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PROASECAL SAS

Beatriz Amaya Bernal


Marzo 2016

CARACTERÍSTICAS DE LAS VARIANTES LINFOIDES

Por muchos años después de su descubrimiento, se consideró que el linfocito era un componente insignificante
de la sangre y de la linfa. Desde 1960, los importantes adelantos en inmunología han señalado al linfocito
como director de las actividades de todas las demás células en la respuesta inmunitaria. La función primaria
del linfocito consiste en reaccionar con el antígeno y modular esta respuesta, junto con los monocitos.

Linfopoyesis dependiente de antígeno (transformación del blasto). Durante el desarrollo a linfocitos T


y B inmunocompetentes, las células adquieren receptores específicos para determinado antígeno, lo que les
permite reaccionar ante un antígeno específico. El contacto y enlace de este antígeno específico con
receptores en linfocitos inmunocompetentes inicia una secuencia compleja de acontecimientos celulares
conocida como blastogénesis.

El resultado final es una amplificación clonal de células productoras de la expresión franca de inmunidad al
antígeno específico. La serie de acontecimientos suelen producirse dentro del ganglio linfático e incluyen
crecimiento celular, aumento en la síntesis de DNA, crecimiento del nucléolo, aumento del retículo
endoplasmático rugoso y mitosis. Estas células transformadas, llamadas inmunoblastos, aparentemente tienen
la opción de diferenciarse a células de memoria o a células efectoras con capacidad de mediación de la
respuesta inmunitaria.

 Linfocito reactivo. Un ejemplo de un linfocito estimulado por el antígeno es el linfocito reactivo. Aunque
esta parte del proceso de transformación del blasto o blastogénesis no se conoce con certeza, puede ser
un precursor del inmunoblasto. El linfocito reactivo exhibe una diversidad de características morfológicas
que por lo regular presentan formas extrañas. La célula es más grande que los linfocitos en reposo (no
estimulados), con aumento de basofilia difusa o localizada del citoplasma pero con frecuencia se
intensifica cerca de la periferia de la membrana citoplásmica. Los gránulos azurófilos suelen estar
aumentados en número y a veces hay vacuolas presentes. La membrana citoplasmática forma muescas
fácilmente por los eritrocitos circundantes, lo que da a la célula un aspecto festoneado. El núcleo llega a
ser redondo, pero muchas veces es alargado, estirado o irregular. La cromatina se dispone en forma más
dispersa tiñéndose de manera más clara que la cromatina de un linfocito en reposo. Cuando el patrón de
cromatina es fino y disperso es posible ver nucléolos. Este linfocito se conoce como estimulado,
transformado, atípico, activado y variante linfoide. En la sangre de individuos sanos llegan a verse unos
cuantos linfocitos reactivos, aunque se encuentran en concentraciones mayores en infecciones virales. Por
esta razón, al linfocito reactivo también se le ha llamado variante linfoide.

 Inmunoblasto. Es la siguiente etapa en la transformación del blasto. La célula se caracteriza por


nucléolos prominentes y un patrón de cromatina nuclear fino, pero más tosco que otros blastos de
leucocito. El núcleo grande suele ser central y se tiñe de color azul morado; el citoplasma abundante se
tiñe de color azul intenso debido a la alta densidad de polirribosomas. La célula es grande, con un tamaño
que varía de 12 a 25 µm.

Los linfocitos reactivos y los inmunoblastos pueden ser tanto T como B. La definición final requiere estudios
con marcador celular. En el pasado, los linfocitos reactivos y los inmunoblastos se conocían como células de
Downey y se clasificaron en tipos I, II o III, de acuerdo con varios criterios morfológicos. Esta clasificación es
obsoleta, ya que los diversos tipos de células de Downey en realidad son variaciones morfológicas que
acompañan al proceso de transformación del blasto.

Se piensa que el linfocito plasmocitoide (célula plasmática linfocitoide) es un precursor inmediato de la célula
plasmática. Recibe su nombre descriptivo por su semejanza con el linfocito, pero tiene una basofilia
citoplasmática de grado muy notable parecida a la de las células plasmáticas. La célula plasmática tiene un
núcleo excéntrico con cromatina en grumos, citoplasma abundante intensamente basófilo y un área
paranuclear prominente no teñida (complejo de Golgi).

