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Republica Bolivariana de Venezuela

Ministerio del P.P para la educación Superior


Universidad Bicentenaria de Aragua
Escuela de Administración de Empresas
Introducción a la Geopolítica
San Félix

Orígenes y evolución de la Geopolítica

Docente: Bachiller:
Alcides Sánchez Antony Guerra 26362831
La geopolítica es el estudio de los efectos de la geografía (humana y física) sobre
la política internacional y las relaciones internacionales. La geopolítica es un
método de estudio de la política exterior para entender, explicar y predecir el
comportamiento político internacional a través de variables geográficas.

Es una ciencia que se ocupa del estudio de la causalidad espacial de los sucesos
políticos y de los próximos o futuros efectos de los mismos. Se nutre
especialmente de otras disciplinas de envergadura tales como la historia, las
relaciones internacionales, la geografía política, la ciencia política y sociología.
Realiza el estudio del medio ambiente, de acuerdo a sus características
económicas, culturales y recursos de un estado.

Creado por el geógrafo de origen sueco Rudolf Kjellén. En 1900, con su libro
Introducción a la geografía sueca, expuso los rudimentos básicos de la misma.
En 1916 produjo su libro más importante: "El Estado como forma de vida" (Staten
som livsform), donde el término geopolítica fue utilizado por primera vez. Los
principios de dicha ciencia en el pensamiento geoestratégico habían sido
tratados por el también geógrafo alemán Friedrich Ratzel. Según éste, los
Estados tienen muchas de las características de los organismos vivientes.
También introdujo la idea de que un Estado tenía que crecer, extender o morirse
dentro de "fronteras vivientes", por ello tales fronteras son dinámicas y sujetas al
cambio. Es en su obra Politische Geographie en la que escribe las "Leyes del
crecimiento de los Estados"
“Vendrá un tiempo en que humanos de sólida mente, por su comprensión de los
aspectos morales y materiales del mundo, serán capaces de prever y orientar el
futuro desarrollo de cada nación de la tierra”. Karl Ritter (1779-1859)

El término geopolítica no estuvo muy difundido sino hasta la década de 1930 en


manos de un grupo de geógrafos políticos germanos en el Departamento de
Geografía de la Universidad de Múnich en Alemania

. El término geopolítica se empezó a utilizar para referirse a la rivalidad global en


la política mundial y su etimología ha sido aprovechada para referirse a un
proceso general de organización, con el objeto de lograr un equilibrio de poder.
Es a Karl Haushofer (1869-1946) a quien se le debe el desarrollo de la moderna
geopolítica fundada por Ratzel. Siendo él general del ejército alemán, geógrafo
y destacado defensor de los principios geopolíticos del proyecto nazi para
conquistar el mundo, planteó teorías que ejercieron una gran influencia sobre el
ejército germano pues proporcionaba una razón pseudocientífica para justificar
la expansión territorial de ese país. Así, una faceta de la geopolítica alemana fue
la teoría llamada Lebensraum (espacio vital) acuñada con este nombre por
Ratzel y adoptada por Haushofer. De acuerdo con esta teoría, el "espacio vital"
se define como todo el territorio que un país alega necesitar para lograr la
autosuficiencia. Adolf Hitler y Rudolf Hess adoptarían y utilizarían esta teoría
(espacio vital) para describir la necesidad que tenía el III Reich alemán de
encontrar nuevos territorios en los que expandirse, especialmente a costa de los
pueblos eslavos del este de Europa. De esta manera esta teoría sirvió de
argumento ideológico que sustenta y explica las invasiones a Checoslovaquia y
a Polonia, provocando el estallido de la II Guerra Mundial.

La incorporación de la expresión darwiniana “espacio vital” al vocabulario de la


geopolítica y las relaciones internacionales se realizó de la mano de Friedrich
Ratzel (1897), al que se le atribuye la fundación de la geografía política moderna.
Aunque no proporcionó una definición expresa de “espacio vital” (Lebensraum),
se puede inferir que lo consideraba como la región geográfica donde los
organismos vivos existían. Y en la medida en que los Estados tendrían una
naturaleza orgánica estarían vinculados a un espacio vital que formaría un todo
indisoluble con la población: “Cierto número de personas está ligado al área del
Estado, viven en su tierra, extraen su sustento de ella, y están por lo demás
vinculados a ella a través de relaciones espirituales. Junto con este trozo de tierra
forman el Estado” (Ratzel, 1896)
La desaparición del proyecto nazi-fascista después de la II Guerra Mundial,
significó el fin de una forma de geopolítica, de una escuela geopolítica
determinada, pero no produjo el fin de la disciplina.

