Está en la página 1de 13

¿Qué sucede cuando la declaración de la víctima es la prueba esencial en

una agresión sexual?


Nuestro artículo se va a centrar dicho supuesto,  como ocurre en la mayoría de las
ocasiones en las que se enjuicia este tipo de agresiones,  se producen estando solo
presentes  el agresor y la víctima, y se cuenta exclusivamente con la declaración de
ambos, ciertamente contradictoria entre sí. Es por ello que se debe acudir a los
elementos indiciarios para reforzar la prueba testifical de la misma. Obviamente, el
agresor sexual va a intentar cometer los hechos en un ambiente inhóspito para la
víctima y procurará que no haya testigos o cualquier otro elemento que lo
incrimine, lo que no solo le facilita la comisión del delito, sino que también reduce
las posibilidades de una posible sentencia condenatoria si se valora que no hay
suficiente prueba de cargo.

¿Cuáles son los requisitos esenciales para la integración del tipo de delitos
de abusos/agresión sexual?
1º.- Uno objetivo, que consiste en contacto corporal y otra materialización de
conducta con significante sexual, que tanto puede realizar el sujeto activo sobre el
sujeto pasivo o imponerse a éste para que lo realice sobre sí mismo o sobre un
tercero. Por tanto, el elemento objetivo del tipo consiste en la existencia de una
acción lúbrica proyectada en el cuerpo de otra persona.
2º.- Un elemento subjetivo, esto es, que la conducta protagonizada por el sujeto
activo venga guiada por el propósito de obtener una satisfacción sexual o ánimo
libidinoso, y la mantenida por el sujeto pasivo, que siente el acto como una
invasión de su sexualidad y de atentado a su libertad de decidir sobre ella. 
Además, el elemento subjetivo está integrado por la finalidad lasciva o más bien,
por el pleno conocimiento de que se efectúa un acto de estas características,
conforme a la doctrina jurisprudencial.
3º.- Un medio comisivo integrado por el uso de la violencia o intimidación, esto
es, que se produzca la imposición usando la "vis absoluta", que impide toda
resistencia, o la "vis compulsiva", que obliga a ceder por temor a los males
amenazados.
El examen de la concurrencia de los elementos que integran el tipo penal debe
hacerse en atención a las pruebas que se practiquen en el acto del Juicio, dado que,
es en este acto, donde debe practicarse la actividad probatoria que permita
desvirtuar la presunción de inocencia consagrada en el artículo 24.2 de la
Constitución Española. La presunción de inocencia consagrada en el artículo 24.2 de
la Constitución Española se asienta sobre dos ideas esenciales: de un lado, el
principio de libre valoración de la prueba en el proceso penal, que corresponde
efectuar a los Jueces y Tribunales por imperativo del artículo 117.3 de la
Constitución Española, conforme a lo dispuesto en el artículo 741 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal; y de otro, que la Sentencia condenatoria se fundamente
en auténticos actos de prueba, y que la actividad probatoria sea suficiente para
desvirtuar esa presunción de inocencia, para lo cual se hace necesario que la
evidencia derivada de esa actividad probatoria lo sea tanto con respecto a la
existencia del hecho punible, como en todo lo referente a la participación que en él
tuvo el acusado, pues el procedimiento probatorio ha de tener lugar
necesariamente en el debate contradictorio que, en forma oral, se desarrolla ante el
mismo Juez o Tribunal que ha de dictar Sentencia; de suerte que la convicción de
este sobre los hechos enjuiciados se alcance en contacto directo con los medios
aportados a tal fin por las partes.

