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DE MISTERIOS
CUANTICOS
Max Tegmark y John Archibald Wheeler
Electrodinámica cuántica
Ecuación de Schrödinger; y renormalización
interpretación de Copenhague (1926) (1948)
Teoría de los
espectros Principio de indeterminación
atómicos Principio de exclusión de Heisenberg (1927)
de Bohr (1913) de Pauli
(1925)
Ecuación del electrón
de Dirac (1928)
Predicción
de la condensación
Planck explica la radiación de Bose-Einstein Descubrimiento
del cuerpo negro (1900) (1924) del antielectrón Bomba atómica
(1932) (1945)
Descubrimiento
de la superfluidez (1938)
Interpretación de la
onda piloto de Bohm Descubrimiento
(1952) del quark cima
(1995)
Interpretación de estado
relativo o de muchos
universos (1957) Descubrimiento
de la partícula Z ¿Indicios de
Teorema de Bell (1983) la partícula
sobre variables de Higgs?
Escáner de resonancia Efecto Hall cuántico Teoría del teletransporte
ocultas locales (2000)
magnética fraccionario (1982) cuántico (1993)
(1964)
(1973)
En 1871, los científicos tenían bue- sensores de imagen de las cámaras trales del hidrógeno, es decir, las fre-
nas razones para sentirse optimistas. digitales. cuencias específicas de la luz emi-
La mecánica clásica y la electrodi- La física volvió a pasar apuros en tida por los átomos excitados. La teo-
námica habían impulsado la revolu- 1911. Ernest Rutherford argumentó ría funcionaba con el átomo de helio,
ción industrial, y sus ecuaciones fun- de manera convincente que los áto- pero sólo si se ignoraba uno de sus
damentales parecían bastar para mos consistían en electrones que or- dos electrones. De vuelta a Copen-
describir todas las propiedades de los bitaban en torno a un núcleo dotado hague, Bohr recibió una carta de Ru-
sistemas físicos. Algunos detalles in- de carga positiva, a la manera de un therford que le instaba a publicar sus
significantes empañaban la imagen. sistema solar en miniatura. Según la resultados, pero el danés respondió
Así, el espectro calculado para la luz teoría electromagnética, sin embargo, que nadie le creería a menos que ex-
emitida por un objeto incandescente los electrones en órbita emitirían ra- plicara el espectro de todos los ele-
no coincidía con las observaciones. diación continuamente y se precipi- mentos. Rutherford insistió que, si
La predicción clásica se conocía como tarían sobre el núcleo en una billo- explicaba el hidrógeno y el helio, el
la catástrofe ultravioleta, porque se- nésima de segundo. Pero los átomos resto no plantearía problemas.
gún ella una intensa radiación ultra- de hidrógeno eran muy estables. Tal Pese a los éxitos de la idea de los
violeta, acompañada de rayos X, de- discrepancia representa el error cuan- cuantos, los físicos todavía no sabían
bería cegarnos al contemplar el titativo más grave de toda la histo- qué pensar de estas reglas extrañas
elemento incandescente de una estufa. ria de la física, ya que estima a la y aparentemente arbitrarias. En 1923,
baja la vida media del hidrógeno en Louis de Broglie propuso una res-
El desastre del hidrógeno unos 40 órdenes de magnitud. puesta en su tesis doctoral: los elec-
En 1913 Niels Bohr, que había ido trones y otras partículas actúan como
de la teoría y a ocuparse de los pro- la Universidad de Princeton, Hugh tico, determinista pero esquizofrénico,
blemas acuciantes que planteaba la Everett III, decidió dedicar su tesis percibirían la realidad con la que es-
física nuclear. doctoral a revisar el postulado del co- tamos familiarizados y, lo que es más
Este enfoque pragmático cosechó lapso. Everett llevó las ideas cuánti- importante, percibirían que el azar
grandes éxitos. La mecánica cuántica cas al límite al plantearse qué pasa- aparente obedece las reglas de pro-
permitió predecir la antimateria, com- ría si la evolución temporal del universo babilidad correctas (véase el recua-
prender la radiactividad (y los fun- entero fuera siempre unitaria. Des- dro “Interpretación de los muchos
damentos de la energía nuclear), dar pués de todo, si la mecánica cuán- universos”).
