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Página de inicio > Herencia judía > Porción semanal de la Torá (Parashat Hashavua) > Deuteronomio > Ekev > “ Enviarás las imágenes de sus dioses al fuego”
¿Por qué razón se salvó Daniel de los leones? Porque ofreció oración al Santo,
bendito sea Él ... ¿Por qué no fue arrojado al horno? Como era el dios de
Nabucodonosor, como está escrito, el rey ... adoró a Daniel y le ordenó que le
ofrecieran una ofrenda y dulces olores (Dan. 2:46). Otra explicación es que
habría sido quemado; porque está escrito: Las imágenes grabadas de sus
dioses quemaréis con fuego (Deut. 8:25). Por esta razón, el Santo, bendito sea
É
Él, lo puso en el corazón de Darío para no arrojarlo al horno de fuego, para dar
a conocer su poder.
A pesar de que Daniel fue liberado de la guarida de los leones, si hubiera sido
arrojado al horno de fuego, no habría sido salvo, ya que Nabucodonosor lo
había hecho un dios de él, y la ley es que los dioses se quemen en el fuego.
Uno podría preguntarse por qué Daniel debería haber sido castigado. Después
de todo, seguramente no quería que Nabucodonosor lo convirtiera en el objeto
de la adoración pagana. Justo cuando merecía ser salvado de la guarida de los
leones, ¿por qué sus méritos no lo habrían resistido para salvarlo del horno de
fuego?
Los exégetas homiléticos dirían: "Derriben sus altares", pero ¿qué pecado
cometieron los árboles y las piedras? Más bien, dado que una persona
cometió una ofensa a través de ellos, la Escritura, por lo tanto, dijo que
derribaran sus altares. Discutiendo por inferencia de menor a mayor, si dice
"derribarás sus altares" cuando los árboles y las piedras, que no tienen méritos
ni apuntan a su descrédito y que se puede decir que no son ni buenos ni
malos, hacen que una persona se comprometa una ofensa, tanto más una
persona, cuando hace pecar a su prójimo y lo lleva del camino de la vida al
camino de la muerte. Del mismo modo, "matarás a la mujer y la bestia" (Lev.
20:16). Mientras la mujer pecó, ¿cómo pecó el animal? Más bien, dado que un
ser humano cometió una ofensa a través del animal, la Escritura dice "y la
bestia", para que la bestia no camine por el mercado y la gente diga:
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