Está en la página 1de 20

República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

Universidad Bicentenaria de Aragua

Núcleo Puerto Ordaz

Aspectos Generales y
Teóricos de la Geopolítica

Profesor: Bachiller:

Alcides Sánchez Michell Salazar

Geopolítica y el Entorno de las Ciencias Jurídicas C.I. 28373957

Sección 1
Ciudad Guayana, 22/05/2020

Primero que todo, ¿qué es la Geopolítica?; siendo una pregunta un poco difícil de contestar por la gran
diversidad de respuestas que se pueden encontrar en un inmenso ámbito de publicaciones, posee sus
fundamentos en las obras de los autores clásicos de la geopolítica.

Según el autor Atencio (1982), en plena Primera Guerra Mundial, Rudolf Kjellén, politólogo y político
sueco, acuñó el concepto en 1916, en su obra Staten som Lifsform (El Estado como forma de vida, en
español), desarrollando ideas planteadas por Frederick Ratzel en su obra Politische Geographie, escrita en
1896. Para Kjellén, la Geopolitik es una de las cinco ramas que componen al Estado (las otras ramas son
Kratopolitik, Demopolitik, Sociopolitik y Oekopolitik), y la define de la siguiente manera: “Es la
influencia de los factores geográficos, en la más amplia acepción de la palabra, en el desarrollo político en
la vida de los pueblos y Estados”.

El artículo del profesor Rubén Cuéllar Laureano esclarece que el concepto geopolítica surge en 1916
en la obra Staten som Lifsform, de Rudolf Kjellén, y después sigue por una etapa en la que el contenido
epistemológico de la disciplina es desarrollado por Karl Haushofer. El cual, tras ser proscrito de las aulas
y de la opinión pública después de la segunda gran guerra, generó las imprecisiones actuales en su
contenido. A pesar de que algunos de sus preceptos continuaron desarrollándose en los círculos militares
y gubernamentales de diversos Estados y se crean diversas escuelas geopolíticas.

Cabe resaltar de tales puntos, es que cuando Rudolf Kjellén plantea la Geopolitik lo hace junto con las
otras cuatro ramas que componen al Estado, las cuales son: la Kratopolitik, Demopolitik, Sociopolitik y
Oekopolitik.

Lo geopolítico es lo geográfico y lo político combinado, por lo cual significa el resultado de decisiones


de organización y funcionamiento de una sociedad en la que se considero lo geográfico como limitante,
influyente y condicionante en la toma de decisiones en ese sentido. La geopolítica es capaz de permitirle
al Estado ejecutar políticas domésticas o de relaciones internacionales partiendo de las potencialidades
naturales, recursos, vías de acceso y de comunicación que puedan influir en la conexidad de los agentes y
actores involucrados en uno u otro sentido dentro de un contexto dado.
En la Edad Moderna aparecen las primeras monarquías en Francia, Inglaterra, España, como resultado
del avance de la ciencia geográfica y la evolución de las instituciones políticas, y por tanto, del
pensamiento geopolítico. De esta época, se puede mencionar a Nicolás Machiavelo (1469-1527), quien
aunque toca ocasionalmente la cuestión de la base geográfica del Estado, sus escritos sobre problemas
políticos ejercieron gran influencia en algunos precursores de la Geopolítica.

En este primer siglo de la Edad Moderna, también se dieron los viajes y exploraciones de Cristóbal
Colón, Vasco de Gama, Hernando de Magallanes, entre otros, que llevaron al descubrimiento de América,
llegar a la India, la circunnavegación del globo. Con dichas contribuciones y la literatura que dieron lugar
lógicamente surgieron nuevos avances en el conocimiento de la Geografía.

Sin embargo, es recién en la Edad Contemporánea que se inician los estudios sobre la Geografía
Política, como consecuencia de los estudios de Kant (1724-1804) en las postrimerías de la Edad Media,
quien dijo que la geografía no debía ocuparse solamente de la descripción de la naturaleza, sino que
debería ampliarse hacia los aspectos etnográficos y políticos. En los comienzos de esta época, son
mayormente los pensadores alemanes los que se ocupan de estos estudios.

No es hasta los años veinte del siglo pasado que en Alemania se establece a la Geopolítica como un
campo de estudio. Con Karl Haushofer a la cabeza de un grupo de colaboradores se forman, en la
Universidad de Münich, una serie de libros y trabajos de investigación durante veinte años, además de la
fundación del Institut für Geopolitik y de una revista en 1925, los cuales se tratan de los primeros
cimientos de la Geopolítica. No obstante, en la actualidad se desconoce el paradero y disponibilidad de
estos ejemplares, por haberse prohibido y ocultado el término ya que a estos estudios se les consideraba
íntimamente relacionados al nacional-socialismo alemán. Pero se sabe de la existencia de ellos porque
autores alemanes, refugiados y migrados en Estados Unidos, y alguno que otro autor europeo y
latinoamericano, hacen referencias directas e indirectas a dichos trabajos.

