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La geopolítica es un método de estudio de la política exterior para entender,

explicar y predecir el comportamiento político internacional a través de variables


geográficas.1 Es una especialidad que se ocupa del estudio de la causalidad
espacial de los sucesos políticos y de los próximos o futuros efectos de los
mismos. Se nutre especialmente de otras disciplinas tales como la historia, las
relaciones internacionales, la geografía política, la ciencia política, sociología
y

antropología. Realiza el estudio del medio ambiente, de acuerdo a sus


características económicas, culturales y recursos de un estado.

La geopolítica se centra en el poder político en relación con el espacio


geográfico. En particular, las aguas territoriales y el territorio terrestre en
correlación con la historia diplomática. Académicamente, la Geopolítica analiza la
historia y las ciencias sociales con referencia a la geografía y la política. Fuera
de la academia, el pronóstico geopolítico es ofrecido por una variedad de grupos,
incluyendo grupos sin políticos e históricos".[5]
l término geopolítica tiene una connotación estratégica, incluso militar, mientras
que el término geografía política se refiere más bien a la organización de estados,
regiones, entidades administrativas, fronteras y habitantes.

En Europa las primeras ideas sobre geopolítica aparecen en la época de la


Ilustración, como por ejemplo, en los ensayos de David Hume. En 1748, Montesquieu
se refirió a la conexión entre geografía y política en El espíritu de las leyes.
Atribuyó el espíritu de libertad a las potencias marítimas, mientras que la gran
potencia continental Rusia encarnó el espíritu del despotismo.2

Hay muchos antecedentes de la geopolítica a lo largo de la historia. El profesor


alemán de geopolítica Adolf Grabowsky cita autores como Heródoto, Polibio,
Tucídides y Piteas, pero también Otto Maull o Karl Haushofer.3

Precursores indiscutibles y pioneros de la geopolítica fueron el geógrafo alemán


Friedrich Ratzel, el politólogo sueco Rudolf Kjellén, el contralmirante
estadounidense Alfred Thayer Mahan y el geógrafo británico Halford Mackinder. A
excepción de Kjellén, ninguno de ellos llegó a usar el término geopolítica, y sus
teorías apenas encontraron defensores en la academia universitaria previa a la
Primera Guerra Mundial. Fue la literatura geopolítica de la posguerra la que
convirtió a los cuatro autores en clásicos de la recién creada disciplina
política.4

Yves Lacoste atribuye el establecimiento de la geopolítica a los jóvenes profesores


de geografía alemanes que en 1919 consideraron la geografía política que se
enseñaba en las universidades como inadecuada para «demostrar que las fronteras de
Alemania establecidas por el Tratado de Versalles no solo son injustas y absurdas,
sino que también para el futuro de Europa eran peligrosas». La geopolítica les
había dado la oportunidad de argumentar y así se convirtió en una oposición a la
geografía política de tipo académico.5

El estado como organismo: Kjellén y Ratzel


El término geopolítica es una disciplina que fundó el geógrafo de origen sueco
Rudolf Kjellén. En 1899, con su libro Introducción a la geografía sueca, expuso los
rudimentos básicos de la misma. En 1916 produjo su libro más importante: El Estado
como forma de vida (Staten som livsform), donde se utilizó por vez primera el
término geopolítica. Los principios de dicha ciencia en el pensamiento
geoestratégico habían sido tratados por el también geógrafo alemán Friedrich
Ratzel. Según este, los Estados tienen muchas de las características de los
organismos vivientes. También introdujo la idea de que un Estado tenía que crecer,
extender o morirse dentro de "fronteras vivientes"; por ello, tales fronteras son
dinámicas y sujetas al cambio. En su obra Politische Geographie, escribió las
«Leyes del crecimiento de los Estados».6

A principios del siglo xx, varios geógrafos anglosajones ampliaron las reflexiones
de Ratzel a problemas militares y estratégicos.[cita requerida]

Así, geógrafos como el almirante estadounidense Alfred Thayer Mahan postulaban la


importancia estratégica del dominio naval como clave para la dominación mundial
("Quien domine el mar domina el comercio mundial; quien domine el comercio mundial
domina el mundo"); dichos preceptos se hallan contenidos en su obra The Influence
of Sea Power upon History, 1660-1783, y se le considera una de las obras más
influyentes sobre dicha temática. Hoy en día, es conocida como la teoría del poder
naval.7

Otro geógrafo que también contribuyó al desarrollo de la geopolítica fue Halford


John Mackinder, quien en 1904, frente a la Real Sociedad Geográfica desarrolló su
tesis denominada El pivote geográfico de la historia,8 de la cual se desprendió la
teoría del Heartland ("corazón continental") o "área pivote" (actualmente el
territorio de Rusia y de las antiguas Repúblicas soviéticas), en la que explica que
el control de las grandes zonas continentales facilitaría el dominio del mundo. Un
excelente ejemplo de la aplicación de estas teorías geopolíticas sobre todo de los
autores estadounidenses es la compra de los territorios donde ahora se encuentra el
extenso estado de Alaska, el cual en su momento fue comprado por los Estados Unidos
de Norteamérica al Imperio ruso, y que ha contribuido a mantener a los estados
asiáticos bajo control con respecto a Canadá y en general, a la parte norte del
continente americano.[cita requerida]

