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Breve historia de las marcas: Swatch

Cualquiera que hace algunos años atrás hubiese pensado en la posibilidad de


que Suiza produjera relojes de bajo costo, probablemente hubiera sido tildado
de loco. No obstante, ese sería uno de los paradigmas que la empresa Swatch
se encargaría de romper cuando la industria relojera de ese país se viera
afectada por una de las crisis más grandes que tuvo en su historia.

Si bien después de la segunda guerra mundial Suiza había sido la gran


dominadora del mercado de los relojes, de los 70s en adelante, la cuota de
mercado de ese país se reduciría de un 50% a un 15%, y la reducción de
puestos de trabajo en la industria pasó de cerca de 90 mil empleados a unos
25 mil. Entre los principales factores que estaban afectando la industria local
en el rubro de los relojes estaban cuestiones relacionadas con nuevas
tendencias y gustos de los consumidores (un elemento en el cual los suizos por
años se habían mantenido muy conservadores).

Por otra parte, la adopción de nuevas tecnologías que algunos fabricantes


asiáticos estaban usando, de la mano con su gran capacidad de producción,
estaba generando que estos inundaran los mercados con relojes que además de
tener una buena relación entre precio y calidad, parecían adaptarse mejor a la
nueva realidad del mercado, incluyendo en la oferta nuevos modelos como
relojes de cuarzo o digitales LCD.

Nicolás Hayek, el genio encargado de salvar la industria relojera suiza

A pesar de que fueron los mismos suizos quienes habían inventado el reloj de
cuarzo, fueron los japoneses quienes lo perfeccionaron hasta volverlo un éxito
comercial que amenazaba seriamente las tradicionales marcas del país
Helvético.

Tanto era el auge que estaban teniendo las marcas japonesas en el mercado,
que una de ellas llegaría a ofrecer 400 millones de francos por la compra de
Omega (cosa que al final no sucedería).
En ese punto dramático cuando los relojes asiáticos estaban cerca de poner fin
a una tradición legendaria, Nicolás Hayek, un empresario de origen libanés y
suizo por adopción, asumiría el rol protagónico y la principal responsabilidad
de salvar el minado orgullo de una industria que se jactó de ser por años la
líder indiscutida en la categoría.

Así las cosas, Nicolás se empeñaría en una lucha por recuperar el prestigio y
la reputación de toda una industria nacional dedicando su trabajo y parte de su
capital, a la creación de una marca que trataría de dar vida a un concepto de
reloj completamente distinto al que por años la industria relojera suiza se
había empeñado y hasta cierto punto obstinado en fabricar.

Nacimiento del grupo Swatch


Lo que hoy se conoce como Swatch nace en el año 1983 cuando las dos
principales relojeras de la época, ASUAG y SSIH, quienes aglutinaban
algunas de las más prestigiosas marcas de relojes suizos, se fusionaron.

Como encargado de desarrollar la nueva marca, Nicolás crearía relojes que


reducirían a 51 el número de piezas usadas en lugar de las más de 90 que
tradicionalmente se acostumbraba usar. De esta manera el costo de producir
los mismos en comparación con las otras gamas que se solían fabricar
resultaba ser mucho más económico con una reducción de costos cercana al
80%.

Si bien los amigos de Nicolás no creían para nada en la nueva propuesta de


relojes que dentro de sus componentes incluían piezas plásticas e incluso
desechables, él sabía que debía basar el mensaje no sólo en la reputación de
calidad propia de los relojes suizos, sino fundamentarlo en nuevas ideas más
propias de la juventud y su estilo de vida.

De hecho, su idea era crear un “segundo reloj”, en lugar de una costosa pieza
de joyería bien elaborada. Una nueva forma de expresar la personalidad de
cada individuo al tiempo que reflejara un conjunto de emociones positivas. De
ese concepto (en inglés Second Swatch), nacería el tan hoy popular nombre
Swatch.
Lanzamiento de la primera colección Swatch

La primera colección de relojes Swatch se lanzaría al mercado el primero de


marzo de 1983 en Zúrich. La agresiva campaña que acompañaría este
lanzamiento, de la mano con un precio bastante accesible para un reloj suizo,
harían que los llamativos relojes rápidamente alcanzaran una gran popularidad
en el mercado. Al ser vistos más como un objeto de moda, el «segundo reloj»
fácilmente se podría volver el tercero, el cuarto o incluso, una gran colección
casi como si se tratara de prendas de vestir.

Una vez la empresa se dio cuenta de la aceptación y el gran potencial que


encerraba el concepto, empezaría a crear y lanzar nuevos diseños para cada
temporada, llegando incluso a hacer alianzas con reconocidos artistas que con
el tiempo llevarían a elevar el valor percibido de los relojes y a posicionar la
marca como unos artículos que fácilmente pueden considerarse objeto de culto
en varios lugares del planeta.

Si bien en principio parte del problema que intentó solucionar Swatch estaba
fundamentado en la relación calidad-precio, fue más la creación de un
concepto novedoso y diferente apoyado en colecciones creativas de
lanzamiento, lo que al final agregaría más valor para el cliente. Esto hizo de
Swatch una marca única capaz de crear colecciones con motivos diferentes,
que de hecho podían ir dirigidas a distintos tipos de personas y no sólo jóvenes
a quienes no les interesaba tanto el lujo.

Esto ha hecho que hoy en día la compañía, además de ofrecer sus tradicionales
modelos con componentes plásticos, lance relojes metálicos y que incluyen
otro tipo de piezas diferentes a aquellas que los hicieron figurar en un
principio.  

Swatch en la actualidad
Actualmente Swatch es una de las marcas más reconocidas a nivel mundial,
caracterizada por sus coloridas creaciones y sus excitantes modelos de relojes
en sintonía con las últimas tendencias.

De la mano con el gran éxito que la ha acompañado a lo largo de los años,


Swatch ha logrado establecer una envidiable reputación como una marca
innovadora en todos los niveles aplicando sus enfoques creativos a todo, desde
investigación y tecnología, hasta el diseño y manufactura de productos,
marketing, comunicación y distribución.

Adicionalmente la empresa se ha involucrado en el desarrollo de actividades


relacionadas con la microelectrónica y la micromecánica. El grupo también
está presente en el campo de las telecomunicaciones y en industrias
relacionadas con servicios, así como la parte automotriz. También ha ejercido
un papel importante en competencias deportivas, siendo los
«cronometradores» oficiales en diferentes disciplinas.

Swatch es un buen ejemplo de que cualquier industria es susceptible de


reinventarse y de desafiar el status quo.

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