cuenta del comportamiento de los se- tica bastara para describir el universo, Al punto de vista de Everett se le
miconductores y explicar la super- el estado actual del universo estaría conoce en la academia por formula-
conductividad, amén de describir las representado por una función de onda ción de estado relativo. Más famosa
interacciones entre la luz y la mate- (una función extraordinariamente com- es su denominación popular de “in-
ria (que llevó a la invención del lá- plicada). Según el planteamiento de terpretación de los muchos univer-
ser) o entre las ondas de radio y el Everett, tal función de onda evolu- sos” de la mecánica cuántica; en
núcleo (que condujo a la formación cionaría siempre de forma determi- efecto, en su seno cada componente
de imágenes por resonancia magné- nista, excluyendo todo desplome mis- de la superposición del observador
tica nuclear). Muchos de los éxitos terioso no unitario o la posibilidad percibe su propio universo. La for-
de la mecánica cuántica implican a de que Dios juegue a los dados. mulación de Everett simplifica la teo-
su extensión, la teoría cuántica de En lugar de desplomarse por las ría subyacente porque elimina el pos-
campos, que se halla en la base de mediciones, las superposiciones mi- tulado del colapso, pero a un precio
la física de las partículas elementa- croscópicas se amplificarían vertigi- elevado: el que le lleva a la con-
les desde sus orígenes hasta los ac- nosamente en complicadas superpo- clusión de que todas estas percep-
tuales experimentos con las oscila- siciones macroscópicas. Nuestro naipe ciones paralelas de la realidad son
ciones de neutrinos y la búsqueda de estaría realmente en dos lugares a la igualmente reales.
la partícula Higgs y la supersimetría. vez. Además, una persona que lo con- El trabajo de Everett pasó sin pena
templara entraría en una superposi- ni gloria durante cerca de veinte años.
Muchos universos ción de dos estados mentales distin- Muchos físicos seguían confiando en
tos, cada uno de los cuales percibiría el advenimiento de una teoría funda-
a indeterminación de una superposición cuántica de cada resultado, cara arriba o cara abajo. Los otros
L ( izquierda ) es distinta de la incertidumbre de la
probabilidad clásica, como la que se da al lanzar
dos indican que estos dos resultados pueden, en
principio, obstruirse entre sí. El estado cuántico to-
una moneda ( derecha ). Un objeto matemático deno- davía es “coherente”. La matriz de densidad de un
minado matriz de densidad ilustra la distinción. La lanzamiento de moneda sólo tiene dos máximos, lo
función de onda del naipe cuántico se corresponde que significa, por convención, que la moneda está
con una matriz de densidad con cuatro máximos. Dos realmente cara arriba o cara abajo, aunque no la ha-
de estos máximos representan la probabilidad (50 %) yamos mirado aún.
SUPERPOSICION COHERENTE
Cara
arriba Cara Cara Cruz
abajo
MATRIZ DE MATRIZ DE
DENSIDAD DENSIDAD
La teoría de la decoherencia muestra que la menor densidad que, a todos los efectos, representa las pro-
interacción con el entorno, como la colisión de un fo- babilidades clásicas como las de un lanzamiento de
tón o una molécula de gas, transforma rápidamente moneda. La ecuación de Schrödinger controla el pro-
una matriz de densidad coherente en una matriz de ceso entero.
DECOHERENCIA
Cara arriba Cara abajo
Interacción en el entorno
CUANTICO CLASICO
BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA
ONE HUNDRED YEARS OF QUANTUM
PHYSICS. Daniel Kleppner y Ro-
man Jackiw, en Science, vol. 289,
págs. 893-898; 11 de agosto de
2000.
BEAM LINE. Número especial dedi-
cado al siglo cuántico. Volumen
30, número 2 (verano/otoño 2000).
Disponible en la red en www.slac.
stanford.edu/pubs/beamline/pdf/
00ii.pdf.
MAX PLANCK: THE RELUCTANT RE-
VOLUTIONARY . Helge Kragh, en
Physics World, vol. 13, n.o 12,
págs. 31-35; diciembre de 2000.
THE QUANTUM CENTENNIAL. A. Zei-
linger, en Nature, vol. 408, págs.
639-641; 7 de diciembre de 2000.