Países como Rusia, China y Japón dieron también gran importancia a esta
ciencia durante los años 1930 y 1940 como camino para alcanzar un poder
global. La utilización propagandística de la geopolítica acarreó, tras la derrota
alemana, su descrédito, olvido y proscripción, sobre todo en el ámbito
académico.

Es a partir de los años 1970 cuando la Geopolítica reaparece con una "nueva
corriente": la Geopolítica Crítica. Actualmente hay varias corrientes de
pensamiento geopolítico sin embargo, las que dan origen a la denominada
Geopolítica Crítica son dos, principalmente. La primera de ellas es la escuela
francesa encabezada por Yves Lacoste quien en las décadas de 1970 y 1980
publica su obra La Geografía: un arma para la guerra en la que describe de
manera breve, lo acontecido durante la Guerra Fría (principalmente la Guerra de
Vietnam); también es director de la revista Hérodote, que comenzó a publicarse
en años setenta. La otra escuela es la corriente inglesa en la que la primera
mención y estudio lo realiza Peter Taylor en su obra Geografía Política:
Economía-Mundo, Estado-Nación y Localidad, en él habla brevemente de lo que
se ha venido estudiando como geopolítica crítica. Menciona que son los
geógrafos políticos los que están examinando de manera formal y práctica su
estudio.
En la actualidad, la geopolítica ha recobrado especial importancia, debido a que
la globalización económica trasciende las fronteras nacionales e internacionales,
mediante los intercambios comerciales, lo cual no obsta para que se revisen los
procesos geopolíticos. En tal virtud, es conveniente mostrar cómo la geopolítica,
para cumplir con su objetivo, se relaciona con otras ciencias.

Con la geografía: ya se anotó cómo la geopolítica tuvo como ciencias madres,


a la ciencia política y a la geografía, debido a que quien pretende estudiar
geopolítica, debe poseer conocimientos geográficos, especialmente en la rama
de la geografía política. De lo contrario, sería como pretender multiplicar sin
saber sumar; sin embargo, esto no significa que la política y la geografía sean
los únicos fundamentos de la geopolítica, puesto que a ellas concurren diversas
ciencias.

Con la sociología: si la geopolítica estudia las relaciones hombre-suelo o mejor,


humanidad-territorio, automáticamente queda de manifiesto la comprensión del
medio social que habita y explota ese territorio. De esta forma, la geopolítica se
interrelaciona con la sociología, para analizar las características de la sociedad
que conforma el Estado.

Con las ciencias económicas: la geopolítica se relaciona profundamente con


la economía, por ser ésta, el fundamento del desarrollo de los Estados. Los
recursos naturales del territorio, en especial los que más influyen en los factores
del poder, son de particular interés y análisis por parte de la economía, para
proyectar la vida del Estado. “El crecimiento de la Unión Europea y la
configuración de una Zona Norteamericana de Libre Comercio, por ejemplo, son
en parte, intenciones de ejercer influencia política sobre los asuntos económicos
a una escala mayor que la del Estado nacional

Con la historia: la historia es el puntal de muchas ciencias, entre ellas, la


geopolítica que fundamenta buena parte de sus estudios, en experiencias del
pasado. La filosofía de la historia nos lleva a comprender la existencia de una
serie de sucesos humanos que se repiten en ciclos de tiempo, sin ser fruto del
azar, sino de principios sociales y naturales, a los cuales se dedica con
profundidad de análisis, la geopolítica. Las relaciones de la geopolítica con la
historia son de tal magnitud que algunos autores pretendieron cambiar su
nombre por el de geo historia