Por otro lado, es admisible como prueba de cargo suficiente para enervar la
presunción de inocencia la declaración de la víctima, siendo totalmente lógica la
existencia tan solo de la víctima en hechos como los delitos contra la libertad que
se realizan evitando el agente la presencia y observación por otras personas. Todo
ello siempre que el testimonio no aparezca invalidado por razones objetivas y no
provoque dudas a los Tribunales que le impidan formar su convicción, y así en  el
testimonio de la víctima habrán de concurrir:

a) ausencia de incredibilidad subjetiva derivada de las relaciones entre el


acusado y la víctima que permitieran deducir móviles de resentimiento,
enemistad o venganza en la segunda, que privase al testimonio de aptitud
para generar ese estado subjetivo de servidumbre en que la convicción judicial
estriba esencialmente.
b) Verosimilitud, que se consigue mediante la corroboración del testimonio
por medio de datos objetivos que doten de aptitud probatoria. En definitiva, lo
decisivo es la constatación de la real existencia del hecho.
c) Persistencia en la incriminación, en las manifestaciones de la víctima.
Esta habrá de ser prolongada en el tiempo, plural, sin ambigüedades ni
contradicciones que habrán de mantenerse en el tiempo firme.
Ciertamente, frente a la versión de la víctima nos encontraremos con la del
acusado, claramente opuesta a la esta.  ¿Es posible superar esta situación de
versionas contradictorias? En la Sentencia  del Tribunal Supremo de 24 julio de
2019 (entre otras muchas)  se pronuncia sobre esta cuestión:
"Se reprocha en el recurso que la única prueba de cargo es la declaración de la
víctima y frente a esa queja conviene recordar que el Pleno del Tribunal
Constitucional en su sentencia número 258/2007, de 18 de diciembre ,
seguida por muchas otras, ha establecido de forma reiterada que "[...] la
declaración de la víctima, practicada normalmente en el acto del juicio oral,
con las necesarias garantías procesales, puede erigirse en prueba de cargo y
que, en consecuencia, la convicción judicial sobre los hechos del caso puede
basarse en ella, incluso cuando se trate del acusador (por todas, STC
347/2006, de 11 de diciembre , FJ 4) [...]". La exclusión del testigo único
como prueba de cargo (testimonium unius non valet) es una regla propia de
un sistema de prueba tasada. En cambio, un sistema basado en la valoración
racional admite que la condena tenga su fundamento en un solo testigo."
En cuanto a la versión exculpatoria facilitada por el acusado, la Jurisprudencia del
Tribunal Supremo ha declarado (Sentencia de 12 de junio de 2012) cuando resulta
acreditadamente falsa o las explicaciones no convincentes o contradictorias, aunque
por sí solas no basten para declarar culpable a quién los profiera, son susceptibles
de valoración por el órgano judicial constituyendo un dato más a tener en cuenta
en la indagación de los hechos ocurridos y personas intervinientes. Si el acusado
pese a carecer de la carga probatoria, introduce en el debate procesal elementos de
hecho en su defensa que se revelen falsos, viene a proporcionar un elemento
valorativo más para formar la convicción judicial. En el mismo sentido se pronuncia
el Tribunal Constitucional (Sentencia 24/97 de 11 de febrero, 220/98 de 16 de
noviembre y 155/02 de 22 de junio).

Al hilo de lo expuesto, la reciente sentencia del Tribunal Supremo-Sección Primera,


de 31 de octubre de 2019, Recurso 10366/2019, N.º Resolución527/2019, que
resuelve el recurso de casación contra la sentencia dictada el 2 de mayo de 2019
por la Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Ceuta y Melilla. Sala de lo Civil y
Penal, por la que se estima parcialmente el recurso de apelación interpuesto por el
recurrente contra la Sentencia por la Audiencia Provincial de Córdoba, Sección
Tercera, en el Rollo de Sala Sumario Ordinario 824/2017, en el que se condenó al
recurrente como autor penalmente responsable de un delito continuado de agresión
sexual, del artículo 183 del Código Penal, ha señalado que:

"La jurisprudencia viene estableciendo una serie de parámetros o criterios que


se deben tomar en consideración para valorar un testimonio cuando sea la
única o principal prueba de cargo y son los siguientes:
a) La comprobación de la credibilidad subjetiva que exige el análisis
de las características físicas o psíquicas del testigo (minusvalías
sensoriales o síquicas, ceguera, sordera, trastorno o debilidad mental,
edad infantil), que sin anular el testimonio lo debilitan y también obliga al
análisis de posibles motivaciones espurias, lo que conlleva el examen del
entorno personal y social que constituye el contexto en el que se han
desarrollado las relaciones entre el acusado y la víctima para constatar si
la declaración inculpatoria se ha podido prestar por móviles de
resentimiento, venganza o enemistad u otra intención espuria que pueda
enturbiar su credibilidad.
b) El segundo parámetro de valoración de la declaración de la
víctima consiste en el análisis de su credibilidad objetiva, o
verosimilitud del testimonio, que según las pautas jurisprudenciales
debe estar basada en la lógica de la declaración (coherencia interna) y en
el suplementario apoyo de datos objetivos de corroboración de carácter
periférico (coherencia externa).
c) Por último, el tercer parámetro de valoración de la declaración
de la víctima consiste en el análisis de la persistencia en la
incriminación, lo que conforme a las referidas pautas jurisprudenciales
supone: (i) Ausencia de modificaciones esenciales en las sucesivas
declaraciones prestadas por la víctima. Se trata de una persistencia
material en la incriminación, valorable "no en un aspecto meramente
formal de repetición de un disco o lección aprendida, sino en la constancia
sustancial de las diversas declaraciones" (STS de 18 de Junio de 1.998,
entre otras). (ii) Concreción en la declaración. La declaración ha de
hacerse sin ambigüedades, generalidades o vaguedades. Es valorable que
la víctima especifique y concrete con precisión los hechos narrándolos con
las particularidades y detalles que cualquier persona en sus mismas
circunstancias sería capaz de relatar. (iii) Ausencia de contradicciones
entre las sucesivas versiones que se ofrecen a lo largo del procedimiento,
manteniendo el relato la necesaria conexión lógica entre las diversas
versiones narradas en momentos diferentes.....Según se expresa en la
STS 355/2015, de 28 de mayo, "es claro que estos parámetros de
valoración constituyen una garantía del derecho constitucional a
la presunción de inocencia, en el sentido de que frente a una
prueba única, que procede además de la parte denunciante, dicha
presunción esencial solo puede quedar desvirtuada cuando la
referida declaración supera los criterios racionales de valoración
que le otorguen la consistencia necesaria para proporcionar,
desde el punto de vista objetivo, una convicción ausente de toda
duda racional sobre la responsabilidad del acusado".
También cobran una gran relevancia otras pruebas de carácter indirecto, como son
las indiciarias. ¿Cuáles son estas pruebas  que refuerzan la declaración
testifical de la víctima?.
Así, debemos de centrar nuestra atención en otra cuestión que complementa los
requisitos jurisprudenciales anteriormente expuestos son las corroboraciones
periféricas de carácter objetivo que apoyan la versión de la víctima.  Estas
pueden consistir por ejemplo, desde las lesiones provocadas por el delito, a los
testimonios de otras personas que, sin referirse directamente al hecho delictivo,
confirman o refuerzan la credibilidad de la víctima o a los informes periciales que
evalúan el estado físico o mental de la víctima. Se trata de delitos que suelen
producir lesiones físicas y/o psíquicas en las victimas, siendo una de las
corroboraciones periféricas más importantes y que pueden dotar de ese  necesario
"armazón jurídico" a la declaración de la víctima, suficiente como prueba de cargo
para enervar la presunción de inocencia del acusado.

Sumario. 1. Introducción, 2. El estado de emergencia y derechos


restringidos, 3. El habeas corpus y su ámbito de protección, 4. Procesos
de hábeas corpus mediáticos interpuestos en el actual estado de
emergencia, 5. Conclusiones.

1. Introducción
Justo en el momento en que me dispongo a escribir estas líneas, me
entero que el INPE acaba de informar la existencia de cuatro internos
confirmados con el covid-19 y el fallecimiento de uno de ellos (en el
penal Sarita Colonia del Callao). Esto, per se, probablemente haga aún
más pertinente redactar este breve artículo.