Uno de ellos, Hans Weigert, plantea una definición la cual se le atribuye a Haushofer y sus
colaboradores, en ella se dice que: “Geopolítica es la ciencia que trata de la dependencia de los hechos
políticos con relación al suelo. Se basa sobre los amplios cimientos de la geografía, en especial de la
geografía política, doctrina de la estructura espacial de los órganos políticos […] La geopolítica aspira a
proporcionar las armas para la acción política, y los principios que sirven de guía en la vida política […]
La Geopolítica debe convertirse en la conciencia geográfica del estado”. Karl Haushofer en 1939 se retira
de la academia y en 1946, después de haber sido absuelto en los juicios de Neuremberg de su relación con
el nazismo, postula que “[…] la Geopolitik tiene el objetivo de evitar los conflictos como el de 1914-
1918, a través del mutuo conocimiento y desarrollo”, en su trabajo Defence of German Geopolitics. Una
vez concluida la segunda gran guerra, existió una proliferación de las escuelas geopolíticas. El primer
autor que en publicar un texto de geopolítica, distanciado de la geopolítica alemana, fue el geógrafo
francés Jacques Ancel con su obra Geopolitique en 1936, que dicha publicación no causó gran impacto.
“En Geopolitique, Ancel aborda los aspectos que hasta ese momento trataba la Geopolitik alemana,
gracias a las aportaciones de Ratzel, Maull, Haushofer y la Zeitschrift für Geopolitik, hace una revisión de
la historia de la frontière y su relación con el espacio, así como diversos aspectos del concepto de nation,
ambos términos típicos de la Geopolitik”.

Los primeros años de la década de los años veinte del siglo XX fueron cruciales para el desarrollo de
este campo de estudio en Alemania ya que, por un lado, desde la Universidad de Münich, Haushofer
formó un grupo de colaboradores con los que estableció los primeros cimientos de la Geopolítica y fundó,
en diciembre de 1923, junto con su colega Ernst Obst, Zeitschrift für Geopolitik (Revista de Geopolítica);
por otra parte, desde la cárcel de Landsberg, en Baviera, Adolf Hitler escribió Mein Kampf (1925), obra
que se convirtió en el dogma del pensamiento nazi.

Prácticamente desde su ingreso como docente de la Universidad de Münich, Karl Haushofer integró
diversos postulados que, a su juicio, formaban parte de la Geopolitik en innumerables libros y trabajos de
investigación publicados durante los 20 años que duró su vida académica, misma que abarcó de 1919, año
en que ingresó al recinto universitario, a 1939, cuando se retiró de él. Lo que se sabe de su obra original
se lo debemos a autores alemanes que publicaron libros y colaboraciones sobre el profesor Haushofer en
tiempos de la Segunda Guerra Mundial y después de ella, en calidad de refugiados y migrantes en Estados
Unidos, y de referencias que hicieron de su obra algunos pioneros europeos y latinoamericanos, ya que en
el Viejo Continente el concepto Geopolitik y todo aquello que estuviera relacionado con el término fue
proscrito de las aulas y de la opinión pública, dando inicio a la estigmatización de la Geopolítica.
Al profesor Haushofer se le atribuyen diversas definiciones del término Geopolitik, pero en realidad
son muchos los aspectos que presentó en sus trabajos publicados en la Zeitschrift für Geopolitik, en una
serie de libros y colaboraciones. Una definición publicada en la revista y atribuida al profesor y sus
colaboradores fue descrita por el politólogo estadounidense de origen alemán, Hans Weigert (1942):

“Geopolítica es la ciencia que trata de la dependencia de los hechos políticos conrelación al suelo. Se
basa sobre los amplios cimientos de la geografía, en especial de la geografía política, doctrina de la
estructura espacial de los organismos políticos (…) La geopolítica aspira a proporcionar las armas para la
acción política, y los principios que sirven de guía en la vida política (…) La Geopolítica debe convertirse
en la conciencia geográfica del Estado.”

El mismo Weigert afirma que Haushofer calificó a la Geopolitik como “(…) la base científica del arte
de la actuación política en la lucha a vida o muerte de los organismos estatales por el espacio vital
(Lebensraum)”. Sin embargo, tal vez el mismo Haushofer fue cauto al no ceñir este campo en
construcción a la rigidez de una definición, pero entusiasta en la reflexión sobre su significado y
contenido, para él de carácter “científico”, que la institucionalizó al fundar, además de la revista, el
Institut für Geopolitik en 1925;10 en su labor lo acompañó un grupo de profesores, todos ellos geógrafos
alemanes, para desarrollar este nuevo campo de estudios: Ernst Obst, Herman Lautensach y Otto Maull

Esta definición es la más fiel a los ideales, premisas y conceptos básicos de la Geopolitik por su
proximidad en el tiempo a los postulados originales, además de que ofrece una serie de indicios de su
contenido disciplinario. Mein Kampf fue escrita en 1924 y publicada en 1925 por Adolf Hitler durante su
encierro en la prisión de Landsberg, donde conoció al profesor Haushofer y su pensamiento geopolítico.
En el capítulo XIV (1925), Hitler pretendió fincar las bases geopolíticas doctrinales de la Alemania del III
Reich:

“(...) La única conclusión que debemos sacar del pasado, es la de orientar nuestra acción política en un
doble sentido: el suelo como objetivo de nuestra política exterior y un nuevo fundamento unitario
ideológicamente consolidado, como finalidad de política interna (…)”, reza una de las frases convertidas
en doctrina nazi de geopolítica. Sin embargo, el mismo Haushofer, en un último trabajo escrito en 1946 y
publicado de manera póstuma, afirma que se negó a revisar Mein Kempf porque nada tenía que ver con la
Geopolitik, y que ésta fue sólo un conjunto de lemas y frases aisladas mal comprendidas por el régimen
nazi.

A principios de la década de los años treinta del siglo XX, la Geopolitik alcanzó un nivel
epistemológico básico, pero suficiente para la Alemania nazi. Sobre tales bases de la Geopolitik de
Haushofer, aún en su fase temprana de construcción, el régimen edificó su Geopolitik,* pilar de sus
objetivos de dominación mundial.

