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MUESTREO DE SUELOS
Se sabe muy bien que el suelo es un cuerpo no homogéneo y presenta diferentes
tipos de variaciones. Por ejemplo, la fertilidad del suelo varía de un lugar a otro e
incluso en los horizontes dentro del perfil. La intensidad de muestreo o la cantidad
de submuestras a obtener evidentemente dependerá de la variabilidad del campo.
La exactitud y la precisión son dos conceptos de importancia en el muestreo de los
suelos ya que son los que determinan el número de muestras. (Bazán, 2017)
Secado. Tan pronto como las muestras llegan al laboratorio (en una cantidad
aproximada de 500 g a 1000 g) son puestas a secar al aire en un lugar seco y
protegido de posibles contaminaciones. (Bazán, 2017)
DENSIDAD APARENTE
Según Flores (2010) la densidad aparente del suelo es la relación entre la masa o
peso del suelo seco (peso de la fase sólida) y el volumen total, incluyendo al
espacio poroso. En agricultura, la masa del suelo se refiere al peso después de
secar el suelo en estufa a 110° C durante 24 hr o hasta peso constante y, el
volumen, se refiere a la fábrica menor de 2 mm de diámetro.
ρb = Ms/Vt (1)
Esta medida permite ver la facilidad de penetración de las raíces al suelo, permite
la predicción de la transmisión de agua, la transformación de los porcentajes de
humedad gravimétrica del suelo en términos de humedad volumétrica y,
consecuentemente, calcular la lámina de agua en el suelo. Además, permite
calcular la porosidad total de un suelo cuando se conoce la densidad de las
partículas, y estimar la masa de la capa arable. En un mismo suelo, el valor de
densidad aparente es un buen índice del grado de compactación por medio del
cálculo de la porosidad, es decir, la reducción del espacio poroso con radio
equivalente mayor, llamado también espacio poroso no capilar, responsable del
drenaje rápido del exceso de agua y, por ende, de la aireación del suelo;
resultando ser la densidad aparente, un buen indicador de la calidad del suelo.
(Flores, 2010)
Gómez (2013) nos dice que la textura del suelo se refiere a la proporción relativa
de las clases de tamaño de partícula (o separaciones de suelo, o fracciones) en un
volumen de suelo dado y se describe como una clase textural de suelo.
El tamaño de las partículas del suelo afecta tanto a su superficie interna como al
número y tamaño de los poros. Cuanto menor es el tamaño de partícula, mayor es
la superficie interna del suelo; es decir: mayor es la suma de la superficie de las
partículas del suelo. Por otra parte, y de manera general, un menor tamaño de
partícula disminuye el tamaño de los poros del suelo, de manera que partículas
más pequeñas originan suelos con poros más escasos y pequeños. La textura del
suelo es una de las características físicas más importantes, pues a través de ella,
se puede predecir el comportamiento físico del suelo, haciendo inferencias acerca
del movimiento del agua en el perfil, la facilidad de manejo y la cantidad de
nutrientes. (Gómez, 2013)
Además, Gisbert (2006) define a la textura del suelo como: La proporción (en
porcentaje de peso) de las partículas menores a 2 mm de diámetro (arena, arcilla
y limo) existentes en los horizontes del suelo. En edafología las partículas de un
suelo se clasifican en elementos gruesos (tamaño de diámetro superior a 2 mm) y
elementos finos (tamaño inferior a 2 mm). Estos últimos son los utilizados para
definir la textura de un suelo. Siguiendo la terminología establecida por la USDA
(Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América)