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CORPORACION UNIVERCITARIA IBEROAMERICANA

PRESENTADO POR: YEIMI MILENA TORRES LOPEZ

PRESENTADO A: LILIANA IZQUIERDO

HABILIDADES DE LA COMUNICACION

PSICOLOGIA

ACTIVIDAD
ANALISIS FUNCIONAL Y EL COMPORTAMIENTO

Los seres humanos van adoptando conductas diversas en la vida a medida que crecen, esto

crea una serie de hábitos, algunas veces positivos para cada persona, como otras veces son

negativos para la gente, sin embargo, igual los individuos vamos adoptando estos hábitos,

muchas veces sin saber porque ni tener conciencia del impacto que puede causar en nuestras

vidas. En el transcurso de los años, siempre han existido métodos para cambiar estos hábitos,

haciendo un esfuerzo adicional sin saber si la conducta cambiará o no, en la mayoría de los

casos resulta efectivo, pero volvemos a ellos casi sin darnos cuenta, observándolo solo ya

cuando es tarde. En la época del conductismo, la época dorada de la psicología, se

desarrollaron métodos y técnicas para lograr este cambio conductual, pudiendo inclusive

conseguir las razones de las conductas, las cuales son importantes para poder indicar el

procedimiento a seguir para la modificación de las conductas impositivas.

Durante décadas la psicología, entendida como un campo que une un conjunto de teorías

sobre lo específicamente humano, comparo el análisis experimental de la conducta (AEC)

con el trabajo de laboratorio, especialmente en el laboratorio animal. En este sentido, son

ampliamente reconocidos sus aportes en múltiples áreas de trabajo básico y aplicado en

psicología; sin embargo, recibió críticas respecto de sus pobres desarrollos en la explicación

y predicción del comportamiento social, varias de las cuales se hicieron desde el

desconocimiento o el mal entendimiento de sus presupuestos teóricos y epistemológicos. En

concordancia con este llamado, analistas de la conducta se han preocupado por trabajar, ya

no en el diseño de sociedades abstractas acordes con los principios de la conducta, como

fuera Walden Dos (Skinner, 1948), sino también en aplicar este cuerpo de conocimientos al
estudio de sociedades y prácticas culturales específicas. Estos trabajos han partido de postular

que las ciencias sociales no pueden concebir a las políticas, las relaciones de producción ni

las prácticas sociales o las instituciones sin reconocer que se dan con y entre individuos

Esta teoría del análisis funcional va ligada a la repetición de factores positivos y la

interrupción de los factores que desmotivan al sujeto al logro de la conducta deseada, por

supuesto, necesitando la colaboración completa y comprometida del individuo que desea

cambiar la conducta para que apunte todos los detalles de su vida diaria en su primera semana

para poder analizar su conducta y establecer los pequeños objetivos que debe lograr, los

cuales se establecen con el uso de distintos tipos de contingencias desarrolladas por los

investigadores, en el caso de necesitar aumentar la frecuencia en que se realizan por ejemplo,

labores de limpieza en la casa, se utilizarían contingencias de reforzamiento, en donde al

finalizar la limpieza la persona se enfoca en la satisfacción de observar su casa totalmente

limpia y aseada, Para desgranar completamente la conducta problemática los psicólogos

hacen uso de una herramienta clave El análisis funcional de la conducta, que permite

establecer las relaciones funcionales o secuencias que caracterizan una conducta, analizando

los antecedentes y consecuentes que explican que la conducta se de y se mantenga en el

tiempo. El AF nos permite conocer Exactamente qué ocurre, cual es la conducta

problemática: que piensa, siente, dice, hace o cómo reacciona la persona, ante que estímulos

o personas se da la conducta, que beneficio o perdidas reporta la persona y como se siente

después. Las personas que acuden a terapia pueden presentar comportamientos variados,

originados por múltiples causas.

El análisis funcional de la conducta permite organizar la información más importante del

paciente. En él se tienen en cuenta las relaciones sociales de la persona, sus conductas


problemáticas y los acontecimientos que han adquirido importancia en el origen y

mantenimiento del problema. Una vez recopilada esta información, se pretende buscar

explicaciones a las conductas problemas con la intención de encontrar una solución.

Para poder entender más a fondo esta herramienta es necesario explicar un poco por encima

qué se debe entender por comportamiento. Este concepto incluye tanto a las conductas

observables como las encubiertas del paciente. No únicamente se tienen en cuenta las

acciones físicas que hace la persona, como pudiera ser fumar en exceso o consumir algún

estupefaciente; también adquieren importancia sus creencias y pensamientos con respecto al

problema.

