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Otra operación muy frecuente en los procesos es contar el número de veces que
se cumple una determinada condición, tal es el caso de repetir cierto número de
ciclos o contar piezas fabricadas. Cuando el valor de la cuenta llega al valor pre-
ajustado en el contador, casi siempre se necesita una señal de confirmación. Un
contador se puede definir con dos funciones y una variable: Una de las funciones
será la entrada del contador por la que recibe los impulsos a contar, la otra función
ha de permitir poner la cuenta a cero si el contador es ascendente o bien ponerla
en el valor pre-ajustado si es descendente. La variable o señal de salida del
contador se activa cuando se ha cumplido el número de impulsos pre-ajustado.
Ejemplos con temporizadores:
La siguiente figura plantea resolver tres ejemplos sencillos de uso de
temporizadores. En el primero se trata de obtener una señal A que informe del
momento en que P se acciona (algo parecido a un flanco positivo), en el segundo
se trata de informar cuándo se desconecta P (parecido a un flanco negativo) y en
el tercero hay que conseguir un impulso de duración fija independientemente del
tiempo que P esté conectado.
Las reglas básicas para añadir un contador de ciclos pueden ser estas: El ciclo
arranca cuando está en condiciones iniciales y no ha finalizado la cuenta, el reset
del contador se ejecuta con la condición de arranque y en la entrada de impulsos
se puede aplicar cualquier condición que se cumpla una sola vez por ciclo.
Aplicado al ejemplo, el arranque de ciclo comienza con la conexión de Md, la
condición de arranque es el pulsador P y el captador B se acciona una sola vez
por ciclo. El resto de las condiciones serán las mismas que en la solución sin
contador.
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