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La arquitectura inca y el manejo del espacio en el Cusco

imperial
1.- Materiales constructivos
Los materiales utilizados por los inca[1]para elaborar las estructuras arquitectónicas de su
imperio se pueden identificar en; piedra, madera, fibra vegetal y animal, arcilla, tierra; entre
otros.
Dichos elementos al combinarse generan una "estructura tipo"[2], la misma que presenta
acabados distintos y funciones distintas; ello se debe tomar en cuenta, ya que al presentarse en
el imperio diferenciación en cuanto a clases sociales, se genera también diferenciación en cuanto
al tipo de construcción.
Los materiales utilizados por la sociedad inca en los espacios geográficos donde realizaron sus
edificaciones fueron en la mayoría de los casos de la misma zona, con ciertas excepciones que se
impartían por disposiciones imperiales.
En el caso de la ciudad de Cusco, el material pétreo usado en las construcciones tanto imperiales
como comunales, proviene de canteras ubicadas en las zona de Saphi, Huacoto en las alturas de
San Jerónimo, Tambomachay en Sacsaywaman; Rumicolca en la zona de Huacarpay; entre
otras[3]dichas canteras fueron utilizadas para extraer el material lítico que posteriormente
formó parte de las construcciones en la ciudad inca, pero también se observan elementos
foráneos como las calizas traídas desde la zona de Yucay[4]
El trabajo en piedra implicaba la necesidad de contar con una adecuada zona de
aprovisionamiento de agua, la misma que servía como elemento de enfriamiento de los bloques
en el momento de su talla y para poder colaborar con los trabajos de traslado de las piedras hacia
su emplazamiento final[5]este elemento hídrico existió y existe en los flujos de los ríos Saphi,
Tullumayo y Watanay, que debieron ser de utilidad para las construcciones elaboradas en Cusco.
La obtención de bloques pétreos, según Agurto (1987), en la mayoría de los casos se generaba a
través de la selección de elementos sueltos, a ellos se les daba una forma por lo general primaria,
ya que el acabado de los bloques se alisaba una vez asentado el bloque en su posición final.
Los elementos líticos más usados en el imperio y por ende en Cusco, son la caliza, diorita,
andesita, pórfido, esquistos pizarrosos, granito, areniscas; los mismos que eran asentados con la
presencia de otro elemento como la tierra, que mezclada con un mordiente de fibra o
elementos minerales (piedra menuda), generaba un mortero que se colocaba en el núcleo o muro
interno de las construcciones y entre las juntas de algunas otras.
Por otro lado el uso del barro (tierra humedecida con mezcla de un mordiente), se encuentra
relacionado con la fabricación de adobes y con la elaboración de morteros que sujetan elementos
como la piedra y el adobe, además de servir como una capa de protección o decorado que cubre
el acabado de algunas construcciones. Dicha capa es conocida como revoque, sobre el que, se
podía hallar coloraciones distintas o enlucidos.
En el adobe de época inca, la paja era utilizada como elemento de coerción; el tamaño promedio
del adobe inca es de 20 centímetros a 80 centímetros de largo[6]Este elemento era utilizado para
coronar las construcciones realizadas en sus primeros niveles por muros en piedra, o piedra y
mortero de barro[7]
Una vez generada la combinación de la piedra y el barro; la madera, la fibra (vegetal y/o animal)
eran utilizados en la mayoría de los casos en los soportes y amarres de los techos, o en la
elaboración de dinteles. Es el caso de la madera para los techados incas.
El resultado final era una estructura arquitectónica que podía ser destinada a diferentes usos y
funciones, y que su agrupación era conocida como kancha.[8]

