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Summer/2019/NY

Hay ojos que miran, -hay ojos que sueñan,


hay ojos que llaman, -hay ojos que esperan,
hay ojos que ríen -risa placentera,
hay ojos que lloran -con llanto de pena,
unos hacia adentro -otros hacia fuera.
...
tus ojos mi tumba, -tus ojos mi tierra.

.
.
.
.
Fragmento: MIGUEL DE UNAMUNO — en Manhattan.
Rudy’s Bar and Grill/9th Ave
Deseo 2/Capricho

Estuve buscando una palabra mágica para definir eso que sucede
cuando un deseo cumplido se manifiesta. Pensé en el final de ese deseo
como algo que vivía en continuidad con los acontecimientos extraños
de esa noche.

“Una falla de electricidad dejó en la oscuridad a una franja del lado oeste de
Manhattan la noche del sábado y provocó que miles de personas quedaran
atrapadas en el metro y en ascensores; los conductores quedaron a la deriva en
intersecciones sin señales de tráfico y se atenuaron de manera inquietante las luces
de Times Square.
Las tiendas se vaciaron y los shows de Broadway no continuaron: la mayoría de los
teatros cancelaron sus funciones. En bares y restaurantes la gente bebía con el
resplandor de sus teléfonos.
El alcalde Bill de Blasio dijo que la empresa de electricidad Con Edison creía que el
apagón había sido causado por un problema mecánico que podía resolverse en un
periodo relativamente corto… El apagón sucedió en la misma fecha en que una falla
masiva de electricidad dejó a la ciudad a oscuras en 1977. Ahora, como entonces,
Times Square -usualmente de un resplandor cegador y con multitudes que van y
vienen a los teatros- estuvo a oscuras y las señales de tráfico apagadas.
En las esquinas policías y civiles trabajaron juntos para dirigir el tráfico mientras los
camiones de bomberos y las ambulancias ululaban por las calles laterales. Dos
mujeres posaban para una selfie a mitad de la calle 46 antes de que un oficial se
acercara a ellas diciendo “Señoras, este no es el momento”.1

Todo un evento. En la oscuridad me topé con él; debo ponerle un


nombre. Pero él ya tenía uno: Rudy’s. Era tan grande como lo imaginé;
tenía sus mejillas tan rosadas que supe que estaba feliz de verme. No
pensé que en su escape por la libertad llegaría hasta Nueva York a vivir
en un bar, ofreciendo cuantos perros calientes quisieras por comprar
una jarra de cerveza. Estaba orgullosa. Más tarde, borracha de alegría.

En la tarde cuando salíamos del concierto de Chocquibtown apurados


en llegar al otro pico del lugar, otro concierto gratis simultáneo cambió
los planes. El GPS indicaba un corto trayecto hacia la estación del tren,
pero en vista de tan excitado momento, emprendimos la ruta hacia el
lado contrario. Esquivando gente, guardé en mi bolsillo rápidamente un
billete de diez dólares que estaban tirados en el suelo directo a mí
caminar. Buscamos con insistencia un baño para poder tener la
tranquilidad de seguir fluyendo con la cerveza fría. Aunque fue
trabajoso encontrar uno prestado, con éxito logramos continuar.
Entramos en la estación y empezamos a bajar tierra dentro, pero la
gente que salía gritaba desde el otro lado de la escalera de subida, no
trains running. Incomprensible momento en el que suscitaron varias
dudas las cuales no dimos con respuesta alguna. ¿Qué pasó? ¿Nos
devuelven el pasaje? ¿Cuánto tiempo de concierto alcanzamos a
disfrutar, si llegásemos? ¿Cuántas canciones? ¡Nos perdimos el
concierto! Nos perdimos en Manhattan. El apuro nos marcaba la duda
del no saber qué hacer, con un poco de cansancio. El flujo de
transeúntes era más exuberante de lo normal. -como comparte Jorge
Finardi, un efecto hormiga- A medida que avanzamos llegamos a Hell's
kitchen. Con asombro, colapsamos en otro tiempo, otra era, otro caos.
Solo se veían las luces de los carros de bomberos, la gente caminaba
extrañada, no había red; no había luz, no había letreros luminosos, ¡No
había internet! La vida se detuvo para tener un instante presente,
recordando un fenómeno que en varias ocasiones y años atrás
generaba pánico, suposiciones políticas, pensamientos fatalistas, risas
nerviosas, estados nuevos, emociones no gratas. Personas atrapadas en
los ascensores y filas extensas en los carros de comida callejera.
Teníamos hambre y sed. Aunque los bomberos, en la esquina
cualquiera, dejaban el hidrante abierto para cuasi espectáculos de
“machos” laboriosos, rescatistas, a poca luz. Necesitábamos cerveza, el
líquido vital nocturno. Muchos locales habían cerrado, porque aparte
de incierto el momento en que todo volvería a la “normalidad”, la
extrañeza acrecentaba la imaginación malaventurada. Sin saber el
destino, siempre avanzando, o quizás andando en círculos. A pocos
metros de distancia se dejó entrever con escasa luz de misterio. El
cerdo. El cerdo que tanto había deseado, estaba allí, en la entrada de lo
que sería una noche en “completa oscuridad”.

