfuerzo seríamos capaces de
calcular dónde y cuándo ese iceberg flotante chocará con el barco
del mundo occidental. Algunos países creen que pueden ignorar
el iceberg; otros países se plantean hacerlo saltar por los aires o
bloquearlo. Hay una firme convicción de que el progreso
tecnológico aportará instrumentos eficaces para resolver todos
nuestros problemas. Se nos ha educado con el principio del
crecimiento; por lo tanto, cualquier prohibición temporal o parcial
de la procreación o el fomento del decrecimiento económico no
nos suenan a música celestial. Ese tipo de medidas socavarían
nuestra libertad fundamental. Sin embargo, mientras nuestra
libertad de elección se vea limitada por los límites del crecimiento
y del bienestar, nos alejaremos de una verdadera libertad de
elección. Seguimos desarrollando soluciones falsas que nos
tranquilizan; llegamos incluso a respaldarlas con documentales
impresionantes y muy premiados. Pero nada se merecerá la
clasificación de «sostenible» mientras la superpoblación no se
convierta en la máxima prioridad. Si seguimos limitándonos a salir
del paso, podremos tener la seguridad de que será la madre
naturaleza la que emita finalmente el veredicto.
Paul Gerbrands, historiador y presidente de Ten Million Club
Foundation (Fundación del Club de Diez Millones), Países Bajos.

Sostenibilidad y
problemas
demográficos
H. Lyklema en Civis Mundi de abril de 2008

¿Vinculado o no vinculado?
¿Es demasiado cómodo decir que los problemas demográficos y
la sostenibilidad están directamente relacionados? Existen
indicaciones evidentes que afirman esta vinculación. Es un hecho
cualitativo que los problemas ecológicos existentes tienen una
base de origen humano y todos estamos de acuerdo con ello.
Cada vez más, aunque dependiendo del país, nos estamos dando
cuenta del problema y de que tenemos que hacer algo para
solucionarlo. ¿Pero qué?

No estamos dispuestos a bajar nuestro nivel de vida actual, con


las ventajas sociales y médicas obtenidas. Sin embargo,
necesitamos un análisis cuantitativo para la pregunta retórica
acerca de la vinculación directa entre estas ventajas y el precio
ecológico que hay que pagar por ellas. En este artículo intentaré
dar pie a este análisis desde un punto de vista objetivo, siempre
que sea posible, basándome en las leyes de la naturaleza con
validez universal y no en lo que otros hayan pensado o dicho. Ni
en lo que nos gustaría.

¿Qué es la "verdadera sostenibilidad"?


No se puede dejar que una toma de decisiones democrática
ofrezca una definición seria de la sostenibilidad. Fíjese en
anuncios, artículos de prensa y mensajes de radio y entenderá
que este término se usa de modo muy creativo, tanto para bien
como para mal. La palabra se ha puesto de moda: se puede
invertir, cocinar, construir, viajar y mucho más de un modo
sostenible. Hasta he encontrado la combinación antitética de
"bienes de consumo sostenibles". La razón de que se utilice mal
en muchas ocasiones es que suena bien. Sugiere que se es
consciente del medio ambiente y que el cliente puede seguir
consumiendo, comprando o viajando sin preocuparse. O sea,
anuncios envueltos en sostenibilidad. Si se analiza caso por caso
el significado de "sostenible", se llega a la conclusión que el
procedimiento tiene un paso en el que se respeta la ecología,
pero que el total aumenta las tasas ecológicas. Por ejemplo, la
construcción sostenible puede referir a la calidad de los
materiales utilizados o al bajo consumo de energía de las
viviendas planificadas, o a ambos. Sin embargo, si se suman los
costes medioambientales de todos los materiales de construcción,
el transporte de los mismos y de los empleados, la balanza ya no
resulta ser tan positiva. En cualquier caso, una vivienda fija
sacrifica de modo duradero la superficie, una de las materias
primas ecológicas. Viajar de modo sostenible suele significar que
pagues por plantar árboles en África para compensar la cantidad
de CO2 emitida. ¿Es que alguien se lo cree? Se tarda decenas de
años en tener árboles lo suficientemente grandes como para
absorber una gran cantidad de CO2. ¿Y quién se encargará
entonces de que no haya una empresa china lista para talar el
bosque? Además, la emisión de CO2 es solo uno de los
problemas medioambientales. Se necesita combustible fósil para
volar, y para construir el avión se necesitan minerales y se
consume energía. Y se tiene que sumar el transporte por tierra
previo al vuelo. Y suma y sigue.

