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PALEOPATOLOGÍAS: LOS DINOSAURIOS TAMBIÉN SE ENFERMABAN.

Angel Alejandro Ramírez Velasco, Elizabeth Morales Salinas y René Hernández Rivera.

LA PALEOPATOLOGÍA

La palabra paleopatología fue creada por Robert Wilson Schufelt y definida como el estudio de las
enfermedades encontradas fosilizadas en los restos de animales extintos o fósiles en 1893.

R. W. Schufelt fue un ornitólogo amateur del Museo Smithsoniano. De acuerdo a Elizabeth Rega (2012), él
sentó las bases de la paleopatología al realizar comparaciones de restos óseos de aves modernas contra
aves fósiles, encontrado similitudes entre las lesiones óseas observadas y propuso mecanismos del
desarrollo de las enfermedades de acuerdo a las especulaciones sobre el comportamiento de las aves
extintas.

La paleopatología, al igual que la patología, se entrelaza con múltiples disciplinas derivadas de la Biología,
Geología, Medicina Veterinaria, Medicina Humana y la Antropología, de esta manera utilizando una
aproximación multidisciplinaria se puede estudiar las enfermedades del pasado. El objetivo principal de la
paleopatología es describir, entender el mecanismo por el cual se desarrolló la enfermedad y conocer su
relación con enfermedades de la actualidad.

Consideraciones metodológicas

Antes de empezar un estudio de enfermedades del pasado, se requiere tomar en cuenta tres grandes
consideraciones metodológicas (Rothschild and Martin, 2006; Rega, 2012):

1. Las diagnosis se basan únicamente del hallazgo morfológico óseo (lesiones óseas).
2. Las manifestaciones de las enfermedades han sido estables a través del tiempo (actualismo
biológico).
3. Existen pseudopatologías que pueden diferenciarse de las patologías (rasgos tafonómicos).

Diagnosis por lesiones óseas

Las lesiones óseas observables estarán preservadas en forma de fósiles. Los fósiles son cualquier
evidencia de vida del pasado, conservadas por procesos naturales. Estas evidencias en el caso del
Dinosaurio pueden ser sus huesos, dientes, impresiones de piel, huevos, coprolitos, pisadas y galerías. Al
conjunto de estas evidencias se le llama registro fósil. El registro fósil tiene dos grandes problemáticas a
considerar:

1. El registro fósil es incompleto, ya que no todos los organismos se preservaron como fósiles. Los
organismos mejor representados son los que poseen estructuras biomineralizadas como diatomeas,
foraminíferos, bivalvos, gasterópodos y vertebrados. Las bacterias, protozoarios, anélidos y
cualquier otro parásito son raros en el registro fósil.
2. La mayoría de los fósiles representan partes aisladas o incompletas de los organismos. Usualmente
lo único que se conoce de un dinosaurio, es un puñado de huesos, como un fémur y la cintura
pélvica. Por lo general las células de los huesos se descompusieron con el paso del tiempo.
Enfermedades estables a través del Tiempo.

Los paleontólogos operan con un principio llamado “Actualismo biológico” (tomado de la geología y
adaptado a la paleontología), el cual se refiere a que todos los fenómenos biológicos actuales son los
mismos que actuaron en el pasado. En otras palabras, los restos fósiles presentaran los mismos rasgos
macroscópicos e histológicos de un hueso sano y de un hueso patológico actual.

Sin embargo, en contraparte de este principio, está el comentario de Roy L. Moodie, uno de los grandes
exponentes de la paleopatología del siglo XX –Sin duda alguna, en la extinción de razas antiguas ciertas
enfermedades se extinguieron junto con ellos- (Moodie, 1917; pag. 376) En otras palabras los factores o
agentes que causaron las enfermedades antiguas como parásitos o la misma fisiología de los organismos,
desaparecieron junto con los dinosaurios.

Patologías contra pseudopatologías.

Uno de los problemas en el estudio de los restos fósiles es distinguir entre los daños causados por la
preservación y las condiciones que ocurrieron en el animal cuando estuvo vivo. A estos daños se les llama
pseudopatologías (Fig. 1) y se pueden definir como cambios físico-químicos que ocurren después o
alrededor de la muerte y que alteran la morfología de los huesos del esqueleto. Ejemplos de ello son la
desarticulación natural del esqueleto, fracturas postmortem, abrasión por arrastre, bioerosión (causada por
insectos, plantas y vertebrados necrófagos) que genera marcas específicas, disolución química del hueso
por al pH ácido del suelo, cambio de composición química y pérdida de partes blandas por los procesos de
fosilización, la formación de concreciones y nódulos, y la deformación plástica causada por el peso de los
sedimentos (Ramírez-Velasco, 2013).

