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Delirium Tremens El Fantasma de Un Secuestro No Tengas Miedo PDF
Delirium Tremens El Fantasma de Un Secuestro No Tengas Miedo PDF
Tremens, El Fantasma de
un Secuestro: No Tengas Miedo
Por
NOTAS DE LA AUTORA
El eje central de esta obra y alguno de los hechos aquí narrados ocurrieron
en la vida real y pueden ser comprobados, no obstante la historia fue recreada,
lo quehace que este relato se convierta en una novela, ya que los personajes,
sus diálogos, su entorno, sus actos y el modo de comportarse, son
completamente ficticios, por lo cual toda semejanza con la realidad es pura
coincidencia.
DEDICATORIA
PENSAMIENTO DE LA AUTORA
PROLOGO DE LA AUTORA
1. Inicio de Clases
2. Conociendo a la Profesora
3. De Niño a Hombre
4. La Primera Fuga
5. El Lunar en la espalda
6. Zona Fronteriza
Ocho años habían pasado cuando Frank tomó el avión para dirigirse a El
Estado Apure, ubicado al suroeste, en la región llanera de Venezuela, el
destino seleccionado, por ser un importante centro de producción
agropecuario, meta trazada por los empresarios europeos.
Era una zona con un clima caluroso, con exceso de agua en tiempos de
lluvia y con dificultades en tiempo de sequia, aun cuando existían numerosos
ríos afluentes del gran Rio Orinoco. Allí en esa tierra de leyendas y aventuras,
tierra de fascinante cultura y hermosos paisajes, cuna de hombres valientes
que forjaron la libertad de la patria venezolana, allí se edificó la “Hacienda
Utopía”
Rodeada de grandes pastizales, matorrales y milenarios arbustos, que
alimentaban y daban vida al espacio, el terrateniente europeo Jorge Lander y
su amigo Sebastián Belal se radicaron para dedicarse a la cría de reses y aves,
como actividad económica principal, aunque igualmente habían sabido
aprovechar los recursosforestales que poseía la hacienda, especialmente el
comercio de la madera de cedro.
El paisaje que rodeaba a “Utopía” era uno de los más emblemáticos de la
zona, poseía un bosque extenso y exuberante que atrapaba a todo el que la
visitaba.
La atravesaba un riachuelo que nacía en una de las ciudades más
emblemáticas y estaba cerca de un caudalosos rio que albergaba aguas
combinadas con la tierra que conformaban una zona limítrofe con la República
de Colombia, la cual en el transcurrir de los años fue utilizada como Zona de
Alivio, por miembros de la guerrilla de ese país, se decía que el grupo de
insurgentes que operaba en el área, acostumbraba a cruzar el rio y utilizar esas
tierras venezolanas para descansar, autoabastecerse de combustible y
alimentos y posteriormente con el avance de sus líneas estratégicas, fueron
conformando grupos de comando que operaban en la zona para ejecutar el mas
aborrecible de los delitos comunes, el secuestro de personalidades,
especialmente de comerciantes y ganaderos, para solicitar pago de rescate y
renovar así, sus equipos de armas y municiones.
-Mi trabajo en la hacienda consistía en custodiar a Patricia que a los
diecisiete años se había convertido en una hermosa amazona, ella
acostumbraba a perderse cabalgando horas y horas por toda la extensión de la
hacienda-Advirtió Frank a Mateo mientras recordaba recostado en su
tumbona, la época en que cortejó a una de las más ricas herederas del país.
Efectivamente, Francisco Salvatierra, al llegar a Venezuela, conformó un
equipo de guardaespaldas que puso al servicio de Don Jorge, integrado en su
primera línea de mando por Horacio Granadosy Gonzalo Sotomayor, ambos
viejos discípulos de su padre, quienes a su vez fueron contratando y
entrenando a otras personas, que se encargaron de la custodia de los bienes y
personas que habitaban la hacienda.
Para ese entonces Patricia tenía diecisiete años, estudiaba bachillerato en la
capital del Estado y estaba por iniciar estudios superiores para lo cual tenía
previsto dirigirse a Caracas, porque no quería irse al exterior, ella deseaba
estar lo más cerca posible de su padre. Era un joven encantadora, con mucho
glamour tenía una larga cabellera dorada y una esbelta figura. Era coqueta por
excelencia.
-En el funeral de nuestros familiares me llamó la atención la forma en que
recibía las condolencias, por la muerte de su madre, no la vi derramar una sola
lágrima, nunca se despojó de sus guantes de cuero negro, los cuales resaltaban
cuando extendía su mano para saludar a parientes y amigos-Recordó Frank
con asombro
-¿Cómo te sentías tu?-Preguntó Mateo, tratando de conocer un poco más el
sistema de valores de su verdadero progenitor.
-Estaba anonadado, no deje de llorar un solo momento y ella me consolaba
diciéndome que su papá me protegería, que no tuviera miedo, nunca podre
olvidar sus palabras de aliento-Afirmó Frank
El romance comenzó al reencontrarse, pasaban largas horas de caminata
por la hacienda, supervisando el trabajo de los obreros, visitando las
caballerizas, participaban en el cuido del ganado, en el ordeño de las vacas en
el chequeo del veterinario.
-Pero ¿Cómo fue que se casó con….Daniel Monteverde? (Era la primera
vez que Mateo se dirigía al que fue su padre, hasta hacia minutos, por su
nombre y apellido).
- Las salidas de Patricia de la Hacienda eran frecuentes, asistía al colegio
hasta el mediodía y en las tardes participaba en diferentes eventos sociales y
en algunas competencias de equitación organizadas por los clubes de la zona
entre los que se encontraba el círculo militar del estado-Respondió Frank,
remontándose nuevamente a la época.
Por ser una zona fronteriza, Apure albergaba en sus tierras, grandes
cantidades de comandos de las Fuerzas Armadas del país, destacándose en uno
de sus puestos el coronel Mateo Monteverde Escarano, quien estaba en pleno
proceso de ascenso de grado militar y debía responder a tan alto honor
ejerciendo una labor eficiente y puntual, garantizando, como primer objetivo
de trabajo, la paz y la seguridad de los habitantes de la zona y el resguardo de
la soberanía e integridad territorial.
En esta labor lo acompañaban su esposa Mariana Villarroel de
Monteverde, médico de profesión y sus hijos Darío y Daniel Monteverde
Villarroel, los dos jóvenes eran estudiantes de medicina.
La familia se alojaba en una vivienda de guarnición donde acostumbraban
residenciarse los miembros del comando militar que no vivían en la zona y
cuya estadía era transitoria.
Darío era el mayor de los hermanos, junto a Daniel decidió quedarse a
vivir en la residencia principal de la familia en Caracas, ciudad capital de
Venezuela, donde estaban ubicadas las principales universidades que impartían
la carrera de medicina y en las vacaciones de verano en el mes de agosto, se
trasladaban al estado Apure para compartir con sus padres los días de asueto.
Fueron las fiestas que se celebraban en el Círculo Militar (especie de club
recreativo para los militares venezolanos), el escenario en el cual coincidieron
Daniel y Patricia, la hija del terrateniente Jorge Lander.
Ya para la época Patricia tenía la mayoría de edad y se había constituido en
una campeona ecuestre regional, captando en una de las competencias que se
celebraron en el Club Militar, toda la admiración del hijo menor del
Comandante de la Guarnición al igual que la de otros jóvenes militares que la
asechaban desde hacía bastante tiempo.
Era el caso de un oficial cuyas atenciones para con la heredera no eran bien
correspondidas y dada la circunstancias de que el individuo padecía de
trastornos de personalidad narcisista, no se resistía a la idea de ser ignorado,
por lo cual, en una fría mañana de entrenamiento, Patricia se encontraba
practicando cerca de las viviendas militares y se detuvo en una caballeriza a
dar de beber agua a su ejemplar y aprovechar de ir al baño y refrescarse un
poco.
Sólo treinta minutos se tomó para el descanso cuando al reiniciar el
entrenamiento y acelerar su caballo, se vio obligada a pedir ayuda porque el
mismo estaba fuera de control y la condujo directamente a las orillas del rio.
Daniel Monteverde acababa de desayunar esa mañana en que se sintieron
los gritos de la gente que observaba como el caballo de Patricia iba derecho al
rio.
El animal la empujó hacia las aguas y ella se resbaló de la silla de montar,
ya casi en la orilla, golpeándose levemente el cuero cabelludo contra una de
las rocas.
Daniel, quien era dos años mayor que ella, bajó el pequeño barranco que
conducía al rio, se lanzó junto a varios soldados del comando a rescatarla y
procedió a llevarla a la medicatura del puesto donde el mismo limpió *sus
heridas, le suministró un analgésico, hasta que los guardaespaldas de la joven
decidieron llevarla a una clínica por instrucciones de Frank.
Para ese entonces ya Frank se había constituido en el hombre de confianza
del viejo Lander, era un joven que había demostrado destrezas en el servicio
de custodia por lo cual Don Jorge se iba de vacaciones de verano, como en esa
oportunidad, a disfrutar de su yate y de los bienes inmobiliarios de
considerable valor que aún conservaba en su tierra natal, con la tranquilidad
que le infundían las personas que se quedaban en sus propiedades ubicadas en
Venezuela con su única hija y heredera.
Estando en una de las islas veraniegas favoritas del empresario, Ibiza,
recibió la noticia de que Patricia había sido rescatada de un accidente ecuestre,
por el hijo del Comandante de la Guarnición Militar del Estado,
prometiéndose al regresar a la hacienda, agradecer con un agasajo, al joven
estudiante de medicina que se había ganado todo su respeto y admiración.
Patricia y Daniel continuaron viéndose durante todo ese verano en el cual,
el hijo del coronel, la sedujo al descubrir que el oficial problemático que la
acechaba fue el responsable de encabritar a su caballo, por lo cual fue
debidamente sancionado por su padre el Coronel Mateo Monteverde, esto
halagó profundamente a Patricia quien respondió positivamente al galanteo del
hijo del militar, a su vez Daniel la convenció de que se fuera a estudiar
medicina en Caracas que él le prometía que todos los períodos vacacionales
los pasarían juntos en la hacienda.
Aun cuando Jorge Lander quería que su hija se consustanciara con los
asuntos administrativos de la hacienda que estaban en manos de Sebastián
Belal, no mostró ninguna objeción en permitir su partida a la capital para que
estudiara una carrera profesional que fuera de su agrado, el era un hombre
complaciente y quería el bien y la felicidad de su única hija, por encima de
todas las cosas.
Su confianza en Sebastián y en su hijo, a quien cariñosamente llamaban
Sebas, contador de profesión,llevó al empresario a considerarlos como
miembros de su familia, lo cual garantizaba que los bienes sucesorales de su
hija, estaban en buenas manos.
Patricia, como buena amazona, recorría la hacienda con una destreza
incalculable, ella enseñó a Daniel, en días festivos, a montar a caballo y en
poco tiempo ya podían embarcarse en largas carreras que culminaban siempre
en algunas de las pequeñas cascadas que formaba el riachuelo que cruzaba la
hacienda, en su recorrido, lograban elaborar varias guaridas en donde se
escondían de los guardaespaldas que los custodiaban a ambos y esto los
divertía enormemente.
Las actividadesen el Comando exigían cada vez másla presencia del
Coronel Monteverde, quien al ascender al grado de General, fue designado por
otro año más, en el regimiento militar del Estado.
Sus hijos hacían otro tanto con sus vidas,Darío Monteverde, tenía veintidós
años y Daniel veintiuno, cuando cursaban el cuarto y tercer año de medicina
en Caracas, ambos con sus respectivas parejas, Maruja Marcano y Patricia
Lander, quienes cursaban el segundo año de la mismauniversidad y carrera,
juntos conformaban un grupo selecto de jóvenes con todos los privilegios que
el dinero y la posición política podían brindarles, sin embargo dedicaban la
mayor parte de su tiempo al estudio y a la planificación de constituir una
empresa conjunta, dirigida a brindar salud integral a la clase socio económica
a la que pertenecían, fue así como comenzaron a constituirse las bases de lo
que en el futuro se conocería como la “Clínica Monteverde”.
- Pero ¿cómo fue que ustedes dejaron de quererse?,- Preguntó Mateo a
Frank que estaba absorto en sus recuerdos.
Frank reflexionó al respecto, en realidad no fue que dejaron de quererse,
fueron las circunstancias que los fueron llevando hacia otros destinos.
Efectivamente aun cuando Patricia dividía su tiempo entre Caracas, la
hacienda, sus estudios y sus compromisos de carácter social, Frank siempre
estaba con ella, bajo la excusa de ser su guardaespaldas y en el marco de una
conducta intachable frente a terceros, esta particular pareja convivían juntos
bajo el mismo techo, en una réplica de la hacienda “Utopía”, que fue
construida en Caracas, lo cual le daba una gran ventaja a Frank por encima de
sus adversarios.
Patricia se sumergía cada vez más en actividades de carácter filantrópico,
era requerida en todas las labores de corte benéfico, lo cual impedía que
atendiera con la dedicación que se requería, la carrera que había seleccionado,
en este contexto reprobó casi todas las materias del segundo año.
Daniel por su parte resultó sobresaliente y gustoso preparó sus maletas
para encontrarse con su familia en lo que serían las últimas vacaciones en el
Comando Militar.
Ese año las fiestas comenzaron temprano, a pesar de que en el Estado se
había presentado una situación especial con unos irregulares que habían sido
apresados en un operativo estratégico, eran cuatro hombres y una mujer,
quienes quedaron apresados en el Regimiento mientras se organizaba el
traslado a Caracas donde les esperaba un juicio militar, por traición a la patria.
El GeneralMonteverde no pudo dedicar el tiempo que hubiera deseado
para atender a sus hijos, Mateo Monteverde Escarano, era un militar atípico,
tenía una gran sensibilidad humana, era discreto e incapaz de levantar la voz
innecesariamente, acababa de ascender a General y lo asignaron como
comandante del puesto fronterizo donde trabajaba en el Estado Apure, su
misión en ese momento era la de coordinar todos los esfuerzos para garantizar
que las personas que estaban detenidas no se fugaran, por lo cual tuvo que
redoblar las medidas de seguridad.
Un incidente ocurrido un sábado en la tarde de “Bingo Bailable” en el club
militar, se transformó en la tragedia que uniría para siempre las vidas de
Daniel y Patricia, ambos se encontraban sentados en una mesa rodeados de
amigos, mientras jugaban el tradicional juego de Bingo, el cual consistía en
anotar varios números en un cartón de juego en concordancia con las bolas
que se iban sacando de un biombo con la impresión de los números y de
acuerdo a la posición en que se ubique en el cartón cada uno de esos números
cantados, formando líneas estratégicas, se formalizaba el triunfo del cartón
ganador.
El salón estaba lleno de militares activos y retirados con sus respectivas
familias, de pronto un presunto soldado se acercó a la mesa donde se
encontraba Daniel y le dijo en voz baja que su papá estaba en la puerta, que
tenía algo que informarle, Daniel se paró inmediatamente y cuando salió lo
estaba esperando una camioneta gris de doble cabina con los vidrios
ahumados, la puerta de atrás se abrió y él se asomó confiado.
Había pasado más de media hora y Patricia comenzó a inquietarse, porque
Daniel la había dejado en la mesa, con otros amigos sin informarle que debía
ausentarse, ella lo llamó varias veces por teléfono y el no respondió, por lo
cual se dirigió a los hombres que lo custodiaban y ellos le respondieron que
estaban confiados en que estaban juntos.
El secuestro del joven estudiante de medicina, Daniel Monteverde, causó
un impacto en la opinión pública nacional, especialmente en la regional, todos
los sectores, instituciones públicas y privadas, que se sentían protegidos por el
estupendo trabajo que venía efectuando el General Monteverde en la región,
sintieron con pesar su angustia y se pusieron a la orden para atender los
requerimientos de los secuestradores, especialmente, Don Jorge Lander, quien
puso a su disposición todos sus bienes para responder por la vida del joven,
que llevaba más de un mes desaparecido, sin que se tuviera noticias de él.
- En el marco de la angustia que produjo el secuestro de Daniel
Monteverde, Patricia sufrió un desmayo y fue llevada de emergencia a un
centro de salud estadal donde le diagnosticaron un embarazo de dos meses, la
caída le produjo daños por lo cual se le recomendó reposo absoluto en cama-
Continuó Frank con su relato, mientras Mateo lo escuchaba con atención.
Una llamada al comando desde el mismo teléfono de Daniel solicitaba la
entrega de los prisioneros a cambio de la vida del muchacho, de quien ya se
sabía dónde estaba, no obstante lo intrínseco de la zona donde se encontraba,
impedía una acción con la garantía de que lo rescatarían vivo, así, Daniel pasó
tres meses de su vida, privado ilegítimamente de su libertad, cuando
finalmente se produjo el intercambio.
-¿Entonces eso apuró la boda entre ambos?- Preguntó Mateo, refiriéndose
a Patricia y a Daniel.
-Efectivamente, una niña de sociedad no podía darse el lujo de
embarazarse sin una fastuosa boda de por medio-Dijo Frank con profunda
amargura.
De la manera de cómo se enteró de que el niño que venía en camino era
suyo, Frank explico con detalles que el bebé, había crecido bajo el cuidado de
Nanita en la “Hacienda Utopía” porque a Daniel se lo llevaron a estudiar a
Estados Unidos bajo un estado de estrés post traumático, por lo cual los
psicólogos que lo atendieron, le recomendaron una terapia ocupacional.
Previamente al viaje, se celebró una reunión familiar para festejar la unión
de la pareja, Patricia prometió que se dedicaría en cuerpo y alma a cuidar de
Daniel y prefirió dejar al niño con su padre, Don Jorge, con Frank su
Guardaespaldas y con Nanita, al fin y al cabo esos serían sus verdaderos
protectores, ya que el recién nacido pasó a constituirse en el verdadero
heredero de “Utopía” por lo cual ella consideró, ante las circunstancias, que
debía crecer en la hacienda
El niño tenía todos los rasgos de su Guardaespaldas, un particular color de
ojos, por los que Frank comenzó a sentir gran curiosidad.
-Recuerdas aquel día, en el que en plena faena del campo, te tuviste que
arrojar del caballo, yo te llevé al servicio médico y ayudé a las enfermeras a
desvestirte para que te pudieran examinar, entonces vi que tenias un lunar
similaral de mi padre en el mismo lugar donde igualmente yo lo tengo, por eso
hablé con el Señor Jorge sobre mis dudas-Explicó Frank
-¿Mi Abue lo sabe? Preguntó Mateo sobresaltado
-Si, el me dio la autorización para practicarte la prueba de ADN porque
poseía un Poder Legal donde Patricia le otorgaba tu guardia y custodia.
-¿Qué pasó con ese Poder Legal?-Se interesó Mateo
- Fue derogado cuando Daniel decidió que tenías que venir a Caracas a
estudiar y para inscribirte en el colegio debía ser tu representante legal.
-¿Por qué lo permitiste?, ¿Por qué no dijeron la verdad?-Reclamó el
muchacho verdaderamente atribulado y con lagrimas en los ojos, mirando
fijamente a su verdadero padre.
-Vuelvo a repetirte-Contestó Frank agobiado por los recuerdos-Amo a tu
mamá, todavía la quiero, no he tenido ojos para otra mujer que no sea ella, soy
incapaz de causarle daño.
-¿Y yo?, ¿Cómo quedo yo en tu escala de afectos?- Lo interpeló el
jovencito.
Esa pregunta se la repetiría una y mil veces Frank, en el curso de los
acontecimientos que irremediablemente se avecinaban y que pudieron haberse
evitado si el fiel guardaespaldas se hubiera armado de valor y hubiera
defendido su paternidad.
CAPITULO II
EL SECUESTRO MENTAL
1. Aflojando la Cuerda
2. Reordenando Ideas
Esa noche Mateo fue solo al apartamento de Amanda, sin saber que estaba
siendo seguido y fotografiado por una empresa investigadora contratada por su
padre, al abrir la puerta Amanda se sorprendió, le pidió que pasara y le dijo
con tono muy dulce:
-Sabes en que lio me has metido chiquillo, si te llegan a ver aquí, me van a
meter presa-Dijo ella en tono de burla
-Solo quería informarte que el colegio tiene planificado expulsarte a
cambio de que yo regrese a mi casa, yo no sabía que esto podía afectarte tanto,
si ni siquiera hemos salido juntos, te imaginas que hubiera pasado si te hubiera
pedido que me dieras alojamiento.
Ella lo invitó a pasar, allí estaba ese muchacho confundido, acorralado, lo
invitó a sentarse en el sofá, ella se sentó enfrente de él en una silla individual,
desde allí podía observar como estiraba sus largas piernas enfundadas en un
lujoso jeans desteñido, una franela blanca de marca reconocida, una chaqueta
de jeans que realzaba sus anchos hombros unas botas de cuero color marrón
colonial que hacia juego con su lujoso cinturón, verdaderamente aparentaba
más edad de la que realmente tenía.
-Bueno entonces tienes que decírselo a tu padre, que no ha pasado nada,
que no tiene nada que temer- Dijo ella tímidamente.
- ¿Me estas pidiendo que regrese a mi casa? Preguntó Mateo
- ¿Tú qué quieres hacer? -Repreguntó ella
- ¿Acaso importa lo que yo quiero?-Dijo él con profunda tristeza.
-A mí sí me importa, yo acataré lo que tu decidas-Le advirtió ella.
El joven se sintió respetado por primera vez, había sido criado en un
contexto en el que lo hicieron sentir libre e independiente y luego a los doce
años se encontró con un padre autoritario, estricto que a los dieciséis le
coartaba su capacidad de toma de decisiones. Ella le estaba dejando el camino
libre para decidir y ahora no sabía qué hacer con tanta libertad, se llevó las
manos al rostro y repetía, enceguecido, que no quería regresar a su casa, ella
se levantó de su puesto y le quitó las manos de la cara, de pronto sus miradas
se encontraron, su cuerpo femenino realzaba su belleza enfundado en unos
pantalones cortos, una franelita ceñida a su humanidad, su cola en el cabello se
movía de un lado a otro a la par que ella meneaba su cabeza para pedirle que
no llorara, entonces el volvió a sentir ese cosquilleo en todo el cuerpo y estaba
presenciando una vez más el llamado de su naturaleza varonil, se estremeció
turbado y ella comenzó a darse cuenta de que si le interesaba sexualmente a
aquel niño que comenzaba a ser un hombre, entonces tomo su cabellera y lo
arrojo a lo largo del sofá y allí mismo desató toda su pasión sobre él, era un
sentimiento subliminal el que la envolvía, acompañado de un sentimiento de
culpa. El se dejaba acariciar y aun cuando físicamente aparentaba más edad,
estaba sofocado, eran dieciséis años contra un cuerpo de veintiséis, sobre el de
él, se besaron toda la tarde hasta que decidieron pasar a la habitación en donde
ella le enseñó todo lo que él deseaba saber y así juntos permanecieron hasta la
madrugada, respirando el aroma de inciensos, que aún cuando no estaban
encendidos mantenían ambientado el recinto con un agradable olor a vainilla,
sólo superado por el inmejorable sentimiento que inspiraba la subliminal
música de la década de los años sesenta y setenta, discos que ella había
heredado de sus padres y que los había mandado a regrabar en cassettes.
Mateo se sentía bendecido con lo que le estaba ocurriendo, aquella mujer
se perdía en su pecho colmado de incipiente bellos dorados, que lo hacían
mucho más varonil, no podía dormir con la preocupación por la decisión que
debía tomar, la cual significaba que nunca más volvería a estar en los brazos
de aquella fabulosa chica que lo acaloraba, pero era inevitable que renunciara
a ella para evitarle la expulsión deshonrosa que impediría que volviera a
encontrar trabajo en otro colegio, al fin y al cabo seguirían viéndose en la
escuela y luego se las ingeniarían para poderse ver nuevamente.
Pero aquel apartamento decorado a lo hippy con olor a incienso de vainilla
y de sándalo y cojines decorativos al estilo animal print lo invitaban a
quedarse, eran ellos dos en ese apartamento, en el sofá y luego en el cuarto,
deslizándose como una sola persona, como si se conocían de toda la vida,
como si fuera un sueño, él con un ligero nerviosismo pensando en su padre y
diciéndose a sí mismo que no pasaría nada, tratando de disfrutar del momento.