Lo que se necesita es una definición que no esté basada en


definiciones de origen humano pero que esté basada en
mantener la calidad del ecosistema. Para diferenciarlas, llamaré a
la sostenibilidad basada en esta definición la
sostenibilidad "verdadera". El ecosistema en el que vivimos y
trabajamos posee unas cuantas reservas ecológicas (materias
primas ecológicas) que utilizamos, como la superficie seca y
húmeda, los minerales, la energía fósil, agua y aire limpios. Un
economista las llamaría "medios de producción", lo que un
ecologista consideraría un insulto ya que la producción económica
extrae estas materias primas del medio ambiente. Considero que
la energía solar no forma parte de esta categoría ya que abunda,
aunque no siempre de forma útil para los humanos. La aportación
de energía solar es verdaderamente sostenible. Las antiguas
economías se alimentaban casi totalmente de la energía solar,
por lo que eran sostenibles. Una economía moderna solo se
puede llamar sostenible cuando no se reduce permanentemente
la reserva de materias primas ecológicas. O sea, cuando la
capacidad de regeneración natural (en caso necesario utilizando
la energía solar) no se ve influenciada.

Es interesante referirse a lo que un informe reciente del RIVM


"Nederland en een duurzame wereld"1 ("Los Países Bajos y un
mundo sostenible", del Instituto nacional neerlandés de salud
pública y protección del medio ambiente) dice sobre el término
sostenibilidad teniendo lo mencionado anteriormente como base.
En ese informe, que merece la pena ser leído, se nombran y
explican cinco indicadores de sostenibilidad, a saber, el Human
Development Index, el Environmental Sustainability Index,
el Environmental Performance Index, el Happy Planet Index y
el Index voor Duurzame Samenleving (Índice para una sociedad
sostenible). Todos estos tienen en común que dicen algo sobre el
bienestar de la gente, que se considera igual a la sostenibilidad
del medio ambiente. El enfoque ppp (people, planet y profit,
gente, planeta y beneficio) es el mejor baremo para este punto de
vista, aunque es necesario objetar insistiendo en que las tres p no
tienen el mismo valor. Aun eliminando la p de profit (beneficio) se
debe decir que el planeta podrá sobrevivir bien sin el ser humano.
Lo contrario no es el caso. Las definiciones de origen humano no
suelen ser concluyentes y suelen dar pie a discusiones
interminables que tratan problemas parciales, que puede que
hasta se resuelvan (parcialmente), mientras que la mayor parte
queda escondida. A menudo vemos que se resuelven problemas
parciales pero que la sostenibilidad empeora,
desafortunadamente.

Ya hemos llegado a la importante conclusión de que los


ciudadanos se deben concienciar mejor acerca de los límites de
sus capacidades de dejar intacto el medio ambiente. Y no nos
olvidemos que la ganadería intensiva también influye
negativamente en la carga de origen humano del medio ambiente.

Acerca de escalas temporales


El concepto de sostenibilidad también implica tiempo. El periodo
que intentamos tener en cuenta debe ser largo, pero ¿cuánto de
largo? En principio infinito, aunque no es una opción práctica ya
que se trata de influencias de origen humano sobre el ecosistema,
por lo que tendría sentido considerar unas decenas de
generaciones o cientos de años. Por lo tanto, se trata de una
política a largo plazo: lo suficientemente corto como para no tener
que rompernos la cabeza sobre cambios no de origen humano,
como la llegada de una nueva era glaciar, pero largo en
comparación con un periodo de gobierno.

Existe, además, otra escala temporal para la sostenibilidad: la del


tiempo necesario para la regeneración del ecosistema en relación
con el tiempo en el que consumimos las reservas ecológicas.

