Está en la página 1de 4

Venciendo la oposición

Una cosa que con frecuencia detiene el crecimiento espiritual, y para en firme el caminar de
muchos creyentes es la oposición que con frecuencia afrontamos.  Esto es especialmente
verdad en respecto a cuando recibimos un llamado del Señor.  Pero,  ¿qué es una oposición?
Una oposición es todo aquello que busca alejarnos de la presencia de Dios.  Una oposición es
todo aquello que busca detener el propósito de Dios en la vida del creyente, y busca que se
pierda de vista al único que no podemos perder de vista, y su nombre es Jesús.  Pero
desdichadamente muchos son apartados por las oposiciones que se presentan en la vida.  Es
por eso que no es fuera de lo común ver como existen personas dentro de la iglesia, que
habiendo recibido dones y talentos, no los usan.  Es por eso que no es fuera de lo común ver
como existen muchos que habiendo sentido la presencia de Dios en su vida, y habiendo
experimentado Su gracia, misericordia, y amor, permiten que las oposiciones de este mundo
les detengan de obtener una relación más intima con el Señor.  Es por eso que no es fuera de
lo común ver como existen muchos que se han apartado por completo, es decir, ya no vienen a
la iglesia, y otros que aunque vienen a la iglesia, su corazón está muy lejos de Dios.  Es por
esto que hoy deseo que estudiemos un pequeño personaje en la Biblia que aunque afrontado
por grandes oposiciones, no permitió que nada le detuviera para llegar al Señor.  Pasemos
ahora a la Palabra de Dios. 

Lucas 19:1-10 - Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. 2Y sucedió que
un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, 3procuraba ver quién era
Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. 4Y corriendo
delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. 5Cuando Jesús
llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque
hoy es necesario que pose yo en tu casa. 6Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.
7
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.
8
Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a
los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. 9Jesús le dijo:
Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. 10Porque el
Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Como acostumbro a decir, para obtener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene
para nosotros en el día de hoy, nos será necesario hacer un breve repaso de historia.  Estos
acontecimientos que hemos leído aquí tomaron lugar en el tiempo en que el imperio romano
gobernaba esta región, y esta ciudad era una de las muchas bajo este imperio.  Demás esta
decir que el pueblo judío se consideraba bajo una ocupación militar, y su manera de pensar era
que pagarle impuestos a Roma constituía un acto de traición a Dios.  Algo importante que
también debemos saber es el método que usaba el imperio para cobrar los impuestos.  Lo que
los gobernadores romanos de las regiones hacían es que ellos contrataban a personas locales,
es decir a personas del mismo pueblo o ciudad, para que fuesen ellos quienes se encargaran
de este trabajo.  Lo interesante de todo es la ley que gobernaba esta actividad.  Según la ley
romana, la persona encargada de cobrar los impuestos, es decir el “publicano”,   pagaba por
adelantado una cifra de dinero al imperio, y en agradecimiento, el imperio le daba la autoridad
de cobrar los impuestos en diferentes áreas.  Pero no solo esto, sino que el publicano también
estaba completamente autorizado para obtener una ganancia de todo esto.  En otras palabras,
si se determinaba que una persona le debía diez dólares al imperio, el publicano podía exigir
quince y el ciudadano tenia que pagarle lo exigido o atenerse a las consecuencias por violar la
ley Romana.  Demás esta decir que esta ley se prestaba para la corrupción, y que la mayoría
de los publícanos si no todos eran hombres corruptos que abusaban del pueblo.  Y debido a la
corrupción y el abuso tan grande que existía, estas personas eran absolutamente repudiadas
por todos.   Este sentimiento es algo que vemos insinuado en Marcos 2:16 cuando leemos “Y
los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los
discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores?”  Manteniendo
estos pequeños detalles en mente, continuemos ahora con nuestro estudio de hoy.

Continuando con nuestro estudio leemos “Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por
la ciudad. 2Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico,
3
procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de
estatura. 4Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por
allí.”  En estos versículos existen dos detalles de suma importancia.  Número uno, es el titulo de
este hombre; la Palabra nos dice que el era “jefe de los publicanos.”  Número dos, es la
descripción física de este hombre; la Palabra nos dice que “era pequeño de estatura.” 
Examinemos estos dos pequeños detalles más de cerca, para determinar si en realidad son de
tanta importancia. 

