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UNIVERSIDAD DE_MEXICO

LA VERSION ORIGINAL vez del giro estrictamenl:e rossiniano

AS obu.s de teatro, cuando cono~.en la DEL


L ,longevldad, pasan por una porClOn de
accidentes que resultan de su condi-
que es lo que tiene sentido "común" den-
tro de su estilo.
ción e-scénica, en la cual parecen re-
flejarse con mayor vivacidad los gustos del
público. Para - adaptarse a ellos las gentes
BARBERO La partitura de Ricordi incluye esa "sin---
fonía" para comenzar la ópera, porque,-
dice, se ha hecho corriente preludiarla así
del oficio, en cada -época, introducen, o in- después de larga tradición. Es sabido el
flijen, a 'las obras teatrales multitud de re-
toques, modificaciones, amputaciones, aña-
DE hecho de que tal "sinfonía" perteneció
a la ópera de Rossini anterior al "Barbero';,--
didos, etc. Si la obra es, en la especie, una la titulada Elisabetta Regina d'Inghilterra,
ópera, tendrá que acomodarse a los. cons-
tantes cambios en el gusto de los dlletan-
tis y aun de la técnica, principalmente, la
SEVILLA que sé estrenó el año precedente (1815).,
Pero la obra original carece de introduc--
ción de ninguna clase. El telón se levanta-
vocal, frágil e inestable materia acerca de
cuyos méritos se cambia de criterio a cada
-Por Adolfo SALAZAR conforme violines, fagotes y violoncellos:
cantan la frase
generación. Una' obra centenaria sobre la
cual han caído impenitentemente los arre- que ha servido en las ejecuciones más recien-
glos, -retoques y composturas de directores tes y que, procedente de un país de la Amé-
y cantantes es la tan famosa, y tan obra rica del Sur, ha debido pasar por infinidad
maestra, de Gioachine Rossini Il Barbiere de manos que han dejado en el1a el _rastro
cuyas reapanClOnes construyen tan bella-
di Seviglia. Todos' esos manejos no son ape- de sus lápices, paréntesis y tachadups.
mente la primera escena. El sistema seguido-
nas conocidos por el público operófilo, que El criterio, pues, cuando se trata de ópe-
por Rossini para componer este y otros'
se atiene a los grandes rasgos en -cada repre- ras es el diametralmente opuesto a cuando
trozos en su ópera es interesante y viene a
sentación que escuchan. Un vistazo.a la par- se - trata' de obras sinfónicas. Por lo menos
resultar un anticipo de lo que es corriente
titura original de Rossini, puede interesar en cuanto a la letra escrita, los directores
hoy en la música para los "films" cinema-
tanto a los aficionados como a los que, más de orquesta sinfónica respetan hasta el me-
tográficos. Precisamente por causa de la si-
seriamente, se preocupan por informarse de nor detalle la notación e indieaciones de metría aludida en el estilo rossiniano, la es-
cómo son las' cosas del arte en su realidad ejecución de las partituras. Una partitura cena en cuestión está integrada por frag-
y en su apariencia. de sinfonía con las anotaciones, remiendos y mentos yuxtapuestos en los cuales solamente
El original manuscrito de Rossini se con- borrajetas de la que aludo de! "Barbero" es cambia la parte- vocal. Es decir, que cada-
serva en el Liceo Comunale de _Bolonia. En inconcebible. Sáquense de aquí las observa- vocal acompañado por la misma música de
ese original se basa la edición grabada '.~e Ia ciones que se quieran. A mi juicio resultan orquesta, con lo cual Rossini podía evitarse el
de ese proceso de acomodación a los -gustos tener que escribirla. Le bastaba con numerar
partitura que en, el año 1864 ..ap.areclO e.n
forma "tascabile" en el estableclffilento edl- del público, antes referidos, y a las cualida- los segmentos de la escena y decir, cuando'
torial de Gio. Gualberto Guidi, en floren- des vocales de los cantantes, escuela, estilo era el caso: "Come sopra dal 1 al 2". Más,-
de canto, que ellos anotan, por su parte,
cia, que es el que tenemos a ~a v~sta. ~n fe.- claramente: los números 1 al 2 son la parte
cha más reciente la casa edltonal Rlcordl, fuera de la versión original en lo que se orquestal con la que comienza el acto pri-
de Milán y R'oma, publicó una nueva edi- llaman los "spartiti", o dicho en Castellano, mero, y, por lo tanto la ópera. Entra Fio-
ciAn de tamaño manejable la cual se dice que los "apartadijos": en tiempos de Rossini, rello ( que canta "Piano, pianissimo, senza--
sigue, "rigorosamente .;:ontrollata", al ?ri- cuando privaban los exc'esos de los "evirati", parlar", y e! acompañamiento orquestal re-
dichos seres deshumanizados cambiaban de
