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La primera oración en el libro de Devarim (capítulos 1-3) : la introducción

histórica
Rav Elchanan Samet

 
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Dedicado en memoria del murciélago Miriame Yit ele
cuyo yarzeit es Rosh Chodesh Av.
Rueff familiar
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EN RECUERDO AMOROSO DE
Jeffrey Paul Friedman
15 de agost o de 1968 - 29 de julio de 2012
‫לע"נ‬
‫יהודה פנחס בן הרב שרגא פייוועל‬
‫ י 'אב תשע"ב‬- ‫כ"ב אב תשכ"ח‬
‫ה‬.‫ב‬.‫צ‬.‫נ‬.‫ת‬
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Todo el libro de Devarim , de principio a fin, cont iene la gran oración que Moshe ent regó al
pueblo de Israel en los días previos a su muert e, desde el primero del mes de Shevat (1: 3) hast a
el día de su muert e. El sépt imo de Adar. [1] Por lo t ant o, el libro nos present a un género lit erario
especial y raro en la Biblia: la amplia oración.
 
Est á claro que la oración de Moshe no const it uye un único cont inuo sust ant ivo, sino que se
compone de unidades separadas. En ot ras palabras, el libro de Devarim cont iene muchos
discursos de Moshe, que difieren uno del ot ro con respect o al día de su ent rega, su cont enido y
su propósit o. Al igual que en las secciones narrat ivas de las Escrit uras, es la hist oria individual la
que const it uye la unidad que lleva el mensaje, así en el libro de Devarim la unidad que lleva el
mensaje es la oración individual, que difiere de la oración ant erior y de la única. después de. El
est udio apropiado del libro de Devarim. por lo t ant o, debe comenzar marcando los límit es del
discurso individual, como un requisit o previo para comprender su est ruct ura y el curso de sus
ideas y comprender su significado complet o.
 
¿Qué nos puede ayudar en la demarcación del discurso individual? En t érminos generales, es
difícil confiar en el cont enido del discurso, su t ema único, ya que el t ema es lo que est amos
buscando. Sin embargo, cuando el cont enido es uniforme y evident e, t ambién puede ayudarnos
(al igual que la t rama de una hist oria). Los principales fact ores que nos ayudan a delinear el
discurso individual en nuest ro libro son las caract eríst icas est ilíst icas y lit erarias que se
encuent ran en él. [2] Ocasionalment e, es posible recibir ayuda desde fuera del discurso, como se
verá más adelant e.
 
En varios lugares de nuest ro libro, la secuencia del discurso direct o de Moshe (el hablant e que
habla en primera persona) es int errumpida por las palabras de la Torá misma, que describen a
Moshe en t ercera persona. Est os lugares est án dest inados a diferenciar la mayor part e del libro
ent re sus divisiones principales, pero por ciert o t ambién ayudan a demarcar los discursos ant es y
después de ellos.
 
Es con t ales versículos, que hablan de Moshé en t ercera persona, que se abre t odo el libro de
Devarim (1: 1-5). La oración de Moshe comienza solo en el v. 6, y desde allí cont inúa
consecut ivament e hast a las 4:40. En ese punt o, el cont inuo de la orat oria es int errumpido por un
breve informe de la Torá:
 
4: 41-43: Ent onces Moshé separó t res ciudades más allá del Jordán hacia el
amanecer; que el homicida podría huir allí ... Bezer ... y Ramot ... y Golan ...
 
Así, los capít ulos 1-4 const it uyen la primera división de oraciones en nuest ro libro. [3] ¿Cuáles
son las unidades de voz que componen est a división?
 
Los capít ulos 1-3 se caract erizan por una revisión de varios event os del pasado, comenzando
con la part ida de Israel de Chorev después de una est adía prolongada allí, a t ravés de su viaje en
el desiert o y una cuent a del pecado de los espías y el cast igo por ello, y t erminando con la
conquist a de las t ierras de Sichon y Og y su ent rega a las dos t ribus y media. Est e discurso, por
lo t ant o, incluye un relat o del período de más de t reint a y ocho años del viaje de Israel desde el
Mont e Chorev al campament o en Arvot Moav, donde Moshé pronunció su oración [4].sirviendo
como una especie de "int roducción hist órica" a la cont inuación de la gran oración de Moshe. De
hecho, un examen de los event os elegidos para ser incluidos en est a oración nos enseña su
propósit o: es la int ención de est a revisión hist órica aclarar cómo Israel llegó al punt o en el
t iempo y el lugar donde ahora se encuent ran y qué circunst ancias especiales ret rasaron su
llegada en est e lugar para t oda una generación. De est a manera, la oración sient a las bases
fáct icas e hist óricas para el rest o del libro.
 
¿Dónde t ermina est e discurso? Parece que la división de los capít ulos, que concluye el discurso
poco después de la apert ura de Parashat Va'etchanan, al final del capít ulo 3 (v. 29: "Así que nos
quedamos en el valle frent e a Beit -Pe'or") es correct o. Incluso la oración de Moshé para ent rar
en la t ierra - "Y rogué al Señor en ese moment o" (v. 23) - y su rechazo - "Deja que t e bast e ...
porque no pasarás por est e Jordán. Pero carga a Yehoshua, y anímalo". él, y fort alécelo, porque
él pasará ... y hará que hereden la t ierra "(vv. 26-28) - ambos son part e de ese discurso, que
describe los diversos event os que llevaron a Israel al punt o en el t iempo y el lugar en el que se
encuent ran: cerca del punt o donde cruzarán el Jordán y ent rarán en Israel, y cerca del moment o
en que su líder Moshe será reemplazado por Yehoshua.
 
4: 1 comienza una nueva unidad de habla, y su apert ura solemne es clarament e evident e (a pesar
de que su palabra de apert ura t iene la int ención de crear una conexión lingüíst ica con la oración
ant erior):
 
Y ahora, Israel, escucha los est at ut os y las ordenanzas que t e enseño a hacerlas; para que
vivas y ent res y poseas la t ierra que el Señor, el Dios de t us padres, t e da ...
 
La nat uraleza de est e nuevo discurso es muy diferent e de la de su predecesor. En est e discurso,
Moshe no revisa los event os del pasado, sino que educa y exhorta a la gent e a mant ener las
mitzvot como condición para t omar posesión de la t ierra y vivir en ella. Incluso cuando menciona
en est e discurso un event o del pasado, por ejemplo, la asamblea en Chorev, no lo describe en la
forma en que uno describe un capít ulo de la hist oria. En cambio, lo t rae en el marco de una
demanda religiosa relacionada con el present e y el fut uro y en el est ilo de la predicación
vigorosa. [5]
 
En est e est udio, t rat aremos la est ruct ura y el propósit o de la primera oración en nuest ro libro
(capít ulos 1-3). [6]
 
II La naturaleza especial de la oración que abre Sefer Devarim
 
La delineación del primer discurso en nuest ro libro, que discut imos en la sección ant erior, no
implicó ninguna dificult ad especial, debido a la nat uraleza especial de est e discurso, que es
diferent e de t odos los discursos que siguen en Devarim.. En est a oración, Moshe revisa varias
cosas que le sucedieron al pueblo de Israel desde el moment o en que emprendieron su viaje
después de su prolongada est adía en el Mont e Chorev hast a el pasado muy recient e. Est a
revisión no cont iene palabras de reprimenda de Moshe, ni est á acompañada de conclusiones
educat ivas, religiosas o práct icas. Est a nat uraleza "neut ral" de una conferencia purament e
hist órica cambia significat ivament e ya en el siguient e discurso. Comenzando con el segundo
discurso en nuest ro libro (4: 1 en adelant e), y en t odos los discursos post eriores, domina el t ono
de inst rucción, educación y reprensión. Cualquier event o pasado que se menciona en est os
discursos se present a explícit ament e con el fin de confirmar una afirmación que lo precedió [7] o
con el fin de sacar una conclusión educat iva-religiosa después de él.[8]
 
Es precisament e la nat uraleza del discurso lo que abre el libro de Devarim , en la medida en que
facilit a la delineación del discurso, lo que plant ea un t ipo diferent e de dificult ad: ¿Est e discurso
t iene un propósit o propio apart e de servir como int roducción a el rest o de la gran oración de
Moshe? ¿Qué t iene en ment e Moshé cuando describe event os que en su mayor part e eran
conocidos por t odos, incluidos los que t uvieron lugar recient ement e? Moshé no expresa su
int ención explícit ament e, y solo puede quedar claro a part ir de un análisis del discurso.
 
