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MÓDULO 5.

LA COMPETENCIA PERFECTA 1

LA COMPETENCIA PERFECTA
El tipo de mercado probablemente más estudiado en el análisis económico es el
de la competencia perfecta, pues se trata de un “mercado ideal”, en el que se cumplen
toda una serie de características que lo harían funcionar eficientemente. En el mundo
real es prácticamente imposible encontrar un mercado que se comporte totalmente de
esa manera, pero es fundamental conocer su funcionamiento para poder comprender
qué ocurre cuando se incumple alguno de sus supuestos, dando lugar a otros tipos de
mercado que estudiaremos en los próximos módulos, o a los “fallos del mercado”, que
son algunos de los motivos que justifican la intervención del Estado en la Economía.
5.1.- SUPUESTOS DE LA COMPETENCIA PERFECTA

El modelo de la competencia perfecta se basa fundamentalmente en el


cumplimiento de los siguientes cuatro supuestos:
 Tanto el número de compradores como de vendedores en el mercado
es alto. Así, el porcentaje de la producción total que ofrezca cada empresa
individualmente será pequeño. Igualmente, tampoco existen compradores que acaparen
una parte importante de las compras. Existe por tanto una alta atomización del mercado.
Como consecuencia las empresas serán precio-aceptantes, enfrentándose a una función
de demanda horizontal, que es el precio de equilibrio del mercado. Los ingresos
marginales de la empresa, por tanto, serán una constante: el precio de equilibrio.
En efecto, las empresas competitivas no estarán incentivadas a vender a un
precio diferente al precio de equilibrio, pues a ese precio pueden vender todo lo que
deseen -surge del equilibrio, en el que “se vacían” los mercados- y por tanto no tendrá
sentido ofertar a un precio inferior. Tampoco fijarán un precio superior al de equilibrio,
pues al existir transparencia en el mercado -otro supuesto de la competencia perfecta
que mencionaremos más adelante-, los consumidores irían a comprar a aquellos
vendedores que les ofrezcan ese producto al precio de equilibrio.
 Existe libertad de entrada y de salida en el mercado. Las empresas ya
establecidas en el mismo carecen por tanto de poder para impedir que otras se
incorporen al negocio. Así, si se trata de un sector en el que disfrutan de elevadas tasas
de beneficios, lo normal será que nuevas empresas muestren su interés por entrar, no
encontrando trabas para ello. Del mismo modo, si existen pérdidas, las empresas más
ineficientes, especialmente de cara al largo plazo, optarán por salir del mercado.
 Las distintas empresas que operan en el mercado producen un bien
homogéneo, de similares características. De este modo, los consumidores se mostrarán
indiferentes entre comprárselo a una u otra empresa. Las marcas y especialmente la
publicidad carecen de sentido en un mercado de competencia perfecta por este motivo.
 Existe información perfecta. Esto significa que todos los agentes
económicos que operan en el mercado, ya sean compradores o vendedores, conocen
perfectamente cómo funciona el mercado; los precios fijados por las distintas empresas,
los costes, etc. Este supuesto recibe igualmente el nombre de “transparencia de
mercado”; el mercado es transparente y nadie cuenta con información privilegiada.
Como se puede suponer, el cumplimiento estricto de los cuatro supuestos de la
competencia perfecta es prácticamente imposible, por lo que resulta una labor harto
complicada encontrar un mercado que los cumpla fielmente en su totalidad, aunque
podremos analizar hasta qué punto el funcionamiento se asemeja al ideal.
El mercado de competencia perfecta está basado en el libre juego de la oferta y
la demanda, y la tendencia es la de alcanzar el equilibrio. En este sentido, los precios
desempeñan un papel muy importante, como señal de la escasez y como instrumento
para alcanzar ese equilibrio.
Así, si el precio es superior al de equilibrio, los empresarios se verán obligados a
abaratar sus productos si no quieren acumular demasiadas existencias, con el coste de
almacenaje y el coste de oportunidad que esto conlleva. Por el contrario, si el precio es
inferior al de equilibrio existirá un exceso de demanda, por lo que los empresarios
subirán el precio dado que los consumidores están dispuestos a pagar un precio mayor y
producirán más para satisfacer la demanda.
Como en la competencia perfecta las empresas carecen de poder para manipular
el mercado y para controlar los precios, para maximizar sus beneficios deberán producir
de la manera más eficiente posible, lo que redundará asimismo en un beneficio para los
consumidores.
Cabe distinguir entre el corto y el largo plazo para entender el modelo de la
competencia perfecta. En el corto plazo, el número de empresas es fijo. En función de
sus funciones de costes y de sus ingresos tendrán muchos beneficios, pocos, o incluso
pérdidas, pero esta situación no la pueden modificar en un corto periodo de tiempo.
Sin embargo, en el largo plazo, la existencia de beneficios o pérdidas afectará a
la entrada y salida de empresas en el mercado; si los beneficios son altos, nuevas
empresas estarán interesadas en entrar en el mercado, por lo que la función de oferta se
desplazará hacia la derecha, y el precio caerá, haciendo desaparecer esos beneficios.
Si por el contrario en el mercado existen pérdidas, en el largo plazo habrá
empresas que o bien modificarán sus estructuras de costes o bien saldrán del mercado.
En este caso, la función de oferta se desplazará hacia la izquierda, con lo que el precio
de equilibrio subirá haciendo desaparecer las pérdidas de las empresas que continúen en
el mercado.