Con las ciencias militares: las conclusiones de la geopolítica buscan encauzar


la conducción del Estado al mantenimiento y/o logro de sus objetivos políticos.
Estos objetivos tienen por lo tanto, la particularidad de lograrse por medios
pacíficos o por la fuerza, aisladamente o en alianza con otros Estados, y es
entonces, cuando entra en juego la estrategia militar para analizar la viabilidad
de alcanzarlos a la luz de los medios humanos y materiales de que dispone el
Estado o el bloque de Estados, además de las consideraciones geográficas
imperantes
En Latinoamérica, El Libertador SIMÓN BOLÍVAR, autor de la Carta de Jamaica,
escrita a un caballero inglés, plasmó la más clara expresión de su sentido político
geográfico, su profundo conocimiento del medio físico, económico y social
americano, y de su genial intuición sobre el destino de cada Estado que nacería
de su espada libertadora. En el vasto campo de sus ideas políticas, encontramos
destacados visos geopolíticos en la mente de BOLÍVAR. Para defender a
Hispanoamérica, de las pretensiones de la Santa Alianza Europea que pretendía
recuperar las colonias para España, y con el fin de proyectar mediante una
confederación de naciones, la grandeza iberoamericana, promovió en 1826 el
Congreso Anfictiónico de Panamá. Pero como este proyecto fracasó por el
egoísmo de algunos Estados, insistió en las Confederaciones de los Andes y del
Caribe, y hasta su último aliento, propugnó por mantener la unidad de la Gran
Colombia. BOLÍVAR luchó hasta su muerte, por demostrar que “toda civilización
es en esencia y literalmente, civilización espacial. De esta forma, BOLÍVAR
intuyó cómo los grandes espacios son factores generadores de poder nacional;
sus generales no comprendieron lamentablemente, el fenómeno y por el
contrario, creyeron que sus servicios a la libertad, les daba derechos feudales y
cada uno intentó formar en su región, una república de su propiedad

América en la geopolítica mundial fue desde finales del siglo XV hasta el primer
tercio del siglo XIX, víctima del “euro-colonialismo”; y después de sus luchas de
liberación, lo fue del neo-colonialismo económico y en algunos casos político de
los Estados Unidos. También lo fue Cuba hasta finales de los años cincuenta y
principios de los 60, en que su revolución entró a depender de la Unión Soviética
por afinidades ideológicas de izquierda, necesidades económicas apremiantes y
protección militar ante amenaza inminente, hasta que el desmoronamiento de la
cortina de hierro en 1991 se vio ostensible e indetenible y empezó a depender
de la solidaridad de la comunidad internacional, especialmente de Naciones
Unidas, que se atrevió a condenar el bloqueo económico impuesto por los
Estados Unidos a la Isla, a enfatizar sobre el respeto debido a la autonomía de
los pueblos para darse su propio régimen y sobre el respeto de principios
universales como el de “no injerencia en los asuntos internos de las naciones”.

Pero bien, reconozcamos que la semilla de la “revolución de izquierda”


promovida por Fidel Castro durante la guerra fría con el apoyo soviético, había
quedado sembrada en toda América Latina con una visión geopolítica
continental, a la cual contribuyó desde otro ángulo estratégico pero con la misma
base ideológica “marxista-leninista”, la naciente, creciente y distante “Revolución
China” de la era Mao Tse Tung.

Bajo este contexto geopolítico surgieron en casi toda América Latina los
movimientos contestatarios de izquierda, las “guerrillas armadas” ruso-
comunistas y chino-comunistas, de las cuales superviven algunas,
especialmente en Colombia y algún reducto en el Perú; en otros, se han
vinculado a la institucionalidad e incluso han llegado al poder por la vía electoral
Como los casos de la Presidenta del Brasil y de los actuales Presidentes de
Nicaragua, Uruguay y El Salvador.