Varias pregunt as deben guiarnos a medida que nos acercamos a est e discurso para comprender
su int ención general:
 
¿Qué event os eligió Moshe para incluir en est a revisión hist órica y qué event os import ant es
no mencionó en absolut o?

De los event os que mencionó, ¿cuáles t ienen un paralelo en los libros ant eriores de la Torá, y
cuáles aprendemos solo de est e discurso?
Con respect o a los event os que t ienen un paralelo en los primeros libros de la Torá, ¿cómo los
formuló Moshé en su discurso? ¿Cuáles son las diferencias y cuál es su propósit o?
¿Cuál es la est ruct ura de la oración y cómo se organizan los diversos event os en el marco de
est a est ruct ura, t ant o cronológicament e como en t érminos de la cant idad de espacio
ot orgado a la descripción de cada event o?

 
Una respuest a complet a a est as pregunt as requiere un est udio sist emát ico y ordenado de cada
sección de est e discurso. Solo ent onces se puede llegar a una conclusión general en relación
con el discurso en su t ot alidad. En est e est udio, en aras de la brevedad, no t omaremos est e
camino. Más bien, t rat aremos de llegar a conclusiones principalment e considerando la
est ruct ura del discurso, al t iempo que t ocamos las ot ras pregunt as que hemos present ado aquí.
 
III. La distinción histórica y literaria entre las dos partes de la oración.
 
Un examen de los diversos event os descrit os en el discurso de Moshe en los capít ulos 1-3
muest ra que est án divididos en dos períodos separados por una gran brecha en el t iempo. En la
primera part e del discurso, desde su apert ura (1: 6) hast a el primer verso del capít ulo 2, Moshé
relat a los event os relacionados con la generación del Éxodo de Egipt o; Est e relat o se ext iende
sobre cuarent a y dos versos. El últ imo event o descrit o por Moshé en est a part e de su discurso
es el cast igo impuest o a Israel a raíz del pecado de los espías: la cancelación de la ent rada de
est a generación en la t ierra y el mandamient o de dar la vuelt a y volver sobre sus pasos (1: 40):
"Pero en cuant o a t i, vuélvet e y emprende t u viaje al desiert o por el camino hacia el Mar de Suf"
- y el cumplimient o de est e mandat o (2: 1): "Ent onces nos volvimos, y emprendimos nuest ro
viaje al desiert o por el camino al Mar de Suf, mient ras el Señor me hablaba; y rodeamos el Mont e
Seir muchos días. "Est os" muchos días "se prolongaron durant e t reint a y ocho años, de los
cuales Moshé no dice nada en su discurso.[9]
 
A part ir de 2: 2, Moshé comienza a describir los event os relacionados con la segunda generación
(que est á a punt o de ent rar en la t ierra) en el cuadragésimo año hast a el Éxodo, su camino hacia
la t ierra de su herencia. Est a descripción cont inúa hast a el final de est e discurso (3:29), en
sesent a y cinco versos.
 
Est a dist inción cronológica-hist órica ent re las dos part es de la oración no se explica en el
cuerpo de las palabras de Moshe; se basa en nuest ro conocimient o de los t iempos de los
diversos event os descrit os en el discurso del libro de Bemidbar . [10] Sin embargo, veremos de
inmediat o que la división del discurso en dos part es, dos períodos de t iempo, se demuest ra a
part ir del cuerpo del discurso en sí. [11]
 
Comparemos las apert uras de las dos part es de la oración:
 

Apertura de la Parte I - la primera Apertura de la Parte II - la segunda


generación - 1: 6-7 generación - 2: 2-3

6. El Señor nuest ro Dios nos habló en Chorev, 2. Y el Señor me habló, diciendo: 


diciendo: Has vivido lo suficiente en esta 3. Has recorrido esta montaña el tiempo
montaña; suficiente;
7. convertir usted , y part íos, e ir a la región girarte hacia el nort e.
mont añosa de los amorreos ...

 
 
Est os son los dos mandamient os de Dios para que las dos generaciones se embarquen en su
viaje hacia ent rar a la t ierra y conquist arla. La diferencia ent re las dos generaciones radica en sus
respect ivas sit uaciones ant es de recibir su comando. La generación del Éxodo había est ado
acampando durant e aproximadament e un año en el Mont e Chorev. Por lo t ant o, Dios les ordena:
"Has vivido lo suficient e en est a mont aña". La generación de sus hijos había est ado vagando por
un período prolongado en el desiert o, sin objet ivo ni fin, como se había decret ado sobre sus
padres a raíz del pecado de los espías y como se afirma al final de la primera part e de el
discurso (2: 1): "Y rodeamos el mont e Seir muchos días". Por lo t ant o, Dios les ordena: "Has
rodeado est a mont aña el t iempo suficient e".
 
Cuando comparamos las t erminaciones de las dos part es de est a oración, vemos que el uso de
los dos verbos yod-shin-bet y sin-bet-bet , que vimos dist inguir ent re las dos apert uras, dist inguir
t ambién ent re las dos t erminaciones, pero a la inversa:
 

Final de la Parte I - la primera generación - Final de la Parte II - la segunda generación


2: 1 - 3:29

Y nosot ros derredor [ VA-nasav ] mont e de Así que posamos [ VA-Neshev ] en el valle
Seir. delant e de Bet -peor.

 
 
¿Hay algún significado para est e paralelismo quiást ico ent re la apert ura y el final de la primera
part e del discurso y la apert ura y finalización de la segunda part e, en t érminos de su uso de
verbos derivados de las raíces yod-shin-bet y samekh-bet -bet y con respect o a lo que
represent an est os dos verbos?
 
La raíz yod-shin-bet denot a descanso y est abilidad, y cuando caract eriza la sit uación de Israel,
describe una sit uación posit iva; La raíz samekh-bet-bet denot a movimient o sin rumbo, y cuando
caract eriza la sit uación de Israel, por supuest o, describe una sit uación negat iva. La respuest a a
nuest ra pregunt a, ent onces, es que la inversión quiást ica en la descripción de las dos
generaciones, en t érminos del punt o de part ida y el punt o final del curso t omado por cada una
de ellas, crea una oposición de gran import ancia ent re ellas. La generación del Éxodo alcanzó
sus grandes logros cuando habitó en el Mont e Chorev. Allí recibió la Torá y allí hizo un pact o con
Dios; allí const ruyó un Mishkánpara Dios que lo acompañaría más adelant e en su viaje, y allí hizo
los preparat ivos para el viaje a la t ierra que le habían promet ido. Pero debido al gran pecado
poco ant es de ent rar en la t ierra, esa generación t erminó su hist oria con "y rodeamos el Mont e
Seir muchos días", con vagabundeos sin rumbo en el desiert o, con una vida inest able que no se
describe en absolut o en la Torá.
 
Las experiencias de la segunda generación fueron lo opuest o a las de sus padres. Comenzaron
con la larga brújula que se había impuest o a sus padres, en la que los hijos se vieron obligados a
part icipar. Sin embargo, t erminaron con una vivienda ext endida "en el valle frent e a Beit Pe'or", el
punt o de part ida para la ent rada a la t ierra. En ese lugar, la generación de los niños hizo un nuevo
pact o con Dios, el pact o en Arvot Moav, y en ese lugar escucharon la repet ición de la Torá por
boca de Moshé e hicieron los preparat ivos necesarios para ent rar a la t ierra. Result a que Arvot
Moav para la segunda generación fue como Mount Chorev para la primera generación.
 
Todo el discurso que abre nuest ro libro se basa en est a inversión ent re las dos generaciones,
como veremos a cont inuación.
 
IV. La primera parte de la oración.
 
La composición y el tema de la primera parte.
 