En enero de 1933 Hitler asumió todos los poderes políticos en Alemania e instauró su gobierno. En ese
momento tomó forma doctrinal y operativa la primera escuela geopolítica, la de la Alemania nazi,
utilizando los conocimientos desarrollados hasta entonces por la Geopolitik para convertirlos en
mecanismo del Estado nazi. Por ejemplo, el concepto de Lebensraum, en el sentido ratzeliano, estaba
vinculado con el territorio del Estado (Politisheraum), sin especulación alguna sobre el expansionismo,
como sí lo fue para la Geopolitik* nazi. Hitler mencionó de manera reiterada el concepto de Lebensraum
en sus discursos políticos, antes de ascender al poder y, con más frecuencia, durante su gobierno.
Asimismo, el vocablo Raumsgefühl (sentido del espacio) que Haushofer señalaba como catalizador del
desarrollo y la ampliación de las fronteras en la historia de los pueblos, fue reinterpretado por la Alemania
nazi para “(...) lanzarlo al mundo como catapulta de las reivindicaciones naturales alemanas”.

Desde entonces, la Geopolitik se perfilaba como uno de los pilares del III Reich, que inculpó a la
Geopolitik haushoferiana, condenándola al rechazo generalizado y al estigma que aún pesa sobre ella. En
1936 el partido nazi definió la Geopolitik de la siguiente forma:

“Es la ciencia de los fundamentos territoriales y raciales que determinan el desarrollo de los pueblos y
de los Estados”.

Obsérvese el sesgo ideológico de la definición. Esta perspectiva de la geopolítica dominó en la época


de la Alemania nazi que, aunado al ejercicio del poder total de Hitler, emprendió el exterminio de las
minorías y la expansión territorial. La Geopolitik, entonces, fue llevada al campo de la estrategia y
convertida en doctrina de dominación mundial del Estado alemán. Sobre este aspecto, Yves Lacoste
(1976) señala lo siguiente:

“(…) Cabría incluso preguntarse si la doctrina del Führer no estuvo inspirada en gran parte por los
razonamientos de Haushofer, tan estrechas fueron sus relaciones, en especial a partir de 1923-24, en la
época en que Adolf Hitler escribía Mein Kampf en la cárcel de Munich (…). Haushofer se retiró de la
academia en 1939, y después de la derrota de Alemania en 1945, fue sometido a juicio en Nuremberg por
su vinculación con el régimen nazi, pero fue absuelto. En 1946 publicó Defence of German Geopolitics,
23 obra en la que reivindicaba la Geopolitik como campo de estudio alejado de la interpretación nazi, y
explicaba que su relación con Hitler fue fortuita gracias a su amigo común, Rudolf Hess, pero que
siempre se mantuvo al margen de aquél, de sus ideas y sus ofensivas contra los países europeos. En este
último trabajo Haushofer sostuvo que la Geopolitik tenía el objetivo de evitar conflictos como el de 1914-
1918, a través del mutuo conocimiento y desarrollo.

Fenómeno Geopolítico

De acuerdo con lo señalado hasta ahora, y para ponerlo en términos sencillos, un fenómeno
geopolítico es al mismo tiempo un fenómeno geográfico y un fenómeno político. Es geográfico en tanto
tiene una expresión espacial y es político porque revela relaciones de fuerza y relaciones de poder y
dominación. Dominar (someter, sojuzgar, subyugar) implica, precisamente, emplear el poder, entendido
este último como la capacidad que tiene un individuo de hacer, pero, ante todo, la capacidad que tiene de
influir sobre la conducta o los sentimientos de otros individuos (R. Aron: Paz e Guerra entre as Nações;
cf. Costa, 1992:174). “En la medida en que esas relaciones implican desigualdad, constituyen el cimiento
de las estructuras de dominación presentes en las diversas situaciones y procesos sociales” (Ramos, 1993:
25).

Como la acción de dominar no es estática, sino que es dinámica y cambiante, toda vez que implica
lucha, se propone la siguiente definición: un fenómeno geopolítico es la manifestación de la lucha entre
grupos humanos traducida en la disputa, pelea, combate o guerra por el predominio (preponderancia,
preeminencia, superioridad, influencia) sobre la totalidad o una porción del espacio geográfico.
Esto quiere decir, por ejemplo, que una alianza geopolítica sería la unión de dos o más grupos
humanos para luchar por su preeminencia sobre una porción del espacio geográfico. De igual modo se
puede aplicar para definir el fenómeno intereses geopolíticos, el cual se podría entender como el conjunto
de hombres, bienes y riquezas localizados en determinado espacio geográfico, que provocan que un grupo
humano luche contra otros grupos, para mantener su influencia sobre ellos. La expresión valor geopolítico
haría referencia a la importancia que para la lucha que libra un grupo humano, por mantener su
superioridad, tendría una porción del espacio geográfico.

La definición que se ha propuesto puede ser entendida mejor si se analiza cada uno de los elementos
que la integran. Se tiene entonces:

La lucha:

La lucha puede presentar diferentes grados de intensidad asimilables a las categorías indicadas en la
definición que de fenómeno geopolítico se ha dado y tendría como máxima expresión a la guerra, definida
como "...una lucha armada y sangrienta entre agrupaciones organizadas" (Bouthoul, 1971:35). Para
Kjellén (según Vicens-Vives, 1972: 49), "... no había terreno experimental más apropiado para estudiar
los fenómenos geopolíticos que el de la guerra". La lucha también puede darse mediante la utilización de
instrumentos jurídicos, estrategias económicas o medios de comunicación. Incluso, se ha hecho común
referirse a guerra jurídica, guerra económica o guerra comunicacional, con lo cual, cualquiera de estas
expresiones puede interpretarse como la continuación de la guerra por otros medios (Grapin y Pinatel,
1978).

