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Genovecio Lucía, Nicolás 47010101

En el siguiente trabajo llevaré a cabo un análisis de la película “La venus negra”


relacionándola con los contenidos de la asignatura Antropología filosófica, más
precisamente con los conceptos de eurocentrismo y primitivismo.
El film gira en torno a Saartjie Baartman, renombrada Sarah tras su bautizo, una
mujer oriunda de Cabo Este. Previo a lo relatado por la película, Saartjie vivía en
África con su familia, la cual fallece. Vivió en concubinato con un hombre blanco
con el que dio a luz a un hijo, quien presuntamente murió de una enfermedad.
Posteriormente su pareja la abandona. Luego, o durante, el orden cronológico de
los acontecimientos no está explícito en la película, comenzó a trabajar como
sirvienta para la familia Caezar, llegando incluso a amamantar a los tres niños de
la pareja en cuestión.
Hendrick Caezar vio en Saartjie, una mujer negra de rasgos prominentes, una
prometedora fuente de ingresos al usarla como entretenimiento para los soldados
británicos asignados a Cabo. Al ver que tal estratagema daba resultado, abandona
a su familia y se traslada junto a su sirvienta a Londres, donde podría maximizar
sus ingresos. Saartjie acepta gustosa pues piensa que en Londres podrá presentarse
como una actriz y exponer sus dotes artísticas, entre las cuales destaca la música.
Sin embargo, una vez en Londres, Hendrick lleva a cabo su espectáculo en una
especie de circo de fenómenos mostrando a Saartjie como una salvaje bajo el
nombre de “Venus Hotentote” (el término hotentote, significa ‘tartamudo’ en una
variante del idioma afrikáans, y se utilizaba como peyorativo por los holandeses
para referirse a los khoi khoi, etnia a la que pertenecía Sarah).
En el espectáculo, se mostraba a Saartjie como un ser cuasi animal cautivo dentro
de una jaula para la seguridad de los espectadores. Vestía una prenda ajustada
símil al color de su piel para destacar todos los rasgos de su particular, para los
europeos, anatomía. Las acciones de Sarah consistían en mostrar el estereotipo de
cultura primitiva que Europa había formado sobre África para autosituarse en un
locus de enunciación superior en una escala ontológica.
“Lo primitivo alude a lo primero, sea en el orden temporal o evolutivo.
Claramente, alude a esos estadios anteriores al de civilización como expresiones
de una cultura defectuosa e imperfecta”1
Esta actitud de los londinenses frente al acto de Saartjie se encuadra dentro del eje
axiológico de las relaciones entre la mismidad y la otredad descripto por Todorov
en La conquista de América. Tal eje se caracteriza por la emisión de un juicio
positivo o negativo, siendo en este caso negativo. Lo expuesto por la “venus
hotentote”, dejando de lado la sobreactuación peyorativa que Hendrick demanda a
Sarah para hacer al acto más impactante y enfatizar el salvajismo, no es más que
la puesta en escena de la danza, vestimenta y música de otra cultura, el carácter de
inferior y bárbara es impuesto arbitrariamente por los europeos debido a una
tradición socio-política originada, en su mayoría, en la conquista de América.
Los países imperialistas establecieron con el continente americano relaciones de
poder dando lugar a las codificaciones de las diferencias entre conquistadores y
conquistados, la idea de raza, basados en un pensamiento que une un rasgo
fenotípico con una conducta moral.
“Raza se convirtió en el primer criterio fundamental para la distribución de la
población mundial en los rangos, lugares y roles en la estructura de poder de la
nueva sociedad. En otros términos, en el modo básico de clasificación social
universal de la población mundial.”2
Al final del acto, Caezar incita al público a tocar a la venus para que vean que es
real y no está abultada con almohadones. Esta acción es la que empieza por
despertar el cansancio y la molestia de Saartjie, quien desecha por completo la
concepción de que el negocio de su jefe es una manifestación artística y se queja
exclamando “Todos piensan que soy una ramera”. A lo que Hendrick responde,
con lo que consideramos no es más que falsa empatía, que su acto entrañaba un
talento especial y que no había en África nada mejor para ella. Sin embargo, Sarah
no queda conforme y duda de su talento no solo porque no se le permite mostrarlo
en la función, sino porque considera que es estúpida. Un sentimiento
probablemente infundido por el entorno en el que se encuentra, donde se la
consideraba inferior, y marcado por parámetros propios de la razón europea.

