Está en la página 1de 27

APROPIACIÓN TERRITORIAL EN EL ORIGEN DE LA URBANIZACIÓN BURGUESA DEL ABRA

DE BILBAO, 1850-1905
Author(s): José María Beascoechea Gangoiti
Source: Historia Social, No. 58 (2007), pp. 97-122
Published by: Fundacion Instituto de Historia Social
Stable URL: https://www.jstor.org/stable/40657970
Accessed: 11-07-2020 01:38 UTC

JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide
range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and
facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact support@jstor.org.

Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at
https://about.jstor.org/terms

Fundacion Instituto de Historia Social is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and
extend access to Historia Social

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
APROPIACIÓN TERRITORIAL EN EL ORIGEN
DE LA URBANIZACIÓN BURGUESA
DEL ABRA DE BILBAO, 1850-1905

José María Beascoechea Gangoiti

1. Introducción: la Ría de Bilbao

Durante la segunda mitad del siglo xix la villa de Bilbao, y toda la franja alrededo
los últimos quince kilómetros de la ría entre Bilbao y el Abra sufrieron una com
transformación. El impulso fundamental fue la industrialización, que en Vizcaya pas
dos épocas diferentes: la primera aproximadamente entre 1841 y 1873, de moderni
progresiva de las estructuras productivas, especialmente en sectores como la banca, f
carriles, siderurgia, y caracterizada por el crecimiento suave; y una segunda entre 1
1905, de crecimiento acelerado impulsado por la exportación de mineral de hierro, q
pocos años dio lugar a una economía industrial muy desarrollada centrada en área s
metalúrgica, y una fuerte presencia del sector naval, químico, y eléctrico, además
sector financiero potente. Es un proceso de sobra conocido a través de la amplísima
riografía que ha generado.1
Las transformaciones de la sociedad bilbaína durante esos años abarcaron a todos
los ámbitos, pero tuvieron un aspecto central en el campo de la población. A la altura de la
década de 1850 Bilbao era una pequeña ciudad de diecisiete mil habitantes, que subían a
veintiocho mil sumando los municipios circundantes que terminaría anexionándose (Abando
entre 1873 y 1890, Begoña en 1873 y 1924, y Deusto en 1924). En esa época, los habitan-
tes de los restantes catorce municipios del área final de la ría (entre Basauri y el Abra) su-
maban otras dieciocho mil personas más, llegando el área completa a unos cuarenta y cin-
co mil habitantes.2
Las cifras de la Tabla 1 son suficientemente elocuentes de lo brusco y desproporciona-
do del proceso de concentración de población en los municipios de la ría, sobre todo en el

1 Una amplia visión de conjunto con referencias bibliográficas en: M. González Portilla, et al., Bilbao en
la formación del País Vasco contemporáneo (economía, población y ciudad), Fundación BBV, Bilbao, 1995,
pp. 41-172.
2 Al hablar del área de la Ría de Bilbao, me refiero al territorio de doscientos trece kilómetros cuadrados
compuesta por los términos de los municipios de Bilbao (más Abando, Begoña, y Deusto), Basauri, Etxebarri,
Barakaldo (más Alonsotegi), Sestao, Abanto-Zierbana, Ortuella, Trapagaran, Muskiz, Erandio, Leioa, Portuga-
lete, Santurtzi y Getxo. Sobre la definición territorial de la aglomeración urbana de la Ría a la altura de la dèca- I
da de 1950, ver: M. Terán Álvarez "El trabajo y la estructura demográfica del Gran Bilbao", en Pensamiento I
geográfico y espacio regional en España, Univ. Complutense, Madrid, 1 982, pp. 285-306. I

Historia Social, n.° 58, 2007, pp. 97- 1 22. | 97

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Figura 1. Vista General del área de la Ría de Bilbao,
con indicación de los municipios y algunos barrios
(hacia 1905). (Fuente: Elaboración propia a partir de
98 | original de la JOP de Bilbao).

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
periodo que fue de 1877 a 1900, y focalizado en la zona minera (Trapagaran y Ortuella) y
área industrial de ambas márgenes de la ría (Barakaldo, Sestao y Erandio), cuyos efectivos
se cuadriplicaron en sólo veintitrés años. Toda la zona sufrió un auténtico cataclismo, una
reorganización global del espacio y una transformación de las pautas demográficas y sani-
tarias.3 A lo largo de ese periodo 1877-1900, momento en el que se configura la estructura
industrial básica, el mismo Bilbao más que duplicó su población. Mientras que el área de
la desembocadura del Abra (Getxo, Santurtzi y Portugalete) crecía más lentamente antes
de 1900. En conjunto, para el año 1900 la población del entorno de la Ría había superado
claramente los ciento cincuenta mil habitantes, casi triplicándose y con un espectacular
crecimiento medio anual del 4,2% entre 1877 y el final del siglo.

Tabla 1

EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN DEL ÁREA DE LA RÍA DE BILBAO (1857-1930)

Población absoluta % Crecimiento anual

Zonas/Fechas 1857 1877 1900 1930 1857- 1877- 1900- 1857-


1877 1900 1930 1930

Bilbao (1) 27.909 39.695 93.250 161.987 1,8 3,8 1,9 2,4
Sudeste (2) 1.141 1.174 2.693 10.692 0,1 3,7 4,7 3,1
M. Izquierda (3) 3.079 6.138 25.846 52.544 3,5 6,5 2,4 4,0
Zona minera (4) 4.020 7.156 23.407 28.923 2,9 5,3 0,7 2,7
M. Derecha (5) 2.228 2.594 8.231 16.364 0,8 5,1 2,3 2,8
Abra Izquierda (6) 2.944 4.183 7.988 18.243 1,8 2,9 2,8 2,5
Getxo 2.079 2.651 5.442 16.859 1,2 3,2 3,8 2,9
Área Ría 45.257 65.468 168.757 307.542 1,9 4,2 2,0 2,7

(1) Bilbao, y los anexionados Abando, Begoña y Deusto; (2) Basauri y Etxebarri; (3) Bara
y Sestao; (4) Trapagaran, Muskiz, Abanto-Zierbana y Ortuella; (5) Erandio y Leioa; (6) Sa
Fuente: Elaboración propia partir de Censos y Padrones de población.

A partir de 1900 la evolución de la población, aún siendo muy expa


los valores de las fechas anteriores, y el crecimiento medio anual se red
así, la población del área casi se duplicó y había sobrepasado los trescien
en 1930. Ahora el impulso fundamental no venía de la zona minera (qu
cada), ni de Bilbao o los núcleos industriales de la zona media de la ría.
más notables de población se concentraron claramente al sudeste de Bilb
barri) y en el área que bordea el Abra. Dentro de esta destaca Getxo, c
lento hasta 1880, pero luego más fuerte y estable que los demás. De esa
población entre 1877 y 1900, y la triplicó desde esa fecha a 1930, muy
media de la Ría.
Gracias a este acelerado proceso de concentración de la población, hacia la década de

3 Las cifras generales son sólo una manifestación de complejo proceso que implica factores como la trans-
formación de los modelos familiares, la llegada de enormes aportes inmigratorios y su asentamiento a lo largo
del territorio. Una visión en profundidad en: M. González Portilla, et al., Bilbao en la formación..., y M. Gonzá-
lez Portilla, et al, Los orígenes de una metrópoli industrial: la Ría de Bilbao, Fundación BBVA, Bilbao, 2001,
Vol. 1 (Modernización y mestizaje de la ciudad industrial). 99

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
1930 encontramos ya materializada una primera articulación de un espacio metropolitano
en torno a Bilbao y los núcleos de la Ría y el Abra.4

2. El espacio asociado a la industria y las residencias

Un proceso de estas características, por su escala, velocidad y profundidad tuv


su época un impacto extraordinario sobre sus contemporáneos. Su estudio ha dado
múltiples acercamientos historiográficos de gran riqueza y complejidad, e incluso
pretación de su origen ha servido de motivo para una larga discusión académica.
bargo, hay una cuestión relacionada y que ha quedado en gran parte obviada. Se
los mecanismos de formación de espacio y su relación con los distintos grupos so
Tanto la industria como las residencias necesitaron grandes superficies donde situ
Particularmente, los sectores dominantes de la industria alrededor de 1900 (sid
metalurgia, construcción naval) y todo lo relacionado con la minería del hierro, er
mes consumidores de suelo. Además, generaban un tráfico de gran volumen que
amplias extensiones portuarias y de infraestructuras de comunicaciones para gestiona
Por lo tanto, las decisiones de ubicación de las nuevas factorías, terminales fe
rios y muelles debían de contar con la disponibilidad de terrenos de grandes dim
y con facilidad de acceso desde la ría, que era a la vez el puerto y el eje director
espacio industrial y residencial.6 Esto, que podía haber sido motivo de conflicto, s
tió en una importante fortaleza para el desarrollo de las actividades productivas.
Por una parte, el puerto de la ría mantuvo siempre una gestión unificada, y
mediante instituciones (Consulado de Bilbao, Junta de Obras del Puerto de Bilba
ladas de una forma u otra a los intereses económicos bilbaínos. Y sobre todo, man
extraordinaria capacidad de imponer sus puntos de vista, muchas veces poco coin
con las necesidades de los ciudadanos de los núcleos urbanos vecinos.7
Por otro lado, la configuración medioambiental e histórica de la ría había propiciado
un curso bajo y sinuoso, donde los meandros y los distintos cursos afluentes daban lugar a
una serie de bancos arenosos, marismas, vegas y playas, cuyo encauzamiento y fijación de
un curso definitivo fue labor de varios siglos de trabajos.8 La mayoría de estos terrenos, de

