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¿Cómo es un niño de 3 años?

A los 3 años los infantes dejan definitivamente de ser bebés e inician la etapa de


niño. Comienza el proceso de definición de su personalidad y diferenciación del adulto.
La edad de los 3 años implica la profundización de los de la etapa anterior, aunque
resulten muy semejantes.

El niño de 3 años puede hacer dos actividades a la vez, como hablar y subir una
escalera, sin tener que enfocarse en una sola. Además, puede demostrar mucha
independencia en una actividad y luego frustrarse al constatar sus limitaciones. Se
trata, además, de una etapa de potente egocentrismo.

Los niños de 3 años atraviesan una etapa clave para fomentar en ellos ciertas
conductas sociales, e incluso se considera una buena etapa para iniciarlos en el
manejo de los computadores y de la tecnología.

Características generales

Los niños de tres años alcanzan una estatura promedio de casi un metro.

Los niños de 3 años crecen notoriamente respecto a su edad anterior.

Alcanzan una estatura promedio de casi un metro (96,5 cm para los niños y 95 cm


para las niñas).

Su peso promedio es de 15,1 kg (niños) y 14,4 kg (niñas).

Cabe recordar que en estas mediciones siempre se debe considerar la herencia


genética y el entorno.

A esta edad el niño es capaz de emplear elementos como libros y lápices de


manera bastante correcta. Además puede correr y goza de una mayor agilidad,
pudiendo vestirse y desvestirse por propia cuenta, con algunas dificultades (como
atarse los zapatos).

Características evolutivas
El crecimiento a los 3 años es constante y diversificado. Es posible percibir una
complejidad y un interés creciente por parte del niño en lo social, emocional y
cognitivo. Suele hacer preguntas incómodas o de difícil solución, pero también
negocia activamente para dar solución a los problemas.

Sus capacidades físicas, por otro lado, se hacen más ágiles, con mayor control y
precisión de movimientos. Además, tiene un mayor control de los movimientos
involuntarios. A esta edad es normal que deje de usar pañales y empiece a controlar
esfínteres por su cuenta.

Su desarrollo emocional atraviesa una etapa de egocentrismo y dificultad para


ponerse en el lugar de los demás, dado que aún no separa el yo del mundo que lo
rodea. Es común que empiece a imitar a los adultos y que juegue a “mamá” y “papá”.
No siempre se asocia con el progenitor de su mismo sexo, ya que se inicia en el
descubrimiento del género.

Indicadores de desarrollo

A los tres años los niños comprenden las relaciones de “arriba” y “abajo”.

Los principales indicadores de crecimiento saludable de un niño de 3 años son:

 Reconoce los sentimientos de otros. Puede entristecerse o preocuparse si ve


llorar a otro niño o a un adulto, puede demostrar afecto espontáneamente por
sus amigos, y en su mundo interno la socialización afectiva tiene más cabida
que antes.
 Comprende la propiedad y la relación. Reconoce lo que es suyo, lo que es
ajeno. Puede prestar ocasionalmente sus juguetes, aunque todo al final girará en
torno suyo. También comprende las relaciones de “arriba”, “abajo”, etc.
 Habla con mayor soltura. Es capaz de emplear algunos plurales (y entender
qué son) así como comunicarse mediante dos o tres oraciones seguidas. Puede
llamar a los demás por su nombre, puede decir el propio, su sexo y su edad, y
habla de modo tal que un desconocido puede comprender casi todo lo que dice.
 Controla esfínteres. Es normal que a esta edad ya controle esfínteres o esté a
punto de hacerlo, renunciando así a los pañales. En ocasiones puede
necesitarlos de noche exclusivamente, o puede tener algún accidente.

Psicología

A esta edad el niño inicia lo que Sigmund Freud denominó la “etapa fálica”, en la


que descubre sus genitales y las sensaciones asociadas a ellos, por lo que es común
que se toquen y exploren sin tapujos. Esto es clave para la distinción entre los sexos y
el descubrimiento de los géneros y roles asociados.