Debido a la propagación internacional del covid-19, en el actual estado de


emergencia la comunidad jurídica ha advertido la interposición de
diversos procesos constitucionales con especial relevancia, en un estado
de cosas donde los derechos constitucionales se han restringido a fin de
proteger la salud pública.

El proceso viene a ser, preferentemente, el hábeas corpus. Algunos son


más mediáticos que otros y adquieren una importante trascendencia a
raíz de la liberación del expresidente Alejandro Toledo en Estados
Unidos, quien afronta un proceso de extradición al Perú por los casos de
corrupción Ecoteva y Odebrecht.

Precisamente, Toledo Manrique, hasta hace poco afrontaba dicho


proceso de extradición privado de su libertad. No obstante, debido a la
magnitud del covid-19 en Estados Unidos (reportes internacionales
indican que es el país con más infectados en el mundo), ha obtenido
libertad bajo fianza, pagando por ello medio millón de dólares.

Esta variación de su situación jurídica ha tenido implicancias indirectas


en la praxis jurídica peruana. Tal es así que, a la fecha, se han interpuesto
diversos hábeas corpus a favor de políticos y empresarios conocidos por
la imputación de graves delitos, como los presentados a favor del
árbitro Richard Martin Tirado, Jaime Yoshiyama Tanaka, Antauro
Humala Tasso, Gerardo Sepúlveda y Abimael Guzmán.

Mención aparte merece el caso del expremier César Villanueva, quien


acudió, técnicamente, a la jurisdicción ordinaria, solicitando una variación
de prisión preventiva por arresto domiciliario.

2. El estado de emergencia y derechos restringidos


La Constitución, en su artículo 137, establece este régimen de excepción
en caso de perturbación de la paz o del orden interno, de catástrofe o de
graves circunstancias que afecten la vida de la Nación, y que, en esta
eventualidad, pueden restringirse o suspenderse el ejercicio de los
derechos constitucionales relativos a la libertad y la seguridad personales,
la inviolabilidad de domicilio, y la libertad de reunión y de tránsito en el
territorio.

Asimismo, este régimen, desde el punto de vista internacional, está


regulado convencionalmente en dos tratados internacionales: en el
artículo 4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y en el
artículo 27 de la Convención Americana de Derechos Humanos.

Al respecto, debemos precisar que los mencionados tratados


internacionales, estando a lo dispuesto por el artículo 55 de la
Constitución, tienen rango constitucional y forman parte del derecho
nacional, por lo que deben interpretarse sistemáticamente.

3. El hábeas corpus y su ámbito de protección


El hábeas corpus, consagrado en el artículo 200 de la Constitución,
procede ante el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad,
funcionario o persona, que vulnera o amenaza la libertad individual o los
derechos constitucionales conexos.

A su vez, el artículo 25 del Código Procesal Constitucional (CPC)


enumera el contenido constitucionalmente protegido del derecho a la
libertad individual, siendo que, en el inciso 1, se tiene que conforman la
libertad individual la integridad personal y el derecho a no ser sometido a
tortura o tratos inhumanos o humillantes, ni violentado para obtener
declaraciones.

Por otro lado, el inciso 17 del mismo artículo, menciona el derecho del
detenido o recluso a no ser objeto de un tratamiento carente de
razonabilidad y proporcionalidad, respecto de la forma y condiciones en
que cumple el mandato de detención o la pena.

En tal sentido, el proceso constitucional de hábeas corpus tiene por


finalidad proteger el derecho a la libertad individual y derechos conexos,
frente a una violación o amenaza de violación.