4 Se trataba de una aglomeración definida en torno a cuatro zonas diferentes morfológica y funcionalmente:
Bilbao, área media industrial de la Ría, zona minera, y área exterior del Abra. Un esquema con los modelos de
urbanización seguidos en cada una de estas zonas y sus características más importantes en M. González Portilla,
et al, Los orígenes de una metrópoli, vol. II, capítulo VIII "Improvisación, planificación y propiedad. Modelos
urbanos de la Ría de Bilbao", pp. 17-211 .
5 S. Serrano "Paisaje e industria en el Bilbao del despegue (1860-1930)", Historia Contemporánea, n° 24,
2002, pp. 223-243, y "El puerto de Bilbao en la configuración y organización espacial de la ciudad del despe-
gue (1876-1930)", en J. M. Beascoechea Gangoiti, et al (eds.) La ciudad contemporánea, espacio y sociedad,
Universidad País Vasco/Universidad de Puebla, Bilbao 2006, pp. 705-735, y E. González Urruela, De los tajos
a los embarcaderos. La construcción de los espacios de la minería del hierro en Vizcaya y Cantabria (1860-
1914), Ariel, Barcelona, 2001 .
6 El volumen, centralidad y valor de ese espacio ha quedado claramente manifestado cuando se ha acometi-
do su recalificación y reconversión a nuevos usos, sobre todo residenciales y equipamientos, tras las crisis in-
dustriales de las décadas de 1970 y 1980.
7 L. V. García Merino, "Ría, puerto exterior, superpuerto. Tres etapas de la proyección de Bilbao hacia el
mar", Lurralde, n. 4, 1981, pp. 129-166; N. de la Puerta Rueda, El puerto de Bilbao como reflejo del desarrollo
industrial de Vizcaya. 1857-1913, Autoridad Portuaria de Bilbao, Bilbao, 1994; y S. Serrano, "El puerto de Bil-
bao...", pp. 705-735.
8 Junta De Obras Del Puerto De Bilbao, Homenaje a Churruca, Churruca y el puerto de Bilbao (apuntes
históricos, antecedentes históricos y resumen descriptivo), Impr. E. Verdes, Bilbao, 1909; Hazera, Historia de
100 la ría de Bilbao en la era cuaternaria, Caja de Ahorros Vizcaína, Bilbao, 1977, y A. Cearreta, "Cambios me-

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Astilleros de Bilbao

complicado aprovechamiento agrícola, permanecieron bajo control municipal bajo la fór-


mula de bienes comunales o de propios.9 Así, las grandes fincas públicas a lo largo de los
márgenes de la ría se mantuvieron fuera del mercado hasta que primero los problemas fi-
nancieros de las haciendas locales vascas, cada vez más acuciantes durante el periodo en-
tre la guerra de la Convención (1795) y la primera guerra carlista (1833-39), y luego la po-
lítica desamortizadora del Estado (especialmente la Ley de Desamortización Civil de
1855), las introdujeron en el circuito mercantil de forma acelerada.10
De esta forma, buena parte de los terrenos de las orillas de la ría de Bilbao, entre esta
Villa y el Abra, salieron al mercado durante el periodo de expansión comercial e industrial
que siguió al final de la primera guerra carlista. Los grupos adinerados establecidos en
Bilbao no perdieron esa oportunidad para adquirir la mayoría de ellos. Esta apropiación
masiva fue determinante en el futuro de la configuración espacial y social de todo el área.

dioambientales en la Ría de Bilbao durante el Holoceno", Cuaderno de Sección Historia-Geografía 20, 1993,
pp. 435-454.
9 El marco de ese régimen de propiedad en Bizkaia en: A. Gogeaskoetxea, Los montes comunales en la
Merindad de Busturia, siglo xvm-xix, Departamento Historia Contemporánea UPV-EHU, Leioa, 1993.
1U El estudio del proceso de desamortización en el País Vasco, y particularmente en Bizkaia, presenta aún
importantes lagunas que hacen difícil poder evaluar con precisión su volumen y características particulares. Las I
obras más representativas por provincias son; M. Ortiz de Ornino, Álava durante la invasión napoleónica. Re- I
convensión fiscal y desamortización, Vitoria, 1984, A. Otaegui Arizmendi, Guerra y crisis de la Hacienda lo- I
cal. Las ventas de Bienes Comunales y de Propios en Gipuzkoa (1764-1814), San Sebastián, 1991; y J. M. Mu- I
tiloa Poza, La desamortización en Vizcaya, Caja de Ahorros Vizcaína, Bilbao,101
1984. |

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
A la posición de poder político, prestigio social y capacidades económicas, se le sumó un
estricto control territorial de las áreas más valiosas en la nueva coyuntura industrial tras la
expansión de 1876-1905, y con ella indirectamente de los ayuntamientos ribereños.
A partir de ese momento, fueron las necesidades y aspiraciones de los dirigentes esta-
blecidos en Bilbao las que determinarían durante muchos años la evolución de los restan-
tes municipios de la Ría, configurando una organización espacial con distintos grados de
especialización funcional. Hay un claro eje director de la totalidad del área y es el control
de la burguesía bilbaína del proceso.11
No dispongo todavía de una información exhaustiva que recoja la totalidad de las su-
perficies originalmente comunales a lo largo de las dos orillas de la ría, pero sí un acerca-
miento bastante amplio, que queda reflejado en las tablas 2a y 2b.12
Las cifras presentadas dan unas superficies de alrededor de 500 hectáreas en la mar-
gen derecha, y al menos 130 hectáreas en la izquierda.13 Se trata de un volumen impresio-
nante, que se convierte en espectacular al precisar las empresas, instalaciones y promocio-
nes que terminaron asentándose allí. La apropiación fue tan masiva y contundente, que
cuando se plantearon las instalaciones de los muelles, ferrocarriles y las grandes industrias
en la ría, todo resultaba completamente natural, se daba por hecho que el suelo ya pertene-
cía a los principales grupos empresariales, y que estos tendrían absoluta libertad para deci-
dir sus inversiones.
Así, de forma también natural, los mejores terrenos, aquellos mejor orientados, co-
municados y próximos a la ría, fueron mayoritariamente reservados primero, y ocupados
inmediatamente, por las instalaciones industriales, portuarias y de infraestructuras. El res-
to, las no valoradas por su posición, propiedad compartimentada o fuerte pendiente, se de-
jaron para la construcción de las viviendas que demandaba la mano de obra atraída de for-
ma masiva hacia las factorías de la Ría. En estos espacios, que se fueron extendiendo a lo
largo de los arrabales de Bilbao y por toda la margen izquierda, la planificación fue prácti-
camente inexistente, y la actuación de los poderes públicos poco más que testimonial.14
Antes de 1900, las únicas áreas residenciales que contaron con algún mecanismo efecti-
vo de planeamiento, con limitadísimas excepciones,15 fueron las destinas a los grupos pu-
dientes. La principal fue el ensanche de Bilbao,16 con un primer proyecto frustrado en
1862, diseñado finalmente en 1873, y ampliado en 1907. En este contexto el ensanche ma-
nifiesta una de sus características más determinantes: su función de reserva de suelo para

11 Una reflexión más completa sobre este proceso en M. González Portilla, et al, Los orígenes de una me-
trópoli..., vol. Il, pp. 17-211, y en mi trabajo en curso de publicación: J. M. Beascoechea Gangoiti, Propiedad,
burguesía y territorio. La conformación urbana de Getxo en la Ría de Bilbao, 1855-1900, Universidad del País
Vasco, Bilbao, 2007 (en prensa).
12 Datos más concretos y detallados, e información sobre las fuentes utilizadas se pueden consultar en
M. González Portilla, et al, Los orígenes de una metrópoli, vol. Il, pp. 17-211.
13 Son las superficies que he podido documentar, y no incluyen ningún terreno de los municipios de Basau-
ri, Etxebarri y Deusto.
14 Una reciente visión de conjunto sobre el papel de la propiedad en el desarrollo de las ciudades en: R. Mas
Hernández, "El estudio de la propiedad urbana en España", en R. Mas Hernández y P. Lavastre (eds.), Propie-
dad urbana y crecimiento de la ciudad: seminario celebrado 4-5 febrero 2002, Casa Velazquez/Univ. Autóno-
ma de Madrid, Madrid, 2005, pp. 241-266.
15 Se trataría de la parcelación de la vega de Alzaga, en Erandio, y algunas otras de pequeñas dimensiones.
El planeamiento promovido por los poderes públicos (ayuntamientos) sólo comenzó a ser relativamente efectivo
durante la década de 1920.
I 16 Sobre el ensanche de Bilbao; P. Alzóla, et al., Memoria del Proyecto de Ensanche de Bilbao (facsímile,
I 1876) Introducción Javier Cenicacelaya e Iñigo Saloña, Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técni-
I eos de Vizcaya, Bilbao, 1988; M. González Portilla, et al, Bilbao en la formación del País Vasco contemporá-
I neo..., pp. 321-460; A. Azpiri Albístegui, Urbanismo en Bilbao: 1900-1930, Gobierno Vasco, Vitoria, 2000; y I.
102 I Galarraga, et al, Ensanches urbanos en las ciudades vascas, Gobierno Vasco, Vitoria-Gasteiz, 2002.

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Tabla 2a

COMUNALES DE BILBAO Y MARGEN IZQUIERDA DE LA RÍA

Municipio Fecha Sup. Descripción Destino


/finca (Ha.)