Elaboración de los aparejos inca


La elaboración de los paramentos o muros inca, son en la mayoría de los casos considerados de
acabado fino muy elaborado como los que presenta el templo de Qorikancha en Cusco. Ello no
debe tomarse como una verdad absoluta, ya que también se debe considerar en cuenta que en
toda sociedad se da variaciones en los elementos culturales, esto debido a la presencia de clases
sociales diferentes; y en el caso de la arquitectura a la generación de estilos constructivos
distintos, debido a aspectos diferenciales tales como función o uso de las edificaciones; es por
ello que se puede identificar tipos de muros partiendo de los más simples, es decir un muro que
presenta un mismo acabado; hasta muros complejos con la presencia de dos tipos de acabado en
un mismo paño o aparejo; la clasificación generada, para los tipos de muro inca, a la fecha es la
siguiente:

Muros sedimentarios, Se ve conformado por bloques rectangulares o cuadrados, los que se


superponen en forma ordenada y decreciente con presencia de líneas horizontales formadas por
la unión de los bloques del mismo tamaño.
La piedra rectangular del mismo tamaño y el mismo grosor no posee mayor complejidad en
cuanto a su armado ya que la uniformidad de los elementos permitía trabajar la cara superior del
lito ya asentado con la cara inferior del lito a ser colocado. Y en el caso de los lados, uno de los
laterales del elemento ya asentado con el otro lateral del nuevo elemento.

