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LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

Magistrado ponente

STC1811-2017
Radicación n.º 11001-02-03-000-2017-00282-00
(Aprobado en sesión de quince de febrero de dos mil diecisiete)

Bogotá, D.C., quince (15) de febrero de dos mil diecisiete


(2017).

Decídese la tutela promovida por Carlos Arturo Pinilla


Prieto frente al Juzgado Catorce Civil del Circuito de Cali y
la Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de la
misma ciudad, específicamente contra el magistrado Jorge
Jaramillo Villareal, con ocasión del juicio de impugnación
de actas de asamblea adelantado por el aquí quejoso al
Condominio Campestre Las Mercedes.

1. ANTECEDENTES

1. El interesado reclama la protección de los derechos


al debido proceso, defensa y acceso a la administración de
justicia, presuntamente infringidos por los accionados.
Radicación n° 11001-02-03-000-2017-00282-00

2. Manifiesta como fundamento de su inconformidad,


en concreto, que el 23 de septiembre de 2016 presentó
demanda impugnando la “Asamblea General de Propietarios
del Condominio Campestre las Mercedes, celebrada el 26 de
junio de 2016, la cual consta en Acta No. 41, publicada el 25
de julio de 2016”.

El 4 de octubre pasado, el a quo tutelado rechazó el


libelo por “caducidad”, pues, en criterio de ese funcionario,
el término para acudir a la jurisdicción a cuestionar ese tipo
de gestiones, “(…) ya no se computaba desde la fecha de
publicación del acta sino desde la fecha de celebración de la
Asamblea”, determinación confirmada por el superior, al
desatar la alzada propuesta.

Acota que sumado al anterior argumento, el Tribunal


adujo “que se puede demandar sin copia del acta de
Asamblea”, postura de la cual disiente el tutelante, por
cuanto, ningún “(…) tipo de análisis jurídico responsable
haría el apoderado de la parte demandante si no cuenta con
el documento a controvertir”.

Al apelar el auto de primer grado alegó sin éxito que:


i) la regla 382 del Código General del Proceso “(…) solo
habla del acto respectivo, más no distinguía entre la
celebración de la asamblea y la publicación del acta de
asamblea”; ii) “la asamblea no finaliza el día de la
celebración sino el día que termina el encargo de la
verificación de la redacción del acta y su efectiva
publicación”; y iii) el Juez del circuito aplicó la citada
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norma, “sin tener en cuenta el artículo 47 de la Ley 675 de


2001 (Ley Especial)”.

Tras insistir en los aspectos ya descritos, afirma “que


enmarcar la caducidad exegetamente (sic)” en el citado
mandato 382 transgrede el precepto “47 de la Ley 675 de
2001” (sic), por cuanto “de manera regresiva se reduce el
término para radicar la demanda”.

Luego de aseverar que otros despachos judiciales sí


realizan “el conteo de la caducidad a partir de la fecha de
publicación del acta”, alude el petente al significado
otorgado por la Real Academia Española –RAE- a las
palabras “constar” y “encargar” contenidas en el señalado
canon 47, reseñado por el interesado.

3. Pide revocar los autos objetados y en su lugar dar


curso al libelo.

1.1. Respuesta de los accionados

El colegiado se remitió a los fundamentos esbozados


en la providencia acá atacada.

El a quo guardó silencio.

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2. CONSIDERACIONES

1. Se negará la presente salvaguarda, por cuanto, de


las providencias censuradas, específicamente, de la emitida
en segundo grado, no emerge irregularidad con entidad
suficiente como para permitir la injerencia de esta justicia
constitucional reservada para casos de evidente desafuero
judicial.

2. En la determinación de 20 de enero de 2017, la


Corporación acotó que el recurrente fundaba la apelación
incoada contra el auto mediante el cual se rechazó por
“caducidad” la demanda de impugnación de actas, en que el
libelo había sido oportunamente formulado si se tenía en
cuenta

“(…) que la Asamblea del Condominio Campestre las Mercedes


se encuentra construido por más de 345 predios (sic), el audio
de la Asamblea contiene varias horas de grabación y solamente
se puso a disposición de los copropietarios una vez publicada el
acta y no antes, (…) el comité de verificación del Acta se
encuentra en encargo por parte de la Asamblea, es decir,
el Comité de Verificación es la misma asamblea
ejerciendo sus facultades, las cuales se extienden hasta
20 días hábiles después de la celebración de la Asamblea
General Extraordinaria de Copropietarios cierra su ciclo
o acto solo y exclusivamente después de verificada y
publicada el Acta de Asamblea,’ en consecuencia, el término
de los dos meses de caducidad de la demanda debe empezar a
contarse después de dichos eventos” (negrilla y sublínea
original).