Era un hecho inevitable, la unión entre profesora y estudiante era un hecho
consumado con proyección a futuro, el olor a incienso invadió la habitación, el
color de sus sabanas sus paredes, su mobiliario todo era una invitación a
quedarse un largo rato.
Sus afiches, sus libros, sus revistas ocupaban todo el espacio, sus cuerpos
chocaban con todos sus objetos y se distraían lanzándose cojines y apartando
cosas de su camino y de pronto de tanto jugar y de tanto reír cayeron
exhaustos.
-Eres feliz-Preguntó Amanda
-Te necesito-Respondió Mateo
Ella se deleitaba en la inmensidad de aquellas pestañas tan espesas y esos
ojos color ámbar, sentía que nunca iba a olvidar que podía ser suya, por lo cual
se propuso que nada ni nadie iba a impedir que estuvieran juntos para siempre.
Fue entonces cuando decidió acercarse a él y abrazarlo con fuerza, besarlo
con pasión y amarlo hasta el cansancio, bajo los acordes de su música,
sintiendo que el manto oscuro de la noche los cubría, tratando de protegerlos
del mal que se avecinaba.
Pero ya estaban allí acomodándose a su destino, rozándose sutilmente,
esperando juntos el amanecer y sus cuerpos enamorados impedían
abandonarse el uno al otro.
Los reportes que recibió Daniel Monteverde al día siguiente lo dejaron en
estado de shock, ya no le cabía la menor duda, su hijo estaba siendo
influenciado por una mujer mayor que él, tenía que tomar medidas antes de
permitir que las cosas se agravaran, por lo cual llamó al colegio y precisó
respuesta a su solicitud.
4. La Sentencia
Efectivamente esa mañana Mateo se encontraba en clases y volvió a sentir
el llamado por el altoparlante del colegio donde se le citaba a la dirección,
respiró profundamente y se volteó a mirar a Máximo quien se ofreció a
acompañarlo, estaba nervioso, se sintió mareado, pero tuvo que entrar a la sala
donde una vez más le indicaron:
- Siéntese por a aquí por favor (enfrente del jurado calificador, el
ConsejoConsultivo del colegio)- Le solicitó la directora.
-Sr. Mateo, tenemos una situación desagradable que plantearle, su padre
exige su regreso inmediato a la casa o de lo contrario el colegio se verá en la
obligación de tomar medidas drásticas contra una de nuestras profesoras para
evadir una demanda por daños y perjuicios, su padre considera que usted ha
sido mal influenciado y desea que se subsane la situación.
Mateo se ahogaba en llanto por dentro, si antes no se sentía culpable por
las acusaciones, ahora no tenía moral para desmentir que efectivamente estaba
bajo los influjos de una extraña sensación que lo alejaba aun más de su padre.
Pidió disculpas por los problemas que se habían presentado y decidió regresar
a su casa esa misma tarde después de las prácticas de futbol.
-Sr. Mateo, es necesario que sepa que el acuerdo de tregua incluye que
usted no volverá a acudir a las clases de deporte, incluyendo sus prácticas de
futbol, tampoco podrá recibir almuerzo en las instalaciones del colegio ni
acudir a la biblioteca, de manera tal que deberá regresar a su casa después de
la última clase de la mañana, sin desviarse a ningún otro destino.
Una sentencia, aquello sonaba a limitación de su libertad de circulación y
de transito, volvió a respirar como le enseñó Amanda y en ese respiro
regresaron a su mente todas las imágenes de la vivencia de la noche anterior,
entonces pensó, son las diez de la mañana si comienza a rodar la tregua
pactada, en dos horas estaré limitado de volver a ver a Amanda, entonces la
llamó para citarla en el Gimnasio, quería tomar varias fotos de ella, porque
presentía que no la vería en un buen tiempo.
Efectivamente allí se volvieron a estrechar sus cuerpos, Mateo lloraba
copiosamente y le pedía desesperadamente que posara para él, diseñaron
algunas estrategias para mantenerse en contacto, intercambiaron fotos, para
pasarla bien mientras estuvieran separados, cuando de pronto fueron
sorprendidos por un vigilante y de nuevo fueron citados ante la directora de la
institución.
- Sucede mucho en estos tiempos que situaciones como las de ustedes
pasan desapercibidas -advirtió la profesora María Cardozo-, yo se que a su
edad Mateo, usted sabe bien qué es lo que le conviene y está en perfectas
condiciones para distinguir el bien del mal,pero hay una enorme diferencia en
este caso, el Dr. Monteverde está severamente afectado por una experiencia
personal que lo obsesionó y eso no es secreto para nadie que no es normal su
comportamiento, por eso les pido prudencia, yo tengo que velar por la defensa
de los derechos de la institución y el Sr Monteverde tiene la costumbre de
llevar todos sus conflictos a nivel legal, igualmente les pido la mayor
colaboración para evitar que ninguna de las partes salga afectada, aun cuando
reconozco que todo el peso del sacrificio recaerá en este caso sobre usted
Mateo por lo cual le pido a Dios que le de la fortaleza que necesita para
hacerle frente a la realidad que debe afrontar.
Faltaba media hora para que llegaran los guardaespaldas en la búsqueda de
Mateo, por lo cual aprovechó el tiempo para notificar a todos sus amigos sobre
su nueva situación y les pidió que le brindaran apoyo a Amanda para prestarle
sus teléfonos y así poder comunicarse sin ser descubiertos, por último se
despidió del viejo Augusto, entrenador del equipo de futbol y nuevamente las
lagrimas corrieron por sus mejillas, la relación de trabajo entre ambos
sobrepasó lo laboral para pasar a ser afectiva, el viejo entrenador lo abrazó con
fuerza, lo bendijo y luego lo dejó en la entrada del colegio donde estaban
Frank y Gonzalo con órdenes estrictas de regresarlo a casa y vigilar que no
volviera a salir de la misma.
Amanda estaba consternada, en la tarde le tocó darle clases a Matías y no
podía concentrarse en la impartición de instrucciones pensando en lo mucho
que se parecía a su hermano, excepto en el cabello que era más oscuro y lo
llevaba corto, con una espesa pollina que le caía en sus ojos, en cuanto a la
personalidad era más tímido que Mateo y en la mínima oportunidad que tuvo
lo abordó para ver que pensaba sobre lo que estaba sucediendo:
-Hola, ¿No es extraño que te hayan permitido venir a mi clase?-le dijo
Amanda
-No, Papá sabe que lo necesito, soy asmático y debo fortalecer mis
pulmones- respondió Matías.
-¿Tú crees que tu papá pueda volver a golpear a tu hermano esta tarde?-
Inquirió asustada la profesora.
-De ninguna manera, mi papá es estricto pero no agresivo, se ha sentido
muy triste porque Mateo no ha estado en casa estos días, el mismo se cree
culpable, pero no lo admite públicamente-afirmó el jovencito
-Entonces probablemente se limite a un castigo severo-continuó con su
angustia la profesora.
--Probablemente no, es seguro, esa es su forma de impartir disciplina, pero
nunca antes nos había golpeado físicamente.
La clase terminó en un mar de comentarios algunos adversos y otros a
favor del romance entre la profesora y su estudiante, que fenómeno es el
Mateo, se fue con el gran premio, mientras la profesora se despedía y los
invitaba a regresar menos conversadores para la próxima clase.
Las cosas en la Mansión de los Monteverde fueron trascendiendo sin
novedad, Mateo almorzó en el comedor con su mama, sus abuelos maternos y
paternos, para nada tocaron el tema que lo alejó de la casa, Daniel Monteverde
estaba de guardia en el hospital y regresó tarde en la noche. Mateo debió subir
a su cuarto al terminar el almuerzo se duchó y se dedicó todo el resto del día, a
pasar las fotos de su cámara a los equipos de vídeo-tv existentes para el
momento, con la mala suerte de que las imágenes estaban activadas en la
pantalla del televisor, cuando su padre entró a la habitación en la noche para
verificar que él estuviera cumpliendo con el castigo.
No hubo lugar a discusión, el Dr. Monteverde desconecto el televisor y el
equipo de video y se lo llevó junto al celular, cerró la puerta del cuarto con
llave y dejo a Mateo sorprendido con tal reacción. Amanda trató de
comunicarse con Mateo y fue Daniel quien contestó el teléfono para hacerle su
primera amenaza formal:
-Si usted sigue acosando a mi hijo, introduciré una demanda por
corrupción de menores y abuso sexual, aquí tengo sus fotos y otras graficas
comprometedoras, no se lo voy a repetir, voy a tomar medidas legales en su
contra si vuelve a acercarse a mi hijo-Amenazó Daniel con toda la fuerza que
su malestar le imprimía.
Amanda se sorprendió, no podía creer que las cosas hubieran llegado tan
lejos, Mateo estaba incomunicado y ella severamente amenazada, no pudo
dormir en toda la noche pensando en la posibilidad de que le hubiera podido
hacer daño al muchacho.
Al día siguiente Mateo sintió que abrieron la puerta del cuarto, él estaba
vestido y dispuesto a tomar el desayuno cuando su madre llorosa le entrego
unos envoltorios para que los colocara dentro de su morral, que contenían su
comida para que la consumiera en la escuela, ya Daniel, Matías y ella habían
desayunado.
Ante tal circunstancia, bajó las escaleras y fue conducido directamente a la
camioneta que los trasladaría a él y a su hermano al colegio, por su parte
Daniel Monteverde, quien acostumbraba a llevar personalmente a sus hijos a
clase antes de ir a la clínica donde trabajaba, estaba dentro de otro de los
vehículos propiedad de la familia, esperando la llegada de su hijo mayor, al
verlo, bajó el cristal, lentamente, sin abrir la puerta del carro, se asomó a la
ventana y le dijo en tono firme y amenazante:
-Es la primera y la última vez que te advierto que cumplas con lo pactado
porque si no, tú y esa mujerzuela se tendrán que atener a las consecuencias
5. El Ave María
6. Estableciendo Límites
7. El Colegio Militar
Efectivamente la reunión se realizó en un Self-Service de uno los Centros
Comerciales de la ciudad, durante la misma Duran sugirió la posibilidad de
que Mateo culminara sus estudios de cuarto nivel de bachillerato y que
logrado el objetivo, lo retirara del instituto e inscribiera en un colegio
militarizado, en las afueras de la ciudad, lo más lejos posible de las amistades
que lo estaban mal influenciando, donde pudiera recibir un poco de disciplina
de la que él como padre, no había sabido imponerle, advirtiéndole que si aun
así, si Mateo seguía desviándose de los lineamientos impuestos, entonces no
dudara en tomar medidas drásticas.
Daniel compró la idea del médico y sin discutir el asunto con su esposa
comenzó los tramites a través de su papá, el General Mateo Monteverde, para
que lo ubicara en el “Colegio Militarizado San Antonio de Padua” Estado
Táchira, su lugar de residencia, para que así pudiera tener supervisión cercana
de sus dos abuelos, Jorge desde el Estado Apure y Mateo desde el Estado
Táchira.
El régimen de castigo contra Mateo fue sistemático y continuado, no tenía
teléfono, ni computadora, sus trabajos de investigación eran elaborados por la
señora Maritza, secretaria de Daniel, no podía pasear los fines de semana, sólo
se le permitía entrar y salir del colegio y transitar dentro de la casa y hacia la
casa de sus abuelos maternos conectada a través de un caminito de piedras
entre los frondosos jardines de las dos residencias, acompañado por un
sexagenario, custodia especial contratado por Daniel, que lo trataba como si
era un prisionero.
No obstante, mientras más obstáculos les atravesaban en el camino, más
frecuentes eran los encuentros a escondidas entre los enamorados, los amigos
de ambos se las ingeniaban para crear las más insólitas ocasiones de
encuentro, siempre había algún motivo para celebrar aquellas maravillosas seis
horas matutinas del horario de clases, para entre recreo y tiempo libre,
intercaladas con otras horas de ausencia, con complicidad de algunos
profesores amigos de Amanda, estos pudieran fugarse para demostrarse su
amor en un parque, en una plaza y hasta la playa fueron a tener en una
oportunidad en un viaje de ida y vuelta al Litoral Central.
El final de los exámenes y con ello la temporada escolar dejaba como
resultado que Mateo había aprobado con notas sobresalientes el cuarto año de
bachillerato, coincidía con esto igualmente su cumpleaños Nº 17 en el mes de
junio del año 1994,se había convertido en un individuo más robusto, le había
salido abundante bello en la barba, no quería afeitarse para aumentar su
imagen adulta y poder estar a la altura de Amanda, quien por el contrario y
aun cuando ya había cumplido los veintisiete años se veía cada vez más joven
y hermosa.
En la casa de los Monteverde todo era confusión, los preparativos para
celebrar el cumpleaños de Mateo en familia se habían trastocados después de
una conversación entre Patricia, la mamá de Mateo y su suegra la Sra. Mariana
Villarroel de Monteverde:
-¿Ya tienes todo listo para el viaje? Preguntó Mariana
-¿Cual viaje? -Pregunto Patricia- Ya sabes que Daniel tiene castigado a
Mateo,no lo deja salir para ninguna parte y todo por culpa de esa mujer que se
atravesó en nuestras vidas.
-¿Pero entonces tú no vas a acompañar a Daniel a entregar a Mateo al
internado militar?
-¿Cual internado? , ¿De qué me hablas? -Seguía preguntando Patricia
mientras un torrente de lágrimas bajaba por sus pálidas mejillas, sintiendo que
se desvanecía.
En atención a los gritos en búsqueda de ayuda que estaba efectuando
Mariana varios caballeros salieron del comedor donde se encontraban
reunidos, El general, el sr Jorge, Daniel y Frank el guarda espalda de los
chicos.
Patricia recuperó el conocimiento en el marco de una solicitud de una
explicación acerca de lo del internado a lo que Daniel respondió:
-Quería evitarte más penas, pero tengo todo listo para internar a Mateo en
el Colegio Militarizado del Táchira, nos vamos este fin de semana, ya elaboré
su equipaje con una lista que me envió el colegio.
-¿Él lo sabe? ¿Está de acuerdo? -Preguntó Patricia
-¿Para qué quieres que lo sepa, para que se ponga de acuerdo con esa
mujer y sabotee la decisión? Yo no necesito su opinión, soy su padre y sé que
es lo que le conviene, lo estoy haciendo por su bien.
Entre el grupo de personas allí presente sólo dos de ellas intercambiaron
miradas de indignación el señor Jorge y Frank, quien estaba dejando de jugar
un papel subalterno para convertirse en una opción de apoyo para Mateo.
El guardaespaldas con una gran vocación de servicio, quien venía
acompañando al señor Jorge desde su adolescencia, gozaba de gran estima por
parte de la familia Lander, durante su estadía en “Utopía”, había tenido un
largo e intenso romance con Patricia, romance del cual nació Mateo, el joven
que cada vez más se parecía a él empezando por el color y forma de sus ojos.
cejas y pestañas, de una particularidad poco común. Independientemente de
esa oculta filiación, Frank siempre sintió un aprecio especial por estos jóvenes,
era extremadamente cariñoso con ellos, les consentía en todos sus caprichos y
les colmaba de afecto, hasta el punto de que nunca se preocupó en conformar
una familia porque el destino le había regalado esa oportunidad de convivir
con Don Jorge y su grupo y de alcanzar un contacto físico y espiritual entre
ellos que suplía el que debía existir entre los jóvenes y su padre.
Esta situación entre Daniel y su supuesto hijo estaba colmando la paciencia
de Frank, especialmente las injustas agresiones físicas y psicológicas que
estaba infringiendo deliberadamente al muchacho, por todo ello subió a la
habitación de Mateo, que se había convertido desde hace meses en su cárcel
particular y le informó de los planes de su padre e igualmente le facilito el
teléfono para que iniciara las coordinaciones correspondientes para mantener
el contacto con sus amigos.
La celebración del cumpleaños del primer nieto de una nueva generación,
para el señor Jorge era motivo de gran satisfacción, era su heredero que dentro
de un año cumpliría su mayoría de edad y con ello podría finalmente hacerse
cargo de la hacienda como una excusa para salir de su encierro, inclusive la
idea del internado le parecía una buena razón para escapar del yugo del padre.
Había un grupo reducido de personas en la celebración del cumpleaños de
Mateo, Máximo y Roberto se colaron con la invitación de sus padres,
abogados que formaban parte del bufete jurídico del sr Jorge, Daniel le
prohibió al festejado que cordializara con ellos, pero durante el desarrollo del
evento que se efectuaba en los jardines de la residencia, tuvieron suficiente
tiempo para planificar lo que serían las fugas de Mateo en el internado para
reencontrarse con sus amigos, para el grupo de jóvenes la situación se estaba
tornando en una aventura.
Días después Daniel le notificó a Mateo que debía alistarse porque se irían
de viaje, sin entrar en detalles:
-Prepara una maleta, con lo necesario- le dijo al muchacho advirtiéndole
que lo esperaba en el estacionamiento.
Abajo estaba Patricia fundida en un abrazo con Nanita, Jorge Lander,
Matías, Frank, Horacio y Gonzalo. Mateo se despidió de Nanita, de su
hermano y dejó a Patricia con los brazos estirados, intentando entrar de
manera apresurada a la camioneta, pero no había terminado de hacerlo cuando
Daniel lo agarro por el cabello obligándolo a bajarse y mientras lo arrastraba
literalmente por el puesto de la camioneta, Mateo trató de hacer resistencia
pero se golpeó en el codo con la puerta del vehículo, cediendo ante el
profundo dolor que sintió en su brazo, hasta que la figura de Frank se
interpuso rápidamente entre ambos.
Era la primera vez que el protegido del señor Lander se enfrentaba con su
rival, siempre estuvo de bajo perfil, para evitar que lo separaran de su
muchacho, pero era el colmo de su aguante el presenciar que Daniel lo
agrediera físicamente, eso no estaba dispuesto a tolerarlo:
-Déjalo, por eso es que está así, no quiere respetar ni a su madre-Le
reclamó Daniel a Frank.
Mientras Frank revisaba la zona golpeada en el brazo de Mateo, sin
importarle en lo más mínimo lo que le decía Daniel, Don Jorge le advirtió al
médico que si le volvía a poner las manos encima a su nieto, iba a tomar
acciones legales.
Efectivamente ya Don Jorge había hablado con el Dr. Maximiliano acerca
de los maltratos de Daniel y le pidió que lo asesorara sobre lo que tenía que
hacer, que era poco, mientras Daniel tuviera la Patria Potestad sobre los
muchachos.
El recorrido hacia el aeropuerto fue patético, nadie hablaba, en una
camioneta iban Gonzalo, Don Jorge y Daniel y en otra iban Mateo, Horacio y
Frank, durante el trayecto el viejo Lander aprovechó para aconsejar al
atribulado medico.
Don Jorge sabía que tenía la responsabilidad de precisar a Daniel sobre el
trato que le estaba dando a su nieto, que no estaba viviendo otra cosa más que
pura curiosidad sexual, como parte normal de su proceso de desarrollo.
El estaba consciente de que todos los cambios que habían experimentado
los chicos en estos últimos tiempos estaban relacionados con su transición a la
adultez y que Daniel tenía que prepararlos para todo lo relativo a la vida
sexual, no obstante observaba en él, un falso pudor:
-¿Vas a dejar que tengan que aprender a ser hombres con otras personas sin
saber de qué forma , con eso estas exponiendo a tus hijos a una serie de
peligros que tendrán efectos nocivos para su porvenir, traumas psicológicos,
desviaciones sexuales enfermedades y conflictos morales de consecuencias
impredecibles-decía el abatido abuelo.
Evidentemente Daniel los estaba criando en el marco de una cultura donde
la agresión física se impone por encima de la comunicación.
-Tú no puedes educarlos bajo la consigna de te pego porque te quiero, te
pego para que te portes bien, te vigilo porque tengo miedo de que te
secuestren, porque entonces haces que se sienta atemorizado y en vez de sentir
respeto por quien tiene la responsabilidad de cuidarlo, siente angustia y
ansiedad y va a terminar odiándote, eso te lo aseguro-Insistía Don Jorge.
Ciertamente la intervención de los padres es imprescindible porque puede
resultar incompleta o inútil si consiste en una mera información y si no se
enseña al joven a adquirir una actitud responsable frente al acto sexual,
creando en ellos la conciencia de un permanente respeto para el sexo opuesto
de hecho de la actitud que a los hijos se les forme del acto sexual, depende su
salud mental y física, su felicidad conyugal y su equilibrio en la convivencia
social, el futuro de sus vidas, reflexionó el viejo Lander mientras preparaba su
siguiente ataque verbal:.
-Tienes que ganarte la confianza de tus hijos, para que estos puedan tener
la certeza de poder acudir a ti con la convicción de que eres tu el único que
con toda lealtad sabrás darles la explicación completa a todas sus dudas y
confusiones- reafirmó el anciano con gastada voz.
Por su parte, Frank hacía confesiones a Mateo que fueron consideradas en
su momento como datos confidenciales:
-Hijo, por medidas de seguridad, en tu cuerpo hay un rastreador que es
capaz de ubicarte donde quiera que estés, en un lapso de cuarenta y ocho
horas, dentro del país y sus zonas fronterizas, esto no puede saberlo nadie, ni
siquiera yo sé en qué parte de tu organismo lo tienes alojado, probablemente
sea en tu dentadura, lo que te quiero decir con esto es que tienes un plazo de
dos días para disfrutar con tus amigos y regresar nuevamente al colegio.
-¿Quiénes más saben de esto?-pregunto Mateo enojado
-Don Jorge, Daniel, Patricia, Sebastián, Don Mateo y tú- Respondió Frank
-¿De qué otra forma pueden ubicarme?-Siguió preguntando Mateo
- El teléfono que te regaló tu papa es de tecnología de avanzada, con el es
más factible que te encuentren más rápido, por eso no debes usarlo a menos de
que te quieras comunicar con él.
El trámite en el aeropuerto fue rápido y en cuarenta y cinco minutos
aproximadamente ya estaban en el Estado Táchira, al llegar, se encontraron
con el General Monteverde y doña Mariana, quienes se deshicieron en abrazos
con Daniel y Mateo, admirando nuevamente cuanto había crecido, lo vieron en
su cumpleaños cuando visitaron Caracas y quedaron impactados con lo
cambiado que estaba, más pensativo más introvertido y con una profunda
tristeza en su mirada.
Los guardaespaldas coordinaron la entrega de los equipajes y la
contratación de un taxi para permitir que Daniel y Mateo viajaran
cómodamente con el militar y su esposa en el vehículo de ambos.
El colegio militar estaba a una hora de distancia con respecto al aeropuerto,
la familia debía entregar al jovencito antes de las dos de la tarde, para poder
participar en los actos de recepción de los alumnos, en ese contexto, tenían
tiempo para almorzar juntos antes de entrar a la institución.
El protocolo de recibimiento consistía en registrarse en la oficina de
admisión, entregar sus pertenecías y alistarse en el patio mientras familiares y
amigos presenciaban desde las gradas lo que sería la primera formación de
orden cerrado de los nuevos internos que pasarían a incorporarse a los
diferentes niveles educativos del ciclo de Bachillerato.
Cuando se despidió, Frank estrechó con fuerza a Mateo, cada abrazo que
se daban crecía en intensidad, como el afecto que sentía el uno por el otro:
-Levanta la cabeza, se fuerte, no llores, ya vas a salir de todo esto, yo me
voy a la hacienda, no me quedo un minuto más con tu papá-le susurró Frank
en el oído a Mateo, tomando con firmeza su mentón.
-¿Mi papá? ¿Por qué le sigues diciendo así?- Preguntó intrigado Mateo.
-El show continúa, tenemos que seguir fingiendo-le rogó Frank
-Lo voy a hacer porque tú me lo pides, pero no sé cuánto tiempo más
pueda seguir aguantándolo-le contestó Mateo en el marco de un verdadero
estado de atribulación.
Acercándose al grupo el viejo Lander rodeó con sus brazos a padre e hijo,
tratando de infundirles fuerzas:
-Me lo llevo a la Hacienda hijo- le dijo Don Jorge a Mateo, sujetando a
Frank por un brazo- allá te esperamos cuando pase todo esto y cumplas tu
mayoría de edad, te prometo que nada ni nadie lo impedirá
-Bendición Abue, cuídate, te quiero, no se preocupen por mí- Dijo en tono
consolador el heredero de “Utopía”, mientras secaba su rostro enrojecido.