Muros rústicos, estos aparejos poseen un encimado de sus elementos sin mayor trabajo con
presencia de cuñas y mortero entre las juntas, realizando este tipo de aparejo en las
construcciones del poblador común y en pocos casos representaban construcciones imperiales;
cuyo acabado no era el del muro rústico, sino que muchas veces se veía cubierto por una capa de
arcilla, y en algunas oportunidades remataba en las esquinas en un muro tipo sedimentario.
Muros celulares, denominados de esta manera debido a la forma en que se estructuran o
componen, con una piedra base, en la cual se apoyan el resto de elementos, los mismos que dan
la idea de ramificarse de la principal, generando con ello la impresión de que su constitución es
similar a la conformación de una célula.
Este tipo de muro (celular) se encuentra compuesto por elementos que, en su mayoría, presentan
cara áspera o lisa, las juntas son perfectas y en el caso de las partes próximas que dan a vanos y
esquinas, el muro varía al tipo sedimentario, lo cual, muchas veces, lleva a confusión en cuanto
a determinar su elaboración, pero ello se realiza debido a que si se terminara en un vano o
esquina con el tipo de junta celular sería imposible llegar a tener un ángulo recto.
El asentado de los muros celulares, se realizaba a través del uso de plantillas de metal que
copiaban los clivajes o cortes de las caras de los elementos ya asentados y con esos metales en
forma de negativos, se realizaban las tallas de los elementos a ser asentados[9]
Muros engastados, se encuentra compuesto por elementos cuyas juntas se dan entre varios
alveolos, (que es la cavidad existente entre elementos), y por ende varios ángulos por ello es
conocido también como muro poligonal.
En el caso de las juntas de los elementos que componen los muros poligonales se debieron dar
mediante ensayo-error, es decir, colocar el elemento por asentar junto a otro ya asentado;
probando si las juntas eran las adecuadas, en caso de no serlo se debía retirar el elemento y
desbastarlo en la parte sobrante hasta calzar con el elemento ya asentado[10]se debe indicar que
dicho trabajo se realizaba con elementos que no alcanzaban un alto tonelaje, ya que el peso
desmedido hubiese determinado mayor tiempo de trabajo, lo cual no se podría haber
desarrollado en el lapso de tiempo que es ubicada la sociedad inca.
Muros ciclópeos, los mismos cuya denominación se debe al gran tamaño que posee cada
elemento, los casos más mencionados son los de Saqsaywaman y Ollantaytambo.
Los bloques ciclópeos, plantean un problema de armado, ya que el tamaño de los mismos,
añadido al peso no permitía un ejercicio de ensayo-error; por lo que Agurto (1987) indica que el
armado de estos bloques, se debió realizar mediante el uso de maquetas o moldes de tamaño
natural, las mismas que se medían con los bloques anteriores y luego se encajaba el nuevo bloque
con perfección. Este hecho, desde mi perspectiva, no es del todo claro ya que existen cuñas[11]en
muros ciclópeos como los de Ollantaytambo y Saqsaywaman; lo que indicaría que se realizaba
una aproximación entre las juntas de estos elementos, y las faltantes o espacios vacíos, se
completaban con cuñas. Ello implica también que este tipo de muros debieron ser armados desde
los extremos opuestos hasta juntarlos en una parte media, con fin de darle mayor solidez a las
esquinas y hacer más fácil el armado de dichos muros.
2.- Acabados y coberturas de las construcciones inca
La idea, de que todas las construcciones inca culminaban en piedra cara-vista, es decir, con los
elementos líticos expuestos de manera directa, no es del todo cierta; se tiene información de
construcciones recubiertas por un revoque enlucido con colores distintos.
En el poblado inca de Chinchero, se aprecia construcciones con elementos líticos unidos con
mortero de barro y que se podrían identificar como arquitectura ordinaria o rústica, pero que de
acuerdo a su ubicación se encuentra en un espacio de importancia administrativa, en ella se
aprecia los revoques que cubrían los muros, este aspecto al parecer debió ser repetido en
diferentes conjuntos arquitectónicos existentes para periodo inca. Existiendo también evidencia
de muros con piedra pulida y presencia de revoques en dicha localidad[12]
Otro asentamiento que presenta este tipo de recubrimientos en los muros de las estructuras es
Tambokancha, ubicada en la actual localidad de San Nicolas de Bari en Zurite Anta, en este
conjunto la estructura denominada II-AI en el área arquitectónica II, presenta una capa de
enlucido rojo de 7 cm de espesor la cual se encontraba en el ingreso o jamba[13]
Estas características en el trabajo y/o acabado de las construcciones inca, se debe a que en
muchos casos eran parte del sello personal de cada gobernante; por ejemplo las construcciones
atribuidas a Pachacuti, poseen diferencia a las dispuestas por parte de Wayna Capac; mientras
el primero no utiliza el barro, para sus construcciones en las primeras hiladas, el segundo
si muestra un uso más pronunciado del barro como se da en Quespihuanca en Urubamba[14]
Por otro lado, la diversificación de elementos líticos tallados, canteados y pulidos, en un mismo
aparejo, también es dable, es más en algunos casos se presenta elementos de
diferente matriz pétrea, como la conjunción de dioritas con andesitas, del mismo modo, se
aprecia inclinaciones en los muros asociadas a partes del mismo muro sin inclinación.
Uno de los monumentos más importantes para los inca y que puede ayudarnos a entender las
combinaciones descritas líneas arriba, es el templo de Qorikancha, estudiado por Bejar en 1990.
El templo de Qorikancha presenta en la cimentación de los muros elementos de forma canteada
de tipo rústico, con espacios entre las juntas y unidos con un tipo de mortero. Contrario al
acabado exterior, que es piedra pulida.
Por otro lado, la cimentación del muro posterior del denominado recinto 03, el mismo que da a
la calle Ahuacpinta, posee elementos líticos de diorita, cosa que no se aprecia en otros cimientos
del templo, pero que se podría relacionar con los cimientos y aparejos hallados en la misma calle,
como la esquina de la calle Ahuacpinta con la calle Zetas, o la esquina del actual hotel Libertador.

En lo referente al paramento del templo, se tiene tallas de piedra de forma rectangular liso,
aunque existen también formas rectangulares combinadas con formas cuadradas; del mismo
modo los bloques rectangulares se diferencian entre bloques rectangulares lisos y
almohadillados, lo que muestra combinaciones de elementos existentes en los paños de uno de
los espacios más sagrados de Cusco.
El recinto número 01 pegado al muro oriental que da a la calle Ahuacpinta, presenta en el muro
frontal una inclinación de 0.18 metros hacia el exterior, y un grosor de 0.81 metros desde la base
hasta la parte final, lo cual es bastante peculiar ya que en las estructuras inca que se elevaban
con presencia de inclinación, eran más delgadas en la parte superior, tal vez con la finalidad de
no generar empujes en los muros; mientras que el recinto número 02 continúo al recinto 01,
presenta la inclinación de muro a mitad del mismo y no desde el inicio.
Otro de los espacios de relevancia inca es Machupicchu donde Astete (2011) a identificado la
unión de elementos líticos cóncavos y convexos en el templo de las tres ventanas en
Machupicchu, lo cual califica según el autor a esta construcción como la técnica constructiva más
elaborada por la sociedad inca, ya que es fácil unir muros con juntas rectas, lo complicado se da
en la presencia de dos planos cóncavo y convexo uniéndose.
Cabe indicar que existe por otro lado la propuesta de que este tipo de junta en realidad sería el
espacio donde descansaría un madero, él mismo que se apoyaría en la columna rectangular
ubicada en medio de este paño, con la finalidad de soportar una carga de techado: este tipo de
estructura es conocida como masma o wayrona y su función pudo ser destinada para realizar
actividades en el día[15]