La geopolítica tuvo gran interés en la Alemania de principios del siglo xx y


alcanzó una gran difusión durante el nazismo. El alemán Karl Haushofer modernizó la
geografía política, utilizándola como instrumento que justificaba la expansión
territorial de Alemania durante el Tercer Reich y desarrollando las teorías de
Ratzel del espacio vital (Lebensraum).6 De todas formas, existen ciertas
actuaciones del régimen nazi que no se corresponden con las teorías de Ratzel y
Haushofer, como la cesión del Tirol del Sur a los italianos, zona poblada en su
mayoría población germana.[cita requerida]

Países como Rusia, China y Japón dieron también gran importancia a esta ciencia
durante los años 1930 y 1940 como camino para alcanzar un poder global. La
utilización propagandística de la geopolítica acarreó, tras la derrota alemana, su
descrédito, olvido y proscripción, sobre todo en el ámbito académico. No obstante,
otras personas, como militares o diplomáticos, siguieron interesándose por esta
rama de la geografía.

A partir de la década de 1970, la geopolítica reapareció con una "nueva corriente":


la geopolítica crítica. Actualmente hay varias corrientes de pensamiento
geopolítico; sin embargo, las que dan origen a la denominada geopolítica crítica
son dos, principalmente. La primera de ellas es la escuela francesa encabezada por
Yves Lacoste, quien en las décadas de 1970 y 1980 publicó su obra La geografía: un
arma para la guerra, en la que describió, de manera breve, lo acontecido durante la
Guerra Fría (principalmente, la guerra de Vietnam); también dirigió la revista
Hérodote, que comenzó a publicarse en los años setenta.9

La otra escuela es la corriente inglesa en la que la primera mención y estudio lo


realizó Peter Taylor, en su obra Geografía política: economía-mundo, Estado-Nación
y localidad, donde el autor habla brevemente de lo que se ha venido estudiando como
geopolítica crítica. Menciona que son los geógrafos políticos los que están
examinando de manera formal y práctica su estudio.10

Otra de las distinciones principales de la geopolítica crítica y, de los geógrafos


políticos es que “…desconfían de todo marco teórico general que ordene el
conocimiento, incluido el análisis de los sistemas-mundo […]. Ellos no consideran
que sus investigaciones creen una nueva escuela de pensamiento sino que constituyen
una constelación flexible de ideas, parasitarias de otras creaciones del
conocimiento puesto que realizan intervenciones tácticas en la obra de otros en
lugar de permitirse algún tipo de reflexión estratégica general propia”10

El interés en esta disciplina ha vuelto a crecer actualmente al amparo de las


tensiones internacionales surgidas en todo el orbe; conceptos como sistemas-mundo,
desarrollismo, Economía-mundo, centro-periferia, semiperiferia, poder, clase,
Estado-nación, localidad, códigos geopolíticos, imperialismos, decolonización,
imaginaciones geopolíticas, Estados territoriales y Globalización son términos
geopolíticos comúnmente utilizados por esta corriente de pensamiento.10

Actualmente, algunos de los autores más destacados de esta corriente de pensamiento


son: Yves Lacoste, Peter Taylor, Colin Flint, John Agnew, Christopher Chase-Dunn,
Michael Hardt, David Harvey, Antonio Negri, Immanuel Wallerstein y Heriberto Cairo
Carou, entre otros.

Otros importantes aportes durante la segunda mitad del siglo xx fueron los de
Alexander Seversky (1894-1974), quien codiseño el avión de combate Republic P-47
Thunderbolt, principal avión de los Estados Unidos a partir de 1942, quien en su
obra Poder aéreo: clave para la sobrevivencia sostuvo que, por su eficiencia y
rapidez, el poder aéreo tiene mayor importancia que el terrestre y el marítimo, y
enunció su máxima: "quien logre la supremacía aérea obtendrá el poder global".[cita
requerida]

Asimismo y en las misma época, Nicholas Spykman, considerado uno de los pensadores
geopolíticos más importantes del siglo xx, postuló en su obra "Estados Unidos
frente al Mundo“ (1942), que "quien logre el control de las áreas periféricas o
Rimland del continente Euroasiático gobernaría Eurasia". Desarrolló las ideas de
Mackinder, aunque contrapuso las propias y es considerado el ideólogo de la
contención durante la guerra fría, y de la proyección del poder nacional
estadounidense, incluso en el siglo xxi.[cita requerida]

Aporte de las escuelas geopolíticas latinoamericanas


A partir de eso es muy importante saber que también la geopolítica tuvo mucho que
ver con la primera guerra mundial y la segunda.

