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2021

La importancia del
diseño de Políticas de
Salud adaptadas a las
necesidades emergentes
de personas mayores con
deterioro funcional.

Lic. Romina Rodríguez Morales

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INTRODUCCION

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, el 10 de junio de 1948, supone


el primer reconocimiento universal de que los derechos básicos y las libertades
fundamentales son inherentes a todos los seres humanos, inalienables y aplicables en igual
medida a todas las personas.

El envejecimiento de la población, es una causa natural de disminución de


funcionalidades, teniendo en cuenta el deterioro físico y mental por el paso del tiempo, o las
secuelas propias de enfermedades crónicas; las mismas generan dificultad para el
desempeño de actividades de la vida diaria, como; perdida de independencia, de autonomía,
por ende, dificultad de acceso a lugares de atención a la salud.

La Constitución Nacional en su Art 46 refiere que “Todos los habitantes de la


República son iguales en dignidad y derechos. No se admiten discriminaciones.

Indica que El Estado removerá los obstáculos e impedirá los factores que las
mantengan o las propicien”; en el Art. 57 de la Constitución Nacional, menciona el derecho
a una protección integral, promovida por la familia, la sociedad y los poderes públicos
mediante servicios sociales que se ocupen de sus necesidades de alimentación, salud,
vivienda, cultura y ocio.

Es importante mencionar que Persona mayor es aquella de 60 años o más -según


criterio de la ONU y la OEA asumido por el gobierno del conforme a la Ley N° 1885/2002,
que protege los derechos e intereses de las personas mayores. La terminología ha ido
cambiando con el tiempo. Actualmente, se promueve la utilización del término persona
mayor en reemplazo de personas de la tercera edad, personas adultas, personas de edad,
anciano/a, viejo/a, que pueden ser entendidos en un sentido peyorativo y que se asocian a
una imagen negativa y sesgada de la vejez.

La misma Ley, subraya en su artículo 3° que los mismos tendrán prioridad en la


atención a la salud y otros servicios, y en el artículo 4° que El Estado concurrirá al logro del
bienestar social y garantizará el ejercicio de sus derechos, velando para que aquellas que
se encuentren en situación de vulnerabilidad.

En cuanto al Sistema de las Naciones Unidas existen diversos instrumentos y


resoluciones a favor de las personas adultas mayores, adoptadas por el Estado Paraguayo,

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como ser, la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948); Convención Americana
sobre Derechos Humanos; ratificada por ley Nº 1/1989; Protocolo de San Salvador;
ratificada por ley Nº 1040/97; Principios de las Naciones Unidas a favor de las personas de
edad (1991) Proclamación sobre el Envejecimiento (Asamblea General de Naciones Unidas
de 1992); Observación General N° 6 del Comité DESC “Los derechos económicos, sociales
y culturales de las personas de edad” (1995).

La Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, es de gran


relevancia para la protección de las personas mayores, sobre todo aquellas que tienen alguna
discapacidad o que por razones de fragilidad son dependientes y requieren asistencias para
las actividades de la vida diaria. Al igual que para la población con discapacidad, un
objetivo clave para las personas adultas mayores, es la preservación de la autonomía e
independencia para la el ejercicio pleno de los derechos.

En cuanto a los avances que se han dado en el sector de personas mayores en nuestro
país figuran;

▪ AÑO 1992, PROGRAMA NACIONAL DE TERCERA EDAD.

▪ AÑO 1998, PLAN NACIONAL DE ACCION CON ADULTOS MAYORES -


1998-, 2002.con apoyo técnico del IMSERSO.

▪ Es importante mencionar que según Reglamento de la Ley1885/02 de las Personas


Adultas Mayores Decreto N°10086/07 se crea la Dirección de Adultos Mayores,
dependiente del Instituto de Bienestar Social es el órgano estatal que tendrá a su cargo la
aplicación de la Ley y de su Decreto Reglamentario.