Otra particularidad en cuanto a Machupiccchu es la construcción semi circular conocida como


tambor solar, que se encontraría inconclusa en su trabajo final, ya que en algunos elementos
líticos se nota la falta de la junta, eso quiere decir que se ha pulido de tal manera este espacio que
ya no se aprecia el mismo; por lo cual el planteamiento es que ésta construcción no estaría
acabada[16]
Con ello surge la pregunta ¿si se dan estas variaciones de acabado en los muros de dos de los
sitios más importantes del imperio, por qué no sería posible hallar patrones similares en otras
construcciones?. La respuesta se encuentra en realizar estudios más detallados de los muros
existentes a la fecha y que muestran combinaciones en sus elementos y aparejos, como lo descrito
en el caso de los muros celulares que deben rematar en las esquinas, vanos y hornacinas en muros
sedimentarios para poder lograr el acabado adecuado.
Un tema que también no ha sido muy desarrollado es la concepción de niveles o pisos para las
construcciones inca; estos niveles presentaban sus accesos a través de escaleras realizadas en
maderos adosados a los muros internos de las construcciones, y que en algunos casos eran
cubiertos con un tipo de mortero de tierra o barro; en otros casos como en Ollantaytambo existe
los peldaños hechos en piedras, los mismos que ascienden en forma de pasos conocidos
comúnmente como sarunas.
Este tipo de edificaciones se pueden apreciar en las construcciones de aparejo simple, es decir
piedra con barro, descritas por Protzen (2005) para el caso de Ollantaytambo; las mismas que
poseen medidas de 1.00 metro a más de ancho de muro.