Estos fueron los antecedentes de la geopolítica en América Latina y el punto de


partida de su evolución histórica, que ha llegado hasta el día de hoy en que el
eje central se ha movido de Cuba a Venezuela sin variar su matriz ideológica,
así sus formas de comportamiento y liderazgo operativo hayan cambiado de
manos y de estrategia; algo parecido a lo que para la geopolítica en sus orígenes
fueron los geógrafos alemanes Karl Ritter y Friedrich Ratzel en el Siglo XIX,
cofundadores de los modernos estudios geográficos, quienes conceptualizaron
sobre la importancia de utilizar todas las ciencias en el estudio de la geografía
subrayando la influencia del medio físico en la actividad humana, y sus
ejecutores, ya no solo geógrafos sino políticos, como fueron los casos de Sir
Halford John Mackinder (británico) con su teoría del Hertland (o región cardinal,
principal o fundamental) que señalaba en 1904 a la zona norte y central de Euro-
Asia, por su aislamiento geográfico y por su riqueza en recursos naturales, como
el centro del poder político que controlaría al mundo; y el caso del geógrafo y
general del ejército alemán Karl Haushofer, quien desarrollando las teorías de
Ritter y Ratzel, le dio contenido político al principio que este había acuñado del
“espacio vital”, o sea, del “territorio que un país alegaba necesitar para lograr la
autosuficiencia”, sobre el cual se edificaron en el siglo XX la geopolítica de los
proyectos nazi y soviético, finiquitados prontamente debido a sus propias
contradicciones e inconsistencias.

Venezuela en los últimos doce años de gobierno de Hugo Chávez ha manejado


un modelo geopolítico típico de la izquierda revolucionaria bolchevique,
autodenominado “socialismo bolivariano”, copiando algunas tácticas del
prototipo cubano, conquistando gobiernos y candidatos a la Presidencia a
cambio de petróleo y petrodólares y llenando de retórica “anti-yanqui” el
espectro electromagnético del continente.

La geopolítica bolivariana ha pretendido extravasar los límites y fronteras de


algunos de sus vecinos con pretensiones territoriales expansivas, que al fracasar
por ilusoria e irresponsable, la han obligado a replegarse y cambiar de táctica,
unas veces armándose “hasta los dientes” y amenazando con guerras
fronterizas y otras apoyando públicamente la guerra de guerrillas que libran hace
medio siglo grupos subversivos de izquierda en tales países, tal cual lo hicieron
Rusia, China y Cuba a estas mismas organizaciones, en los años 50 y 60. De
otra parte, se continúan comprando por el gobierno patriota las solidaridades con
su causa, de gobiernos laxos con inclinaciones socialistas, dándoles créditos
súper blandos de petróleo a cambio y en ciertos casos hasta donándoles el
preciado hidrocarburo, como ocurre con algunas de las islas caribeñas que
apoyan el Alba, Bolivia y Nicaragua; o financiando campañas políticas de
aspirantes presidenciales de aquellas mismas tendencias políticas.
El caso del Paraguay fue uno de los grandes fracasos de la “geopolítica
tradicional del continente americano” y “de la geopolítica bolivariana”, pues
ninguna de ellas previó, la primera, los vacíos del ordenamiento jurídico
constitucional y legal de este país en materia de garantías procesales para el
juzgamiento político del primer mandatario de la nación; y, la segunda, calculó
mal el respaldo popular y militar al ex presidente Lugo en la reciente crisis,
habiendo perdido un buen aliado.

El Alba, Mercosur, Unasur y la Celac son tres de los esfuerzos integracionistas


promovidos o respaldados por la izquierda bolivariana a nivel continental para
competir “geopolíticamente” con la influencia capitalista y especialmente
norteamericana en el continente americano, especialmente en la OEA y sus
organismos adscritos y dependientes.

El valor geopolítico de Venezuela tiene que ver, entre otros aspectos, con sus
grandes reservas de petróleo y otros bienes con inmenso valor estratégico como
el oro, coltan, diamantes, agua, etc. En consecuencia, no se trata de desestimar
la economía y las soluciones económicas, se trata de tomar seriamente en
cuenta el proceso (no simplemente el contexto) dentro del cual los hechos
económicos están ocurriendo pues ello facilita tomar distancia de las soluciones
neoliberales.

Comprender con un mejor alcance los caracteres que identifican el sistema


político venezolano actual, impone la ineludible exigencia de efectuar un breve
acercamiento a su antecedente inmediato, el puntofijismo.