En la primera part e de la oración, podemos ident ificar las siguient es secciones:
 
1. 1: 1-6: El mandat o de Dios de apart arse del mont e Chorev hacia la t ierra de Canaán y t omar
posesión de él.
2. 9-18: El nombramient o de jueces.
3. 19-21: Viajando en el desiert o hast a Kadesh Barne'a y el comando de t omar posesión de la
t ierra.
4. 22-40: El incident e que involucra a los espías y el cast igo impuest o a la gent e.
5. 41-2: 1: El fracaso de la gent e que subió a la región mont añosa y el regreso al desiert o.

 
Es fácil definir el t ema de est a part e de la oración de Moshe, ya que cuat ro de las cinco
secciones enumeradas aquí giran en t orno a est e t ema: cómo la generación que salió de Egipt o
int errumpió el plan Divino de t raerlos a la t ierra al negarse a guardar a Dios manda subir y t omar
posesión de ella.
 
Hast a el v. 21, se da una descripción de la volunt ad de Dios y su mandat o a Israel con respect o a
su ent rada en la t ierra, y desde el v. 22 hast a el final de est a part e de la oración, los versículos
que comprenden la part e principal de est a part e. se da cuent a del pecado comet ido y del
cast igo impuest o a Israel, quien con sus acciones int errumpió irreparablement e el plan Divino
para esa generación.
 
A primera vist a, solo una sección, de diez versículos, no encaja en est e t ema: la descripción del
nombramient o de jueces (9-18). Est a sección se divide ent re el mandat o de Dios de volverse
hacia la t ierra de Canaán y t omar posesión de él (sección 1), y la descripción del cumplimient o
de ese mandat o por medio de viajar a su front era sur y la ent rega del mandat o de Dios de t omar
posesión de la t ierra de Moshe a la gent e (sección 3). En t érminos del cont ext o en el que se
ubica est a sección, debe est ar conect ada a los preparat ivos de part e de Dios o de part e de
Moshé para la ent rada de Israel en la t ierra, [12] pero ¿cómo est á conect ada?
 
El Abravanel señaló que el nombramient o de los jueces descrit os en la oración de Moshe t enía
dos propósit os:
 
Y debido a que el nombramient o de jueces ... se relaciona (1) con el asent amient o de la
t ierra, los dist rit os y las ciudades, (2) y t ambién se relaciona con la guerra, él [Moshe] dijo
que tomar posesión de la tierra parecía tan cercano a la actualización. que
inmediat ament e se esforzó por nombrar sobre ellos oficiales y jueces, que saldrían y
ent rarían delant e de ellos [en la guerra] y juzgarían al pueblo en sus ciudades [en la t ierra
de Israel]. Todo est o fue porque pensó que la posesión y la conquist a de la t ierra est arían
rápidament e en sus manos.
 
La fuert e prueba del aspect o milit ar del nombramient o de jueces es su enorme número. La
baraita en el Sanedrín 18a se relaciona con su número t ot al: "¡Result a que los jueces de Israel
sumaron 78,600!" El Abravanel coment a acerca de est o (en la sext a pregunt a que prefacio a
Parashat Devarim ):
 
Por cuest iones de just icia, bast arían capit anes de miles. ¿Qué necesidad hay de
capit anes de cient os, y más aún de capit anes de decenas ... Si hast a ent onces Moshé por
sí solo era suficient e para t odo Israel en mat eria de just icia, cómo después no se
cont ent aron con diez o veint e líderes? seleccionado t ant os líderes? ... Est o es muy
ext raño.
 
Est e vast o aparat o de capit anes de miles, capit anes de cient os, capit anes de cincuent a y
capit anes de decenas, además de los oficiales (v. 15), da fe de una est ruct ura milit ar jerárquica
en la que los oficiales milit ares t ambién sirvieron como jueces para el personas sujet as a sus
órdenes. [13]
 
Por lo t ant o, la int ención de Moshe al describir el nombramient o de los jueces era crear un
cont rast e ent re sus esfuerzos y la seriedad de los preparat ivos que hizo para ingresar a la t ierra
y el rechazo del pueblo al mandat o de Dios y los preparat ivos de Moshe. Est e cont rast e puede
encont rar expresión lingüíst ica en la oración de Moshe:
 

La iniciativa de Moshe en previsión de la La iniciativa del pueblo para rechazar la


entrada a la tierra. entrada a la tierra.

9. Y te hablé en ese moment o, diciendo ... 22. Y ustedes se acercaron a mí cada uno
14. Y t ú me respondist e y dijist e: Lo que has de ust edes y dijeron:
dicho es bueno para nosot ros. 23. Y la cosa fue buena en mis ojos ...

 
 
Los eventos mencionados en la primera parte del discurso que no tienen paralelo en el
libro de Bemidbar
 
¿Todo en est a part e de la oración t iene paralelos en los primeros libros de la Torá? Ciert ament e
no. Mencionaremos aquí varios asunt os que no t ienen paralelo en lo que precedió a nuest ro libro:
 
Sección 1: ¡El mandat o de Dios de pasar del Mont e Chorev a la t ierra de Canaán y t omar
posesión de la t ierra no est á escrit o en el libro de Bemidbar ! [14] En Parashat Beha'alotekha (
Bemidbar 10 ) se da una descripción del viaje desde el Mont e Chorev "al lugar que el Señor dijo:
Te lo daré" (las palabras de Moshe a Chovev en el v. 29), pero un comando como el que
encont ramos en Devarim 1: 6-8 no se encuent ra allí. [15]
 
La sección 3 t ampoco t iene un paralelo en el libro de Bemidbar en el lugar apropiado al
comienzo de Parashat Shelach ( Bemidbar 12 ), [16] y su ausencia se debe a la falt a de un
paralelo a la sección 1: Dado que en el libro de Bemidbar no se menciona el mandat o de Dios en
nuest ro libro, "Gírat e, y emprende tu viaje , y ve a la región montañosa de los amorreos " ,
t ampoco hay regist ro del cumplimient o de ese mandat o t al como se encuent ra en sección 3: " Y
partimos de Chorev, y at ravesamos ... por el camino hacia la región montañosa de los
amorreos, [17] como el Señor nos lo ordenó".Como en el libro de Bemidbar no se menciona
el mandat o de Dios: " He aquí, he puesto la tierra delante de ti; ent ra y posee la t ierra",
t ampoco se menciona la ent rega de est e mandat o a Israel, como encont ramos en sección 3: "
He aquí, el Señor tu Dios ha puesto la tierra delante de ti; sube, toma posesión, como el
Señor, el Dios de tus padres, te ha hablado". 
 
También en la sección 5 encont ramos palabras de Dios que no t ienen un paralelo claro en el libro
de Bemidbar. A aquellos miembros de Israel que deseaban subir a la región mont añosa después
de que su cast igo ya había sido impuest o, Dios responde:
 
1:42: Y el Señor me dijo: “Diles: no subas, ni luches; porque no est oy ent re ust edes; para
que no t e enamores de t us enemigos.
 
En el lugar paralelo, en la descripción del pecado de los ma'apilim en Bemidbar 14 , se afirma:
 
14:41: Y Moshé dijo: “¿Por qué ahora t ransgredís el mandamient o del Señor, ya que no
prosperará?
42: No subas, porque el Señor no est á ent re vosot ros; para que no t e hieran ant e t us
enemigos ".
 
Si bien es posible que en sus palabras en el libro de Bemidbar , "Ust ed t ransgrede el
mandamient o del Señor", se est á refiriendo a la palabra de Dios que cit a en su oración, [18] no
hay cit a de est a palabra de Dios.
 
¿Cuál es el denominador común de t odas est as cosas que aprendemos de la oración de Moshe,
pero que no se mencionan explícit ament e en el libro de Bemidbar ? El denominador común es
que en t odos ellos aparece la palabra explícit a de Dios que dirige y guía a Israel.
 
Tant o el pecado de los espías como el pecado de los ma'apilim que int ent aron ir por su cuent a
a la t ierra de Israel aparecen en la oración de Moshe como un act o flagrant e de rebelión cont ra
la palabra explícit a de Dios que precedió a est os pecados. La int ención de Moshé en su oración
de present ar est os dos pecados como una rebelión cont ra la palabra explícit a de Dios se
expresa clarament e en sus palabras:
 
El pecado de los espías: 1:26: Sin embargo, no subirías, sino que te rebelarías contra el
mandamiento del Señor t u Dios.
 