En la actualidad las construcciones que se tienen del imperio en Cusco, se aprecian acabadas en
piedra únicamente, lo cual conlleva a una concepción inadecuada de que los muros se remataron
así; lo más probable es que hayan rematado la mayoría de ellas en adobes encimados sobre los
muros líticos.
Un ejemplo de lo indicado es el templo de Wiracocha en la localidad de San Pedro en Canchis
donde se aprecia un muro de piedra pulida unida con mortero de barro y asociada a la
culminación con adobe, este tipo de construcción se podía apreciar también en los centros
urbanos y rurales.[17]
El caso de las coberturas de los techados inca, podía identificarse en cinco tipos de cubiertas;
techos a un agua, dos aguas, en caso excepcional de tres aguas, cuatro agua y cónicos.
Para lograr estos techos se usaban maderas y cañas resistentes, mientras que las cañas corrientes
y la paja servía para la cobertura, siendo los mimbres, agaves y cáñamo los más utilizados para
trenzar las soguillas con que se ataban los techos[18]los techados poseían un armado de par
simple, sobre el cual se colocaba la cumbrera que soportaba todo el techo.
Existe registro de muescas o cortes en los hastiales[19]de las construcciones inca. Estas muescas
reciben una vigueta que descansa sobre la cabecera exterior de los muros longitudinales. En el
hastial se apoyaban un tipo de triángulos o trípodes redondeados, las viguetas se amarran a los
clavos horizontales del muro interior o en otros casos en las argollas existentes en los hastiales
por la parte externa. Sobre este armazón se coloca la capa de esteras; la separación de los trípodes
se realizaba de acuerdo a la distancia que cubría la estructura, cuando más extensa mayor
cantidad de trípodes para dar un buen soporte a los techos de las estructuras, como lo indican
Protzen (2005) y Agurto (1987).
Todas estas variaciones y tipos de construir, han llevado a una inadecuada lectura de las
edificaciones inca, conceptualizándose que los muros de acabado rústico, o los que conjugan
acabados como el de la calle Cabrakancha con Tullumayo, son rearmados o son anteriores al
periodo inca.
Tal vez, una forma de poder identificar la arquitectura inca es a través del hallazgo de la forma
trapezoidal en vanos, nichos, hornacinas, ventanas; sello que según Morris, proporcionaban una
visión clara de que el edificio había sido construido por y para los inca.
Otro elemento que deja constancia de la marca inca en arquitectura es la disposición de las
construcciones en grupos de tres, cuatro a más recintos agrupados y cercados por un muro, este
agrupamiento es conocido como kancha, la misma que fue identificado por Rowe en 1944. Este
agrupamiento fue el que se utilizó, tanto para las construcciones de poder como para las
viviendas comunes.
Estos tipos de construcciones con sus variaciones o sellos personales, poseían su permanencia
en el tiempo, al menos en zonas de lluvia, gracias a la creación de canales de evacuación de aguas
(drenajes), los mismos que se aprecian en lugares como Sacsaywaman entre los baluartes. Este
elemento evitaba la inundación de los espacios expuestos a la intemperie; otro ejemplo es
algunos de los recintos existentes en Machupicchu, como el llamado ambiente de los morteros,
el muro occidental del Qorikancha, entre otros.
3.- Tipología constructiva
Cuando nos referirnos a tipología en Arqueología, hablamos de rasgos distintivos de un objeto;
estos rasgos nos permiten agrupar formas y estilos de diferentes objetos o creaciones culturales;
en el caso de la arquitectura inca se puede agrupar dichos tipos constructivos en circulares y
rectangulares; estos dos tipos constructivos cumplen funciones distintas como viviendas,
chulpas o almacenes, templos, recintos militares y/o administrativos.
Estas dos formas se podían combinar, generando nuevos tipos constructivos, como se aprecia en
recintos hallados en el sitio de Tambokancha, Zurite, cuya particularidad es la presencia de una
especie de antesala, que no posee unión directa con la estructura principal, pero que forma parte
de la misma; mientras que en la parte media y final los muros forman un tipo de greca o
chacana[20]
Por otro lado, se evidencian estructuras rectangulares, cuyo muro posterior remata en forma
concava[21]es decir, de media luna; particularidad apreciada muy pocas veces como en el caso
del denominado ábside del Qorikancha y/o el templo del Sol en Machupicchu.