En el lugar había unas cuantas velas en la barra, el silencio permitía que


nos mezcláramos sin muchas miradas reparadoras, todos teníamos casi,
las mismas y variadas preguntas. Individuales y colectivas. Tan
sintonizados en el momento, compuestos en un solo cuerpo de masa
ansiosa. Cuando los bombillos de la Rockola volvieron a titilar, un solo
grito en Manhattan se escuchó. Se sintió una paz dividida y cada quién
retomó su vaso con entusiasmo.
Esa noche conocí a Alan, un chino, deseaba que lo llamara Lindo.
Después de unas horas cantaba en español que esa mañana brillaba el
sol en su ventana, su corazón se ponía triste contemplando la ciudad
porque me iba. ¿Todas las promesas de su amor se irían conmigo?¿Lo
olvidaré? No lo sé. Estas y otras preguntas musicales en la Rockola de a
dólar por canción, me hicieron perder la cuenta del tiempo, las jarras, las
promesas, el amor. Al final de todo, con esta extraña costumbre de
despojarme de las cosas importantes, valiosas, triviales. Le entregué
una llave antigua que usaba como collar, esta llave había llegado como
un amuleto porque solo la portaban los chinos de cierta población muy
antigua, todo esto con ayuda de Google pude descifrar, que era la
energía universal.
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Caribbean Social Club/244 Grand St, Brooklyn. >> La Toñita
La llorona/The Weeping Woman/The Crier

Después de pasar el semáforo en rojo con prisa tardía, el carro que


suponía mi muerte aceleró y por la ventana un grito me cambio la vida:
Have a nice day!

Me empecé a despedir y en ello a llorar


Lloré por todo lo que un día no tendré
Lloré por mis amores frustrados – y más que amores hoy sé, que fueron
mis mejores maestros; los más ridículos espejos. Pero lloré. Por no
poder abrazar una vez más a ese hombre que me hacía suspirar; lloré
por los hijos que nunca vamos a tener; lloré por el momento pequeño en
que pude haberle gritado a mi hija de 3 años: ¡Más despacio! Mientras
monta bicicleta sin rueditas de apoyo.
Lloré por los orgasmos que no me van a encandilar
Lloré por los amantes que jamás me buscarán
Lloré también por mis inexplicables ganas de llorar
Lloré por la familia que no voy a tener
Lloré por los aniversarios que no voy a celebrar
Lloré por el amor que no voy a dar
Lloré por la comida que no voy a preparar; también lloré por la casa que
quiero tener particularmente porque esta aun no sé dónde quedará.

-En paralelo, otro pensamiento me cruzó y me dijo que ahora abrazara


todo lo que tenía; porque de hecho tengo un montón-

Insistente en mis ganas de seguir llorando porque además, soy alguien


que no va a existir nunca más, quizás en la mente de esas personas que
me vieron caminar y llorar, me pregunté si algún día sería mito:
La llorona.