Bilbao (con Begoña, Abando y Deusto)

Campo 1866 0,6 Vega entre Bilbao y Deusto. Parcelación residencial de lujo, in-
Volantín tegrada en plan de ensanche de Bil-
bao.

Otras Riberas Riberas de Uribitarte a Olabeaga. Diversas Industrias.

Barakaldo

Vega de 1810 6,5 Comunal vendido por el municipio Ocupado primero por una casa de
la Punta en el Desierto, confluencia de río campo burguesa, y desde 1854 la
Galindo con la ría. Fábrica del Carmen, embrión de
los AHB.

Desierto Sobrantes en orillas de la ría y ve- Muelles y terminales ferroviarias.


y Luchana gas litorales.
(varias sin
precisar)

Sestao

Convento 1695- 42,4 Comunal en confluencia río Galin- Proyecto siderúrgico de The Canta-
del Desierto 1839 do con ría adquirido por orden car- brian (1870), Fábrica San Francis-
melita en 1719. Terrenos inundables co del Desierto, Astilleros del Ner-
y playa de la ría. Desamortizado por vión.
el estado y subastado.
Vega Vieja 1806- 17,6 Vega interior. Diversas Industrias.
y otros 1810
Vega Nueva 1835- Lotificada y vendida en varias fa- Diversas Industrias.
1855 ses por el municipio.
Terrenos 1864 9,5 Terrenos de pan sembrar junto a Diversas Industrias.
Urbinaga carretera desamortizados y subasta-
dos por el Estado.
Playa de 1860- 54 Playa inundable de 83 ha. El estado Sociedad La Vizcaya (luego AHV)
Sestao 1869 la desamortizó y subastó, pero lue- y factorías colindantes.
go redujo su tamaño, quedando 28
ha. para formar la Dársena de la
Benedicta.

Portugalete

Ensanche 1 862 1 ,2 Terrenos ganados a la ría que se ur- Vivienda burguesa y paseos.
del muelle banizan con un plan.

Fuente: Elaboración propia a partir de fuentes del Archivo Foral de Bizkaia (F


Gernika), Archivo Provincial de Vizcaya (Fondo de Hacienda), Registro de la
complementarios. I
I 103

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Tabla 2b

COMUNALES DE BILBAO Y MARGEN IZQUIERDA DE LA RÍA

Municipio Fecha Sup. Descripción Destino


/finca (Ha.)

Erandio

Terrenos 1810 20 Vega comunal en parte inundable La familia Jado reunió la mayoría
de la vega 1836 subastada en distintas fases por el de la vega para usos agrícolas y re-
de Alzaga municipio. creativos, y desde 1885 promovió
en una parte una parcelación
dencial privada de baja calidad
VegaLamiako 1859 8,4 Comunal desamortizado y subastado Adqu
por el estado, parte de una finca que Usos industri
ocupaba el frente de la ría de los mu-
nicipios de Erandio, Leioa y Getxo.

Leioa

VegaLamiako 1859 84 Parte de Leioa en la vega de La- Adquirido por la familia Aguirre.
miako. Usos agrícolas e industriales.
Artaza 1894 42 Comunal entre Leioa y Getxo su- Casa de campo Artaza de la familia
bastado por el estado en periodo fi- Chavarri.
nal siglo xix.

Getxo

VegaLamiako 1859 28 Parte de Getxo en la vega de La- Adquirido por la familia Aguirre.
miako. Planificación residencial del barrio

de Lamiako (Santa Ana).


Alangoeta 1862 5,7 Comunal desamortizado sobre pía- Venta por medio del plano urbani-
ya Ereaga. zador de Alangoeta.
Las Arenas 1862 3,5 Comunal desamortizado por el es- Venta por medio de un plano urba-
tado. nizador de Las Arenas.

Arenales- 1867 71,8 Dunas y marismas comunales desa- Venta en grandes lotes, adquiridos
Juncales mortizado por el estado. por familia Aguirre y reparcelados.
Sueltos 1880 10 Terrenos arenosos desamortizados Distintos solares intermedios entre las

por el estado. grandes parcelaciones residenciales.


La Galea 1894 157,1 Comunal desamortizado por el es- Finca de recreo de los Martínez Ri-
tado. vas.

Aiboa 1894 44 Arenal Comunal desamortizado por Núcleo fundamental de la urbaniza-


el estado. ción de Neguri.
Baserri 1894 24,6 Humedal comunal desamortizado Adquirido por los Chavarri, com-
por el estado. plementario a su colindante finca
de campo Artaza.

Fuente: La misma que en la 2a.

burguesía, en definitiva otra fórmula de apropiación. Así se comprende mejo


de su ocupación efectiva, que no se completaba hasta que los grupos a los que
gido contaran con efectivos y recursos suficientes. Y también que aunque ha

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
llegaran ni a la mitad los solares y calles originales que se habían realizado, Bilbao deci-
diera ampliar su ensanche hacia Indautxu y San Mames.17
A la vez que en Bilbao se discutía y diseñaba su ensanche, no todos los terrenos de
las riberas de la ría terminaban como suelo para la industria, el puerto o las infraestructu-
ras. Al final de la margen derecha, donde comenzaba el Abra, las grandes superficies de
marismas y terrenos arenosos propiedad del municipio de Getxo pasaron también rápida-
mente a manos de particulares bilbaínos. Sin embargo, esta vez el negocio al que estaban
destinadas no eran nuevas siderurgias o astilleros, sino el naciente turismo vinculado a los
baños de mar, y sus desarrollos residenciales.

3. El municipio de Getxo

Getxo representa un modelo urbano de evidente personalidad, no sólo en el contexto


de la formación urbana de la aglomeración de Bilbao y la Ría, sino también respecto a los
modelos comunes en la España de la segunda mitad del siglo xix el primer tercio del siglo
xx. La justificación de esa peculiaridad no se debe achacar a unas especiales condiciones
locales que determinaran sin más la estructuración de un marco urbano. Más bien debe
pensarse en la yuxtaposición de una serie de factores generales y locales que en su actua-
ción sincrónica fueron conformando una nueva realidad.
En primer lugar, como acabamos de comentar en las páginas previas, la serie de trans-
formaciones generadas en torno al desarrollo económico y la definición industrial de Bil-
bao permitieron que el control de la vida económica que la burguesía de la Villa ejercía
sobre su municipio se extendiera con gran celeridad y profundidad sobre todo el entorno
territorial de la ría. Gracias a ello, la potencia de los capitales bilbaínos pudieron borrar en
gran parte las condiciones locales de cada uno de los núcleos de la ría, y redibujarlos con
los rasgos que convenían a sus intereses en cada momento. Esta característica permitía que
desde fecha temprana se establecieran radicales diferenciaciones funcionales entre áreas
muy próximas físicamente, y que hasta ese momento habían compartido rasgos similares.
Así, las particularidades territoriales de Getxo a medidos del siglo xix, significadas
fundamentalmente en la presencia de amplios espacios libres de propiedad comunal, y en
la existencia de amplias y cómodas playas abiertas al Abra, pudieron ser reinterpretadas
por la burguesía bilbaína. Para que esto se produjera debieron darse dos nuevas condicio-
nes de ámbito general pero que tuvieron aquí su propia aplicación.
La primera de ellas fue la promulgación de la legislación desamortizadora. La ley de
primero de mayo de 1855 (Ley Madoz), y las leyes y reglamentos que la completaron du-
rante los años siguientes, que permitían que el Estado se apropiara bajo unas ciertas condi-
ciones de los terrenos comunales de los municipios, y los traspasara a continuación a los
particulares por medio del mecanismo de las subastas. En Getxo y la limítrofe anteiglesia
de Leioa debido a las características históricas de su estructuración socioeconómica, y a
las propias de los terrenos dominantes (marismas inundadas, montes arenosos y dunas li-
torales) se había mantenido una gran parte del espacio precisamente bajo esa categoría ju-
rídica de comunal.18

17 J. M. Beascoechea Gangoiti, "Jerarquización social del espacio urbano en el Bilbao de la industrializa-


ción", Scripta Nova. Revista electrónica de geografia y ciencias sociales, voi. VII, núm. 146, 2003.
18 Las condiciones históricas de estos municipios se puede consultar en: C. M. Zabala, Historia de Guecho,
Algorta-Getxo, 1990; J. M. Beascoechea Gangoiti, Getxo. Monografìa histórico artística, Diputación Forai de
Bizkaia, Bilbao, 1992; y F. M. Vargas Alonso, Berango-Leioa: Estudio Histórico/ Artístico, Diputación Foral
de Bizkaia, Bilbao, 1997. 105

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Figura 2. Plano del Abra y final de la ría en un proyecto de nuevo puerto (1868). (Fuente: Estudio del Puerto
de Bilbao. Plano especial del Abra con detalles de los proyectos de 1868. AGA, Caga AGA 922, Hojas 15).

