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Flores Ríos José Antonio

21 de mayo de 2020
Talle de Evaluación 2

¿Qué debe modificarse en las prácticas de evaluación contemporáneas de


los planes de estudio?

Primeramente, me gustaría señalar el papel de los sujetos que realizan la


evaluación. Es común que la presencia de evaluadores externos genere
tensiones, por lo que se deben buscar los mecanismos necesarios para generar
confianza en los actores de un plan de estudios y que éstos aprecien los aspectos
formativos de la evaluación. El mejor recurso es involucrar a las partes interesadas
durante todo el proceso.

En este sentido, se debe promover la autoevaluación de las instituciones. El


principal reto, es valorar más la figura del profesor, la cuál es muy desvirtuada y no
se le considera capaz de evaluar, construir proyectos, tomar decisiones etc. Se le
ve como un agente pasivo durante el proceso.

Por último, la evaluación debería verse sí como un proceso colaborativo,


pero debe haber mayor presencia de profesionales de la evaluación. El desarrollo
de planes de estudio requiere de ser liderado y administrado por sujetos con
experiencia y con conocimientos teórico-metodológicos sobre aspectos educativos
y curriculares.

En segundo lugar, me referiré a la forma en que se realiza la evaluación. Los


procesos evaluativos, bastante estereotipados, parten de parámetros eficientistas,
están muy concentrados en el control, en los resultados/productos, por lo que
predominan las cuestiones técnicas y administrativas. Por el contrario, es
necesario tener claro su carácter axiológico; ver la evaluación como procesual,
situada, continua, y considerar sus implicaciones ético-políticas; que los cambios
se generen de forma participativa y consensuada; y debería ser un medio para
comenzar a mejorar los planes de estudio y las instituciones educativas.

Entre otras cosas, incluida la falta de una cultura de la evaluación, las


instituciones no tienen mecanismos que permitan acumular, y recuperar, las
experiencias evaluativas, de forma sistematizada, rigurosa y confiable. Es común
incluso que las decisiones se fundamenten en el mínimo de estudios y muchas
veces sólo durante coyunturas políticas, ignorando las necesidades propias del
ciclo de vida de un plan de estudios. En los casos donde ésto no ocurre, es
frecuente que los grupos sean demasiado herméticos, se le da muy poca o nula
difusión de los resultados de las evaluaciones, lo cual impide generar un
aprendizaje interinstitucional. En estos círculos, la información fluye de forma oral,
espontánea y por tanto restringida a quienes tienen acceso. La recomendación
generalizada, es que se debe impulsar la rendición de cuentas, y la información
debe ser pública, e incluso es deseable que se pueda recibir retroalimentación de
las partes interesadas.

También es importante señalar que la evaluación de planes de estudio es más


coherente y consistente cuando está en armonía con otros procesos de evaluación
institucional, aunque no debe perder importancia o quedar opacada por estos
otros procesos de evaluación.

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