Al terminar la actividad, todos los familiares fueron despejando las
instalaciones del colegio dejando a sus parientes bajo el cuido y custodia de
los representantes del colegio quienes ese mismo día impartieron
instrucciones, normas y procedimientos, uniformaron y afeitaron a los
estudiantes. Mateo veía con profunda tristeza, como caían pedazos de su
cabello al suelo, el instrumento de su rebeldía, pensaba en cuanto le costó a
Daniel deshacerse de esa cabellera para imponer su autoridad, ahora se hacía
realidad.
La inexorable velocidad del tiempo facilitó que Mateo pudiera adaptarse
medianamente a las normas del colegio, le tocó compartir habitación con un
joven de la zona, proveniente de un hogar de clase media, que había ingresado
al instituto desde el primer año, por lo cual se convirtió en su guía y consejero,
Armando era estricto en su manera de conducirse, inamistoso y mal encarado
pero muy buen estudiante, Mateo siempre sospechó que su asignación como
compañero de habitación fue otra idea de Daniel Monteverde en su afán de
vigilarlo.
En los miembros del equipo de futbol, Mateo consiguió un escape a su
enclaustramiento, entre los jugadores se destacaba Víctor, bajo de estatura,
cabezón, ojos saltones, pero con un gran corazón, le fascinaba ayudar a los que
estaban en situación de desgracia, justo lo que Mateo necesitaba para
conectarse con sus amigos, Víctor era bebedor, fumador y mujeriego, pero
tenía buen prestigio en el colegio por su cualidad de llevarse bien con todos.
Cuando Mateo le confesó que el colmo del cinismo de Daniel había sido
regalarle un teléfono celular el día en que lo dejo en el instituto para que se
comunicara con la familia, Víctor lo convenció de que el teléfono estaba
monitoreado por sistema satelital, con la finalidad de mantener informado al
cliente suscriptor del servicio, la ubicación del usuario del equipo,
coincidiendo con la recomendación que le susurro Frank al oído:
-No lo prendas, desármalo en varias partes y arrójalo entre los desechos de
la cocina de la institución.
Al fin y al cabo Mateo se comunicaba con quien deseaba hacerlo, por el
teléfono que le compró Frank el cual estaba registrado a nombre de un
empleado de la empresa de seguridad e igualmente tenía instalado registro de
información satelital, ambos equipos eran de los primeros que llegaron al país,
en materia de telefonía celular, junto a los denominados “Ladrillos” o
“Bloques” de un enorme tamaño, que poseían una batería que solo tenía ocho
horas de duración.
El joven delantero Mateo, poseía un potencial futbolístico, como jugador
demostraba en la cancha un gran talento, por lo cual fue observado con interés
por el entrenador, el señor Chuo, (como era cariñosamente conocido entre
profesores y alumnos), y por el personal directivo del instituto, debido a la
proyección que podía darle al colegio, en los juegos inter-instituto,
programados para ese año.
Eso lo mantuvo tranquilo y motivado, por un tiempo, se sometió a un
proceso estricto de entrenamiento que se iniciaba todos los días a las 6am,
mínimo un kilometro mientras era supervisado por los técnicos.
-Confiamos en ti muchacho, creemos que nos traerás el campeonato- Le
dijo Chuo, en tono de confianza durante las sesiones de entrenamiento
En una oportunidad, Chuo se fue acercando poco a poco al estudiante que
para el momento sudaba copiosamente, mientras reposaba en la grama del
estadio del instituto, pensando en quien sabe que:
-Sabemos que no estás en tu hábitat, que la altura te puede afectar y hacer
que la cancha se te ponga difícil (Se refería el técnico, a la diferencia de altura
sobre el nivel del mar, existente entre Caracas y el Estado Táchira), pero
tendrás todo nuestro apoyo y te deseamos mucha suerte porque sabemos que
posees todas las cualidades para ganar el trofeo.
Mateo no quería ser descortés con el entrenador pero no tenía ninguna
intención de responderle y apenas esbozó una sonrisa que no pudo mantener
por mucho tiempo, porque los rayos del sol incidían directamente en sus ojos
obligándolo a cerrarlos con dificultad, clausurando igualmente su tímida
sonrisa.
-Insisto en que el clima y la altura podría serte adversos, pero esperamos
que eso no afecte tu rendimiento-Le dijo Chuo tratando de sacarle palabras al
futbolista.
Mateo asintió con su cabeza, se levanto del engramado donde estaba
tendido, pidió disculpa y se fue, casi dejando al profesor con la palabra en la
boca.
Al finalizar el entrenamiento los técnicos se reunieron y opinaron que sus
movimientos, desplazamientos y la madurez que refleja en su actuación, lo
hacía susceptible de confianza por lo que valía la pena seguir afinando sus
destrezas.
Por su parte, el director del instituto le reportó al General Monteverde que
por lo menos con eso, estaba respondiendo positivamente a los propósitos por
los cuales había sido internado en esa institución, ocupar terapéuticamente
bajo la figura del deporte y el estudio, gran parte de su tiempo, hasta dejarlo
exhausto.
Durante todo el mes de noviembre Mateo estuvo sin recibir visitas, una
orientadora del instituto comenzó una serie de entrevistas con él, porque el
colegio había decidido que ante la situación de crisis era necesario el auxilio
psicológico para poder restablecer su equilibrio emocional y poder continuar
con el curso de las clases, previa aprobación de su representante.
Primero, la profesora orientadora se reunió con Daniel y le preguntó cuan
frecuente era lo que él denominaba sus crisis, sus cambios imprevistos y
patrones de cotidianidad, refiriéndose a su hijo, la profesora trató de hacerle
ver que eso formaba parte del desarrollo evolutivo de Mateo, parte de su
crecimiento y desarrollo, pero todo fue en vano.
Mateo fue sometido a una serie de test psicológicos de los cuales salió bien
librado, no obstante la profesora le explicó que cuando él se exponía a
situaciones que dejaban de ser “naturales” provocaba una situación de crisis en
el seno de su familia, lo cual su padre percibía como una amenaza.
-Profesora, defina lo que no es “natural” para usted, por favor-Le pidió
Mateo respetuosamente a la orientadora.
-No saber a qué hora vas a llegar, alejarte de tu familia, exponerte a riesgo
frente al problema de la inseguridad-Respondió la orientadora-Tu padre se
siente colapsado para resolver este problema, se siente inhabilitado para
enfrentar la situación y no encuentra eficacia en las respuestas que busca a tu
caso.
-¿Mi caso? ¿A qué se refiere?
-El se siente amenazado permanentemente a nivel emocional y esto lo
infiero yo, no me lo dijo él-Aclaró la profesora.
En el transcurso de dos semanas, el personal directivo solicitó a la
profesora orientadora un informe con los resultados de la evaluación del
alumno Mateo Monteverde Lander, al respecto la educadora reportó que el
jovencito no presentaba alteraciones de ningún tipo:
-Físicamente se mostró ecuánime, sin sudoraciones ni palpitaciones, sin
movimientos ni desplazamientos nerviosos, a nivel cognitivo sus
planteamientos, preguntas y respuestas fueron coherentes, emocionalmente no
le he observado ningún cambio brusco de humor, es un joven que aparenta ser
tímido, es serio y no muestra distanciamiento emocional, en síntesis es un
joven que está pasando a la adultez quizás con más rapidez que otros, por su
grado de madurez-Expuso la Psicóloga.
Mientras el colegio se entretenía entrevistándolo, Mateo organizaba la
próxima huida, a través de las llamadas de sus amigos pudo preparar otra
escapada, esta vez fuera del país, estaba dispuesto a alejarse todo lo posible de
su padre, para lo cual alteró un permiso de menores, con el apoyo de su
abuelo, de Frank y de sus amigos para viajar a España, Amanda no estaba de
acuerdo, le rogó tener paciencia, sólo faltaban seis meses para cumplir la
mayoría de edad.
-¿Por qué quieres irte del país?-Le pregunto la profesora Amanda en una
de las pocas conversaciones clandestinas que tuvieron.
-Necesito estar fuera del alcance de mi padre, dile a Frank que te explique,
no puedo decírtelo por teléfono-Le dijo Mateo, refiriéndose al dispositivo que
tenía colocado en su cuerpo.
-Yo estoy contigo, haré lo que tu digas-Le respondió Amanda sentenciando
así su destino.
Y viajaron a España, él salió desde el aeropuerto del Táchira, burlando así
la primera puerta de salida, luego se encontró con ella en el aeropuerto de
Maiquetía donde le entregaron su pasaporte, visa y el permiso de menores
alterado, todo ello con la ayuda de Frank, Don Jorge y el doctor Maximiliano,
en España fue recibido por sus familiares europeos, quienes estaban ignorantes
de su condición de ilegalidad, estando allí Mateo les contó todo el sufrimiento
por el que había pasado y el hermano de Don Jorge no se negó a brindarles
apoyo por lo cual les sugirió que se desplazaran a su pequeña casa de verano
en Ibiza.
Ibiza es una de las más bellas islas vacacionales de Europa, una de las
cuatro islas baleares ubicada al sur de la España Continental. Es una isla
Cosmopolitan, popular y atractiva porque es residencia de verano de una gran
numero de gente exclusiva, por sus playas de arena blanca y su fastuosa
actividad nocturna que facilitaba una vida de baile y diversión durante toda la
noche y una vida de descanso y relax en el día, en las tranquilas aguas de sus
hermosas playas.
La casa de los Lander estaba ubicada al norte de la isla en lo que llamaban
la vieja Ibiza, fueron recibidos por el personal de servicio, con gran
consideración, Mateo y Amanda se sentían relajados, valorando el legado de
Don Jorge, en el día nadaban hasta la hora de contemplar la fabulosa puesta
del sol, paseaban por el mercado, comían en los pequeños puestos, otros días
más intensos practicaban el deporte de 4 x 4, explorando el norte de la isla, en
los vehículos rústicos correspondientes, desde las alturas alcanzadas podían
observar hermosos paisajes, aún cuando el costo era de alto riesgo, era un
deporte muy peligroso, ya que subían a las cumbres y acantilados hasta la
orilla. Llegaron a transitar por riscos que solo se veían desde la costa.
Iban en unos jeeps descapotables, en la parte de atrás, de pie, Mateo iba en
camiseta gris y shorts bermudas y presumía de una incipiente barba, Amanda
llevaba puesta una franela blanca ceñida al cuerpo, blue jeans y su larga
cabellera al aire, Mateo pasaba con frecuencia su brazo rozando su espalda
mientras se sostenía del tubo tratando todo el tiempo de protegerla de los
brincos del jeep, cada vez que pasaban por los caminos empedrados, era una
aventura que les subía la adrenalina pero estaban en manos seguras, de un
experto en el área que organizaba las giras, con sus propios vehículos,
acondicionados para el disfrute de tal travesía.
Amanda estaba sorprendida, era una vida de ensueño, se había comprado
en las pequeñas tiendas y mercaditos de la zona, todo un ajuar de ropa hippie,
que lucía acompañado de floridos accesorios, bisutería, artesanía, joyas
confeccionadas a mano, también compraba ropa para él, que se fue
enamorando de su estilo desenfadado que era denominado “Boheme chic”.
En la noche cuando se dormía, lo hacía profundamente y en la mañana se
despertaba buscándola en la cama para asegurarse de que no era un sueño, ella
era una realidad en su vida, una hermosa verdad, ella se levantaba a asearse y
a buscar el desayuno de ambos, mientras él la seguía con la mirada, cada vez
más enamorado, sus sentimientos lo consumían día y noche acompañado de
una dicha indescriptible.
Después del desayuno ella se volvía a tumbar en la cama, a su lado, a besar
todo su bronceado cuerpo, lleno de pecas en la espalda y de bellos rubios en el
pecho, él se sentía relajado, se dejaba acariciar y besar, luego se estremecía al
sentir el cuerpo de ella sobre el de él y comenzaba a darse cuenta como su
organismo estaba reaccionando frente al fuego ardiente que despertaba su
sexo, del intenso deseo de fundirse con la mujer apasionada que se le estaba
manifestando, luego, se sentían suaves gemidos que generalmente terminaban
en un éxtasis total
Las noches en la Discoteca eran eternas, los D.J de turno hacían vibrar a su
público, la gente brincaba y gritaba, bajo los efectos del alcohol, algunos, otros
bajo el influjo de sustancias psicotrópicas, pero ella veía que Mateo no se
inclinaba por ninguna de las dos opciones, sonreía sin dejarse arrastrar por la
emoción, era extraño para un joven de su edad.
En el día alternaban la playa y los paseos con la navegación por toda la
costa en el yate “Utopía” propiedad de la familia, eran recorridos que incluso
los llevaban hasta las otras islas baleares, en el trayecto veían a otros grupos
nadando, bien relajados, disfrutando de las azules aguas, con diferentes
tonalidades.
Ellos preferían tirarse en las tumbonas que había en la proa del yate, y
dejaban que el sol acariciara sus cuerpos, olvidados del mundo y totalmente
ajenos a lo que el destino les deparaba.
La isla estaba llena, aun cuando era temporada de invierno, eso lo
constataban cuando paseaban por la capital, en la vieja Ibiza, con sus
magnificas fortificaciones. Deambularon por varias calles empedradas,
comiendo helados de fresa, tomados de la mano, en bellas localidades que
formaban parte del patrimonio histórico de la isla, las casas eran pintorescas,
con techos de terracota, así llegaron a la Catedral, toda imponente, desde allí
se veía casi por completo la isla, el puerto se vislumbraba abarrotado de yates,
y botes de lujo, era una isla fascinante, paradisíaca, excéntrica, era una fiesta
hecha poblado, una isla mágica, un paraíso romántico con músicos tocando
bellas melodías en cualquier rincón insospechado, lo cual se coronaba con la
amabilidad de sus lugareños.
Ellos a cada momento se abrazaban y besaban, el tiempo se detuvo en esas
tres semanas que habían transcurrido del mes de Diciembre de 1994, no existía
ni el día ni la noche, sólo el amor que se sentían el uno por el otro
Mientras tanto, en Venezuela, Daniel activó todos sus recursos y pudo
investigar y descubrir el paradero de Mateo, pero al dar parte a las autoridades,
y al haber antecedentes, el asunto se le escapó de las manos.
El Juez de menores le explicó que en el Territorio Nacional, los niños,
niñas y adolescentes tienen garantizados la defensa de sus derechos, por las
leyes vigentes:
-Al respecto, se entiende por adolescente, a toda persona con doce años o
más y menos de dieciocho años de edad-Le afirmó el juez, dándole a entender
a Daniel que Mateo entraba dentro de esa categoría.
Efectivamente, el Estado tiene la obligación de tomar las medidas
administrativas, legislativas, judiciales y de cualquier otra índole, que sean
necesarias para asegurar el disfrute pleno de sus garantías.
-La figura del padre y la madre es fundamental con respecto al cuido,
desarrollo y educación integral de sus hijos y de su incorporación a la
ciudadanía activa, siendo el bienestar del joven, un principio básico de
interpretación y de aplicación de la ley por ello se tomaría en cuenta la opinión
de Mateo, las exigencias del bien común efectuadas por usted, y su condición
específica de ser una persona en proceso de desarrollo, su hijo tendrá derecho
a la defensa y a un debido proceso ya que al presentar presuntamente un
documento falsificado será sometido al sistema penal del adolescente, advirtió
el juez de menores.
-Y ¿Qué pasará con ella? Inquirió Daniel al Juez
-Ella probablemente será Juzgada por presunto rapto de menores
El Juzgado de menores, al comprobar que la autorización para viajar fuera
del país, supuestamente expedida en documento autenticado por las
autoridades competentes era falso, intervino y solicitó la deportación del
jovencito y de su profesora, lo cual se hizo de inmediato porque los familiares
en Europa al ver la gravedad del asunto colaboraron con las autoridades para
ubicarlo y trasladarlo hasta Venezuela.
Durante el viaje de retorno, Mateo y Amanda no dejaron de acariciarse, él
le infundía confianza a ella diciéndole que posiblemente lo mandarían a
estudiar en Estados Unidos, como quería su papá y que probablemente no se
verían durante un tiempo, que eso sería todo, que no se preocupara, pero ella
tenía un mal presentimiento.
Al aterrizar el avión una comisión de la policía los esperaba dentro de la
pista del aeropuerto:
-Es usted la Profesora Amanda Bustamante-Dijo la robusta oficial de
policía que se le acercó, desconcertando a Mateo quien pensaba que era a él a
quien buscaban.
-Sí, soy yo-Respondió Amanda quitándose las gafas de sol.
-Este documento es una orden de aprehensión en su contra, ¿Desea leerlo?-
Le informó la oficial.
Amanda leyó rápidamente el escrito, fijando su atención en la institución
que la emitía, mientras Mateo pedía explicaciones y se ofrecía por ella.
-Acompáñeme por favor-Dijo con voz autoritaria la oficial
Mateo la abrazó con fuerza, no tenía la intención de dejarla sola, cuando
sintió los brazos de dos agentes policiales que los separaron, mientras Amanda
era rápidamente esposada por la oficial e introducida a un vehículo policial, el
siguió forcejeando con los agentes mientras gritaba su nombre.
Ante la dantesca escena hizo su aparición Daniel Monteverde,
visiblemente molesto intentó zarandear a Mateo quien nuevamente se
desprendió de sus brazos en intentó correr hacia el vehículo que ya estaba en
marcha
Daniel lo sujetó fuertemente e intentó golpearlo, Amanda desde el vehículo
le gritaba a Daniel que lo dejara en paz, mientras era conducida hacia el
juzgado de menores, Mateo pedía que lo dejaran ir con ella mientras
forcejeaba con Daniel, en ese momento intervinieron Don Jorge y Frank.
-Déjalo venir conmigo, yo lo llevo- Imploraba Don Jorge
-¿Cómo puedo confiar en ti Jorge?, mira hasta donde han llegado las cosas
y ustedes tienen la culpa, por estar alcahueteándolo, ¿Con que dinero se fue?,
dime-Inquirió Daniel
-Señor, usted no puede seguir golpeando al muchacho, le ordeno que lo
deje ir con su abuelo, o tendrá que venir con nosotros- Intervino el oficial que
estaba dirigiendo las operaciones en atención a lo que rápidamente le dijo
Amanda, al entrar al vehículo, sobre los maltratos que Daniel le aplicaba
eventualmente a Mateo.
Fue así como salieron del aeropuerto, en la camioneta donde solían llevarlo
al colegio, ahora era trasladado a un juzgado de menores, adelante iban
sentados su abuelo Jorge y su verdadero padre al volante quien no dejaba de
verlo por el retrovisor, a quien venía sentado atrás acompañado por un fiscal
de menores, era su hijo que buscaba con la mirada puesta en la autopista, el
vehículo donde trasladaban a Amanda, por primera vez lo vio llorar,
desesperado preguntando que le iban a hacer a su profesora.
Mientras tanto Daniel era acompañado, en su trayecto al juzgado de
menores por su abogado, el Dr. Maximiliano y por un fiscal de menores, quien
le explicaba que un adolescente puede ser separado de su familia, en casos
estrictamente necesarios, para preservar sus garantías de acuerdo a un
procedimiento previo, y su derecho a mantener contacto con sus padres puede
ser limitado si es contrario a su interés superior.
-Probablemente la retención o privación de libertad se realice por seis
meses, de acuerdo al dictamen del juez de conformidad con la ley y se aplique
como medida de último recurso y durante el período más breve, bajo control
judicial-Le informó el fiscal adelantándose al dictamen del juez.
Esto hizo reflexionar a Daniel, prefería que su hijo fuera a un lugar de
reposo antes de que lo privaran de libertad y lo enviaran a un centro de
detención juvenil
Durante el recorrido por la autopista Frank seguía mirando por el retrovisor
del vehículo, la misma escena que presenció cuando Mateo tenía doce años de
edad, su carita estaba pegada al vidrio de la ventana y lloraba en silencio para
que nadie se diera cuenta, era el día en que lo obligaron a dejar la hacienda
para estudiar en la capital.
De pronto su recuerdo fue interrumpido por las palabras del muchacho:
-Abue, llama a mi papa por favor-Le dijo Mateo a Don Jorge
El viejo se sorprendió, primero porque llamo papá a Daniel y segundo
porque hacía mucho tiempo que Teo (así era como él llamaba a su adorado
nieto), no cruzaba una palabra con su padre.
-Aló Daniel, Teo desea hablar contigo-Dijo Don Jorge después de
comunicarse con Daniel-Te lo paso.
-Aló papá-Dijo Mateo agonizando, tratando de organizar sus ideas-Deseo
disculparme contigo por el daño que te he causado (Luego de decir esto hizo
una pausa para respirar profundamente), iré a donde tú quieras, estudiaré lo
que quieras, si dejas en paz a mi profesora.
Daniel estaba sorprendido, todo el orgullo de su hijo echado a tierra solo
por defender a esa mujer que se había atravesado en sus apacibles vidas.
-Ya es tarde para negociar Mateo, estas en serios problemas y esa señora
también, yo estoy hablando con el fiscal y me dice que lo más seguro es que te
manden a un centro de reclusión juvenil, eso sería una verdadera vergüenza,
yo te propongo que aceptes ir a la clínica de reposo del Dr. Gustavo Duran de
manera voluntaria, para evitar que te reseñen con antecedentes judiciales-Le
propuso Daniel a Mateo
-Está bien, hare lo que tu digas, pero si retiras los cargos contra Amanda-
Le pidió casi suplicando Mateo.
-No te voy a engañar, ya el caso está en trámite, es un delito de acción
pública, lo que más puedo hacer por ella es aceptar la defensa que
Maximiliano le está ofreciendo-Le dijo Daniel con la intención de
tranquilizarlo.
Mateo le dio las gracias, eso lo despejó un poco, haber hecho las paces con
Daniel era entrar a su terreno, jugar su juego, pero también significaba calmar
su furia, el jovencito nunca se imaginó que las cosas podían llegar a estos
límites.
Después de segundos de calma y reflexión, Mateo quiso hablar con el Dr.
Maximiliano mientras el vehículo seguía su curso rumbo al tribunal de
menores:
-Aló, Dr. necesito que me informe cual es la situación de Amanda-
Preguntó Mateo al abogado
-Está enfrentando cargos por haber colaborado contigo en la presentación
de un documento forjado y por haberte sacado del país sin autorización de tus
padres, ya Daniel no puede desmentir eso, aunque quisiera ayudarte- Explicó
el abogado.
Era dramático ver como Mateo, hacía esfuerzos para que no se le quebrara
la voz, respiraba, suspiraba y luego hablaba:
-Necesito que le brinde todo el apoyo que sea posible, si puede contratar
apoyos hágalo por favor-Rogaba Mateo
-Yo quería acompañarte, el interrogatorio será simultáneo pero en
diferentes salas- Le advirtió el Dr. Maximiliano.
-¡No por favor!-Interrumpió Mateo-Quédese con ella, yo voy a admitir los
hechos, ella es inocente, yo la obligué prácticamente a que me acompañara,
ella se negó al principio y yo la convencí, tiene que creerme por favor-Imploró
Mateo rompiendo en llanto, ya no pudo contenerse más.
-Tranquilízate, te creo, yo la acompañaré no te preocupes, ni te alteres en
ningún momento, obedece las instrucciones y no contestes cuando no tengas
una respuesta adecuada-Le aconsejó el Dr.
Frank y Don Jorge trataron de acompañarlo cuando llegaron al tribunal de
menores, pero solo Daniel podía pasar como su representante legal, eso hizo
que Don Jorge y Frank se fundieran con él en un solo abrazo, mientras Daniel
y Patricia los observaban. Mateo tenía la cara roja de tanto restregar sus
lágrimas, estaba bastante repuesto, le había vuelto a crecer el cabello y usaba
una incipiente barba, tenía puesta una camisa hawaiana azul con motivos
playeros, en su cabeza tenía ajustados unos lentes de sol último modelo,
pantalones bermudas y sandalias de cuero, su piel estaba completamente
bronceada, su cara estaba literalmente hundida en el pecho de su abuelo, quien
lo abrazaba con toda la fuerza leonina que lo caracterizaba, hasta que les
dieron las instrucciones de que pasaran a la sala, el estaba tan desconsolado
que no sabía hacia donde tenía que dirigirse.
