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REVISION DE LITERATURA

MUESTREO DE SUELOS
Se sabe muy bien que el suelo es un cuerpo no homogéneo y presenta diferentes
tipos de variaciones. Por ejemplo, la fertilidad del suelo varía de un lugar a otro e
incluso en los horizontes dentro del perfil. La intensidad de muestreo o la cantidad
de submuestras a obtener evidentemente dependerá de la variabilidad del campo.
La exactitud y la precisión son dos conceptos de importancia en el muestreo de los
suelos ya que son los que determinan el número de muestras. (Bazán, 2017)

Existen diferentes maneras de obtener una muestra representativa. El esquema


más sencillo consiste en tomar submuestras al azar en diferentes lugares del
campo, para luego mezclarla y obtener la muestra representativa o muestra
compuesta. Esta muestra compuesta es adecuada, pero puede no dar una idea de
la variabilidad que existe en el campo. El análisis de cada submuestra podría
proveer buena información de la variabilidad, pero esto no es aplicable debido al
gran costo que representa. La segunda modalidad de muestreo consiste en la
división del campo en subunidades en la cual en cada una de ellas se toman
muestras compuestas al azar. Este esquema es semejante al muestreo por
paisaje o topografía del terreno. Esta modalidad tiene la ventaja de incrementar la
precisión sin mayor aumento en el costo. Una tercera modalidad de muestreo es la
de áreas de referencia. En este caso, el muestreo involucra la selección de un
área pequeña (± 1/10 de ha), considerada como representativa del campo, y en el
cual se toman muestras al azar. Siempre y cuando, se elija bien el área de
muestreo, la variabilidad y los costos son menores que el muestreo de todo el
campo. (Bazán, 2017)

Además de elegir la forma de muestreo más adecuado para reducir la variabilidad,


es necesario minimizar los errores de muestreo. Es por eso que siempre es bueno
asegurar la limpieza de los equipos utilizados en el muestreo. Además, tener
presente la profundidad del suelo, los lugares no representativos donde no se
deben tomar muestras y la presencia de ciertas características edáficas que no
deben estar presentes en el área de muestreo, como por ejemplo la presencia de
pedregosidad, manchas salinas o áreas donde el agricultor realizó preparaciones
de mezclas de fertilizantes o enmiendas o sustancias para las prácticas de
sanidad. (Bazán, 2017)

 Preparación de muestras de suelos en el laboratorio.


Ya en el laboratorio, es necesario poner sumo cuidado en el manejo de las
muestras cuando estas llegan del campo. Las operaciones que se realizan siguen
la siguiente secuencia: Identificación, Secado, Molienda y Tamizado. (Bazán,
2017)

Identificación. En un cuaderno de registro se deben anotar todas las muestras que


llegan al laboratorio para su análisis. En éste se anotarán el número de laboratorio
y de campo que le corresponde a la muestra de suelo, datos sobre la procedencia,
así como el tipo de análisis que requiere la muestr. (Bazán, 2017)

Secado. Tan pronto como las muestras llegan al laboratorio (en una cantidad
aproximada de 500 g a 1000 g) son puestas a secar al aire en un lugar seco y
protegido de posibles contaminaciones. (Bazán, 2017)

Molienda y tamizado. En el análisis de suelos con fines agrícolas, se emplea el


concepto tierra fina secada al aire (TFSA), y ésta es aquella que ha pasado por el
tamiz de 2 mm de diámetro. En consecuencia, los agregados de suelo deben ser
rotos mediante molienda. Se debe evitar moler partículas de grava o cascajo y
también se debe remover restos de hojas o raíces, así como agregados muy duros
durante el proceso de secado de la muestra. (Bazán, 2017)

DENSIDAD APARENTE

Según Flores (2010) la densidad aparente del suelo es la relación entre la masa o
peso del suelo seco (peso de la fase sólida) y el volumen total, incluyendo al
espacio poroso. En agricultura, la masa del suelo se refiere al peso después de
secar el suelo en estufa a 110° C durante 24 hr o hasta peso constante y, el
volumen, se refiere a la fábrica menor de 2 mm de diámetro.