“Atraviesa el Prospect Park, con pantalones azules, blusa negra y gafas


verdes. Lleva una maleta de cuero color ladrillo y una tula agalaxiada. Anda
a paso ligero haciendo muecas y dejando que las lágrimas se encuentren en
una sola cascada en la punta del mentón. Mirando hacia el futuro, se le ve
pasar.”

Pronto, culminando mi trayecto forcé aún más el lagrimeo, sentía que


me faltaba despedirme y siendo esto un tema de disgusto. Me despedí;
me despedí de todo lo que no había querido desconectarme por no
llorar. Y pues aprovechando el momento me vi imbuyendo la despedida
de mi papá cuando se fue de casa; el viaje de mi mamá a Cuba en el que
solo pude decir: nos vemos pronto. El hasta luego de mi “primer mejor
amigo” en su obligación a “prestar” servicio militar. El silencioso y
angustiante confinamiento de mi abuela, en su fronteriza y diligente
muerte.
El torpe adiós del hombre que me enseñó a amar y amarme, aunque
todavía estudio a fondo tal arte. Lo recuerdo sonriendo en el parque de
los filósofos; exiliado y misterioso en la tierra del norte.

Pensando que nunca más lo volvería a ver, le deseé una linda tarde de
descanso. Era un adiós interno que me hizo fingir un dulce beso de una
próxima vez. Cuando empecé a caminar rumbo a pasar la calle,
quedaron guardadas las últimas palabras que afirmó con sabiduría: Te
vas por el mismo andén hasta que se acabe el parque y ahí está la
estación del tren F. Prácticamente tienes que volver hasta el principio
de donde estábamos ayer. La 15 St Prospect Park.

Esta vez era yo la que me iba.


Central Park/Manhattan
Prospect Park/Brooklyn
Termiteros 4:51 pm/Piso ochenta y seis. — en Empire State Building.

4
2
1

1
5
3
2

1. Hi, nice to meet you

2. Do you want to go for a coffee?

3. Let's dance salsa!


1

5
4

5
2

3
6

4. Call me back! 7.________________

5. I love you / Te amo

6. Have a nice day!


Reminiscencia 11/Nostalgia

Las calles que ahora camino no las he pasado antes. Es mi


primera vez aquí, y aun así, no me siento extraño. Tengo la
sensación de saber que todo paso dado antes, me preparó
para este. No sabría decir qué resbalón evitó que escogiera
otro rumbo o qué alegría me hizo avanzar más rápido y
evitar el auto que me lanzaría al hospital. Parece que todo
hace parte de un plan del que nada sabemos, pero que
aceptamos sin rechistar.
Mucha gente me saluda, estira su mano y sonríe. Es verano
y todos están dispuestos. Todos quieren una aventura de la
cual jactarse en sus oficinas en otoño. Todos necesitamos
un recuerdo que nos caliente el alma cuando llegue el
invierno. Y yo, que a veces no logro identificar sus palabras,
les sonrío y les levanto las cejas. Ellos me arropan. Me hacen
sentir uno más. Dejan que su música baile a través de mi
sangre. Intento seguirlos. Mi cuerpo se refleja en los suyos
y avanza. Da pasos de animal salvaje que busca su presa.
Guardo su ritmo en mis ojos. Guardo sus ojos en mi
memoria. Avanzo. Mi cuerpo se vuelve uno. Fluye con la
marea humana que danza. Somos un universo que baila
sobre el tiempo que nos unió.

Enoc Balthazar

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Throwback July

“El apagón de Nueva York en 1977 y el cuasi nacimiento del hip hop”
Y si de esto nos hablan los viajes en el tiempo, los bucles, las
casualidades, el destino, lo inexplicable y misterioso. La música disco, el
funk, los golpes de suerte, y los golpes del soul.