El linfocito reactivo se encuentra comúnmente en la sangre durante la infección viral; no obstante, el


inmunoblasto, el linfocito plasmocitoide y la célula plasmática sólo suelen encontrarse en ganglios linfáticos y
en otros tejidos linfoides secundarios, pero durante la estimulación intensa del sistema inmunitario, suelen
encontrarse transformadas en la sangre periférica debido a recirculación.
LINFOCITO T

Una porción de las células precursoras linfoides de la médula ósea migran al timo, donde proliferan y se
diferencian para adquirir las características celulares de los linfocitos T. La linfopoyesis en esta etapa, es
independiente de la estimulación de antígeno.

Desarrollo del linfocito T. Se considera que la hormona timosina, sintetizada y secretada por células
epiteliales en el timo, influye sobre la maduración del linfocito T. La muerte intratímica de linfocitos T es alta,
hasta cerca de 95%; consecuentemente, sólo una porción pequeña abandona el timo bajo aspecto de linfocito
T inmunocompetente.

Los linfocitos T se diversifican tardíamente en la maduración tímica en linfocitos, ya sea T cooperadores (T H) o


T citotóxico/supresores (TC/TS). Dichos subgrupos son fenotípica y funcionalmente distintos, pero desde el
punto de vista morfológico son indistinguibles entre sí. Los linfocitos T inmunocompetentes entran a la
circulación y pueblan de manera subsecuente las áreas paracorticales de los ganglios linfáticos y la región
periarteriolar de la pulpa blanca del bazo. Cerca del 60% al 80% de los linfocitos de la sangre periférica son T.
La relación de célula cooperadora a supresora en la circulación es de 2:1.

El timo funciona principalmente durante la vida fetal y los primeros años después del nacimiento; por tanto, el
sistema linfoide T está completamente desarrollado al nacer. La extirpación quirúrgica del timo después del
nacimiento no deteriora en grado intenso la defensa inmunitaria; sin embargo, la falta de desarrollo tímico en
el feto (síndrome de Di George) produce ausencia de linfocitos T y deterioro grave de la respuesta inmunitaria
celular. Los linfocitos T proporcionan protección contra antígenos que tienen la capacidad de evitar el contacto
con anticuerpos residiendo y replicándose dentro de células del huésped; por ello, llegan a producirse
infecciones graves con parásitos, bacterias, hongos y virus intracelulares cuando los linfocitos T son
deficientes.

Entre las características fenotípicas de los linfocitos que le permiten identificarse como linfocito T o linfocito B
se encuentran enzimas, receptores de superficie y otros antígenos de membrana. Esta diferenciación es
posible durante toda la linfopoyesis independiente o dependiente de antígeno. Los linfocitos T contienen una
diversidad de enzimas, entre ellas estearasas inespecíficas, b-glucoronidasa, N-acetil-b-glucosaminidasa. La
enzima desoxinucleotidil-transferasa terminal (TdT) está presente en los linfocitos inmaduros del timo, pero no
así en los linfocitos T maduros de la sangre periférica.

LINFOCITO B

Los linfocitos B producidos a partir de la célula progenitora linfoide comprometida, maduran en la médula
ósea. Esta maduración es independiente de estimulación por antígeno. Luego los linfocitos B maduros,
inmunocompetentes, entran en la sangre y migran a los centros germinales (folículos) y cordones medulares
de los ganglios linfáticos, a los centros germinales del bazo y a otros tejidos linfoides secundarios. Una
estimulación antigénica provoca que el linfocito B sufra proliferación y diferenciación a células plasmáticas
secretoras de inmunoglobulina (anticuerpo) en los centros germinales de los tejidos linfoides secundarios. La
inmunoglobulina reconoce y fija antígenos extraños. Los linfocitos B constituyen de 15 a 30% de los linfocitos
de la sangre periférica.

Los linfocitos B poseen ciertas características fenotípicas distintas de las de los linfocitos T, las cuales les
permite identificarse. La enzima TdT se puede llegar a encontrar en células B muy jóvenes, pero no en etapas
subsecuentes. Las tinciones de estearasa y de fosfatasa ácida son negativas o positivas de acuerdo con un
patrón granular disperso. Las células plasmáticas son la forma completamente activada de maduración del
linfocito B cuya función primaria consiste en la formación y secreción de una inmunoglobulina que reconoce a
un antígeno particular.

