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2020 - “Año del General Manuel Belgrano”

Ciudad de Buenos Aires, 16 de julio de 2020.-

Al Sr. MARIO R. FIAD


Senador Nacional
Presidente de la Comisión de Salud HSN

De mi mayor consideración:

Tengo el agrado de dirigirme a Ud. en respuesta a su nota de fecha 14 de


Julio de 2020, en relación al Proyecto de ley de fibrosis quística (Expdte. CD 98/2020) que debe ser
tratado en la Comisión de Salud, que usted preside.

Al respecto, hacemos llegar en documento adjunto los comentarios del


Ministerio de Salud, respecto de la viabilidad y posibilidades de implementación de la norma en los
términos en los que está redactada.

Sin otro particular, saludo a Ud. atentamente

Ginés Mario González García


2020 - “Año del General Manuel Belgrano”

LEYES DICTADAS POR ENFERMEDAD: ¿Por qué no?

Legislar en salud debe tener por objeto: prevenir, proteger, curar, recuperar y cuidar la salud pensando
las soluciones para las poblaciones en situación de riesgo/enfermedad así como a las persona humana
en su contexto individual.

El principio de justicia reclama la imparcialidad y la equidad en la atención de la salud y criterios


éticos en la distribución y asignación de los recursos en materia de salud.

Las normas sanitarias tienen varios objetivos específicos pero no deben ser realizadas sin tener en
cuenta como objetivo central la salud colectiva frente a la individual. Las decisiones de política deben
en todos los casos priorizar la concepción común.

Por ser la salud un bien público, el Estado tiene el deber de hacer primar la justicia distributiva,
tomando las medidas necesarias para que los ciudadanos accedan en tiempo propio a la atención de
la salud y donde las estrategias que se implementen guarden relación y simetría entre el abordaje
colectivo y el individual.

Por ello, desde nuestra concepción de salud pública las normas generales (leyes, proyectos, etc.) no
deben responder a objetivos centrados en un solo problema de salud. Sino y por el contrario, deben
tener contexto y aclarar explícitamente por qué se prioriza un tema de salud o una estrategia frente a
otra u otras, porque los recursos son finitos y limitados.

Abordar un proceso para detectar y tratar una enfermedad dentro del sistema sin una visión holística
de los recursos y problemas que se dejan de atender por esa priorización va en contra absoluta de un
sistema de salud equilibrado y justo.

Las normas dictadas y proyectadas con el fin de atender una enfermedad en particular crean una
discriminación negativa entre las personas que padecen otros problemas de salud. Asimismo si la ley,
como en este caso, no expone con claridad de dónde se obtendrán los recursos, cómo se financiarán
los tratamientos, dónde se conseguirán o suelen ser una expresión de deseos compartida por todos
pero que pone en crisis a quienes deben implementarla sin las herramientas adecuadas para ello. ¿Por
qué? La respuesta es muy clara.

Al mismo tiempo, no debe perderse de vista que no todos los enfermos ni todas las enfermedades
encuentran grupos de pacientes, ONG´S y/o patrocinadores con suficiente influencia para lograr
poner su tema en agenda. Ahora bien, lograrlo ¿implica tener un problema de salud más relevante?
¿más importante? ¿que implique una priorización de recursos explicita? Claramente no.

Un sistema de salud debe conocer y saber de qué se enferman y mueren sus ciudadanos y en función
de datos epidemiológicos, de carga de enfermedad, de decisiones racionales, priorizar las acciones y
los recursos necesarios.
2020 - “Año del General Manuel Belgrano”

Todos los problemas de salud deben tener una respuesta del sistema, pero no es posible dictar leyes
específicas para cada patología, ni se puede permitir la irracionalidad en el uso de los recursos
públicos.

La pandemia es un claro ejemplo, que pone a la Argentina bajo una crisis económica y social. En este
contexto, nos encontramos obligados a levantar la mano y llamar la atención sobre todas aquellas
estrategias que no reflejan el bien general como su axioma superior.

Los individuos necesitamos entender que el sistema de salud debe ser personalizado en la atención y
protocolizado racionalmente en el uso de sus recursos.

Deben tenerse en cuenta, en todos los casos, los beneficios que sobre la salud colectiva reporta un
tratamiento individual midiendo los resultados de esa estrategia, en el uso de los recursos, frente a
otros resultados e intervenciones sanitarias.

Los individuos debemos entender, que las soluciones en el sistema de salud deben tener la visión
colectiva asociada y armonizada con la solución individual.

Comentarios generales al proyecto en discusión:


Todos los artículos de la presente ley resultan en principio innecesarios puesto que legislan sobre
aspectos ya legislados por otras normativas lo que torna un dispendio innecesario y un posible
conflicto en la aplicación de las mismas.
Asimismo, por lo dinámico de la ciencia que imprime un ritmo muy acelerado a la incorporación de
nuevas tecnologías, esta cartera entiende que no es conveniente establecer por medio de leyes,
aspectos que están en constante proceso de evolución, porque los torna inadecuados en corto plazo.
Todas las prestaciones, que este proyecto pretende incorporar, ya se encuentran garantizadas en la
Ley de discapacidad y/o en otras leyes de aplicación general y que están vigentes.