ginal rossianiano que se conserva e~ el Llceo pite justamente los segmentos anteriores;,
Musicale G. B. Martini, de Bolonia. Segu- tal manera su. "particella" que es conocida con lo cual tampoco el grabador de la par-
la anécdota según la cual Rossini rechazó titura se toma el' trabajo de imprimirlos.,
ramente este Liceo y el anteriormente men-
las felicitaciones de un admirador diciéndole El procedimiento no se estila en las partitu-
cionado son uno solo, pero la edición de
que cuanto acaba de oír era fruto de la in- ras modernas, que imprimen todo lo que
Ricordi está modernizada según lo que es
vención del interfecto sopranista y que se oye, pero quien lee la partitura actual
norma en la impresión de las partituras
él, Ro~sini, no había escrito una nota ,de no se da cuenta con tanta facilidad, ,como'
actuales, rellena los huecos de la de Guidi,
cuanto se cantaba. Rossini mismo qUiSO al leer la antigua, del procedimiento de
tan curiosos, y escribe las voces en las ~la­
evitar estos excesos, lo cual pudo lograr componer "por remiendos" propio de los,
ves modernas, mientras que la florentma
porque en su tiempo se acabaron los "~vi­ operistas del viejo tiempo, por lo que re-
sigue empleando las antiguas (do en primera
rati". El último fué el celebre Velluttl, y sulta fác:il de comprender que pudieran--
línea para las voces agudas, do en cuarta
Rossini pudo reali~ar, por tarito, lo que componer una ópera en quince días. La
para el tenor) y conserva la disposición or-
Stendhal estima como una revolución en parte orquestal cambia - con los pizzicatti
questal antigua, según la cual e! orden de
el canto, e incluso en la ética del canto, de los violines al cantar Firello "Ttttto e
los instrumentos es, del agudo al grave, o
o del arte en general (si puede decirse) que silenzia . .. nesslt qui e' e". Dialoga con
sea de la parte superior de la partitura a
consistió en que los cantantes se sujetasen Almavive, y cuando entra el coro repitien-
la parte inferior, el siguiente: violines, vi~­
a los escritos. Unos más y otroS menos, to- do las palabras iniciales de Firello "Pianis-
las, flautas, oboes, clarinetes (dos), cormo
dos se permitieron hasta fecha muy reciente sima" la partitura indica "Come sopra, del
(dos), trompetas, (dos) fagotes (dos), vo-
algunas libertades, que se estimaban plausi- 3 al 4". Y así sucesivamente.
ces de los cantantes y del coro, violoncello
bles a fin de que el cantor o la cantora pu- La versión original de Il Barbiere di Se-
(en singular) y contrabajo (también en
diera lucir en- plenitud sus facultades. No viglia consta de dieciocho números de mú-
singular). La flauta cambia en algunas .es-
hay un código que obligue a los cantantes sica (orquestal o de canto) entre los que'
cenas por un ottavino: en total, puede declrse
a una fidelidad absoluta, pero en general, se intercalan los recitativos sobre notas te-
que es la orquesta de la sinfonía clásica o
los artistas de hoy se permiten pocas liber- nidas de un instrumento (e! eembato tradi-
bien, que es la apropiada para una ópera
tades y sólo en las obras de "bel canto", cional) que llevan e! cifrado propio a las:
de cámara. Como instrumentos de color, la
mientras que en las obras modernas se atie- armonías, muy elementales. La obra se re-
orquesta del Barbero cuenta con un sistro
nen con fidelidad a lo escrito. partía solamente en dos actos. El primero'
y una gran caja, a más de guitarras. .
.Por qué entonces alguna modificación, alcanzaba hasta el número 9 o Pinale Pri-
La edición de Ricordi, salvo la moderm- qu~ por insignificante resulta inexcusable, mo y el segundo comenzaba con el núme-
zación en la parte gráfica, sigue en todo a que se hace hoy en la llamada "sinfonía"
la florentina. Las ediciones al uso como ro 10 dueto de! Conde y de Bartolo, tras
de "El Barbero"? Para el estilo y el gusto de u; corto recitativo del viejo "Ma 11edi
la francesa de Gallet presentan ya las modi- rossinianos, en donde de tal mOQocuenta
-ficaciones con que esa ópera se presenta en il mio destino!" La actual repartición en
la simetría de las repeticiones de los moti- tres actos se hace dividiendo el primero en '
los escenarios de nuestros teatros. Pero como vos, resulta tan ilógico tocar, en el ,comien-
la costumbre se ha hecho ley, la edición de d~s mitades, por la cavatina de Rosina:_
zo del "Allegro vivo" "Una voee poeo fa". La versión original
Ricordi, utilizada en las versiones corrien-
.. ""'\ presenta este trozo de canto en el tono de-
f¡ 4 .
~

