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MARGINALIDAD Y PROMOCIÓN POPULAR

Roger Vekemans, s. j . y Ramón Venegaa C.

Por sobre cualquier consideración, el problema íurón, la mayor paric del resto subsiste en una situa-
vital de América Latina es el problema de la mise- ción más distante de la de los habitantes del cinturón
ria. Una miseria que pendra todos los ámbitos de urbano que estos últimos de un país desarrollado.
Ja vida humana, ubicándose en la raíz de los otrus Por otra parte, la atracción de las metrópolis
problemas, y que roe al hombre destruyendo lu que se ha hecho sentir, produciendo un acelerado pro-
en él hay de humano. ceso de urbanización que no guarda proporción con
Durante siglos las musas de América Latina han su desarrollo industrial. Grandes masas humanas
soportado la pobreza en silencio y con aparente in- han abandonado el sector rural y se han cslablecido
diferencia. Ahora, bruscamente, ellas despiertan y en los alrededores de las ciudades en poblaciones
sus exigencias exceden el ritmo del desarrollo eco- llamadas "callampas", "runchos", "favclas", "villas
nómico y social. Crecientes aspiraciones que se van miseria", etc. Cualquiera sea el nombre que ellas re-
enfrentando con las escasas disponibilidades, van ciban en los diferentes países, allí están, como un
generando una creciente frustración. La "humanidad testimonio de la miseria.
sumergida", como la llamó Myrdal, ha emergido sú- Cada día, las diferencias entre los habitantes del
bitamente, pero con ello, lo que era pobreza incons- cinturón urbano y los que lo rodean se acrecientan,
ciente se ha convertido en consciente miseria, y la distanciándose sus niveles de vida del mismo modo
experiencia del hambre va dando lugar al sentimien- en que se distancian los países subdesarrollados de
to del fracaso. Se implantan así los gérmenes de la los países desarrollados.
violencia. Innumerables son los índices que podríamos ci-
Una desigual distribución de los ingresos agra- tar en apoyo de esta realidad, pero ellos son ya su-
va el problema, oponiendo a la población latinoame- ficientemente conocidos y nada nuevo podrían aña-
ricana en dos grupos claramente delimitados. Amé- dir a la angustiosa situación que encierra en sí mis-
rica Latina tkne un cinturón urbano a Jo largo de mo el hecho físico y moral de encontrarse en la mi-
sus costas, donde vive un tercio de la población en seria. Bástenos con esta referencia sumaria que nos
niveles casi europeos. Al interior, fuera de ese cin- hemos propuesto a modo de introducción.

