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Derechos Humanos del Adulto Mayor

El elemento central de la idea de los derechos humanos, es que todas las personas tienen un
conjunto de derechos por el sólo hecho de pertenecer al género humano. Así lo establece el
artículo 1° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (DUDH) 1,
componente esencial de denominada Carta Internacional de Derechos Humanos 2:

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como
están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Sin perjuicio de lo anterior, las circunstancias particulares a las que están enfrentados ciertos
grupos sociales, como las mujeres, los indígenas o los discapacitados, han motivado que la
comunidad internacional elabore instrumentos y organismos específicos para la protección y
promoción de sus derechos, reconociéndoles en ciertos casos, derechos especiales.

En los últimos lustros, la especificidad de su condición y su vulnerabilidad, han motivado que la


comunidad internacional enfoque su atención en buscar mecanismos para garantizar de mejor
manera los derechos de las personas de edad avanzada. De este modo, se pretende garantizar
el ejercicio efectivo de sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.

Esto se ha realizado de diversas maneras, tales como el reconocimiento directo de derechos


específicos en instrumentos internacionales, la aplicación de derechos generales a la situación
particular de los adultos mayores, y el compromiso por acordar una Declaración Universal de
Derechos del Adulto Mayor.

Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales y el Protocolo de San


Salvador

La DUDH establece en su artículo 25, párrafo 1 que:

Todas las personas tienen derecho a un nivel de vida adecuado para la salud y el
bienestar propio y de su familia, incluyendo comida, ropa, hogar y atención médica y
servicios sociales necesarios, y el derecho a la seguridad en caso de desempleo,
enfermedad, discapacidad, viudez, edad avanzada o cualquier otra carencia en
circunstancias ajenas a su voluntad.

De esta manera, todas las personas tienen derecho a un mínimo de seguridades para su
bienestar, el cual debe tomar en cuenta las condiciones particulares, tales como la vejez y sus
necesidades.

El PIDESC, adoptado en 1968 y ratificado por Chile en 1972 3, profundiza el contenido de la


norma citada de la DUDH. Sin mencionar explícitamente a las personas de edad avanzada, sí
reconoce el derecho a la seguridad social (art. 9), a un nivel de vida adecuado, incluyendo

1
Disponible en: http://bcn.cl/1fv2l (noviembre, 2014).
2
La llamada International Bill of Rights está integrada además por los Pactos Internacionales de Derechos Civiles
y Políticos y el de Derechos Económicos Sociales y Culturales
3
Disponible en: http://bcn.cl/1maws (noviembre, 2014).

Biblioteca del Congreso Nacional. Matías Meza-Lopehandía, Asesoría Técnica Parlamentaria. mezalopehandia@bcn.cl,
Anexos: 1871 | 3181. 6/11/2014.
2

alimentación, vestido y vivienda adecuados (art. 11) y el derecho al disfrute del más alto nivel
posible de salud sicofísica (art. 12).

Por su parte, el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos


conocido como "Protocolo de San Salvador” (1988), que establece derechos económicos,
sociales y culturales en ámbito interamericano, es, por ahora, el único tratado internacional que
se refiere directamente a las personas de edad avanzada y establece obligaciones para el
Estado respecto de ellas, aunque no ha sido ratificado por Chile. En efecto, en su artículo 17
establece:

Protección de los Ancianos


Toda persona tiene derecho a protección especial durante su ancianidad. En tal
cometido, los Estados partes se comprometen a adoptar de manera progresiva las
medidas necesarias a fin de llevar este derecho a la práctica y en particular a:
a. proporcionar instalaciones adecuadas, así como alimentación y atención médica
especializada a las personas de edad avanzada que carezcan de ella y no se encuentren
en condiciones de proporcionársela por sí mismas;
b. ejecutar programas laborales específicos destinados a conceder a los ancianos la
posibilidad de realizar una actividad productiva adecuada a sus capacidades respetando
su vocación o deseos;
c. estimular la formación de organizaciones sociales destinadas a mejorar la calidad de
vida de los ancianos.

Al incorporar estos derechos de la ancianidad, el pacto impone a los Estados miembros el deber
de cambiar de paradigma en el diseño de políticas públicas, en tanto deben promover el
empoderamiento de los adultos mayores respecto de sus derechos y fomentar una sociedad
etariamente integrada4. Los adultos mayores no pueden ya ser tratados como simples
receptores pasivos de beneficios sociales o caritativos5. “Esto implica que las personas mayores
son sujetos de derecho, no solamente beneficiarios, y que, por lo tanto, disfrutan de ciertas
garantías y tienen determinadas responsabilidades respecto de sí mismas, su familia y su
sociedad, con su entorno inmediato y con las futuras generaciones” 6.