Casi con rigurosa simultaneidad al planteamiento de la desamortización se consolida-


ban entre la sociedad acomodada española las ideas que desde las Islas Británicas -aunque
en nuestro caso por vía francesa- defendían los efectos salutíferos de las estancias en las
costas y los baños de mar. Aunque para ese momento ya se había desvirtuado gran parte
de su contenido terapéutico original, insertándose en los ritos de relación burgueses, el re-
sultado fue el surgimiento de un potente impulso de revalorización de los espacios maríti-
mos y playas, hasta entonces considerados cuando menos con indiferencia.19

19 Una visión de conjunto sobre la percepción del mar en Europa y la difusión de las estancas de baños en A.
Corbin, El territorio del vacío. Occidente y la invención de la playa (1750-1840), Barcelona, 1993. Sobre la difu-
sión de las estaciones balnearias a lo largo de Europa: P. Sica, Historia del Urbanismo. El siglo xix, IEAL, Ma-
drid, vol. 2, pp. 982-1029, 1981. De la zona de Biarritz, M. Chadefaud, Aux origines du tourisme dans les pays de
l'Adour. Du mythe à l'espace: un essai de géographie historique, Pau, Université de Pau et des Pays de l'Adour,
1987. El estudio del primer turismo y concretamente del balneario, se ha centrado en España más bien en los esta-
blecimientos termales de interior, destacando el trabajo de M. R. Del Caz Enjuto, El agua en el seno de las aguas:
la ordenación del espacio balneario en el Cantábrico, Universidad de Valladolid, Valladolid, 2001. En cuanto al
desarrollo veraniego a lo largo de la costa cantábrica: C. Álvarez Quintana, Baños de mar en Ribadesella 1890-
1936. Urbanismo, arquitectura y sociedad, Ribadesella, Asociación Cultural Amigos de Ribadesella, 1995 y M.
Roza Candas, Los balnearios marítimos en Asturias (1848-1935), Fundación Alvargonzález, Gijón, 1995. Sobre
Cantabria: C. Gil De Arriba, Casas para baños de ola y balnearios marítimos en el litoral montañés, 1868-1936,
Universidad de Cantabria/Fundación Marcelino Botín, Santander, 1992, y "La difusión social y espacial del mo-
delo balneario: de la innovación médica al desarrollo de las prácticas de ocio", Scripta Nova. Revista Electrónica
de Geografia y Ciencias Sociales, n° 69 (40), 2000; y M. M. García Cuadriello, Mar, veraneo y urbanización en
106 Laredo (1850-1964), Universidad de Cantabria- Ayuntamiento de Laredo, Santander, 1996.

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Ambas circunstancias confluyeron en un momento preciso en el espacio de Getxo, un
término alargado de poco más de once kilómetros cuadrados, que contaba además con su
posición en la cercanía de Bilbao (entre doce y quince kilómetros de distancia) y con una
sencilla comunicación con la Villa. Pero la clave determinante de todo el proceso es la for-
mación de una nueva estructura de la propiedad a partir de la disolución del régimen co-
munal. Sin aclarar ese hecho, todos los demás resultarían incomprensibles.

4. LOS TERRENOS DE GETXO: LA DESAMORTIZACIÓN

Aunque su conocimiento presente aún importantes lagunas, el proceso de desamortiza-


ción, lo mismo que la mayor parte de transformaciones vinculadas a la formación del esta-
do liberal, tuvo en el País Vasco evidentes peculiaridades y un desarrollo muy conflictivo.
Centrándonos en el caso de Vizcaya y de los bienes municipales, éstos habían constituido
una importante vía para compensar el desequilibrio de las cuentas municipales, evidente
desde finales del siglo xvm, y dramático en muchas localidades al finalizar la primera
guerra carlista (1839). En realidad, antes de 1850 muchos pueblos prácticamente habían li-
quidado sus propiedades.
Sin embargo, cuando se formula la legislación desamortizadora estatal (1855 y
1856), los pueblos la rechazaron, y la Diputación de Vizcaya se convirtió en el abanderado
de las reivindicaciones locales frente a la imposición estatal, iniciando un periodo de boi-
coteo generalizado a la legislación y los organismos encargados, que se prolongó con in-
tervalos entre 1856 y 1862, y que sólo se solucionó cuando el Estado reconoció las atribu-
ciones políticas y administrativas del organismo forai para el control de todo el proceso.20

4.1. Las ventas

En esta situación de bloqueo, el Estado se limitó a paralizar los intentos de los pueblos
por llevar a cabo las ventas por su cuenta, entre ellos Getxo, con varios procesos de parce-
lación y venta en distintas zonas de comunales. Además, como no contaba con medios
para conocer qué bienes de los pueblos eran susceptibles de ser desamortizados, durante
esos primeros seis años se concentraron en inventariar los bienes fácilmente identificables:
las propiedades eclesiásticas, de beneficencia, y los terrenos costeros, de rías, marismas
inundables y playas. Estos últimos fueron apropiados como bienes de dominio público.21

Sobre el caso vasco, especialmente referido al caso de San Sebastián: J. K. Walton y J. Smith, "The First
Century of Beach Tourism in Spain: San Sebastián and the Playas del Norte from the 1830s to the 1930s", en
M. Barke, et al (eds.) Tourism in Spain: critical issues, CAB international, Wallingford, 1996, pp. 35-61; y
J. K. Walton, "Planning and seaside tourism: San Sebastián, 1863-1936", Planning Perspectives, n° 17, 2002,
pp. 1-20. También se encuentran datos de interés en R. Aguirre, El turismo en el País Vasco. Vida e historia,
San Sebastián, 1995. Finalmente, sobre el Abra de Bilbao J. M. Beascoechea Gangoiti, "Veraneo y urbaniza-
ción en la costa cantábrica durante el siglo xix: las playas del Abra de Bilbao", Historia contemporánea, n° 25,
2002, pp. 181-202.
20 Un amplio desarrollo del conflicto en: J. M. Mutiloa, La desamortización en Vizcaya, pp. 247-374.
21 Esta consideración, que enlazaba con la tradición del derecho histórico español, quedaría recogida poco
después en la primera Ley de Aguas (tres de agosto de 1866). A. Gallego Anabitarte, El derecho de aguas en
España, MOPU, Madrid, 1986, pp. 265-382 y A. Menéndez Rexach, "La configuración del dominio público
marítimo-terrestre", en Jornadas sobre la Ley de Costas: legislación y jurisprudencia constitucional, MOPT y
EGAP, Santiago de Compostela, 1991, pp. 35-75, especialmente ver pp. 38-41. 107

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
El resultado fiie que hasta 1862 la práctica totalidad de las fincas subastadas tenía alguno
de esos orígenes.22
Otro factor importante en este momento, era el de la presión de los particulares intere-
sados en hacerse con las fincas. Y en esta cuestión, el interés y la presión consecuente so-
bre los terrenos de la Marisma de Lamiako en el término de Getxo fueron extraordinarios.
Sólo así se explica que el Estado la incluyera en su primera lista de bienes de dominio pú-
blico, y la sacara a subasta el quince de septiembre de 1856. Se trataba de una marisma
inundable, medida en unas veintiocho hectáreas.23 Las dos subastas simultáneas que se ce-
lebraron elevaron el valor de la tasación entre ocho (Bilbao) y catorce veces (Vitoria), que-
dando adjudicada en cerca de treinta y cinco mil pesetas. No hay duda del interés desper-
tado por la finca, pero aún lo hay menos del empreño del comprador final, el comerciante
e industrial bilbaíno Máximo Aguirre [1791-1863], que había actuado por medio de testa-
ferros y se había asegurado la propiedad ganando las dos subastas.
Pero la finca adquirida era sólo una parte (la más valiosa) de una vega mayor, de alre-
dedor de ciento veinte hectáreas, que abarcaba los últimos dos kilómetros de la orilla de-
recha de la ría, con una anchura en torno a los quinientos metros, y que abarcaba las
jurisdicciones de Erandio, Leioa y Getxo. Con la parte de Getxo en su poder, Aguirre
desarrolló una intensa campaña de presión ante las autoridades estatales para conseguir la
adjudicación del resto de la vega, o su salida a subasta. Finalmente esto tuvo lugar en fe-
brero de 1859, haciéndose con los alrededor de 925.000 metros cuadrados en litigio. Des-
de ese momento contaba con dominio territorial sobre el tramo final de la ría que le per-
mitieron acometer sus planes con absoluta libertad. Sus iniciativas y las de sus herederos
serían determinantes en la definición de todo el área.
La salida de terrenos de origen comunal al mercado se recuperó tras el acuerdo de
1862, y durante los años siguientes (1863-1868) el Estado subastó alrededor de noventa y
ocho nuevas hectáreas en Getxo, por las que obtuvo la respetable cantidad de 648.237 pe-
setas. Las fincas que salieron a la venta fueron muy desiguales.
En 1863 se subastaron los terrenos municipales de Alangoeta. Se trataba de un erial
elevado sobre la playa de Ereaga, y abierto a lo largo del camino real. Sus condiciones am-
bientales y su cercanía al núcleo de Algorta había despertado desde antes el interés por
esos terrenos. El ayuntamiento había intentado en varias ocasiones su venta, y todavía en
1858 encargó al técnico local (Juan A. Menchaca) la redacción de un Plano Topográfico
de Solares y unas condiciones gubernativas para la edificación. Este último intento de diri-
gir y beneficiarse de la venta fracasó, pero el Estado decidió adoptar ese plan de solares
para su subasta. El resultado fue un rotundo éxito. De las casi doce hectáreas de terrenos,
una vez trazadas las calles, plazas y espacios libres, quedaron cuarenta y siete mil metros
cuadrados. Estos fueron subastados, divididos en cuarenta y ocho solares, que se vendie-
ron por algo más de medio millón de pesetas, siete veces su tasación.
En los mismos años se reanudó la presión de los particulares interesados en la venta

22 Los datos sobre las fincas desamortizadas y en general, la información sobre los cambios y estructura de
la propiedad utilizados para elaborar este trabajo provienen de una investigación más amplia. La metodología
empleada pasa por la combinación de documentación administrativas de origen múltiple: Ayuntamiento de Get-
xo, Archivo Forai de Bizkaia, Provincial de Bizkaia (Hacienda y protocolos notariales) y archivos nacionales
(AHN, AGA, Ministerios. Pero sobre ellas, el armazón básico se hace en base a la consulta exhaustiva de todas
y cada una de las inscripciones del municipio de Getxo en el Registro de la Propiedad Territorial de Bilbao,
desde el nacimiento de esta institución en 1863 y hasta 1935. J. M. Beascoechea Gangoiti, Propiedad, burgue-
sía y territorio. La conformación urbana de Getxo en la Ría de Bilbao, 1855-1900, Universidad del País Vasco,
Bilbao, 2007.
23 Todas las referencias monetarias se han unificado en pesetas, convirtiendo los reales y escudos de las
108 fuentes originales, y las espaciales al sistema métrico, convirtiendo los estados, peonadas y pies.