El objetivo clausewitziano de la guerra, como es, obligar al adversario a ejecutar nuestra voluntad, se
cumple también por medios no violentos. Pero, ¿por qué se lucha? Si se le hace a alguien esta pregunta, lo
más seguro es que diga que se lucha para sobrevivir, porque la vida es una lucha. Schoeck (1981), al
desarrollar el concepto de lucha, menciona a Heráclito (540-475 a.c.), para quien la lucha -la guerra según
cita de Cappelletti (1969:107)- es el padre de todas las cosas. En la vida diaria se puede observar: se lucha
contra alguien, en algún tiempo y en algún espacio. La concepción darwiniana que de la vida tenía Ratzel,
por ejemplo, está caracterizada por la eterna batalla de los pueblos y el inevitable sufrimiento de estos,
sumergidos en una lucha política por obtener el máximo poder (Kost, 1989). Para Hobbes (1588-1679), el
afán de lucha se origina en la competencia.

Él lo resume en las siguientes palabras:

“La pugna de riquezas, placeres, honores u otras formas de poder, inclina a la lucha, a la enemistad y
la guerra. Porque el medio que un competidor utiliza para la consecución de sus deseos es matar y
sojuzgar, suplantar o repeler a otro” (1994: 80).”

Los grupos humanos:

Los grupos humanos viene a ser la serie de conjuntos en que puede ser dividida la sociedad o la
humanidad toda, con base en diferentes criterios o variables. En principio se puede decir que un grupo
humano es “un conjunto de individuos que poseen una o varias características comunes” (Meynaud, 1962:
8), que los hace ser diferentes a otros. Pero además de esas características comunes, los individuos tienen
intereses comunes. Y esos intereses son los que los llevan a identificarse entre sí y a actuar de manera
conjunta y solidaria. Un ser humano puede formar parte de uno o varios grupos de manera simultánea, por
lo que tendrá intereses diferentes según cada grupo. Las características de una persona pueden variar a lo
largo del tiempo y por lo tanto sus intereses también, de ahí que, puede formar parte de diferentes grupos
a lo largo del tiempo.

La contraposición de intereses es lo que luego da lugar a los conflictos. En tal sentido, Schoeck
(1981:141) es claro al establecer que un conflicto "...es toda rivalidad, posible o realmente existente, que
por regla general se da entre dos posiciones perfectamente determinables, posiciones que pueden estar
ocupadas por individuos o por grupos de todas las magnitudes".

La humanidad está conformada por todos aquellos que pertenecen al género humano y todos en
conjunto –o la mayoría– tienen unos intereses comunes que pueden estar referidos a la necesidad de
sobrevivir y luchar contra las amenazas al medio ambiente (deterioro de capa de ozono y el calentamiento
de la Tierra) o contra el terrorismo (particularmente a partir del 11 de septiembre de 2001). Esa misma
humanidad puede a su vez ser dividida en países, en tanto que los habitantes de cada país (Estado) tienen
unas características raciales, religiosas, socioeconómicas, entre otras., que los hacen ser diferentes y
compartir intereses particulares.

Por eso se habla, por ejemplo, de los intereses nacionales, como aquellos que son comunes a los
miembros de una nación o Estado. Sin embargo, esos intereses comunes dejan de serlo al momento en
que comienzan a aparecer las características e intereses de grupos específicos en el seno de una sociedad,
que puede ser perfectamente multirracial, multireligiosa, multilinguística y con acentuadas diferencias
socioeconómicas.

El siguiente elemento que forma parte del concepto de fenómeno geopolítico es el espacio geográfico.
De la manera más sencilla el espacio es aquello en lo cual existen y se mueven todos los objetos (Hornby,
1974). El espacio puede ser el planeta Tierra o una porción de ella. También es posible referirse al
espacio como la biosfera (dividida en geosfera, hidrosfera y atmósfera), sobre la cual actúa el hombre
organizado en sociedad y la modifica, para producir la tecnosfera o esfera de lo material (Ward y Dubos,
1972).

Eso quiere decir que en el espacio geográfico se integran tanto la naturaleza como la sociedad. Esta
idea -la cual resulta suficiente para el propósito de este ensayo- la desarrolla muy bien Santos (1985: 1), al
escribir: “La economía está en el espacio, así como el espacio está en la economía. Lo mismo se da con lo
político-institucional y con lo cultural-ideológico. Eso quiere decir que la esencia del espacio es social. En
ese caso, el espacio no está formado apenas por las cosas, los objetos geográficos, naturales y artificiales,
cuyo conjunto nos da la naturaleza. El espacio es todo eso más la sociedad: cada fracción de la naturaleza
abriga una fracción de la sociedad actual”.

Una vez analizados los tres elementos que conforman el concepto de fenómeno geopolítico se pasa
ahora a relacionarlos. Para ello se hace uso del siguiente silogismo: La lucha es el resultado de las
relaciones entre grupos humanos; los grupos humanos forman parte del espacio geográfico; luego, la
lucha forma parte del espacio geográfico.
La clave para comprender este silogismo está en que el espacio geográfico es limitado y por lo tanto es
finito. Como es finito, puede resultar escaso, cada día más escaso, debido al acelerado crecimiento
demográfico, al agotamiento de los recursos naturales y al deterioro del ambiente. El desarrollo científico-
tecnológico, a pesar de que puede hacer más eficaz el uso del espacio geográfico, también contribuye a su
deterioro. De ahí que, los grupos humanos luchan entre sí por el predominio sobre la totalidad o una
porción del espacio geográfico.