La imaginación y la fantasía se hallan muy presentes durante los 3 años. A ratos, el


niño se enfrenta al dilema de discernir la una de la otra, y a menudo habla de (o dibuja)
monstruos. A esta edad puede contar con mayor fluidez, sabe los nombres de los
colores y puede identificarlos con claridad.

Adquiere un concepto más maduro del tiempo. Esto le permite a su vez recordar


instrucciones complejas, narrar historias más extensas (o partes de ellas) y se
muestra en general mucho más independiente.

Comportamiento egocéntrico

Los niños de tres años disfrutan leer más de una vez el mismo libro.

El egocentrismo es la ley: sus cosas son suyas y sus padres suyos, pudiendo sin
embargo prestar algunas cosas durante un tiempo, por ejemplo, en juegos o
actividades colectivas. En muchas ocasiones se muestran temerarios, ávidos de
independencia. La función de los padres es poner ciertos límites de acuerdo a sus
capacidades y el riesgo.
Estos niños se muestran apegados a la rutina, ya que la repetición les permite
conocer y controlar el mundo a su alrededor. Por eso, disfrutan de volver a ver la
misma película o leer el mismo libro, permitiéndose así anticipar lo que vendrá o
comentar lo ocurrido.

Socialización

La hiperactividad de los dos años se canaliza en esta etapa hacia un mayor rango de
actividades, que incluye los juegos colectivos y los escenarios de socialización.
Aunque le cuesta ponerse en el lugar de los demás, sí puede reconocer las muestras
de emoción ajena. Si aparecen amigos imaginarios, deben ser tratados con total
normalidad.

Lenguaje en expansión

Los niños de tres años inventan palabras para expresar lo que han visto.

El niño está en pleno descubrimiento del lenguaje y habla con oraciones


consecutivas de tres palabras o más. A veces inventa palabras para expresar lo que ha
visto, o combinar varias para lograr un significado complejo. Esto se irá normalizando a
medida que su vocabulario se expanda.

¿Cómo tratarlo?

El rol de los padres con un niño de 3 años implica mucho más desapego que con las
edades previas. Sin embargo, es importante que participe en la enseñanza social del
niño, empujándolo a conectar con los demás niños y animándolo a abandonar la
seguridad del mundo de lo conocido.

Una de las funciones de los adultos es ayudarlo a lidiar con los cambios de rutina,
difíciles de aceptar a esta edad. La disciplina deberá reforzarse de manera amorosa y
paciente, ya que el niño a esta edad puede tender a explicar sus asuntos de manera
fantástica o irreal.

Señales de alerta
Consulte a un especialista si un niño de 3 años de edad:

 No puede arrojar la pelota por encima del hombro.


 No puede subir escaleras o lo hace con dificultad.
 No presta atención a los otros niños.
 No emplea oraciones de más de tres palabras.
 No responde a las personas de fuera de la familia.
 No acepta vestirse, dormirse o usar el inodoro.
 No puede dibujar un círculo ni hacer garabatos.
 No logra emplear con relativa soltura crayones o lápices entre el pulgar y los
otros dedos.

Consejos para estimular su desarrollo

Es necesario que el niño se ejercite en espacios abiertos.

 Pídale al niño que ordene sus juguetes luego de jugar y felicítelo por hacerse
cargo de sus cosas. Permítale hablar y préstele atención, pero explíquele con
paciencia que debe esperar su turno y que debe callar cuando hablan los
demás. Esto último requerirá insistencia.
 Comparta el mundo fantástico que el niño es capaz de crear, pero anímelo a
explorar el real y a compartirlo con sus amigos. Sin embargo, no lo obligue a
nada.
 Pídale al niño que se explique en las situaciones que sean y no adivine sus
necesidades. Provéale de palabras nuevas y sencillas.
 Cómprele un triciclo o algún juguete que le permita ejercitarse y desplazarse en
parques o plazas.

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