▪ Ley3728/09 establece el derecho a la Pensión alimentaria

▪ Ley1160/97 Código penal paraguayo, contempla en su art.227 la pena privativa de


libertad para quienes violen gravemente su deber legal de cuidado de personas ancianas.

▪ AÑO 2012, PLAN NACIONAL DE POLITICAS PARA ADULTOS MAYORES.

▪ Política Nacional de Salud 2015-2030, aprobado por Decreto N.º 4541/2015 y


Resolución S.G. N.º 612 del 25 de agosto del 2015.

▪ AÑO 2019, Programa de Adultos mayores y Desarrollo Comunitario, Inicio del


proceso de elaboración de políticas de Protección social y Derechos de las PAM con apoyo
de OPS/OMS.

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Si bien se han dado importantes avances en el área de Personas Mayores, las
políticas tanto de Personas Mayores como de salud y los distintos programas, son en su
mayoría dirigidos a Personas Mayores activas (con movilidad- autovalente) y el acceso a la
salud si bien es prioridad según la ley, se dificulta al solo ser intramuro; siendo un problema
para cientos de familias con personas mayores en estado de postración por secuelas de
enfermedades crónicas, catastróficas, o discapacidad natural por la edad; los mismos y sus
familias son muchas veces incapaces de acceder a salud privada domiciliaria o abonar una
ambulancia para traslado, quedando sin respuesta.

Se ve la necesidad de visibilizar el problema y establecer delineamientos para su


inclusión en Políticas de salud y Bienestar Social.

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PROBLEMÁTICA

El fenómeno demográfico denominado envejecimiento poblacional, podría


configurarse en un grave problema de salud pública, dado que implica por una parte, una
disminución de la proporción de la población económicamente activa y, por otra, un
inminente incremento de la prevalencia de los síndromes geriátricos configurando una alta
demanda de servicios de salud, se proyecta un crecimiento gradual para el 2050 en
Paraguay.

En la vejez inciden todas las enfermedades que se ven en el adulto, no se puede


hablar por tanto de enfermedades propias de la vejez, sino de enfermedades en la vejez.
Algunas son muy comunes y más prevalentes en los ancianos; lo complejo es cuando afecta
la funcionalidad geriátrica que es la capacidad de un adulto mayor para realizar de manera
independiente las actividades básicas de la vida diaria, como ser la alimentación,
continencia, uso de sanitario, vestimenta, aseo y transferencia, lo que significa poder vivir
sin ayuda. Su comprometimiento tiene implicaciones importantes para el adulto mayor,
familia, comunidad y sistema de salud.

La incapacidad ocasiona mayor vulnerabilidad y dependencia en la vejez, lo que


contribuye a la disminución del bienestar y calidad de vida de los adultos mayores y sus
familiares o encargados; ya que el mantenimiento del adulto mayor y el traslado del mismo
ante cualquier complicación requiere un gran esfuerzo para la economía familiar.

Teniendo en cuenta las proyecciones demográficas que demuestran que la población


va envejeciendo, se debe visibilizar la necesidad de ir adaptando el Sistema de Salud a las
Necesidades Emergentes.

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ANALISIS

Paraguay ha adoptado normas nacionales e internacionales con el objeto de tutelar