¿Existe un vínculo entre la población y el uso que hace de las


reservas ecológicas?
Claro que sí. Y el vínculo depende cuantitativamente del modo en
el que la población trata al medio ambiente. Esto nos lleva a la
pregunta principal: ¿en qué medida se puede desvincular nuestra
economía del uso que hacemos de nuestras reservas ecológicas?
Y, si esto no fuera del todo posible, ¿podemos medir los daños y
estamos dispuestos conscientemente a aceptar los riesgos de
estos daños? Esta desvinculación es un deseo piadoso para el
ciudadano medio, o sea, también para el político medio. Solemos
oír que técnicamente es posible la desvinculación ("confío de
lleno en la tecnología"), y lamentablemente también lo solemos
oír de los políticos. Como ilustración se suelen añadir procesos y
productos que son más economizadores gracias a la tecnología.
Sin embargo, el argumento es incorrecto: va contra una de las
leyes naturales fundamentales: la segunda ley principal de la
termodinámica. Nuestra economía siempre paga un precio
ecológico por lo que, cuanto más intensa sea la economía, más
elevado será el precio ecológico.
Como explicación sigue una exposición sobre el fondo científico
natural.

Vínculos vistos desde el punto de vista científico natural


La naturaleza a nuestro alrededor está repleta de vínculos que
desconocemos. Un ejemplo biológico es que no existen
mariposas sin orugas, pero fíjese en la cantidad de gente que
extermina las orugas en su jardín y, seguidamente, se quejan de
que hay tan pocas mariposas. ¿Y quién es consciente de que el
hecho de que existan dos sexos está directamente vinculado a la
mortalidad del individuo? Una vaca no puede crecer y dar leche
sin generar, al mismo tiempo, estiércol. El que se atreva a decir
que puede desvincular tecnológicamente esos dos asuntos, ha
perdido su juicio.

La pregunta central del análisis de la carga que impone nuestra


economía sobre las reservas ecológicas es la regla básica de que
para las cantidades finitas rige lo siguiente: cuando se acaben, se
acabaron. Solo se puede llevar a cabo una desvinculación entre
la economía y la carga si podemos reutilizar al 100% las reservas
utilizadas y esto, en principio, no es posible sin volver a cargar las
reservas ecológicas. Un artículo publicado anteriormente en esta
revista2 explicaba e ilustraba con ejemplos esta segunda ley
principal. La ley dice que no podemos crear un perpetuum
mobile del segundo tipo, que es el desarrollar una tecnología en
la que el calor se transforma al completo en trabajo sin utilizar
energía y materias primas ecológicas, o devolver metales
utilizados al estado de elementos puros, o separar el agua
contaminada con metales pesados para obtener agua limpia y
metales puros. No es posible mejorar residuos para obtener las
materias primas originales sin gastar energía y nuevas materias
primas ecológicas La tecnología puede ayudar a limitar los daños
(coches ecológicos) pero la economía no funciona sin esas
materias primas, ya que no es posible reutilizar todo. No existe un
procedimiento que cierre el círculo creando un círculo ecológico
cerrado. La desvinculación solo es posible para procesos
biológicos lentos en los que se puede utilizar la energía solar para
la recuperación total. Sin embargo, el moderno humano occidental
no se siente atraído por esta opción. Y teniendo en cuenta este
duro hecho, deberíamos encontrar una medida que no sea de
origen humano para la medida del consumo de materias primas
ecológicas.

La huella ecológica
Actualmente es la medida más práctica. Describe la superficie
necesaria para llevar a cabo todas las necesidades primarias de
una persona (comer, beber, reciclar residuos, etc.). Se puede
calcular por país, por persona, por proceso y por producto. El
artículo de Juffermans, que viene en esta revista3 explica el
término. El lo llama la huella mundial. Yo considero la huella
mundial la huella de todo el mundo. Una ventaja psicológica del
término huella ecológica es que también tiene un significado
figurativo: te puedes hacer una idea de una persona que tiene
una huella ecológica grande como alguien que posee una o varias
casas grandes con aire acondicionado, que compra nuevos
coches caros, que tiene caballos y que viaja mucho en avión.
Alguien como Al Gore. El término huella ecológica no es perfecto,
pero tampoco está tan mal. No incluye, por ejemplo, la toxicidad
de residuos, ni se han tenido en cuenta los minerales, pero ya
que no tenemos nada mejor, podemos utilizarla. Al fin y al cabo, la
huella es mejor que los diferentes indicadores que se basan en
las tres p, como lo piensa hacer el Planbureau (oficina
neerlandesa de planificación). Estos indicadores tratan las
prioridades en el reparto de dinero que no teníamos que haber
ganado.