El mismo Tribunal Constitucional, máximo intérprete de la Carta Magna,


así lo ha establecido en sendas jurisprudencias que han marcado el
derrotero de la praxis constitucional. Como muestra, tenemos el Exp.
03313-2011-PHC/TC, que señala:

[…] respecto a la procedencia del hábeas corpus, este Tribunal en


reiterada jurisprudencia ha precisado que si bien el juez constitucional
puede pronunciarse sobre la eventual violación o amenaza de violación a
los derechos constitucionales conexos, tales como el derecho a la tutela
procesal efectiva, al debido proceso, etc.; ello ha de ser posible siempre
que exista conexión, entre estos y el derecho a la libertad individual, de
modo que la amenaza o violación al derecho constitucional conexo
incida también, en cada caso, en un agravio al derecho a la libertad
individual.

En efecto, según Percy García Cavero, “no hay discusión respecto a la


afirmación de que la libertad individual es el derecho protegido
constitucionalmente por el hábeas corpus. Sin embargo, entre los
constitucionalistas existe la opinión extendida de que, si bien la
Constitución refiere el hábeas corpus a la libertad individual, en realidad
se trata de proteger la libertad personal, es decir, la expresión física del
derecho a la libertad individual”[1].

Por ende, existe una clasificación del hábeas corpus, acorde al contenido
constitucionalmente protegido por esta garantía constitucional,
desarrollado por la doctrina y el Tribunal Constitucional, en la sentencia
recaída en el Exp. 4900-2005-PHC. Sin embargo, dicha clasificación del
hábeas corpus no será materia de análisis en el presente artículo.

4. Procesos de hábeas corpus mediáticos interpuestos


en el actual Estado de Emergencia
En la coyuntura nacional se han interpuesto múltiples hábeas corpus a
favor de personalidades mediáticas, con enfoques disimiles, que nos
llevan a la reflexión acerca de qué manera deben ser interpuestas estas
demandas, a fin de cautelar la integridad y la salud de una persona
privada de su libertad en tiempos de propagación del covid-19. Estos
hábeas corpus son los siguientes.

4.1. Habeas corpus correctivo a favor del árbitro Richard Martín Tirado

Interpuesto por César Nakazaki en contra del INPE, argumenta como


objeto “corregir la ejecución inconstitucional de la pena porque el
establecimiento penitenciario Ancón 1 no permite el aislamiento social
que el gobierno ha decretado como medida de prevención de contagio de
la pandemia coronavirus que motiva el estado de emergencia sanitaria en
el Perú”.
A su vez solicita que se disponga que el beneficiario cumpla el
aislamiento social obligatorio durante el estado de emergencia en su
domicilio, por ser una persona con hipertensión arterial, diabetes y
depresión, teniendo una condición de vulnerabilidad frente a la pandemia.
No obstante, advertimos que el árbitro Richard Martin Tirado no está
siendo objeto de ejecución de alguna pena, sino de un mandato de
prisión preventiva, en el marco del caso Arbitrajes a favor de Odebrecht.

Asimismo, en sus fundamentos de derecho argumenta que la condición


de preso no debe afectar ningún aspecto del derecho a la salud del
interno, añadiendo que el INPE no cumple con la medida esencial de
prevención, que vendría a ser el hecho de evitar la congestión de un gran
número de personas en un solo lugar.

Por último, pide tener en cuenta el criterio jurisprudencial seguido en


Estados Unidos, donde se ha dispuesto como medida de protección del
derecho a la salud del expresidente Alejandro Toledo frente a la
pandemia del covid-19, que cumpla la detención preventiva en su
domicilio, respecto del proceso de extradición solicitado por el Perú.

Cabe anotar que esta demanda constitucional fue rechazada


liminarmente. Ha sido apelada dentro del plazo de ley, encontrándose
actualmente pendiente la resolución de segunda instancia.