Consolidado sobre la base del denominado Pacto de Punto Fijo, este modelo,
que se extendió entre 1958 y 1998, significó el ejercicio de prácticas del juego
político entre los entonces actores del sistema político venezolano. Se instauró
de ese modo, lo que sería denominado un sistema populista de conciliación de
élites, donde la negociación y la acomodación de los intereses de los sectores
minoritarios, pero poderosos con capacidad para vetar y desaprobar las
decisiones fundamentales de la escena política o la posibilidad de amenazar la
estabilidad del sistema, condicionaron el establecimiento de una democracia
representativa. La dependencia exclusiva del petróleo significó sostener el
sistema en sus tres pilares fundamentales, a saber: la renta petrolera, las cada
vez más crecientes expectativas sociales de solución de las dificultades que
enfrentaban y el aseguramiento de la representación y la legitimidad del sistema.
Sin embargo, esta economía sustentada en el modelo petrolero-además del
control de precios y los subsidios –encubría un proceso inflacionario que
irrumpiría, posteriormente, en la escena económica; además, la concepción
equivocada de los planes de desarrollo condujeron al incremento del
endeudamiento público y crearon una crisis financiera, fiscal, y socioeconómica
sin precedentes.
La economía venezolana es una de libre mercado, y su base primordial es la
extracción y refinamiento de petróleo para la exportación y consumo interno. Es
la cuarta economía de América Latina, después de Brasil, México y Argentina,
según su PIB (PPA).

A lo largo del siglo XX se posicionó como la economía más próspera de la región


precisamente debido al boom petrolero comenzado a mediados de la época,
mientras que su moneda era una de las de mayor apreciación frente al dólar.
Pero la caída en la cotización de este recurso en la década de 1980 originó una
fuerte recesión y problemas financieros. En los últimos años, después de muchos
conflictos políticos y sociales, la economía presenta una importante
recuperación, registrando un crecimiento en 2004 del 17% (uno de los más altos
del mundo según el Fondo Monetario Internacional), al cierre de 2005 de un 9,4%
del Producto Interno Bruto, y un crecimiento del 10,3% para el 2006.55 56 El
riesgo país se ubicó en 208 puntos básicos en abril de 2007, según datos
oficiales.57 La tasa de desocupación de diciembre de 2005 (8,9%) disminuyó 2
puntos porcentuales con relación a diciembre de 2004 (10,9%, y en el 2006
quedó en 8,5 %. No obstante, su tasa de inflación para el 2008 es del 30,9%, la
más alta de América Latina.58 Las reservas internacionales alcanzaron los
37.299 millones de dólares. Venezuela cuenta también con algunas empresas
filiales de Petróleos de Venezuela como Citgo.

. Sus principales socios comerciales son: Estados Unidos, Colombia, Países


Bajos, México, Ecuador y Brasil. También ha aumentado el comercio con los
países miembros de las siguientes organizaciones: Comunidad Andina (CAN),
Comunidad del Caribe (CARICOM), el Mercado Común Centroamericano
(MCCA) y Mercosur (Mercado Común del Sur).

La política exterior venezolana ha variado de acuerdo a la naturaleza de su


gobierno. Dado que en sus primeros años como nación independiente el país
padeció un largo período de turbulencia interna, no pudo delinear una política
internacional concreta, pero que se enfocaba en el tema de demarcación de
límites. A principios del siglo XX, se tuvieron relaciones difíciles con las potencias
europeas y con los Estados Unidos por la deuda extranjera, y se mantuvo neutral
durante la Segunda Guerra Mundial hasta que tomó partido por los Aliados. En
los años 1950, Venezuela mantenía lazos estrechos con dictaduras existentes
para la época en Iberoamérica, aunque también con Estados Unidos. Bajo la
Doctrina Betancourt, sólo reconocía a los gobiernos democráticos. En los años
1980 integró junto con otros países el Grupo Contadora, para buscar la paz en
los conflictos armados de Centroamérica.

Los cambios políticos, económicos y militares que ocurren en el mundo


aparentan ser de tipo coyuntural. No obstante, un análisis aun superficial, revela
el cumplimiento de una estrategia diseñada desde el siglo XVIII por la actual
potencia dominante. Nuestro Libertador, de manera intuitiva ya lo anticipaba,
definiendo así las estrategias geopolíticas para enfrentar de modo exitoso al
poder que ya se alzaba al norte de nuestro continente. Esa anticipación luchó
contra las incertidumbres que surgen en el camino de la historia. Y hoy por hoy,
ese plan estratégico del Libertador, consigue mayor eco en América Latina y el
Caribe y aún más allá.

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