tes, tiene que ser, acomodada a aquella~ ~o­ lij! t 1" f tt f:t __
,dificaciones merced a tachaduras, pagmas ¡-
I
l Mi mayor. La tessitura es de mezzo sopra-__
-t:nidas por corchetes para indicar las supre- no desde el sol grave hasta el si natural
:.Siones etc. Tenemos a la vista la partitura conforme lo hubiera hecho Strawinsky, en ag~do (sobre la primera línea adicional).,
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za en la men.or, para terminar en el rela- pueda lucir sus facultades. La verdadera


El recitativo de Fiorello que precede a la
tivo mayor). Tan pronto el conde canta -'lecci6n" comienza con l~ frase "Cara Úna-
cav;ttina se suprime, para hacer la transi-
ción o corte en dos actos. Si la cantante el comienzo de su "canzone" debe aparecer gine riden.te", en tresillos, en seguida rica
Rosina en el balcón, diciéndole: "Segui, o de coloraturas del más perfecto estilo de
encuentra demasiado agudo el si natural,
la partitura le ofrece la posibilidad de ter- caro" y Fígaro ll~ma la atención de Alma- la época y que se suponen tomadas ; un
. minar el trozo en la región media, o sea viva por este buen signo. El conde real1U- _ aria de la ópera "La pre'c'!uzióne inutile".
da su canto, y Rosina responde "L' amoro- Pero, por costumbre recalcitrante, esa' pá-
de este modo:
sa sin.cera Rosin.a"; pero alguien entra en gina tan bella, que hace tan lógica conti-
habitación desde cuyo balcón canta la jo- nuidad con el resto de la música, 'se elimi-
vencilla, por lo cual se ve obligada a re- na para cantar en su lugar cualquier pieza
tirarse precipitadamente. La escena se abre- advenediza, como las insípidas variaciones
via, corrientemente, como se sabe, y se con flauta concertante del Kapellmeitser
termina con el golpe entre bastidores que Heinrich Proch, maestro austríaco de c~nto
es una invención de los tramoyistas. El entre cuyas discípulas figuran la famosa
dúo entre el barbero y el conde, que sigue, Materna con otras de lengua alemana en el
se corta en una mitad y un gran trozo en centro del siglo pasado. Un corte grande,
su terminación, así como el recitado de a pesar de la pericia de Fígaro, sigue en la
Fiorello "Evviva il mio padron.e!" escena en la cual el barbero rasura al viejo
La división en dos partes se hace en- rabo verde. Berta canta su· graciosa arieta,
tonces, comenzando el supuesto segundo porque Rossini tiene para todos, y la esce~
acto con la cavatina de Rosina "Una voce", na se queda sola mientras brama afuera il
pero el recitativo que sigue se suprime en- temporale, página tan graciosa de color or-
teramente, así como la escenita entre Berta questal como sencilla en sus efectos, que
y Bartola, y se dan tajos al diálogo entre no pueden entenderse sino con la suficiente
éste y Don Basilio, que ha entrado en es- dosis de ironía. Se procura aligerar el final, •.
cena para cantar el aria de la calumnia, no que se acerca a pasos rápidos, cortando pOI:"
sin algunos mordiscos. Algunas orquestas doquier y, sobre todo, la gran escena V :lria
que no cuenta"n en su haber con la "gran entre el Conde, Bartola y el coro, pa;a dar
cassa" suprimen el "colpa di can.n.on.e", de paso al Finale secando, con el concertante de
tan pintoresco efecto. Se suprime el corto los consabidos seis personajes y el 'coro otra
recitativo de Bartola, entra Fígaro "con. vez, y sus famosas fórmulas de cadencia, (lla-
precauzion.e" y en su escena con Rosina madas en los Conservatorios cadencias en-
se suprimen algunos pasajes. Cuando el ba- fe-li-ci-ta) que los directores abrevian en
jo cómico encargado del papel de Don todo lo posible viendo que los auditores se
Bartola es un cantante capaz de catar el disponen a salir de la sala.