Hasta ahora, la mejor forma de diferenciar las pseudopatologías de las patologías es la presencia de la
respuesta ósea ante una lesión (Ortner, 2003), que pueden ser líticas, osteogénicas o mixtas (San Andrés y
Hernández, 1992). Sin embargo, sí la lesión ocurrió cuando el organismo murió (peri-mortem), no se
pueden diferenciar de la pseudopatología.

Problemáticas de la paleo-diagnosis.

Los patólogos y los clínicos veterinarios tienen la ventaja de tener la historia clínica, conocimientos de la
biología normal del animal, la etiología de los signos, el cultivo de patógenos, los estudios histopatológicos,
citológicos y de biología molecular (Rega, 2012) que permiten realizar un diagnóstico definitivo del paciente
vivo o muerto (Rega, 2012). Por otro lado, los paleopatólogos sólo cuentan con un resto alterado
químicamente, del cual se puede obtener cortes histológicos sin poder hacer estudios citológicos. Gran
parte de la paleopatología se basa en la realización de inferencias a partir de la observación directa y
comparación con restos actuales.

LOS DINOSAURIOS

Son animales vertebrados que presentan una postura erecta y digitígrada, grandes músculos en el muslo y
sus brazos para la locomoción (siendo principalmente bípedos), y una gran fuerza muscular para el cierre
de las mandíbulas (Ramírez-Velasco, 2013). Se originaron en el Mesozoico hace 240 millones de años y
dieron origen a las aves modernas.

Biología de los Dinosaurios.

Gracias a los nuevos descubrimientos se conoce varias características peculiares de los dinosaurios como:
una alta presión sanguínea, mayor al de los mamíferos. Presencia de escamas o plumas, o ambas.
Presencia de sacos aéreos en terópodos y saurópodos, similar al de las aves. El cerebro es pequeño en
animales grandes y de gran tamaño en los pequeños. La gran mayoría hacía nidos en donde enterraban
los huevos con sedimentos y hojarasca. Algunos terópodos empollaban sus huevos. Tenían varias crías y
eran de tamaño diminuto. Tenían un crecimiento acelerado en comparación a los mamíferos. Se cree que
tenían un metabolismo intermedio, conocido como mesotérmia: temperatura mayor al del ambiente externo,
pero sin la capacidad de regular la temperatura como las aves y los mamíferos.

PATOLOGÍAS EN DINOSAURIOS MEXICANOS.

La primera descripción de una patología en un dinosaurio mexicano fue descrita por el paleontólogo del
Museo de Los Ángeles California W.J. Morris en 1981, quién describió y propuso un posible mecanismo de
la lesión en Magnapaulia laticaudus. Sin embargo, desde entonces sólo se han hecho mención de otras
lesiones sin descripciones detalladas.

Por ello el objetivo del proyecto de posgrado fue identificar, describir, comparar y determinar patologías
óseas en restos de dinosaurios almacenados en 8 colecciones paleontológicas mexicanas: del Instituto de
Geología de la UNAM; de la Estación Regional del Noroeste de la UNAM y de Fronteras en Sonora; del
Museo del Desierto, Centro INAH Coahuila, la BENC y la colección privada de Claudio de León de
Coahuila.

Resultados.

Se revisaron 9446 fragmentos de huesos y huesos completos de dinosaurios del Cretácico y sólo el 1% del
total presentaron anomalías en su estructura. De éstos, se identificaron Trastornos físicos-traumáticos
(43%), degenerativos y proliferativos (18%), neoplasias (18%), trastornos del desarrollo (11%),
inflamatorios (4%) y de etiología incierta (11%).

Hallazgos patológicos por grupo de dinosaurio.

Hadrosauroidea
Son los dinosaurios que dieron origen a los dinosaurios “pico de pato”. Eran animales herbívoros
cuadrúpedos de 3.5 a 10 metros de largo. Sólo se mencionan lesiones tipo neoplásicas en dos especies
(Rothschild et al. 2003).

En este trabajo solo se identificaron en un individuo osteopatías vertebrales y costales. Su etiología es


incierta ya que presentan una proliferación de hueso esponjoso, lesiones líticas focales y una estructura
nodular que unión la vértebra torácica con su costilla derecha (Fig. 2 A).