También debe mencionarse el aporte de las escuelas geopolíticas brasileña,


argentina y chilena que durante el periodo 1956 - 1972 desarrollaron la geopolítica
bajo el enfoque de la expansión de las fronteras interiores, que reconoce que
condiciones geográficas, políticas, sociales e históricas dentro del espacio
geográfico de los Estados, pueden limitar el desarrollo de regiones e incluso
aislar estas del Heartland de la nación.11 Lo que requiere estrategias que
consoliden el Estado internamente ya sea con obras de infraestructura o con una
división política que articule polos de desarrollo regional con zonas periféricas
históricamente aisladas.

Bajo la influencia del enfoque geopolítico de expansión de las fronteras


interiores, Chile pasó de una división política de provincias (basada en factores
históricos) a una de regiones (basada en factores geográficos, económicos,
históricos y sociales), por este motivo también se construyó la carretera Austral
que incorporó esta región a los polos de desarrollo del Estado chileno. En otras
palabras, este enfoque geopolítico considera que antes de pensar en la expansión
exterior de un Estado, este debe estar cohesionado en su interior.12
Diacronía, diatopía, representación y horogénesis
En sus numerosos trabajos, Yves Lacoste desarrolla tres conceptos clave que
permiten realizar un análisis geopolítico: el estudio de la diacronía (evolución a
través del tiempo), diatopía (evolución a través del espacio) y la
representación.13

El estudio de la diacronía es el análisis de una situación, una cultura o una


población a lo largo del tiempo, incluso durante largos períodos de tiempo (varias
épocas). Todas las culturas y lenguas están sujetas a procesos de expansión y
declive (y finalmente su desintegración).

El estudio de la diatopía es el análisis de una situación a diferentes escalas


cartográficas (análisis multiescalar). Así podemos, por ejemplo, examinar la
gestión, el consumo y el costo del agua o los combustibles desde un enfoque a nivel
persona (casa, jardín), barrio, municipio, área metropolitana o área rural, región,
país, las organizaciones internacionales como Mercosur, UE, ASEAN, OTAN, OPEP, o la
ONU o el planeta Tierra en general.

El concepto de representación en geopolítica radica en el análisis de las


concepciones que tiene una persona o un grupo (por ejemplo, una etnia o una
confesión) en relación con un sujeto. Así, podemos estudiar cómo se perciben a sí
mismos en relación con sus territorios, entornos y recursos y cómo los gestionan y
explotan, o incluso en relación con el grupo al que pertenecen y en relación con
otros grupos. Michel Foucher, en Fragments d'Europe, pone el ejemplo de la idea de
«patria», que es de naturaleza variable: suele ser un concepto territorial en los
países nórdicos (se cuida del territorio, los recursos y el patrimonio) pero más
comunitaria en los países mediterráneos, latinos y eslavos (en lugar de cuidar el
territorio, la persona se identifica fuertemente con su grupo de origen). Asimismo,
puede ser de tipo confesional, como entre los católicos de Bosnia y Herzegovina y
de Croacia, los ortodoxos en Serbia o los musulmanes de Bosnia. Otras formas de
«patria» pueden entenderse como la región de uno mismo (regionalismo); tal es el
caso para kosovares. La representación sirve para analizar la forma en que un corso
se percibe a sí mismo en relación con otros franceses, y cómo otros franceses los
perciben…). Otro ejemplo de representación es la división del mundo en el Islam .

Además, Michel Foucher desarrolla el concepto de «horogénesis», un neologismo que


se define como una disciplina interesada en la génesis de las fronteras (del griego
hôra, 'territorio').

Ejes de análisis
La globalización y el colapso del mundo bipolar han multiplicado y complejizado las
conexiones entre prácticamente todas las poblaciones del planeta. Durante los
últimos diez años, los centros universitarios han ampliado los departamentos de
geopolítica para satisfacer una demanda creciente del llamado «análisis
geopolítico».

A través de su investigación sobre las interacciones entre grandes áreas del mundo
(energía y materias primas, flujos de recursos, pasajes de riesgo), la geopolítica
está naturalmente interesada en la política internacional y la diplomacia. Sin
embargo, algunos autores como Béatrice Giblin han examinado también cuestiones de
geopolítica interna.

Desde principios de los años ochenta se previeron riesgos de marginación


geopolítica de Europa, que podrían acentuarse hoy si no se adapta la reacción:

las conexiones en el Océano Pacífico tienen prioridad sobre las del Océano
Atlántico;
impacto del derretimiento del hielo marino en el Ártico bajo el efecto del cambio
climático y cambios estructurales en el transporte marítimo y aéreo;
acceso a campos petroleros en el Medio Oriente, construcción de oleoductos y
gasoductos, transporte de petróleo, pico del petróleo, aumento del consumo de
petróleo en China (véase Geopolítica del petróleo);
retorno de carbón (limpio): Australia, China, Canadá, etc.

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