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ORACIÓN PARA DESHACER MALDICIONES

Enseñanzas En Combate Espiritual, uso de Sacramentales Exorcizados, Relatos de


Exorcismos, Combate de Brujerías, Consejos y Oraciones de Liberación.

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Esta oración es para desencadenarnos de lo que hemos hecho o han hecho nuestros antepasados, las maldiciones que
como consecuencia del pecado recaen sobre nosotros.

• Es recomendable hacer esta oración durante 40 días ininterrumpidos.


• El ayuno (medio día) ayuda bastante, por lo menos 3 días al mes. Si tu salud no te permite ayunar, no lo hagas.
• Recomendable Encender Cirio Bendito o Exorcizado durante la oración. (Ver vídeo sobre el Cirio)
https://www.youtube.com/watch?v=fOmdZHWXqxo&t=21s
• Hacer Rosario o Coronilla de San Miguel Arcángel después de realizar la oración.
• Sellarnos con la Sangre de CRISTO antes de empezar la oración.
• Te Fe, pase lo que pase DIOS es todopoderoso! y nada puede contra ÉL.
• Hacer la oración con fuerza y fervor es una batalla!
• Vida de misa, confesión, comunión, etc.

Deutoronomio 5:9 "pues yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo las faltas de los padres en los hijos hasta la
tercera y cuarta generación de los que me odian, y hago misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan
mis mandamientos."

ORACIÓN PARA DESHACER MALDICIONES


Padre amado, te presento la Sangre y la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo a mí favor, a favor de mi cónyuge, a
favor de mis hijos, y toda mi familia, deshaciendo toda maldición que nos alcanzó: miseria pobreza, hambre,
falta de abrigo, escasez, destrucción y humillación, por causa de nuestras palabras, actitudes, debilidades y
pecados.
Padre amado, destruye todas las maldiciones que llegaron hasta nosotros causadas por nuestros pecados
sexuales y por los pecados sexuales de nuestros antepasados. Que sea deshecha toda maldición de adulterio,
prostitución, homosexualismo, lesbianismo, fornicación impureza mental, agresividad sexual, conversaciones
obscenas, bromas maliciosas, divorcio y separación. Que estas maldiciones sean, ahora, deshechas por el
poder de la Sangre y la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo. Que todos los demonios que entraron en nuestra
vida y en la vida de nuestros hijos, trayéndonos estas maldiciones, sean ahora amarrados por tus Santos
Ángeles y Arcángeles, sin ninguna manifestación maligna. Que se presenten delante de Jesucristo, para que
Jesús disponga de ellos según su Santa Voluntad. Que estos demonios estén prohibidos de volver a nosotros y
a nuestra familia, en nombre de Jesús vivo y resucitado.

Padre amando, te presento la Sangre y la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, destruye en mi vida, en la vida de
mi cónyuge, en la de mis hijos y de mis seres queridos toda cadena de enfermedades que ha llegado hasta
nosotros: enfermedades del corazón, presión alta, mareos, laringitis, sequedad en la boca, úlcera al estómago,
úlcera al intestino, enfermedad en el hígado, a los huesos, artritis, osteomielitis, debilidad a los nervios,
desequilibrio emocional y mental, insomnio, pérdida de memoria (amnesia), locura, falta de ánimo, ceguera,
tendencia al estrés, depresión, diabetes, triglicéridos, colesterol… (Citar otras enfermedades posibles).
Que todas las cadenas que llegaron hasta nosotros y hasta nuestros familiares con estas enfermedades, sean
ahora amarradas, sin ninguna manifestación y que estén prohibidos de volver a nosotros y a nuestros hijos.
Que seamos una generación para alabarte, adorarte y servirte.