Efectivamente al llegar al Juzgado de menores, casi paralelamente, pero
sin coincidir en el ingreso, Mateo fue pasado a una sala mientras Amanda
esperaba para ser interrogada en otra sala.
La posición firme del muchacho ante las autoridades reflejaba que él, a su
corta edad, sabía que era lo que esperaba de la vida, hablaba con verdadera
pasión de su amor por su profesora y afirmaba que iba a hacer lo necesario
para afrontar y vencer los obstáculos que se le estaban presentando a lo largo
de ese tortuoso camino hacia la mayoría de edad, se prometió así mismo que
se mantendría enfocado haciendo su mejor esfuerzo para mejorar la situación,
independientemente de que siguieran torturándolo psicológicamente, que tenía
confianza en sí mismo y en sus capacidades físicas y mentales y que tarde o
temprano lograría sus propósito de poder estar junto a Amanda y vivir la vida
que merecía y que quería vivir con ella.
Estas declaraciones, conjuntamente con sus reiteradas huidas de casa, y la
pérdida del año escolar en la institución militar de la que fue definitivamente
expulsado, hacían que el juzgado de menores optara por comprar la versión
del psiquiatra Gustavo Duran Bermejo, director del “Centro Terapéutico El
Samán” contratado por el Dr. Monteverde de que el joven padecía una
alteración de su conducta y que estaba siendo influenciado por otra persona
ajena a su núcleo familiar.
Efectivamente el psiquiatra, quien estaba presente en la sala donde fue
presentado Mateo, opinó que el joven podía haber estado relacionado con
numerosos inductores de pánico, psicosis caracterizada por confusión,
desorientación, ansiedad, agitación y trastornos de percepción del juicio o de
la razón por lo que recomendaba la utilización de tranquilizantes mayores por
un espacio no menor de seis meses.
Igualmente el médico aseguró que el comportamiento de fuga del hogar
puede indicar la presencia de una situación de estrés o problema psíquico por
lo cual deseaba evaluarlo más profundamente en la búsqueda de posibles
signos depresivos, trastornos caracterológicos de la personalidad o una
combinación de estas alteraciones, en atención a que la mayoría de jóvenes
que presentan las características de la personalidad de Mateo estaban en riesgo
de ser utilizados por adultos, para actividades ilícitas como el trafico de drogas
o el abuso sexual.
Ante tal diagnóstico, los miembros del jurado informaron a las partes en
conflicto que se tomarían dos día más de deliberación para emitir un veredicto.
Por su parte, al entrar al Juzgado de menores, Amanda se encontró con su
familia, su madre no paraba de llorar y de besarla, le quitaron las esposas y se
le advirtió que tenía derecho a la defensa y a un debido proceso y que debía
esperar mientras el Fiscal interrogaba a Mateo.
-¿De qué se me acusa?-Preguntó Amanda
-Alojar a un adolescente que no está acompañado por sus padres o
representantes o sin la autorización escrita de estos, es un delito
Seguidamente, al iniciarse el proceso, se le hicieron una serie de preguntas,
a las cuales se le advirtió que si deseaba podía esperar estar debidamente
representada, ante lo cual el Dr. Maximiliano pidió que se aceptara ser su
representante legal, causando sorpresa a la detenida y a su familia
-¿Sabía usted que la autorización que portaba el adolescente Mateo
Monteverde Lander con la que viajó a Europa, era una falsificación?-Preguntó
el Juez de Menores, a lo que el Dr. Maximiliano aconsejó abstenerse de
responder.
-¿Facilitó el consumo de bebidas alcohólicas en bares y discotecas al
adolescente Mateo Monteverde? –Segunda pregunta del Juez
El Dr. Maximiliano como conocía al jovencito y sabía que no consumía
licor, ni fumaba, ordenó que respondiera:
-El es un deportista, buen estudiante, jamás hubiera podido dar respuesta a
todos los retos a los que ha sido sometido si hubiera ingerido alcohol o alguna
otra sustancia-Respondió Amanda
-¿Entonces usted ha estado presente en todas las oportunidades que él ha
podido tener de consumir alcohol o alguna otra sustancia como usted
menciona? Repreguntó el Fiscal
-¿Cuáles son esas oportunidades de las que usted habla? Repregunto
Amanda
-Me refiero a todas las veces que este jovencito se fugó de las instituciones
donde estudiaba-Contestó el Fiscal
Un apretón de brazo de parte del Dr. Máximo le indicó que no debía
responder, mientras el Juez continuaba preguntando:
-Realizó usted actos sexuales con penetración genital, anal u oral con su
alumno Mateo Monteverde Lander-Fue incisivo el Fiscal en esta pregunta.
La joven fue perdiendo su postura erguida, aun cuando sabía que esta
pregunta era inevitable, sintió vergüenza y dos lágrimas bajaron por su mejilla,
mientras el Fiscal enfilaba sus baterías,
-¿Le ha aconsejado usted al que fue su alumno, que debía respetar el
ordenamiento jurídico, honrar respetar y obedecer a sus padres, y cumplir sus
obligaciones en materia de educación?
Amanda bajó la cabeza, su gesto fue tomado como una respuesta por parte
del Fiscal, quien dijo que no haría más preguntas.
Mientras se tomaba una decisión Mateo fue trasladado a un centro de
reclusión juvenil de carácter público, tiempo durante el cual se deliberaba por
su caso, esa noche la paso en una celda, solitario, sin tener contacto con otras
personas, le dieron ropa de dormir, una cobija, una almohada y una cena
ligera, no le permitieron comunicarse telefónicamente con nadie, sus amigos
que habían seguido la caravana que lo traslado desde el tribunal, esperaban
afuera hasta altas horas de la noche para tener noticias de él, pero todo resultó
en vano.
Al día siguiente, después de un desayuno insípido, fue llevado a las duchas
acompañado todo el tiempo por un celador, las condiciones de higiene del
lugar le generaron pánico, su madre le había llevado ropa limpia y una bolsa
con algunos de sus dulces favoritos, después de asearse fue llevado a la oficina
del psicólogo del Centro de Reclusión Infantil, el Dr. Cañizales quien estaba
acompañado de la Trabajadora Social de la institución, lo invitaron a sentarse
no sin antes expresarle que se veía bastante mayor para su edad, Mateo pudo
haberse sonreído por cortesía pero no, el estaba valorando altamente esa
opinión como un punto a su favor y a favor de Amanda. El próximo paso sería
demostrar que su cerebro iba acorde con su tamaño y sus aspiraciones,
entonces el psicólogo comenzó con su batería de preguntas
-¿Cómo te sientes? ¿Estás seguro de lo que estás diciendo? ¿Sabes lo que
ha significado dentro de esta sociedad tan cerrada el hecho de que un joven
tenga relaciones sexuales con su profesora?
Mientras se tomaba una decisión Amanda fue recluida en una jefatura, en
un anexo especial para mujeres, recibió a su familia y a su abogado quien le
presentó un escrito para representarla legalmente, el cual debía firmar.
Un grupo de presión se fue formando alrededor del evento, conformado
por profesores amigos de la pareja y otras personas que se enteraron por medio
de la prensa del arresto de los enamorados, no podían concebir que en esta
época se pudieran tener tales prejuicios, celebraban la valentía de la pareja y
alababan sus créditos profesionales, ambos eran buenos en sus respectivos
ámbitos ella como profesora se destacó en los pocos años en los que trabajó en
el Colegio Inmaculada Concepción y el fue buen estudiante y buen deportista,
se le consideraba un joven tímido y respetuoso, un buen gerente dentro de su
hacienda, respetable y respetado por su personal y sus características eran las
de un adulto contemporáneo.
CAPITULO III
DELIRIUM TREMENS
2. El Hijo de la Luz
3. Diagnóstico de Nicolás
Por otra parte, al otro extremo de tan lúgubre espacio, el Doctor Duran
Bermejo, Director del “Centro Terapéutico El Samán” lugar donde se
encontraba recluido Mateo, mandó a llamar al Dr. Nicolás a su oficina, quería
saber si se había hecho una idea de la problemática del joven Monteverde
-Su crisis ha estado variando-Diagnóstico Nicolás- ha sido invadido por
desagradables sentimientos como angustia tristeza e ira y cree que está
perdiendo el control de sus actos, por eso es que se incrementa su necesidad de
descargas motoras, ante la imposibilidad de encontrar una solución adecuada a
su problema. El tratará de buscar ayuda porque básicamente está cuestionando
el sistema de valores con el que fue criado.
-Si tiene una idea fija relacionada con la necesidad de de independizarse-
Agregó Durán.
-Sus hábitos de sueño y de alimentación se han trastornado en menos del
tiempo previsto para ello, en estos casos-Le informó Nicolás.
-En un segundo encuentro presentó un bloqueo emocional observé miedo,
vergüenza, ansiedad, llanto, ira, comenzando un círculo vicioso de respuestas
erróneas acompañadas de un sentimiento generalizado de incapacidad para
lograr sus objetivos, creo que está en la fase de negación, culpa y rabia-
Continuó Nicolás con su incipiente Diagnóstico.
-Me pidió que le cambiara de médico voy a remitirlo al Dr. Teodoro
Guzmán- Le dijo el Director del Centro Terapéutico El Samán
La noticia le impactó, el terapeuta nunca pensó que el jovencito se quejaría
por el abordaje que implementó en su caso.
-Realmente lo lamento-Contestó Nicolás-Estoy escribiendo mi libro y sé
que puedo ayudarlo y el también a mí, me gustaría tener una última sesión con
el si me lo permites.
-Por supuesto, pero no lo forces a escucharte, yo creo que está a nivel de
medicación.
Bernarda procedió a trasladar a Mateo a la consulta correspondiente con el
Dr. Nicolás informándole que era su última sesión con él ya que
posteriormente sería atendido por el Dr. Guzmán, el jovencito estaba tan
desmotivado, que se colocó un suéter y la acompaño respetuosamente sin
emitir una sola palabra.
La primera tarea que Nicolás se propuso fue la de asesorar a Mateo sobre
cómo debía transitar el largo camino de su estancia en un centro de reposo con
un sometimiento a estricto régimen de aislamiento, en su larga lista se planteó
como prioridad enseñarle técnicas de respiración y de relajamiento, también lo
incentivó al cultivo de relaciones positivas con sus celadores, y personal
médico y paramédico, le pidió refugiarse en el pensamiento y los recuerdos de
su familia de sus amigos de sus viajes de sus fiestas y celebraciones, de frases
agradables.
También le reiteró que no mantuviera bloqueados sus sentimientos hacia
los que lo estaban atendiendo que expresara todo lo que sentía, lo que lo
estaba afectando:
-Yo se que estas siendo víctima de una violencia institucional, pero te
invito a que lo compartas conmigo, así no estés bajo mi responsabilidad, o con
cualquier persona aquí que te ayude a fortalecerte frente a esta adversidad,
pero lo que quiero fundamentalmente, es que drenes todas esas emociones
para que no te ahogues, eso te permitirá escapar de todos los agentes
generadores del estrés y la ansiedad que te están produciendo el encierro y la
inmovilización, yo quisiera poder hablarte de otras cosas pero no lo haré hasta
estar seguro de que no te haré daño con la información que tengo que
suministrarte
Mateo lo escuchaba respetuosamente, pero ya el gusanillo de la
desconfianza estaba anidándose en su alma, no quería creer en él, se propuso
no volver a caer en su trampa, pero efectivamente ya Nicolás había entrado en
contacto con Amanda y sabía que estaba embarazada.
Sus dos visitas al consultorio le hicieron bien, sentía que estaba hablando
con un amigo, aun cuando no terminaba de disculparlo por haberlo engañado.
- Quiero que camines lo más que puedas, que practiques algunatécnica de
relajamiento, por ejemplo yoga, quiero que comas todo lo que puedas y que
ingieras los líquidos que te están suministrando en la medida de tus
posibilidades.
Bernarda se apareció en la puerta que estaba semi abierta y Mateo sintió lo
rápido que se había pasado la hora, por alguna razón no deseaba moverse de
allí, tenía ganas de disculparse con Nicolás pero su orgullo se lo impedía, una
mirada afectuosa fue todo lo que pudo brindarle.
4. Zona de Quiebre
7. Mayoría de Edad
9. Aprieta mi Mano
Todo estaba listo para la partida, una caravana de vehículos se dirigió hacia
la nueva casa, moderna, de arquitectura y estilo fresco y juvenil, tres plantas,
terraza, varias habitaciones, piscina y parrillera, la habitación de Mateo estaba
ubicada en la planta baja, la cual se comunicaba con una oficina, decorada al
estilo tradicional, que estaba presidida por un gran sofá de cuero marrón
oscuro, detrás, un mueble con varios portarretratos contenía fotos de los
momentos más emblemáticos de la vida de los hermanos Monteverde, encima
del enser descrito, un gran cuadro adornaba la pared, con el paisaje de un
bosque, enmarcado en un cielo nublado del que emergía una gran luz con
mucha fuerza en el centro, dando la impresión de ser el sol despejando con su
salida, la posibilidad de una incipiente tormenta.
Dos ventanales ubicados al lado del mueble asoman la existencia de dos
grandes fuentes de claridad, que junto a las modernas lámparas tenían la noble
función de iluminar el espacio.
Una alfombra gruesa servía de base a una mesa de centro, de madera de
roble grande y fuerte, llena de papeles de la hacienda, libros y chucherías. A
un lado de la confortable sala de estudio se podía divisar el escritorio, montado
sobre parales de hierro con tope de cristal ahumado, estaba equipado con un
moderno equipo de computación con todos los accesorios de los que se
disponían para la época, sobre el mismo, la eterna cámara fotográfica de
Mateo con la que había tomado varias fotos de Amanda, que se perdieron o
fueron deshechas por la indignación de Daniel Monteverde.
Las habitaciones de Matías y los niños estaban ubicadas en el segundo
piso, ambas se comunicaban internamente y fueron acondicionadas para
albergar a los tres niños con sus respectivas niñeras, a Matías y a Gabriella,
quienes se responsabilizaron por la atención de los mismos, personalmente.
La recepción a los dueños de la casa fue coordinada por Nanita, quien
estaba en el Jardín con el resto de la servidumbre, para presentarlos
personalmente.
Mateo se sorprendió con los modernos sistemas de vigilancia y seguridad
del inmueble, no se imaginó que su casa sería tan grande y bonita, sintió una
buena vibración al cruzar el umbral del portón de entrada y al acercarse, miró
de reojo toda la edificación, bendiciendo el espacio, luego recorrió con su
mirada los rostros de la personas que iban a trabajar para él, eran nuevas caras,
nuevos sentimientos, nuevos afectos, esperaba de todos lealtad, y eficiencia en
el cumplimiento de sus funciones.
Por su parte, la servidumbre esperaban a una persona odiosa y malcriada,
un niño rico, poco a apoco se fueron dando cuenta de su humildad y sencillez,
a pesar de estar quebrantado de salud, tenía disposición para estrechar la mano
de todos y tratar de memorizar sus nombres.
-Mucho gusto señor, mi nombre es Rosa y estoy encargada de lavar y
planchar la ropa de los habitantes de la casa-Dijo una de las miembros del
personal de servicio.
El joven estrechó su mano, mientras se sostenía de la andadera que lo
ayudaba a mantenerse en pie, con la otra mano.
-Entonces tenemos dos Rosas-Contestó Mateo en tono de broma al saludo
de bienvenida
-Cierto, no me había dado cuenta-Intervino Don Jorge, sorprendido de lo
atento que su muchacho estaba en el desarrollo de las presentaciones.
-Sí señor, puede llamarme Rosa Amelia para distinguirme de la Sra. Rosa,
además ella se encargará de preparar sus comidas por lo cual mantendrá más
contacto con usted que yo-Dijo la joven mucama.
-Ellos son Rashib y Tomas, se encargaran de la seguridad diurna de los
niños-Le dijo Frank a Mateo mientras animaba a un joven de descendencia
árabe, entrenado militarmente para enfrentar contingencias de asalto y
secuestro de personalidades, a presentarse ante Mateo, mientras el otro joven
de origen venezolano se mostraba más extrovertido en su introducción.
-Yo sugiero que nos coloquemos un distintivo los primeros días para que se
vaya acostumbrando a nuestros nombres- Le dijo Yadira, otra de las jóvenes
encargada de la limpieza, a Mateo.
Terminada las presentaciones, entraron a la casa, y en la salita de recepción
los esperaba un refrigerio, entre los que se encontraba un exquisito jugo de
guanábana, que Mateo disfruto gratamente.
-Lo preparé con entusiasmo porque Nanita me dijo que era de sus bebidas
favoritas, ella me explico cómo preparárselo-Le dijo La Sra. Rosa a Mateo,
tratando de ganarse su confianza.
-Está rico, hacía mucho tiempo que no probaba esta delicia-Respondió
Mateo sintiéndose reconfortado con la bebida.
Efectivamente el jugo lo llenó de vitalidad, por lo cual se puso de pie en la
búsqueda de recorrer por lo menos las partes que más le interesaban de la casa
como lo era el lugar donde dormiría su hijo.
El joven propietario de la mansión subió directo a la habitación de los
niños, revisó con especial atención la cuna y el corral de los bebes, los
colchones, la ropita, los juguetes poniendo especial énfasis en el sistema de
circuito cerrado que transmitía información a las habitaciones de lo que
ocurría en el cuarto de los infantes.
Posteriormente fue a la que sería su habitación, estando allí abrió su closet
y con sorpresa, encontró ropa de Amanda, perfumada con su aroma, ese fue un
detalle que lo conmocionó, se pregunto cuanto tiempo tendría que esperar para
verla compartir esa habitación mientras seguía desplazándose hacia la sala de
estudio y al estar allí, se encontró con otra agradable sorpresa, sus mascotas, al
verlo salieron corriendo hacia él y casi lo lanzan al suelo, el estaba apoyado en
una andadera que le facilitó la clínica para su movilización, pero ya estaba
completamente fatigado y sin poder ver más, se tiró en el mullido sofá
fundiéndose entre cojines y sabanas, parecía ser el lugar más cómodo para él y
allí se quedó reposando, a sus pies su gato Brando y su perro Bruno
revoloteaban tratando de asegurarse de que efectivamente era su amo el que
estaba tirado en aquel aposento tratando de acariciarlos.
Sus familiares lo dejaron descansar hasta pasado el mediodía cuando
tocaron su puerta para invitarlo a almorzar, los médicos le habían
recomendado una dieta estricta para que fuera haciendo estomago hasta que
pudiera comer completo, el se animó a salir al comedor, allí estaba todo el
grupo familiar esperándolo, Matías, Don Jorge, Frank, sus primos, Darío y
Alejandro y sus amigos Máximo y Roberto, el resto del grupo de amigos ya se
había retirado a sus hogares para almorzar en casa.
-Siéntate aquí hijo-Le dijo Don Jorge, invitándolo a sentarse a la cabecera
de la mesa, mientras él ocupaba el otro extremo de la misma
-No abue, quiero que ese lugar lo ocupe Frank, él será el nuevo jefe de mi
familia-Advirtió Mateo mientras esperaba que su padre, su antiguo
guardaespaldas, su amigo, hiciera acto de presencia en el comedor, después de
girar algunas instrucciones al personal de seguridad.
Cuando Frank entro al comedor, se sintió cohibido de ver que el único
puesto que quedaba disponible en la mesa que estaba reservado para él, era el
puesto más importante, siendo tan tímido, dudo en sentarse, hasta que su hijo
lo convenció con una sola mirada y allí estaban todos, solo faltaban Amanda,
Gabriella y los niños.
En la práctica era Frank quien estaba sosteniendo la casa de su hijo, de su
pequeña fortuna, amasada tras largos años de trabajo junto a Don Jorge y
multiplicada con su propia agencia de seguridad, estaba sufragando los gastos
de mantenimiento y pago del personal de servicio de la nueva mansión muy en
contra de la voluntad de don Jorge quien se consideraba responsable de los
gastos de su nieto.
Desde que se abrieron las puertas de la casa, Frank se encargo de contratar
al personal de servicio y de seguridad, el era quien giraba las instrucciones, y
era a él a quien solicitaban opinión sobre el funcionamiento de la misma, solo
faltaba seleccionar al personal de niñeras que se encargaría de atender a los
bebés.
El almuerzo transcurrió sin novedades, el menú de Mateo estaba preparado
a la plancha y en pocas cantidades, tomó consomé, pollo y puré de papas,
gelatina de postre y más jugo de guanábana.
Al terminar de comer comenzó una tertulia entre los comensales, Mateo
agradeció a todos los presentes por el apoyo brindado, luego al tratar de
pararse de la mesa buscó acercarse a su abuelo y se agacho para besarlo en la
mejilla
-Abue, no sé cómo expresarte lo que siento, como agradecerte por este
regalo tan fastuoso, nunca tendré como pagarte-Dijo el jovencito a su adorado
abuelo
-¡Qué sorpresa!, hacía mucho tiempo que no besabas a tu anciano abuelo!-
Dijo Don Jorge
-Te prometo que voy a trabajar sin descanso para ….-No terminó de hablar
cuando fue interrumpido por el hacendado
-Yo solo quiero que seas feliz-Dijo Don Jorge
-Lo seré Abue, cuando Amanda salga de prisión
Un silencio se apoderó del ambiente y todos miraron con tristeza como el
muchacho se levantaba y salía del comedor, arrastrando la andadera,
volviéndose nuevamente taciturno.
Todos se dirigieron a la sala de ver televisión, un lugar amplio y acogedor,
presidido por una gran pantalla que proyectaba un programa noticioso a la
espera de que alguno de los presentes se apoderara del control remoto, todos
tomaron asiento mientras deleitaban un cafecito ofrecido por el personal de
servicio, ocasión que aprovecho Mateo para solicitar a Máximo que le hiciera
entrega de las cartas que Amanda le escribió.
-Están en la camioneta-Respondió Máximo
Efectivamente después de llevar a Tatiana a su casa, quien igualmente se
encontraba en un avanzado estado de gestación, Máximo le pidió que le
entregara la cajita que contenía la correspondencia porque ya Mateo estaba en
condiciones de poder leerlas, no obstante Don Jorge le pidió que esperara a
reposar el almuerzo para evitarle una indigestión.
-Necesito que me dejen a solas, quiero leerlas sin ningún tipo de
interrupción-Solicitó Mateo mientras esperaba que Máximo saliera al
estacionamiento de la mansión a buscar las tan esperadas cartas.
El muchacho se levantó, se dirigió a su oficina, se sentó en su escritorio y
allí recibió los documentos, sin establecer ningún orden, aleatoriamente, fue
tomando cada una de las cartas, prometiéndose a si mismo fortaleza para no
sucumbir en los embates de la tristeza:
Mateo
He decidido declararme culpable ante la justicia para que te liberen de toda
responsabilidad, al fin y al cabo en esta etapa de mi vida tengo que aligerar el
peso de mi culpa, se que violé las leyes y que debo pagar por eso, también
debo, en nombre del amor que te tengo, proteger tu salud mental y emocional
te estoy diciendo lo que realmente siento, no voy a hacerme la fuerte ni la
víctima, pero tampoco voy a seguir repitiendo la misma vivencia una y otra
vez, quiero desmontar esta trampa que nos ha preparado tu padre, que no ha
hecho otra cosa que aquejarnos, pero primero quiero encontrar en esencia, la
validez de las causas que alega para alejarnos, tendrás entonces este tiempo
para reflexionar.
Amanda.
Sr Daniel Monteverde:
He decidido declararme culpable ante las autoridades, espero que mi
encarcelamiento me redima ante usted, solo deseo que Dios lo libre de sus
miserias y que recobre el buen sentido dejando en libertad a su hijo, porque a
mí, solo me mueve la palabra del señor, solo el comprenderá el martirio de mi
suerte, se que merezco el amor, pero usted está cortando mis esperanzas,
todavía tengo tanto que decirle de mi, de su hijo al que no conoce bien, solo
espero que su legado de odio no trascienda, y que los hombres del mañana,
como su hijo, sigan enfrentándose a la sociedad que nos restringe la libertad de
amar. Atentamente,
Amanda
Con copia a Mateo Monteverde.