El psicólogo no se encarga únicamente de detectar aquello que no es adaptativo en el

paciente. Debe encontrar una explicación detrás del por qué la persona se comporta así,

relacionándolo con sucesos que le pasaran antes, es decir, los antecedentes. Así pues, al

realizar el análisis funcional de la conducta es necesario hallar las relaciones que hay entre

lo vivido por la persona y su comportamiento actual.

Para ejemplificar esto, imaginémonos a dos personas que están realizando la misma

conducta: no comer a la hora de la cena. Pese a que ambas básicamente están comportándose

igual, en un análisis de este tipo no únicamente detectaríamos esta conducta en concreto, sino

también trataríamos de hallar el por qué la están haciendo.

Puede darse el caso de que una de ellas no cene simplemente porque haya merendado mucho

y no tiene hambre, mientras que la otra puede ser que se vea gorda y haya decidido comer

menos.
De forma esquemática, los aspectos que cumplen los análisis funcionales de la conducta son

los siguientes: Identificar antecedentes y consecuentes de la conducta, las variables que

influyen en la persona, Formular hipótesis sobre las conductas problema y Describir las

conductas.

A la hora de realizar un análisis de este tipo pueden plantearse dos tipos de

hipótesis: hipótesis de origen e hipótesis de mantenimiento. Las primeras tratan de esclarecer

cómo se originó la conducta problemática, teniéndose en cuenta los elementos contextuales

presentes en el momento del surgimiento del problema. Las hipótesis de mantenimiento

tratan de explicar por qué la conducta se sigue realizando a día de hoy, qué elementos la han

reforzado o por qué aún no se ha extinguido.

Como en este tipo de análisis se trabaja con hipótesis, es muy importante que el psicólogo

sea riguroso y objetivo. Además, a medida que vaya evolucionando la terapia saldrá a la

superficie nueva información, con lo cual será necesario replantear la problemática por la

que en un principio vino el paciente y reformular las explicaciones que iban enfocadas a

elaborar un plan de intervención.

Haciendo una distinción entre ciencia y tecnología, se exponen algunos señalamientos sobre

la relación tradicional entre el análisis de la conducta, entendido como análisis experimental

y conceptual, y el análisis conductual aplicado. los principios formulados en el análisis de la

conducta resultan insuficientes en la solución de problemas técnicos, partiendo del supuesto

de que existe una diferencia fundamental entre la realidad empírica en la que dichos

principios son formulados y la realidad convencional en la que las problemáticas sociales

tienen lugar. Una articulación entre el análisis disciplinar y los problemas de relevancia social
requiere de un sistema interdisciplinar intermedio que traduzca los principios científicos

relativos a la conducta a las especificidades propias de la realidad social.

Teniendo en cuenta lo anterior podemos decir que, el avance en los estudios de nuestra

ciencia de la Psicología, se desarrollan técnicas que permite tanto predecir, como modificar

las conductas de los seres humanos, aunque puedan parecer un poco polémicas, tienden a

funcionar siempre que se cumplan los parámetros necesarios y se realicen los estudios

requeridos por los mismos.

En general, el criterio de aplicación del análisis del comportamiento se ha centrado en la

observación de conductas concretas de la gente en contextos reales, con un criterio

tecnológico dirigido a características prácticas y posibles de modificación en el ambiente

físico y social. De ahí la propuesta original de la ingeniería conductual, basada en la

necesidad de ingeniarse formas concertadas de aplicar los principios conductuales a sistemas

sociales (familia, escuela, comunidad, gobierno, etc.). El estudio cuidadoso de los modelos

propuestos por los analistas del comportamiento en el análisis de las prácticas conductuales

y culturales ha mostrado beneficios, sin embargo, es necesario dilucidar las vías de

interacción entre los diversos niveles metacontingenciales, así como los sistemas de

evaluación del diseño cultural con indicadores que permitan identificar los logros como

producto de dicho diseño y no de otros factores. Es claro que explicar los eventos culturales

desde esta perspectiva supone incluir en el análisis diversas y complejas interacciones

contextuales y sus determinantes evolutivos. Es tarea del analista del comportamiento

estudiar en detalle y hacer evidente para las comunidades científicas y no científicas las

contingencias del diseño cultural en el cual nos encontramos. Hablar de diseño cultural no

implica que "alguien controle, manipule o deshumanice", sino por el contrario, es concebir
un trabajo concertado, participativo e inclusivo en pro de objetivos comunes, inacabados y

en permanente formulación.
Referencias

Biglan, A. (1995). Changing cultural practices: a contextualistframeworkfor intervention

research. Reno, NV: Context Press. Biglan, A. y Smolkowski, K. (2002). The role of the

cornrnunity psychologist in the 21 st Century. Prevention & Treatment, 5, 15, Disponible en:

http://wateway1.obid.com/obidweb.cgi Burgess, R. L. Y Bushell D. (1969) (eds). Behavioral

sociology: the experimental analysis of social process. New York: Columbia University Press

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