El pecado de los ma'apilim : 43: Pero te rebelaste contra el mandamiento del Señor, fuist e
presunt uoso y subiste a la región mont añosa.
 
Cabe señalar que la primera rebelión implicó la falt a de volunt ad para subir a la región mont añosa
de los amorreos, mient ras que la segunda rebelión implicó subir con presunción.
 
Result a que el marco hist órico sirve en est a part e de la oración de Moshe para describir la
act it ud de la generación que salió de Egipt o hacia la t ierra de su dest ino. Esta es una
generación que se rebela contra el mandamiento de Dios a través de su actitud hacia la
tierra. No se acercan a él cuando Dios les ordena explícit ament e que lo hagan, y
presunt uosament e lo hacen cuando Dios les ordena explícit ament e que no lo hagan.
 
V. La segunda parte de la oración.
 
La composición y el tema de la segunda parte.
 
            En la segunda part e de la oración, podemos ident ificar las siguient es secciones:
 
1
1. 2: 2-8 : El mandat o de Dios de girar hacia el nort e y at ravesar la front era de los hijos de Esav,
la prohibición de cont ender con ellos y el cumplimient o de est os mandamient os.
2
2. 8 -16: Pasando por el camino del desiert o de Moab y el mandamient o de Dios que prohíbe
cont ender con Moab en la bat alla; Una descripción del fallecimient o del arroyo Zered.
3. 17-23: El mandamient o de Dios que prohíbe cont ender con los hijos de Amón.
4. 24-37: El mandamient o de Dios de luchar cont ra Sichon y t omar posesión de su t ierra y su
cumplimient o.
5. 3: 1-11: el mandamient o de Dios de no t emer a Og, rey de Basha, sino de t omar posesión de su
t ierra y su cumplimient o.
. 12-22: Dando la t ierra conquist ada a las dos t ribus y media y la orden de que pasen armados
ant e el rest o de Israel; alent ando a Yehoshua.
7. 23-29: la oración de Moshe para ent rar a la t ierra y su rechazo.

 
El t ema de est a part e de la oración de Moshe t ambién es evident e: el camino recorrido por la
generación act ual hacia la t ierra de su herencia y el comienzo de su exit osa conquist a de la
t ierra. Incluso la últ ima sección (7) es part e de est e t ema a modo de cont rast e: en los
versículos ant eriores a est a sección, Moshé describe las palabras de alient o que le dijo a
Yehoshua: "Y le ordené a Yehoshua en ese moment o, diciendo: Tus ojos t ienen vist o t odo lo que
el Señor t u Dios ha hecho a est os dos reyes, así hará el Señor a t odos los reinos a donde vayas "
(3:21). El éxit o de la generación act ual en sus guerras en la orilla est e del Jordán es un avance en
el event o principal, ant es de la guerra de conquist a de la t ierra de Canaán que se encuent ra
ant es de est a generación. Sin embargo, est e avance solo se aplica a los miembros de est a
generación y a Yehoshua,
 
Los eventos en la segunda parte de la oración que no tienen paralelo en el libro de
Bemidbar
 
Ahora llegamos a la aclaración que hicimos en la sección ant erior en relación con la primera part e
de la oración de Moshe: ¿Qué en la segunda part e de la oración repit e lo que ya se nos dijo en el
libro de Bemidbar , y qué hay de nuevo aquí?
 
Los event os que t uvieron lugar en el cuadragésimo año y se describen en est a part e de la
oración son paralelos a lo que se cuent a en Parashat Chukat en el libro de Bemidbar , pero en la
oración de Moshe, la descripción es más amplia y cont iene muchos det alles nuevos que se
relacionan t ant o con el viaje en la orilla est e del Jordán (secciones 1-3) y a las guerras luchadas
cont ra Sichon y Og (secciones 4-5).
 
El informe del paso de Israel por el desiert o de Moav y cerca de los hijos de Amón (secciones 2-
3) no t iene paralelo en Parashat Chukat . [19] Incluso con respect o a la descripción de su paso a
t ravés de las front eras de los hijos de Esav, que t iene un paralelo en el libro de Bemidbar ,
parece que no hay similit ud ent re la hist oria en Bemidbar 20: 14-21 y las palabras de Moshé en
su oración. Result a que las dos fuent es se relacionan con diferent es et apas del viaje. El libro de
Bemidbar.describe las negociaciones que Moshe llevó a cabo con el rey de Edom cuando Israel
t odavía est aba en Cades sobre el paso direct o a t ravés de la t ierra de Edom desde Cades, que
est á al oest e, hacia el área al nort e de la t ierra de Edom. A Israel se le negó est e pasaje direct o
debido a la obst inación del rey de Edom, y se vieron obligados a rodear la t ierra de Edom desde
el sur (desde Et zyon-Gever) y desde el est e, por "el camino del desiert o de Moav ". La orden
Divina que se describe en el discurso de Moshe fue dada a Israel en Et zyon-Gever, después de
haber rodeado el Mont e Edom muchos días, y ant es de que comenzaran a girar hacia el nort e y
avanzar a lo largo de la front era orient al de los hijos de Esav. [20]
 
¿Qué caract eriza la descripción del viaje de Israel en la orilla est e del Jordán en la oración de
Moshe? Sin duda, los mandamient os explícit os de Dios que precedieron a cada et apa de est e
3
viaje. El primer comando mencionado aquí es el que se discut ió en la sección II ant erior (2: 3):
"Has recorrido est a mont aña el t iempo suficient e; gírat e hacia el nort e", que es paralelo al
comando dado a la generación ant erior en el Mont e Chorev (1: 7): "Gírat e, emprende t u viaje y ve
a la región mont añosa de los amorreos".
 
De aquí en adelant e, encont ramos una serie de mandamient os emit idos por Dios que limit an a
Israel con respect o a la forma en que pueden relacionarse con las t res naciones a t ravés de
cuyas front eras pasarán: Edom, Moav y Amon:
 
2: 4-5: Debes pasar por la front era de t us hermanos los hijos de Esav ... No cont endas con
ellos;
porque no t e daré de su t ierra ... porque le he dado el Mont e Seir a Esav por una posesión.
9: No t engas enemist ad con Moav, ni cont iendas con ellos en la bat alla;
porque no t e daré de su t ierra por posesión; porque le he dado Ar a los hijos de Lot por
una posesión.
18-19: Ust ed debe pasar est e día por la front era de Moav, incluso Ar; y cuando t e
acerques a los hijos de Amón, no los host igas, ni cont iendas con ellos;
porque no t e daré de la t ierra de los hijos de Amón por posesión; porque se lo he dado a
los hijos de Lot por una posesión.
 
La nat uraleza de la part e de la oración en discusión en est a sección cambia a part ir del versículo
24, desde la cuart a sección: en lugar de la rest ricción y limit ación que caract erizan el viaje de
Israel hast a que cruzan la corrient e de Arnon, la cont inuación de su viaje a Arvot Moav - hast a el
punt o de ent rada a la t ierra de Israel - se conviert e en una serie de guerras y conquist as en dos
t ierras de los amorreos en la orilla est e del Jordán, los reinos de Sichon y Og.
 
La descripción de est as guerras y vict orias en la oración de Moshe repit e con varias expansiones
lo que se relat ó en Bemidbar 21: 21-35 . [21] ¿Qué det alles import ant es no report ados en el
libro de Bemidbar aparecen por primera vez en el discurso de Moshe?
 
El element o más llamat ivo int roducido en la oración de Moshe en su relat o de la guerra cont ra
Sichon son, una vez más, los mandamient os de Dios que acompañan a Israel en est a guerra.
Junt o con la orden de cruzar la corrient e de Arnon, a Israel se le dice:
 
... He aquí, he ent regado en t us manos a Sichón el amorreo, rey de Queshón, y su t ierra;
comenzar a poseerlo y luchar con él en la bat alla.
 