aria "A un. dottor de la mia sorte", esta
página figura en la "recita". Cuando, como
ocurre frecuentemente, el buen dottore es
un partiquino bufo, se suprime ese aria, tí-
SOBRE EL
pica en sus agilidades del estilo con que AMERICANISMO
Rossini trataba al bajo cómico y se sus-
tituye por una de Pietro, Romani, "Man.-
ca un. laglia", que las partituras traen en
DE
el apéndice. Este Romacni era un compo- JOSE MARTI
sitor coetáneo de Rossini (y a quien no
(Viene de la pág. 6)
hay que confundir con el famoso autor
de libretos Fe!ice Romani), discreto maes- venían de Europa a presentar credenciales
tro de capilla en Florencia y, más tarde al congreso que llaman aquí de Pan-Amé-
autor famoso de una ópera "Cabriela di rica, aunque ya no será de toda, porque
Vergi", hoy olvidada, suerte común a las Haití, como que el gobierno de Washington
óperas, famosas o no, salvo casos raros co- exige que le den en dominio la península es-
mo "Il Barbiere". Ya en la representación tratégica de San Nicolás, no muestra deseos
de· octubre de 1 8 16, e! año de! estreno, de enviar sus negros e!ocuentes ..." Su an-
en el teatro "alla Pergola" florentino hubo tipanamericanismo recordaba agravios, seña-
que sustituir e! aria "A un. dottor della mia laba amenazas, aceptaba una amistad pru-
surte", y el encargado de escribir la nueva dente, clamaba contra toda alianza econ,ó-
piecesita fué el maestro Romani. Algunos mica y subrayaba diariamente la diferencia
mordiscos se dan en e! aria original, por ejem- de orígenes, de maneras, de actitudes y de
plo, e! pasaje tan característico del atacatto propósitos.
de los violines "sul ponticello", que se re- Su permanencia en los Estados Unidos y
duce a la mitad'. En seguida viene el Fin.ale su admiración por sus virtudes no impusie-
primo y termina el acto con el concertante ron silencio a su corazón de hispanoameri-
de los seis personajes y el coro, en su ex- cano, de cubano. Por eso vió a la vez desde
traordinaria vivacidad y variedad que ha- dentro y desde fuera. Hizo campaña de elo-
cen de esta escena una de las páginas ma- gio para los Estados Unidos populares y vi-
gistrales de la ópera bufa. Todavía no con- tales, pero siempre, al lado de ella, otra ma-
tento con eso, Rossini añade la "Stietta del yor de denuncia de los Estados Unidos ex-
Finale [9", que es un verdadero final nuevo, pansionistas y conquistadores. Su indigna-
y al aue se suprimen algunas páginas que ción ante el atropello militar de ayer y ante
ni acortan ni alargan mayormente el pa- el financiero de su época, y el espanto ante
saje. una Hispanoamérica y una Cuba mañana
Los cortes abundan en el acto segundo encadenadas, lo llevaron al dicterio enco-
(llamado tercero) : en el dúo entre e! conde nado.
y el doctor, al comenzar; en casi todos los Este es el noble y constructivo america-
recitativos; en el dueto entre Rosina y e! nismo de Martí, hecho de amor por la be-
conde, cuya escena se suprime entera para lleza y el bien y de odio por la fealdad y la
dar lugar a la llamada "lección de música". violencia. Refiriéndose a Bolívar, él mismo,
Rossini escribió una página encantadora en dijo que tiene todavía puestas las botas de
la que procura dar idea de una música de pelear. Martí es aún más actual: al caballO'
un estilo distinto, como pieza tomada a del guerrillero suma -en Cuba" en toda
algún otro autor, y en la que la supuesta América, en el mundO----:- la pluma de la
discípula del supuesto abate Don Alonso buena pelea.

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