Padre amado, te presento la Sangre y la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo a mi favor, a favor de mi cónyuge y a
favor de mis hijos y de todos mis familiares, deshaciendo toda maldición que nos alcanzó: pánico, miedo,
ansiedad, tensión, aflicción, preocupación exagerada, inquietud, causada por nuestros pecados y por los
pecados de nuestros antepasados. Toma toda maldición que pueda haber caído sobre nosotros, lanzada por
personas conocidas, por nuestros enemigos, por parientes… (citar nombres de los parientes), vecinos
profesores, padres de alumnos, empleados domésticos, sacerdotes, personas religiosas, limosneros,
maldiciones de persecución de personas, traiciones, emboscadas, maldiciones contra nosotros, chismes,
comentarios bajos, difamación de nuestra persona, intrigas, odio, envidia.
Sé tú mi amado Jesús quien esté deshaciendo toda maldición que pueda recaer sobre nosotros: asaltos,
ansiedad, angustia, tristeza, miedo, odio, venganza, agresividad, egoísmo, aflicción, soledad, vacío interior,
dolor de cabeza (jaqueca), auto-rechazo, crueldad, secuestro y rapto. Que sean ahora deshechas en el nombre
de Nuestro Señor Jesucristo. Que todos los demonios que nos llegaron a través de estas maldiciones sean
ahora amarrados, en nombre de Jesús, por los Santos Ángeles y Arcángeles, sin ninguna manifestación
maligna, y que se rindan a los pies de Jesús, para que él disponga de ellos según su santa voluntad y que estén
prohibidos de volver a nosotros y a nuestros hijos, a nuestra casa, a nuestra mente, a nuestro corazón, nuestra
voluntad y nuestros afectos. Que seamos nueva Generación para alabarte y adorarte y servirte.

Padre amado, te presento la Sangre y la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo a favor mío, a favor de mi cónyuge y
a favor de mis hijos, deshaciendo en nuestra vida todas las maldiciones que llegaron hasta nosotros: robo,
deshonestidad, hurto, fraude, trampa, mentira y engaño. Ve tú deshaciendo todas las maldiciones que
llegaron hasta nosotros causadas por nuestros pecados de idolatría y de los de nuestros antepasados. Que se
deshaga toda maldición de idolatría de poder al dinero, bienes materiales, idolatría de dioses falsos, de
búsqueda de sociedades secretas, espiritismo, ocultismo, de las cartas, los horóscopos, de adivinar el futuro,
uso de supersticiones, creencias populares. Deshace, Señor, toda maldición de avaricia, incredulidad, vicios de
alcohol, cigarro, drogas y juegos, práctica de homicidios, aborto, suicidio, crueldades, agresividad, venganza y
rebeldía.
Que todos los demonios que entraron en nuestra vida y en la vida de nuestros hijos y seres queridos, a través
de estas maldiciones, sean ahora amarrados, en nombre de Jesús, para que el disponga de ellos según su
Santa voluntad, y que estén prohibidos de volver a nosotros y a nuestros hijos, a nuestro corazón, a nuestra
voluntad, a nuestra familia, a nuestro hogar. Que seamos una nueva generación para alabarte y adorarte.
Pidamos a Jesús que llene con su Santo Espíritu todo el espacio que queda vacío dentro de nosotros y de
nuestros hijos y parientes.
Que Él derrame su paz sobre nosotros, que el Espíritu Santo de Sabiduría, fe y discernimiento.
Inmediatamente de hacer esta oración continuar con la oración de victoria para sellar la bendición. Amén.
ORACIÓN DE LA VICTORIA DEL NOMBRE DE JESÚS Y SUS LLAGAS
Al orar por otros menciona sus nombres en el lugar indicado.
¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Jesús aplastó la cabeza de la serpiente y también venció su
poder sobre mí. Él ganó esta victoria por mí. ¡Aleluya!
¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Jesucristo destruyó el poder de la muerte: en mi corazón y
en mi vida también. Él venció a la muerte. ¡Aleluya!
¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! El Cordero, el León de Judá, venció a Satanás y al poder del
pecado en mi vida.
¡Jesús es Vencedor! ¡Aleluya!
¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Jesús puso a todos sus enemigos bajo sus pies. En mi vida
también, el enemigo es vencido. ¡Jesús lo venció! ¡Aleluya!
¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Jesús vino para destruir todas las obras del diablo. En mi
vida también, porque Jesús es Vencedor.
¡Aleluya!
¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Jesús nos liberó de todo el poder del pecado, porque dice:
"Si el Hijo los libera serán verdaderamente libres". Él me hizo esta promesa. Jesús vencedor me libró de los
lazos del pecado. ¡Aleluya!
¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Yo sé que mi Redentor vive. Me redime y me transforma
en una nueva criatura.
Jesús me libera. ¡Aleluya!
¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Jesús despojó a sus enemigos, los exhibió públicamente, y
triunfó sobre ellos en la cruz. Jesús vence sobre el enemigo, cuando trata de oprimirme ¡Aleluya!
¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Jesús tiene las llaves del infierno y de la muerte. Desde hoy
el enemigo no me dañará, por más que "ronde como león rugiente". ¡Jesús me redimió!
¡Jesús es vencedor! ¡Aleluya!

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