Por eso, ya en 1944, R. Peattie (Look to the Frontiers. A Geography for the Peace Table) se refirió a
que la geopolítica había aparecido como una respuesta a las desigualdades de la repartición de los
recursos mundiales (Antonsich, 1995).

Por lo tanto, si se está de acuerdo con Santos (1991), en el sentido de que la vida del hombre es un
proceso de creación de espacio, se puede agregar que si durante su vida el hombre esencialmente lucha
contra otros hombres, la creación de espacio es, fundamentalmente, generación de fenómenos
geopolíticos. El análisis que se haga de cualquier porción del espacio geográfico debe revelar la
existencia de fenómenos geopolíticos.

Ahora se puede finalmente intentar la explicación del origen, la dimensión y la repercusión espacial de
este tipo de fenómeno. El origen tiene que ver con el acontecimiento o proceso que da lugar al
surgimiento de la lucha entre grupos humanos por el predominio sobre un espacio geográfico
determinado. La dimensión, por su parte, se relaciona con la extensión espacial (representable sobre un
mapa) que adquiere el fenómeno geopolítico como tal. Puede que tenga, como ya lo señaló Lacoste, una
dimensión planetaria o una dimensión aldeana. La repercusión espacial viene a ser el impacto que sobre
otros espacios tiene o puede llegar a tener un determinado fenómeno geopolítico.

Este último aspecto se inscribe dentro del contexto de la globalización, entendida como “... el
forjamiento de una multiplicidad de vínculos e interconexiones entre los Estados y las sociedades que han
construido el sistema mundial moderno y los procesos por los cuales los eventos, decisiones y actividades
de una parte del mundo pueden llegar a tener consecuencias significativas para individuos y comunidades
en partes distantes del globo” (McGrew: The Third World in the New Global Order; citado por Brown,
1996: 171).

Un fenómeno geopolítico puede tener su origen en un hecho natural, como puede ser la cantidad de
agua que precipita anualmente sobre una región. Si esa cantidad de agua resulta insuficiente para
satisfacer los requerimientos de los diferentes grupos humanos que habitan en dicha región, esto puede
llegar a traducirse en tensiones y conflictos (Drake, 1996).

En la lucha por el acceso a las fuentes de agua, en el seno de un Estado, puede que participen grupos
humanos pertenecientes a diferentes etnias o a diferentes organizaciones empresariales. La lucha puede
ampliar su dimensión espacial si en la misma se involucran grupos humanos localizados en el territorio de
un Estado fronterizo, como pueden ser grupos guerrilleros, partidos políticos y grupos ecologistas.

Si el conflicto se agudiza y se llega al uso de la violencia, es posible que se afecten las normales
actividades de exploración y explotación de alguna materia prima estratégica localizada en el espacio
geográfico objeto de la disputa, con lo cual se vería afectada la producción industrial de una empresa
ubicada en el territorio de un tercer Estado, que tal vez se halla en otro continente. Desde la perspectiva
de cualquiera de los grupos identificados como partícipes en la lucha, puede ser que se hable de sus
intereses geopolíticos, su alianza geopolítica o sus amenazas geopolíticas. Cada una de estas tres últimas
expresiones representa un tipo de fenómeno geopolítico.

Un fenómeno geopolítico también puede tener su origen en la tecnología. Si como resultado del apoyo
que el gobierno (grupo humano) de un pequeño país (conjunto de grupos humanos) le haya dado al sector
tecnológico (grupo humano), el segundo logra desarrollar una tecnología propia, que le permita producir
armamento militar y rubros agrícolas, que le aseguren su auto- abastecimiento –y por lo tanto una mayor
independencia–, eso puede provocar un conflicto con los países (conjuntos de grupos humanos) que
anteriormente lo abastecían de dichos productos. Se entabla luego una lucha que puede pasar de una
simple disputa (guerra comercial), a una guerra bélica en el mejor sentido de la palabra.
La dimensión de esa lucha puede comprender inicialmente el territorio del pequeño país, pero la
misma se puede ampliar hacia el territorio de países vecinos, o impactar sobre otro país, ubicado en otro
continente. A propósito de esto, el científico hindú A. P. J. Abdul Kalam, tal vez inocentemente, hizo un
llamado para que la tecnología no llegase a ser un peón en manos de la geopolítica y lamentó que, en el
mundo actual, tanto la tecnología como el comercio hayan llegado a ser instrumentos para sanciones,
embargos y restricciones (The Indian Express, 6 de enero de 1999;

Un tercer caso puede ser el de un fenómeno geopolítico cuyo origen esté en un hecho poblacional
(Giblin, 1993). La inmigración de nacionales de un país al interior de otro país, puede traducirse en una
lucha por el control de ciertos espacios. En esos espacios se pueden generar disputas por el control de las
actividades económicas y por el acceso a los servicios, lo cual contribuye a que los pobladores del país
receptor adopten actitudes hostiles y conformen una opinión pública que puede, al momento en que se
celebren elecciones, favorecer a determinada organización política.

La conquista del poder nacional por una organización política puede llegar a significar un cambio en el
equilibrio geopolítico de una región subcontinental, lo cual puede provocar reacciones adversas en un país
que tenga el calificativo de potencia mundial.