los derechos fundamentales de las personas mayores; y a fin de presentar un adecuado marco
que responda a las necesidades y requerimientos de la administración en materia de acceso a
la Justicia. CONSTITUCIÓN NACIONAL: Art. 57; INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Declaración Universal de Derechos Humanos (1948); Convención Americana sobre
Derechos Humanos; ratificada por ley Nº 1/1989; Protocolo de San Salvador; ratificada por
ley Nº 1040/97; Principios de las Naciones Unidas a favor de las personas de edad (1991)
Proclamación sobre el Envejecimiento (Asamblea General de Naciones Unidas de 1992);
Observación General N° 6 del Comité DESC “Los derechos económicos, sociales y
culturales de las personas de edad” (1995) LEYES ESPECIALES EN MATERIA DE
PERSONAS MAYORES Ley N° 98/1952 “Que establece el régimen unificado de
jubilaciones y pensiones”; Ley N° 122/1990 “Trato preferencial y tramite celerísimo”. Ley
N° 1885/2002 “De las personas adultas”; Ley N° 3728/2009 “Que establece el derecho a
pensión alimentaria para personas adultas mayores en situación de pobreza”. El enfoque de
los derechos parte de la premisa de que todas las personas, con independencia de su
situación de salud o posibles enfermedades que sufran, sean o no neurodegenerativas,
ostentan idénticos derechos que todas las demás, independientemente de sus condiciones, y
que tales derechos deben ser garantizados y disfrutados. En virtud de ello, resultará obligado
favorecer su ejercicio y el apoyo para desarrollar sus proyectos vitales personales conforme
a sus preferencias y manteniendo el control sobre la vida propia: tanto en las decisiones
importantes y de envergadura, como en aquellos aspectos que conciernen a su cotidianeidad
y sus rutinas.

Cuando desde los entornos de cuidados se adquiere el compromiso de trabajar para el


fomento y refuerzo de la dignidad y derechos de las personas y, además de ofrecerles la
mejor atención de carácter biomédico, apoyamos su proyecto de vida, necesariamente
estaremos generando impactos positivos en su calidad de vida, en su bienestar y en la propia
calidad y excelencia de nuestra intervención. Tales impactos positivos deben ser
consecuencia de acciones que cuentan con la participación activa de la persona y dirigidas a
favorecer todos los intereses, valores, creencias y preferencias de la persona.

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El envejecimiento es un fenómeno presente a lo largo del ciclo vital desde el mismo
proceso de la concepción hasta la muerte. A pesar de ser un fenómeno natural conocido por
todos, es difícil aceptarlo como una realidad innata a todo ser.

Actualmente se considera un problema de salud pública tanto a nivel nacional como


internacional, ya que el cambio en la pirámide poblacional se ha volcado hacia el aumento
de esta población y desafortunadamente los gobiernos no están preparados para las
consecuencias físicas, mentales, sociales y sanitarias que esto implica, motivo por el cual se
requiere ahondar en el conocimiento del mismo desde múltiples perspectivas.

Según las proyecciones:

La población del Paraguay al año 2021 es de 7.353.038 habitantes.

En el 2021, la mitad de la población tiene más de 27 años . En el 2024, la mitad de la


población tendría más de 28 años.

Hoy la población urbana (62,9%) es mayor a la rural (37,1%) y las proyecciones


indican que seguirá en aumento.

En el 2021, el número de defunciones por cada 1.000 habitantes es de 5,7 y se


mantendrá alrededor de este nivel hasta el 2024.

La proporción de población de adultos mayores va creciendo, y al mismo ritmo de lo


que disminuye la proporción de población infanto-juvenil.

La esperanza de vida al nacer en el 2021, para las mujeres es de 77,9años, y para los
hombres es de 72,0 años.

La razón de sexo al 2021 es de 101,4, es decir, hay 101 hombres por cada 100
mujeres y se mantendrá con este nivel hasta el 2024.

La razón de dependencia demográfica por edad es de 55,0, es decir, en el 2021 existe


55 personas en edad de dependencia por cada 100 personas en edad de trabajar. En el 2024,
habrán 54 personas en edad de dependencia por cada 100 personas en edad de trabajar.

La población por sexo se distribuye en 50,4% hombres y 49,6% mujeres.

El departamento Central es el más poblado del país que sumado a la población de


Asunción reúne 38% de la población total, es decir, 2.764.893 habitantes.

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Las fuentes de información utilizadas para la elaboración de las estimaciones y
proyecciones de población fueron las siguientes: Censos Nacionales de Población y
Viviendas de 1982, 1992, 2002 y 2012.

