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“Todo va, todo retorna, la rueda de la existencia gira eternamente.

Todo muere, todo florece

de nuevo. Todo se quiebra, todo se reúne de nuevo; eternamente se edifica el mismo edifico de

existencias” Friedrich Nietzsche.

Todo es nuevo por cuanto nuestros sentidos perciben lo que hay en nuestro alrededor, a partir

de esas nuevas experiencias es que construimos nuestro propio mundo, ir por un camino, elegir

una carrera, elegir una pareja, y repetir aquello que en algún momento nos trajo gozo; entonces es

en ese repetir que se rige la vida del ser humano, el repetir algo que a manera consciente

conocemos solo una parte, es cuando entra el inconsciente, para encontrarnos inmersos en una

búsqueda de algo que nos falta, y que nos lleva actuar de cierta manera o no; irónicamente

cuando dejamos de hacer algo o buscar aquello que aparentemente nos disgusta y nos hace daño,

más nos acercamos a ello, porque nuestra búsqueda se rige en estar en un espacio en donde

necesitamos que nos falte algo.

Entonces el inconsciente permite que lo más profundo de nuestra mente, se replique, y aquello

que esta reprimido retorne en un acontecimiento actual, y es ahí cuando nuestras elecciones

toman protagonismo, es decir todo aquello que fue familiar en algún momento se adentra

nuevamente a nuestra vida y toma parte importante de ella, hay un más allá de nuestros gustos

permanentes que vienen de la inteligencia cristalizada, y que en lugar de esconderse surgen para

darles nuevos significados, construirlos de otra manera. Es decir, el inconsciente nos dirige a

frecuentar todas nuestras relaciones pasadas, a integrar nuestro yo a partir de nuestros síntomas, y

llevar a la superficie nuestros deseos, pensamientos y acciones más ahogados, sea porque estos

muestran una cara un poco menos crítica y más abierta a un mundo sin juicios de valor.
No sería posible incorporar el inconsciente en la explicación de nuestras decisiones, sino fuera

por el psicoanálisis, mismo que en la actualidad se ve mermado por ciertos motivos que emergen

no solo a partir de las corrientes posteriores, mas positivistas y más actualizadas, sino porque la

enfermedad también es algo que se adapta al tiempo y contexto, y para un contexto en donde se

etiqueta a las personas para construir una cura, se necesita un tratamiento más sistematizado en

términos de clínica, es decir el paciente o cliente es el último en dar critica al tratamiento, pues

este juicio depende de la cura, al ser el psicoanálisis más profundo y en cuestiones de tiempo,

más demorado, pierde su visibilidad ante quienes sienten el tiempo en su contra. No con ello se

quiere decir que el psicoanálisis no es válido, como todo lo demás explicado anteriormente, este

se intenta ajustar a las psicoterapias actuales, y sin irnos muy lejos, por ejemplo, a la psicoterapia

en grupo muy utilizadas en la época presente, por ello se podría decir que gana fuerza y se

mantienen a flote siempre y cuando sus técnicas y métodos se adapten y acompañen a aquellos

que están más arraigados por el contexto, y que complementen mejor la búsqueda de la cura. En

cuanto a los métodos psicoanalíticos, se puede dar una nueva construcción para identificar los

síntomas que nos aquejan además de encontrar de donde provienen, tales como la asociación libre

de ideas que busca que el sujeto verbalice todo en cuanto pase por su mente; los sueños, que

esconden un significado inconsciente y cuya interpretación puede revelarse a partir de su

interpretación. La interpretación que se vale de la palabra del paciente y en donde se produce un

nuevo saber que da sentido a las particularidades del síntoma. Surgen también ciertas resistencias

que son indicios de algo oculto, y que tienen una explicación para querer mantenerse ahí, es ahí

cuando también surge la confrontación que busca hacer ciertos temas más visible para el sujeto y

por ende dirigirse a la cura. El inconsciente surge también en la transferencia, cuando el sujeto

reedita relaciones pasadas en la relación con el analista, y al cual le otorga características a partir

de este.
Se entiende entonces que es el psicoanálisis es válido cuando deja de conceptualizarse a la

práctica clínica como el uso de corriente por separado, sino más bien encontrar un equilibrio en

este caso entre el psicoanálisis y de la necesidad del sujeto. Sobre “El poder del inconsciente”, se

puede observar que se establecen mecanismos científicos que busquen explicar por qué tal o cual

camino decidimos tomar, en su mayoría guiado por una búsqueda da placer anteriormente

experimentada, se capta una idea de que no solo somos experiencias básicas, que se captan a

través de nuestros ojos, o que las sentimos en nuestra piel sino que están basadas en una

búsqueda de placer inmersa en lo más profundo de nuestra psique, y que al buscarla cada vez,

esta no se encuentra del todo, por tanto repetimos.

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