Y después de la negat iva de Sichon de permit ir que Israel cruce su país, se emit e ot ro comando:
 
Y el Señor me dijo: He aquí, he comenzado a ent regar a Sichon y su t ierra delant e de t i;
comienza a poseer su t ierra.
 
En la hist oria de la guerra cont ra Sichon en el libro de Bemidbar , no hay indicios de est os
mandamient os. [22]
 
¿Cómo respondió Israel a t odos est os mandamient os divinos que se nos revelan en la segunda
part e de la oración de Moshé? ¿Cumplieron plenament e con ellos? La respuest a a est o es un sí
absolut o; a veces es explícit o en el t ext o y a veces est á implícit o en él.
 
Con respect o a la orden de no cont ender con los hijos de Esav (2: 4-6), se afirma:
 
2: 8: Ent onces pasamos de nuest ros hermanos los hijos de Esav, que habit an en Seir ...
 
Es decir, no invadimos su t ierra, sino que pasamos a ciert a dist ancia de ellos. La rut a del viaje de
Israel los llevó por "el camino del desiert o de Moav", que va al nort e a t ravés del desiert o al
est e de la t ierra de Edom, y allí Israel compró comida y agua de los edomit as, como se les
ordenó en el v. 6 : "Comprarás comida de ellos por dinero, para que puedas comer, y t ambién
comprarás agua de ellos por dinero, para que puedas beber". Aprendemos sobre el cumplimient o
de est e mandat o de la ofert a de paz que se envió a Sichon (28-29): "Me venderás comida por
dinero, para que yo pueda comer, y me darás agua por dinero, para que pueda beber ... como lo
hicieron los hijos de Esav que habitan en Seir ... "
 
El cumplimient o de la orden de no cont ender con Moav en la bat alla (en el v. 9) no se describe
en las Escrit uras, pero est á implícit o en el hecho de que Israel cont inuó hacia el nort e por el
desiert o de Moav, al est e de la t ierra de Moav, y cruzó la corrient e de Arnon (la front era nort e de
Moav en ese moment o) sin ninguna lucha. [23] En la cont inuación de sus palabras a Sichon, cuyo
comienzo se cit ó ant eriorment e, le dicen: "Como me hicieron los hijos de Esav que habit an en
Seir, y los moavitas que habitan en Ar ", que implica que al act uar con los edomit as, t ambién
act uaron con los moavit as: les compraron comida y agua a su precio t ot al.
 
            El cumplimient o del mandat o de no cont ender con los hijos de Amón se describe ent re el
relat o de la guerra cont ra Sichon y el relat o de la guerra cont ra Og, el rey de Basán: [24]
 
2:37: Sólo a la t ierra de los hijos de Amón no t e acercast e;
t odo el lado del río Yabok, y las ciudades de la región mont añosa, y donde el Señor
nuestro Dios nos lo prohibió.
 
¿Y cómo reaccionó Israel ant e los mandamient os opuest os de Dios, los mandamient os para
luchar cont ra Sichon y Og? Ellos, por supuest o, guardaron est os mandamient os, y Dios los
ent regó en sus manos:
 
2: 33-36: Y el Señor nuest ro Dios lo ent regó delant e de nosot ros;
y lo golpeamos a él, a sus hijos y a t oda su gent e.
Y t omamos t odas sus ciudades en ese moment o ...
no había una ciudad demasiado alt a para nosot ros:
el Señor nuest ro Dios ent regó t odo delant e de nosot ros.
 
Incluso el mandat o de luchar cont ra Og sin t emor fue cumplido por Israel:
 
3: 3-4: Ent onces el Señor nuest ro Dios ent regó en nuest ras manos t ambién a Og, el rey
de Basán y t odo su pueblo;
y lo golpeamos hast a que no le quedó nada.
Y t omamos t odas sus ciudades en ese moment o;
no había una ciudad que no les quit áramos ... [25]
 
Podemos resumir y decir que en la segunda part e de est a oración, Moshé ut iliza los diversos
event os que acaban de ocurrir, en el cuadragésimo año del éxodo de Israel desde Egipt o, para
describir el caráct er de la generación act ual a punt o de ent rar en la t ierra en relación con La
t ierra de su dest ino. El caráct er de est a generación es complet ament e opuest o al de su
predecesor, como se hace evident e a t ravés de la prueba similar que enfrent aron cada uno: la
prueba de su act it ud hacia la t ierra. La generación act ual cumple est rict a y fielment e los
mandamient os de Dios en relación con la t ierra. Se abst ienen de luchar cont ra los habit ant es de
la t ierra, cuando Dios lo prohíbe, [26] y luchan heroicament e y sin dudar cont ra los ot ros
habit ant es de la t ierra cuando Dios les ordena que lo hagan.
 
VI. La estructura y el propósito de toda la oración.
 
Ahora podemos ent ender la relación ent re las dos part es del discurso que abre el libro de
Devarim , y con él el t ema de t odo el discurso y el propósit o de Moshe en la ent rega.
 
3
En la sección II most ramos que los marcos de las dos part es del discurso t ienen un
paralelismo cont rast ant e y explicamos el significado de est a oposición ent re los dos marcos:
est e es el cont rast e ent re la generación del Éxodo y la generación de sus hijos. , el cont rast e
sobre el cual se const ruye el discurso.
 
De hecho, un examen del cont enido de las dos part es del discurso nos most ró que la selección
de los event os descrit os en cada part e, la adición de nuevos det alles que no sabíamos del libro
de Bemidbar y las cosas que Moshe enfat iza en cada part e de su discurso, pret endían
caract erizar a est as dos generaciones en función del cont rast e ent re ellas.
 
La prueba para la caract erización de est as dos generaciones es su act it ud hacia la t ierra, ya sea
de acuerdo con los mandamient os de Dios o no. La generación de aquellos que abandonaron
Egipt o fracasó con respect o a su act it ud hacia la t ierra; se rebelaron cont ra Dios con respect o a
t odo lo que Dios les ordenó. La generación act ual, en cont rast e, act uó de acuerdo con el
mandat o de Dios en t odo lo relacionado con la t ierra e incluso t uvo éxit o en sus acciones.
 
Los hechos de est as dos generaciones, la rebelión cont ra la palabra de Dios o el cumplimient o
de ella, det erminaron sus respect ivos dest inos. La primera generación fue cast igada por su
rebelión y no mereció ent rar en la t ierra, sino que murió en el desiert o después de vagar sin
rumbo por él. La segunda generación, en cont rast e, no solo mereció derrot ar a dos naciones y
t omar posesión de sus t ierras y llegar a las puert as de la t ierra de Canaán, sino que t ambién se
les promet ió, debido a su const ant e obediencia a la palabra de Dios con respect o a la t ierra, que
cont inuaría t riunfando y derrot ando a los reyes de Canaán y merecería t omar posesión de la
t ierra que est aban dest inados a recibir.
 
Est a lección opt imist a en relación con la generación act ual est á bien formulada en las palabras
de Moshé a Yehoshua hacia el final de est e discurso:
 
3:21: Y mandé a Yehoshua en ese moment o, diciendo: Tus ojos han vist o t odo lo que el
Señor t u Dios ha hecho a est os dos reyes;
así hará el Señor a t odos los reinos a donde vayas.
No les t engas miedo; para el Señor t u Dios, Él es quien pelea.
 
Varios coment arist as ent ienden que el propósit o de Moshé en est a oración fue reprender a
Israel por sus pecados, y que el discurso en general es un discurso de reproche. [27]Est o no es
razonable, porque los pecados que Moshe menciona explícit ament e son los pecados comet idos
por la generación que salió de Egipt o y pereció en el desiert o. No t iene sent ido reprender a los
niños por los pecados de sus padres, cuando los act os de los niños no son en absolut o similares
a los de sus padres, sino t odo lo cont rario. Un examen del cont enido del discurso, en sus dos
part es, y un examen de su est ruct ura nos llevan a la conclusión opuest a: ¡Est e es un discurso de
alient o dado a la generación que est á a punt o de ent rar en la t ierra! La primera part e del
discurso est á dest inada únicament e a servir como un fondo oscuro para la segunda part e
brillant e del discurso. La preocupación por los pecados de los padres no const it uye una
reprimenda de los hijos, sino que sirve como preparación para el discurso de alabanza a los niños,
que eligieron un camino t an diferent e y opuest o al de sus padres. Lo que el salmist a deTehilim
78 esperaba que la generación que est aba a punt o de ingresar a la t ierra ya cumpliera:
 
78: 6: Para que la generación venidera los conozca, incluso los niños que deberían nacer;
quién debería levant arse y decirles a sus hijos,
7: Para que puedan confiar en Dios, y no olvidar las obras de Dios, sino guardar Sus
mandamientos;
8: Y no podría ser como sus padres, una generación obstinada y rebelde;
Una generación que no arregló sus corazones, y cuyo espírit u no era firme con Dios.
 