5.2.- EL FUNCIONAMIENTO DEL MERCADO DE COMPETENCIA PERFECTA


Para analizar el funcionamiento del mercado de competencia perfecta tenemos
que examinar el comportamiento de la empresa competitiva. Ya dijimos antes que cabía
distinguir entre el corto y el largo plazo en el mercado. Igualmente ocurre con el
comportamiento individual de las empresas.
Si suponemos que la empresa competitiva en el corto plazo actúa buscando
maximizar beneficios, habrá de producir una cantidad tal que cumpla la condición de
primer orden: que el ingreso marginal sea igual al coste marginal.
En efecto, la empresa competitiva, como cualquier empresa presente en algún
otro tipo de mercado, buscará maximizar beneficios, que son la diferencia entre la
totalidad de sus ingresos y de sus costes:
B = IT – CT
Los ingresos totales serán el resultado de multiplicar el precio –que nos viene
dado por la intersección de la oferta y la demanda- por la cantidad que decida producir
esa empresa. Los costes totales en los que incurra serán el resultado de sumar sus costes
fijos y sus costes variables.
Dado que deseamos maximizar esa función de beneficios, tendremos que
derivarla respecto de la variable de decisión –que en este caso es la cantidad- e igualarla
a cero:

= – =0

La derivada de los ingresos totales son los ingresos marginales; la de los costes
totales son los costes marginales, por tanto tendremos:
I’ – C’ = 0
I’ = C’
La regla de maximización de beneficios de una empresa competitiva nos dirá,
por tanto, que habrá de producir una cantidad tal que sus ingresos marginales se igualen
con sus costes marginales. En el caso de la competencia perfecta, además, se da la
circunstancia de que el ingreso marginal es el precio de equilibrio dado que todas las
unidades que venda lo hará al precio de equilibrio, por lo que podríamos escribir esta
condición de primer orden como:
P = C’
La condición de segundo orden nos dice que lo que acabamos de calcular ha de
tratarse de un máximo y no de un mínimo. En efecto, la primera condición se extrae de
derivar el beneficio respecto de la cantidad e igualarlo a cero.
Para que se trate de un máximo, la segunda derivada ha de ser menor que cero.
Como la derivada del precio -una constante- respecto de la cantidad es igual a cero,
tenemos que la derivada del coste marginal -con signo negativo- respecto de la cantidad
sea menor que cero, o lo que es lo mismo, que la derivada del coste marginal respecto
de la cantidad sea mayor que cero:

< 0;

< 0;

>0

Esto implica que la función de costes marginales se ha de encontrar en su tramo


creciente.
Como tercera condición, debemos fijarnos en si, aun cumpliéndose las dos
premisas anteriores, a la empresa no le saldría más rentable cerrar.