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La Marginalidad sión etiológica. De allí que en relación a la Sociedad
Glubal como red de decisiones sociales, esto es, con-
La consideración de la miseria como el proble- siderando al hombre no sólo como receptor de bene-
ma central de America Latina puede conducir ;i ficios sino como sujeto que contribuye a plasmar la
¡¡predaciones parciales, si no se la somete ;i una Sociedad Global con sus decisiones, percebimos en
caracterización más específica. los giupos marginales una falla de participación ac-
De allí que el lércnino más gráfico para definir tiva o contributiva. Este segundo aspecto de la fal-
ki situación actual de la mayoría Je la población la- ta de participación es el que más propiamente tipi-
tinoamericana, es el de MARGINALIDAD. Desde lue- fica a la murginalidad, diferenciándola del resto dü
go, la palabra misma nos hace concebir una separa- los sectores sociales. Los grupos marginales no con-
ción, una oposición entre la Sociedad. Global y un tribuyen con sus decisiones y responsabilidad a la
grupo determinado. Literalmente, marginal significa solución de los problemas sociales, aún ni siquiera
"separado de", "cortado de", lo cual —aunque es cier- de aquellos que les afectan directamente y en que
to— está indicando un limite que en el hecho no se está comprometido su piopio bienestar 3 .
alcanza. Sin duda, por paite del grupo marginal, hay Ambos aspectos de la falta de participación de
una "pertenencia" respecto de la suciedad global, pe- los grupos marginales —activa y pasiva— descansan,
ro a la relación le falta su sentido propio de partici- a su vez, en otro rasgo propio de la marginalidad:
pación, de manera que, si bien el grupo marginal es su desintegración interna. Para tener acceso a una
parte, se trata de una parle sin vicia, sin vinculación sociedad —cualquiera que ésta sea—• es preciso que
dinámica 1 . En este sentido se llama marginales a los el acceso sea organizado, es decir, que el principio
grupos sociales que se encuentran fuera de la escala de unidad del grupo social predomine sobre las fuer-
social y que se ven afectados por la miseria en su zas dispersivas de la multiplicidad de su base. Al
aceptación más amplia. observar a los grupos marginales en una perspectiva
interna, vemos que hay en ellos una falta de cohe-
sión hasta del núcleo familiar, y una falta de soli-
Rasgos constitutivos de la marginalidad daridad organizada que se refleja en un aislacionis-
mo y que explica el porqué de su atomización, de su
En la perspectiva relacional de los marginales
desintegración interna *. Todavía en la perspectiva
era la Sociedad Global, la marginalidad tiene como
interna, la existencia de sub-culturas incoherentes y
característica propia una falta de participación que
anacrónicas contribuye aun más a esta desintegra-
incluye dos aspectos: ción.
En relación con la Sociedad Global como sede
de beneficios a recursos sociales, hay en los margi-
nales una falta de participación pasiva o receptiva: La sola consideración de la falla de participación pasiva nos
mantendría, inevitablemente, en un continua estadístico, en el
el grupo marginal no recibe, no participa de los dis- cual lio habría en ningún momi-nLo una disiunlinuidad, un pun-
to de ruptura. Asi pur ejemplo, posaríamos, a través de gia*
tintos bienes y servicios que constituyen los bene- dos sucesivos, de un ingreso anual per cápiia norteamericano
cercano a los trt-s mil ululares, a uji iti^tesu de rtjventa dólares
en fiolivia.
Ficios sociales: empleo, seguridad social, educación, Perú al lomar en cuenta la segunda Faceta de la falta ílc
vivienda, salud, etc., lo que hace que encontremos pameipucion, podremus djsünguir u:t umbral dunde termina
la sinonimia entre lo marginal y la liase baja. Hay reahnenlc
entre ellos bajos niveles de vida, bajos niveles edu- una ruptura en la escala, lü que oblipn a recurrir a un con-
cepto que ¡nsisfa en lo no incorporado, en lo marginal. De
.illi que haya más exactitud cuando se habla de grupos margi-
cacionales y culturales'. nales, y no de sectores postergados, clases bajas u oíros simi-
lares; conceptos lodos que se quedan —como liemos visto—
Sin embargo, al reducirnos a ese primer aspecto en ia sola captación de la falta de participación pasiva.
Lamentablemente, U tulla de participación contributiva il;*
de la falta de participación, se nos escaparía lo me- de difícil estudio, toda ya que nu hay informa don estadística
al respecto, salvo en mínimo grado. Existen indicadores, por
dular de la marginalidad, como también su dimen- eiemplo, con respecto a toda la purle [urinal Je la democracia,
de lal manera que es rclaLivameme Fácil mostrar que en una
población determinada hay una participación activa electoral
alta o baja, Pero san escasos los indicadores que permítala
Pi>r ejemplo, a j>esar de jo marginal que el campesinado pueda estudiar otros aspectos de la participación activa.
ser dentro de cada sociedad nacional latinoamericana sigue Las posibilidades de captación estadística de este fenómeno son
siendo un campesinado chileno, dominicanu o paraguayo. Pern También limitadas. Sabemos, por ejemplo, que las organizacio-
a esa pertenencia le falta su contenido propio, que es actua- nes sindicales chilenas abarcan sólo el IZVn de Ja fuerza de
lización en la participación. trabajo del país. Esta primera aproximación nos revela una
Eiic es el aspeelo mejor investigado y mus conocido de la mnr- falta de organización interna en el mundo laboral, la cual se
ginalidad. Los indicadores estadísticos más corrientes consta- refleja en Ij debilidad de las organizaciones sindicales.
tan que los grupos marginales participan mínimamente de la Esle fenómeno de dcsinlegración interna de los grupos ílu
segundad socia]; que constituyen las reservas del desempleo puede ser captado mediante [a mera utilización de datos se-
y de la cesantía disfrazada; que presentan las tasas mas bajas cundarios. Es obvio que solo investigaciones en el terreno po-
"de alfabetización, Se vivienda, de atención medica v sanitaria, ele drían aportar las informaciones necesarias.