So t oo, a quant it at ive analysis of t he t wo part s of t he speech reveals t hat t he second part ,
which is dedicat ed t o t he current generat ion, is significant ly longer t han t he first part , which is
dedicat ed t o t he generat ion of t hose who left Egypt . This is t he case even t hough t he event s
ment ioned in t he second part t ook place just recent ly, and so t here is no apparent reason t o
repeat t hem. This analysis also shows t hat t he second part of t he speech is t he main part .[28]
 
Ant es de t erminar est e est udio, deseamos examinar si exist e un claro paralelismo lit erario ent re
las dos part es de la oración (apart e del cont rast e general ent re ellas, que discut imos
ant eriorment e, y apart e del paralelismo cont rast ant e ent re las dos part es de la oración, que
discut imos en la sección III). [29]
 
En la primera part e del discurso, se cit an dos mandamient os de Dios, cont ra los cuales se rebeló
la generación del Éxodo:
 
1) La orden de subir y t omar posesión de la t ierra (que viene de Dios en la sección 1 y es
repet ida por Moshé en la sección 3) y la rebelión cont ra ella a t ravés de las acciones de los
espías (como se describe en la sección 4, y de manera concisa en el v. 26: "Sin embargo, no
subirías, sino que t e rebelarías cont ra el mandamient o del Señor t u Dios").
 
2) La orden de no subir a la t ierra y no pelear por su pecado ant erior y por el cast igo que se les
impuso (sección 5, v. 42), y la rebelión cont ra él a t ravés de las acciones de los ma'apilim (en esa
misma sección en el v. 43: "Así que t e hablé, y no escuchast e; pero t e rebelast e cont ra el
mandamient o del Señor, eras presunt uoso, y subist e a la región mont añosa" )
 
Cuant it at ivament e no hay semejanza ent re est as dos descripciones en la primera part e del
discurso: t res secciones que cont ienen 25 versículos est án dedicadas al primer comando y la
rebelión cont ra él, mient ras que solo una sección que cont iene 5 versículos est á dedicada al
segundo mandamient o y la rebelión. En cont ra. Est a gran brecha es comprensible: el principal
pecado de la generación del Éxodo fue su falt a de volunt ad para subir y luchar; Est a fue su gran
prueba, en la que falló. Fue solo a part ir de est e fracaso que se desarrolló su segundo (y
sorprendent e) fracaso, subiendo y luchando, una vez más cont ra el mandat o de Dios. [30]
 
En la segunda part e de la oración, se cit an muchos de los mandamient os de Dios, que, como se
indicó al final de la sección ant erior, fueron cumplidos por los miembros de la generación act ual.
Est os comandos se pueden dividir en dos períodos de t iempo diferent es y en dos t ipos de
comandos:
 
1) Las órdenes de evit ar luchar cont ra Edom, Moav y los hijos de Amón, y su cumplimient o en el
t ranscurso del viaje de Israel a t ravés de la orilla est e del Jordán en las front eras de est os
pueblos (secciones 1-3).
 
2  ) Los comandos para luchar cont ra Sichon y Og y su cumplimient o (secciones 4-5).
 
Ent re est as dos cuent as hay una igualdad casi cuant it at iva: t res secciones que cont ienen 22
versículos est án dedicadas a los primeros mandamient os, mient ras que dos secciones que
cont ienen 25 versículos est án dedicadas a los segundos mandamient os. [31] La import ancia
relat iva del primer conjunt o de mandamient os y su cumplimient o en est a part e del discurso es
comprensible: la generación act ual que creció como un pueblo libre en el desiert o, y cuyos
anhelos de finalment e ent rar en la t ierra y est ablecerse en ella. fueron geniales, no t iene miedo
de pelear. Por el cont rario, est á feliz de salir a la bat alla y confía en su capacidad para derrot ar a
sus enemigos. [32]Su gran prueba es obedecer el mandat o de Dios a t ravés del ejercicio de la
moderación y no provocar la guerra con las naciones más débiles que se niegan a permit ir que
crucen sus front eras. De la misma manera, su disposición para pelear a las órdenes de Dios es
digna de elogio y una explicación ext endida, ya que al hacerlo repara el fracaso de los padres.
[33]
 
El paralelismo quiást ico cont rast ant e ent re las dos part es de la oración se dest aca ahora:
 
Part e 1
El mandat o de Dios de subir y tomar posesión de la t ierra (secciones 1-3)
y la rebelión cont ra ella en el pecado de los espías (sección 4)
 
La orden de Dios de no subir y pelear
y la rebelión cont ra ella en el pecado de los ma'apilim (sección 5)
 
Part e II
La orden de Dios de no pelear Edom, Moav y los hijos de Amón.
y su cumplimient o (secciones 1-3)
 
El mandat o de Dios de luchar y tomar posesión de las t ierras de Sichon y Og
y su cumplimient o (secciones 4-6)
 
(Traducido por David St rauss)
 