1
Fernández Parmo, Guido. La construcción eurocéntrica del Otro: el primitivo.
2
Quijano, Aníbal. La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas
latinoamericanas. Editorial de ciencias sociales, La Habana, 2005.
La mente de los primitivos fue pensada desde dos perspectivas, o bien poseían una
lógica con ciertos paralelismos a la europea pero imperfecta o bien poseían una
lógica distinta a la del viejo continente. En ambos casos, se la distancia de la
racionalidad, propiamente europea.
“La Razón occidental remite a la violencia como su condición y su medio, pues lo
que no es ella se encuentra en “estado de pecado” y cae entonces en el terreno
insoportable de la irracionalidad”3
Saartjie poseía una lógica propia, pero al diferir de la de los ingleses sentía que era
estúpida.
Desmereciendo las lógicas diferentes, la ciencia europea creaba la categoría de
Otro para poder reafirmar su Mismidad y revalorizar la razón, su mayor
estandarte. La ciencia es eurocéntrica, parte de un locus de enunciación, Europa,
impartida por los varones de raza blanca y clase alta. Pretende ser objetiva,
eliminando las marcas del sujeto que puede haber en el conocimiento, y universal,
válida para todos los casos. En esta construcción, se procura aplicar una matriz de
pensamiento a culturas totalmente diferentes impidiendo la objetividad ya que
dicho esquema se define arbitrariamente desde un patrón de poder mundial
situado en Europa.
“Para tales regiones y poblaciones, eso implicó un proceso de re-identificación
histórica, pues desde Europa les fueron atribuidas nuevas identidades
geoculturales.”4
Un aspecto de esta re-identificación es el de la protagonista siendo bautizada, lo
que marca una ruptura con sus lazos culturales y religiosos. El bautizo tiene una
doble significancia, en primer lugar permite la entrada de Saartjie al catolicismo
aparatándola de lo impío y acercándola, por mínimo que sea, a los buenos y puros
señores europeos. Por otro lado, el cambio de Saartjie a Sarah habla del eje
praxeológico de las relaciones entre la mismidad y la otredad, por el cual acerca al
otro a lo propio, no reconociendo sus diferencias, sino descartándolas e
imponiendo la propia identidad.
Hendrick Caezar, viendo la reluctancia de Saartjie por seguir adelante con la
presentación de la venus hotentote, pretende agasajarla con prendas tales como