Seguidamente, destacó el Tribunal que si bien la Ley


675 de 2001 regulatoria de la propiedad horizontal en su
artículo 49, estipulaba que la “(…) impugnación de actos de
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asamblea (…) sólo pod[ía] intentarse dentro de los dos (2)


meses siguientes a la fecha de comunicación o publicación
de la respectiva acta”; empero, tal mandato fue derogado
expresamente por la regla 626 literal C del Código General
del Proceso.

Añadió que en la actualidad “(…) la impugnación de


actos de asamblea, juntas directivas o de socios” está regida
por el canon 382 del último de los citados plexos
normativos, el cual contempla un plazo

“(…) extintivo perentorio e improrrogable para el ejercicio de la


acción de impugnación de actos de los organismos directivos de
las personas jurídicas de derecho privado considerando un
término de caducidad cuyo concepto la jurisprudencia se ha
encargado de precisar como definitorio de la siguiente manera:
‘La caducidad está ligada al concepto de plazo extintivo en sus
especies de perentorio e improrrogable, cuyo vencimiento se
produce sin necesidad de actividad alguna ni del juez ni de la
parte contraria (H. Corte Suprema de Justicia Sala de Casación
Civil del 11 de mayo de 1948 LXIV pág.371) (…)”.

Afirmó que el lapso de 2 meses consagrado en el


referido artículo 382 no se contabilizaba

“(…) desde cuando se comunicó o se publicó el acto respectivo


sino desde cuando se adoptó el acto o actos por la asamblea
porque tal como quedó explicado, la disposición que
contemplaba la necesidad de comunicación o publicación del
acta (art. 49 ya citado) fue expresamente derogada, debiendo
contarse desde cuando se adoptó la decisión, sin que la
obtención de la copia del acta influya en el conteo del término,
en esa dirección la doctrina no ha sido ajena al expresar: ‘si al
demandante no le entregan la copia del acta, como suele
ocurrir, en ese caso así debe manifestarlo en la demanda, para
que el juez conmine al demandado a entregar la copia
(Bejarano. Guzmán. Ramiro. Procesos declarativos y Ejecutivos.
Sexta Edición. Editorial Temis Págs. 114 a 120”.
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3. Forzoso es colegir, en definitiva, que resulta


razonable la postura asumida por el colegiado frente al
pleito sometido a su conocimiento, lo cual frustra el éxito
del resguardo ahora examinado.

La inconformidad del tutelante con la referenciada


providencia por ser adversa a sus intereses no le abre paso
a esta particular justicia, por cuanto se halla reservada
para eventos de patente desafuero judicial, lo cual no se
configura en el decurso auscultado.

Importa memorar que el artículo 382 del Código de


General del Proceso estipula: “La demanda de impugnación
de actos o decisiones de asambleas, juntas directivas, juntas
de socios o de cualquier otro órgano directivo de personas
jurídicas de derecho privado, solo podrá proponerse, so pena
de caducidad, dentro de los dos (2) meses siguientes a la
fecha del acto respectivo y deberá dirigirse contra la entidad.
Si se tratare de acuerdos o actos sujetos a registro, el
término se contará desde la fecha de la inscripción” (sublínea
fuera de texto).

La redacción de la mencionada regla aleja la


arbitrariedad atribuida al funcionario tutelado, por cuanto,
sin duda de ella emerge, como acertadamente lo concluyó el
juzgador ad quem, que el lapso para ejercitar la acción
ordinaria en comento, inicia a contar desde la data en la
cual se celebró la reunión donde se adoptó la decisión
controvertida, sin importar, según la nueva legislación, el
día de su publicación.
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Tampoco erró el Tribunal al no reparar en el


contenido del artículo 47 de la Ley 657 de 2001 1, pues su
examen en ese momento se circunscribía a determinar si
era viable de conformidad con el mandato 382 del C.G. del
P., dar curso a la acción incoada por el tutelante

Ahora, si el promotor del auxilio estima que la


memorada norma 382 es “(…) regresiva [, por cuanto] (…)
reduce el término para radicar” el libelo de impugnación de
actas, puede formular la respectiva demanda de
inconstitucionalidad, para que sea el máximo Tribunal de
esa jurisdicción, quien se pronuncie sobre ese aspecto.

No torna próspero este ruego que otros juzgadores,


distintos a los aquí querellados, sí admitan a trámite casos
en circunstancias similares a las acá comentadas, pues,

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“Las decisiones de la asamblea se harán constar en actas firmadas por el
presidente y el secretario de la misma, en las cuales deberá indicarse si es ordinaria
o extraordinaria, además la forma de la convocatoria, orden del día, nombre y calidad
de los asistentes, su unidad privada y su respectivo coeficiente, y los votos emitidos
en cada caso.

En los eventos en que la Asamblea decida encargar personas para verificar la


redacción del acta, las personas encargadas deberán hacerlo dentro del término que
establezca el reglamento, y en su defecto, dentro de los veinte (20) días hábiles
siguientes a la fecha de la respectiva reunión.