5.3.- EL PUNTO DE CIERRE Y EL PUNTO DE NIVELACIÓN

Para que la empresa siga en el mercado, si es que tiene pérdidas, éstas han de ser
menores que sus costes fijos, pues estas son las pérdidas en que incurriría si se decide
por cerrar.
Equivalente a esa condición es que, para su cantidad de equilibrio, el precio sea
mayor que el coste variable medio, es decir, mayor que el precio de cierre.
Y, finalmente, también es equivalente a exigir que los ingresos totales sean al
menos iguales a los costes variables.
El punto de cierre, o mínimo de explotación, se puede calcular de dos
maneras: como el mínimo de los costes variables medios, o como la intersección de los
costes variables medios con los costes marginales. Su representación gráfica es la
siguiente:

Figura 5.1. Mínimo de explotación o punto de cierre de una empresa competitiva

P C’

CTMe
CVMe

Pm
Mínimo de explotación o
punto de cierre

Qm Q

Siempre que el precio sea al menos igual al de cierre, a la empresa competitiva,


al menos en el corto plazo, le conviene seguir en el mercado aunque tenga pérdidas,
pues estaría recuperando parte de sus costes fijos -o al menos no perdiendo más que los
costes fijos-.
Para que la empresa competitiva no tuviera pérdidas, el precio debería ser, al
menos, igual al coste total medio, alcanzando de esta forma el punto de nivelación. Si
fuera mayor que éste, la empresa estaría obteniendo beneficios.
Esta condición equivale a exigir que los ingresos totales sean por lo menos de
igual cuantía que los costes totales.
El punto de nivelación, se puede calcular de dos maneras: como el mínimo de
los costes totales medios, o como la intersección de los costes totales medios con los
costes marginales. Su representación gráfica es la siguiente:
Figura 5.2: Punto de nivelación de una empresa competitiva

P C’

CTMe
CVMe

Pn
Punto de nivelación

Qn Q

En el gráfico siguiente, el punto de cierre se produce para el precio P2, mientras


que el punto de nivelación es el correspondiente a P1, de tal forma que, según lo
expuesto anteriormente, se cumplen las siguientes relaciones que recogemos de forma
resumida:
 Si P > P2, la empresa tiene beneficios.
 Si P = P2, la empresa no tiene ni beneficios ni pérdidas (IT = CT).
 Si P1 < P < P2, la empresa tiene pérdidas en el corto plazo pero sigue produciendo
(las pérdidas son menores que los costes fijos).
 Si P < P1, la empresa cerrará (sus ingresos no cubren ni siquiera los costes variables,
y está perdiendo más que los costes fijos).
Figura 5.3. punto de nivelación y punto de cierre de una empresa competitiva

C’

CT
M
CV e
M
P2 e

P1
Pu
M nt
o
pu ínim de
nt o ni
o ve
de de la
cie exp ció
rre lot n
P1 P2 ació Q
n
o
5.4.- LOS BENEFICIOS Y LAS PÉRDIDAS EN COMPETENCIA PERFECTA

Vemos en los gráficos siguientes las áreas que representan los beneficios y las
pérdidas de la empresa, en función de cuál sea el valor del precio de equilibrio en el
mercado (P*). En primer lugar, con beneficios:
Figura 5.4: Representación gráfica del beneficio de una empresa competitiva

P C’

CTMe
CVMe

P* 1
BENEFICIO
2
CTMe

IT
CT

0 Q* Q

Si el precio de equilibrio es P*, la cantidad que decide producir la empresa para


maximizar beneficios es Q*, por lo que sus ingresos totales (IT) son el área del
rectángulo 0-P*-1-Q*.
Si la cantidad que produce la empresa es Q*, el coste total medio será el
correspondiente al punto 2, por lo que el área que muestra cuáles son los costes totales
será 0-CTMe-2-Q*.
Los beneficios, por tanto, son la diferencia entre los ingresos totales y los costes
totales, es decir, el área sombreada.
Si el precio de equilibrio fuera menor, y la empresa tiene pérdidas, el gráfico
sería el siguiente:
Figura 5.5: Representación gráfica de una empresa competitiva con pérdidas

P C’