3
Clastres, Pierre. Entre silencio y diálogo en: Constructores de otredad. Editorial Antropofagia,
Buenos Aires, 2004.
4
Quijano, Aníbal. La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas
latinoamericanas. Editorial de ciencias sociales, La Habana, 2005.
abanicos, guantes y sombreros y poniendo a su servicio a dos muchachos negros.
Mientras que él pensaba que la estaba halagando con tan lujosos regalos, ella los
veía como objetos propios de otra cultura, ajeno a lo que realmente deseaba. Por
supuesto que tal línea de pensamiento jamás hubiera surgido en el razonamiento
de su jefe, habiéndole parecido ridícula incluso.
“El estilo de vida burgués se transforma en el estilo de vida humano y todos
aquellos que no lo sigan serán entendidos al mismo tiempo como inmorales y
como atrasados: pobres y salvajes encuentran una comunión frente al burgués
civilizado.”5
En el acto de la venus hotentote, Hendrick muestra como una habilidad singular y
sofisticada el hecho de que Saartjie pueda caminar como una mujer europea como
si tal acción estuviera fura del alcance de tan primitivas criaturas.
Cansada de ser exhibida como un animal salvaje, Saartjie decide no simular atacar
a los espectadores ni pretender que no sabe tocar su instrumento, al contrario,
hace gala de sus dotes musicales y acompaña la melodía, producida por una suerte
de violín africano, con un canto que cautiva al público. Si bien la reacción del
público no fue negativa, sus actos fueron pagados con golpes e insultos por parte
de Hendrick quien no concebía que se pudiera entretener a la gente mostrando a
una negra llevando a cabo demostraciones musicales tribales, tan alejadas de la
buena música burguesa. Sarah debía comportarse de la forma que los ingleses
pensaban era su verdadera naturaleza, el salvajismo.
Volviendo a la serie de eventos desarrollados en el film, miembros de la
Institución Africana concurren al espectáculo de la venus negra y, una vez
finalizado, se acercan al anfitrión para presentarle sus reservas en cuanto a lo
visto. Hendrick reacciona violentamente dictando que él jamás maltrató a Sarah y
que ella se presenta por voluntad propia, incluso alega que es su socia comercial
siendo así que recibía el 50% de las ganancias. No obstante, los miembros de la
Institución Africana no quedan conformes y elevan sus reclamos a tal punto que
Hendrick Caezar es llevado a juicio siendo acusado de poseer a Saartjie como una
esclava y suministrarle tratos violentos.
En el juicio Sarah manifiesta un trato de amistad por parte de su jefe y deja clara
su expresa voluntad de presentarse como actriz. Ante esta última afirmación, una
mujer en la corte exclama indignada que ella no es una actriz, sino un animal
5
Fernández Parmo, Guido. La construcción eurocéntrica del Otro: el primitivo.
enjaulado que se deja tocar. Esta mujer trabajaba como actriz y tuvo la necesidad
de desmerecer el trabajo de la acusada para reafirmar su profesión y a ella como
su ejercitante. Un ejemplo particular de la construcción de la mismidad a partir del
Otro.
Los miembros de la Institución Africana alegan que el testimonio de Saartjie es
una mentira impuesta por su amo, a lo que el abogado defensor de Caezar
responde que estos hombres ven a la acusada como un ser inferior incapaz de
ejercer su voluntad de otra forma que no sea bajo el yugo de Hendrick, un hombre
blanco. El pensamiento de estos hombres, por más que defiendan los derechos e
intereses de las personas negras, sigue estando arraigado en el eurocentrismo en
tanto patrones y relaciones de poder. Siguen utilizando categorías europeas para
encasillar a las culturas que pretenden defender. Frente a estas situaciones, Pierre
Clastres propone la inauguración de un diálogo con el pensamiento “primitivo”
dejando de lado nuestras propias convicciones y categorías abriéndonos hacia un
conocimiento intersubjetivo.
Una vez ganado el juicio, Hendrick, junto a dos nuevos socios, decide trasladarse
a París y cambiarse el nombre para no tener que lidiar con la reputación que se
formó en las calles londinenses.
Tras su primera presentación, un periodista se muestra interesado por entrevistar a
Saartjie. Comienza la entrevista sugiriendo que era una princesa en su país de
origen, lo cual, para la gran decepción del reportero, fue negado por ella. Al ver
que la vida anterior de Sarah no poseía rasgos extraordinarios cambió su enfoque
a lo trágico. Tras descubrir que la familia de la venus murió a causa de una
enfermedad y no debido a una masacre por parte de los opresores blancos ni por el
hambre se impacienta por no obtener el material que deseaba, no habiendo podido
concebir que un ser tan exótico nacido en el continente negro haya tenido una vida
“normal”.
En París, siguen con los espectáculos hasta que un miembro de la Real Academia
de Medicina les ofrece a los jefes de Saartjie una sustanciosa suma de dinero y
una certificación válida de que ella era una genuina hotentote a cambio de que la
academia pudiera llevar a cabo ciertos estudios relacionados con la etnia
bosquimana, a la que Saartjie pertenecía, y, de su mayor interés, al delantal
hotentote, alargamiento de los labios menores, que puede extenderse hasta 4
pulgadas fuera de la vulva.
La ciencia conoce culturas como objetos, los objetos son dominables,
modificables, determinados, construcciones hechas por la misma ciencia, de esta
manera se ejerce una forma de violencia. Esta violencia fue percibida por Saartjie
durante su breve estadía en la Academia, lo que contribuyó exponencialmente a
que se sintiera cohibida de mostrar sus órganos genitales. En consecuencia de
esto, Hendrick debió devolver el dinero aportado por los naturalistas y, tras un
arrebato de gran violencia contra Sarah, la vende a Réaux, su socio.
Réaux prosigue con las presentaciones, las cuales al llegar a París pasaron de ser
públicas a reservarse para las altas esferas de la sociedad en reuniones privadas,
inclinándose por ámbitos con fuertes inclinaciones sexuales. La incomodidad de
Saartjie no se hace esperar y expone la crueldad de su jefe, quien tras un arrebato
similar al de Hendrick parece dejar a la venus a su suerte.
Sin embargo, más adelante se muestra que Sarah comienza a trabajar junto a
Jeanne, la socia y presunta ex concubina de Réaux, como prostituta. Tras un
tiempo en la profesión, muere de una enfermedad de trasmisión sexual,
posiblemente sífilis. Su cuerpo es vendido por Réaux a la Real Academia de
Medicina de París, la cual hace moldes del mismo y la corta en partes que serán
dispuestas en frascos con formol para su mantención y posterior exposición.
Tras un exhaustivo estudio de la anatomía de Saartjie Baartman, los naturalistas
determinan que los negros no son antepasados de los egipcios. Estos últimos son
los que dejaron en herencia los principios de la ciencia, las leyes, e incluso la
religión al mundo entero. Lo que es más, los negros muestran increíbles
similitudes con los simios, siendo los cráneos reducidos y comprimidos y su
mandíbula los principales paralelismos. De esta manera, la ciencia “confirma”
ciertas premisas construidas a priori que los sitúa en un locus privilegiado por
encima de las razas inferiores, siendo que para poder afirmarse no se buscaron
evidencias de superioridad en ellos mismos, sino que encontraron, lo que ellos
entienden como, evidencias de inferioridad en el Otro. La Mismidad se afirma y
se establece sobre la Otredad.

Bibliografía
CLASTRES, PIERRE. Entre silencio y diálogo en: Constructores de otredad.
Editorial Antropofagia, Buenos Aires, 2004.

FERNÁNDEZ PARMO, GUIDO. La construcción eurocéntrica del Otro: el


primitivo.

QUIJANO, ANÍBAL. La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias


sociales. Perspectivas latinoamericanas. Editorial de ciencias sociales, La
Habana, 2005.

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