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MÉTODOS

DIAGNÓSTICOS
EN HEPATITIS C
DRA. ROSALBA MORENO (IMSS)

En la actualidad, a nivel mundial existen 71 millones de personas infectadas por el


Virus de la Hepatitis C (VHC). En mayo de 2016, la Asamblea Mundial de la Salud
adoptó la primera estrategia mundial del sector de la salud contra la hepatitis viral
2016-2021, que destaca la función crucial de la cobertura sanitaria universal y cuyas
metas están alineadas con las de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El objetivo final es eliminar las hepatitis virales como problema de salud pública,
y las metas consisten en reducir los casos incidentes en un 90% y la mortalidad
en un 65% de aquí a 2030. La estrategia también define las medidas que han de
adoptar los países y la Secretaría de la OMS para alcanzar dichas metas.

Con el fin de ayudar a los países a lograr los objetivos mundiales relativos a las
hepatitis víricas en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la OMS
está trabajando en las siguientes esferas: concienciación, promoción de alianzas y
movilización de recursos; formulación de políticas basadas en pruebas científicas
y datos para la acción; prevención de la transmisión, y ampliación de los servicios
de detección, atención y tratamiento. La OMS publicó el Informe mundial sobre las
hepatitis, 2017, en el que se establecen los puntos de referencia del impulso hacia
la eliminación.1
Es de suponer que el retraso en el diagnóstico de la enfermedad permitiría la
progresión y aparición de complicaciones, ya que mientras más pacientes se
encuentren sin diagnosticar más probabilidades existen que se produzcan nuevas
infecciones, debido a que los afectados no pueden tomar medidas de prevención;
por ejemplo no compartir instrumentos punzocortantes de uso personal o evitar
el consumo de alcohol.

Tras la exposición al virus, el período de incubación de la hepatitis C puede variar


de dos semanas a seis meses. Posterior a la infección inicial, aproximadamente un
80% de los casos no presentan síntomas, son pocos los casos diagnosticados en
la fase aguda debido a que generalmente es asintomática.

Frecuentemente la infección crónica por el Virus de la Hepatitis C también


queda sin diagnosticar ya que puede mantenerse asintomática hasta décadas,
desafortunadamente cuando aparecen síntomas secundarios al daño hepático
grave.2

Por lo anterior, las pruebas diagnósticas deberían efectuarse no solo a los pacientes
con manifestaciones clínicas o analíticas que muestran enfermedad hepática, sino
también a aquellos que han estado expuestos a situaciones de riesgo de infección,
como exposición a sangre o materiales potencialmente infectados, por otra parte
el 30% de las personas infectadas eliminan espontáneamente la infección.3

Ante la sospecha de infección por VHC es necesario:

• Confirmar la infección.
• Evaluar la función hepática.
• Evaluar el posible daño hepático.
• Determinar el estado del daño hepático.

El grado de daño hepático y la caracterización del virus se utilizan para orientar las
decisiones terapéuticas y la conducta clínica que se va a tomar con el paciente.

Entre los estudios bioquímicos generales se incluyen desde luego las llamadas
pruebas de función hepática dentro de las que se incluyen la determinación de
aminotransferasas, bilirrubinas, albúmina, coagulación, además de otras pruebas
auxiliares en la evaluación integral de cada caso como serían los marcadores
de función renal, marcadores de función tiroidea (si el paciente ha sido tratado
con interferón), y biometría hemática si en el caso se requerirá de adicionar al
tratamiento ribavirina.

Es importante también solicitar marcadores serológicos frente a otros virus


hepatotropos y frente al VIH. El daño hepático es posible en presencia de bajas
cargas virales y niveles normales de aminostrasferasas (ALT o AST).4
Se menciona que el abordaje más eficiente para evaluar el grado de fibrosis se
basa en combinar los marcadores directos o indirectos, y un método de imagen
que determine la rigidez hepática (elastografía hepática). La biopsia hepática
deberá considerarse cuando se presenten resultados discordantes entre las dos
modalidades que afecten las decisiones clínicas o cuando se sospecha la presencia
de otras etiologías. Esencialmente los pacientes con cirrosis clínicamente evidente
requieren estudios adicionales de estatificación y para descartar presencia o
ausencia de una neoplasia hepática como hepato o colangiocarcinoma agregado.

Las pruebas diagnósticas para confirmar la infección por el VHC se realizan en el


siguiente orden:

1. Pruebas de detección de anticuerpos contra el VHC. La detección de anticuerpos


anti-VHC solo revela contacto.