Metabolismo y cinética del linfocito

Los linfocitos contienen todas las enzimas del ciclo glucolítico. La glucosa penetra en la célula mediante
difusión facilitada y se cataboliza para producir ATP a través de fosforilación oxidativa. El ATP se usa para la
recirculación y locomoción, así como para reemplazo de líquidos, proteínas y para el mantenimiento del
equilibrio iónico.

La concentración de linfocitos en la sangre periférica del adulto es de 1.5 a 4.5 x 10 9/L (20% a 40% de los
leucocitos de la sangre). El recuento normal de los leucocitos en los primeros 10 años de vida varía de 1.5 a
11.0 x 109/L, de acuerdo con la edad del niño. Al nacer, el recuento medio de linfocitos es de 5.5 x 10 9/L
(30%). Este valor aumenta a un valor medio de 7 x 109/L (60%) en los siguientes seis meses. Se aprecia una
disminución gradual de los linfocitos desde los cuatro años de edad hasta que se alcanzan los valores
normales del adulto y el segundo decenio de vida.

La mayor parte de los linfocitos (80%) en la sangre periférica tienen una vida prolongada, con un periodo de
vida que va desde unos cuantos meses hasta 20 años. Estos linfocitos de vida prolongada incluyen a linfocitos
tanto T como B, aunque la mayoría son T; éstos pasan la mayor parte de su periodo de vida en una fase
Go prolongada, intermitótica. El restante 20% de los linfocitos vive desde unas cuantas horas hasta cinco días.
Estos linfocitos de vida corta incluyen linfocitos tanto T como B, pero en su mayor parte son B.

Alteraciones cuantitativas y cualitativas de los linfocitos y monocitos

Linfocitosis >4.5 x 109/L Linfocitopenia < 1.5 x 109/L


(incremento absoluto en el número de linfocitos) (disminución del número absoluto de linfocitos)
Infecciones vírales Falla cardiaca congestiva
Tosferina Etapas avanzadas de SIDA
Mononucleosis Algunas formas de enfermedad de Hodgkin
Leucemia linfocítica Después de la administración de esteroides.

Monocitosis > 0.8 x 109/L Monocitopenia < 0.3 x 109/L


(incremento absoluto del número de monocitos ) (disminución del número absoluto de monocitos)
Brucelosis Pacientes con corticoterapia crónica
Tuberculosis Leucemia de células peludas
Leucemia monocítica Anemia aplástica
Fiebre tifoidea Enfermedades infiltrativas de la médula ósea
Enfermedad de Hodgkin

VARIANTE LINFOIDE

Las primeras variaciones ocurren en el núcleo: Aumenta de tamaño, su patrón cromatínico pasa de
paquicromático (denso) a leptocromático (laxo), puede haber presencia de nucléolos. El núcleo generalmente
es excéntrico y con alteración en la condensación de la cromatina, el citoplasma se hace más abundante,
intensamente basófilo, vacuolado y con pequeñas protrusiones. A veces presentan halo perinuclear. La célula
activa su síntesis de DNA y RNA, su citoplasma es ya rico en ribosomas agregados, hay cierta formación de
retículo endoplasmático y su aparato de Golgi muy bien definido. Es importante anotar que la correspondencia
morfológica de esta activación citoplasmática es la marcada basofilia.

Este linfocito ha recibido diferentes nombres: linfocitos reactivos, linfocito variante, linfocito plasmocitoide,
célula reactiva, células mononucleares, células de Turk, virocito, pero el más usado hoy en día es variante
linfoide. Se debe reportar su presencia en porcentaje del total de linfocitos contados en el diferencial y son
células característicamente encontradas en la mononucleosis infecciosa pero pueden presentarse en una
variedad de situaciones:

 Reacciones a infecciones víricas: mononucleosis infecciosa, hepatitis vírica aguda, herpes-zoster,


herpes simple, neumonitis vírica, sarampión, rubéola.
 Reacciones a infecciones no víricas: tuberculosis, sífilis, difteria, malaria, escarlatina, tifus.
 Reacciones a drogas: intoxicación por plomo, intoxicación por barbitúricos.
 Reacciones a situaciones varias: después de cirugía a corazón abierto, después de transfusiones
sanguíneas, pénfigo vulgar, colitis ulcerosa, agranulocitosis, sobreexposición a radiaciones ionizantes.

Referencias

WILLIAMS, William J. Et al. Hematología. 5ª ed. Saint Louis: Mc Graw Hill, 2000.
http://kassandra.udea.edu.co/lms/moodle19/mod/resource/view.php?id=3496

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