CTMe
CVMe

CTMe 2
PÉRDIDAS
P* 1

CT
IT

0 Q* Q

Si el precio de equilibrio es P*, la cantidad que decide producir la empresa para


maximizar beneficios –aun cuando en este caso vaya a obtener pérdidas- es Q*, por lo
que sus ingresos totales (IT) son el área del rectángulo 0-P*-1-Q*.
Si la cantidad que produce la empresa es Q*, el coste total medio será el
correspondiente al punto 2, por lo que el área que muestra cuáles son los costes totales
será 0-CTMe-2-Q*, que es mayor que la de los ingresos totales.
Las pérdidas en las que incurrirá la empresa, por tanto, serán la diferencia entre
los costes totales y los ingresos totales, es decir, el área sombreada.
Como el precio de equilibrio está por encima de la curva de costes variables, esta
empresa deberá seguir en el mercado pues sus pérdidas son inferiores a sus costes fijos;
produciendo está recuperando parte de los mismos, algo que no ocurriría si decidiese
cerrar.
5.5.- LA FUNCIÓN DE OFERTA DE LA EMPRESA COMPETITIVA
Como consecuencia del proceso de maximización de beneficios en el corto
plazo, podemos extraer que la función de oferta de la empresa competitiva es su
curva de costes marginales a partir del mínimo de explotación -punto de cierre-. Está
representada en trazo más grueso en el gráfico siguiente.
Figura 5.6: Representación gráfica de la función de oferta de una empresa competitiva

P C’

CTMe
CVMe

Curva de oferta de la
empresa

Pm
Mínimo de explotación o
punto de cierre

Qm Q

Esto es así porque, para cada posible nivel de precios vigente en el mercado, la
empresa competitiva decide producir aquella cantidad que haga que dicho precio sea
igual al coste marginal –en su tramo creciente-. Existe por tanto una relación biunívoca
entre precios y cantidades.
La función de oferta total del mercado la obtendríamos sumando
horizontalmente las funciones de oferta individuales de las empresas.
Si en el sector existen beneficios en el corto plazo, como ya habíamos explicado
en el primer epígrafe del módulo, puesto que existe libertad de entrada y salida en el
mercado, entrarían nuevas empresas haciendo desaparecer dichos beneficios en el largo
plazo, dado que la función de oferta se desplazará hacia la derecha y el precio de
equilibrio disminuirá, como se puede apreciar en el gráfico siguiente.
Así, aunque la cantidad que se produzca globalmente en el mercado aumente, la
cantidad que fabricará cada empresa individual disminuirá.

Figura 5.7: Equilibrio competitivo a largo plazo de beneficio nulo.


P C’
P
O
O’

CTM
e

P1 P1

P2 P2

Q1 Q2 Q Q2 Q1 Q

Mercado Empresa

Por el contrario, si existen pérdidas, la salida de las empresas más ineficientes


haría que el resto dejara de tener pérdidas al aumentar el precio de equilibrio puesto que
la función de oferta se desplazaría hacia la izquierda. Este desenlace se conoce como el
equilibrio a largo plazo de beneficio nulo.
EJERCICIOS NO RESUELTOS

1.- Una empresa competitiva tiene una función de costes totales como la
presentada a continuación: CT = Q3/3 – 11’5Q2 + 100Q + 10.

En el mercado del bien que produce se estima que las funciones de oferta y
demanda son, respectivamente, las siguientes: Qo = 75p – 80 y Qd = 3000 – 2P.

Se pide:

a) Calcular la cantidad que producirá esa empresa si pretende maximizar


beneficios.

b) Hallar el beneficio máximo que obtendrá.

c) Representar gráficamente tanto el equilibrio del mercado como el de la


empresa.

2.- Una empresa competitiva tiene una función de costes totales como la
siguiente: CT = Q3 – 30Q2 + 325Q + 100.

Se pide:

a) Calcule su mínimo de explotación.

b) Suponiendo que el precio vigente en el mercado fuera P = 268, señale


qué cantidad producirá la empresa y calcule los beneficios que
obtendrá.

c) Represente gráficamente los datos obtenidos.


3.- La función de costes totales de una empresa que trabaja en un mercado
competitivo es: CT = 3Q3 – 50Q2 + 200Q + 1000.
Se pide:
a) Calcule su punto de nivelación.
b) Indique qué cantidad producirá si el precio de equilibrio en el
mercado fuera 189 u.m., y los beneficios que obtendrá.

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