Mi Príncipe:
La lucha ha comenzado, de esto fue de lo que te hablé, nada que sea bueno
se logra sin sacrificios, enfrentaremos la primera batalla, porque hemos tenido
una vida satisfactoria en el camino que recorrimos, quiero que sepas que si
hice algo que no debía, fue por amor, nada estaba programado fui cuidadosa
de lo que estaba haciendo, pero sucedió lo que tenía que suceder, así que no
me arrepiento de los momentos que vivimos, sólo lamento que la carga más
dura del castigo haya recaído sobre ti mi niño, me he tenido que tragar mis
lagrimas ante la traición de tu padre, pero estoy afrontando los hechos y me
mantengo firme en mi sentimientos hacia ti, así como nos amamos con locura,
nos toca ahora sufrir las consecuencias, fieles a la convicción de que lo que
hicimos lo hicimos por amor, nuestra historia fue sentida y vivida a nuestra
entera satisfacción y no debemos rendir cuenta a nadie de lo que hicimos.
Mantente fuerte mi niño, yo aquí te espero, con los brazos abiertos, te quiere
Amanda.
Mí adorado niño:
No sé cómo esperar que esta carta te llegue, se que te están torturando para
que te alejes de mi, si la presión te impide ser fiel a ti mismo no tienes que
responder nada, no tienes que decir que cosa sientes realmente, solo calla si no
puedes arrodillarte para repetir lo que ellos quieren que digas, calla y se dócil,
con ello estas evitando mayores maltratos, calla y espera pacientemente y no
pierdas nunca la fe. El Dr. Nicolás, Frank, tu abuelo Jorge y tu hermano Maty,
no descansan en la búsqueda de solución al problema, yo sinceramente no veo
otra salida que esperar, al fin y al cabo a través de estos hermosos años que
hemos pasado juntos, he descubierto que siempre hemos sido prisioneros de
todo lo que hemos atesorado por tanto tiempo en nuestros corazones y es
tiempo de que nos enfrentemos al mundo, y libremos la batalla por la paz,
porque esta guerra la vamos a ganar cueste lo que nos cueste, adelante mi
guerrero no desfallezcas, cede un poco pero no te entregues, te amo:
Amanda
Mateo:
Recuerda, nosotros somos el mundo, tomamos una decisión que
consideramos era lo mejor para ti y para mi, pronto va a llegar el momento de
consolidarlo, no quiere decir que vamos a salvarlo, pero demostraremos que
con amor se puede construir una mejor sociedad, sé que tarde o temprano el
destino nos unirá nuevamente.
No puedo dejar de decirte que añoro estar cerca de ti, que no te preocupes
porque ya sé que te cortaron ese rubio cabello ensortijado que tantas veces
acaricié, aquel cabello que me recordaba que el día que naciste los ángeles
decidieron colorear tu cabeza de dorado y colocar luz del sol en tus
maravillosos ojos color miel y en ese cabello que volverá a crecer fuerte y
saludable como nuestro amor.
No puedo entender porque tanto odio porque tanta maldad, ¿Qué es lo que
hace que algunos seres humanos sean más perversos que otros?, ¿En nombre
de qué o de quien? Sólo te pido que no te enojes, que no llores, no les des ese
gustazo, guarda la calma y ten paciencia, estamos justo donde comenzamos,
prometiéndonos el beso de la suerte cuando nuestros caminos vuelvan a
juntarse, después de que el sol salga correremos en la búsqueda de nuestro
destino y presiento que ese momento está cerca, nadie podrá arrebatarnos la
felicidad porque la felicidad no es algo que nos pasa es algo que construimos,
que hacemos que pase, que nos espera, te quiere
Amanda
Mi cielito,
Hoy ha sido un día maravilloso, recibí una excelente noticia que quiero
compartir contigo personalmente, no voy a dejar que nadie me robe esa dicha,
tu sabes bien que no tengo bienes de fortuna, solo mi trabajo y mi profesión
pero junto a ti dejare mi barca y buscaremos otros mares, donde el cielo y las
estrellas brillen con más fuerza, labraremos nuestro destino por encima de
todos los obstáculos que han colocado en nuestro camino porque el señor nos
ha mirado a los ojos y nos ha recompensado, en este nuevo viaje que
emprenderemos iremos ligeros de equipaje, eso te lo puedo asegurar,
me siento privilegiada y doy gracias a Dios por ello. Te espero,
Amanda.
Mi cielito,
Sé el horror que estás viviendo, hay una enfermera que nos mantiene
informados, pero ella no puede hablarte porque tu habitación está siendo
monitoreada, encuéntrala en sus gestos, en sus cuidados, en su mirada
bondadosa, pero cuando sepas quien es no la pongas en evidencia, no le
preguntes nada que ella no te pueda contestar por sí misma, ella tratará de
entregarte mis cartas en el baño, donde no hay cámaras, luego de leerlas
destrúyelas y arrójalas por el inodoro, ella sabe que tú no tienes ningún
problema mental, solo le pido a Dios que no sea indiferente a mis ruegos y que
de alguna forma te dejen recibir mi correspondencias, Mantén la claridad de
tus pensamientos, levántate, camina todo lo que sea necesario, trata de comer,
no importa que luego tengas que vomitarlo, se disciplinado y haz lo que te
digan, se que necesitas de mucho valor para vencer el temor que debes estar
sintiendo, no sé si mis cartas te están llegando, los muchachos no quieren
decírmelo, pero igual te sigo escribiendo, eso me mantiene viva, enfócate
hacia el logro de tus objetivos que son igualmente los de sobrevivir, se
entusiasta, anímate con los recuerdos de los momentos felices que vivimos,
confía en ti mismo y en las personas que te amamos, en tu capacidad de lucha,
en tu fortaleza deportiva, y en Dios que te acompaña hoy y siempre, recuerda,
este es tu mejor partido, la copa por la vida. Un abrazo.
Amanda.
Mi cielito,
Quisiera saber cómo estas, como te sientes, ya no hemos podido recibir
más noticias tuyas, la enfermera que nos informaba fue despedida estamos
desesperados, ha pasado tanto tiempo, pero sabemos que las cosas malas se
saben enseguida en cambio las noticias buenas se hacen esperar, yo se que la
nuestra es una de esas historias difíciles, pero lo mejor está por venir, pronto
cumplirás la mayoría de edad y tu padre tendrá que responder por todos los
daños que te ha causado, el Dr. Lujan está luchando para que recuperes todos
tus derechos civiles, te espero pronto,
Amanda
Pasada una hora y media desde que Mateo se encerró en su oficina, Don
Jorge y Frank decidieron tocar la puerta para ver como se encontraba, Mateo
comprendió que sería difícil obtener un poco de privacidad con tantas
preocupaciones de parte de su familia, rápidamente guardó las cartas en la caja
que las resguardó durante más de seis meses, se limpió el rostro, se ajustó la
ropa y se enderezo en la silla ejecutiva que lo acobijaba, para no trasladar a sus
seres queridos la pesadumbre que lo embargaba.
Sin embargo sentía la necesidad de respirar otro ambiente que le permitiera
recuperarse efectivamente para encarar la nueva responsabilidad que le
asignaba el destino, el ser padre, lo cual propició que el joven le solicitara a su
abuelo apoyo para pasar una semana en la hacienda, sentía que lo ameritaba y
quería quedarse esos primeros días de su recuperación en “Utopía”
Don Jorge aceptó el reto con la condición de que el viaje lo hicieran en
avión y no por tierra como acostumbraba a viajar Mateo.
13. La Recuperación
Si había algo que lo distinguía, era la pasión que Mateo le ponía a sus
caballos Bucéfalo y Tornado, desde joven se le veía cabalgar en la inmensidad
del llano en el marco de unas imágenes llenas de bravura y colorido, que
dibujaban al muchacho sobre quien muchos estaban ya escribiendo
importantes historias.
Era el heredero de una de las diez más consagradas ganaderías de
Venezuela, fundada hacia más de treinta años, por Don Jorge Lander con vacas
y sementales criollos de la región, quien año tras años, agrega nuevos vientres
y animales machos, aumentando así sus divisas.
Las vacas y sementales pastan en toda la extensión de las tierras y toman
agua del manantial ubicado en el medio de la hacienda, el cual desagua de
manera natural en el rio que atraviesa la misma, esto influye en el buen
desarrollo físico del ganado, que va y viene sin restricciones por el interior de
la propiedad.
El viejo Lander era muy apreciado por las buenas relaciones que mantenía
con las instituciones de la región, colaboraba con nobles causas y acudía a
todas las actividades a las que era invitado a nivel local.
La familia toda asistía a los diferentes eventos folklóricos de la zona,
formaba parte importante de la asociación de ganaderos ejerciendo un
liderazgo bien importante.
Especialmente en verano cuando la sequía se convertía es un grave
problema para la alimentación del ganado.
Pero el trabajo del mayoral facilitaba la conducción del mismo hacia los
destinos más favorables para su alimentación.
El verdor de las plantas y del pasto, transmitían una gran sensación de paz,
resultaba prodigioso ver el traslado de las vacas hacia los estanques de agua,
para su alimentación en armonioso andar, con el gran susto que produce
cuando alguno de los toros se desvía de la manada y se corre el riesgo de que
embista al mayoral o a alguno de sus ayudantes.
En el frente del manantial, el viejo Sebastián, colocó unos bancos de
madera elaborados en alusión a los típicos bancos que engalanan plazas y
parques hechos con madera de la que se procesa en la hacienda, mandó a
pintar en rojo, las tablas horizontales y se sujetaban entre sí por barras de
hierro, pintadas en negro, lo cual contrastaba con los diferentes colores del
pasto, la flora y la fauna del lugar, en esos bancos enamoró Patricia a Frank y
luego Mateo lo hizo con Amanda, era romántico sentarse en ellos y mirar la
caída de las aguas del manantial y perderse en la inmensidad del burbujeo que
producía el choque de las aguas con las piedras en su descenso.
A lo lejos se veía la edificaciones que conformaban la “Hacienda Utopía”
pintada de color rosa viejo era un exponente de romanticismo y frescura
medieval rodeada de árboles milenarios, las tres casas se construyeron con las
mismas características, al igual que las de la ciudad, constituyéndose en las
residencias de las familias, los propietarios y del personal de confianza, se
observaba una presencia directa de la naturaleza, habían pocos detalles
decorativos predominando los materiales rústicos en su diseño y construcción,
la finca estaba rodeada de una muralla de piedras cubiertas en su totalidad por
una espesa y decorativa vegetación de plantas enredaderas ornamentales, en su
mayoría, ofreciendo una de las más hermosas vistas del llano venezolano,
representando para Mateo un gran tesoro escondido.
Envuelto en un aureola de misticismo para el deprimido joven, adentrase
en su finca, caminar entre sus jardines, palpar sus plantas, admirar de cerca sus
verdores, juguetear con los animales, regar las matas, vivir en las entrañas de
semejante ecosistema, era algo místico, religioso, era su cura.
“Esto es como un espejismo, amo estas tierras y las voy a proteger, tengo
un inmenso respeto por el medio ambiente, creo que siempre he sido un
amante de la naturaleza”, se repetía a sí mismo, mientras caminaba cabizbajo.
Siguió su recorrido hacia un sendero de selva nublada, estaba en plena
recuperación y le resultó notorio el cambio de temperatura, pero el frescor de
la espesura de la vegetación en horario nocturno podría resfriarlo.
El complejo habitacional poseía una capilla, tres túneles que conllevaban a
tres salidas diferentes, diez torres de vigilancia, una pequeña escuela de
estudios básicos y estaba enclavada en un bosque de cedros centenarios, en el
medio del llano apureño.
No obstante, Mateo tenía que evaluar, una vez más, si debía refugiarse
definitivamente en su monasterio o disfrutar de la madurez de las urbes,
representada por la influencia que ejercen los avances tecnológicos, la
información, la comunicación, pero sobre todo la vida social, el club, sus
amigos, el futbol, el cine, los centros nocturnos, el arte, la cultura, las opciones
gastronómicas y recreativas, de una ciudad tan cosmopolita como Caracas,
solo que sin Amanda nada de eso sería lo mismo. El necesitaba revitalizarse,
atender los problemas de salud que en secuelas le había producido la
inmovilización desde el punto de vista físico y mental.
Muy cerca de él, uno de los guardaespaldas caminaba cabizbajo, pensativo
hasta que el ruido de la radio portátil le sacó de su mutismo
-Señor, debemos regresar, le dijo con voz respetuosa
Sin protestar la instrucción, el joven dio media vuelta y se dispuso al
retorno, sintiéndose un poco más reconfortado, la caminata le había sentado
bien, aun cuando estaba temblando del frio, al llegar al salón de la entrada
principal, Sebastián lo esperaba acompañado de Consuelo, la cocinera gallega,
quien se dirigió a Mateo con gran gentileza
-¿Desea un chocolate caliente señor?, le preguntó con afán.
-Que tienes de merienda, se animó Mateo
Postres, croissants rellenos de almendra, de jamón y queso, frutas,
brownies y galletas, fue el repertorio ofrecido por la cocinera indicándole
igualmente que además de chocolate tenía otras bebidas que ofrecerle tales
como café, té frio o caliente y jugos naturales:
-Tenemos de guanábana, su favorito, dijo con entusiasmo la vieja cocinera.
Mateo estaba conmovido, conocían sus gustos definitivamente y se habían
abastecido de diferentes tipos de postres, sándwiches, ensaladas y otros
aperitivos de su preferencia, finalmente decidió tomar chocolate caliente y un
croissants relleno de queso, se los devoró sentado en la escalera de la entrada
principal, para seguir disfrutando de aquel aire libre que le quemaba las fosas
nasales haciéndolo sentir que estaba vivo y con ganas de recuperarse para
seguir adelante, luego subió a su habitación y se quedó dormido plácidamente,
sin necesidad de sedantes, aun cuando la plaga lo acechaba inclementemente.
Una gruesa manta lo cobijaba, sintió el roce del borde de la sabana con su
cara, alguien había estado pendiente de mantenerlo abrigado, cuando abrió
lentamente los ojos, descubrió la figura de Frank, sentado en la vieja mecedora
de su antigua habitación, aquella silla donde tantas y tantas veces amaneció
acompañándolo por un mal sueño o por algún quebranto, que nobleza la de ese
hombre que nunca descansaba, era la sombra serena que lo había amparado,
misterioso, invencible, afectuoso, que lo había cuidado en sustitución de su
madre siempre ausente y gracias a él, durante tantos años, se había entregado
seguro, abandonado al sueño:
-Me siento bendecido al saber que eres tu mi verdadero padre-Le dijo el
muchacho conmovido mientras se estiraba en la cama.
No recibió respuesta, aquel hombre hablaba poco, solo le sonreía
eventualmente, era otro día más pescando sus pensamientos, otro día más
capturando sus sentimientos, a aquel hombre que se había convertido en el
capitán de su vida.
-Levántate para que acompañes a Sebastián a la ordeñada-Le dijo Frank
tratando de ignorar su débil estado
-Ayúdame-Le dijo el jovencito aun con las sabanas pegadas al cuerpo
El amanecer se acompañaba con el olor del fogón y del cafecito caliente, a
las seis de la mañana, Sebastián (hijo) llevó a Mateo a recorrer nuevamente
sus tierras, se tomaron un café colado y se fueron a la corralera donde los
llaneros comienzan con la primera faena del llano que es la ordeñada de las
vacas, quienes sacan la leche para los habitantes de la hacienda, luego siguen
con el procedimiento para la elaboración del queso, para ello toman un
poquito de leche, le colocan una cierta cantidad de cuajo, la baten, luego la
colocan nuevamente en el recipiente donde está el resto de la leche y se bate
bien batido el preparado, luego se procede a practicar un método que lo llaman
“Quiebre de Cuajada”, en el que se saca el liquido y en el fondo del recipiente
queda la cuajada de leche sólida, luego el campesino la bate con sus brazos y
es lo que se denomina “El Quiebre”, que luego es trasladado nuevamente a
otro recipiente y se le coloca una capa sólida que es lo que conforma la concha
del queso.
El grupo de campesinos, llaneros e indígenas se mostraban contentos de
compartir un rato con el heredero del dueño de la hacienda.
En uno de los instantes en que Sebastián se alejo de Mateo, éste lo
consideró como el momento propicio para preguntar por sus antiguos
amiguitos entre ellos Brisa, hija de un indocumentado colombiano a quien
llamaban Corralito y una indígena de la región, de la cual Mateo se hizo amigo
a los doce años, cuando la niña tenía catorce, capítulo de la vida de Mateo del
que poco se conversaba.
-Ave María Purísima niño, ni me pregunte por esa pobre anima-Dijo uno
de los indígenas en su lenguaje entrecortado
-¿Por qué, que pasó con ella?-Preguntó Mateo preocupado
-Esa niña se enfermó muy feo y se murió después de que se fueron de la
hacienda-Respondió otro de los indígenas
-Cuanto lo lamento-Dijo Mateo apesadumbrado
-¿Usted no sabía nada? –Siguieron interrogándolo los campesinos
-No, nunca supe más de su familia ni de ella-Advirtió el jovencito.
- Pues cuídese mucho joven porque Corralito juró que algún día se
vengaría por la forma en que su pae, el Sr. Monteverde, los corrió de la
hacienda.
La conversación fue interrumpida abruptamente con la llegada de
Sebastián y otros guardaespaldas, quienes estaban supervisando el camino
para la partida, cabalgando nuevamente en su caballo Bucéfalo, Mateo se
adentró a recorrer los bosques después de ordeñar las vacas y de tomar
desayuno con los obreros de la finca, avanzó hacia las pequeñas montañas a su
alrededor, disfrutando una vez más de todo el verdor en sus diferentes matices,
de tan hermosos paisaje, tan apreciado por su abuelo y se prometió así mismo
que lo que le quedara de vida se lo entregaría a esa tierra en la que fue
engendrado, mientras la fresca brisa, tan fresca como su vieja y apreciada
amiga indígena, golpeaba su rostro susurrando a su oído un melodioso
zumbido que le indicaba la velocidad que estaba desarrollando su brioso
caballo.
Pero la falta de entrenamiento lo hizo mantener cautela e inmediatamente
sintió los gritos de Sebastián pidiéndole prudencia.
El caballo se metió por un camino sembrado de pequeños arbustos, el cual
conocía muy bien ya que conducían a la pequeña cascada donde una vez se
escondió con Amanda, eran aguas cristalinas de uno de los riachuelos que
atravesaban la hacienda las cuales requieren que deba atravesar un camino de
piedras para poder llegar al lugar más profundo.
El chico se bajó del caballo, la corriente acariciaba la piel de aquellas
blancas y delgadas piernas que recorrían aquel camino empedrado que
conducían con gran esfuerzo hasta los espejos mágicos en el que siempre se
dibujó su rostro feliz, bien sea en compañía de su hermano, sus amigos o de la
mujer que amaba.
En esa entrega a esas aguas que lo recibían con un abrazo, percibía la
presencia de la amante que no estaba, de la mujer que lo había hecho hombre y
padre.
Nuevamente la nostalgia lo invadió y se sumergió en el manantial
sintiendo así una gran sensación de paz, una energía positiva lo envolvía y no
quería salir a la superficie.
De pronto sintió que lo sujetaron fuertemente, era Sebastián quien pensó
que podía estar padeciendo una nueva crisis depresiva, lo haló con fuerza y le
pidió que regresaran a “Utopía”.
La caravana de camionetas, con el personal de escoltas y peones de la
hacienda, custodiaba el vehículo, en el que regresó Mateo ya que Sebastián
impidió que lo hiciera en su caballo.
-¿Qué pasó con Brisa Sebas?-Le preguntó Mateo titiritando de frio
mientras se secaba con una toalla que le prestaron
-¿Todavía te acuerdas de ella?-Pregunto Sebas sorprendido
-Un poco-Respondió Mateo
-¿Qué te contaron los peones?-Repreguntó Sebas
-Que la niña murió y que mi papa, perdón, que Daniel Monteverde los sacó
malamente de la hacienda.
-Si, así fue, pero te sugiero que olvides el tema, ya tienes suficientes
problemas encima para revolver un asunto que quedó en el pasado.
Pero el hecho no dejó de preocupar al muchacho, no pensaba comentarlo
en casa, pero esa noche cabizbajo, salió sin escoltas, acompañado por Bruno y
Brando, bajo una brisa helada, arropado solo por su ropa de dormir, se sentó
durante un largo rato en el jardín, viendo como se mecían las hojas de los
arboles, bajo la sombra de los grandes faroles que iluminaban el área.
En el marco de sus reflexiones el joven no se dio cuenta de que Frank
como siempre, lo estaba siguiendo sin dejarse ver, mientras Mateo se disponía
a dar un largo paseo hasta que decidió regresar asustado por la oscuridad de la
noche el ruido de los animales que circulaban libremente por los alrededores y
finalmente cuando fue alcanzado por la mira de los vigilantes fue obligado a
retornar a la casa, temblando de frio.
Vueltas y vueltas sobre la cama, un ligero estremecimiento, más y más
escalofríos hasta abrir los ojos, aspiró una gran bocanada de aire y retiró un
poco las pesadas cobijas que lo arropaban a la altura del cuello, hasta sentir
varias voces, cerca de la puerta que estaba semi abierta, una mano la sostenía y
un rostro se asomaba eventualmente, era el grupo de personas que velaban su
fiebre, Don Jorge, Frank, Sebastián Padre y Sebastián hijo, el veterinario Dr.
Cáceres y el médico internista de la hacienda Dr. Salvador.
Eran las cinco de la mañana, aún estaba oscuro y Mateo sintió pena de
causar tantas molestias a sus familiares y allegados.
Al verlo despierto los integrantes del grupo decidieron entrar uno por uno,
sigilosamente, mientras el joven trataba de incorporarse en la cama:
-Hijo, haz tenido mucha fiebre, ellos vinieron a apoyarnos-Dijo Don Jorge
tratando de minimizar el impacto de tener que acudir nuevamente a procesos
de auscultación y medicación
-No es nada grave, pero tenemos que hidratarte, suministrarte un
antipirético y algunas vitaminas-Le dijo el Dr. Salvador al muchacho mientras
le colocaban un termómetro y le tomaban la presión arterial.
-No hay problema Abue-Decía Mateo resignado y asumiendo su parte de
responsabilidad de la recaída, al sucumbir ante la tentación de lanzarse a la
cascada tan temprano, cuando aun los rayos del sol no habían calentado sus
espectaculares aguas.
Frank le pasaba la mano por la frente y le facilitaba toallitas para soplarse
la nariz y taparse la boca ante la impertinente toz que había reaparecido, era
obviamente un resfriado común que encontró fácil alojamiento en el debilitado
y desnutrido cuerpo del jovencito:
-Vamos a tener que tomarte una vía mientras dure el tratamiento-Le dijo el
Dr. Salvador
-¿Por cuantos días?-Preguntó angustiado Mateo
-Cinco días-Respondió Salvador, apoyado por el asentimiento del Dr.
Alcántara.
Miradas se cruzaron en el pesado silencio que se hizo en la habitación,
Frank intervino para preguntar si tenía que quedarse en cama, a lo que los
médicos respondieron que no era necesario, ya que solo le pasarían suero por
un solo día, si el colaboraba alimentándose adecuadamente, de resto, solo le
pasarían por la vena los medicamentos para combatir el resfriado y las
vitaminas que necesitaba.
Instalados los dispositivos médicos, Salvador y Alcántara sugirieron salirse
de la habitación para que el paciente retomara el sueño:
-Estaremos cerca hijo-Le dijo Don Jorge
El desayuno fue reconfortante para todos, los médicos se quedaron ante la
invitación de los hacendados, Sebastián (hijo) no dejaba de culparse por
haberle permitido acceder a la cascada solo:
-Yo quería darle un poco de privacidad, no me imaginé que con aquel frio
que estaba haciendo se sumergiría en la cascada-Dijo Sebas, pasándose la
mano por la cabeza varias veces en atención a lo angustiado que se encontraba
-No te preocupes porque en la noche se fue a pasear en el jardín y creo que
la brisa fuerte fue lo que lo remató-Acotó Frank
Cerca del comedor Mateo pudo escuchar parte de la conversación, se había
aseado y decidió dejar la cama para bajar a desayunarse en la mesa pero se
sintió cohibido cuando escuchó que él seguía siendo motivo de preocupación,
entonces decidió irse directamente a la cocina, donde se encontraban sentadas
en la mesa de comer del personal de servicio, Consuelo, la cocinera y su hija
Sonia, ambas se pusieron de pie inmediatamente cuando vieron a Mateo
entrar, arrastrando consigo una botella con suero atada a su brazo:
-¿Buen día, qué deseas hijo?-Preguntó la gallega
-Buen día, café y un pancito con mantequilla, por favor-Contestó Mateo
sin dejar de ver a la joven que lo estaba escrutando con su mirada.