Comentarios particulares:
Artículo 1: Las declaraciones de interés general no se corresponden con medidas sanitarias
individuales y fuera del contexto. El interés general es el de la salud, por lo que no se recomienda
escribir por el negativo.

Art. 2: la protección integral de la salud está consagrada en la CN, por lo que no resulta recomendable
reiterar esta protección explicitándola o interpretándola para cada una de las dolencias que aquejan al
ser humano. Esta protección ya está incluida con la declaración de DISCAPACIDAD.

ART 3 y ART. 4: La autoridad de aplicación se corresponde con la autoridad en salud. Es imposible


sostener en una ley que se van a incluir en la “cobertura los avances farmacológicos y tecnológicos
que resulten de aplicación” dado que la racionalidad indica que solo deben incluirse después de un
análisis concreto, aquellos tratamientos que han demostrado seguridad, calidad y eficacia y que
pueden demostrar ser una tecnología eficiente.
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Art. 5: “Cargo con carácter obligatorio las cobertura total del 100” es inadmisible jurídicamente
sostener que todo aquello que prescriba un profesional médico va a ser cubierto al 100% sin pasar
por una auditoria o un proceso de verificación de las ventajas terapéuticas, eficacia y seguridad de lo
prescripto, desvinculándolo absolutamente de las causas y/o efectos relacionados con la patología
Asimismo la cobertura de todas las prestaciones como indica el mismo artículo es de una magnitud
absolutamente desconocida y nadie puede suscribir una hipótesis desconocida pero que asegura dar
y pagar.

Art. 6 – las prestaciones se encuentran cubiertas por ley de discapacidad, y es inaceptable que una
ley prohíba “la sustitución y/o modificación” de un tratamiento cuando en el país precisamente
existen leyes para fomentar y alentar lo contrario, cuando dicha sustitución es factible, segura y
recomendable tal se haya demostrado con la evidencia y así como se establece en la Ley 25.649 de
Promoción de la utilización de medicamentos por su nombre genérico, por mencionar un ejemplo
concreto.

Art 7: Por supuesto que corresponde el certificado de discapacidad y no es necesario incluirlo en


todas las leyes.

Art. 8: La discriminación está descripta de una forma parcial e insuficiente cuando existen normas ya
sancionadas con mayor y mejor ámbito de aplicación que incluyen esta enfermedad.

Art.9. Ídem anterior

Art. 10: No define qué tipo de “apoyo” resulta obligatorio, motivo por el cual no debe permitirse el
dictado de una legislación de forma vaga e imprecisa que conduce a generar diferencias de
interpretación y recursos en la justicia.

Art 11. No hace falta una ley para establecer una campaña.

Art. 12: No puede detenerse el avance de la ciencia ni congelarse la norma a un momento histórico
determinado. Las normas deben dictarse con vocación de permanecer y no legislando aspectos que
son dinámicos y pueden ir cambiando por el avance de la ciencia.

Art. 13 y 14: No se puede hacer una incorporación indefinida de tratamientos al PMO de un modo
genérico. Máxime cuando no se da cuenta de su impacto ni de su beneficio. El programa médico
obligatorio es un conjunto de prestaciones básicas, cuya cobertura se asegura desde del Estado porque
se supone son problemas de salud relevantes, y de gran importancia en la salud pública, que han sido
analizados y que por sus características requieren ser atendidos sin excepción por cualquier sistema
de cobertura. La incorporación de coberturas de manera confusa, indefinida o genérica genera una
obligación de cubrir lo desconocido, lo que importa un riesgo elevado para los agentes del seguro de
salud.
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Esta cobertura implica decidir sobre los recursos y la aplicación de los mismos sobre el sistema
general, interviniendo de un modo indirecto en la priorización del gasto de los distintos agentes de
salud. Siempre y cuando las tecnologías a incorporar en el PMO sean “las prácticas consideradas de
alto costo, necesarias para el diagnóstico y tratamiento de patologías de baja incidencia y alto impacto
económico y social, deben ser normatizadas para asegurar el correcto uso de la tecnología y establecer
los alcances de su cobertura evitando la inadecuada utilización de dichas prácticas”. Esto lo indica la
Resolución MSAL Nº201/2002 (PMO).

Las tecnologías sanitarias y los tratamientos que se incorporen, deberán sustentarse en un análisis
sistematizado y pormenorizado que asegure la probada eficacia de todo producto o procedimiento
diagnóstico o terapéutico a financiar por el Sistema Nacional del Seguro de Salud, y se fundamente
en la medicina basada en la evidencia, respondiendo al análisis de costo-efectividad y costo-beneficio,
de modo de valorar la evidencia que respalde la incorporación.

Art. 15: Esta cuestión puede ser relevada de las historias clínicas digitales y no un registro en cada
institución que no garantiza que sean compatibles ni siquiera que dialoguen entre los diversos
sistemas. En todo caso corresponde en cabeza del Ministerio de Salud.

Art. 16: Ya existen bancos de drogas no se pueden crear para cada principio activo ni por patología,
es ineficiente e innecesario.

Art. 17: El presupuesto del Ministerio de salud es escaso, los recursos limitados no puede establecerse
esta cantidad de prestaciones ni gastos de apoyo a ONG o entidades sin la correspondiente previsión
presupuestaria y fuente de recursos que integraran la misma.

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