BOLETÍN
SEMANAL
Institución Educativa Zaragoza.
“Reunirse en equipo es el principio, mantenerse en equipo es el
progreso, trabajar en equipo asegura el éxito” Henry Ford
Publicación 5678
REPENSAR NUESTRA
LABOR PEDAGÓGICA EN TIEMPOS DE
CRISIS
Leidy Johana Trujillo Franco
Para nadie son un secreto las múltiples dificultades
que se viven en el sector de la educación,
especialmente en las zonas rurales. Comprender las
desigualdades sociales a las que se enfrentan tanto
docentes como estudiantes para acceder a la
educación, sobre todo en aquellas zonas apartadas
del casco urbano, es el gran desafío que siempre
nos ha atormentado, y ni qué hablar en estos
momentos cuando el COVID-19 nos tomó por
sorpresa. Todo cambió de la noche a la mañana:
salir un viernes y hacer planes con los estudiantes
para el día lunes, sin pensar que la noche anterior,
la del domingo, comenzaría este distanciamiento
social que aún nos impide estar en nuestras aulas.
Recuerdo con nostalgia aquellas mañanas en las
que, sin percatarnos, transcurría la magia entre
nosotros, me refiero al contacto con los estudiantes,
los saludos de buenos días, los abrazos, el abrir
loncheras en el descanso, amarrar zapatos, atar
colas en el cabello, pedir silencio, controlar
emociones y, muchísimas veces, escuchar sus
historias. Estas son algunas actividades de las
21 de mayo de 2020
tantas que realizamos los docentes y que, cuando
ejercemos esta profesión con alma, vida y corazón,
los días no solo se llenan con una jornada de
“trabajo”, sino que en realidad vivimos nuestra
vocación.
Ser docente es mucho más que transmitir
conocimiento, orientar una clase, resolver
ejercicios o calificar de 1.0 a 5.0; es comprender
que cada personita que comparte sus experiencias
con nosotros también nos está enseñando. Educar
va más allá, porque las prácticas pedagógicas no
pueden separarse de los contextos sociales y
culturales, es decir, constituyen una unidad
dialéctica. Por tanto, es importante repensarnos
desde nuestra labor, ser conscientes de que el
concepto de educación debe superar el “hacer”,
como un “acto”, y el de la formación como una
simple instrucción, capacitación o actualización de
nuestros saberes específicos.
Pensar así la enseñanza es concebirla como un
proceso interpersonal con una intencionalidad,
basado en la comunicación verbal y no verbal, que
permie la consecución de los aprendizajes
Por mi parte, considero que llegó un momento,
crucial para repensarnos y restructurar nuestras
prácticas, y me surgen varios interrogantes:
¿En la educación lo más importante son los
contenidos?
¿Educar es solamente tarea de los docentes?
¿La educación que ofrecemos acaso es pertinente
para la época que vivimos? O, ¿seguimos igual que
cuando comenzamos nuestra labor?
Podría plantear más interrogantes, pero creo que es
una tarea personal que debe realizar cada uno de
nosotros, porque como se escucha en diferentes
escenarios, somos quienes nos resistimos al
cambio, al auto cuestionamiento, tenemos actitudes
Sede Antonia Santos
poco participativas o, simplemente, nos
entregamos al conformismo.
Es indudable que esta época de pandemia nos
obligó a mostrar lo mejor de nosotros, afloraron
capacidades creativas y solidarias para llevar los
aprendizajes a nuestros estudiantes, se nota la
constante preocupación de los docentes por llegar
a cada uno de ellos y, en muchos casos, hasta
hemos llegado a comprender lo difícil que es la
vida de cada familia a la que nos acercamos,
conociendo de cerca sus posibilidades y sus
limitaciones y que, con el afán del día a día, a veces
ni nos damos cuenta de estas situaciones.
En este momento, el sentido de humanidad nos
llevó a replantear los objetivos de la educación, nos
convirtió en unos docentes más empáticos, que le
dan más importancia a las competencias
socioemocionales que desembocan en el aprender
a ser y aprender a convivir, en una tarea conjunta
con los hogares.