Estos y otros tipos constructivos, generaban espacios distintos, los mismos que partían de las
estructuras denominadas kanchas inca, que en su composición agrupaban palacios, templos,
barrios, entre otros.
4.- Características de agrupamiento
Las unidades arquitectónicas asociadas entre ellas, con un espacio central o patio y cercadas con
un muro perimétrico, dejando espacios pequeños en las esquinas llevan la denominación de
kancha; la disposición de dos kanchas a manera de imagen en espejo formaba una manzana[22]
Cuando el ingreso a una de las kanchas, es de doble jamba, representa prestigio o alto estatus,
por lo cual dicho acceso se aseguraba mediante una serie de sujetadores cilíndricos, los mismos
que se hallan a cada lado de la puerta; estos elementos indican que el paso por ese acceso es
restringido, ya que en las construcciones incas no se presentaban puertas cerradas, salvo que el
sitio al que se accediera fuera de importancia[23]
En el caso de las construcciones de la población común no se presentaba una diferencia en cuanto
al tipo de agrupamiento de las kanchas; la diferencia se daba en los acabados o la restricción de
estos espacios. Es importante anotar que el hecho de hallar una kancha sin un acabado fino, no
la excluye de ser parte de los recintos destinados a la élite o a actividades de poder; antes de
definir su relevancia, se debe tomar en cuenta el espacio en que se asienta y cuáles son sus objetos
asociados entre otros aspectos.
En el caso de la ciudad inca de Cusco, se tiene la presencia de construcciones que no poseen un
dato histórico de relevancia, es decir no son identificados como palacio o templo, y que sin
embargo se encuentran dentro del Cusco inca, uno de estos casos es la kancha hallada en el
inmueble 620 de la calle Intiqhawarina[24]Esta presenta muros de aparejo rústico, y la evidencia
asociada permitió inferir que se trataba de una kancha dedicada a actividades políticas y
ceremoniales.
Por otro lado, de acuerdo a los trabajos realizados por los profesionales del proyecto PER
39[25]se tiene en la zona conocida como Urin Cusco, la misma que se ubica desde el templo de
Qorikancha hasta la unión de los ríos Saphi y Tullumayo, evidencia de muros componentes de
estructuras de época inca, que según dato histórico corresponderían a recintos asociados al
templo de Qoricancha, pero sin mayor importancia, a pesar de hallarse dentro del Cusco sagrado,
el mismo que para muchos autores poseía forma de puma.
Esta evidencia, conllevan a preguntarse; ¿qué función cumplían estas posibles kanchas dentro
del Cusco sagrado?; para llegar a una posible respuesta sobre el tema se debe trabajar con
aspectos relacionados con el manejo del espacio o en la ciudad de Cusco.