Escuelas geopolíticas

Al termino de la guerra, en Europa todo aquello que tuviera que estuviera relacionado con el régimen
nazi, como lo fue la Geopolitik* hitleriana y de paso la haushoferiana, fue proscrito de las aulas y de la
opinión pública, dando inicio a la estigmatización de la Geopolítica. En realidad esto comenzó con las
acusaciones de “eminencia gris de Hitler” o “jefe del espionaje mundial nazi”, que la prensa anglosajona
divulgaba respecto al general alemán; en abril de 1939, el Daily Express lo acusaba como el instigador de
la guerra de Hitler, y en noviembre de ese mismo año la revista Life describía a Haushofer como “gurú de
la geopolítica”; 26 en el verano de 1941 The Reader’s Digest publicó “los mil científicos que hay detrás
de Hitler”, atribuyendo al profesor Haushofer ser el líder intelectual de todos ellos.
No obstante, muchas décadas han transcurrido desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y la
proscripción de la Geopolitik, y aún persisten esos estigmas inconvenientes para su estudio, que
intencionalmente han encubierto o se han reservado para sí los posibles avances epistémicos alcanzados
por Karl Haushofer, sobre todo aquellos que, orientados hacia su aplicación, alcanzó la Alemania nazi. En
este sentido, la Geopolitik* se convirtió en una corriente de pensamiento y práctica geopolítica, que
recuperaba y reinterpretaba los preceptos haushoferianos para sus fines específicos.

A partir de ese momento, se produjeron reacciones contra la Geopolitik*. Esto propició que
proliferaran nuevas perspectivas de estudio geopolítico, con bases innovadoras, de cuño propio,
pretendiendo distanciarse de los preceptos geopolíticos (se confundían ambas Geopolitik), pero
recurriendo al estudio y análisis de sus bases epistemológicas y doctrinales para contrarrestarlos en el
terreno de la guerra. Jean Gottman refiere a los efectos de admiración que provocó la Geopolitik* llevada
a la práctica:

“Como sucede a menudo con un gran diseño en sus inicios, la expansión alemana comienza por el
éxito rotundo, que impresionó al mundo. La propaganda que rodeaba la Geopolitik hizo algunos creer que
estos éxitos se debieron a la fuerza casi mágica de la nueva ciencia. Los editores aliados dedicaron a la
Geopolitik una biblioteca entera, a veces mezclada con textos con verdadero acento de admiración.”

Pero estos planteamientos geopolíticos fundaron nuevos flujos interpretativos y doctrinales que se
alejaron de las ideas originales, sin reflexionar sobre las aportaciones cognitivas tanto de la Geopolitik
haushoferiana como de la Geopolitik* nazi. Fue como reconstruir el edifico de la Geopolítica en otro
lugar y con otros cimientos, pero manteniendo el cascarón del concepto.

El primer europeo en publicar una versión no alemana de la Geopolitik fue el geógrafo francés Jacques
Ancel en 1936, con su obra Geopolitique, aunque este esfuerzo no tuvo resonancia en su país natal. Para
este geógrafo, la Geopolitik es un campo de estudios en Alemania con apariencia científica y un
“neologismo pedante”.
En Geopolitique, Ancel aborda los aspectos que hasta ese momento trataba la Geopolitik alemana,
gracias a las aportaciones de Ratzel, Maull, Haushofer y la Zeitschrift für Geopolitik, hace una revisión de
la historia de la frontière y su relación con el espacio, así como diversos aspectos del concepto de nation,
ambos términos típicos de la Geopolitik. Poco después, en Estados Unidos, y gracias a los trabajos de
geógrafos alemanes refugiados en aquel país, desde 1941 se escribieron y publicaron obras relacionadas
con el pensamiento de Haushofer y con la Geopolitik, información que las cúpulas políticas y militares
estadounidenses utilizaron para comprender los fundamentos geopolíticos del proyecto nazi.

Sin embargo, desde 1926, la Escuela Politécnica de Rio de Janeiro fue tal vez la primera institución
latinoamericana que se incorporó al estudio de la Geopolitik, y la primera obra se publicó en 1933,
titulada Problemas do Brasil. Estrutura geopolítica. O espaço, escrita por el profesor Everardo
Backheuser, siendo por ello el primer eslabón de la escuela geopolítica no europea en el mundo.

En Japón, en 1925 se tradujo al japonés la obra de Kjellén, y comenzó el estudio de la Geopolítica en


la Universidad de Tokio. Un caso destacado de la génesis de la escuela geopolítica estadounidense es el
alemán Hans W. Weigert, refugiado en Estados Unidos desde 1938, año en el que se incorporó como
docente al Trinity College en Chicago; en 1942 publicó su obra Generals and Geographers: The Twilight
of Geopolitics, básico en el estudio de este campo de estudios de los principales planteamientos del
general Haushofer y para la creación de la escuela geopolítica estadounidense.

En esta obra magna del estudio de la Geopolítica, Weigert describe los conceptos y las ideas centrales
de los autores clásicos, además de que reconoce la genialidad de Karl Haushofer como el artífice de los
principales postulados de este campo, y lo exime de toda responsabilidad por el uso que la Alemania nazi
hizo de sus postulados. Robert Strausz-Hupé, geopolitólogo estadounidense de origen austriaco, publicó
en 1942 su libro Geopolitics: The Struggle for Space and Power, en el cual señaló lo siguiente:

“Las enseñanzas de este estudio les permitía definir una política y practicar el arte del gobierno como
un estratega domina el arte de la guerra. Así, la geografía es la materia prima a la que el hombre de
Estado con talento da forma para ejercer su arte (...). La geografía es el factor que menos varía de todos
los que entran en la elaboración de una política (...) las ambiciones dinásticas que hicieron la historia de
Europa pasaron a ser anacrónicas en una generación (...) los movimientos revolucionarios (...) que
barrieron el mundo se fueron olvidando con el paso del tiempo (...) pero los contornos de las tierras, las
llanuras, las montañas, los océanos y los valles permanecen siendo sustancialmente los mismos. Y los
conflictos entre Estados cuyas causas son de orden geográfico se prolongan mucho más allá que otros
antagonismos internacionales.”