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Emergencia del problema teriza por su gtobalidad. Esto indica que ella afecta
lodos los aspectos del vivir humano, lodas las fa-
Ahora bien, los rasaos constitutivos de Ja mar- cetas del actuar social de los marginales: lo político,
gmulidud han sitio definido claramente, pero es lo económico, lo cultural, lo familiar, ele, y en este
su amplitud cuantitativa y cualitativa la que deter- senlido no influye sólo en los margínales sino que
mina la emergencia del problema y nos hará post'j- deja sentir su peso en el todo social, lo cual, entre
hsr la necesidad de esfuL'iYos inmediatos para supe otras exigencias, requerirá un enfoque y una solu-
rarla. ción tan globales como la mavginaíidad misma que
Cuantitativamente, la marginalidad afecta a la se trata de superar.
mayoría de la población latinoamericana y, especial-
mente, a tres grandes yiupos sociales: pobladores ur-
banos, campesinos y subprolelarios. La magnitud nu-
Promoción Popular
mérica del problema se puede representar en cifras
Antes de enlrar a conceptualizar la Promoción
cercanas al óO^u del mundu latinoamericano. Fácil-
Popular, debemos dar una explicación acerca de los
mente podrá captarse la emergencia que reviste.
términos que se han utilizado para designarla. La
Cualitativamente, la ma¡vinalidad se caracteri- expresión popular no deberá entenderse en la acep-
za, en primer luyar, por su ratiU'alidtii!. F.l hombre ción genérica de "pueblo-nación", como tampoco en
y ti grupo marginal están afectados por esa margi- el significado que la hace relativa a los estratos mas
nalidad en tal medida, que son incapaces de auto- bajos de la sociedad; sino que, en un sentido más
liberación5. Abandonado a sus propios medios, el específico, está referida a los grupos sociales que se
hombre marginal es incapaz de auto-realizarse y de sitúan fuera de escala —los marginales— por estar
í.uto-organizarse para asegurar, frente a la sociedad cortados del todo orgánico de la comunidad nacio-
global, su participación a la vez activa y pasiva. Esta nal.
radicalidad se refleja en su resignación, abulia, apa-
Promoción, en un primer significado, indica la
tía".
necesidad de superación que lleve desde una situa-
En segundo lugar, y siempre en el aspecto cua- ción de marginalidad hasta un estado de incorpora-
litativo, el fenómeno de la marginalidad se carac- ción. En un segundo sentido, indica la necesidad de