5.- Manejo de espacio en el Cusco Imperial


El Cuzco tuvo gran manera y calidad, debio ser fundada por gente de gran ser. Habia grandes
calles, salvo que eran angostas, y las casas hechas de piedra pura, con tan lindas junturas, que
ilustra el antiguedad del edificio, pues estaban piedras tan grandes muy bien asentadas. Lo
demas de las casas todo era madera y paja o terrados, porque teja ladrillo ni cal no vemos reliquia
dello. En esta ciudad habia en muchas partes aposentos principales de los reyes ingas, en los
cuales el que sucedia en el senorio celebraba sus fiestas. Estaba asimismo en ella el magnifico y
solemne templo del Sol, al cual llamaban Curicanche, que fue de los ricos de oro y plata que hubo
en muchas partes del mundo. Lo mas de la ciudad fue poblada de mitimaes, y hubo en ella
grandes leyes y estatutos a su usanza, y de tal manera, que por todos era entendido, asi en lo
tocante de sus vanidades y templos como en lo del gobierno. Fue la mas rica que hubo en las
Indias de lo que dellas sabemos, porque de muchos tiempos estaban en ella tesoros allegados
para grandeza de los senores, y ningun oro ni plata que en ella entraba podia salir, so pena de
muerte. De todas las provincias venian a tiempos los hijos de los senores a residir en esta corte
con su servicio y aparato. Habia gran suma de plateros, de doradores, que entendian en labrar lo
que era mandado por los ingas […] (Cieza de León 1984 [1553], Primera parte, Capítulo XCII:
258-259).
La ciudad de Cusco es concebida, como una urbe donde residía la clase política gobernante y
sacerdotal, del imperio inca; dentro de este espacio se identificó palacios y templos, enmarcados
por los ríos Saphi y Tullumayo. Esta área presentaba una conformación distributiva que
asemejaba a una ciudad puma cuya cabeza se hallaba en el templo de Saqsaywaman.
Esta concepción, se ha manejado como cierta; pero la narración de Cieza de León que antecede
a estas líneas, indicaría que la ciudad de Cusco sería más extensa de lo que normalmente se
identifica.
El Cusco, al ser capital del imperio de los inca, presentaba construcciones elaboradas y de mucha
importancia; las mismas que se agrupaban en palacios, templos, santuarios; residencias,
almacenes; entre otros. Estos espacios servían para desarrollar actividades diversas, como
ceremonias y reuniones importantes, además de comercio y acciones cotidianas.
De acuerdo a los datos proporcionado por diversos cronistas[26]esta ciudad tenía la presencia
de jóvenes nobles de otros lugares, artesanos, mitimaes y otro tipo de población muchas veces
peregrinos o visitantes esporádicos; cuya residencia se ubicaría en los contornos del espacio
enmarcado entre los dos ríos, pero que formaba parte de la ciudad.
La afirmación anterior, indica que debían existir construcciones dedicadas a las poblaciones
asentadas en Cusco como también para acoger a la población foránea que la visitaba, este
planteamiento fue desarrollado de manera más que nada descriptiva por autores como Agurto,
quien realiza una reconstrucción de la ubicación de los barrios periféricos del Cusco, pero que no
realiza una integración de los espacios de manera clara.
La propuesta de considerar una población mayor en Cusco, con construcciones cuyas funciones
van desde palacios de los gobernantes hasta residencias de población común, se ve enmarcada
en la idea de manejo del espacio.
El manejo del espacio, plantea como idea principal que los individuos organizados en una
sociedad se apropian de su entorno de manera física y mental; todo este proceso forma parte de
la formación de la cultura de la sociedad, generando un paisaje cultural, relacionado con el medio
natural, con lo ideológico y lo social. (Miño: 1994)
Por lo tanto la lectura del espacio es una forma de conocer la cultura de una sociedad de manera
real e integral, es decir, para entender una sociedad o algún aspecto de la misma se debe
interrelacionar todos los aspectos que componen la misma.
El manejo del medio natural en el cusco se dio con el aprovechamiento de los terrenos más
propicios en el valle para la generación de cultivos dedicados a la satisfacción
del estado dedicando dichos espacios para el culto entre otros. Mientras que los asentamientos
humanos de la ciudad se ubicaron en las colinas de Carmenca, San Cristóbal, y San Blas (Miño
1994:27).
Las anotaciones de la ciudad inca revisadas por Gasparini y Margolies (1977) hacen referencia a
la existencia de diversas construcciones ubicadas como barrios donde residían pobladores de
diferentes partes del imperio y que se hallaban en las afueras de los limites generados por los
ríos Shapi y Tullumayo; la descripción cronística de Miguel de Estete y revisada por los autores
corrobora lo indicado "... el Huatanay (Saphi) es un [río el cual baja por medio de la ciudad]"
complementando con la siguiente descripción "...esta ciudad era grande, extensa y de mucha
vecindad, donde muchos señores tenían casas; era muy junta y de buenos edificios...".
Este dato nos proporciona la información de la presencia de grupos humanos diversos en una
urbe de importancia; lo cual sería muy factible, ello pues, es poco probable que un grupo social
como el inca haya podido poseer una capital con sólo construcciones de poder y con gente de
nobleza viviendo sin relacionarse con el poblador común o viceversa.
El espacio descrito como aledaño al núcleo de poder que se ubicaba entre los ríos Tullumayo y
Saphi se encontraba ocupado y articulado a la ciudad inca, lo cual presenta un problema a la idea
hasta ahora planteada de Cusco con forma de puma, puesto que si se toma la idea de contexto,
agrupación y articulación; Cusco debió poseer una distribución menos rígida a la propuesta de
forma de puma exclusivamente, obteniendo con ello barrios y zonas con poblados dedicadas a
aspectos diversos como artesanía, mercados o comercios, campos de cultivo, entre otros; además
de las panacas reales con sus palacios y centros de poder político y religioso.
El planteamiento de Miño sobre que la ciudad puma en realidad sería una representación
ideológica, basado en que en medio de ella se asentaban el Inca y el grupo de poder siendo el
primero la cabeza del puma y los nobles el cuerpo que manejan el imperio. Se vería reforzado en
la siguiente cita:
"Después de haber Inca Yupanqui dado e repartido la ciudad del Cuzco en la manera que ya
habéis oído, puso nombre a todos los sitios e solares, e a toda la ciudad junta nombró Cuerpo de
León, diciendo que los tales vecinos y moradores dél eran miembros del tal León, y que
su persona era la cabeza dél" (Betanzos 1968: Cap VII: 50).

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