-Ella es Sonia, mi hija, ¡Saluda muchacha!-Introdujo Consuelo a la joven
que no tenía ningún deseo de ser ni parecer amigable.
-Hola-Dijo secamente la muchacha
Mateo consumió el alimento y trató de salir de la cocina por la puerta
trasera para no volver a pasar por el comedor, de pronto le provocó quedarse a
escuchar el reclamo que Consuelo le hacía a su hija, escondido detrás de la
puerta que conduce a los jardines de la casa
-Muchacha como te atreves a mirar así al heredero de todo esto-Dijo
Consuelo zarandeando a la joven adolescente, por un brazo
-Porque es un cojonudo, no deja de causarle sufrimiento a Don Jorge y al
señor Frank, no tiene derecho a ser tan impertinente-Dijo la jovencita llena de
indignación
-Tu no lo conoces, no sabes por lo que está pasando, es un pobre niño rico-
Le contesto la cocinera afligida por la situación de Mateo, sin tener la menor
idea de que él las estaba escuchando.
Ante tales planteamientos, el jovencito se propuso dar una larga caminata
en solitario, seguido por Bruno y Brando, quería reflexionar sobre el
testimonio de aquellas mujeres, afortunadamente había salido el sol y los
guardaespaldas creían que estaba en la cocina, no se imaginaron que se
adentraría en el jardín con aquella bolsa de suero en la mano.
El ruido de las hojas secas eran los mudos testigos de su andar, estaba
absorto en sus pensamientos, y se dispuso a sentarse en una de las jardineras
para tomar aliento y seguir con su caminata. Frank lo seguía, sin dejar que lo
viera, para vigilar hasta donde podía llegar con tanto pesar, era un paseo para
hacer catarsis que el antiguo guardaespaldas supo respetar.
Pero de pronto Bruno, el viejo perro labrador de Mateo lo descubrió y
comenzó a ladrar, tenía las orejas levantadas, le lamió las botas mientras Frank
le acarició el hocico, luego sus miradas color oro se encontraron bajo los
fulgurantes rayos del sol:
-¡Por favor, déjame respirar!-Le dijo Mateo en tono de ruego
Frank no tuvo tiempo para evadir la reprimenda, se pasó la mano por el
cabello y le dijo que estaba cumpliendo órdenes de Don Jorge (Tenía que
protegerlo no solo de su salud, sino de las amenazas de secuestro que cada vez
se hacían más temibles).
-¡Tú no eres un empleado, eres mi padre!-Dijo Mateo tratando de hacerlo
comprender.
Luego de tomar aire, el muchacho buscó de sentarse nuevamente en la
jardinera, levantó la cabeza achicando los ojos a causa del resplandor del sol
que le impedía una buena visibilidad y le dijo:
-Yo te despojo de tu cargo, una vez más, me cuesta entender tus
formalidades.
Dos semanas pasaron en la “Hacienda Utopía”, en las que el muchacho
logró tomar conciencia de la responsabilidad que lo esperaba en Caracas.
Mateo aún convaleciente continuó incorporándose a las diversas
actividades que se realizaban en “Utopía”, entre ellas las del manejo de los
toros de lidia, aún se encontraba débil y lo menos que podía desear era tener
que enfrentar a un toro bravo, pero cuando el asistía a los encierros se
activaban todos los mecanismos de seguridad y los toros eran reconducidos al
cercado con el mayor cuidado, luego se dirigía al estanque, miraba al cielo
abierto y se quedaba un largo rato respirando ese aire fresco que le fue negado
durante tanto tiempo, no sabía cómo responder ante tantas atenciones, allí él
era considerado el nuevo jefe y todos querían ganarse su confianza, entonces
se daba cuenta del tremendo compromiso, esa semana tenía que darle una
respuesta a su abuelo de responsabilizarse de asumir en vida su herencia.
El apoyo de Don Jorge fue fundamental para su emancipación, por lo cual
no podía crearle una ilusión sin sentirse seguro de estar en condiciones de
decidir en cualquier tarde, el reto de gerenciar una finca ganadera de tal
magnitud.
Para ese momento solo tenía la certeza de que deseaba recuperarse, tenía
que reforzar su seguridad en sí mismo para sentirse en condiciones de aceptar
la confianza que los demás estaban depositando en el.
Así fueron pasando varios días, el fue recuperando fuerzas y un día de
campo ya era un día más de rutina, la hacienda estaba rodeada de gruesos
muros y muchas rejas de protección para evitar que el ganado penetrara en las
instalaciones donde habitaba la familia y el personal de servicio,
especialmente a las nuevas generaciones conformada por los hijos de los
trabajadores a quienes Mateo brindaba cuidadosa atención, estaba pendiente
del pago de sus salarios y de cualquier otro beneficio especialmente los
relacionados con el acceso a la salud, miraba a los mas pequeñines y se
imaginaba como podía ser su hijo.
Adentrarse al mundo de la ganadería era una experiencia trascendental, su
primer contacto con los animales lo experimentó en la finca, a los pocos meses
de nacido, pero ahora tenía otra visión, desde la ventana de su habitación
respirabatodo el aroma frio de la madrugada con olor a azar, cuando paseaba
por sus tierras sentía una gran alegría, eran sus tierras, cuanta belleza en una
sola mirada, pero pronto la nostalgia invadía su alma cuando recordaba a la
mujer más hermosa que se asomó en el balcón de sus sueños.
Una de las cosas que más disfrutó en esa temporada de recuperación fue el
entrenamiento de los torerosen el pequeño tentadero (corral o cercado donde
se hace la prueba de becerros y reses para comprobar su bravura),
especialmente recordaba cuando participaba Matías su hermano, a quien le
gustaba experimentar en el campo bravo, donde primero tenía que lidiar con
su familia para que le dieran la aprobación para poder practicar esa afición que
le corría por las venas.
Venía a su memoria que una vez aprobada su participación en el evento, el
maestro enseñaba a los jóvenes aprendices toreros, incluyendo a Matías, que
con la muleta, había que tener la inteligencia y la sensibilidad suficientes para
ver esos matices tan importantes de la bravura, decía que lo que distingue a un
ejemplar temerario de otro que también lo es, es buscar la distancia, la altura
en los quites, ver como pone la cara, como se va y como regresa, su paseo por
el ruedo, su entrada y como responde a los pases con la muleta.
Así estaba su vida, tenía que demostrar bravura, buscar la distancia entre él
y sus circunstancias y saber levantarse después de cada caída.
15. La Recaída
Fue así como el grupo familiar decidió enviar al niño a la casa con Rashib
y la niñera, mientras “La Nena” Bustamante y “Nacho”, entraban a visitar a su
hija tal como estaba previsto y Frank, después de acostar a Mateo en el asiento
de atrás de una de las camionetas en las que se trasladaban, se dirigió
directamente a la clínica de la familia Monteverde, donde fue recibido en
urgencias por Darío, eltío de los muchachos.
Mateo fue sometido a un lavado estomacal, se determinó que había
ingerido una sobredosis de antidepresivos, quizás con la finalidad de poder
conciliar la calma que tanto anhelaba. Pasó toda la madrugada vomitando y a
la mañana siguiente, al abrir los ojos, se encontró nuevamente en una
habitación desprovista de muebles, con un suero intravenoso y un calmante
que traspasaban la vena de su brazo derecho.
Pero esta vez, era él quien estaba decidido a quedarse en ese estado de
letargo, no quería reaccionar, veía entrar y salir enfermeras hasta el momento
en que tropezó con la malvada linterna que indagaba entre sus ojos el estado
de sus pupilas, aquellas que esperaban desde hace mucho tiempo que las cosas
tenían que cambiar, que tenía que dejar de vislumbrar un infierno, que tenía
que escapar de esa historia que le había tocado vivir.
Un anciano envejecido por los años de la experiencia, le pedía que dijera
con un movimiento de su cabeza si estaba despierto:
-Yo sé que estás despierto, háblame-Le ordenó el reconocido Dr. Ulises
Marcano
Mateo respiró profundamente como le enseñó Nicolás, (Cuanto extrañaba
a su terapeuta), después de inhalar aire, agarro fuerzas trató de incorporarse en
la cama y preguntó por su hijo.
El médico aprovechó rápidamente la oportunidad para decirle que el niño
estaba bien, que no se preocupara por eso, se presentó informándole que era
empleado de la Clínica Monteverde, en una unidad que habían abierto hacía
un año, en un ala nueva del edificio, dedicada única y exclusivamente a
psiquiatría.
El joven se fue incorporando poco a poco y preguntó por sus familiares, el
médico no le contestó, siguió con su discurso de presentación.
-Soy psiquiatra, egresado de nuestra máxima casa de estudios con maestría
y doctorado en el exterior-Decía el médico mientras Mateo seguía tratando de
reponerse
-Daniel y tu tío me hablaron desde hace tiempo de tu caso y yo quería
conocerte, pero claro, no en estas circunstancias-Continuaba con su exposición
el Dr. Ulises
A toda respuesta, el paciente seguía preguntando por sus familiares, estaba
extrañado de que su abuelo y Frank no estuvieran acompañándolo.
-Yo te voy a responder pero quiero que primero me contestes lo siguiente,
mejor dicho tienes tres opciones ante las preguntas que te voy a hacer, guardar
silencio, decir que sí o negar el hecho.
El médico formuló la primera pregunta, la cual terminó de despertar a
Mateo de su letargo:
-¿Recuerdas dónde dejaste a tu hijo?
Silencio total fue la opción seleccionada por Mateo, quien se colocó la
mano que tenía libre intentando cubrirse los ojos.
-¿Cuántas pastillas te tomaste?
Fue la segunda pregunta que estremeció al joven que ya empezaba a sentir
respeto por ese anciano con aspecto desgarbado que intentaba seguir
interrogándolo sin piedad, ante lo cual prefirió seguir guardando silencio:
-¿Deseas dejar de vivir, puedo considerar lo que hiciste como un intento de
suicidio?
Esta pregunta indignó profundamente a Mateo quien rápidamente y muy
sorprendido, respondió que no fue esa su intención.
-Agradezco tu sinceridad, está demás decirte que esta conversación va a
quedar entre tú y yo, no voy a preocupar a tu familia más de lo que ya lo está,
a cambio de un trato.
No lo podía creer, sabía que era un truco para obligarlo a hacer algo a sus
veinte años, con el fulano principio “Déjate ayudar”, no obstante le preguntó
con curiosidad, que era lo que tenía que hacer.
-Necesito rehidratarte, necesito que descanses y necesito que te
despreocupes un poco de tus responsabilidades-Respondió el médico
Pero Mateo no terminaba de entender cuál era la parte del trato que él tenía
que cumplir:
-Voy a prohibirte que recibas visitas durante tres días, eso no implica que
no recibas noticias si algo irregular llegara a ocurrir en tu entorno que debas
saber, vas a estar medicado, pero podrás tener oportunidad de ir al baño,
asearte por tu cuenta a menos que solicites apoyo o que así lo requieras, luego
de esto recibirás tus visitas- .Dijo el galeno asombrando al muchacho
-¿Pero cuanto tiempo quiere que me quede aquí?-Preguntó Mateo asustado
-Me gustaría que te quedaras dos semanas más para iniciar un plan
alimenticio y una sesión de terapia conductual para ayudarte a enfrentar tus
retos-Puntualizó El Dr. Marcano
De una manera u otra, aquel hombre le estaba generando una especie de
confianza. Al hablarle de “Como enfrentar tus retos”, le estaba diciendo que el
mundo no era un paraíso.
Por otra parte se sentía cansado, sin fuerzas y avergonzado, le iban a caer
bien esos tres días aislado, por lo menos esta vez le estaban pidiendo su
opinión.
Aceptó de buena gana el plan de trabajo con la condición de que sus
empleados Marta y Pablo lo apoyaran en su higiene personal y que no firmaría
nada de lo acordado verbalmente.
También solicitó que lo disculpara con su familia por el nuevo malestar
que les estaba causando, dejó claro que el día de la próxima visita al penal
estaría allí presente y finalmente prohibió el ingreso a su habitación a Daniel y
a Patricia Monteverde.
Efectivamente se despertó muy pocas veces, pudo ir al baño sin requerir la
penosa ayuda para asearse, trató de relajarse lo más que pudo y dejó de pensar
en todo y en todos durante los tres días de descanso.
Al cuarto día se sentía como nuevo, decidió solicitar apoyo para cortarse el
cabello, afeitarse la barba y presentar una nueva imagen ante su familia.
Era una mañana del día jueves cuando tocaron la puerta de su habitación:
-¡Sorpresa!-Gritó Matías al abrir
Se abrió paso una pequeña figura caminando apoyada en una especie de
andadera que le dejaba la mayor parte de su cuerpo al descubierto. Era
Nicolás:
-Un permisito, un permisito-decía el bebé, desplazándose al interior de la
habitación a toda velocidad.
El niño parecía un pequeño marciano, repetía las palabras que podían
entenderse y las que no también, entre los garabatos se interpretaba que estaba
presumiendo con su papá, de que ya podía caminar solo con la ayuda de la
andadera, también le estaba preguntando, intrigado si estaba durmiendo, si ya
se había tomado su tete, que si tenía su chupón, en medio de las risas de sus
familiares.
La inseguridad, la inflación y la dificultad para reponer los inventarios era
la principal preocupación del sector productivo, ese, era uno de los
pensamientos que rondaba en la mente de Mateo, por eso el médico se planteó
en sus sesiones de terapia, ayudarlo a enfrentar lo que consideró uno de los
retos que tenía que enfrentar, gerenciar su herencia, y mantener o multiplicar
sus bienes,
En una de esas mañanas de sesión terapéutica, el Doctor Navarro le
preguntó:
-¿Estás dispuesto a continuar tus estudios universitarios?
-No es mi prioridad-Contestó Mateo
-Pero forma parte de uno de los miedos que te paralizan, te preguntas a
diario si estas en condiciones de administrar tu hacienda, por ejemplo-Dijo
Marcano
-¿Cómo lo sabes?Preguntó Mateo asombrado
-Lo intuyo-Contestó el médico
-Si pero eso puedo hacerlo sin necesidad de tener que estudiar, además
cuento con el respaldo de Sebastián, su hijo y su nieto, lo cual me garantiza
continuidad en el apoyo.
El psiquiatra confirmó que Mateo estaba acostumbrado a delegar
responsabilidades, pero su subconsciente procesaba la parte de los deberes que
le correspondían y aun no terminaba de enfrentar.
Ciertamente bajo aquel estado de tensión, tenía que dar prioridad a brindar
compañía solidaridad y apoyo a Amanda, en los momentos que la ley se lo
permitiera, por otro lado tenía el deber de acompañar a su hijo en su proceso
de crecimiento.
No obstante la preocupación del médico era garantizar que Mateocolocara
en sus opciones a futuro, continuar su proceso de formación para incorporarse
plenamente a un trabajo ejecutivo que lo haga sentirse útil como parte de una
terapia ocupacional que estimule otro tipo de pensamientos que
definitivamente sepulten su doloroso recuerdo, evitando así que se transforme
en un inadaptado social.
El médico le advirtió que uno de los nudos críticos que existían en el país
era la creencia de que dejando la toma de decisiones, en manos de nuestros
aliados, podíamos gerenciar nuestras propiedades, pero en realidad la única
forma de ver crecer nuestros recursos es a través del desarrollo personal,
siendo la capacitación el elemento fundamental no solamente para procurar un
sustento sino para buscar realizar proyectos de vida, por ello le recalcó que
acudir a una universidad para iniciar estudios superiores y que alguien le de
las herramientas necesarias para desempeñarse adecuadamente, era una opción
a evaluar.
Ante lo planteado, le sugirió alianzas con aquellos profesores que
considerara que efectivamente podían generarle conocimientos en esa área del
desempeño humano que el requiere, para poder asumir con propiedad, el
legado que su abuelo y su madre dejaran a su custodia.
Le advirtió que la capacitación debe adquirirse paralelamente al ejercicio
de la profesión en el que día a día se resuelvan nuevos problemas, buscando la
forma de innovar con alternativas, formando nuevas alianzas, creando
conocimientos.
Mateo le escuchaba con mucha tención, aquel hombre se había dedicado a
buscar efectivamente de motivarlo a conocerse y a aumentar la forma en que
podía enfrentar su situación, a diferencia del Dr. Nicolás, no se dedicó a
compadecerloy brindarle apoyo, sino a conducirlo hacia varias salidas, a
vislumbrar el futuro en vez de anclarse en el pasado y consumirse con su
presente.
Interpretaba que la sugerencia se orientaba no solo a capacitarse sino a
mudarse a la hacienda y estudiar en alguna universidad de la región alguna
carrera vinculada a la actividad con orientación y pertinencia que garantizara
su progreso y el buen desarrollo de su hacienda, siendo su norte la innovación
y el conocimiento.
Efectivamente el psiquiatra trataba de convencerlo de que una persona no
se mide en sus momentos de felicidad y disfrute, es en los momentos de crisis
cuando se pone a prueba sus fortalezas y Mateo tenía que activarse para
sobrevivir a su destino, sacar adelante a su familia y gerenciar su herencia.
Por eso lo trataba sin condescendencias, por ejemplo, en la oportunidad en
que Mateo superó los tres días de terapia de descanso acordados por el Dr.
Ulises, este le pidió que se incorporara en la cama para elaborar su diagnóstico
diario, sosteniendo en sus manos el estetoscopio y sin la menor intención de
ayudarlo(El personal de apoyo se mantenía fuera de la habitación por solicitud
de Mateo quien prefería la asistencia de Pablo y Marta, cualquier otra persona
que ingresara a la habitación vistiendo el fatídico traje blanco le ocasionaba
intranquilidad y desconfianza).
En este contexto el Dr., Ulises trataba de darle a entender que no todos los
uniformados de blanco tenían que generarle temor y sospecha, que hacían falta
en ocasiones especiales y que estos formaban parte del trastorno paranoide que
lo estaba afectando entre otras patologías detectadas.
Entonces Mateo lo sorprendió al mostrarle una técnica especial que le
había enseñado Marta para incorporarse con un mínimo de esfuerzo,
protegiendo la vía intravenosa colocada en su brazo derecho.
El anciano se asombró con la fortaleza de aquel joven de veinte años que
estaba prácticamente en estado de desnutrición crónica, rostro hinchado y
ojeroso, también le alegró que mantuviera su condición de dignidad intacta en
su hazaña de levantarse, superando el letargo de las drogas. Procedió a ordenar
que le retiraran el catéter con la nutrición parenteral, procediendo a invitarlo a
sentarse en la cama y finalmente en la medida en que probaba sus fuerzas le
pidió que se sentara en una silla que mandó a buscar para que esperara allí la
llegada de Marta y Pablo quienes venían en camino para ayudarlo a asearse.
Pero las nubes grises sobre la vida de Mateo no se disipaban. Su ingreso a
la unidad de psiquiatría de la clínica de su familia, fue reseñado en los medios
de comunicación, generando fuertes criticas en el ámbito ganadero del estado
donde estaban ubicadas sus propiedades, lo cual coincidía con su angustia
premonitoria. Se había dejado colar la ida en el sector, acerca de la posibilidad
de que no estuviera facultado mentalmente para dirigir los destinos de una de
las haciendas ganaderas más importante de la región.
Sus familiares le ocultaron la noticia, no obstante Sebastián inundo su
oficina con fax cargados de mensajes de alerta.
Mateo por su parte, se había animado mucho con la visita del pequeño
Nicolás, verlo dando sus primeros pasos y con aquella independencia de
desplazamiento que lo llenaba de nuevo con fuerzas. El aparato en el que se
apoyaba el niño se lo regaló Máximo, era una innovación en materia de
andaderas infantiles, que proporcionaba mayor capacidad de movimiento a los
infantes en fase de dar los primeros pasos, lo cual hizo recordar a Mateo las
ideas de Amanda, admiradora de Isadora Duncan “La mejor herencia que se le
puede dar a un niño para que pueda hacer su propio camino es permitir que
camine por sí mismo”.
Ni Gabrielita ni el pequeño Sebastián se animaban con la idea y miraban
con perplejidad al arriesgado Nicolás que lloraba rabiosamente cuando le
quitaban el aparato, y solicitaba que lo llevaran a donde quiera que él se
moviera, causando la risa de todos los que lo rodeaban y el cansancio de su
niñera que dejó de usar el uniforme para andar en ropa deportiva y poder
llevarle el trote al infante.
El administrador de la hacienda sabía que la nota de prensa no iba a
generarle inquietud a Mateo ya que le daba poca importancia al “Que dirán”,
fue otra noticia la que interfirió en su proceso de recuperación.
Cuando estuvo en condición de recibir visitas, observó con preocupación
que Matías no estaba acudiendo a sus clases de medicina, entonces se enteró
que había retirado las materias que había inscrito en su tercer semestre y se
sintió culpable una vez más.
Por más que Matías le explicó que tenía la necesidad de ayudar a Gabriella
en la atención de los niños, quienes atravesaban momentos que reclamaban
especial cuidado, como lo es la aparición de la dentición y los deseos de
caminar.
Mateo hizo algo que había evitado durante todo el tiempo de crisis
vivenciado, pulsó el timbre de solicitud de ayuda y le pidió a la enfermera que
llamara a la secretaria del director de la clínica. María Eugenia aprovechó el
momento para aproximarse a la habitación y no paró de abrazar al joven y
llorar por tanto tiempo que tenía sin verlo, casi tres años, después de haber
presenciado su crecimiento. María Eugenia Marcano fue la secretaria de
Daniel Monteverde durante toda su gestión cuando fue Director del Hospital.
Era la persona que los llamaba para ejecutar todas las directrices del que era
para ese entonces su padre, compraba sus ropas, sus juguetes, sus regalos de
cumpleaños, sus medicamentos, canalizaba sus citas escolares, etc.
Y allí estaba ella, separada por circunstancias adversas de los que fueron
casi sus hijos.
-Hola Mary-Le dijo Mateo con un tono afectuoso
-Hijo, casi me muero cuando me dijeron que querías hablar conmigo, fui a
visitarte muchas veces y no pude verte-Dijo la mujer bañada en llanto,
preguntándole a la vez en que podía apoyarlo
-Necesito que me apartes un tiempo en la agenda de mi tío (Darío
Monteverde era el nuevo director de la clínica, aunque el socio mayoritario era
Matías, por herencia de las acciones de Don Jorge y de su padre Daniel
Monteverde).
-Por Dios hijo, si yo le digo a tu tío que deseas hablar con él, es capaz de
salir del quirófano y dejar cualquier operación que pudiera estar realizando
para atenderte-Le advirtió la señora.
Había otras cosas que deseaba que María Eugenia hiciera por él, deseaba
que le hablara del Dr. Ulises, sentía curiosidad por saber en quien estaba
confiando su salud mental.
María Eugenia le comentó que el Dr. Ulises Marcano había sido un
catedrático (Fue profesor de Nicolás Antonetti) que había abandonado el
sector educativo por sus métodos drásticos de enseñanza con los cuales
despertaba el coraje del estudiante para que aprendiera a detectar y medir sus
emociones. En la clínica gozaba de gran respeto, pero tenía muy pocos
amigos. Era un hombre solitario pero con muy buena clientela. Los familiares
de sus pacientes lo recordaban con agradecimiento porque había logrado
estabilizar emocionalmente a la mayor parte de ellos.
-Dicen que en el fondo sufre con el recuerdo de los pocos pacientes que ha
tratado, que fatalmente terminaron suicidándose-Le advirtió María Eugenia
-¿En serio?-Preguntó Mateo
-Si pero eran casos extremos de personas esquizofrénicas que dejaron de
ser monitoreados por sus familiares en cuanto al consumo de los anti
psicóticos recetados y sólo un caso de depresión severa en una mujer, se
encontraba entre los eventos por los cuales se sentía particularmente afectado-
Agregó la bien informada secretaria.
