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Pontificia Universidad Javeriana.

Departamento de psicología.
Curso: Sujeto y Sociedad.
Daniel Camilo Palacio Medina.
Fecha: Martes 26 de Febrero/2013
Control de lectura Nº 4: b. Elliot, A (1995) Teoría Social  y Psicoanálisis en transición. Buenos
Aires. Amorrortu Cap.1 Sujeto y sociedad de Freud a Kristeva. Pp. 33 a 77

En esta ocasión, tenemos la posibilidad de adentrarnos en el texto de Anthony Elliot titulado: “La
subjetividad y el discurso del psicoanálisis.” En donde a través de mecanismos de explicación y
aprendizaje concreto se explican claramente tres temáticas determinantes en cuanto al estudio
del psicoanálisis. Nuestro autor se basa en las obras de Freud sin olvidar la contextualización
recurrente en torno a la actualidad, y de la misma manera realiza una mirada compleja de los
conceptos, es decir, abandonando el reduccionismo que constituye hablar limitadamente de una
teoría, no deja opacar la mirada sistémica determinante de la era contemporánea.

En este sentido, nuestro autor estructura su escrito a través de tres vertientes que se verán
expuestas a continuación. En primer lugar, “El inconsciente: representación, pulsiones, afectos.”
Durante este subtitulo podemos encontrar exposición del sentido de la obra de Freud, en cuanto a
la crítica conceptual del inconsciente reprimido, los problemas psíquicos que esto conlleva, la
represión y las maneras mediante las cuales el inconsciente busca expresarse. Afirma que en el
inconsciente no existe contradicción (Verdad o Mentira), tiempo, ni conclusiones. Y este se dedica
solamente a desear. Aquí podemos observar al igual, procesos primarios y secundarios, en el
primer caso regidos por el inconsciente y en el segundo por el consciente. En la psique, según
Freud, los indispensable es distinguir los instintos de “auto-conservación” y los impulsos sexuales.
Se determina además, desde la prematuridad que lo inconsciente proviene de la necesidad
biológica, pero surge separado de ella. Puesto que el hecho del sentir placer y destinar nuestra
energía libidinal a ciertas cosas parte de ello. Relacionando el nacimiento de la sexualidad con el
hecho concreto de mamar.

El aspecto dinámico de ese inconsciente se define por la organización gradual de los impulsos o
pulsiones libidinales. Además de dividir la psique en tres partes: Inconsciente, Preconsciente y
Consciente. En el respetivo orden. Al final se determinan según su importancia, las premisas
básicas, partiendo de la satisfacción de ciertas necesidades vitales como esenciales para el
desarrollo humano a partir de su nacimiento y sus instintos de auto-conservación, y entendiendo
que no existe una conexión causal entre la necesidad biológica y la expresión psíquica del impulso
libidinal. Freud establece además que la condición principal para que una pulsión alcance la
expresión psíquica es que esta tenga una “Delegación por una representación.” Es decir, la
representación primaria, la fijación y sedimentación de la pulsión de manera representativa.
Existiendo de este modo el inconsciente como una condición de subjetividad básica, desde la que
surge la represión y la conciencia. Y en último lugar, entender que las representaciones principales
del inconsciente son la raíz afectiva para el cumplimiento del deseo, y se resiste a ser llevadas a un
plano consciente.
En segundo lugar, tenemos la posibilidad de adentrarnos en el subtitulo “Formación del yo,
narcisismo e identidad sexual.” Se parte de la formación del yo como instancia innata desde el
principio de toda la vida, que se separa del inconsciente a partir de contacto con el mundo
exterior, su funcionalidad trata del cumplimiento de funciones realistas, como el cálculo, el juicio,
etc. Es como una sintetizador personal que percibe la información externa e interna. Situado en las
fronteras del sistema preconsciente y consciente. Luego se hablo del “yo-cuerpo” lo cual se refiere
a la representación psíquica del cuerpo, tratándolo como “una representación mental de la
superficie del cuerpo.”

Posteriormente, se comienza a hablar de los impulsos libidinales y de la identidad sexual,


concluyendo que son las sociedad patriarcales las que predeterminan la naturaliza sexual de
nuestro inconsciente. Además de esto se hace una pequeña alusión a los problemas sexuales de la
nueva era, exponiendo teorías feministas que desaprueban la teoría de Freud y abriendo las
puertas a ciertos interrogantes en cuanto a estos mismos conflictos. Teniendo como hilo
conductor el psicoanálisis y su presentación. Finalmente, acercándonos a la conclusión llegamos a
“La represión y la constitución de la vida social.”

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