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Modelo de los trabajadores, Ruega por nosotros
“En la banca de trabajo, donde ejerció (san José) su oficio con Jesús, José
acercó el trabajo humano al misterio de la Redención”. San Juan Pablo II
El diablo odia al trabajador honesto y diligente. En el comienzo de la historia humana, la
malvada serpiente inició su ataque a la familia humana en el lugar de trabajo, esto es, el
jardín que Dios les dio a Adán y Eva para atender y mantener. Lucifer odia el trabajo.
En particular, desdeña el hecho de que, por amor, Dios se humilló a sí mismo y se hizo
hombre, haciéndose capaz de hacer trabajos manuales. Jesús pasó muchos años en
la carpintería de san José trabajando diligentemente. Fue la preparación para el
reingreso del hombre al lugar original de trabajo - un jardín; el Jardín de Getsemaní,
específicamente, y lograr el trabajo de nuestra redención.
Jesús es Dios. Junto con el Padre y el Espíritu Santo, hizo los cielos y la tierra. La
habilidad de crear de Nuestro Señor excede cualquier cosa que se pueda
imaginar. Cuando se hizo carne, Jesús santificó el trabajo humano y lo elevó a un
nivel de grandeza que no existía antes de la Encarnación. Aunque Divino, Dios se
humilló a sí mismo, se hizo hombre, y trabajó como hombre. En su humanidad, aprendió
a trabajar como hombre imitando el ejemplo de su padre terrenal, san José.
San José es el modelo del trabajador: Si san José enseñó al Hombre-Dios como
trabajar, es muy capaz de servir como nuestro modelo también. El trabajo duro beneficia
las personas, las familias y la sociedad.
“El (san José) pertenece a la clase trabajadora, y llevó las cargas de la
pobreza para sí mismo y la Sagrada Familia, de quien era su cabeza tierna y
vigilante” Papa Pio XI
Trabajar no siempre es fácil y placentero. Tener un día laboral duro puede ser agotador
para la mente, el cuerpo y el alma. A veces el trabajo puede ser francamente
gravoso. Como carpintero, Jesús lo sabía de primera mano. El ofrece consuelo a todos
los que se ganan la vida con el sudor de su frente.
“Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré
descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí que soy manso y
humilde de corazón; y hallareis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es
suave y mi carga ligera.” Mateo 11, 28-30
San José le enseñará cómo ser un trabajador diligente: Nuestro señor decidió hacer
trabajo manual durante muchos años, antes de iniciar su ministerio público. ¿Por qué lo
hizo? Lo hizo porque quería santificar el trabajo y enseñarnos que el trabajo es
honorable y complace a Dios. Sin embargo, ni Jesús, ni san José fueron adictos al
trabajo (‘workaholic’). Los adictos al trabajo no son beneficiosos para sí mismos, ni para
sus familias, ni para la sociedad. Dios no se deleita en un adicto al trabajo.
Jesús aprendió el lugar apropiado del trabajo en su vida a través del ejemplo amoroso de
san José. San José hacía tiempo para Dios, la familia, la recreación y el descanso. San
José modeló estos aspectos de la vida humana para Jesús. San José te enseñará estas
importantes lecciones también.
San José sirve como modelo para imitar a quienes trabajan por la salvación de las
almas, especialmente diáconos, sacerdotes, obispos y religiosos. Las almas
consagradas deben trabajar diligente y fielmente en la viña de Dios. Este trabajo,
también, puede ser difícil y gravoso. Los sacerdotes, los diáconos, los religiosos y los
consagrados son seres humanos; ellos necesitan descansar y recrearse como todos los
demás. En raras ocasiones, Dios da gracias extraordinarias a una persona para que
pueda realizar penitencias heroicas, ayunos y mortificaciones. Sin embargo, Dios
nunca desea para sus trabajadores que se quemen de agotamiento. Él quiere que
se deleiten en los arroyos de las montañas, en los bosques, en los atardeceres. Quiere
que los sacerdotes y las religiosas sean como san José: amorosos, piadosos (de
oración), trabajadores duros, y que no les de miedo descansar.
“Vamos a pedirle a san José que fomente vocaciones acérrimas para nuestro
Señor” San Pedro Julian Eymard.