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El arco y la lira
Pasaron siglos hasta que se descubrió una forma sutil y práctica de capturar materialmente el efecto
del resorte mediante el arco de cacería o en el derivar sonoro de una cuerda. La arquería separó
definitivamente a la humanidad de las bestias feroces al derrotarlas a la distancia a flechazos,
gozando de la tranquilidad y la impunidad más completas. 2 La música permitió una reunión a
distancia, reproduciendo con un placer agradable o hasta embriagador lo mismo que ya lograba la
palabra, sin embargo, el deleite musical le habla a un nivel hondo o inconsciente, por eso Orfeo era
un dios.
Si bien la feroz espada fue un invento anterior que ya había marcado la superioridad física del ser
humano frente a las bestias, el arco profundizó el distanciamiento. La separación entre el reino
animal y el humano tuvo su brindo efectivo con la ostentación del arquero.
1
Hay un efecto unánime de desbordamiento, pues miles de maravillas y logros técnicos quedan sumergidos
bajo los siguientes éxitos, así el resorte es superado por ingeniosas combinaciones que convierten energía
potencial en cinética.
2
La hermana mayor del arco por concepto aunque no por diseño, fue la catapulta inventada por los ingeniosos
griegos, según Isaac Asimov en La Tierra de Canaán, p. 96.
Cuando el niño sabe que el cohete no truena para atacarlo, pero vuela, crece, se ilumina y explota
súbitamente le causa un gran placer. La confianza no surge a cualquier edad, cuando son demasiado
pequeños se espantan y no están seguros cuando la explosión y la luz es a favor o en contra de ellos.
La explosión emocional explica el mecanismo del deporte y porqué desde la infancia nos
aficionamos a su práctica. La tensión entre la expectativa de los minutos sin anotaciones y la súbita
alegría de un tanto forman el arco de las emociones deportivas a las que ya estamos acostumbrados.
Algunos de los sueños más alegres de la infancia consisten en convertirse en gigantes, sobrepasar a
los adultos, como en el cuento de Alicia en el país de las maravillas. Crecer más que el adulto pero
en un instante provoca una alegría infantil ilimitada. ¿Qué es la vitalidad misma sino ese juego entre
las esperas opresivas y los saltos súbitos tironeados por una conjugación victoriosa entre fuerzas
internas desatadas y objetivos seductores e irresistibles que empujan una loca carrera hasta
alcanzarlos?
Cuando adultos
Dejamos de experimentar esa alegría inocente por los crecimientos súbitos, aunque algo se conserva
en los días de feria. Sin embargo, se mantiene una nostalgia que ansía merecer tales irrupciones.
El adulto no espera ser él mismo un gigante físico, aunque quizá sí busca lograr una gran carrera
profesional, alcanzar un crecimiento de sus ingresos súbito, trepar a una montaña o volar muy
lejos.3 Sin embargo, la condición de adulto es desplegar el juego de las propias fuerzas con tal tino e
intensidad que el sentido de estar vivo quede plenamente justificado.
En el adulto el simple crecimiento se olvida por tratarse de algo físico que no significa demasiado,
sin embargo, algunos conservan una sensación de que si merecieran ese avance súbito donde así
alcanzarían… ¿los cielos? Trepar hasta el cielo indica ese gusto infantil por las bruscas elevaciones
que conquistan lo inesperado.
Del mayor se espera un portento distinto al que complace al instante, la medida de los logros y
aspiraciones indica una distancia enorme. Los latinos acuñaron la aspiración de los adultos en “Ad
astra per aspera”, señalando con el estoicismo que en la dificultad rebasada está el mérito. 4
3
La novela psicológica Miedo a volar de Erica Jong se centra sobre esa metáfora convertida en temor, lo cual
proporciona el efecto de la resistencia.
4
Frase más conocida por Séneca, “ad astra, per aspera” se popularizó en la cultura juvenil como lema de la
“Federación estelar” en la serie Star Trek.
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La narrativa cuenta que Julio César lloró ante una estatua de Alejandro Magno al descubrir que el griego
había conquistado casi el mundo entero y el romano todavía no se levantaba a las alturas del máximo
conductor de su pueblo.
un efecto resorte, que de tanto bajar o comprimirse se lance hacia arriba o se expanda. Esta opción
¿es rara y extraordinaria?
El arco zen
La capacidad explosiva del arco militar se transfirió al legendario arte zen, donde el tiro al arco se
integraba dentro de la religión. Cuentan las leyendas que un monje zen arquero lograba tiros de
precisión, incluso habiendo perdido la vista, para honrar al espíritu de los antepasados. 6 El prodigio
de que un ciego realice un tiro portentoso, nos desvía de la admiración que merece el arco. 7 ¿Quién
si no un soñador de las distancias y las precisiones imaginó al arco que estará en las manos de un
arquero prodigioso? La conquista del tiro perfecto es un sueño largamente acariciado, quien supone
que hay un preciso objetivo para alcanzarlo en un instante es un enamorado de las “dianas”, esos
objetivos precisos y de atracción irresistible. Para esa curiosa ensoñación de cazadores el arco zen
fue la invención perfecta.
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La intensidad del instante de la concepción ha sido poco reflexionada y bastante manoseada para causas de
politiquería, como el anti-abortismo. La ontogenia en los albores de la biología parece que sí provocó
reflexiones interesantes, vista como síntesis de la historia natural completa.
