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El individuo se volvió una vía relevante para entender las sociedades contemporáneas.

Lo que
antes se entendía estudiando la "historia", la "sociedad", al "Estado-nación", la "civilización",
etc. ahora es ocupado por el individuo.

Esto no implica una reducción del trabajo sociológico al nivel del actor. Es necesario revisar las
teorías de la socialización y la subjetivación.

En el análisis sociológico se priorizó el análisis de la socialización, dejando un poco de lado lo


que concierne a la subjetivación y la individuación.

"Esquemáticamente, la socialización estudia el proceso de fabricación sociopsicológico del


individuo; la subjetivación aborda, en el marco de la sociología, el problema de la constitución
del sujeto como el resultado de una dinámica socio-política de emancipación; la individuación
se interesa, desde una perspectiva socio-histórica, al tipo de individuo que es estructuralmente
fabricado en una sociedad (Martuccellli, 2007)."

Los autores proponen priorizar la individuación para refundar una macro-sociología.

El personaje social, la socialización y la teoría de la sociedad

La sociología se propuso entender las experiencias sociales a partir de sistemas organizados de


relaciones sociales. Más allá de escuelas y teorías, había una vocación común.

Un modelo clásico

Ningún otro modelo resumió mejor este proyecto que la noción de "personaje social". Es la
voluntad de hacer inteligible las acciones dle individuo en función de su posición social (a
través de estadísticas, etnografía, etc.). Cada individuo ocupa una posición en un espacio social
que genera, a través de un conjunto de fuerzas sociales, sus conductas o vivencias (esto puede
ser pensando en la idea de sistema de parsons, campo de bourdieu, o configuración de elias).
La conducta se explica por la posición del actor.

La crisis del modelo

Es difícil pensar hoy en una sociedad integrada. Hoy domina la incertidumbre y la contingencia.
Esto se debe a la crisis de la idea del personaje social (la homología entre un conjunto de
procesos estructurales, una trayectoria colectiva marcada por la clase, el género o la
generación, y una experiencia personal). Hoy los individuos "no cesan de singularizarse", "se
rebelan contra los casilleros sociológicos".

La impronta del mercado sobre la vida social hace que la cultura hoy se una productora
incesante de expectativas individuales. Esas expectativas no se corresponden, en todos los
casos, con las oportunidades objetivas.

"La cultura ya no es la garante del acuerto durable entre el actor y la sociedad, (...) sino que
aparece como un agente de permanente diferenciación" (p.81).

El primado de la individuación

Para dar cuenta de estas transformaciones es preciso renunciar a hacer de la socialización la


principal teoría social y privilegiar el proceso de individuación. Esto no implica, dicen los
autores, que se deba reducir la sociología al nivel del individuo.

Las adaptaciones sociológicas (incorporando categorías psicológicas) no fueron suficientes


para autonomizar la individuación de la teoría de la socialización (piensa en el incremento de la
reflexividad, en Giddens, en Beck, etc.).

Los autores, por tanto, introducen la noción de prueba, como "una versión específica del
trabajo por el cual el individuo se fabrica como sujeto".

El proceso de individuación desde las pruebas

"Las pruebas son en este sentido desafíos históricos, socialmente producidos, culturalmente
representados, desigualmente distribuidos que los individuos están obligados a enfrentar en el
seno de un proceso estructural de individuación (Martuccelli, 2006).
La noción de prueba propone una
articulación entre los procesos societales y las experiencias personales, pero allí donde la
teoría de la socialización busca establecer vínculos necesarios (y a veces incluso inferir
conclusiones microsociológicas desde consideraciones macrosociológicas), el estudio de la
individuación desde las pruebas busca dejar siempre abierta, y por ende problemática, esta
interrelación. Un proceso que, como lo veremos, tiene repercusiones decisivas a la hora de
describir el trabajo singular de cada individuo para fabricarse como sujeto." (p. 83).

4 grandes características analíticas:

1) la prueba es inseparable de una dimensión narrativa. La propia vida se comprende como


una sucesión permanente de puestas a prueba (no hay "un" momento decisivo).
2) Las pruebas suponen un individuo que se encuentra obligado a enfrentarse a estos desafíos.
Estas experiencias tienden a ser vividas como personales.
3) Las pruebas se vinculan a procesos de evaluación. Los actores se van midiendo
incesantemente. Las pruebas serían las que explicarían el juego diferencial que se vincula con
las distintas características sociales de los individuos (en términos de clase, género, edad,
recursos materiales y simbólicos, etc.). Lo que se estudia es cómo se movilizan recursos in situ,
en situaciones particulares.
4) Es preciso identificar pruebas significativas. Suelen ser privilegiadas las pruebas
institucionales (escuela, trabajo, familia), otras veces las del lazo social (relación a los
colectivos, a las normas, etc.). "Un modo de individuación no existe sino en la medida en que
está vivo el sistema de pruebas que lo forja"

La declinación de las pruebas


La noción de pruebas permite analizar a la sociedad en su elasticidad. Evita razonamiento
lineales entre lo micro y lo macro.