Hadrosauridae
Los hadrosaurios son dinosaurios comúnmente llamados “pico de pato” ya que presentan una naríz ancha
semejante al pico de un pato. Eran animales herbívoros cuadrúpedos de 5 a 16 metros de largo. Se han
descrito lesiones traumáticas a nivel de la cintura pélvica falanges y en vértebras caudales. Además de las
lesiones traumáticas en vértebras caudales se mencionan lesiones degenerativas y trastornos inflamatorios
(Tanke and Rothschild, 2014).

En este estudio se identificaron lesiones traumáticas en costillas, vértebras caudales, fíbulas, metacarpos y
en un isquion; trastornos del desarrollo e inflamatorios en falanges pedales; degenerativas y proliferativas
en la porción distal de una tibia, en vértebras caudales y vértebras sacras; lesiones tipo neoplásicas en una
vértebra cervical, un pubis, dentario; y lesiones de etiología incierta en un húmero y una falange manual
(Figs. 2 C-E).

De las osteopatías descritas destacaron las proliferaciones asimétricas de los cuerpos vertebrales caudales
similares a la enfermedad hiperostótica en aves; la proliferación de aspecto discontinuo en la vértebra
cervical similar a una neoplasia maligna; las lesiones líticas focales en las falanges pedales similares a la
osteocondrosis en aves y mamíferos; la sinostosis metacarpal y la deformación del maléolo lateral de la
tibia.
Ceratopsidae
Los ceratopsidos o “reptiles de cara con cuernos” fueron dinosaurios dotados de diferentes y variadas
proyecciones craneales, en forma de cuernos, púas y laminas. Eran herbívoros cuadrúpedos de 2.5 a 9
metros de largo. Se han descrito lesiones traumáticas en costillas, falanges y en huesos craneales,
lesiones degenerativas en vértebras y falanges, lesiones de etiología incierta en los huesos craneales
nombradas como “forámenes extracraneales” (Tanke and Rothschild, 2010).

En este trabajo solo se reportaron una lesión traumática que no se sano completamente en un cuerno y
una lesión parecida a neoplasia en un hueso craneal (Figs. 2 F-G).

Tyrannosauroidea
Los tiranosauroidea o “reptiles tiranos” fueron animales bípedos con robustas cabezas dotadas de grandes
dientes afilados y brazos cortos. Medían desde 1.5 m hasta los 12 metros de largo. Se han descrito
lesiones traumáticas en huesos craneales y costillas, degenerativas en falanges pedales, trastornos
inflamatorios en huesos craneales y trastornos del desarrollo en dientes (Rothschild and Molnar, 2008).

En un tiranosáurido se identificó la articulación del cuadrado derecho con varios surcos compatibles con
lesiones traumáticas por desgarre de ligamentos (Fig. 2 H).

Posibles Implicaciones biológicas de las lesiones de acuerdo a su ubicación.

Las lesiones vertebrales se sugieren que causaron dolor agudo, compresión de nervios craneales o de
discos intervertebrales, dislocamiento de cervicales, daño muscular, escoliosis y en algunos caso
asintomáticas. Las lesiones a huesos largos pudieron ocasionar entorpecimiento de la locomoción o ser
asintomáticas y las craneales ocasionar dolor agudo.

CONCLUSIONES

Los estudios de paleopatologías de dinosaurios en México a penas se están desarrollando. A medida que
se siga avanzando con los estudios en patologías óseas actuales, en la biología de los dinosaurios y en
nuevas metodologías no invasivas para el diagnóstico de enfermedades óseas, permitirá tener una mayor
aproximación superficial sobre el sistema inmunológico de estos animales extintos.

BIBLIOGRAFÍA.

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FIGURAS

Figura 1.Pseudopatología: A, fractura postmortem; B, encostramiento de almeja; C, marcas de raíces; D,


perforaciones y fracturas por dientes; E, perforación por mejillon; F, nódulos; G, concresiones; H,
deformación plástica de una fibula.

Figura 2. Patologías en dinosaurios mexicanos: Hadrosauroidea (A), Hadrosauridae (B-E), Ceratopsidae (F-
G) y Tyrannosauroidea (H). A, comparación de patología desconocida en vértebra y costilla torácica;
B, lesiones degenerativas en vértebras caudales; C, comparación de lesión tipo inflamatorio en una
falange pedal; D, lesión traumatica reparada en metacarpianos; E, comparación de la textura de la
lesión tipo neoplásica en vértebra cervical; F, comparación de huesos escamosos y lesión tipo
neoplásica; G, comparación de cuernos postorbitales y lesión tipo traumática; H, comparación de la
superficie articular del hueso cuadrado.

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