¿Cuál es el resultado? Para mantener la tierra sostenible en su


totalidad, cada habitante podrá utilizar 1,8 hectáreas. En realidad
son 2,2 hectáreas. Si lo consideramos a nivel global, superamos
en más de 20% la carga que hacemos sobre las reservas
ecológicas. La huella no dice nada sobre qué pasará, aunque nos
podemos imaginar que el calentamiento de la tierra es uno de los
resultados negativos, aunque no el único, ya que también existe
la falta de agua y superficie limpias. No parece ser que esto
mejore en breve, considerando la emergencia de
macroeconomías que crecen rápidamente, como la de China. La
huella es muy elevada en los Estados Unidos (9,6 hectáreas por
persona a consecuencia del nivel de vida medio de elevada
consumición) y en los Estados del Golfo (ya que todo se importa
por vía aérea). En muchos países en vías de desarrollo es baja.
Pero fijémonos en nosotros mismos: la huella en los Países Bajos
es de 4,4 hectáreas por persona, un factor 2,4 superior a lo
calculado en comparación con lo que se ofrece para la
sostenibilidad verdadera. Esto ya no se trata de unos pocos
porcentajes Y el factor no hará más que subir si ampliamos el
cálculo de la huella incluyendo la toxicidad de los residuos.
Determinemos también que esta constatación es apolítica, ya que
nuestra opinión no importa: es un hecho. Lo que haremos en
relación con este problema sí es una cuestión política, hasta
cuando se adopta la política de mirar hacia el otro lado.

¿Qué hacer con la política demográfica?


En este artículo me limito a los Países Bajos, por lo que tenemos
que buscar medios para reducir la huella VPB de nuestro país con
un factor 2,4. En estos momentos es VPB = Vp x N si Vp es la
huella por persona (en estos momentos, 4,4) y N es el número de
habitantes (más de 16 millones). El resultado solo se puede
reducir si se reduce la huella por persona o N, aunque es
preferible que sean ambos. Personalmente no creo que la primera
parte se pueda reducir suficientemente ya que estamos
demasiado mimados con nuestro alto nivel de vida, nuestra buena
sanidad, etc. Se podrán encontrar ejemplos individuales de
personas que llevan un estilo de vida ecológicamente consciente
e idealista pero no creo que con ellas se pueda llegar al factor
2,4. Por ende, se obtendrá el mejor resultado reduciendo N. De
momento es un tabú pero no hace daño imaginarse unos Países
Bajos con solo 6,6 millones de habitantes pero en los que se
sostienen todos los logros actuales. La reducción ecológica
también ayuda a reducir VNed, aunque solo fuera parando el
crecimiento. Hasta eso es difícil ya que se tiene que hacer uso de
reservas ecológicas cada vez más escasas cuyas extracciones
suponen un coste de reservas ecológicas y energía
progresivamente elevado. Dicho de modo claro: mantener el
crecimiento económico en un mundo que ya no es sostenible es
tan artificial que el metabolismo económico al completo se debe
acelerar anualmente, lo que se traduce en una reducción
proporcional de la sostenibilidad.

Comentarios finales
El alcance de lo tratado es mucho más amplio, lo que se mostrará
al elaborar la pregunta de cómo llevar a cabo ciertas cosas, al
preguntar acerca del reparto de las reservas ecológicas
disponibles (pobre y rico), al hacer promesas políticas e idealistas
(como la Declaración de Rio de los derechos del ser humano, que
dice que todos tenemos derecho a un desarrollo sostenible), el
mito de que se necesita más crecimiento económico para
combatir los problemas ecológicos (hay que reducir la economía)
y el hábito de expresar todo en dinero (las reservas ecológicas
son más valiosas y no se ven afectadas por la inflación. ¿Se ha
fijado en que la palabra dinero solo se mencionó una vez en este
artículo?). Quiero añadir que, pensando en la inmigración,
debemos favorecer a personas con una huella pequeña.
El objetivo principal de este artículo es ofrecer una aportación a la
concienciación sobre hechos detrás de ficciones.

1).Nederland en een duurzame wereld: armoede, klimaat en


biodiversiteit. Tweede Duurzaamheidverkenning. RIVM (2007).
2). J.Lyklema, Echte Duurzaamheid, een
Natuurwetenschappelijke Aanpak. Civis Mundi 41 (2002) 154.
3). Artikel Juffermans en esta revista.

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