ρb = Ms/Vt (1)
Esta medida permite ver la facilidad de penetración de las raíces al suelo, permite
la predicción de la transmisión de agua, la transformación de los porcentajes de
humedad gravimétrica del suelo en términos de humedad volumétrica y,
consecuentemente, calcular la lámina de agua en el suelo. Además, permite
calcular la porosidad total de un suelo cuando se conoce la densidad de las
partículas, y estimar la masa de la capa arable. En un mismo suelo, el valor de
densidad aparente es un buen índice del grado de compactación por medio del
cálculo de la porosidad, es decir, la reducción del espacio poroso con radio
equivalente mayor, llamado también espacio poroso no capilar, responsable del
drenaje rápido del exceso de agua y, por ende, de la aireación del suelo;
resultando ser la densidad aparente, un buen indicador de la calidad del suelo.
(Flores, 2010)

La densidad aparente depende de la materia orgánica, la textura del suelo, la


densidad de las partículas minerales del suelo (arena, limo y arcilla) y su
disposición. Como regla general, la mayoría de las rocas tienen una densidad de
2,65 g/cm3 , por lo que idealmente, un suelo franco limoso tiene un espacio
poroso del 50% y una densidad aparente de 1,33 g/cm3. (Flores, 2010)

TEXTURA DEL SUELO

Gómez (2013) nos dice que la textura del suelo se refiere a la proporción relativa
de las clases de tamaño de partícula (o separaciones de suelo, o fracciones) en un
volumen de suelo dado y se describe como una clase textural de suelo.

Algunas propiedades de las partículas minerales del suelo están condicionadas


por su tamaño. Los términos de grava (> 2.00 mm), arena (2.00 mm – 0.05 mm),
limo (0.05 mm – 0.002 mm) y arcilla (< 0.002 mm), son los términos comúnmente
aceptados para clasificar las partículas del suelo según su tamaño. (Gómez, 2013)

El tamaño de las partículas del suelo afecta tanto a su superficie interna como al
número y tamaño de los poros. Cuanto menor es el tamaño de partícula, mayor es
la superficie interna del suelo; es decir: mayor es la suma de la superficie de las
partículas del suelo. Por otra parte, y de manera general, un menor tamaño de
partícula disminuye el tamaño de los poros del suelo, de manera que partículas
más pequeñas originan suelos con poros más escasos y pequeños. La textura del
suelo es una de las características físicas más importantes, pues a través de ella,
se puede predecir el comportamiento físico del suelo, haciendo inferencias acerca
del movimiento del agua en el perfil, la facilidad de manejo y la cantidad de
nutrientes. (Gómez, 2013)

La determinación de la textura en el laboratorio se basa en la medición de la


velocidad de sedimentación de las partículas dispersas en el agua. Las partículas
grandes se sedimentan con mayor rapidez que las partículas pequeñas; esto es
porque las partículas más grandes tienen menos área específica y, por lo tanto,
menos flotabilidad que las partículas más pequeñas. La ley de Stokes se utiliza
para expresar la relación. En ella se estipula que la resistencia ofrecida por el
líquido a la caída de la partícula varía con el radio de la esfera y no con la
superficie. La velocidad de caída de las partículas con la misma densidad en un
determinado líquido aumenta con el cuadrado del radio. (Gómez, 2013)

Además, Gisbert (2006) define a la textura del suelo como: La proporción (en
porcentaje de peso) de las partículas menores a 2 mm de diámetro (arena, arcilla
y limo) existentes en los horizontes del suelo. En edafología las partículas de un
suelo se clasifican en elementos gruesos (tamaño de diámetro superior a 2 mm) y
elementos finos (tamaño inferior a 2 mm). Estos últimos son los utilizados para
definir la textura de un suelo. Siguiendo la terminología establecida por la USDA
(Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América)

GIsbert (2006) nos indica las siguientes clases de partículas inferiores a 2 mm de


diámetro (Ø):

 Arena muy gruesa: 2 mm > Ø > 1 mm


 Arena gruesa: 1 mm > Ø > 0.5 mm
 Arena media 0.5 mm > Ø > 0.25 mm
 Arena fina 0.25 mm > Ø > 0.10 mm
 Arena muy fina 0.10 mm > Ø > 0.05 mm
 Limo 0.05 mm > Ø > 0.002 mm
 Arcilla Ø < 0.002 mm
No obstante, a grandes rasgos se clasifica:
 Arena 2 mm > Ø > 0,05 mm
 Limo 0,05 mm > Ø > 0,002 mm
 Arcilla Ø < 0.002 mm

Bazán T, Rubén. (2017). Manual de Procedimientos de los Análisis de Suelos y


Agua con Fines de Riego. Ministerio de Agricultura, Lima, Perú.
Flores D. Lourdes, (2010). Manual de Procedimientos Analíticos. Laboratorio de
Física de Suelos. Instituto de Geología, UNAM. México, D.F.
Gómez G, Juan C. (2013). Manual de Prácticas de Campo y del Laboratorio de
Suelos. Servicio Nacional de Aprendizaje. Tolima, Colombia.
Gisbert B, J-M. (2006). La Textura de un Suelo. De Academia.edu. (28 de
septiembre del 2019). Recuperado de:
https://www.academia.edu/15916217/LA_TEXTURA_DE_UN_SUELO

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