-¿Es casado, tiene hijos?-Siguió preguntando Mateo inundado por la
curiosidad
-No está reseñado en su expediente, al parecer es un soltero empedernido-
Respondió María Eugenia.
Finalmente Mateo le planteó otra de las razones por las que pidió hablar
con su tío Darío la cual estaba relacionada con el retiro del semestre de su
hermano Matías, de la Facultad de Medicina, Mateo aspiraba a que su tío
moviera todas sus influencias, lo más rápido posible, para evitar que su
hermano abandonara la carrera, ante lo cual María Eugenia prometió actuación
inmediata:
-Me voy, el Dr. Ulises me dio solo una hora para hablar contigo y me dijo
que calculara yo misma el tiempo asignado para visitarte ya que tenía
dispuesto un horario especial para ti de dos a cinco de la tarde que no desea
modificar por ahora, un abrazo hijo me dio gran placer poder saludarte
después de tanto tiempo.
La despedida de la secretaria del Dr. Darío Montenegro, fue más dramática
que el encuentro, se fundieron en un nuevo abrazo y derramaron lágrimas que
enjugaban conjuntamente, ante el temor de que apareciera el terapeuta y
suspendiera la visita de la tarde. Pero ese día el Dr. Ulises no ejecutó ninguna
consulta como acostumbraba todas las tardes, sino hasta después que terminó
la visita de los familiares y amigos del paciente.
A las seis de la tarde, cuando se retiraba de la clínica, pasó por la
habitación 504 y entró sigilosamente para despedirse. Mateo estaba despierto
y lo vio, rápidamente se incorporó en la cama y lo invitó a que pasara, que lo
había extrañado esa tarde.
-Voy saliendo, se me hace tarde, mañana hablamos-Dijo el médico
-Hacia dónde va con tanta prisa-Preguntó Mateo
Extrañado de tanto entusiasmo de su parte, el médico le dijo rápidamente
que todos los jueves acudía a las prácticas de futbol de la selección
venezolana. A Mateo se le hizo tentadora la idea de pedirle que lo invitara, era
una idea fuera de contexto pero estaba seguro que lo iba a disfrutar.
Aprovechando la oportunidad para tratar de hablar con él, el anciano lo
ayudó a vestirse y salieron juntos sin mayor novedad de la clínica. Eran las
siete de la noche cuando llegaron al estadio, la práctica comenzaba a las
ocho,lo cual les daba un margen de una hora para conversar.
El segundo tema de interés del Dr. era el del trato con quien fue su papá
durante tantos años, Daniel Monteverde, tema álgido que incomodó a Mateo,
no obstante empezó por decirle que lo que le hizo no podrá olvidarlo nunca,
que estaba completamente en contra de su proceder:
-Un hijo no es propiedad de nadie, tener no es poseer-Dijo Mateo con voz
firme.
-Estamos de acuerdo-Intervino el médico tratando de atajarlo.
-Una persona a partir de los diez años, está en condiciones de saber qué es
lo que quiere hacer, yo lo respete siempre y supe valorar el cuido y la
educación que nos proporcionó a mi hermano y a mí, pero sus atribuciones
fueron rebasadas por sus miedos a perder la autoridad, a los riesgos que
enfrentábamos ante el mundo, a que alguien nos hiciera daño, en resumen
estábamos asfixiados, pero yo siempre supe que esa situación no podía ser
definitiva-Expuso el joven atribulado
-¿No estás arrepentido?-Preguntó el médico
-¿Para qué sirve el arrepentimiento, si eso no deshace lo que paso? Soy
responsable de mis actos y yo no me arrepiento de lo que hice, conocer a
Amanda fue lo más hermoso que me ha pasado en la vida, eso me permitió
existir y mientras ella y mis seres queridos vivan, yo existo, son mi razón de
ser, por eso me preocupó que me preguntara si quería suicidarme-Respondió el
muchacho
-Pero hay un punto de reflexión con respecto a las infracciones que
cometieron tú y tus amigos de falsificar documentos, ingresar a un país
extranjero de manera ilegal, mortificar a tus padres con tus reiteradas huidas
de la casa, ¿Qué enseñanza le piensas transmitir a tu hijo?-Interrogó el médico
El joven respiró profundamente, no quería dar una respuesta ligera, por su
mente pasaron todos y cada uno de los momentos relevantes de su infancia, los
valores y las costumbres, los principios inculcados, la escuela, la iglesia, los
parientes, la hacienda, montar a caballo y recorrer el llano, los amigos, la
playa, el sexo, la otra mitad de su vida, Amanda y su hijo y de pronto vino a su
mente las primeras palabras que aprendió su bebé, “no es no”. Todos lo
criticaron porque se rió de su posición enérgica y autoritaria cuando establecía
sus límites y en ese momento comprendió que no tenía ningún interés de
convencer al pequeño Nicolás de nada, porque no lo iba a irrespetar intentando
direccionar su vida, esto lo corroboró el día que lo vio caminando sólo en la
andadera y sintió un profundo temor de que se cayera, pero pensó que la mejor
enseñanza que podía impartirle a su hijo, era dejarlo caminar solo para que
aprendiera a construir la senda por la que ha de transitar y así se lo hizo saber
al doctor.
-¿Te consideras un infeliz?-Preguntó el psiquiatra.
Nuevamente Mateo se tomó su tiempo para responder, él sabía que había
nacido privilegiado en un hogar de terratenientes que le garantizaría un
bienestar incalculable pero lamentablemente el dinero no le garantizó la
felicidad, vivía eternamente secuestrado por los miedos y la paranoia de su
padre y el y su hermano transitaban entre muros y paredes, rejas y cercados,
rodeados de guardaespaldas. Cuando conoció a Amanda fue que supo lo que
era la libertad y la felicidad.
-Espero que usted sepa manejar lo que le he planteado, mis
consideraciones pueden causar malestar a quien se creyó mi padre y no puedo
darme el lujo de remover su ira, mientras Amanda esté pagando su condena-
Enfatizó Mateo
Elmédico se sintió ofendido, su principio ético y moral era respetar la
confidencia de sus pacientes porque era una manera de defender sus propios
temores y miedos a decepcionarlos.
-No tengo ningún contacto en estos momentos con Daniel, entré a trabajar
en esta clínica a raíz de tu problemática cuando intentaste huir de la casa de
reposo, intuyeron que se agravaría tu situación legal si volvías a escapar de
algún centro psiquiátrico, aquí no vas a tener expediente, ni historial.-le
advirtió el Dr. Ulises
-Disculpe, no quise ofenderlo-Le rogó Mateo
El médico aprovechó la oportunidad para decirle lo que tenía pendiente.
-Yo estaba tratando de indagar si tu riqueza te había convertido en un niño
malcriado y grosero.
Nuevamente Mateo meditó su respuesta, se daba fatal cuenta que las ideas
no le estaban llegando tan rápido como las necesitaba, para llevar el ritmo del
psicoterapeuta, comenzó a sentirse fatigado y se quedó en silencio, era una de
las opciones que el mismo médico le había enseñado, con carácter de
respuesta, el silencio era una respuesta en una sesión terapéutica.
- Mi estimado jovencito, quiero que sepas que soy contrario a las
desigualdades que genera la distribución de las riquezas, hoy por ejemplo
ejerciste un poder, al consultarle a la secretaria del director por mi expediente.
Yo debo decirte que eso no te garantizará un trato diferente, es suficiente razón
para que yo abandone tu caso. Pero Nicolás tenía razón, me dijo que eras un
pobre niño rico y esto no es un secreto porque me autorizó a que te lo dijera
cuando cometieras alguna falta en la que hicieras valer todo ese poder que te
da tu posición social, pero que tanto desdeñas. No considero que seas
malcriado pero si voluntarioso-Expuso el Dr. Ulises
-¿Cómo supo que yo había preguntado por su trayectoria?-Preguntó
asombrado Mateo e incómodo porque lo habían vuelto a llamar “Pobre niño
rico”.
-Tú me preguntaste que donde estaba ubicada la cámara de tu habitación,
lo que me dio a entender que no solamente sabias que en esa habitación hay
monitoreo permanente de los movimientos del paciente y de sus
conversaciones, solo así se puede determinar cuales son los elementos
perturbadores del entorno del afectado.
El estruendoso ruido que se desató en el estadio, indicaba que el juego
estaba comenzando justo en el momento de máxima tensión entre el paciente y
el médico. El frio de la noche y la intensidad de la conversación fueron
mermando las fuerzas de Mateo, no obstante pudo divisar que en el estadio
estaban dos de sus guardaespaldas y se prometió así mismo que no le diría
nada al médico, para no causarle ninguna sensación adversa.
Resultaba paradójico que el paciente estuviera cuidando de las afectadas
emociones del psiquiatra, indiscutiblemente y aun cuando se sentía fatigado, el
joven creía que había ganado este segundo round de preguntas y respuestas.
Mateo nunca se había abierto con ningún psiquiatra como lo había hecho
con el Dr. Ulises, por temor a mostrar sus debilidades, pero había notado que
los psiquiatras eran seres humanos que también padecían limitaciones y
centraban su vida en un supuesto triunfo personal.
-Parece mentira pero cuando se ama mucho y hay exceso de bienes de
fortuna, faltan la tolerancia y la buena voluntad-Le dijo el psiquiatra
interrumpiendo sus pensamientos.
Los gritos en el estadio los hacían saltar de sus asientos para ver cuál era la
razón de la euforia de la fanaticada, intentaban evadir a los vendedores de
chucherías, cervezas y refrescos, mientras trataban de retomar el hilo de las
jugadas y cuando todo parecía retornar a la calma, ellos, paciente y terapeuta,
empataban la conversación en el punto donde la habían dejado.
-Pero en el fondo los padres que dicen amar tanto a sus hijos,
impidiéndoles actuar independientemente, en la práctica son unos egoístas que
ejercen un derecho de posesión y caen en la intransigencia y la intolerancia. Su
escasa inteligencia emocional los hace volcar toda su pasión en sus hijos
atándolos a su antojo, para que cumplan sus órdenes-Le dijo el anciano
mientras batallaba por comerse unos tostones con ajo crujientes, que le
maltrataban las encías.
Todo el ambiente estaba envuelto en una sola algarabía al ver la anotación
de un gol por parte de una de las estrellas de la selección venezolana, mientras
el médico presumía de sus buenos contactos que le facilitaban el ingreso a tan
prestigiosas prácticas, donde sólo unos pocos tenían la oportunidad de
presenciarlas.
-Yo en cambio observo en ti una serenidad y una generosidad peculiar
ajena a lo que pudiera esperarse de una persona que fue secuestrada y
torturada por instrucciones de su propio padre, lo que indica que lo sucedido
no influyó negativamente en tu capacidad afectiva-Le subrayó el psiquiatra.
De modo que al avanzar el juego de práctica al que habían acudido, ya el
doctor le había adelantado dos aspectos relevantes de su diagnóstico: no era un
niño malcriado y su capacidad afectiva estaba intacta.
Pero el joven sabía que ese diagnóstico no se correspondía con la realidad
en su totalidad ya que su estado anímico era producto de las heridas muy
concretas que vulneraron su integridad y su dignidad en un momento clave de
su vida en el que estaba estructurándose su andamiaje psíquico.
El pasado, con su pesada carga emocional seguía bloqueándolo con el
sufrimiento de un dolor que llevaba encerrado en el sótano más inaccesible de
su conciencia, pero sin embargo estaba sacando fuerzas de donde no las tenía,
evitando así a resignarse a la medicación antidepresiva.
También estaba consciente que para recuperar su autoestima y liberarse de
su tormento, tenía que desahogarse con alguien que pudiera curar sus heridas,
para lo cual debía enfrentar los hechos dolorosos acontecidos en su malograda
juventud y no aislarse con su historia y así ayudar al confidente, a comprender
como fue que terminó siendo sujeto de semejante represión, al traspasar los
límites establecidos por sus padres.
Lamentablemente, la consecuencia que estaba enfrentando, era una gran
incapacidad para establecer nuevos vínculos emocionales, él si sabía que se
había afectado el desarrollo de su afectividad y de la sexualidad para con su
pareja, su capacidad creativa y sobre todo estaba observando una gran
dependencia de su abuelo, de Frank y de su hermano lo cual limitaba su
autonomía y libertad, no se atrevía a hacer nada si no lo consultaba con ellos o
en su defecto con Gabriella especialmente en las cosas que estaban
relacionadas con el cuido y crianza de Nicolás.
El miedo y la desconfianza estaban presentes en muchas de sus
actuaciones, se sentía oprimido y amenazado la mayor parte del tiempo
viviendo a la defensiva y en el marco de una gran tristeza que le impedía ver a
los ojos de las personas, por lo cual se mantenía cabizbajo la mayor parte del
tiempo levantando la cabeza solo cuando las circunstancias se lo exigían.
Al terminar el juego de futbol, el Dr. le propuso al joven, ir a comer
hamburguesas y perros calientes a una calle que denominaban “Calle del
Hambre”, a donde acudían la mayor parte de los fanáticos que salían del
estadio cuando se terminaba una jornada deportiva.
Eran las más de las nueve de la noche, se suponía que debía tomar el
medicamento correspondiente a esa hora y tratar de conciliar el sueño, no
obstante se sentía con apetito, el también solía acudir a lugares como el
descrito por el Dr. para comer comida chatarra, después de sus entrenamientos
o juegos.
Al obtener la aprobación de Mateo, el médico se desvió de la ruta que lo
conducía a la Clínica Monteverde y tomó la vía alterna que lo conducía a la
“Calle del Hambre”. Los guardaespaldas de Mateo se desconcertaron y
llamaron a Frank para informarle de la novedad y este a su vez, se comunicó
con Matías.
La noche citadina era esplendorosa, Caracas era una de las ciudades con
mayores anuncios luminosos que decoraban las avenidas dándole una
connotación cosmopolita a las principales vías y plazas públicas, de una
vistosidad tal, que el muchacho ya había olvidado por su encierro, él, que se
estaba acostumbrando en sus escapadas nocturnas al ajetreo urbano, las colas,
el ruido de las cornetas de los automóviles, no podía creer que estaba
nuevamente embarcado en una aventura, con un verdadero desconocido, en un
auto estropeado por el tiempo.
Mientras pensaba en todo esto, el teléfono del Dr. Ulises repicó
insistentemente, a la par que su propietario intentaba abrirse paso en aquella
selva de concreto.
A Mateo no le cabía la menor duda, de que esa llamada provenía de su
casa, cuando efectivamente escuchó la conversación:
-Aló, ¿Quién habla? –Preguntó el médico un poco atolondrado por el
tráfico
-Es Matías Dr., quería saber cómo estaba mi hermano
-Bien-Respondió el médico- Estuvimos en el estadio de futbol y en este
momento vamos camino a un lugar donde se come hamburguesa en la calle.
-¿Pero él está bien, digo, está de acuerdo?-Insistió Matías preocupado.
-Por supuesto, no te angusties, pronto regresamos al hospital.
Ya el médico estaba consciente de que lo estaban siguiendo, porque
comenzó a voltear a todos lados buscando a los guardaespaldas de Mateo,
entonces se sintió intimidado y arrepentido de su loca aventura en la búsqueda
de sacudir emocionalmente a su joven paciente.
Al llegar al puesto de comida rápida seleccionado entre varios locales
ambulantes, se sentaron en unos bancos plásticos verdes de cuatro patas,
disponibles para los comensales, y disfrutaron de un par de deliciosos perros
calientes con todos los aderezos de los que disponía el expendedor.
La forma como su paciente devoraba su alimento le indicaba que tenía
hambre y sed de volver a su rutinaria vida y que si se lo proponía pronto lo
conseguiría.
Entre las diez y media de la noche, el viejo auto del psicoterapeuta hacía
entrada en el estacionamiento de la Clínica Monteverde, el Dr. se estacionó
frente al ascensor y le pidió a Mateo que subiera a su habitación.
Mateo estaba verdaderamente desconcertado, no sabía siquiera en que piso
quedaba su habitación y gracias a la fuerza que le proporcionó el alimento
consumido pudo llegar a la recepción y ubicar el lugar en donde estaba
recluido. Era paradójico pensar que lo habían dejado en libertad de trasladarse
por su cuenta a un espacio en el que en otra ocasión hubiera sido una
magnífica oportunidad para escaparse.
Ahora, por el contrario, quería encontrarse consigo mismo, no podía seguir
huyendo y tornar su vida más estresante de lo que había sido por tomar
decisiones pensando en divertirse y llevarle la contraria a su padre, tenía que
despertar de la pesadilla en que se había convertido su vida y darle un
verdadero significado.
Entonces decidió seguir las instrucciones de la recepcionista, piso cinco
habitación 504, era el espacio del que disponía para conectarse con su
presente, tomarse todo el tiempo que necesitaba para aceptar sus miedos,
comprometerse con el cambio y dar gracias a Dios porque había sobrevivido al
horror al que fue sometido.
Su propósito vital eran su mujer y su hijo, por ellos tenía que despertar,
establecer su plan de vida para gerenciar sus empresas y jugar con todas sus
fuerzas para alcanzar la felicidad.
Al llegar a su habitación se duchó y buscó en las gavetas de su mesa, algún
medicamento de los que tenía que tomar esa noche y que hubieran podido
dejarlo allí para que los ingiriera antes de acostarse, pero solo se encontró una
nota firmada por el Dr. Ulises que seguramente fue colocada por su enfermera
de acuerdo a las instrucciones de su jefe: “Cierra tus ojos lentamente, tapate
los oídos y siente como tu cuerpo sigue el ritmo del latido de tu corazón, como
la sangre corre por tus venas, gritándote que tu cuerpo está vivo, que eso es lo
más importante para ti, en tu aquí y tu ahora, respira profundo tres veces y
expira como te enseñó Nicolás, verás como tu cuerpo se libera de tus tensiones
y dejarás de sufrir. Con esto, sustituirás la pastilla que tenías que tomar para
dormir, hasta mañana, que tengas buenas noches”
Cuanta energía, cuanto tiempo, cuanta vida se le había ido de las manos
buscando una libertad personal hipotecada por su edad. El cansancio y las
reflexiones lo abatieron y quedó profundamente dormido, sin necesidad de
medicamentos.
Alguien acariciaba su brazo, fue abriendo poco a poco los ojos, y volteó la
cabeza hacia donde sentía una voz, en el marco de un nuevo amanecer:
-No te encontraban la vía-Le dijo Frank apesadumbrado mientras contaba
los moretones que aun permanecían en el delgado brazo de su hijo.
No habían tenido oportunidad de estar a solas desde que se sucedieron los
hechos del penal.
-¿Porque lo hiciste?-Preguntó apesadumbrado el joven padre
No hubo respuesta, Mateo había aprendido el lenguaje de los ojos que el
mismo le había enseñado, eran las ocho de la mañana y debía levantarse para
su rutina de aseo personal, cuando de pronto entró el Dr. Ulises para
informarle que ya podía irse a casa, que le daba de alta médica e invitó a Frank
a pasar a su oficina por unos minutos para discutir algunas cosas relacionadas
con el nuevo tratamiento para el muchacho:
-Está al borde de su límite emocional y físico, no lo presiones, por favor-
Inició así el médico su intervención
La crisis por la que estaba pasando el jovencito era la expresión del destino
inevitable de su generación, era una crisis de crecimiento, el desarrollo de la
progresiva liberación de sus angustias.
-Está lleno de miedo-le dijo Ulises a Frank
-¿Miedo a que?-Preguntó el padre del jovencito
-Miedo a la libertad, a lo desconocido, a salir de su zona de confort, es una
emoción básica cuando has sido víctima de agresiones, de vigilancia, que te
evita tener una vida normal.
-¿Cómo puedo ayudarlo si yo fui su guardaespaldas durante tanto tiempo?
-Ayúdalo a identificar lo que le genera ansiedad-Le sugirió el médico
-¿No es ese su trabajo?-Repreguntó Frank respetuosamente
-Estoy trabajando con terapias de visualización, se halla en el umbral de un
mundo nuevo, tiene su propia familia, mujer e hijo, tiene una herencia que
gerenciar, entonces le he planteado como le gustaría verse en el futuro, como
le gustaría encararlo y que esa estrategia se convierta en una costumbre que le
permita enfrentar en forma gradual al miedo hasta que logre vencerlo.
-Su entorno es peligroso, no es fácil, de todas formas, ¿Qué otras
sugerencias tiene?
-El reto no está en no tener miedo, lo importante es reconocerlo,
controlarlo y manejarlo, por ello es necesario que refuerce su conocimiento en
sí mismo, por lo pronto recomiendo que haga un pequeño viaje a un lugar de
su preferencia, ayúdelo a meditar, debe alimentarse y dormir bien, cuando
recupere peso, motívelo a ejercitarse y finalmente enséñelo a perdonar.
Efectivamente el médico entregó a Frank, varios folletos contentivos de
información sobre lujosos Spas ubicados en Europa dedicados al
esparcimiento y relajación de pacientes en las condiciones de Mateo, Don
Jorge se incorporó al grupo y garantizó que el convencería al muchacho de
pasarse una semana, como mínimo, en alguno de esos lugares por lo cual
comisionó al Dr. Darío para que hiciera los contactos necesarios y solicitara
cupo para el jovencito y sus acompañantes.
Ulises Marcano pidió unos minutos a solas con Mateo para despedirse y
darle algunas recomendaciones especiales, cuando entró en la habitación lo
encontró animado estaba contento porque no esperaba irse tan pronto a casa,
inclusive antes de lo que estaba previsto, el muchacho se acerco al anciano y
lo abrazó con gran ternura mientras escuchaba sus consejos:
-Cada vez que algo te cause miedo, incertidumbre y sientas ganas de
hacerte daño, respira profundo para vencer el impulso y medita acerca de tu
reacción, si eso va a solucionar o no tus problemas, piensa en tus seres
queridos, en la preocupación que pudieras causarles, antes de dejarte llevar por
tan nefasta decisión y aprende a relajarte.
-¿No nos volveremos a ver? –Preguntó Mateo extrañado
-No lo necesitas, en tus manos está la posibilidad de hacer frente a tus
retos, inicia una rutina de ejercicios cómodos para ti tales como jugar con tu
hijo, caminar, sacar a pasear a tus mascotas, si prefieres utiliza una
caminadora, una bicicleta fija y me avisas si vuelves a sentir alguna molestia,
dolor o presión en el pecho, sensación de asfixia, mareo o vértigo, lo
importante es que aprendas a respirar, que te muevas, que te distraigas y que te
alimentes bien- Le contestó el médico.
El jovencito bajo la cabeza y se separó un poco del galeno para atreverse a
decirle:
- Al salir de aquí voy a encontrar el mismo mundo que deje atrás, nada
cambiará por ahora, yo prometo que seré cuidadoso pero necesito que me
entiendas y me atiendas.
Ante tal solicitud el médico le respondió:
-Yo no te he dicho que las cosas cambiaran solo porque hayas pasado por
aquí, pero si te aseguro que tu si puedes cambiar, si te lo propones, no hay
excusas, tienes que aprender a canalizar tus emociones para transformar la
manera en que le respondes a la vida, de cualquier forma sabes que cuentas
conmigo, podemos seguir viéndonos los jueves en la práctica de futbol, esta
semana voy con un amigo, estoy seguro que la vas a pasar bien-Le propuso el
médico
El muchacho estaba satisfecho con la refinada sensibilidad del terapeuta
antesus diferentes planteamientos, consideraba que sus respuestas eran
responsables, elemento fundamental en toda terapia.
-Está pago, nos vemos el jueves en el estadio a la misma hora-Respondió
el joven en un claro proceso de identificación con el galeno.
CAPITULO IV
NO TENGAS MIEDO
2. La Amada Libertad
La llegada de Amanda alborotó la quinta “Utopía III”, fue así como la
bautizaron, había flores, música suave, ambiente festivo, Mateo pasó la
mañana dando vueltas por todo el recinto, buscando un no sé que, agonizaba
por los minutos que pasaban con lentitud, mientras esperaba la salida del resto
de la familia para ir a buscarla al penal, era navidad y toda la decoración hacía
que el momento se tornara subliminal. Faltaban solo días para que
efectivamente culminara su condena pero por razones de buena conducta se
libró orden de excarcelación para que pudiera pasar la festividad con su
familia.