* Est e est udio est á t omado del est udio de nuest ra parashá impreso en la segunda serie de
nuest ros est udios; en el marco de la VBM, se publica aquí por primera vez.
[1] Aunque la fecha de la muert e de Moshe no est á explícit a en las Escrit uras, la gemara (
Kiddushin 38a ) calcula la fecha basándose en los versos del libro de Yehoshua como el
sépt imo de Adar.
[2] Debe mencionarse aquí la disert ación doct oral del difunt o Dr. Israel Broida, " Ha-Ne'um Be-
Sefer Devarim - Signono Ve-Emtza'av Ha-Retoriyim " (Universidad de Tel Aviv, 1973). En est e
t rabajo, el aut or señala los element os est ilíst icos únicos del libro de Devarim que se derivan de
su nat uraleza ret órica como discurso, y en ocasiones hace uso de est as observaciones
est ilíst icas para delinear las unidades de discurso en el libro.
[3] Los   capít ulos 5-26 const it uyen la segunda y principal división de oraciones en el libro de
Devarim , después de lo cual la Torá vuelve a describir a Moshé en t ercera persona (27: 1-2): "Y
Moshé y los ancianos de Israel ordenó al pueblo, diciendo: Guarda t odos los mandamient os ... Y
será el día en que pases el Jordán a la t ierra ... que t e levant arás grandes piedras ... "
[4] Como se indica en 2:14: "Y los días en que vinimos de Cades-Barnea hast a que llegamos al
arroyo Zered fueron t reint a y ocho años; hast a que t oda la generación, incluso los hombres de
guerra, fueron consumidos por en medio del campament o, como el Señor les juró ".
[5]   Para aclarar la diferencia ent re una revisión hist órica y una exhort ación, es suficient e
comparar la descripción de dos event os en los dos lugares: (1: 20-26) "Y t e dije: Has venido a la
región mont añosa de los amorreos ... Y ust edes se acercaron a mí cada uno de ust edes, y dijeron
... Y la cosa me complació bien; y yo t omé ... y se volvieron y subieron ... y nos t rajeron not icias ...
Sin embargo, ust edes lo harían. no subir "; (4: 9-15): "Solo prest a at ención a t i mismo, y guarda t u
alma diligent ement e, para que no t e olvides ... pero haz que se den a conocer a t us hijos ... el día
que est uvist e delant e del Señor t u Dios en Chorev, cuando el Señor dijo a mí ... Y ust edes se
acercaron y se pararon debajo de la mont aña ... Por lo t ant o, t engan cuidado con ust edes
mismos, porque no vieron ninguna forma el día que el Señor les habló en Chorev ".
[6] Trat amos el discurso en el capít ulo 4 en nuest ro est udio de Parashat Va'etchanan , segunda
serie.
[7]   Por ejemplo, en el capít ulo 9, la afirmación es cont ra Israel: "... porque ust edes son un pueblo
rígido. Recuerde, no se olvide, cómo hizo que el Señor su Dios se enojara en el desiert o; desde el
día que salist e de la t ierra de Egipt o, hast a que llegast e a est e lugar, has sido rebelde cont ra el
Señor "(vv. 6-7). Para confirmar est a afirmación, el pecado del becerro de oro se describe con
una longit ud relat iva (vv. 8-2), y t ambién se mencionan los pecados en Tav'era, Masa y Kivrot ha-
Ta'ava. (22), y luego se menciona nuevament e el pecado de los espías (23).
[8]   Por ejemplo, el capít ulo 8 describe los diversos milagros que Dios realizó para Israel
mient ras est aban en el desiert o (vv. 2-4), de modo que est a cuent a debe preceder a la demanda
que sigue (vv. 6-20): que Cuando la gent e viene a la buena t ierra, la riqueza no debe alzar sus
corazones y no deben olvidar a Dios.
[9]     Est o no es exclusivo de la oración de Moshe. Del mismo modo, el libro de Bemidbar no
describe lo que le sucedió a est a generación después del pecado de los espías y la rebelión de
Koraj, que t uvo lugar aparent ement e poco después del pecado de los espías. Con respect o a
est e punt o, vea nuest ro est udio de Parashat Chukat , primera serie, pp. 215-216, y n. 3 allí.
[10]   Ver el est udio mencionado en la not a ant erior, en su t ot alidad.
[11]   A pesar de la división del discurso en dos part es claras que son paralelas ent re sí (como se
explicará más adelant e), est á claro que est as no son dos mit ades iguales de la unidad lit eraria,
ya que la segunda part e es mucho más larga que la primera. . La brecha en el t amaño ent re las
dos part es del discurso disminuye algo si consideramos el hecho de que en la segunda part e del
discurso hay varias observaciones hist óricas ent re parént esis, que presumiblement e no sonaron
cuando se pronunció el discurso, pero fueron agregadas por Moshe Rabbeinu cuando se
2
compromet ió a escribir (los versos son: 2: 10-12, 20-23; 3: 9, 11, 13 -14, para un t ot al de
aproximadament e 11 versos), como lo argument a RD Tz. Hoffman en su coment ario al libro de
Devarim., pags. 19. Pero incluso si rest amos est os versículos de la segunda part e de la oración,
la brecha de t amaño ent re las dos part es sigue siendo grande. Parece que la división en dos
mit ades iguales que caract eriza la prosa y la poesía bíblicas (e incluso ciert os pasajes halájicos)
no se aplica necesariament e a las unidades lit erarias que componen el libro de Devarim, en el
discurso aislado. El asunt o requiere un examen más det allado (véase t ambién la not a 28 a
cont inuación).
[12] Por lo t ant o, es difícil acept ar la int erpret ación de Seforno del versículo 12: "Relat ó est o
para recordarles su pecado, porque a pesar de que les informó que ent rarían a la t ierra sin pelear
... est o no evit ó las disput as que surgieron ent re la gent e ... hast a el punt o de que cada diez
personas necesit aban su propio juez, y est o era solo por el mal en sus corazones ". Est a
explicación no se ajust a a la ubicación de la descripción del event o en est a part e de la oración.
[13] a. Una de las pruebas que el Abravanel aport a a la import ancia milit ar del nombramient o de
los jueces (en la sépt ima pregunt a que precede a nuest ra parashá ) es de la hist oria de la guerra
cont ra Midyan ( Bemidbar 31:14 ): "Y Moshé est aba enojado con los oficiales del anfitrión, los
capitanes de miles y los capitanes de cientos , que vinieron del servicio de la guerra ", ¿no son
los mismos capit anes de miles y capit anes de cient os que fueron nombrados jueces y cuyo
nombramient o es descrit o por Moshé? en nuest ra parasha ?
si. Sobre la base de est e significado de la descripción del nombramient o de jueces en el
discurso de Moshe, Abravanel explica la razón de la falt a de mención de Yit ro en las palabras de
Moshe y la at ribución del moment o del nombramient o al moment o en que Israel part ió del
Mont e Chorev ; Véanse sus coment arios al final de su explicación del nombramient o de los
jueces, comenzando con las palabras " ve-hineh nish'ar le-va'er eikh lo yiches " (en Shot land ed.,
Chorev Press, Jerusalén, 1999, pp. 30-31. Véase t ambién la not a del edit or, n. ° 10).
[14] Lo más cercano al mandamient o de Dios cit ado en las palabras de Moshé es lo que se dice
en Shemot 33: 1-3 después del pecado del becerro de oro, pero ese mandamient o se dio ant es
de la expiación por el pecado del becerro. y la renovación del pact o ( Shemot 34 ) y ant es de la
const rucción y dedicación del Mishkán. Est os event os llevaron a Israel a permanecer en Chorev
durant e muchos meses (alrededor de ocho), y causaron un ret raso en el cumplimient o del
mandamient o de Dios al comienzo del capít ulo 33 y un gran cambio en su nat uraleza ("porque no
subiré en el en medio de t i "- v. 3). Por el cont rario, el comando cit ado por Moshé en su discurso
se relaciona con el final de la prolongada est adía de Israel en el Mont e Chorev (más de un año) y,
por lo t ant o, comienza con: "Has vivido lo suficient e en est a mont aña".
[15] Est e no es el caso en la Biblia samarit ana, donde la siguient e adición aparece en el libro de
Bemidbar , capít ulo 10 , después de la mitzva de las t rompet as: "Y el Señor le habló a Moshé,
diciendo: Has vivido lo suficient e en est a mont aña, vuélvet e y emprende t u viaje ", y desde aquí,
palabra por palabra, como en Devarim 1: 6-8 . Ver t ambién la siguient e not a.
[16] Est e no es el caso en la Biblia samarit ana, donde la siguient e adición aparece en el libro de
Bemidbar ant es de la hist oria de los espías (comenzando en el capít ulo 13): "Y Moshé dijo a los
hijos de Israel: Has venido a la región mont añosa de los amorreos ", y desde aquí, palabra por
palabra, como en Devarim 1: 20-21 . Ver la not a ant erior. (De manera similar, la cont inuación de lo
que se dice en Devarim se informa allí en t ercera persona: "Y se acercaron a Moshe, y dijeron ...
Enviemos hombres ant es que nosot ros ... Y a Moshe le agradó la cosa" - como en vv. 22-23 en
Devarim. ) No hace falt a decir que aquí se hizo una correspondencia art ificial ent re los dos libros.
[17] Es decir, el camino que conduce a la región mont añosa de los amorreos.
[18] Discut imos est a pregunt a en nuest ro est udio de Parashat Shelach , segunda serie: Ha-