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
de terrenos en la zona de Las Arenas. La finca que centraba todas las apetencias era el cua-
drilátero de unas siete hectáreas que cerraba el ángulo donde la ría se abría en el Abra, al
principio de la playa. El intento inicial de venderla en una única propiedad fue bloqueado
con éxito por la oficina de Obras Públicas de Vizcaya. Su ingeniero jefe, Amado Lázaro,
que era también el autor del primer (y pronto fracasado) proyecto de ensanche de Bilbao,
consiguió convencer a las instancias superiores de los beneficios económicos y urbanísticos
que derivarían de su venta parcelada y ordenada a través de un plano. El resultado fue el
Plano de población de los solares de Las Arenas de Guecho, diseñado por el mismo Lázaro
y firmado en julio de 1863. La venta de sus cuarenta solares resultó un gran éxito en 1865.

Figura 3. Localization de los principales terrenos desamortizados en Getxo (1859-1897). Fuente:


Elaboración propia. | I 109

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Esta política de dirigir la venta en solares organizados no se mantuvo con el resto de
los terrenos que quedaban en Las Arenas. Es decir, los arenales sobre la línea de dunas li-
toral, y los juncales inundables de Crezalzu, al otro lado del río Gobela. Esos terrenos, que
sumaron setenta y dos hectáreas, fueron subastados en 1867 y 1868 formando cuatro gran-
des lotes, a un precio diez veces inferior a los colindantes solares del plano de las Arenas.
En poco más de diez años se había liquidado el suelo de propiedad municipal y esta-
tal en todo el área de Las Arenas, pero el proceso no se detendría allí. El gran comunal de
Aiboa se mantuvo reservado, junto a los otros dos que se consideraban necesarios para los
vecinos, los de La Galea y Baserrri. Pero de los bordes exteriores de Aiboa se fueron se-
gregando las porciones de La Avanzada (dos mil setecientos metros cuadrados en 1863),
Aiboa-Zabalecopozo (diecisiete mil metros cuadrados en 1867-68), y Comporte-Lexarre-
tas (setenta y tres mil metros cuadrados en 1867 y 1888). Al rodear la finca Aiboa, reser-
vada como pastizal, no alcanzaron relevancia urbanística hasta que esta última terminó en-
trando también en el mercado.
La liquidación de estos últimos grandes comunales se retrasó hasta julio de 1894. De
nuevo, fue la capacidad de presión e influencia ante el gobierno de los particulares intere-
sados en la adquisición el factor determinante para el impulso final de su salida a subasta.
La Galea constituía la mayor finca del municipio, ciento cincuenta y siete hectáreas
en coto cerrado dedicado a pastizales entre los acantilados marítimos que se prolongaban
hasta las campas de Azcorri en el límite con el término de Sopelana, y las propiedades
agrícolas de la zona de Andramari. Se encontraba inmersa en un área plenamente agrícola,
separada de los núcleos urbanos y de las principales vías de comunicación. Su nuevo pro-
pietario edificó una casa de campo y diversas instalaciones complementarias y no se llega-
ron a plantear promociones inmobiliarias significativas hasta la segunda mitad del siglo
xx.24
Las vegas y juncales del Baserri constituían veinte y cuatro hectáreas de terrenos
húmedos (vegas y juncales a orillas del río Gobela) colindantes con el término municipal
de Leioa, y con dificultades para su aprovechamiento, incluso agrícola. Esta finca no tuvo
trascendencia urbanística alguna.25
La última finca, la de Aiboa, con sus cuarenta y cuatro hectáreas, se componía de dos
terrenos bien diferenciados. El núcleo central de la propiedad lo constituía un monte are-
noso, y resto era vegas bajas del río Gobela entre Fadura y La Avanzada. Estaba bordeado
en parte por las vías recién trazadas del ferrocarril de Las Arenas a Plentzia, Aiboa, al
contrario de las otras dos desamortizadas en 1894, sí que fue escenario de una destacada
actividad urbanística y promocional, sobre todo tras su adquisición en 1902 por los funda-
dores de la Sociedad de Terrenos de Neguri.
Al tratarse de fincas de tamaño enorme, el número de los posibles compradores se li-
mitaban extraordinariamente, y en consecuencia, el precio obtenido por su venta fue muy
bajo. Solo Aiboa recibió pujas por encima del precio de salida, y la cantidad final conjunta
-unas 280.493 pesetas- significaba sólo doce céntimos de peseta el metro cuadrado.

24 El comprador de esta finca -José María Martínez de las Rivas- y su familia además de la casa principal y
I las secundarias construyó a principios del siglo xx un aeródromo y sus hangares. En 1962 se trasladaron allí las
instalaciones del un elitista club de golf, unido a diversas urbanizaciones unifamiliares. J. R. de la Rica (coor.),
Real Sociedad de Golf de Neguri, 1911-1986. Los primeros setenta y cinco años, RSGN, Bilbao, 1986.
25 Su adquisición por Víctor Chávarri Salazar sólo se entiende en relación con la compra en la misma su-
110 | basta desamortizadora del gran comunal de Artaza en el municipio de Leioa.

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
4.2. Resumen de las ventas

Las cifras finales de la desamortización en el municipio de Getxo son bien elocuentes


en lo que respecta a la importancia de este proceso en el ámbito local. A las trescientas
cuarenta y seis hectáreas efectivamente vendidas por el Estado en Getxo como Bienes Mu-
nicipales o Propios del mismo Estado, deben añadirse los terrenos dedicados a calles y
servicios públicos no comprendidos en la contabilidad de las ventas. El resultado es que
un espacio de unas cuatrocientas hectáreas fue colocado en el mercado, el 35% de todo el
término municipal.

Tabla 3

RESUMEN DE LA VENTAS DE TERRENOS DESAMORTIZADOS EN GETXO 1856-1924

Grupos de ventas Num. Fechas Superficie Valor Valor/superf.


Fincas (mts. cuadrados) (pías.) (pías.)

Lamiako 1 1856 280.083 35.250 0,13


Alangoeta 53 1863 57.118 488.493 8,55
Las Arenas 40 1865 35.051 89.830 2,56
Arenales y Juncales 7 1867-68 718.331 18.021 0,03
Sueltos 24 1860-88 106.167 58.768 0,55
La Galea 1 1894 1.571.500 157.150 0,10
Aiboa 1 1894 440.700 104.500 0,24
Baserri 1 1894 246.430 18.843 0,08
Tardíos 7 1900-24 5.173 5.702 1,10

Total 135 3.460.550 976.557 0,28

Fuente: Registro de la Propiedad Territori

En cuanto al valor, no hay duda de


cas y valor del venta. No existe en n
y valor. El enorme desequilibrio p
de la superficie acapararon el 50% d
pos de fincas en este aspecto. Lo mis
en el que Alangoeta y los solares de
De la comparación entre las finca
simo valor conseguido por las mar
adquieren su verdadero significado
les y juncales colindantes, o los 0
diferencia de las demás, Lamiako
miento, y los casi cuarenta años tra

4.3. Los compradores

La desequilibrada distribución t
zación en Getxo, tiene su reflej
ninguna duda, el rasgo más sobre
des superficies en muy pocas ma

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
tes de enormes dimensiones. Entre 1856 y 1894 se subastaron en Getxo ciento veintio-
cho fincas, lo que sitúa la media superficial por finca en 2,7 ha. Pero los compradores
finales fueron sólo cincuenta y siete, por lo que les corresponde un promedio de seis
hectáreas.
En realidad, la estructura de la propiedad resultante de las compras era muy desequi-
librada. El grupo más numeroso (el 91%) corresponde a los pequeños compradores que
adquirieron fincas pequeñas (una media de mil ochocientos metros cuadrados), pero que
pagaron los precios relativos más altos (a 3,2 pesetas el metro cuadrado). Fueron principal-
mente los que adquirieron las solares ya parcelados de Las Arenas y Alangoeta, que pese a
estar en un espacio aún sin desarrollar urbanísticamente, el mercado los consideraba ya ur-
banos, y los beneficios de su conversión rústica a urbano quedó en manos de la iniciativa
pública que los promovía.26
El otro grupo era el de los grandes compradores. Se trata de un grupo extremadamente
reducido: sólo cinco. Fueron los que adquirieron las fincas mayores, y al concentrar esas
tipologías, se quedaron con el 94,5% de la superficie total, nada menos que trescientas
veinte y seis hectáreas, a una media de sesenta y cinco cada uno. Salvo excepciones, co-
rresponden a los terrenos que se vendieron con un precio y consideración de rústico (a una
media de 0,1 1 pesetas el metro cuadrado), y que por lo tanto, quedó en manos de los com-
pradores la posibilidad de actuar sobre ellos, y promocionarlos con valor y carácter urba-
no. Algunos lo hicieron, y fueron los protagonistas del proceso de urbanización vivido en
la zona.
Aquí radica la clave de un vuelco absoluto de la estructura de la propiedad de toda la
parte de Getxo comprendida entre Alangoeta/Ereaga y los muelles de la ría, dando lugar a
una situación nueva, en la que los beneficiados pudieron disponer libremente de grandes
superficies donde planear una política territorial propia.
Al analizar el origen social y geográfico de los compradores nos encontramos con
unos criterios uniformes tanto para los grandes como para los pequeños. La inmensa ma-
yoría pertenecen a alguno de los estratos de la burguesía urbana (comerciantes, propieta-
rios, industriales y profesiones liberales son los dominantes), y con domicilio en Bilbao.
Bilbaínos se declaraban el 56%, pero éstos representaban nada menos que el 87% del te-
rreno adquirido y el 76% de las inversiones. Los compradores del propio Getxo represen-
taron alrededor de un tercio del total, pero con el 15% de los pagos sólo adquirieron el
1,6% de la superficie. Los de fuera de Vizcaya representan cifras insignificantes: esto fue
un negocio de bilbaínos.
En definitiva, la desamortización posibilitó la configuración de una nueva estructura
de la propiedad territorial caracterizada por un alto nivel de concentración. Unos pocos
grandes compradores monopolizaron la mayor parte de las superficies sacadas a subasta,
constituyendo un nuevo bloque de la propiedad, vinculado completamente al capital de
Bilbao. Los criterios de rentabilidad y libertad de disposición que determinaban su con-
ducta ante los negocios comerciales, financieros o industriales, y las necesidades origina-
das en un Bilbao en continua expansión, pasaron a regir también su actuación sobre el te-
rritorio de Getxo.