' Quienes lia>an observada con detención el mitndu marginal


latinoamericano, habrán percibido «*«* incapacidad interna du
loa grupos marginales p.ir,i c.imbiar. por si mismos, el deiiinu
ele nuestro continente. Ny es casualidad i"! Fracaso o lu dcs-
\KILÍUIL de tudas las revolu».iones latinoamericanas. Indepen-
dientemente de [9 falta de madurez doctrinaria, ideológica »
política ítf las masas [aunouniyrk-aiiiis, como primera t:<tj*l¡L;n-
ción df iül fenómeno, la intelectualidad urbana o heradianu
de nutrscro continente I ver LIL-I mísnui auiur "An.itisis Psi.')-
itouinl de In siluaciónn prc-rcvülucionaria de América Lnllna ',
Revista MENSAJE, N 1 lr>. Diciembre ele 19621 nu ba consia-
i^do con todu el rigor necesario, IJ nulicalídad de esa morgí-
oaJídad. MJ se ha percibido que el uiquílino chileno o ti
conuquerp vcnt-zulaiiu, por Cr¡cmplu, no consliluyen una cate-
goría análoga al proletariado di? lu rcvoluciún Industrial euro-
pea o nortcamci tcana^ v qni* guarda mayor siniiliíud con 1Ü>
pruptis n-:;.t:i: . ll|^Jv^ pur Las primeras gcneracJones
dL- nmugranies, como lo son lu& argelinos IMI Francia, tus nic
jicanos y portorriqueños en los ELstadus Unidos, e incluso el
negro ncuíL-amüricano, quien *-pL'se a no sur siempre un prn-
lcturio— es marginal cin esa saciedad.
* Desde una perspectiva en que loda "forma de convivencia
sfKi.il" se examinaba y lu luz de la* Alaciónos du propiedad,
Marx, "--¡i una intuición genial, reducía ni misero europeo de
la revolución industrial ;i no srr propietario <\\w de su propia
piule, ya que el sistema capitalista lo despojaba dtf tudu. ex-
cepto de sus posibilidades de reproducción física. Elto expida
el toncopto de "proletario".
Sin embargo, al pretender ap!ic;:r c^te concepto ni hombre
1r.tm<>americanu. DOS J 1 SUUard estrecho. Lo correcto v genial
uando

tencinl heidcgeriunu de la palabra "daseín", es decir, "estar",


sin más
Usté únicu signiíiraJn es mucho más grave que et de falla
de propieda:! señalada pu: !o visión marxisia. Significa com-
prcndvr al "callampt-Tn", por ejemplo, euinu un íiunibre expul-
sada de si¡ mundu de origen, na acogido por la urbe myilernn,
viviendo en Ea "tierra de nadie", y siendo en definitiva "na-
die", en términos de significación social.