El titulo; “jefe de los publicanos.”  Si miramos este titulo o posición de un punto de vista
moderno, todos llegaríamos a la conclusión de que no tiene mucho significado.  Llegaríamos a
esta conclusión porque una realidad es que existe una gran diferencia entre los cobradores de
impuesto de hoy en día, y los de ese entonces.  Hoy en día tenemos a una organización muy
profesional, llena de agentes muy educados en asuntos de contabilidad y leyes.  Personas
integras que se guían por las leyes establecidas y solo se limitan a ejecutarlas.  Pero en el
tiempo de Zaqueo, como pudimos ver hace un momento, las cosas eran muy diferentes. 
Aunque es verdad que los agentes de la agencia de cobrar impuestos en nuestros días no son
muy populares que digamos, en ese entonces, los cobradores de impuestos no eran
simplemente poco populares, ellos eran absolutamente repudiados.  Así que su titulo nos indica
que él era una persona odiada por el pueblo, pero existe otro detalle que también debemos
notar.  El titulo de este hombre era “jefe de los publicanos,” algo que nos indica que él ejercía
autoridad sobre un grupo de publicanos.  Este titulo nos deja saber que este hombre era
alguien de influencia, y poder.  Así que del titulo podemos determinar dos cosas; podemos
determinar que Zaqueo era odiado por todos los que le rodeaban, y segundo, que este hombre
ejercía autoridad e influencia con el gobierno, algo que sin duda alguna era causa de gran
orgullo en la vida de este hombre.  Digo que seguramente era de gran orgullo porque él había
logrado una posición que nadie antes había logrado; es más este titulo solo aparece una vez en
la Biblia y es solamente en relación a Zaqueo.   

Su descripción física; “era pequeño de estatura. “ ¿Por qué debemos fijarnos en esto?  Es
importante que nos fijemos en esto porque conociendo de la manera que funcionaban las
cosas en ese entonces, y conociendo que este hombre era alguien repudiado y odiado por el
pueblo, entonces podemos asumir confiadamente que ninguna persona en la multitud que se
reunió para ver a Jesucristo le iba a ofrecer a Zaqueo una oportunidad para que pasara al
frente para que pudiese verle.  Nadie en esa multitud se movería a un lado para que Zaqueo
pudiera pasar al frente.  Es más, este hombre estaba corriendo un gran riesgo.  Digo que
estaba corriendo un gran riesgo porque él era alguien odiado por el pueblo, y como todos aquí
sabemos, dentro de una multitud pueden suceder cosas malas o dañinas. Como todos están
tan entretenidos en ver o en llegar, nadie esta prestando mucha atención, lo que provee una
oportunidad a un malhechor de hacer algo malo.  En otras palabras, alguien le pudiera dar una
puñalada y seguir caminando, y nadie se hubiera dado cuenta de quien fue.  Así que de su
estatura también podemos determinar dos cosas; podemos determinar que existía un gran
impedimento que le detendría de ver a Jesucristo, y que llegar a verle seria algo peligroso.  

Así que aquí tenemos a Jesús que pasaba por esta ciudad, y cuando el pueblo se entero que
Él estaba en camino, todos salieron a verle.  La razón fue porque Su reputación le precedía, y
todos querían ver a este hombre que ellos habían oído que hacia milagros. Zaqueo no era
diferente a todos ellos.  Él también estaba curioso de ver a este hombre quien algunos
reconocían como el Mecías, pero como era pequeño de estatura, él sabia que nunca podría
alcanzar a verle porque la multitud no le cedería el paso.  Y es por eso que leemos “Y
corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.” 
Hermanos y es aquí donde comienza nuestra lección.  Digo esto porque las oposiciones que le
rodeaban eran grandes; les hablo de los malos sentimientos que existían hacia él de parte de
ese pueblo; les hablo del orgullo de su posición o prestigio; y les hablo de su tamaño y riesgo
de peligro que existía.  Pero no obstante todas esta oposiciones, él no permitió que nada le
detuviera de alcanzar el rostro del Señor.  Pero desdichadamente estas mismas oposiciones
detienen a muchos de buscar más de Dios.  Debido al hecho que no buscan más de Dios,
entonces encontramos a personas con bellos talentos que Dios le ha dado que no los usan. 
Debido al hecho que no buscan más de Dios encontramos a personas que han permitido que
su relación con Dios se enfrié, y lo mismo le da venir como no venir a las reuniones.  En otras
palabras, las oposiciones cosas como: el orgullo y la vanagloria de esta vida; lo que puedan
pensar o decir de nosotros; lo que perderemos debido a un cambio completo de vida; han
logrado su propósito causando una gran división entre muchos y Dios.  Pero si al examinar tu
vida encuentras que esto ha sucedido, está sucediendo, o está a punto de suceder, yo te digo
corre en busca de Su rostro.  Búscale de todo corazón, y le hallaras sin dificultad.  Es como nos
dice la Palabra en Deuteronomio 4:29 cuando leemos “Mas si desde allí buscares a Jehová tu
Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.”  Y como nos dice el
Señor en Mateo 7:7-8 cuando leemos “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os
abrirá. 8Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” 
El Señor desea abrir su puerta para que entres en su descanso y amor, pero nosotros somos
los que tenemos que buscar una relación más profunda con Él.  Busca de Dios porque una
gran realidad es que este mundo no te puede ofrecer nada de valor.  Las cosas que este
mundo ofrece nunca podrán satisfacer ese vació que ahora sientes, las cosas que ofrece este
mundo nunca podrán saciar tu sed.  Solo existe uno capaz de hacer todo esto, y su nombre es
Jesús. 