26 Una reflexión sobre este componente claves en los procesos de promoción inmobiliaria en un espacio ur-
bano bastante alejado, pero con evidentes relaciones al que nos referimos en R. Mas Hernández, El barrio de
112 Salamanca. Planeamiento y propiedad inmobiliaria en el Ensanche de Madrid, IE AL, Madrid, 1982.

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Tabla 4

MAYORES COMPRADORES DE LA DESAMORTIZACIÓN EN GETXO POR SUPERFICIE (1856-189

Compradores Núm. Fincas Sup. (mtsJ Precio/ Precio


fincas principales cuadr.) (ptas.) sup. (pías.)

José M. Martínez de las Rivas 1 La Galea 1.571.500 157.150 0,10


Familia Aguirre Labroche 14 Lamiako, Arenales 634.439 66.488 0,10
Grupo Ituarte, Romo, Irigoyen, Menchaca 1 Aiboa 440.700 104.500 0,24
José Niceto Urquizu Arriaga 8 Crezalzu, Arenales 372.462 15.676 0,04
Víctor Chávarri Salazar 1 Baserri 246.430 18.843 0,08

Fuente: Registro de la Propiedad Territorial de Bilbao.

Son estos cinco mayores compradores por superficie qu


constituir en protagonistas de la urbanización de Getxo. E
muy diversas maneras, e incluso en algún caso correspond
posición alcanzada, que abrió el camino a la actuación de
distintas. El grado de concentración de la propiedad fue
grandes propiedades, representadas en la Figura 3, habla b
proceso y de la nueva situación consecuente.

5. La gestión del suelo: la urbanización

La práctica del veraneo en el litoral define una modalidad propia de turismo que se ca-
racteriza, a diferencia de otras, por la tendencia acusada a la sedentarización de los vis
tes en un enclave determinado al que se retorna regularmente cada año. Surgían así l
dades especializadas en el turismo estable, las estaciones. El nacimiento de estas col
de veraneo fue acompañado de la definición de premisas urbanísticas específicas, der
das de su nacimiento como alternativas respecto a la ciudad urbano-industrial.
En el caso del proceso de urbanización practicado en Getxo a partir de mediados
siglo xix, no cabe duda de que el impulso fundacional deriva en gran medida de la ac
dad turística y que se enmarca perfectamente en ese contexto general a la mayoría d
naciones europeas. Sin embargo, frente al modelo de estaciones que surgían en lug
alejados de cualquier núcleo urbano, e incluso deshabitados, Getxo se situaba a poca
tancia de una ciudad en expansión. De esta forma, si bien el planteamiento de servic
resortes turísticos era muy semejante a las puras estaciones balnearias, y se pretendía atr
a la clientela nacional e internacional asidua a la naciente red de poblaciones de rec
desde el principio el usuario preferente fue la propia burguesía bilbaína, que la conv
en su estación de baños. Por consiguiente, más que un modelo puramente turístico ha
que relacionarlo con un temprano desarrollo de la residencia secundaria, con amplios
ferentes en las ciudades europeas y españolas del momento.
En este sentido la actitud de la familia Aguirre, principal impulsora de la promo
turística e inmobiliaria y protagonista de la mayoría de las más importantes iniciativ
ambos campos hasta principios del siglo xx, fue también decisiva. La concepción im
ta a todo el planteamiento promocional de los Aguirre de que Getxo, o más bien L
nas, era la playa de Bilbao y que el desarrollo de su entorno significaba el del Bilb
se beneficiaba así de las ventajas de constituirse en Población de B

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Esta mención encaja perfectamente con el otro rasgo característico de las urbanizacio-
nes desarrolladas en Getxo entre 1860 y 1900 pero que en gran medida se mantendrá tam-
bién a lo largo del primer tercio del siglo xx. Se trata de la importancia de la iniciativa priva-
da en la definición territorial local. La desamortización representó en Getxo una auténtica
apropiación del espacio por parte de un reducido grupo de personas, la mayoría extraños al
municipio. Se conformó así una nueva estructura de la propiedad espacial que se caracteri-
zaba por la extremada concentración. La capacidad de presión de los grandes propietarios
resultantes, unida a la debilidad de los poderes públicos locales y provinciales permitió
que los primeros pudieran desarrollar durante muchos años políticas territoriales absoluta-
mente independientes de cualquier regulación de índole general.
De esta forma, la conveniencia de los propietarios del suelo constituye el factor fun-
damental para explicar la definición en cada momento de las pautas que dirigían la gestión
urbanística.

5.1. La familia Aguirre: un modelo de política territorial integral

Al referirse a la conveniencia de los propietarios del suelo, durante toda la fase funda-
cional y primer desarrollo de la urbanización -aproximadamente de 1855 a 1900- el pro-
tagonismo indiscutible corresponde a la familia Aguirre. A partir del dominio sobre suelo
se dedicaron a su promoción, actuando como los agentes dinamizadores del territorio e
impulsores de actividades que terminaron por establecer el carácter particular de toda el
área. Además, su opción por una determinada definición social del espacio tuvo significa-
tivos efectos de arrastre, influyendo poderosamente en los modelos de promoción inmobi-
liaria en todo el área.
El iniciador fue Máximo Aguirre,27 aunque su fallecimiento en 1863 aceleró la toma
de gestión por sus hijos, principalmente Eduardo y Ezequiel Aguirre Labroche, y su cuña-
do Eduardo Coste Vildósola. Para ello practicaron diversas fórmulas societarias, adaptadas
a las necesidades de cada negocio.28 La desaparición prematura de varias ramas familiares
entre 1888 y 1894, concentró los negocios familiares en los hermanos Coste Aguirre, rama
que también se vio ennoblecida (marqueses de Lamiaco) en 1902. Este momento coincide
con un cambio radical de actitud empresarial, que les acercó a la figura del rentista.29
La primera actuación, y la más determinante en el futuro, fue la practicada sobre la
finca de Lamiako. Tras conseguir la adquisición de las ciento veinte hectáreas entre Eran-
dio y Getxo, Máximo Aguirre emprendió el mismo año 1859 las tareas de consolidación y
fijación de los terrenos, acometiendo un ambicioso proyecto inspirado en las experiencias
de las Landas francesas.30 Inmediatamente, se dividió la propiedad en dos áreas perfecta-

27 Datos biográficos sobre este interesante miembro de la elite industrial y mercantil de Bilbao de mediados
del siglo xix en J. Agirreazkuenaga, et ai, Diccionario Biográfico de los Diputados Generales, Burócratas y
Patricios de Bizkaia (1800-1876), Juntas Generales de Bizkaia, Bilbao, 1995, pp. 63-67.
28 Sociedad Viuda e hijos e Máximo Aguirre, Hijos de Máximo Aguirre, Baños de Mar Aguirre y Cía, y
finalmente Aguirre y Chavarri fueron las más importantes.
29 Hay un amplio seguimiento de las distintas ramas familiares y organización de los negocios practicados
por los Aguirre y Coste Aguirre entre 1856 y 1944 en J. M. Beascoechea Gangoiti, Propiedad, burguesía y te-
rritorio... (en prensa).
30 La obra fundamental consistió en la apertura de un nuevo cauce al río Gobela, abriendo un canal recto
que lo comunicaba con el río Udondo en Leioa. Se alineaba también el tramo final de este río, disponiendo una
esclusa y muelles cercanos a la desembocadura. Paralelo al antiguo cauce del Gobela, en el tramo que corría si-
guiendo la línea de los muelles, se trazaba una zanja de alivio que desaguaba en la ría. Ante todo, se pretendía
proteger la propiedad, saneando los terrenos y actuando el nuevo cauce como barrera y desagüe natural. Simul-
114 táneamente, se lleva a efecto una plantación masiva de pinos en los espacios más cercanos a la ría y Las Arenas.