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recurrir para esta superación al auxilio de agencias otras, conduciría a su parcelación y por lo tanlo no
externas a tos propios afectados, como veremos en se le estaría solucionando.
seguida. Al mismo tiempo, por ser global, la mnrgirtalidad
Ahora bien, la Promoción Popular, entendida co- compromete a la totalidad de la Comunidad Nacio-
mo "superación de marginalidad" deberá extraer sus nal, incluso en su cumbre estatal, inscribiéndose la
características y funciones principales de] fenómeno Promoción Popular, como punto de vista super-sec-
que pretende eliminar, y es por esto que el punto lorial, hasta en el actuar del Gobierno.
de partida para su análisis es precisamente el diag- Por último, la emergencia resultante de la am-
nóstico de la marginalidad. plitud del fenómeno, reafirma la necesidad de la
La radiealidad de la marginalidad, por una par- inserción de la Promoción Popular en el actuar del
le, postula la necesidad de agencias promotoras ex- Gobierno como cumbre de la Comunidad Nacional
lernas, ya que los afectados no son aulu-suficientes en su carácter global; y exige la concesión —que
ni pueden llegar a serlo, por lu menos en el mo- sólo puede hacerse LI este nivel— de prioridades en
mento inicia] del despegue hacia la incorporación. favor de los marginales. Estas prioridades deberán
Pero la meta de. esta promoción no puede ser, sin ser prugramáticas, en cuanto faciliten la incorpora-
embargo, sino la auto-realización de los promo- ción del marginal al actuar social, e institucionales,
vidos. ¿Cómo conciliar estas dos verdades a pri- en cuanlo l'adliLen su acceso a la sociedad como
mera vista contradictorias? La única posibilidad de cuerpo social.
superar la apárenle antinomia reside en el prin-
cipio de la sub.sidiariedad, que debe regir las rela- Funciones de la Promoción
ciones entre la agencia externa y los propios afee-
Hasta aquí un primer ensayo de definición co-
fados. De no ser así, se incurriría en la cunlradic-
rrelativa ile la Promoción Popular en función de las
ción radical de un paUrnalismo que, en vez de
características de la marginalidad que debe superar.
emancipar, señaliza, o peor aún, —en el caso de las
Procedamos ahora a! anáfisis funciona! de esta Pro-
autoridades públicas— en el autoritarismo estatal
meción Popular, que también se desprende de lo di-
que, en vez de levantar, aplasta, enajenando 7 .
cho anteriormente.
Toda otra forma de promoción, como por ejem-
plo, el asistencialismo estatal —forma subdesarro- 1.—Producir la integración interna
Ilada de la teoría economicisLi neo-liberal del derra-
me— no es sino una re-edición farisaica del "opio del Una primera función será producir la integra-
pueblo", tan justificadamente denunciado. ción interna del inundo marginal. liemos visto que
La glubalidad de la margmalidad exige, por otra uno de los rasgos definitorios de la marginalidad es
parte, un enfoque multidisciplinario y super sectorial. el hecho de estar internarnt-nte desintegrada, frente
Multidisciplinario por cuanlu la marginalidad influ- a lo cual la única posibilidad de superación reside
ye sobre todos los aspectos del vivir humano y del en la organización interna de sus solidaridades.
rctuar social. Un enfoque puramente económico o Las "organizaciones de base" —término que ha-
exclusivame-nle. social, o realizado desde el punto de ce referencia a todos los ciudadanos en la medida
vista de cualquier disciplina con exclusión de las en que éstos, por ser sujclos de la vida social, de-
ben incorporarse a toda una red de organizaciones
propias de la base societaria— serán el medio que
Para el marasmo basta que la clase trabajadora tnm • con-
ciencia de 1su carácter de clase, para que se desencadene autn- deberá utilizarse para lograr la integración, llegan-
Tnáiicamente un pracesu que va desde e.sa toma de conciencia
üe ihso explotada, pasanJu pur la organización LILÍ proleta- do a constituirse en la médula de la Promoción Po-
riado, la Jucha de clases y la dictadura de] proletariado, hasl.i
desembocar en la lotaluadun de la HiMüria, en la sociedad pular.
comunista sin Estado.
La radiealidad de la margmalidad al cunsiainr que el hom- Las organizaciones de baw deberán estructu-
bre marginal htiníiamertcanu es incapaz por si suffi de desen-
cadenar dicho proceso histórico, está nefando el primer e;.!a- rarse de acuerdo a la doble dimensión característi-
bfiTi de ta cadena, t s una utopía esperar que el tnundn mar-
ginul se organice pfjr si mismo para que *e pludtlzcn la re- ca de la Sociedad Global a la cual se pretende in-
volución, t s prceisu ij intervención de una agencia externa
al grupo marginal, la cual ciertamente deberá actuar dentro1 corporar. En primer lugar, !a dimensión territorial:
de Tos eriLcTÍLis de subsidiariedad que heñios Indicado L¡ < f.
aiticuin. organización y desarrollo de la comunidad desde la
Y ello es una constatación que resulta de UJI simple diagnos-
tico de hecho, sin que medie ningún anriuri ideulúgico o me.- célula local, pasando por los círculos concéntricos
laFísico

