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Reseña
Robert Tercek, ejecutivo de medios, alterna dos voces autorales: la del abuelo que
explica la historia digital y las redes de internet versus Casandra, que advierte sobre
las consecuencias de la futura era de la vaporización, cuando casi toda transacción o
compañía se volverá digital. La primera voz atraerá a estudiantes universitarios y a
gente de negocios con experiencia, pero la segunda es más interesante, de hecho,
fascinante. Tercek escribe con claridad y lógica, evita la terminología, su experiencia
le da coherencia a la historia que describe y hace predicciones verosímiles. Esta es
una peculiar visión general escrita por alguien que conoce el tema desde dentro y
que ha tenido experiencias exitosas en el exterior. Considera que Apple, Google y
Amazon son oligarquías cuyos líderes entienden que ningún bien es tan valioso como
los datos aplicados de manera adecuada. El futuro les pertenece. Ello saca a relucir
temas sobre la privacidad personal y las prácticas de negocios
monopólicas. getAbstract recomienda este análisis perceptivo a quienes se inician en
los negocios digitales, a quienes su modelo de negocio esté en riesgo de vaporización
y a quienes esperan obtener ganancias del cambio que se avecina, del mundo físico al
universo de los datos.
Ideas fundamentales
La “vaporización” significa liberar la información que se encuentra
“congelada” en el interior de las cosas.
La vaporización –el remplazo de lo físico con lo digital– ya domina, y habrá de
definir la producción, la entrega, las ventas y la mercadotecnia.
Si una versión digital puede remplazar cualquier aspecto de su negocio,
servicio o producto, lo hará.
De los siete mil 300 millones de personas sobre la Tierra, tres mil
400 millones tienen teléfonos móviles.
Para ser indispensable en el mercado, conviértase en un “conmutador” como
Google, eBay, Amazon, Craigslist, WhatsApp y YouTube.
Airbnb no vende hospedaje; vende información sobre hospedaje.
Uber vaporiza la propiedad privada de los automóviles.
La pereza humana y los hábitos contribuyen a que los líderes del mercado se
mantengan dominantes.
La geografía, el idioma, las fronteras nacionales y la moneda gobiernan los
negocios y los mercados tradicionales, pero no gobiernan el mundo vaporizado.
Usted no es dueño de su dispositivo inteligente: usted compra una licencia
para utilizarlo, que sus productores pueden revocar en cualquier momento.
Resumen
La sociedad definida por el software
“Una sociedad definida por el software puede ser abierta o cerrada. Puede
favorecer la participación masiva o puede permitir el control de una élite”.
Los datos en sus diversas formas llegan a su teléfono inteligente vía herramientas
específicas llamadas aplicaciones. Cada aplicación desempeña una función. La
interfaz entre su teléfono y sus aplicaciones le da a usted un mayor poder de
organización sobre sobre cómo obtiene, revisa e implementa la información. Al
mismo tiempo, las aplicaciones lo relacionan con vendedores particulares, por
ejemplo, para comprar música. Ellos le dan forma a la percepción que usted tiene del
reino que ellos controlan. Incluso cuando usted no pague tarifas, las aplicaciones
obtienen valor de usted en la forma de datos. Una sociedad definida por
el software se convertirá en lo que sus ciudadanos demanden: “abierta o cerrada”,
completamente participativa o controlada por una élite. Sus procesos pueden
permanecer opacos o estar disponibles para su inspección, reseña, revisión y
actualización.
Redes digitales
“El proceso que mató a los comerciantes de música ahora se propaga por la
sociedad como una ola sísmica que redefine una industria tras otra”.
Los grandes datos, la computación en la nube, el crowdsourcing, el softwareabierto
y las plataformas de software propietario impulsan este cambio sísmico hacia el
comercio digital. Estos ecosistemas cerrados se construyen
sobre software propietario y pueden enlazarse entre sí. Tales irrupciones imparables
significan que las ideas económicas tradicionales sobre cómo crecen y cambian los
mercados ya son caducas. Apple, Google, Amazon y compañías similares asumen
cualidades monopólicas. Inventan sus mercados, controlan el acceso a ellos y
extraen sus datos.
Conmutadores
Cuando los teléfonos aparecieron por primera vez, AT&T, el único proveedor, se
enfocó en cablear centros urbanos. En el oeste de Estados Unidos, donde las vastas
distancias entre clientes rurales hacían que el servicio de cableado no fuera tan
rentable, los consumidores empezaron sus propias redes. Los rancheros y
campesinos envolvieron las cercas de alambre de púas existentes con toscos aislantes
de vidrio y conectaron los teléfonos domésticos para crear líneas compartidas, pero
ocurrieron problemas cuando la gente quería hablar con alguien que no estuviera en
su línea. La solución fue una operadora sentada ante un conmutador. Actualmente,
como entonces, los conmutadores controlan la comunicación. Los conmutadores
vaporizados se han vuelto el nexo entre riqueza y poder.
“Una vez que una compañía acepta el sistema operativo de Apple o Google, pierde
el control de la experiencia del cliente y tiende a convertirse en tan solo otro
productor de dispositivos genéricos”.