Principios de protección al adulto mayor en el Sistema Universal de Derechos Humanos 7

A partir de 1991, Naciones Unidas inició la aprobación de una serie de resoluciones en su


Asamblea General, los cuales han dado cuerpo a un conjunto de principios de protección del

4
Informe BCN (Felipe Rivera Polo), titulado “Nivel de vida adecuado, servicios sociales y envejecimiento” (2012).
Disponible en: http://bcn.cl/1o5q9 (noviembre, 2014).
5
Ídem.
6
CEPAL/UNFPA/ASDI (2011), “Los derechos de las personas mayores. Módulo 1: Hacia un cambio de paradigma
sobre el envejecimiento y la vejez”, CEPAL, Santiago de Chile.
7
Basado en la Minuta BCN (Jaime Coquelet), titulada “Tratados Internacionales para el Adulto Mayor”. Disponible en:
http://bcn.cl/1o5rc (noviembre, 2014).
3

adulto mayor8. Estos son (i) el principio de independencia 9; (ii) el de participación10; (iii) el de
cuidados11; (iv) el de autorrealización-plenitud humana12; y (v) el de dignidad13.

Hacia una Declaración Universal de los Derechos del Adulto Mayor

A partir de la Cumbre de Madrid sobre el Envejecimiento (2002), comenzó a prestarse mayor


atención a la cuestión de los derechos del adulto mayor. Dicha cumbre acordó el Plan de Acción
Internacional sobre el Envejecimiento 2002. Este Plan compromete a los gobiernos a diseñar y
ejecutar medidas en tres temas prioritarios: i) las personas mayores y el desarrollo; ii)
mejoramiento de la salud y el bienestar en las personas mayores y, iii) creación de ambientes
favorables14.

En las subsecuentes Conferencias Regional Intergubernamental sobre el Envejecimiento, ha


madurado la idea de elaborar un Proyecto de Declaración Universal de los Derechos del Adulto
Mayor, que derive en un instrumento internacional vinculante para garantizar los derechos
económicos, sociales y culturales de las personas de edad avanzada en el mundo. De hecho,
en la II Conferencia Regional Intergubernamental sobre el Envejecimiento (2007) se acordó
solicitar a los países miembros del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas,
evaluar la designación de un relator especial encargado de velar por la promoción y protección
de los derechos humanos de las personas de edad, e impulsar la elaboración de una
convención sobre los derechos humanos de las personas de edad en el seno de las Naciones
Unidas15. En este sentido, tanto en Naciones Unidas, como en el ámbito interamericano (OEA),
se han establecido Grupos de trabajo de composición abierta sobre el envejecimiento, con la
finalidad de alcanzar consensos para acordar un instrumento internacional que consagre los
derechos de los adultos mayores16.

8
Las principales resoluciones en la materia son las siguientes: Resolución 46/91 “Principios de Naciones Unidas en
favor de Personas de Edad” (1991); Resolución 47/5 “Proclamación Sobre el Envejecimiento” (1992); Resolución 3447
“Declaración de los Derechos de los Impedidos (1975); Resolución N°50/141 de Naciones Unidas; Plan de Acción sobre
el Envejecimiento y Declaración Política aprobada en la II Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento de la ONU (2002).
9
Comprende los derechos de alimentación, agua, vivienda y atención sanitaria, mediante ingresos económicos propios
o suministrados por su familia y la comunidad; la posibilidad de trabajar o de tener acceso a otras fuentes de ingreso; la
determinación del momento y la forma en que dejarán de desempeñar actividades laborales; el beneficio de programas
educativos y formativos, y la opción de vivir en medios seguros, adaptados a sus preferencias y capacidades.
10
Incluye el derecho a permanecer integrados a la sociedad, participando en la formulación de medidas que afectan su
bienestar, y compartiendo sus conocimientos con las generaciones más jóvenes.
11
Abarca el derecho a disfrutar de protección familiar y comunitaria; la opción de recibir atención de salud, y la
oportunidad de contar con servicios sociales y jurídicos que les aseguren mayores niveles de autonomía, protección y
cuidado.
12
Se refiere a las oportunidades para desarrollar el potencial personal y el acceso a recursos educativos, culturales,
espirituales y recreativos de la sociedad.
13
Busca que los adultos mayores lleven una vida digna y segura, libre de explotación y de maltratos físicos y mentales.
14
CEPAL. Calidad de vida de los adultos mayores: Fortalecimiento de las capacidades nacionales para el seguimiento
del Plan de Acción Internacional sobre Envejecimiento Madrid 2002. Disponible en: http://bcn.cl/1o5s1 (noviembre,
2014).
15
Informe BCN titulado “Acceso a la justicia y atención prioritaria para las personas mayores”, elaborado por Fernando
Arrau. Disponible en: http://bcn.cl/1o63k (noviembre, 2014).
16
CEPAL. Informe de la Tercera Conferencia Regional intergubernamental sobre envejecimiento en América Latina y el
Caribe. Disponible en: http://bcn.cl/1o649 (noviembre, 2014).

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