Que estemos aquí reunidos indica que estamos buscando el rostro de Dios, pero para
encontrarlo tenemos que hacerlo de todo corazón, y cuando esto sucede entonces sucederá
como encontramos aquí cuando leemos “Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia
arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en
tu casa. 6Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.”  Imaginémonos esto, había una
gran multitud para verle, pero de todas las personas que estaban reunidas en ese lugar para
verle, Jesús reconoció a este hombre por nombre.  De las escrituras aprendemos que Zaqueo
nunca había visto a Jesús, así que podemos asumir confiadamente que Jesús nunca había
visto a Zaqueo. Pero Jesús lo reconoció por nombre. Dile a la persona que tienes a tu lado,
Jesús conocía a Zaqueo.  Igualmente Jesús nos conoce a cada uno de nosotros.  Fíjense bien
como lo dice el Señor en Juan 10:14 cuando leemos “Yo soy el buen pastor; y conozco mis
ovejas, y las mías me conocen.”  Dile a la persona que tienes a tu lado, Jesús te conoce a ti. 
De entre todos los millones de habitantes que existen en este mundo, Jesús nos ha reconocido
individualmente, y tal como en el caso de Zaqueo, busca hacer morada en nuestro corazón. 
Tal como en el caso de Zaqueo, Cristo nos ha llamado a todos por nombre. Él nos ha escogido,
nos ha sacado de la podredumbre donde andábamos, nos ha limpiado de todo pecado y nos ha
entregado la vida eterna. Nosotros somos sus ovejas, nosotros hemos escuchado Su voz,
nosotros le seguimos. Pero, si no estamos tratando de conocerle, si no estamos conquistando
toda oposición, pues entonces no le será muy difícil al enemigo confundirnos. Digo esto porque
si no tomamos el tiempo de escuchar Su voz, si no tomamos el tiempo de conocerle
íntimamente y conocer la voluntad del Padre, entonces no podremos discernir la diferencia en
lo que es de Dios y lo que es del enemigo. Si no préstamos mucha atención, si no
desarrollamos una relación personal con Cristo, le será muy fácil al enemigo interrumpir o
destruir los planes de Dios en nuestra vida.  Fíjense como todo esto es algo que queda bien
reflejado en 2 Corintios 11:14-15 cuando leemos “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás
se disfraza como ángel de luz. 15 Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan
como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.”  Estos versículos aquí nos dice
claramente que si no tenemos cuidado, si no tomamos el tiempo necesario de conocerle, pues
entonces seremos engañados. 

 
Para concluir. Un gran porcentaje del pueblo de Dios permite que las oposiciones y los
ataques del enemigo influyan en su conocer a Cristo. Permiten que las cosas de este mundo,
que las cosas que no son duraderas les aparte de las bendiciones de Dios.  No podemos dejar
bajo ninguna circunstancia que nada nos aparte de los caminos de Dios. No podemos permitir
que las oposiciones nos desvíen del conocer a Cristo íntimamente. En el caso de Zaqueo
vemos que Cristo le reconoció, Cristo escudriño su corazón y vio el deseo que él tenia de
conocerle.  El amor de Cristo causo un gran cambio en la vida de este hombre y es capaz de
lograr un gran cambio en tu vida hoy.  Fíjense en estos últimos detalles de las escrituras
cuando leemos “Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de
mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo
cuadruplicado. 9Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es
hijo de Abraham.”  El amor de Cristo le dio convicción de sus errores, faltas y pecados, y le
condujo a un arrepentimiento genuino. En un instante, este hombre repudiado y odiado, en un
instante este hombre corrupto y abusador, fue transformado por el amor de Dios.  Ese amor
esta presente en este momento y esta a la disposición de todo el que desee alcanzarlo. 
Escucha hoy que el Señor te dice “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se
había perdido.”  No permitas que las oposiciones de este mundo interrumpan tu relación con
Dios. 

También podría gustarte