Llegaron al Centro de Reclusión Femenina, en caravanas conformadas por
distintos vehículos de familiares y amigos pero solo el Doctor Maximiliano
entró al recinto para representar a Amanda en lo que sería su última gestión
dentro del penal, retirar sus pertenencias y recibir su boleta de excarcelación
con todos los documentos donde constaba el cumplimiento de su condena.
Afuera de las áreas administrativas solo pudieron pasar “Nacho” y “La
Nena Bustamante”, Mateo, Frank y Don Jorge. A las 08: 45am salieron de las
oficinas un abogado cargado de carpetas y una pequeña maleta rodante
acompañado de una joven mujer delgada, ataviada con un blue jeans, chaqueta
del mismo tipo, camisa blanca de tela de algodón con bordados en el cuello
rodeados de finas lentejuelas del mismo color y su eterna melena suelta
vibrando libremente al compas de su agitado paso que culminó en los brazos
de su padre al que se unió su madre, los tres ahogados en llanto, apuraron el
paso para dar cabida a el encuentro entre esas dos almas torturadas cuyos ojos
enrojecidos por tanto llanto acumulado se cerraron en un intenso parpadear
solo superado por el fuerte abrazo
Y allí quedaron Amanda y Mateo, solos entre la nada, solos entre los
suyos, solos frente a sus sufrimientos, nadie se atrevió a interrumpir aquel
encuentro cargado de tantos sentimientos, ambos estrujaban sus lagrimas en
los cuerpos opuestos, en los hombros temblorosos de cada uno de ellos y ya
cuando el enrojecimiento de sus rostros decían que ya no se podía más, los
familiares comenzaron a intentar separarlos, pero ella se aferraba a él y le
decía:
-Quiero ver a mi hijo, por favor
-Nos está esperando, ya ha esperado suficiente, pero preferí que aguardara
en casa, en nuestra casa-Contestaba Mateo tragándose las lágrimas que corrían
por sus mejillas y le entraban en la boca y hasta en la nariz ahogándolo.
El pequeño grupo salió caminando hasta las afueras del penal donde
estaban estacionados los vehículos que trasladaron al resto de familiares y
amigos. Abrazos y más abrazos, besos, anécdotas, risas y llanto, pero sobre
todo el ruego de la madre que ansiaba abrasar a su hijo:
-No lo vayas a abrumar con apretujones, mira que el es gruñón y no le
gusta que lo estén agarrando-Le advertía “La Nena” a Amanda con respecto al
pequeño Nicolás
Ella se sonreía con las advertencias y miraba a Mateo para comprobar si
era cierto, mientras tanto Frank coordinaba las caravanas y aceleraba el
retorno, la agenda era apretada, aparte del encuentro de la madre y su hijo, un
Juez de Parroquia los esperaba para oficiar el matrimonio por civil y el
registro del niño que Mateo había postergado para cuando Amanda estuviera
en libertad y pudiera disfrutar de su boda, de la presentación oficial del niño y
estrenar su nuevo apellido, gracias a los resultados del juicio de paternidad
introducido por Frank, ahora en adelante su esposa y su hijo llevarían su
verdadero apellido, Salvatierra.
Las cámaras de seguridad giraban en torno a la gran puerta de entrada de
“Utopía III”, que se abrió para dar ingreso por primera vez a la dueña del
inmueble, porque efectivamente la casa había sido registrada a nombre de
Amanda y del pequeño Nicolás, las escrituras de la misma fue uno de los
regalos que recibió durante el agasajo que le prepararon.
Varios niños correteaban en el jardín que da entrada a la mansión, eran los
hijos de los amigos, eran los hijos de los primos, eran los hijos de Matías y
Gabriella y entre ellos estaba su hijo, su dorada cabellera, sus cachetes
rosados, su don de mando, sus gritos dando órdenes le llamaron la atención,
era su hijo, Gabriella lo cargo mientras él se retorcía para que lo pusieran
nuevamente en el suelo:
-Mira ya llegaron, es tu mami Amanda, salúdala, pide su bendición-Decía
Gabriella mientras forcejeaba con el robusto niño de dos años y cuatro meses,
tratando de arreglar sus bracitos, en la forma tradicional para estos casos,
doblados sobre su pecho.
Amanda se bajo rápidamente de la camioneta cuando lo ubicó con la
mirada y se dirigió directamente hacia donde estaba Gabriella quien de forma
ceremoniosa le entregó al niño:
-Toma, aquí tienes a tu niño, fue un placer cuidártelo-Dijo Gabriella con
grandes lagrimas en los ojos.
Mientras tanto el niño, captando toda la intensidad del momento, se dejo
caer en los brazos de Amanda y le dijo tal como estaba planificado:
-Hola Mami. Bendición
Amanda también había ensayado su respuesta, calmada sin mayor
aspaviento le respondió
-Dios te bendiga mi amor, ¿Te acuerdas de mí?
No obtuvo respuesta, eso no estaba dentro de lo planeado, el niño no
entendió bien la pregunta y ella cambió las opciones, por aquello que a él más
le interesaba:
-¿Me enseñas tu gatito?
La respuesta inmediata fue una solicitud del niño de que lo pusiera en el
piso para poder gerenciar su solicitud, entonces el pequeñín comenzó a llamar
a su abuelo:
-Frank pod favod, tae a Bando-Dijo el bebe en su entrecortado lenguaje
El niño sabía perfectamente que Frank era el encargado de dar
instrucciones sobre quien entraba y quién salía de la casa, incluyendo a los
animales domésticos, mientras cumplía con las órdenes de su nieto, Gabriella
le presentaba a los demás niños a Amanda, pero ella no tenía más ojos que
para su hijo, luego llegaron otras presentaciones de los demás niños, otros
saludos pero ella se desvivía por estrechar nuevamente a su hijo entre sus
brazos y no encontraba la excusa, llegó el gatito y el niño no hacía más que
jugar con el animalito, hasta que ella retomó la idea de seguir preguntándole
por su mascota:
-¿Tú le das su comida?, ¿Lo bañas? ¿Donde duerme?
El niño respondía con su lenguaje entrecortado y hasta le decía algunas
mentirillas sobre el cuidado del animalito cuando en la práctica lo único que
hacía era atormentar al pobre y envejecido Brando con sus abrumadores
juegos
Nadie se atrevía a sacar a Amanda de aquel espacio a las afueras de la
casa, pero había una programación, ya los rigores de la alta sociedad
comenzaban a agobiarla, le presentaron a las niñeras, al personal de servicio,
luego Mateo la tomó por un brazo y la condujo por el corredor tapizado de
globos con colores alusivos a la navidad, hacia la sala de visitas donde estaban
los familiares más cercanos.
Antes de entrar a la sala Mateo se sacó del bolsillo de su chaqueta el
hermoso anillo de esmeralda con forma de corazón, rodeado de brillantes,
montado en oro blanco, y se lo puso en el dedo a Amanda, en medio de todos
los familiares, preguntándole nuevamente si deseaba casarse con él,
seguidamente se sentaron frente al Jefe Civil de la Parroquia en la cual
habitaban, para contraer nupcias civiles convirtiéndose así, después de un
largo y tortuoso camino en marido y mujer.
Acto seguido el Juez tomó nota de los datos del acta de nacimiento del
pequeño Nicolás quedando registrado como hijo de ambos, es en ese momento
cuando el niño entregó una cajita decorada con un globo que decía “Just
married” a sujoven madre, la cual contenía una cadena de oro macizo, con una
medalla de la virgen inmaculada que tenia inscrito en el reverso “Se tu mi
madre”.
Además de los amigos y familiares que habían velado en la casa la llegada
de Amanda, un pequeño grupo de periodistas esperaban en el jardín la
culminación de la ceremonia para tomar las primeras fotos.
Tras los votos de amor pronunciados por los novios, en los que se juraron
recuperar el tiempo perdido, combatir todo aquello que pudiera separarlos, no
tener que pedirse perdón nunca, ser libres de todo prejuicio, vanidad y férreas
disciplinas, procedieron a besarse luego de que el juez de la parroquia les
repitiera que ya eran marido y mujer. Mateo cargó a Nicolás para que besara a
su madre, lo mismo hizo Matías con Sebastián y Gabriella con Gabrielita.
Al terminar la ceremonia salieron nuevamente al jardín para reunirse con el
resto de los invitados:
-Quieres jugar con el gatito-Le preguntó Nicolás a Amanda, ya mas
familiarizado
-Claro ¿Puedo abrazarlo?-Le consultó Amanda
-Pero no muy fuerte-Le advirtió Nicolás, pidiéndole nuevamente a Frank
que le buscara a Brando.
Efectivamente el abuelo del niño salió al jardín a buscar al gato que estaba
huraño al ver a tantas personas, entonces muy diligente y dando pasitos con
cierta torpeza propia de un niño de dos años, le entregó el gato a Amanda
advirtiéndole de manera repetida que:
-¡No lo apetes mucho pod favod!
Mientras tanto, afuera, la gente insistía en que quería ver a los novios, ante
lo cual el grupo familiar volvió a atravesar el corredor para pasar al jardín
principal, pero los flashes de las cámaras asustaron a los niños.
- ¿Qué pasa Teo?
Preguntaba Nicolás mientras Sebastián y Gabrielita ocultaban sus cabecitas
en los hombros de Maty y Gabriela.
-Ya por favor, intervino Frank haciendo señas a los escoltas para retirar un
poco a los periodistas
Por su parte Mateo observaba la actitud que había asumido Nicolás, tenía
una mirada retadora, no se asustó, simplemente los enfrentó y estiraba su
dedito en señal negativa como acostumbraba a hacer cuando quería establecer
límites.
-Nicolás cuál es tu mamá-Preguntó un periodista con la peor de las
intenciones
-Oye ¿Cómo se te ocurre?-Le dijo “Nacho” el papá de Amanda
-Teno dos mamis, dos papis ¿Y que mas mami?-Respondió
sorprendentemente Nicolás, apoyado por Gabriella
-Tres abuelitos, dos abuelitas y dos hermanitos-Culminó Gabriela el
planteamiento
-¡Ah y un gatito, y cuatro peditos!-Completó su planteamiento Nicolás
refiriéndose al gato Brando y a los cuatro perros guardianes incluyendo a
Bruno, lo cual hizo que todos los presentes se rieran a carcajadas.
La intervención del niño rompió el hielo, y los periodistas familiares y
amigos, no se cansaban de llamar su atención para fotografiarlo.
-Se terminó el set, por favor pueden pasar a tomar un refrigerio y
luego……
-Queremos hacer preguntas, por favor, perdonen la indiscreción del colega-
Se autocensuraron los periodistas.
-Está bien pero sin los niños-Dijo Frank, previa aprobación de los
muchachos, mientras las niñeras se llevaron a los niños y las parejas se
quedaron con el grupo de periodistas.
-¿Cuáles son sus planes en lo inmediato? ¿La familia continuará junta?¿Se
van de luna de miel?¿Donde se criaran los niños?¿Donde será la boda
religiosa?¿Mateo regresas a Utopía?-Preguntaban todos al mismo tiempo
-Agradecemos el interés brindado a nuestra familia, no tenemos planes
definidos en lo inmediato, porque debemos discutir todas las opciones,
queremos mantenernos juntos, los niños seguirán creciendo como hermanos,
“Utopía” será siempre nuestro destino final, allí está nuestro corazón, allí nos
casaremos en boda religiosa-Contestó Matías en nombre de la familia.
Los periodistas no quedaron satisfechos con las respuestas, querían
quedarse para tomar más fotos, los muchachos aceptaron pero les pidieron que
no se acercaran a los niños, que protegieran sus rostros en las fotos que les
tomaron y que no les hicieran preguntas, tampoco podían tomar fotos de las
áreas internas de la vivienda, so pena de demanda.
-Mateo sonríe por favor-Dijo una de las periodistas de una famosa revista
del corazón, que más seguimiento le hizo al caso de los chicos, tratando de
tomar una gráfica del joven protagonista de una de las historias de amor más
hermosa sobre las que ella había escrito.
Buscando entre los rostros, aquella voz que le resultaba conocida, Mateo se
volteó y le dio la sonrisa que ella tenía tiempo esperando de aquel rostro
sombrío y triste, abrumado por la melancolía que lo embargaba
Varios musicos amenizaron el evento, entre ellos el grupo que compuso un
contrapunteo para Amanda en la Hacienda.
Pero Nicolás seguía robándose todas las fotos, su seriedad, su madurez, su
don de mando, el parecido con su bisabuelo Jorge era impactante.
Morbosamente los periodistas seguían detallando los esfuerzos de Amanda
por atrapar al bebe, pero este se le escurría de los brazos, no se alejaba de ella
pero no se dejaba tocar, de hecho era muy independiente, cuando se caía en la
grama pedía servilletas para limpiarse las manos y se levantaba solo, gritaba si
lo agarraban para ayudarlo.
El pequeñín se desplazaba dando instrucciones con su dedito extendido y
disfrutaba mucho mostrándole a los demás niños sus destrezas en el manejo de
sus mascotas que al decir verdad, se aburrían de tanto amapuches (caricias,
apretones) que él les prodigaba, haciendo con los animalitos justamente lo que
él no quería que le hicieran.
Un escolta y una niñera, le hacían sombra permanentemente, el hombre
con rasgos árabes llamado Rashib, armado hasta los dientes, al que el niño
daba órdenes demostrando su gran don de mando y su niñera diurna, Nina, que
lo trataba como a un adulto.
A las tres de la tarde seguían llegando invitados que se quedaron en la casa
hasta el amanecer, estaban tomando licor en grupos dispersos por el jardín de
la mansión agrupados entre sí por iguales intereses, edad, aficiones, sexo,
profesiones, oficios, etc.
Entre el selecto grupo de amigos había hacendados, banqueros, abogados,
médicos, integrantes del club campestre, miembros de la alta sociedad
capitalina y los amigos de Mateo y Amanda quienes se distinguían por sus
atuendos hippies que recordaban la década de los sesenta, túnicas, flores,
sandalias, paz y amor y que vivan los novios.
Los gritos, la alegría, alejaban los fantasmas que atormentaban la mente de
Mateo, no había lugar para el sufrimiento, la niebla de la nada desaparecía,
hubo buen sol en el día y luz de luna en la noche hasta el amanecer.
-Tenemos un mes para organizar los bautizos y la boda eclesiástica-Dijo
Mateo
-¿En Utopía?-Preguntó Amanda
-En nuestra catarata, allí en nuestro lugar secreto nos casaremos-Respondió
Mateo besando el anillo de compromiso de su amada, el mismo que él le
entregó en esa cascada y que fue guardado por “La Nena Bustamante” durante
el encarcelamiento de Amanda.
Amanda observaba que Mateo no miraba a nadie a los ojos y no era un
tema de educación, era un problema de timidez, su tono de voz era grave y su
acento afiebrado por tanto tiempo de sufrimiento, iban a ser difíciles de
superar.
Al terminar la reunión el joven dirigió a los presentes unas breves palabras
de gratitud, luego hizo un recorrido con la vista a todos los invitados y
preguntó si había faltado alguien
Después de despedir a los invitados, las parejas pasaron a los cuartos para
verificar que los niños estuvieran en sus cunas, durmiendo, los habían bañado
con agua tibia las ropitas que usaron estaban expuestas en una mesita para que
los padres pudieran observar el estado en que habían quedado, restos de
pantano de la hierba fresca, chocolate, fresa y mantecado, se exponían en sus
variadas tonalidades.
Amanda se arrodilló ante la cuna de Nicolás y gruesas lagrimas
comenzaron a correr por sus mejillas, era la primera vez que lo veía extendido,
relajado, embojotado entre pañales y pijamas, cachetes rosadísimos, tostados
por el sol del mediodía, cabello alborotado, rubio como el de su padre, labios
gruesos y rojos (Se le había salido el chupón de la boca pero estaba tan
cansado que no se preocupó en rescatarlo).
-Pronto habrá que cambiarle esa cuna, ya no cabe en ella mi amor-Le dijo a
Mateo, secándose las lagrimas.
-Si, te estábamos esperando para que tú escogieras los nuevos muebles.
El ruido de la conversación hizo que el bebé se moviera, pero sólo insinuó
con un movimiento que quería su chupón, o sea no estaba debidamente
dormido.
-Sra. Augusta, ¿Como sabe si necesita que le cambie el pañal?-Preguntó
Amanda tratando de familiarizarse con la niñera nocturna de su hijo, una
mujer con rostro prusiano, que le había enseñado disciplina de los hábitos de
sueño, por lo cual no era muy querida por el bebé.
-Ellos avisan, se despiertan, los cambiamos y se vuelven a dormir, sin
novedad, Nicolás da un poco de lata, pero sin despertar a sus hermanitos-
Respondió la niñera.
-Mira hacia arriba, esas burbujitas son cámaras conectadas a nuestras
computadoras, en las habitaciones, es lo que llaman circuito cerrado, hay otras
cámaras más que nos indican todos los movimientos de los bebés, ahorita
Maty y Gabriella deben estar viéndonos-Le explicó Mateo a la joven madre,
para qué no se preocupara.
Efectivamente Amanda había visto en la puerta, dos escoltas con radio, se
asomó por la ventana del cuarto y había dos escoltas más abajo, estaba
impactada con tanta seguridad. Se sentía cansada pero no quería irse a dormir,
quería seguir viendo a su bebé, lo veía grande y recordaba las palabras del Dr.
Carlos Eduardo Suarez, su ginecólogo en la prisión, quien la asustaba un poco
en broma, cuando la veía comiendo en exceso, Vas a tener un monstruo de
cinco kilos, entonces le contó a Mateotodos los detalles de su embarazo,
hablaban bajito para no despertarlos, pero Gabrielita y Sebastián estaban
rendidos, solo Nicolás se movía de vez en cuando.
Seguidamente la joven se paró a detallar a Gabrielita, se dio cuenta que era
igualita a Nicolás pero en femenino, luego se dirigió a la cuna de Sebastián,
era un poema hecho niño, ojos verdes, pestañas gruesas, cabello castaño claro,
era una ternura y muy buen niño, dormía apaciblemente y se asía de una
cobijita de la que no se separaba para nada.
Nicolás se volvió a mover, preguntaba por el gatito, adoraba la mascota de
Mateo y la había adoptado como suya. Luego se volvió a dormir
3. Luz de Luna
4. Campanas de Boda
Un mes después, superada la llegada del Niño Jesús, los hoteles de lujo del
Estado Apure estaban abarrotados con invitados que arribaron de Europa,
Estados Unidos. Caracas y el Estado Táchira. La mágica e idílica “Hacienda
Utopía”, acogió el enlace nupcial entre los hermanos Mateo y Matías y sus
respectivas parejas Amanda y Gabriella, miembros de la Sociedad de
Ganaderos del Estado Apure, funcionarios gubernamentales y militares junto
al grupo de familiares y amigos (Gran número de gente joven, acompañados
de sus pequeños hijos), conformaron un entorno de ensueño en el medio de un
hermosos paisaje llanero que sirvió de marco para la decoración en el que
flores rosadas y beige engalanaban los salones principales de la mansión.
En las afueras de la casona, al aire libre, en el monumental jardín se
acondicionó un pequeño altar para ofrecer la misa.
Los novios vestían de color beige mientras las novias vistieron diseños en
el mismo color con tocados de pequeñas flores naturales, ambas llegaron al
lugar de la ceremonia religiosa del brazo de sus padres, bajo un cielo azul
radiante.
Amanda vestía un traje color beige en crudo, cuello redondo, manga tres
cuartas y un corpiño bordado con rafia e hilo de seda, la falda larga y recta con
un efecto de cascada, decorada con dos capas de tejido ligero de algodón
transparente acompañada de unas hermosas sandalias doradas sin tacón,
llevaba el cabello suelto adornado con una coronilla hecha de diminutas flores
beige, no llevaba velo.
Gabriella lució, en el marco del escenario de ensueño en el que se convirtió
el jardín de “Utopía”, una oda campestre en seda crema que la hacía parecer
una princesa de cuento medieval, el traje estaba bordado con hilos dorados
ribeteados con adornos florales, llevaba mangas cortas con delgado encaje en
los bordes, sandalias doradas con finas joyas en el empeine y una brillante y
frondosa cabellera, decorada igualmente con florecillas beige que caían en
cascada por sus ondulados rulos.
Ambos estilos se inscribían dentro una fina combinación del estilo vintage,
bajo la óptica de la línea hippie chic y o mejor conocida como bohemio chic.
Para el día más importante de su hijo, el orgulloso Frank estaba
elegantísimo con un traje color beige para armonizar con los novios, con
camisa de rayas finas en tonos beige en degrade, mientras Don Jorge apadrinó
a Matías vistiendo las mismas galas de Frank.
Las novias caminaron hacia el altar, sobre una alfombra color rosa viejo la
cual fue acolchonada con pétalos de rosa rosados, arrojados por los efusivos
invitados.
Nicolás, Gabrielita y Sebastián se encargaron de llevar los aros.
La ceremonia fue emotiva, las lagrimas no dejaron de rodar por las mejillas
de las parejas cuando se prometieron amarse en la prosperidad y en la
adversidad hecho por el cual el padre finalmente los declaró marido y mujer,
felices y enamorados de dar tan importante y anhelado paso, en presencia de
sus seres queridos.
Un esplendido banquete llanero al estilo picnic esperaba a los invitados
bajo los grandes toldos del color de la alfombra, de los manteles y del
decorado de las sillas, rodeados de adornos hechos a base de cascadas de
rosas, beige y rosadas, colocadas magistralmente bajo el lecho de inmensas
palmeras. Hermosos candelabros de bronce colocados cuidadosamente en las
mesas de madera rustica, daban el toque de glamour a la presentación.
Los invitados estaban vestidos con atuendos informales lo que facilitó que
algunos pudieran disfrutar de la grama del jardín con toda comodidad, era un
homenaje a la tierra donde se criaron los novios, los colores de la decoración
eran relajantes y hacían juego con la sonrisa de los invitados dispuestos a
divertirse.
Pamelas de paja, sombreros de pelo e guama, iban y venían en busca de
sus platos favoritos y refrescos para amainar el calor del llano.
Era una fiesta de jardín con numerosas bandejas de aperitivos bufe con
comida llanera, música criolla en vivo, partido de bolas criollas, mesas con
invitados jugando dominó quienes lograban reunirse en los diferentes brindis
que se hicieron.
La mayor parte de la reunión se desarrolló efectivamente en el magnífico
jardín privado de la hacienda, cercano a la piscina y al pequeño parque
zoológico de animales exóticos, que la convertían en una de las propiedades
más lujosas del entorno cuyo nombre era más que una filosofía de vida, era
sentimiento, sensibilidad, era la búsqueda de mejorar la calidad de vida de los
que allí laboraban y habitaban.
El Estado apureño fue escenario del evento en el que la flor y nata del
mismo, acudió a las bodas de una de las grandes dinastías ganaderas de la
zona fronteriza
Las parejas fueron víctimas de la persecución de fotógrafos amigos y
representantes de la prensa local y nacional típicas a las que los socialité están
sometidos.
Eran unas bodas salidas directamente del mejor cuento de hadas, un
escenario idílico de dos parejas profundamente enamoradas
Las tortas nupciales eran espectaculares y estaban unidas por la simulación
de una gran cascada de agua, decoradas hasta la cúpula con apetitosas fresas
sujetas por hermosos lazos rosados.
La felicidad y la dicha discurrieron entre coplas llaneras y bailes de joropo,
después de que los novios picaron la torta.
Los excepcionales invitados familiares y amigos, fueron fieles testigos de
la felicidad de los flamantes recién casados quienes fueron abandonando las
instalaciones con la caída de la noche.
Al día siguiente los novios partieron de viaje de luna de miel, Matías y
Gabriella decidieron recorrer Europa, visitar museos palacios y viejas ruinas
históricas mientras Mateo y Amanda decidieron moverse a Ibiza, a terminar de
pasar la lejana jornada que dejaron inconclusa en aquella memorable última
temporada de agitada vida.
Los niños se quedaron en Venezuela inquietos, se les hizo difícil adaptarse
a la idea de estar sin sus padres, pero era una necesidad que las jóvenes parejas
tomaran un tiempo para sí.
5. Misión de Vida
6. De Bucéfalo a Cotufa
7. Venciendo al Fantasma