Si bien las pruebas son comunes a todos, "éstas se difractan en función de los diferentes
contextos de vida". La noción de prueba permite analizar en la individualidad sin romper ocn
una visión estructural amplia.

"En breve, la individuación por las pruebas intenta dar cuenta de la singularidad de las
trayectorias individuales en contextos sociales que se caracterizan simultáneamente por
tendencias acentuadas a la homogeneización pero también y de manera importante a la
diferenciación." (p.86).

De los procesos de individuación al trabajo del individuo

Los autores se preguntan como superar las tensiones entre terminar psicologizando al
individuo o caer en un normativismo.

Límites en la subjetivación

Hubo diversos intentos por superar estos problemas como Foucault con su teoría sobre el
poder, el discurso y las instituciones, los teóricos inspirados en la obra lacaniana, o la
perspectiva más posmoderna que subrayan el carácter performatico y deconstructivo (Butler,
Lyotard, etc.).

Las críticas a Foucaul sostuvieron que el sujeto quedó muy atado a la sujeción, en donde las
estrategias de producción histórico culturales tienen un amplio poder sobre los mismos. A los
lacanianos los criticaron por concebir un sujeto excesivamente autonomizado. A los
deconstructivistas y posmodernos los criticaron por la dificultad entre la fluidez del sujeto y los
marcos imperativos discursivos que tienden a la homogenización y, por otro lado, por la
inexistencia de un punto mínimo de consistencia, lo que hace preguntar sobre el sentido de la
acción social.

"Las indicaciones que se desprenden de estas críticas para todo esfuerzo de acercarse al
problema de lo que está en juego en el uso de la noción de sujeto para entender el trabajo del
individuo es triple. Uno, el de la restitución de la agencia. Dos, el respeto al carácter socio-
históricamente situado y encarnado del sujeto. Tres, la incorporación de una cierta estabilidad
propia al sujeto." (p.87).

El trabajo del individuo para fabricarse como sujeto

"Para salir de estos impasses es preciso


reconocer que la inteligencia de la acción social no es nunca resultado de una relación directa
entre las determinaciones sociales y culturales y el individuo. En todos los casos se trata de una
relación mediada por una representación del sujeto. No obstante, este sujeto no puede ser
concebido como efecto puramente normativo (de discursos, dispositivos u órdenes simbólicos)
así como tampoco de la pura contingencia (sea derivativa o interaccional). El sujeto debe ser
entendido como resultado del trabajo permanente realizado por los individuos. Pero este
trabajo no es resultado de la sola voluntad consciente y autónoma de los mismos. El trabajo de
los individuos para producirse como sujetos está con- dicionado por lo que le toca a la acción
simultánea del ideal y de la experiencia social." (p.87).

El sujeto requiere ser entendido como "una configuración".

De esta manera, y con el fin de describir el trabajo por el cual cada individuo, enfrentando las
pruebas, se produce como sujeto es preciso dar cuenta de la acción simultánea del ideal
inscrito y de la experiencia social decantada en saber. La configuración de sujeto es producto
de experiencias sociales y de la acción de ideales. Esta dualidad explica, por un lado, su
carácter provisorio — porque el individuo está obligado por las experiencias sociales y las
variaciones en la inscripción del ideal a producir y reproducir el trabajo de su configuración en
cuanto sujeto. Por otro lado, permite dar cuenta del “aire de familia” conservado a lo largo del
tiempo — en la medi- da en que los ideales inscritos en el Ideal del Yo individual y la
sedimentación de la experiencia procuran una relativa estabilidad. La configuración de sujeto
no está cristalizada, pero no está abierta a modificaciones infinitas. A pesar de su maleabilidad
debemos contar con la resistencia del material, y ésta está hecha de las huellas de las
experiencias y de la acción del ideal. Las configuraciones de sujeto son, entonces, contingentes
pero no azarosas. Modificables pero no volátiles. Caleidoscópicas pero no informes." (p.89).

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