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Figura 4. Plano de la Nueva Población de Baños de Lamiaco. (Fuente: Litografía de 1863, editada
para dirigir las adquisiciones de los particulares. Archivo Histórico Provincial de Vizcaya).

mente diferenciadas. Los terrenos que pertenecían a las jurisdicciones de Leioa y Erandio
quedaron como praderas para dedicación agrícola, y zona de reserva para actividades lúdi-
cas asociadas a los baños de mar (caza, hipódromo, football).31 Pero el papel protagonista
estaba reservado a la porción radicada en jurisdicción de Getxo.
En esta, en 1862 ya estaba redactado el instrumento fundamental que debía articular la
promoción: el Plano de la Nueva Población de Baños de Lamiaco. El plano diseñado pre-
senta un trazado ortogonal, centrado sobre una plaza circular, donde calles cortándose en
ángulo recto crean amplias manzanas ocupadas por fincas ajardinadas divididas en solares
regulares de mil ochocientos metros cuadrados.32 En el centro de la plaza los promotores
levantaron la ermita neogotica de Santa Ana, que ha terminado dando nombre al barrio. El
plano diseñado no era el habitual croquis director de tantas parcelaciones particulares, sino
que presenta un diseño cerrado y autónomo, reflejo de una población que se pretendía fun-
dar sin dependencia de ejes focales externos.
Las ventas de parcelas durante los primeros años, 1863 y 1864, resultaron un completo
éxito. Se vendió casi un tercio del total, dando un producto que superaba ampliamente la

31 Desde la década de 1890, estos terrenos comenzaron a ser enajenados para destinarlos a solares industria-
les, que es el carácter que mantienen en la actualidad.
32 La calles abiertas tenían veinte y doce metros de anchura según su categoría, y conformaban manzanas
de 60 por 120, ó 120 por 120 metros. No ha sido posible documentar la autoría técnica del diseño de la parcela-
ción, aunque parece razonable atribuirlo al arquitecto Pedro Belaunzaran. 115

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
í«5 P$

I?'

il <~^^^

Bilbao. Fondeadero de Luchana en la ría

inversión en la adquisición de los terrenos de Getxo.33 Este hecho garantizó la continuidad


de la promoción y permitió que los Aguirre pudieran los años siguientes regular con plena
libertad el ritmo de salida de solares al mercado, reteniéndolos cuando la situación no era
propicia y manteniendo los estándares de tamaño y densidad iniciales. Hacia 1900 se ha-
bía enajenado cerca del 70% del total, y la parcela media resultante era de mil seiscientos
metros cuadrados.
Consolidado Lamiako, los Aguirre tenían claro su siguiente proyecto: la erección el
mismo año 1868 de un gran balneario, el Establecimiento de Baños de Mar Bilbaínos
(1868).34 Para ello, necesitaban más terrenos, y además cerca de la playa. La presión so-
bre el Estado culminó con la subasta de una franja para el balneario, pero también de los
grandes arenales sobre la línea de dunas de Las Arenas y los juncales de Crezalzu
(1867-68), delimitados en setenta y dos hectáreas. Los Aguirre se repartieron amigable-
mente estos terrenos con su socio José Niceto Urquizu.35 Su localización, entre la carre-

33 Considerando únicamente el precio pagado en la subasta de 1856 y los precios de venta del otoño de
1 864, el valor se había multiplicado por treinta y siete.
34 El Balneario no era un pabellón balneario de estructura frágil sobre pilotes o machones en la arena de los
que abundaban en la costa cantábrica. Consistía en un complejo de tres edificios realizados en sillería y mani-
postería, y con tejados de pizarra, e incluía distintas instalaciones hoteleras y de ocio. Era evidente la inspira-
ción en los modelos de la costa atlántica francesa. Se hallaban unidos por galerías de comunicación y rodeado
de jardines, que cubrían una superficie de 9.253 metros cuadrados, de los que 1.422 estaban edificados.
35 Una biografía sobre este propietario y político vinculado al bando carlista en J. Agirreazkuenaga, et al.,
Diccionario Biográfico..., pp. 444-447. Urquizu vendió en 1880 los terrenos de Crezalzu en un gran lote. El
comprador Miguel A. Vitoria planteó allí primero una explotación agraria, y desde 1889 diversas pequeñas par-
116 celaciones de solares que terminarían generando el único barrio obrero de Getxo, el de Romo.

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
terá y la playa, se adecuó a la delimitación impuesta al subastarse las fincas, que obliga-
ba a dejar una franja de treinta metros de anchura a lo largo de la carretera de Las Are-
nas a Algorta. Fue el origen de la avenida Zugatzarte, eje que organizó todo el área.36 La
mayor parte de los terrenos a ambos lados de la nueva avenida eran propiedad de los
Aguirre, que se limitaron a sanearlos y consolidar las dunas por medio de una masiva
plantación de pinos.37 Por lo demás, reservaron esa propiedad silvestre durante más de
treinta y cinco años.
Consolidado el modelo negocio en la combinación de suelo edificable, terreno en re-
serva, y balneario, faltaban los enlaces de comunicaciones adecuados para facilitar la lle-
gada de la clientela.38 Los medios de transporte públicos entre Bilbao, Las Arenas y Al-
gorta se basaban en diligencias y distintas empresas de ómnibus desde 1 860, a los que se
sumó un tranvía, aprobado en 1872 pero en funcionamiento sólo desde 1876, que fue elec-
trificado en 1896. Pero estos medios no parecían adecuados para las condiciones de con-
fort, calidad y regularidad que demandaba la clientela balnearia y los veraneantes. Así que
en 1871 los Aguirre encabezaron la solicitud de una concesión de ferrocarril entre Bilbao
y Las Arenas, proyecto que fracasó en primera instancia al no conseguir implicar suficien-
tes capitales. Tras la guerra carlista insistieron en este proyecto, y Ezequiel Aguirre lideró
en 1883 una concesión que terminaría trazando la línea de Bilbao a Las Arenas, en explo-
tación desde 1887.39
Se cerraba así el círculo, y se completaba un modelo que integraba la promoción de
suelo, el ocio y la hostelería, y los medios de transporte. Mientras tanto, a la sombra de
sus iniciativas, habían nacido toda una serie de nuevas iniciativas inmobiliarias, balnea-
rias, hoteleras y de servicios, que garantizaban las necesidades de una población flore-
ciente.
Las únicas promociones que mantuvieron un desarrollo independiente de toda esta
serie de actuación de los grandes propietarios privados, fueron las provenientes de los dos
grupos subastados por el Estado por medio de un plano de población. El de Las Arenas,
diseñado por Amado Lázaro en 1863, fue un plano ortogonal de cuarenta parcelas articula-
das por la playa y con una plaza central, donde se levantaría la iglesia de Las Mercedes.40
En este área fue donde se terminaron concentrando los edificios de varias alturas en man-
zanas cerradas que alojaron el principal área comercial y de servicios.

36 La norma también obligaba a dejar una serie de calles transversales en la dirección este-oeste. Con cua-
renta y dos metros de anchura y más de un kilómetro de longitud, la avenida Zugatzarte se convirtió pronto en
el principal espacio de la sociabilidad alto burguesa, y en el boulevard donde se levantaron las mayores mansio-
nes.

37 Este es el origen del topónimo El Pinar propio de la zona. En este área reserva, lo mismo que se
el Lamiako no parcelado, la empresa del balneario planteaba actividades al aire libre, como la caza.
38 Sobre los transportes urbanos en el área de la Ría de Bilbao en esta época se puede consult
Mesa, Historia del Tranvía Urbano en la Villa de Bilbao (1884-1954), Ayuntamiento de Bilbao, Bilb
A. M. Ormaechea, Ferrocarriles en Euskadi. 1855-1936, Eusko Trenbideak, Bilbao, 1989; P. A. N
"Los ferrocarriles de Bilbao a Portugalete y Bilbao a Las Arenas en el contexto de la vertebración e
cial de ambas márgenes de la Ría del Nervión", Ernaroa, n° 9-10, 1993, pp. 45-90; y M. González
al, Bilbao en la formación del País Vasco contemporáneo..., pp. 461-540.
39 En la sociedad constituida para explotar la línea, los hermanos Aguirre, sus sobrinos y cuñad
el 32,5% del capital. En 1893 la línea se prolongaría, aunque con una compañía independiente, des
nas a Plentzia. En 1901 ambas terminaron adquiridas por la Cía. del Ferrocarril de Santander a Bilba
40 Las parcelas tenían unos mil metros de superficie media. Las calles debían estar arboladas, y ten
ce metros de anchura. Las catorce manzanas constaban de dos y cuatro solares (aproximadamente
metros y 100 x 40 metros). | 117

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Figura 5. Plano de los solares de Las Arenas de Guecho (Amado Lázaro, 1863). (Fuente: AMMO,
Carp. 9, n. 11).

Finalmente, los solares de Alangoeta, separados de todos los demás y mirando a la otra
playa, la de Ereaga, tras su éxito en las subastas de 1863, dio lugar a un núcleo veraniego
más tranquilo y convencional, de indianos, fondas y casino, y vinculado más estrechamen-
te al núcleo previo de Algorta.41

6. Cambio de siglo, cambio de modelo, cambio de protagonistas

Al final de la década de 1890 el espacio urbano de Getxo comenzó a transformarse. El


veraneo y la segunda residencia no desaparecieron, pero paulatinamente fueron perdieron
su condición hegemónica para pasar a un segundo plano, englobados en la dinámica de un
suburbio residencial, especializado en acoger la vivienda de los grupos burgueses dentro
del naciente espacio metropolitano de Bilbao.
La justificación de este paso no es clara ni sencilla, por la propia imprecisión de su na-
turaleza, y por la confluencia de factores diversos. Así, la continuidad del negocio turístico
se vio muy mermada por la desaparición de la playa de Las Arenas, consecuencia de las
obras del puerto exterior del Abra. Pero las bases se deben buscar en el final del gran ciclo
económico de la industrialización vizcaína, con la consolidación de una nueva sociedad.
Una sociedad más compleja, que agudiza las contradicciones originarias en la distribución

41 Este espacio se articuló con el resto de Algorta por medio de un Plano de Población y unas Ordenanzas
de la Construcción (1889-91), diseño del ingeniero Laureano Gómez de Santa María, documentos urbanísticos
118 que significaban de hecho un auténtico plan de ensanche, pero que se llevaron a efecto sólo parcialmente.