2. Pruebas moleculares basadas en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR,


Polimerase Chain Reaction). “Prueba de material genético del ARN del HCV” Para
confirmar la infección se necesita una prueba que detecte el ácido ribonucleico
(ARN) del virus. La detección del ARN del VHC además está indicada en el
paciente candidato a un tratamiento antiviral. La cuantificación debe realizarse
con un ensayo sensible (≤15UI/ml) y expresarse en UI/ml. La carga viral no es un
indicador de progresión o gravedad de la enfermedad.4

3. Genotipado del VHC, secuenciación directa.

DETECCIÓN DE ANTICUERPOS ANTI-VHC


Los métodos ELISA (Ensayo Inmunoabsorbente Ligado a Enzimas) o su variante
inmunoensayos quimioluminiscentes (CLIA) son los que se utilizan actualmente.
Contienen una mezcla de péptidos sintéticos o recombinantes, o una combinación
de ambos, frente a los que se miden los anticuerpos IgG que tiene la muestra. Un
resultado positivo indica exposición al Virus de la Hepatitis C. Todas las pruebas
serológicas incluyen antígenos derivados de la nucleocápside (c22-3), de la región
no estructural NS3/NS4 (c33-c, c100-3, C200) y de alguna parte de NS5.

La detección de anticuerpos anti-VHC tienen la limitante de no diferenciar la


infección activa, y puede presentar resultados falsos negativos en pacientes
inmunodeprimidos. Sólo indican exposición o contacto con el virus.5 Si la prueba
resulta positiva se debe realizar una prueba de ARN del VHC.

Este algoritmo de dos pasos es impulsado por el hecho de que las pruebas de
ARN del VHC son considerablemente más costosas y requieren laboratorios más
equipados.
PRUEBA DE MATERIAL GENÉTICO (ARN) DEL HCV
Las pruebas moleculares permiten detectar, cuantificar y caracterizar el ARN viral,
además de que tienen la ventaja de indicar una infección activa.

Esta prueba mide la cantidad de material genético (ARN del VHC) que hay en la
sangre. Si la prueba resulta positiva, se confirma que la persona está infectada por
el virus de la hepatitis C.

Con esta prueba también se puede conocer el genotipo del virus y la carga viral.
Conocer el genotipo del virus puede ser importante para brindar un tratamiento
adecuado y efectivo.

La prueba cuantitativa de VHC (también llamada carga viral) se utiliza antes y durante
el tratamiento para saber por cuánto tiempo se debe administrar el tratamiento y
para comprobar su eficacia.4,5

GENOTIPADO DEL VHC


La determinación del genotipo es fundamental para la predicción del pronóstico
y la planificación del tratamiento del paciente. El método de referencia es la
secuenciación directa de las regiones NS5B, E1 o E2 del genoma viral.5

Permiten analizar las diferencias o variaciones en la secuencia del genoma del VHC,
y de esta forma identificar el tipo y subtipo del Virus.

Esta prueba solía ser imprescindible para administrar un tratamiento efectivo, aunque
ahora, con el advenimiento de los antivirales de acción directa pangenotípicos,
que han demostrado eficacia en todos los genotipos, puede no ser tan necesaria.

Sin embargo el genotipo 3 es el genotipo que actualmente se considera difícil de


tratar por lo que se considera indispensable reconocerlo para establecer la mejor
opción terapéutica en este caso.

Se puede realizar una ultrasecuenciación para detectar las variantes minoritarias


que pudieran estar implicadas con el desarrollo de resistencias a los antivirales
específicas contra el VHC.4,5
SECUENCIA RECOMENDADA PARA IDENTIFICAR LA INFECCIÓN POR VHC

Determinar Infección
Detección Reactivo
el ARN Detectable activa por
de Ac VHC Positivo
del VHC el VHC

Negativo Negativo

Genotipo
FIN FIN tratamiento

CONCLUSIONES
Para el diagnóstico de la Hepatitis C, es de suma importancia comenzar con la
detección de anticuerpos anti-VHC de cada caso pero al mismo tiempo se debe
respaldar con la vinculación a la prevención, atención y tratamiento de cada
persona.

No se puede confirmar una infección únicamente con la detección de anticuerpos


anti-VHC. En la actualidad, en México se realizan las pruebas necesarias que
permiten su detección tanto en el sector público como en el privado.

Identificar al Virus de Hepatitis C en pacientes con probabilidad de padecer la


enfermedad permite una excelente oportunidad, pero podría ofertarse también a
pacientes que no se conozcan con algún factor de riesgo.
REFERENCIAS
1. World Health Organization. Estrategia mundial del sector de la salud contra las hepatitis víricas 2016-2021 hacia el fin de las hepatitis víricas. http://
www.who.int/hepatitis
2. Hepatitis C, Organización Mundial de la Salud. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/hepatitis-c.
3. Associació Catalana de Malalts d’Hepatitis (ASSCAT) https://asscat-hepatitis.org/hepatitis-viricas/hepatitis-c/.
4. Aiza-Haddad I et al. Consenso Mexicano para el Tratamiento de la Hepatitis C. Revista de Gastroenterología de México. 2018; 83: 275-324.
5. European Association for the Study of the Liver. EASL Recommendations on Treatment of Hepatitis C 2018. Journal of Hepatology. 2018;69:461-511.

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