2
Ma'apilim , sección II . La opinión del Ramban es como la escribimos ant eriorment e, pero en la
opinión del Bekhor Shor y el Chizkuni, las palabras de Moshe, "Tú t ransgredirás el mandamient o
del Señor", se refieren a lo que Dios había decret ado previament e cont ra Israel a raíz de la
pecado de los espías
[19] a. Ver Bemidbar 21: 11-13 , y 24.
si. Sin embargo, en palabras de Yift ach al rey de Amón ( Shofetim 11: 16-18), hay un paralelismo
con el informe sobre el paso de Israel por el desiert o al est e de Moav y su abst ención de dañar
a Moav.
[20] Lo que Moshe quiere decir en el v. 8: "Ent onces pasamos de nuest ros hermanos los hijos de
Esav, que habit an en Seir, del camino de la Arava, de Eilat y de Et zyon-Gever", es que nosot ros no
at ravesamos el cent ro de la t ierra de Edom, sino que lo rodeamos a una distancia "de nuest ros
hermanos, los hijos de Esav", y est ábamos al final del camino del desiert o, en el área de Eilat y
Et zyon. Gever (que es el límit e sur de la t ierra de Edom), nos alejamos de él ( "deel camino de la
Arava ") hacia el nort e (como se nos ordenó allí," volvert e hacia el nort e ")," y giramos, y pasamos
por el camino del desiert o de Moav "- por el camino que pasa al est e de Edom, en el borde del
desiert o, y sube al "desiert o de Moav".
[21] El relat o de la solicit ud de pasar por la t ierra de Sichon es más amplio y más det allado en el
discurso de Moshe que en el libro de Bemidbar. Así t ambién, la descripción de la conquist a de la
t ierra de Sichon cont iene varios det alles que no aparecen en el libro de Bemidbar : la
dest rucción de los habit ant es de las ciudades conquist adas y la t oma del ganado como bot ín.
Por ot ro lado, la descripción de la conquist a de Ya'azer ( Bemidbar 21:32 ), que aparent ement e
era un reino separado ent re los reinos de Sichon y Og, falt a en el discurso en el libro de Devarim .
[22] Est e no es el caso con respect o a la guerra cont ra Og. Aquí, el mandat o de Dios aparece
t ant o en el libro de Bemidbar (21:34) como en el discurso de Moshe en el libro de Devarim (3: 2) ,
donde se repit e palabra por palabra.
[23] Est e punt o, que el pueblo de Israel se abst uvo de cualquier provocación de Moav y por lo
t ant o se abst uvo de ent rar a su t ierra y lo evit ó desde el est e, es explícit o en las palabras de
Yift ach (ver not a 19b).
[24]   La razón de est o fue que fue solo la conquist a del reino de Sichon lo que llevó a Israel a la
proximidad de la front era de los hijos de Amón, pero cuando pasaron por "el camino del desiert o
de Moav" hast a que cruzaron En la corrient e de Arnon, no ent raron en cont act o real con la
front era de los hijos de Amón, porque el reino de Sichon se int erpuso ent re el lugar donde el
pueblo de Israel llegó después de cruzar el Arnón y el reino de los hijos de Amón. Se alude a est a
dist ancia en el mandat o de Dios con respect o a Amón (2:19): "Y cuando t e acerques a los hijos
de Amón, no los host igas ..."
[25]   El cumplimient o del mandat o de luchar cont ra Og es mayor que el cumplimient o del
mandat o de luchar cont ra Sichon por dos razones. Primero, la guerra cont ra Sichon era necesaria
para que Israel pudiera alcanzar el Jordán y la t ierra de Canaán. Como Sichon les prohibió pasar
por su país en paz y fue a la guerra cont ra ellos, Israel se vio obligado a luchar cont ra él y
conquist ar su t ierra. Pero la guerra cont ra Og no era necesaria, e incluso si Israel la hubiera
evit ado, su ent rada en la t ierra de Canaán habría sido posible.
Segundo, del discurso de Moshe 'queda claro (3:11) que "solo Og, rey de Basán, permaneció de
los Refa'im" (y en 2:11 se dice: "est os t ambién se consideran Refa'im, como los Anakim "), he
aquí, su cama era una cama de hierro; ¿No est á en Rabba de los hijos de Amón? Tenía nueve
codos de largo, y cuat ro codos de ancho, según el codo de un hombre ". Y t ambién las ciudades
de Og (3: 5):" Todas est as eran ciudades fort ificadas, con alt os muros, puert as y barras ". Por
est as razones, la guerra cont ra Og asust ó a Moshé y, por lo t ant o, Dios le ordena lo que no
ordenó con respect o a Sichon:" No le t emas "( Bemidbar 21:34 ; Devarim 3: 2 ).
Las dos razones para t emer a Og, que sea un remanent e de los Refa'im y las ciudades
fort ificadas de su t ierra, son las razones que los espías hicieron sonar cuando vinieron para
disuadir a la gent e de ent rar en la t ierra ( Bemidbar 13:28 ) : "Sin embargo, la gent e que habit a en
la t ierra es feroz, y las ciudades están fortificadas, y muy grandes; y además vimos a los hijos
de Anak allí". Result a que fue part icularment e a t ravés del cumplimient o del mandat o de Dios
de luchar cont ra Og que la generación act ual demost ró que no eran como la generación de sus
padres que part iciparon en el pecado de los espías.
[26] Debería aclararse que la prohibición de provocar a las t res naciones cercanas a Israel est á
de hecho relacionada con la actitud de Israel hacia la tierra. La orilla est e del Jordán en
general t ambién es apt a para Israel y su asent amient o allí, como sucedió en los reinos de Sichon
y Og, "desde la corrient e de Arnon hast a el Mont e Chermon" (3: 8). Las t ierras de Edom, Moav y
Amón est án incluidas en la orilla est e del Jordán, y se les prohibió a Israel solo porque fueron
ent regadas a esas naciones de acuerdo con la volunt ad de Dios, para que los descendient es de
Esav y Lot t ambién recibieran su herencia en las proximidades de la t ierra de Canaán y cerca de
Israel. Est o se afirma explícit ament e en los t res mandamient os de Dios con respect o a est as
naciones (Edom: 2: 5, 12; Moav: 2: 9; Amón: 2: 19-22).
[27] Por lo t ant o, parecería de las observaciones de Rashi al comienzo del libro, aunque no est á
claro si las palabras, "porque son palabras de reprensión", se refieren a la oración con la que se
abre el libro, o t ambién a El rest o del libro.
Est o es lo que dice el Ramban con respect o a la oración de Moshe al comienzo de Parashat
Va'etchanan (¡que concluye la segunda part e de la oración!): "Menciona est o para decirles que la
t ierra era ext remadament e querida para él, y lo hizo no merece [ent rar] a causa de ellos; todo
esto pertenece a sus reprensiones " (final de su coment ario al v. 23). Véanse t ambién sus
coment arios al comienzo del capít ulo 4: "Complet ó las reprimendas ..." El Ramban dice est o en
part icular en su int roducción al libro de Devarim.: "Ant es de comenzar a explicar la Torá (5: 1 en
adelant e), comienza a reprenderlos y a recordarles sus pecados, cómo se rebelaron cont ra Él en
el desiert o ... Y además, que deberían ser reprendidos por sus palabras para que no vuelvan a su
perversión, para que no se consuman en t odo su pecado ... "
Véanse t ambién las palabras de Rashi, Rashbam y Chizkuni al verso que concluye est e discurso
de Moshé (3:29): "Así que nos quedamos en el valle frent e a Beit -Pe'or".
[28] Véanse nuest ras observaciones en la not a 11, que concluimos con las palabras: "El asunt o
requiere un examen más det allado". Es posible que exist a una razón especial para la
sorprendent e desigualdad en la longit ud de las dos part es de la oración.
[29] Nuest ras observaciones a part ir de ahora se basan en lo que ya se indicó en las secciones
IV-V, y por lo t ant o habrá repet iciones de las cosas que se est ablecieron allí.
[30]   Para el pecado de los ma'apilim y la act it ud ambivalent e hacia él, t ant o en la Torá como en
las palabras de los coment arist as, vea nuest ro est udio de Parashat Shelach , segunda serie.
[31] Quizás deberíamos haber agregado la sección VI (que da la orilla est e del Jordán como
herencia a las dos t ribus y media, y las palabras de Moshe a est as t ribus y a Yehoshua) a las
secciones IV-V, y luego, por supuest o, la La relación ent re los dos component es de la segunda
part e cambia. La descripción en las secciones IV-V es opuest a a la de la sección IV en la primera
part e del discurso: la guerra cont ra Sichon y Og es una "reparación" del pecado de los espías de
la generación del Éxodo por la generación act ual. (ver not a 25). Es posible, por lo t ant o, que la
descripción del asent amient o de los t errit orios conquist ados en est as guerras - sección VI - sea
una "reparación" del decret o que se emit ió cont ra la generación que pecó con el pecado de los
espías: "
[32] Vea lo que escribimos sobre est a generación en nuest ro est udio para Parashat Chukat ,
primera serie, en la últ ima part e, págs. 224-229.
[33] Mira lo que escribimos en la not a 25 sobre la conexión ent re la guerra cont ra Og y las
palabras de los espías, y sobre la reparación del pecado de los espías a t ravés de la volunt ad de
la generación act ual de luchar cont ra Og y derrot arlo.

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