La Tasa de Mortalidad Infantil en el 2021 es de 24,4 defunciones de menores de un


año de edad por 1.000 nacidos vivos. Este indicador presenta un comportamiento
descendente y llegará a 23,2 defunciones de menores de un año de edad por 1.000 nacidos
vivos en el 2024.

El número promedio de hijos por mujer en el 2021 es de 2,4 y se reducirá a 2,3 en el


2024.

El ritmo de crecimiento medio anual de la población paraguaya al 2021 es de 1,37%


y experimentará una leve reducción en todo el periodo. En el 2024, se espera sea de 1,33%
anual.

La estructura por edad de la población, muestra que el 28,6% de la población es


menor de 15 años, el 64,5% tienen entre 15 a 64 años y poco más de 6,9% tiene 65 y más
años de edad.

Cabe señalar que el Censo Nacional de Población y Viviendas 2012 tuvo una
cobertura estimada de población del 74,4.

Según estos datos se prevé un descenso de la población de niños y adolescentes,

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mientras que hay un aumento de franjas etareas de adultos con proyección al
envejecimiento.

Como contrapartida, las personas mayores están contribuyendo a sus familias y a su


comunidad de distintas formas, desde el cuidado de niños hasta su constitución en fuente de
ingresos permanente y segura de los hogares de los que forman parte, cuando por
condiciones discapacitantes los mismos no pueden hacerlo generalmente son
institucionalizados, permanecen con sus familias o son abandonados.

Aunque las estimaciones se encuentran por debajo de las cifras que mantienen otros
países del Cono Sur, la tendencia proyectada de esta variable en la primera mitad del siglo
XXI es de carácter ascendente, como puede

observarse en el siguiente gráfico.

Por esto, uno de los objetivos de las intervenciones dirigidas a las personas mayores
debe tener relación directa con el mejoramiento de su calidad de vida y, por ende, con la
seguridad en el ejercicio de sus derechos sociales. Esto significa reducir los riesgos de
discriminación ⎯y consecuentemente de desigualdad⎯ a causa de la edad, a través del
mejoramiento de la condición y la posición de las personas mayores y estableciendo
políticas de prevención y protección, no solo dirigidas a la adultos mayores autovalentes,
sino también a los que por el deterioro funcional se encuentran en condición doblemente
desigual.

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Si bien se han dado importantes avances en el área de Personas Mayores, las
políticas tanto de Personas Mayores como de salud y los distintos programas, son en su
mayoría dirigidos a Personas Mayores activas (con movilidad- autovalente) y el acceso a la
salud si bien es prioridad según la ley, se dificulta al solo ser intramuro; siendo un problema
para cientos de familias con personas mayores en estado de postración por secuelas de
enfermedades crónicas, catastróficas, o discapacidad natural por la edad; los mismos y sus
familias son muchas veces incapaces de acceder a salud privada domiciliaria o abonar una
ambulancia para traslado, quedando sin respuesta.

Se ve la necesidad de visibilizar el problema y establecer delineamientos para su


inclusión en Políticas de salud y Bienestar Social.

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BIBLIOGRAFIA

 Proyecto Regional de Población CELADE- FNUAP (Fondo de Población de las

Naciones Unidas) Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía

(CELADE) - División de Población de la CEPAL. CHILE 2001

 Política Nacional de Salud 2015-2030 Republica del Paraguay.

 Proyecciones de población nacional, áreas urbana y rural, por sexo y edad,


PARAGUAY

2021 INE

 Naciones Unidas (2016), Informe de la Experta Independiente sobre el disfrute

de todos los derechos humanos por las personas de edad. Nota de la

Secretaría (A/HRC/33/44), Nueva York, julio.

 Situación, necesidades y demandas de las personas mayores en los países del Cono
Sur. Observatorio Organización Internacional de Seguridad Social.

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