“Por ello esa primera época es tan especial: requirió de una serie de condiciones
específicas que después no fue posible volver a replicar. Y en gran medida, no fue
posible volver a replicarlas por un evento que no tiene nada que ver con la música.
En el anochecer del 13 de julio de 1977 hubo un apagón que dejó a toda la ciudad
de Nueva York sin electricidad durante 24 horas. Este suceso que tiene que ver con
el azar y el dinero, debe ser comprendido en la historia de la música popular como
uno de sus grandes hitos. Exactamente a las 8:37 de la noche del día 13 de julio de
1977 cayó un rayo en una sub-estación de electricidad en el río Hudson. A los pocos
minutos cayó otro rayo en unas líneas de transmisión. Y después cayó un tercero en
otra estación. Exactamente una hora después, la luz se había ido en todo Nueva
York. La luz regresó a la noche siguiente. En la memoria, el apagón del 77 se convirtió
en el símbolo más elocuente de una ciudad ruidosamente en quiebra. Y fue un
momento que se vivió de diferentes modos a lo largo de la ciudad. En Manhatan el
ambiente fue festivo al principio, con gente bebiendo en las calles y compartiendo
comida y bebida refrigerada para no desperdiciarla, los taxis iluminando los dinners
y en general, como "un mardi grass para ciegos", según un testimonio; pero al otro día
el ambiente de fiesta se convirtió en angustia y desesperación.
Sin embargo, en otros lugares como el Bronx, las cosas fueron sumamente distintas
desde el inicio. El apagón fue la Navidad. La banda hizo un festín en las tiendas como
nunca se había visto. A tal grado fue el robo y el saqueo, que provocó el arresto
masivo más grande en la historia de Nueva York…

La gran relevancia del apagón de 1977 en la historia del hip hop, es que lo que más
se robó la banda fueron tornamesas y equipos de sonido: el giro de tiendas más
afectado fue el de aparatos electrónicos. En palabras de Disco Wiz: "antes del
apagón, había tres o cuatro crews de hip hop en la ciudad. Después del apagón,
había uno en cada cuadra". Y básicamente. Nada más que agregar. Es realmente
prodigioso pensar que el desarrollo de los estilos que comenzó a surgir a partir de
este año, se debió a un apagón, y no tanto por el apagón como tal, sino a la rapiña
que provocó. Un saqueo masivo permitió el nacimiento de la revolución del hip hop.
Es interesante reflexionar en lo azaroso del hecho: si el apagón hubiera comenzado
en la mañana y no al anochecer, probablemente la rapiña hubiera sido evitada por
completo y entonces el hip hop hubiera tenido un desarrollo necesariamente muy
diferente.

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El verano de Justi/El verano de todos

Toda la culpa es de Justi. Fue él quien creó la necesidad de


escucharlo. Es él, como lo dice Andy, el señor que sabe. Sin
él, no estuviera encendido el baile y los timbales no
moverían los pies. A él le debemos que en cada verano
recorramos las fiestas latinas de Nueva York así no estemos
allá. Habanero de nacimiento y percusionista de profesión.
Su carrera despegó hacia lo más alto cuando ingresó a La
Casino La Playa, donde compartió, entre otros, con
Roberto Faz. Luego, Benny Moré, El Bárbaro, grabaría
varios temas suyos, dándole fama internacional. Su
progresión fue hacia las nubes y vio en los rascacielos
neoyorquinos, el mejor trampolín para vivir en ellas.
Pisó la capital del mundo y se sintió en el paraíso. Dijo: Si te
quieres divertir, con encanto y con primor, solo tienes que
vivir, un verano en Nueva York. Y el mundo lo entendió. Sus
palabras viajaron hasta Oriente, se mezclaron con la
mística de Chinatown; las trompetas despeinaron los
cabellos rojos de los irlandeses. Todos, sin excepción,
buscaron La montaña del oso. Y algunos amigos
caprichosos, que no saben parar, repitieron los pasos de
Justi y danzaron en el día de San Juan.
Su carrera estuvo repleta de éxitos que rodaron por las
voces latinas más emblemáticas. Celia Cruz, Daniel Santos,
Andy Montañez. Hicieron que su voz, la del habanero
enamorado de los rascacielos, trascendiera su existencia.
Murió en Nueva York, dejando tras de sí, una estela de
composiciones que hacen parte de la educación
sentimental latina. Su legado suena en todas las épocas del
año, pero desde primavera, todos somos Justi.