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cada vez más amplios de lo comunal, lo zonal, lo re- en la integración interna, sino vertical en el sentido
gional, etc., hasta llegar a lo nacional. Y en segundo de una colaboración o cooperación entre los margi-
lugar la dimensión funciona!, que en lo económico, nales organizados en protagonistas y la sociedad.
por ejemplo, va desde lo laboral a lo cooperativo Es una labor propia del Ejecutivo, ya que consistiría
y llega nuevamente a lo nacional pasando por todo fundamentalmente en asegurar la prioridad progra-
un haz de federaciones y confederaciones. mática frente a la sociedad como actuar social, y la
Está demás decir que, por ser la incorporación prioridad institucional frente a la sociedad como
superación de marginal i dad, ella impone a la organi- cuerpo social.
zación, en su culminación, un papel de enganche con La función de la Promoción Popular es el fo-
la Sociedad Global, y requiere, por tanto, que la mento de la participación, como colaboración entre
Organización de Base Gremial constituya también ¡os dos términos de la relación: marginalidad y so-
la cumbre de la promoción. ciedad.
Ahora bien, la Organización de Base, aún en su
cumbre gremial, no escapa a la marginalidad que 3.—Integración de la saciedad global
pretende superar, tanto en sus componentes huma-
nos como en su funcionamiento. De ahí entonces La tercera y última función de la Promoción
que sea necesaria una doble línea auxiliar, que cons- Popular radicará en una nueva integración de la So-
tituye, precisamente, el canal de inserción de la ac- ciedad Global. A primera vista pareciera que, con
ción promotora del agente externo. las dos funciones anteriores, la Promoción Popular
Esta doble línea auxiliar está constituida, en lo hubiera agotado la tarca que le os propia. En reali-
relativo a la composición humana del grupo, por la dad, es esta última una labor que le corresponde
Concienciación y ln Capacitación: educación funda- sólo por implicancia, pero que no puede dejar de rea-
menta!, entrenamiento vocacional, formación de mi- lizar M pretende la efectiva acogida de los margina-
litantes y dirigentes, etc. Y en lo que respecta a les en la sociedad global8.
funcionamiento de la organización, por los Servi- De allí que la Promoción Popular debe superarse
cios: servicios comunitarios, médicos, de asistencia a si misma en una política de integración que sepa
social, de educación familiar, servicios yerenciales, remover los obstáculos que se oponen a la incorpo-
contables, de asistencia técnica, de asesoría jurídica, ración, y acondicionar la Sociedad Global de mane-
etc. ra que quepan orgánicamente en ella los marginales
Ambas líneas auxiliares —Capacitación y Servi- incorporados. No se trataría ya de una mera exten-
cios— deberán seguir las líneas que adopte la Orga- sión de servicios hacia los marginales, sino de una
nización de Base en sus posibles dimensiones territo- planificación conjunta en la que se tome en cuenta
rial, funcional y gremial. Por o(ra parte, las Orga- la necesidad de una reestructuración social en fun-
nizaciones Auxiliares en que se plasmarán !as líneas ción de la marginalidad.
auxiliares, deberán relacionarse con las Organiza- Por último, es preciso aclarar que no puede ha-
ciones de Base siguiendo la orientación del princi- ber Incorporación sin Integración en ambos niveles.
pio de substdiariedad ya aludido. De allí que la integración interna de los marginales
y la integración de la sociedad global sean dos fun-
2.—Incorporación de los marginados ciones correlativas.
La incorporación de los marginales a la comu-
nidad nacional es tarea que responde a la falta de Lo veremos clarameriEc con UJI ejemplo: una larca tic la Pro-
moción Popular —incorporando a los marginales a la cnmunklaJ
participación tanto activa como pasiva del marginal nacional^ sena la tic asegurar la participación de lus Lampe
sinos en los heneficios de La seguridad social. Sin embargo,
en la sociedad. esta medida resultaría fracasada porque los recursos disponi-
bles para ta seguridad ^otijl so lorn.irian insuficientes si *c
En este caso, la relación no es horizontal como tratara sólo de evpandir el sistema con sus deficientes carai:-
lerfettcas actuak:,.

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