4.2. Hábeas corpus correctivo a favor de Jaime Yoshiyama Tanaka

Fue interpuesto por el abogado Humberto Abanto. En este caso


advertimos que el beneficiario también se encuentra cumpliendo un
mandato de prisión preventiva, en el penal Castro Castro. No obstante, a
pesar de que en esencia es la misma situación jurídica que el caso
anterior, la diferencia principal radica en que esta demanda se dirige en
contra el juez del Cuarto Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional
de la Corte Superior Nacional de Justicia Penal Especializada y solicita la
inmediata variación del mandato de prisión preventiva por el de detención
domiciliaria.
Asimismo, el hábeas corpus correctivo es interpuesto por efecto de la
pandemia de covid-19, en atención a la condición del beneficiario como
adulto mayor (75 años) y paciente de enfermedades preexistentes;
factores con los cuales ve amenazados de manera grave e inminente sus
derechos a la vida y a la salud por la prolongación de su permanencia en
el establecimiento penitenciario en que se encuentra recluido.

Por último, Humberto Abanto señala que existe un mandato de conducta


impuesto al Estado de proteger la salud y la vida del interno, y que se está
viendo incumplido por parte del Poder Judicial, titular del monopolio de la
administración de justicia penal, y del Poder Ejecutivo, titular de la
competencia de diseñar y ejecutar la política penitenciaria, en el caso del
favorecido y de quienes como él forman parte de la población de alto
riesgo frente a la pandemia de covid-19.

4.3. Habeas corpus correctivo a favor de Antauro Humala Tasso

Fue interpuesto por la abogada Carmen Huidobro Espinoza en contra de


la directora del Establecimiento Penitenciario (Modelo Ancon II), por la
presunta afectación a no ser objeto de un tratamiento carente de
razonabilidad y proporcionabilidad, respecto a la forma y condición en
que cumple el mandato de ejecución de la pena, en conexión directa con
la libertad personal.

La accionante solicita que se disponga el traslado del beneficiario a un


establecimiento de salud, o, en su defecto, al Hospital Militar, puesto que
el odontólogo del penal Piedras Gordas II, Luis Riega Viru, semanas atrás
dio positivo con el ccovid-19. En consecuencia, señala, el estado de salud
del beneficiario se encuentra en grave riesgo, así como su vida,
teniéndose en cuenta las alertas mundiales manifestadas por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y el decreto de estado de
emergencia nacional, como medidas de prevención de la expansión del
covid-19.

Esta demanda se fundamenta básicamente en el artículo 25, inciso 17,


del Código Procesal Constitucional, así como en las circunstancias de la
pandemia propiciada por el covid-19, siendo admitida a trámite por el
Juzgado de Investigación Preparatoria de Puente Piedra SISAJ.

4.4. Hábeas corpus a favor del empresario chileno Gerardo Sepúlveda

Tal como ha informado la prensa, el abogado Percy García Cavero ha


interpuesto esta demanda constitucional en contra el juez del Primer
Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional Permanente, Richard
Concepción Carhuancho, quien dictó su impedimento de salida del país
por dos meses, desde el pasado 26 de febrero, en calidad de testigo
respecto de la investigación que se le sigue al expresidente Alejandro
Toledo por presuntos sobornos que habría recibido de la empresa
Odebrecth.

Al respecto, García Cavero considera que Gerardo Sepúlveda se


encuentra retenido en el país en medio de una emergencia sanitaria que
lo expone a riesgos para su salud y su vida por el avance del covid-19,
puesto que es un hombre de 55 años, con hipertensión arterial, cuyo
arraigo se encuentra en Chile y que carece en nuestro país de cobertura
de un sistema de salud.

4.5. Hábeas corpus correctivo a favor de Abimael Guzmán

Interpuesto por el abogado Alfredo Crespo Bragayrac contra el presidente


del INPE, argumenta sucintamente que el beneficiario lleva cumpliendo
28 años de pena perpetua, de forma ininterrumpida, siendo una persona
de alto riesgo respecto de la propagación del covid-19, debido a su edad
avanzada y a otras dolencias como el hecho de sufrir hipertensión
arterial, solicitando que el beneficiario pueda cumplir su pena en
situación de detención domiciliaria.