Jossy Pen
Turtle Pond/Central Park
Tren F

De vez en cuando nos miramos los celulares para ver en que anda el
otro.

En dos ocasiones, a mi derecha se ha sentado un hombre zurdo; cada


uno con acertada precisión para leer y descifrar códigos. El primero leía
un libro de tapa verde parecido a un diccionario. Leía la parte inicial e
iba a la parte posterior para comparar las imágenes. Por el rabo de mi
ojo intentaba adivinar lo que este hombre leía. Deseé comprender lo
que hacía. Buscaba flores. Asentaba con la cabeza como si estuviera de
acuerdo con lo hallado y mi curiosidad en aumento me hacía preguntar,
¿qué tipo de flor buscaba? Inmediatamente le escribí un mensaje a mi
Hada madrina y le pregunté dónde podía conseguir un libro de
Botánica, no puedo dejar pasar el saber por lo menos tres nombres de
flores de Nueva York. Capturando algunas palabras anoté rápidamente
en mi celular, esta vez fingiendo responder el mensaje: Annuum, -el
único nombre que pude guardar. Bellas hojas tupidas de flores, botones
blancos, pétalos violetas, frutos intensamente rojizos, que
desaparecieron con rapidez cuando el diccionario quedó guardado en
el bolsillo de adelante de su maletín. Supe que mi persistente mirada
fantasma había paralizado a tan particular vecino.
El otro hombre, tenía un aspecto de científico de Domingo. Llevaba una
tula negra con unas letras que casi no pude leer. Vi solo la palabra Planet
acompañada de un búho blanco. Su aspecto desaliñado no me inspiró
un pensamiento ensoñador hasta que se puso unas gafas para leer, y de
un sobre de “Courier Service” sacó unas hojas con una letra horrenda.
Lesson 3 leía el título de la primera, y con un movimiento ligero y un
lapicero rojo, empezó a encerrar palabras dirigiéndose con énfasis, en
lo que el alumno había pasado por alto al responder. “See me” fue una
nota que escribió en la parte superior de otra hoja; vi casillas, celdas,
líneas y círculos; vulgarmente, palos y bolas y en una rápida lectura
entrometida, de nuevo. Preguntaba por una combinación binaria. ¡Por
Einstein! Era un maestro de Física cuántica o qué sé yo. Y Me parecía
adorable como su frente se extendía marcando toda una ruta de
sabiduría hasta el cuello, dejando de lado arbustos y finos crespos
cenizos. Apurado se bajó en una estación pensando que se había
pasado, y con las hojas en la mano a toda prisa, retornó al mismo vagón
salvando un pequeño descuido. Esta vez estando calmo se sentó al
frente y en ese momento perfecto pude fingir una vez más, buscar algo
en mi celular para tomarle una foto y despedirme del verano
recordando, el espíritu de un genio.
“Fantasmas y fantoches a troche y moche”

Agradecida estoy con mi Hada madrina, por el sutil


encuentro con el vino orgánico, por la inspiración que
surgió a partir de sus historias y recomendaciones, la tiny
musical box, el “perreo combativo” y la palabra revolú.

Satisfecha con la respuesta de Jossy Pen a mi pregunta de


última hora, y por sus notas acertadas y justas que me
hicieron apreciar y atesorar, como una bella historia la
canción del verano y los amigos caprichosos.

Afortunada soy de pasar el verano con la Rosa más linda, mi


Madre. Y resaltar entre mis favoritos el olor de los tulipanes
rojos de Nueva York.

Con amor, La villana.


[Nodos en la Red]
asirayworks@hotmail.com
jormanlugo93@gmail.com
levillana.uma@gmail.com

[Deseo 2/Capricho] [Reminiscencia 11/Nostalgia ] [Throwback July]

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