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Figura 6. Callejero básico del área urbana de Getxo hacia 1919. (Fuente: Elaboración propia). | 119

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
social y funcional del espacio de la metrópoli de la Ría. La presión política y social, unida
a las facilidades que los medios de transporte -públicos y pronto también los automóviles
particulares- llevó a una parte de la elite burguesa hacia la auto segregación. A2
Así, el proceso desarrollado en Getxo sería consecuente con el esquema habitual en
otras ciudades del ámbito español, y mediterráneo en general, donde frente al suburbio an-
glosajón de transición rápida o nacido ex profeso, los barrios residenciales suburbanos se
definen tras una prolongada etapa previa de ocupación estacional.43 En todos los casos, la
actuación de los grandes propietarios y la vinculación con las redes de transporte fue fun-
damental en la transformación.
En Getxo el nuevo modelo fue, otra vez, dirigido por los grandes propietarios. Sin
embargo, los protagonistas serán nuevos. Los herederos de la saga Aguirre, en sus últimas
decisiones relevantes antes de convertirse en rentistas, determinaron las bases de la nueva
época. En dos fases (1902-09 y 1914-18) liquidaron todas sus propiedades de los arenales
a los lados de Zugatzarte, la mayoría en forma de grandes fincas (de dos a cinco hectá-
reas), donde nuevos propietarios levantarían sus imponentes mansiones o diseñarían nue-
vas parcelaciones en la tipología de ciudad-jardín.44 Los más importantes fueron Ramón
de la Sota, Cristóbal Valdés y José Luis Oriol.45 En otro cambio de alto contenido simbóli-
co, el edificio del balneario -que cesó en su actividad en 1902- se convirtió en la sede del
Club Marítimo del Abra, referente social de la burguesía bilbaína durante décadas.
Algo parecido sucedió con las propiedades de Urquizu, cuyos herederos liquidaron
rápidamente a partir de 1895. Ello permitió simultáneamente formar una nueva gran finca,
el Pinar de Víctor Chavarri, y engrandecer los espacios disponibles por la gran iniciativa
que caracteriza la época: Neguri.
En Neguri una empresa de nuevo cuño (Sociedad de los Terrenos de Neguri, 1902) ad-
quirió los terrenos del antiguo comunal de Aiboa, y otros anexos, para conformar una gran
propiedad sobre la que diseñaron un barrio residencial.46 Así como los Aguirre habían traí-
do el ferrocarril para promocionar su negocio inmobiliario y de ocio, ahora los socios de
Neguri47 estaban vinculados a la empresa del Ferrocarril de Santander a Bilbao, dueña de
las líneas de Bilbao a Las Arenas y Plentzia, y uno de los objetivos iniciales de la promo-
ción era incrementar el tráfico de viajeros.
En Neguri, desde el neologismo diseñado para el nombre (población de invierno), todo
buscaba resaltar el componente de residencia permanente. Así, además de parcelar, urba-
nizar y plantar arbolado, la Sociedad fijó unas normas de edificación (sólo casas con jar-

42 Una reflexión más amplia sobre este proceso en el caso de Bilbao, y su contextualización en el ámbito
español y europeo, con referencias del marco historiográfico en: J. M. Beascoechea Gangoiti, "La ciudad segre-
gada de principios del siglo xx. Neguri, un suburbio burgués de Bilbao", Historia contemporánea, n° 24, 2002,
pp. 245-280.
43 Además de las referencias a Barcelona, Madrid, Gijón y otras ciudades españolas a las que se hace refe-
rencia en la nota previa del artículo arriba citado, se pueden añadir algunos trabajos recientes de conjunto, que
entran indirectamente en esta cuestión, como J.-L. Pinol (ed.), Histoire de l'Europe Urbaine, Éditions du Seuil,
Paris, 2003 (Tomo II, Lib. IV) y H. Capel, La morfología de las ciudades. I. Sociedad, cultura y paisaje urba-
no, Ediciones del Serbal, Barcelona, 2002. En un ámbito geográfico más lejano pero con evidentes relaciones:
S. Miranda Pacheco, Tacubaya: de suburbio veraniego a ciudad. Proceso urbano de una municipalidad del
Distrito Federal, 1850-1930, El Colegio de México/Centro de Estudios Históricos, México, 2002.
44 En paralelo, también completarían la venta de la mayoría de los solares, en torno al 30% de los origina-
les, que quedaban sin vender en Lamiako.
45 Fue el origen de las urbanizaciones residenciales de Ondategi y Negubide, y villas como Lertegi y San
Joseren. En la misma línea se fueron conformando alianzas entre propietarios que dieron lugar a nuevas áreas
de residencias ajardinadas entre Las Arenas y Algorta, como el Pinar, Zugatzarte, La Avanzada, Atxekolandeta,
San Ignacio, Aiboa y los bordes de Alangoeta, además de la de Neguri.
46 El capital social fue de 750.000 pesetas y los terrenos adquiridos sumaron cincuenta y dos hectáreas.
120 47 Los socios eran José Isaac Amann, Valentín Gorbeña y Enrique Aresti.

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
din) y estableció una serie de servicios y equipamientos acordes con la población de elite
que se buscaba atraer: iglesia, escuela, vaquería, y unas amplias instalaciones deportivas,
principalmente en el parque Jolaseta (football, tennis, skating, tiro...) y el campo de golf,
fundado en 1911.

Tabla 5

DIVISIÓN SOCIO PROFESIONAL POR CABEZAS DE FAMILIA: LAS ARENAS 1900, NEGURI 192548

Las Arenas, 1900 Neguri, 1925

Núm. % %con Serv. por Núm. % % con Serv. por


hogares serv. hogar hogares hogar

Elite 12 3,8 75,0 1,4 32 43,8 96,9 4,2


Profesionales 26 8,2 30,8 0,4 6 8,2 83,3 2,2
Empleados 38 12,0 31,6 0,5 8 11,0 0 0
Oficios 91 28,8 9,9 0,1 4 5,5 0 0
No cualificados 103 32,6 4,9 0 14 19,2 0 0
Otros 46 14,6 17,4 0,2 9 12,3 55,6 3,0

Total 316 100 16,1 0,2 73 100 56,2 3,8

Fuente: Elaboración propia a partir de Censo y Padr

El cambio desde 1905-10 hacia la residencia definitiva extremó la diferenciación so-


cial en ocupación del espacio. Durante la época de la población estacional el espacio urba-
no en Getxo estaba ocupado por viviendas y servicios para la burguesía, pero éstos sólo
hacían uso de ellas durante una época corta, el verano. Así, los auténticos residentes per-
manentes respondían a otra realidad muy distinta. Como vemos en la tabla 5, el padrón de
Las Arenas en 1900, presentaba un componente mayoritariamente/?ö/?w/ar, con un número
relativamente reducido de hogares de elite y de servicio doméstico asociado, pero con un
porcentaje ya alto de profesionales y clases medias. Lo dominante eran los trabajadores de
los oficios artesanales y los no cualificados. Lógicamente, la mayoría vinculados a los ne-
gocios locales: la construcción (contratistas, carpinteros, canteros, albañiles, herreros...),
pequeña industria, los servicios turísticos (fondistas, bañeros, sirvientes de las casas de
huéspedes...) y los mantenimientos de las casas (jardineros, guardas, chóferes...). Los due-
ños aún seguían en Bilbao.
En cambio, los datos del barrio de Neguri en 1925, muestran ya una realidad totalmente
distinta. El peso de los grupos de elite era abrumador, unido a una presencia masiva del
servicio doméstico. Neguri es una manifestación de un nuevo modelo de organización so-
cial del espacio que se generaliza desde 1905-10 por una gran parte de Getxo: Las Arenas,
Santa Ana, Zugatzarte, El Pinar, Lertegi, Atxekolandeta, Aiboa, o la avenida Basagoiti.
Un espacio cerrado, exclusivo y limitado, en lo que lo público y lo privado se confun-
den y se integran plenamente. Tras la guerra civil, los herederos del grupo social que había
sido protagonista de la industrialización, y que entonces no sólo seguía a la cabeza de las

48 No refleja la población activa, sino los cabezas de familia, y se parte de las profesiones declaradas con
algunos ajustes. Se trata de una transposición de la metodología planteada en J. L. Oyón, Barcelona 1930: un
atlas social, Edicions UPC, Barcelona, 2001. I 121

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
empresas y de la vida social vizcaína, si no además lideraban la vida política con el fran-
quismo, culminó el proceso de identificación con ese espacio: se convirtieron en la socie-
dad de Neguri.
Poco después, las grandes propiedades que estaban en el origen de todo el proceso se
habían desintegrado, y ya nadie fue capaz de defenderles del aparentemente irresistible de-
sembarco de las clases medias. La exclusividad no se puede compartir, y la crisis econó-
mica de los años 70 haría el resto.

122 I

This content downloaded from 190.45.144.124 on Sat, 11 Jul 2020 01:38:40 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms

También podría gustarte