Los conmutadores sirven como conectores, enrutadores de tránsito y –si usted elige
no utilizar sus servicios– como bloqueadores de la comunicación. También
demuestran el considerable poder de mercado de la pereza humana. El hábito dirige
la retención de clientes. Usted no puede escalar un negocio digital a menos que
controle su conmutador, pero una vez que un conmutador logra dominancia de
mercado, es difícil desbancarlo. Los clientes habitualmente regresan a los servicios
que conocen. Los conmutadores sobreviven con velocidad y escala. Los clientes
quieren encontrar rápidamente lo que buscan. Los negocios quieren que las
ganancias vengan lo más rápido posible. Los vendedores quieren llegar a la
comunidad de clientes más grande posible. Los clientes quieren variedad de
elección. Los vendedores quieren estar en un sitio con la mayoría de los clientes; los
clientes prefieren sitios con la mayoría de productos. De ahí que Amazon tenga éxito
al operar más allá de la geografía, el idioma, las fronteras nacionales y la moneda.
“Es posible construir una red sin un conmutador, pero es imposible escalar un
negocio digital sin uno”.
A medida que los clientes se encariñen son su sistema Apple o Android de
entretenimiento en el auto, la influencia que Apple o Google tengan sobre los
productores de automóviles crecerá. ¿Qué harán los productores de autos si Apple
deja de dar servicio a los sistemas ya colocados? A medida que los automóviles
eléctricos y los que se manejan solos cobran preeminencia, los autos se convertirán
en plataformas para que los consumidores paguen por aplicaciones. Las ventas de
autos serán el primer paso en la venta de aplicaciones y en el lanzamiento de un tipo
nuevo de dependencia de marca.
Todo lo que se pueda conectar se conectará. El mercado para los autos que utilizan
sistemas de entretenimiento Apple o Google creció diez veces más rápido que el
mercado de automóviles en general. Las proyecciones sugieren que de los
92 millones de automóviles que se venderán en 2020, el 75% ofrecerá conectividad.
Los productores de automóviles se ven en apuros. ¿Gastan en investigación,
desarrollo y en producción para crear sus propios sistemas, que probablemente no
atraerán consumidores? ¿O se vuelven asociados dependientes de Google y Apple?
CarPlay de Apple ya está en 15 productores de automóviles y Android Auto, en 20,
entre ellos General Motors, Audi, Honda y Hyundai. Ford y Fiat Chrysler ofrecen los
dos. Las compañías automotrices se esfuerzan para mantener los productos de Apple
y Google separados de sus propios sistemas de hardware y software. Muchos
productores tienen licencia del sistema QNX de Blackberry, que es compatible con
Apple y Google. Esos productores dependen de Blackberry para seguir en el negocio
y de Apple y Google para que les den soporte a sistemas que ahora ya son viejos.
“El proceso de vaporizar las cosas físicas y remplazarlas con sustitutos digitales es
la tendencia más grande que afecta a la producción, distribución, ventas e
investigación de mercado en el siglo XXI”.
El impacto de Uber
Al igual que Airbnb, Uber tiene costos de infraestructura ínfimos. Uber conecta a
millones de pasajeros con miles de personas que sí poseen bienes físicos: sus autos, y
les permite obtener un valor extra de sus bienes físicos. Uber vaporiza la propiedad
privada de los autos. Cada conductor de Uber elimina nueve autos de las calles. Tres
elementos de la vaporización contribuyen al éxito de Uber: 1) millones de teléfonos
celulares conectados con aplicaciones que brindan reconocimiento de clientes,
ubicaciones en tiempo real, mapas, cobros y pagos digitales seguros; 2) la
preferencia por el acceso en lugar de la propiedad y 3) personas que necesitan
trabajo y pueden ganar dinero como conductores.
Monopolios vaporizadores
Uber también vaporiza el monopolio del medallón de taxis. Cada municipalidad con
taxis vende medallones: placas que permiten que los taxis operen. Así, los taxis han
sido un monopolio apoyado por los reglamentos del gobierno. Dado que los
medallones crean una escases artificial y puesto que la industria y el gobierno se
combinan para limitar el abastecimiento, hubo un tiempo en que los medallones
eran una inversión fantástica. Los conductores se beneficiaban muy poco del precio
siempre creciente de los medallones, pero las compañías de taxis y quienes
financiaban la adquisición de medallones obtenían ganancias. Considere a la ciudad
de Nueva York, con sus 175 millones de tarifas de taxi al año. Sólo 13 mil 437 taxis
con medallón daban servicio a todos esos pasajeros, lo cual es más o menos 3 mil
500 menos de los 16 mil 900 medallones que los reglamentos de la ciudad permiten.
Algunas ciudades –incluyendo Portland, Filadelfia, Chicago, Los Ángeles, San
Francisco, Orlando y otras– han demandado a Uber. Los taxistas de otras ciudades
también han demandado. Algunos Estados y naciones –Tailandia y España, por
ejemplo– prohibieron completamente el servicio.
Sobre el autor
Robert Tercek fue presidente de medios digitales en el Canal de Oprah Winfrey,
vicepresidente sénior de medios digitales en Sony Pictures Entertainment y director
creativo de MTV.