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Algunas filosofías consideran que la escisión sujeto-objeto está en el origen de la tragedia, como si fuese
posible suturarlo, como en “Historia y consciencia de clase” de Lukács.
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Con elocuencia Carlyle señala la importancia del chispazo para comenzar el incendio. Los héroes.
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Asimismo, cuando sucede un evento único, entonces queda destruido el efecto en el resultado, más
propiamente al estilo de una liga que se rompe en el estiramiento. Incluso el acto de acontecer una vez en la
existencia, significa la imposibilidad de una reversión, y, en ese sentido, podría quedar esto en una metáfora
de la explosión más que del resorte.
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En la República señala la transición entre la medida individual y lo aplicable a la escala mayor, que implica
un desplazamiento mental clave.
premeditado asesina a una anciana usurera. Su propia existencia queda derrumbada ante el
impulsivo acto de asesinato que comete, donde surge un quid pro quo, pues el obstáculo de la
miseria representado por la usurera se transforma en un objetivo en el sentido de que ahí se estrella
el alma completa de Raskólnikov, torciendo sus ambiciones 15 complicadas de estudiante en un
crimen aborrecido por él mismo.
El efecto resorte lo lanza hacia una pared de infamia moral que lo destroza interiormente, la culpa lo
carcome y se hunde en la desesperación. Describir algo como “efecto del resorte” no implica una
tendencia feliz o desastrosa, pero sí agrega enorme dramatismo a la existencia humana, que aquí
implica un revulsivo de las valoraciones.
15
El término ambición también posee un carácter siniestro cuando se extiende a considerarse cómo el animal
de presa acecha a su víctima, desplazándose de un lado a otro, de ahí la raíz latina, del “ambi”, que es un
merodeo, ir por ambos lado.
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Bataille, El erotismo.
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La venganza implica una trasmutación que equilibra entre el mundo de los vivos y los muertos, un asesinato
por venganza equilibra la balanza en la mentalidad antigua. Lipovetsky, La era del vacío, capítulo VI
“Violencias salvajes, violencias modernas”.
prefieren un engaño. Entonces Edipo crece lejos y resulta adoptado por otros príncipes de una
ciudad vecina, desconociendo quiénes son sus padres. Siendo adulto se encuentra con el rey viejo
quien por soberbia lo obliga a un duelo y Edipo lo hiere de muerte. Por mecanismos del destino
misterioso pronto se convierte en rey de su ciudad natal y desposa a Yocasta, su propia madre sin
saberlo. Tiempo después la verdad sale a la luz y Edipo horrorizado por sus crímenes se hiere,
quedando ciego y destronado, terminando al cuidado de Antígona, una de sus hijas.
Esa universalidad del complejo psicológico implicaría que hay una tragedia dentro de cada cabeza,
con un mecanismo de resorte destinado a un fracaso íntimo, pues el objetivo inconsciente (una
madre inalcanzable) posee cierto nivel de vileza íntima, atorada ante una amenaza inconsciente de
castración. Así, el mecanismo implicaría una especie de ceguera o, más exactamente, una especie de
ceguera previa y final ante los objetivos de la vida misma. 18 El relato completo implica una especie
de doble efecto resorte: Layo engañando contra el destino y decidiendo el asesinato de su propio
hijo, que al no consumarse, desata un mecanismo de presión hasta que se lanza en un cruce de
caminos y su muerte; un segundo mecanismo de resorte en el alma de Edipo, desde el hijo
repudiado y alejado de sus afectos y derechos legítimos, para que cuando adquiera la plenitud de
fuerzas, sus actos sean guiados por una ceguera figurada que lo orilla a cometer atropellos y
crímenes, lo cual termina por destruirlo moralmente. Su explosión lo convierte en víctima de sus
actos, conforme sus intenciones no son perversas, pero sus resultados sí.
Bajo la hipótesis de que el inconsciente es una fuerza imperiosa y dominante, la visión de Freud
implicaría una especie de condena latente en el efecto resorte, pues la fuerza de compresión implica
un deseo culpable y sobre esto opera una ley férrea. Entonces sería por una conjugación casual y
feliz que esa tendencia edípica se desarrollase sin tragedias y hacia objetivos exitosos, por más que
la presión social implica evitar el cumplimiento del incesto y generar la pasión hacia un objetivo
que metamorfosea el impulso primitivo. En el sentido positivo se emplea el término sublimación
como el resultado exitoso, que transforma la estructura de Edipo en un desenlace maravilloso.
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La compleja trama de la tragedia quedó como anillo al dedo para la complicada explicación psicológica
desarrollada por Freud que implica un terror a la castración identificada con la ceguera, así como un tendencia
incestuosa universal. Freud, Más allá del principio del placer.
presión inmensa del sistema nos invita a descansar y la silla se convierte en la tentación más
poderosa.
Para los grandes objetivos se requiere de una presión misteriosa y opresiva, la cual acumula fuerzas.
Y la ventaja de la existencia no consiste en despreciar las leyes naturales sino en combinarlas en
una tecnología adecuada al alma del usuario. En términos de los románticos existía un alma
desgarrada que anhelaba su satisfacción, vagando entre los ensueños hasta descubrir el hogar
exclusivo de su corazón, usualmente una pareja más o menos imposible (cual Werther) o una tarea
también imposible como revivir lo inanimado (Frankenstein).
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Por ejemplo, Fromm y Jung tan opuestos en tantos aspectos pero tan próximos alrededor de la realización
humana satisfactoria. Fromm El miedo a la libertad y Jung, El hombre y sus símbolos.