4.6. El caso del expremier César Villanueva

No se trata de un hábeas corpus, pero merece especial atención en el


presente análisis. La defensa del expremier ha obtenido recientemente su
libertad a través de la jurisdicción ordinaria.
Solicitó la sustitución de la medida de prisión preventiva que pesaba en
su contra por detención domiciliaria, sobre la base de que el imputado es
mayor de 65 años y sufre enfermedad grave, a mérito de lo dispuesto por
el artículo 290, incisos 1 y 2, del Código Procesal Penal, en el marco de la
investigación que se le sigue por el presunto delito de colusión y otros en
agravio del Estado. No obstante, en primera instancia, el Tercer Juzgado
de Investigación Preparatoria Nacional Permanente Especializado en
Delitos de Corrupción de Funcionarios resolvió declarar infundado el
pedido del recurrente.

El recurso de apelación correspondiente fue resuelto por la Primera Sala


Penal de Apelaciones Nacional Permanente Especializada en Delitos de
Corrupción de Funcionarios, declarando dicho recurso fundado, bajo los
argumentos relativos a que el a quo  debió aplicar el principio de
especialidad y observar con mayor detenimiento lo dispuesto en el art.
290 del CPP (norma específica); es decir, que el imputado sea mayor de
65 años, adolezca de enfermedad grave o tenga incapacidad física, y no
recurrir a las normas generales dispuestas por el artículo 253, incisos 2 y
3; así como el art. 255, inciso 2, referidos a los principios de legalidad,
proporcionalidad, variabilidad, entre otros.

Asimismo, como complemento, el ad quem motiva su decisión


argumentando que es obvio, notorio y de conocimiento general que la
pandemia generada por el covid-19 viene afectando la salud de las
personas en nuestro país. Incluso, según estadísticas, viene afectado la
vida de adultos mayores, mucho más si tienen enfermedades
preexistentes, con lo cual, se tiene en cuenta dicha situación que viene
atravesando el país a través del estado de emergencia, considerando
que, si bien es cierto hasta la fecha (de la resolución del ad quem) no se
tiene conocimiento de algún infectado en los centros penales del país, “el
peligro es latente para las personas mayores con enfermedades graves
preexistentes como las tiene el investigado Villanueva Arevalo”.

5. Conclusiones
 En el caso de Alejandro Toledo, debe tenerse en cuenta que, según
estadísticas internacionales, Estados Unidos es el país con mayor
infectados del mundo (cerca de 200 000 infectados), por lo que, a
priori, resulta latente el riesgo y la amenaza de vulnerarse el derecho a
la salud de los internos en dicho país. En el Perú, la suma de
infectados según comunicados oficiales asciende a poco más de
2000 personas.
 En el plano nacional debe tenerse presente el tipo de hábeas corpus a
emplearse según el caso (ya sea hábeas corpus correctivo o
preventivo), según la situación de cada centro penitenciario y la
situación jurídica del interno en particular.
 Las demandas constitucionales de César Nakazaki y Humberto
Abanto presentan una diferencia importante en su planteamiento,
respecto del sujeto procesal demandado. El primero demanda al
INPE, mientras que el segundo demanda al Poder Judicial (con ello se
corre el riesgo de que exista configuración de alguna causal de
improcedencia).
 Consideramos que, a partir de los últimos acontecimientos ocurridos
en el penal Sarita Colonia, van a ser interpuestas nuevas demandas
constitucionales de hábeas corpus en todo el país, a raíz del actual
estado de emergencia y de la pandemia propiciada por el covid-19.
 No debe perderse de vista que, aun cuando la población se encuentre
con el ejercicio de sus derechos constitucionales restringidos o
suspendidos, debido al actual estado de emergencia, ello no quiere
decir que no exista un control constitucional sobre cada caso
particular, especialmente, debido a la coyuntura, sobre el contenido
constitucionalmente protegido del derecho a la libertad personal.

[1] GARCÍA CAVERO, Percy, Temas penales en la jurisprudencia del


Tribunal Constitucional. Anuario de Derecho Penal, 2008.

También podría gustarte