Esta especie de definición observa, en su primera parte, una cercanía en sus variables con el sentido
clásico de la Geopolitik como guía del estadista, basado en el conocimiento geográfico, para las
decisiones políticas y para conducir los hilos del Estado. Strausz-Hupé, sin comprometerse con una
definición, sostiene que Geopolitics nos dice cómo es el poder y cómo se usa, y con una perspectiva más
bien política,36 estudió las ideas de Haushofer. Strausz-Hupé fue mentor de varios universitarios que
alcanzaron los más altos cargos en el gobierno de Estados Unidos en la posguerra.

Obviamente, el pensamiento geopolítico estadounidense tiene antecedentes que se adhieren y


confluyen en el cuerpo conceptual y teórico de la escuela formada en los primeros años de la Segunda
Guerra Mundial. Por ejemplo, James Monroe, presidente de Estados Unidos, que en diciembre de 1823
pronunciara ante el Congreso de su país su famosa doctrina que lleva su apellido, fue considerado por
Haushofer como el primer geopolítico y su doctrina el primer esquema geopolítico del mundo, aunque
existen otros más como el Destino Manifiesto (1840), el Corolario Roosevelt (1905), los 14 Puntos de
Wilson (1918) y otros precedentes que forman parte del pensamiento geopolítico estadounidense.

Es importante señalar que autores como Ellen Churchill Sample, Ellsworth Huntington, Isaiah
Bowman y Derwent Whittlesey, en su tiempo geógrafos reconocidos, son los referentes inmediatos de la
escuela geopolítica estadounidense, fundamentales incluso para el estudio de la Geopolítica como campo
de estudio. Todos ellos merecen un lugar preponderante en los estudios geopolíticos en Estados Unidos y
el mundo.

Por ejemplo, Nicholas Spykman, geógrafo estadounidense de origen holandés, en su obra America
Strategy in World Politics (1942), hizo aportaciones importantes a la formación del pensamiento
geopolítico estadounidense, siendo el más influyente en las esferas gubernamentales. Pierre Gallois
distingue al menos tres significados que Spykman da al término Geopolítica:
1) asociadacon la escuela histórico-filosófica del III Reich;

2) sinónimo de geografía política;

y 3) como estudio y planificación de una política de seguridad.

Spykman, quien estudió los preceptos geopolíticos de Haushofer, definió la geopolítica como “el
planteamiento de la política de seguridad de un Estado, en términos de sus factores geográficos”, idea que
está orientada a la política de seguridad del Estado, y que cimentó el pensamiento geopolítico
estadounidense con esa perspectiva.

El geopolitólogo estadounidense vislumbró a Estados Unidos como potencia hegemónica mundial, con
poder suficiente para imponer su ley tanto al interior como al exterior, que garantizara su protección y
defensa ante las amenazas del enemigo comunista de la posguerra. Para Spykman el objetivo central de la
política exterior de Estados Unidos debía ser la preservación de la integridad territorial y la independencia
política, y sugirió formularla sobre los criterios de su posición geográfica en el mundo y de poder político
que garantizaran la supervivencia del Estado y de la nación estadounidense.

Sus postulados fueron decisivos en la formulación de la Doctrina de Seguridad Nacional (marzo de


1947) de Estados Unidos. Con el argumento de la amenaza comunista sobre el Continente Americano, el
gobierno estadounidense emprendió una serie de medidas políticas, militares y económicas tendientes a
controlar América Latina, su zona de influencia, y establecer un perímetro de seguridad insular y
marítima.

Una de estas acciones fue la creación en 1946 de la Escuela de las Américas, ubicada en Panamá, con
la finalidad de convertir a las fuerzas armadas de los países latinoamericanos en instrumentos de control
al interior de cada uno de ellos, en el contexto de la Guerra Fría, y fortalecer así la seguridad hemisférica.
Como colofón de esta tendencia geopolítica estadounidense, está Politics Beetwen Nations. The Struggle
for Power and Peace, de Hans Morgenthau (1948), obra que aún requiere de un estudio minucioso sobre
las similitudes entre sus conceptos y los de la Geopolitik (incluso de la Geopolitics en formación), y que
exhibe el estigma negativo que pesó sobre ella en la opinión pública estadounidense durante los años de la
guerra, definiéndola de la siguiente manera:
“(…) una pseudociencia que eleva el factor geográfico hasta un absoluto que se supone determinante
del poder y, por consiguiente, del destino de las naciones (…)”. Es una noción que se suma a la tendencia
de rechazo público que dominó en Estados Unidos el pensamiento estratégico y político en la posguerra,
aunque en los círculos gubernamentales y militares estadounidenses continuó cultivando su estudio y su
potencial aplicativo.

El fin de la Guerra Fría propició una nueva reflexión sobre la Geopolítica, su significado y su rol en la
historia del siglo XX. En la actualidad se reconfiguran nuevos prismas de estudio de la geopolítica que
han propiciado nuevas propuestas de enfoque como Critical Geopolitics, Modern Geopolitics, Posmodern
Geopolitics, Contemporary Geopolitics, Nueva Geopolítica, Geopolítica del caos o Geopolítica de la
complejidad. También se encuentran muchos esfuerzos de análisis que intentan explicar la dinámica
mundial con un enfoque geopolítico. No obstante, no olvidemos que, en virtud de su origen y evolución
como campo de estudio disciplinario, la Geopolítica encuentra sus raíces y bases epistemológicas en los
autores clásicos de fines del siglo XIX y principios del XX y, sobre todo, en la Geopolitik.