Dentro de un lapso no superior a veinte (20) días hábiles contados a partir de la fecha
de la reunión, el administrador debe poner a disposición de los propietarios del
edificio o conjunto, copia completa del texto del acta en el lugar determinado como
sede de la administración, e informar tal situación a cada uno de los propietarios. En
el libro de actas se dejará constancia sobre la fecha y lugar de publicación.

La copia del acta debidamente suscrita será prueba suficiente de los hechos que
consten en ella, mientras no se demuestre la falsedad de la copia o de las actas. El
administrador deberá entregar copia del acta a quien se la solicite.

PARÁGRAFO. Todo propietario a quien se le niegue la entrega de copia de acta, podrá


acudir en reclamación ante el Alcalde Municipal o Distrital o su delegado, quien a su
vez ordenará la entrega de la copia solicitada so pena de sanción de carácter
policivo”.

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esta justicia excepcional solo interviene para corregir el


desafuero de los jueces, falencia no materializada en asunto
materia de esta salvaguarda.

4. En corolario, la inconformidad del señor Pinilla


Prieto con el pronunciamiento examinado no le abre paso a
esta senda, porque la sola divergencia conceptual no es
venero para demandar el amparo constitucional porque la
tutela no es instrumento para definir cuál planteamiento
hermenéutico en las hipótesis de subsunción legal es el
válido, ni cuál de las inferencias valorativas de los
elementos fácticos es la más acertada o la más correcta
para dar lugar a la intromisión del juez constitucional.

Atinente a ello, esta Sala ha afirmado:

“(…) independientemente de que se comparta o no la


hermenéutica de los juzgadores atacados, ello no descalifica su
decisión ni la convierte en caprichosa y con entidad suficiente
de configurar vía de hecho, la reseñada providencia consigna,
en suma, un criterio interpretativo de los hechos y de las
pruebas coherente que, como tal, debe ser respetado, aunque
éste pueda ser susceptible de otra exégesis; es decir, para
expresarlo brevemente: aunque la Sala pudiera discrepar de la
tesis admitida por los juzgadores de instancia accionados, esa
disonancia no es motivo para calificar como absurda la referida
sentencia”2.

Esta Corporación también ha indicado:

“(…) los Jueces en su tarea de administrar justicia gozan de (…)


autonomía en la exégesis de la ley y en la valoración de la
prueba, motivo por el cual no es suficiente que la tutelante
oponga un planteamiento así sea coherente sobre lo que debió

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CSJ. STC 18 de marzo de 2010, exp. 00367-00, reiterada el 3 de junio de
2011, exp. 00974-01 y el 18 de enero de 2012.
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ser ya la explicación de la norma o del análisis de la prueba,


para desdeñar una providencia judicial que no comparte y
encasillarla como vía de hecho judicial (…) ‘el campo en donde
fluye la independencia del juez con mayor vigor, es en cuanto a
la valoración de las pruebas. Ello por cuanto el administrador
de justicia es quien puede apreciar y valorar, de la manera más
certera, el material probatorio que obra dentro de un proceso,
inspirándose en los principios científicos de la sana crítica; por
lo tanto, a juicio de la Corte, la regla general de que la figura de
la vía de hecho solamente puede tener una aplicación en
situaciones extremas debe ser manejada con un criterio
restrictivo (...) de forma que sólo es factible fundar una acción
de tutela, cuando se observa en el caso concreto, que de
manera manifiesta el operador jurídico ejecuta un juicio
irrazonable o arbitrario sobre la valoración probatoria por fuera
de las reglas básicas de realización, práctica y apreciación, las
cuales se reflejan en la correspondiente providencia’ (…)”3
(sublínea fuera de texto).

5. Por los argumentos anteriores, el amparo


deprecado será desestimado.

3. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,

RESUELVE:

PRIMERO: NEGAR la tutela solicitada por Carlos


Arturo Pinilla Prieto frente al Juzgado Catorce Civil del
Circuito de Cali y la Sala Civil del Tribunal Superior del

3
CSJ. STC 1° de septiembre de 2010, exp. 01377-00, reiterada el 16 de
diciembre de 2011, exp. 02663-00.

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Distrito Judicial de la misma ciudad, específicamente


contra el magistrado Jorge Jaramillo Villareal, con ocasión
del juicio de impugnación de actas de asamblea adelantado
por el aquí quejoso al Condominio Campestre Las Mercedes.

SEGUNDO: Notifíquese lo así decidido, mediante


comunicación telegráfica, a todos los interesados.

TERCERO: Si este fallo no fuere impugnado remítase


el expediente a la Corte Constitucional para su eventual
revisión.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

LUIS ALONSO RICO PUERTA


Presidente de Sala

MARGARITA CABELLO BLANCO

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

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AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

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