Está en la página 1de 2

El Otro en la Memoria Histórica

A lo largo de la construcción del Estado Argentino se ha planteado como mayor


inconveniente que tipo de ciudadano queremos para identificar la Nación. Frente a la
múltiple variedad de Culturas Americanas provenientes del mestizaje llevada a cabo
por la conquista, es difícil encontrar un ser único nacional Argentino. El indígena como
“Otro” es y ha sido integrado o excluido a lo largo de este proceso, ya sea con el
respeto a las costumbres que planteaban Belgrano y San Martin o la única opción de
integración al sistema productivo capitalista llevada a cabo por Julio Argentino Roca.

La búsqueda de reconocimiento de la identidad indígena no ha sido tarea fácil


ya sea desde la Conquista, la Revolución de Mayo o desde la Construcción del Estado
Argentino. Los avances que habían tenido los pensamientos de nuestros próceres se
disgregan con la difusión de la ideología Positivista de fines del siglo XIX. Desde los
orígenes, la visión del mundo que tiene occidente no encaja en la concepción bíblica
cuando aparecen los pueblos originarios, hay un fuerte rechazo hacia el “OTRO”. La
dominación se sostendrá mediante escuelas que sustenten la desigualdad,
influenciadas por Darwin y el Determinismo Geográfico de Vidal de la Blache: “El
mundo evoluciona desde los organismos inferiores a los superiores con grados de
libertad progresivos que en casos de las sociedades humanas les posibilita
importantes niveles de dominio sobre el medio1”

Estas posturas llegaran a Argentina de la mano de Sarmiento y se reproducirán


a lo largo del tiempo desde la utilización de la categoría Indio hasta la justificación de
explotación y dominio de la frontera, como dice Leopoldo Lugones: “Si el exterminio de
Indios resulta provechoso para la raza blanca ya es bueno para ésta; y si la
humanidad se beneficia con su triunfo, el acto también tiene de su parte a la justicia 2”
La condena histórica que se ha realizado en cuanto a la manifestación de seres
inferiores ha sido producto del desconocimiento de sus sistemas y formas de vida.
Extraña inferioridad de estos pueblos que tenían características científicas superiores
que los Españoles. Los Sistemas agrícolas como el Inca, desarrollaron Terrazas de
cultivo en el norte Argentino superior al Arado que habían traído los españoles. Estos,
por desconocimiento no tomaron el sistema decimal como los Quipus por ejemplo que

1
Varela, 1999, P.54. Citado por Chiozza Margarita Elena; Carballo Cristina Teresa.
Introducción a la Geografía. Buenos Aires; Quilmes, 2006, Pág. 40

2
Lugones Leopoldo. El imperio Jesuítico. Comisión argentina de Fomento Interamericano.
Buenos Aires, 1945.
según Brailovsky: “A pesar del avance de la computación, hoy ningún país tiene
información tan actualizada3” O mejor aún el sistema de seguridad era ejemplar, ya
que ningún niño y anciano quedaba sin protección del Estado Inca.

La justificación de la dominación racial hoy no tiene sustentos científicos, pero


la dominación y exclusión de grupos indigenistas es un tema a debatir. Tener sus
pertenencias en museos nos llevan a plantear que existen otros tipos de apropiación
de su cultura. La intención de crear un Museo llevó a la mercantilización de ciertos
patrimonios considerados “exóticos” por Ambrosetti, palabra que tiene un sinónimo de
extranjero: “Los museos actuales no deben ser ni parques temáticos ni los circos de
fines del siglo XIX que recaudaban dinero exhibiendo indios como si fueran exóticos
objetos de la naturaleza4”

A la hora de repensar nuestra Memoria Histórica nos quedamos con la frase


que aparece en el museo Ambrosseti: “CURIOSA PARADOJA DE OCCIDENTE QUE
NO PUEDE CONOCER SIN POSEER Y NO PUEDE POSEER SIN DESTRUIR”

3
Brailovsky Antonio. Memoria Verde. Buenos Aires; Sudamericana,1991, Pág. 29.

4
Jose Antonio Pérez Gollan y Andrea Pegoraro. La Repatriación de un Toi Moko. Relaciones
de la Sociedad Argentina de Antropología XXIX, 2004. Buenos Aires.

También podría gustarte