Algunos aportes son aludidos según Giudice (2005) suponen:

James Fairgrieve, también geógrafo inglés y discípulo de Mackinder, construyó un mundo más
avanzado: un mundo de «Zonas de Presión» (1915) también consideradas «Crush Zones», zona que se
ubicaría entre el Heartland Moscú-Alemania-Tokio. En la Guerra Fría se formaron Suecia, Finlandia (en
el Norte) y Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Suiza, Afganistán, Korea del sur y Taiwán, como estados
pequeños que separaban las grandes potencias. Nepal fue creada para separar a China de la India. Pakistán
y Bangladesh debilitaron a la India en los flancos este y oeste.

Siguiendo, Nicolás Spykman. Norteamericano, creó el “Realismo Político”, es decir, negociar


reconociendo territorios ajenos y propios. Consideró que las regiones pivote de Makinder habían entrado
en decadencia hacia 1945 y propuso el poder los países con «Doble Frente», es decir países bimarítimos,
que ponen en contacto el centro de los continentes con los mares, en sus bordes este, oeste, norte y sur. Se
creó la teoría de «RIMLAND» o Teoría de la Circunnavegación.
Por último, Samuel Cohen. Norteamericano, entre 1982 y 1991, Cohen, ex Presidente de la Asociación
de Geógrafos de su país, creó una teoría apropiada a la post-guerra fría (1990 hasta nuestros días). Cohen
consideró una Teoría de la Jerarquía de los Espacios del globo terrestre. El primer lugar en la jerarquía lo
ocupan las rutas comerciales marítimas de mayor frecuencia de navegación. El segundo lugar es ocupado
por las rutas terrestres de comercio intraeuropeo, desde Madrid hasta Estocolmo y Rusia, y desde Venecia
y Ámsterdam hacia el Mar Negro.

De acuerdo a la teoría de poder terrestre (Mackinder);

Sir Halford John Mackinder, profesor de Geopolítica de la universidad de Oxford y el más destacado
Geopolítico inglés expresó su pensamiento en una conferencia dictada ante la Real Sociedad Geográfica
de Londres el 23 de enero de 1904, bajo el título “El pivote geográfico de la historia”. El pensamiento de
Mackinder citado por Ibañez (2012) con relación al pivote geográfico, contenido en la citada conferencia,
lo expresó así:

“...A medida que consideramos esta rápida revisión de las más importantes corrientes históricas, ¿no se
hace evidente una cierta persistencia en la relación geográfica? ¿no es la región pivote de la política
mundial esa extensa zona de Urasia que es inaccesible a los buques, pero que antiguamente estaba abierta
a los jinetes nómadas, y esta hoy a punto de ser cubierta por una red de ferrocarriles? Han existido y
existen en esa zona las condiciones de una movilidad de poder militar y económico que tiene un carácter
trascendente y sin embargo limitado. Rusia reemplaza al Imperio Mogol. Su presión sobre Finlandia,
Escandinavia, Polonia, Turquía, Persia, La India y la China reemplaza a los ataques centrífugos de los
hombres de la estepa.

Ocupa en el mundo la misma posición estratégica central que ocupa Alemania en Europa. Puede atacar
por todos lados, y puede ser también atacada por todos lados, excepto el Norte. El completo desarrollo de
su moderna movilidad ferroviaria es simplemente una cuestión de tiempo.

Tampoco es probable que una posible revolución social altere sus relaciones esenciales con los
grandes límites geográficos de su existencia. Reconociendo acertadamente los límites fundamentales de
su poder, sus dirigentes se han deshecho de Alaska: se debe esto a que no poseer nada sobre el mar es
para la política rusa una ley tan fundamental como para Inglaterra es mantener el dominio del océano.

Respecto a la Teoría del poder naval (Mahan);

Alfred Thayer Mahan (Estados Unidos, 1840 – 1914), El almirante Alfred Thayer Mahan es el
apologista del Poder Marítimo. Fue el primer geopolítico, o mejor, geoestratega que estableció la
vinculación del poder marítimo con la Política Nacional, pidió constantemente al gobierno
norteamericano que cooperara con Inglaterra en los fundamentos del establecimiento de una política
basada en los principios del poder marítimo.

Según el tratadista General Julio Londoño L.“El primer requisito de Mahan consistía en que la nación
que quisiera conquistar el mundo debería ser un país rico; su riqueza la lograría por medio de una gran
industria. La industria habría de abastecerse de materias primas traídas con ayuda de una marina eficiente
la que a su vez llevaría los productos manufacturados a los principales centros de comercio para regresar
trayendo más materias primas, trazando así un movimiento constante; sucedía sin embargo que aquellas
líneas de navegación pasaban muy cerca de lugares donde estarían en peligro de ser interceptados cuando
llegasen a abastecerse de agua, alimentos, combustibles o productos naturales. Para evitar ese
contratiempo no había otro sistema de defensa que adueñarse de las bases por medio de tratados o por la
fuerza.

Inglaterra estableció para ello varios “ejes de navegación”, que se fueron adueñando de determinados
puertos, islas o estrechos. Dieciséis sitios cayeron bajo este dominó: Gibraltar, Malta y Suez sobre el
Mediterráneo. Terranova, Jamaica (Aún no había sido abierto el Canal de Panamá) y las Islas Flackland ó
Malvinas en América, Suráfrica y Diego Suárez en África. Yemen, India, Singapur, Darwin, Tasmania,
Srawak y Nueva Zelandia en el Asia.

También podría gustarte